Sunday, January 30, 2011

La semilla de Israel - Aryeh Tepper - Jewish Ideas Daily



Hasta los tiempos modernos, los límites de la identidad judía eran claros y estrictos. Si usted había nacido de una madre judía, o si se había convertido conforme a la ley religiosa judía (la Halajá), usted era judío. Si no era así, no lo era. Sin embargo, a lo largo del siglo XX las definiciones tradicionales fueron superadas por las altas tasas de matrimonios mixtos entre judíos y no judíos en la Diáspora.

Ahora, debido a estos acontecimientos en la Diáspora, y especialmente en la ex Unión Soviética, el problema de los matrimonios mixtos está también presente en el Estado judío. De acuerdo a la Ley del Retorno, cualquier persona con un abuelo judío puede inmigrar y solicitar la ciudadanía israelí, y eso es lo que hicieron durante la década de 1990 cientos de miles de ex ciudadanos soviéticos: individuos que se identificaron como judíos a efectos de la Ley de regresar no lo eran de acuerdo con los criterios halájicos. Estos nuevos israelíes se han convertido en parte de la sociedad israelí, sirviendo en el ejército, estudiando en sus colegios y universidades, integrándose como israelíes en la fuerza laboral y casándose con otros israelíes. A principios del siglo XXI, ¿que es lo que debe hacerse acerca de este fenómeno?

En general, los líderes israelíes, tanto políticos como religiosos, no han respondido al problema o han respondido de manera insuficiente, ya sea mediante preferir ignorarlo por una parte, o, por el contrario, exigir una conversión al por mayor de acuerdo con las más rigurosas e inflexibles normas religiosas. Una valiente excepción es la protagonizada por el rabino Hayyim Amsalem, miembro de la Knesset por el partido político sefardí Shas.

En 2010, Amsalem publicó en hebreo una obra importante, Zera Yisrael ("La Semilla de Israel"), argumentando que, cuando se trata de los no judíos descendientes de judíos, las cosas realmente no pueden ser ni tan claras ni tan estrictas. Para ello Amsalem recurre a una gran cantidad de fuentes autorizadas, demostrando que esas personas que pueden ser vistas como no judías estrictamente, sin embargo pertenecerían legalmente a la categoría que da título a su libro. Ellos, aunque pudieran no ser judíos, a través de sus orígenes seguirían estando relacionados sin lugar a dudas con el pueblo judío, y esta conexión tiene importantes ramificaciones.

La ramificación inmediatamente más importante, según Amsalem, es que estos descendientes no judíos de judíos no sólo deben ser alentados a convertirse, sino que a la vez las normas para su conversión deben ser relativamente leves:
Necesitamos especificar con claridad que se comprometan por lo menos a comportarse como judíos "tradicionales". Esto significa abandonar completamente su religión anterior, negar la idolatría, observar el ayuno de Yom Kipur, abstenerse de comer jametz en Pesaj, mantenerse kosher, encender las velas de Shabbat, usar los tefilín (las filacterias rituales), y así sucesivamente.
Desde la perspectiva de las autoridades ultra-ortodoxas, las exigencias de Amsalem representan una estúpidez absoluta. Según ellos, ser judío significa observar puntualmente todos los mandamientos. Lamentablemente, Amsalem ha sido brutalmente atacado por la prensa ultra-ortodoxa y declarado persona non grata por su propio partido político. Y, sin embargo, como él demuestra, los ultra-ortodoxos no son las únicas autoridades para el tema de la conversión, siendo la autoridad tradición legal judía mucho más amplia y permisiva que la visión ideológica de los ultra-ortodoxos.

Especial atención debería prestarse a la invocación de Amsalem a los judería "tradicional". Si bien suele ser la costumbre dividir a los judíos en dos campos, seculares y religiosos, una encuesta realizada en el 2002 a los judíos de Israel revelaba que la mayoría de ellos no pertenecían ni a los unos ni a los otros, sino a algo intermedio. Ese algo intermedio se caracteriza por un amor a la tradición, junto con un compromiso con la libertad individual. Esta tolerante posición, viendo lo que se estila por el Oriente Medio, que prima el peso de la religión, pero a distancia, y observa los mandamientos, pero no todos ellos y no todo el tiempo, es lo que se conoce con el nombre de judíos "tradicionales".

Amsalem querría que las nuevas conversiones de estos judíos procedentes de la reciente inmigración se ajustaran a las prácticas de este segmento de la sociedad israelí. Después de todo, estas son personas que son propensas a contraer matrimonios con judíos "tradicionales" de Israel, y fue debido a su preocupación por el bienestar de ambos grupos por lo que Amsalem compuso su libro principalmente. Por eso, y por su deseo de anticiparse a las demandas de los liberales religiosos, influenciados por el judaísmo reformista americano, que replican que la identidad judía se transmitiría a través de la descendencia patrilineal. Esa respuesta particular al problema de los matrimonios mixtos habría provocado una mayor confusión en una situación ya confusa al crear una rama del pueblo judío que gran parte del mundo judío no reconocería como judía, siendo su aplicación en el contexto israelí tanto o más desastrosa.

El futuro político de Amsalem es incierto. A pesar de que ha pagado un alto precio por sus puntos de vista dentro de su partido político, también se ha convertido en una especie de héroe popular para muchos sionistas religiosos, judíos tradicionales e incluso judíos seculares. Pero cualquiera que sea su futuro, mantiene su compromiso de avanzar en su visión de la conversión, y tiene a gran parte del público israelí detrás de él.

Por otra parte, no solamente desde un punto de vista jurídico el concepto de la "semilla de Israel" constituiría una oportunidad potencial para satisfacer los desafíos que enfrenta Israel y los judíos del mundo. En todo el mundo, aún existen no judíos descendientes de judíos que sienten una gran afinidad con Israel y con el pueblo judío, incluso si no tienen intención de inmigrar o convertirse. Se incluyen entre ellos los Bnei Anusim, descendientes de "cripto-judíos" españoles y portugueses obligados a convertirse al catolicismo en los siglos XIV y XV, y los "judíos ocultos" de Polonia que desde la caída de la Unión Soviética se han interesado en aprender acerca de la dimensión judía de su identidad.

La única organización que ha reconocido el beneficio de llegar a esas personas es Shavei Israel, más conocida por ayudar a los descendientes de los "diez tribus perdidas" que están ansiosos de regresar al pueblo judío. Para Michael Freund, director de Shavei Israel, es una pena que nadie se haya ocupado activamente de estos grupos que, cualquiera que sea su estado, mantienen su hambre de una conexión, ya sea intelectual, cultural, literaria o espiritual, con el pueblo judío. Para ellos, también la noción de "la semilla de Israel" podría funcionar como algo muy poderoso, fortaleciendo sus compromisos y motivando sus lealtades.

Hayyim Amsalem y Michel Freund comparten una visión del futuro que es a largo plazo y estratégica. Es de esperar que otros se convenzan de lo mismo.

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1 Comments:

Blogger Goelet said...

El tema ha sido que Israel ha querido salvar a aquellos q judíos o no según la Halaja en algún lugar del mundo eran perseguidos como tales, como es el caso de los falassamura.

1:03 AM  

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