Saturday, November 26, 2011

Dos vidas judías en la colonia militar de Elefantina (siglo V a. C.) - Renée Levine Melammed - JPost



Este post se compone de dos artículos de Renée Levine Melammed, de la serie "Su Historia": "A landed woman" y "A mixed marriage in ancient Egypt"

- Mibtahiah

En el siglo VI a. C, un gran campamento militar se estableció en Elefantina por parte de los gobernantes persas que habían conquistado Egipto. Esta "ciudad de marfil" se encontraba en una pequeña isla en el Nilo frente a Asuán (Aswan), su capital administrativa civil. Soldados persas y mercenarios sirvieron en esa guarnición militar, y también sabemos que algunos regimientos judíos formaban parte de estas tropas mercenarias que protegían este asentamiento de los ataques foráneos procedentes del sur y para supervisar el comercio y la recaudación de impuestos. A los soldados judíos se les permitió formar una familia y dedicarse a los negocios.

La vida de los judíos de Elefantina fue muy diferente a la de sus hermanos que regresaron para asentarse en la Tierra de Israel: No habían sido expuestos a las ideas propuestas por Esdras y Nehemías y habían construido su propio templo en el que dos diosas locales eran adorados junto con Yahu, el Dios de Judá.

En el siglo XIX se descubrieron varios archivos de Elefantina, los cuales fueron transcritos y traducidos del arameo original. Cuando la propiedad se transmitía o se tomaban decisiones sobre ella en los tribunales, los papiros registraban estas actividades legales para que fueran retenidos por el propietario. Existen al menos 10 documentos que se encuentran en perfectas condiciones que mencionan a una mujer judía, Mibtahiah, revelando detalles sorprendentes sobre su vida y las opciones disponibles para las mujeres judías en ese asentamiento (probablemente es la primera mujer judía cuya vida está documentada).

Un vistazo a estos papiros revela que el padre de la Mibtahiah, Mahsiah, participó en numerosas negociaciones sobre la propiedad de la tierra y los derechos de sus hijos.
Mibtahiah nació en el año 476 a. C. y murió en el 416. Se casó dos veces, y tuvo dos hijos de su segundo matrimonio. A los 17 años, recibió el regalo de una casa por parte de su padre en honor de su primer matrimonio. Esta casa fue convenientemente adjuntada a la del novio.

Mahsiah fue muy claro sobre los derechos de su hija, declarando que la casa seguía siendo la de ella, incluso después de su muerte, concediéndola el derecho a decidir cómo y qué hacer con su propiedad. Un número inusualmente grande (12) de testigos firman dicho documento, entre ellos dos hijos y un nieto, para evitar que reclaman la propiedad en una fecha posterior.

El mismo día de 459, añadió un segundo documento aclarando los derechos del yerno y las obligaciones relativas a la propiedad. De acuerdo con Bezalel Porten, el experto en papirología arameo y en Elefantina, este marido parece haber muerto antes de que los niños nacieron. Como resultado, su casa paso a manos de Mibtahiah, conjuntamente con la regalada por su padre.

En 449, se elaboró un documento para legalizar la unión de Mibtahiah con un arquitecto egipcio (no judío) llamada Eshor, que más tarde sería identificado por el nombre judío de Natan. Uno podría haber esperado que él negociara por su cuenta, pero Porten explica que los escribas arameos insistían en el anterior formato. La novia había amasado una impresionante dote, y podría dejar el matrimonio (divorciarse) con todo lo que había aportado a él. En caso de muerte del otro, el cónyuge heredaba la propiedad de ambos. Eshor no podía anunciar repentínamente que tenía otra mujer y otros hijos sin tener que enfrentar una multa. Además, cualquiera de los cónyuges podía iniciar el divorcio públicamente repudiando al otro, una disposición muy rara y difícil de hallar en cualquier sociedad judía.

Mientras tanto, Mibtahiah acumulaba más propiedades, otra casa de su padre, esta vez como un modo simbólico de agradecer un préstamo de ella. Cuando Mibtahiah murió, sus dos hijos compartieron sus casas y sus esclavos. Su padre siempre se esforzó por proteger los derechos de propiedad de su hija, y a pesar de una demanda sobre ellos, lo consiguió.

Mibtahiah nunca ejerció su opción de divorciarse y parece haber tenido buenas relaciones con su padre y con sus maridos. Esta mujer independiente y con grandes propiedades podía permitirse el lujo de aceptar un regalo simbólico por un préstamo a su padre bien podría ser la primera mujer judía de quien tengamos documentación original.

Para saber más, Jewish Women Encyclopedia


- Annania Ben Azaria

El descubrimiento de unos documentos de Elefantina ha revelado dos conjuntos de archivos familiares que permiten conocer mejor la vida judía en esta comunidad.
Un archivo pertenece a Mibtahiah, probablemente la primera mujer judía cuya vida está documentada (476-416 a. C.). El segundo archivo pertenece a Annania Ben Azaria, un empleado del templo que era responsable de su mantenimiento.

Annania no se casó con una mujer judía, sino con una sierva egipcia llamada Tamat. Los matrimonios mixtos no eran inusuales en esa sociedad, y el cónyuge egipcio a menudo estaba asimilado a la comunidad judía. (El segundo marido de Mibtahiah adoptó un nombre hebreo). En todo caso, Tamat, la hija de Patu, pertenecía a Mesulam Ben-Zajor, un judío rico.

Curiosamente, la relación de la sirvienta y del empleado del templo no se registró formalmente hasta que ella dio a luz un hijo, Palti, a mediados del siglo V a. C. El contrato de matrimonio fue elaborado por Annania y Mesulam. Bezalel Porten explica que las numerosas tachaduras y correcciones en diversos puntos del documento nos hablan de una negociación interminable entre ambos, pero el resultado final parece imparcial. Mesulam seguía siendo su maestro, mientras que Annania tenía derechos paternos, siempre y cuando la pareja permaneciera casada. No hubo dote por parte de la novia, su dote consistió en su ropa. Si uno de ellos moría, el ​​otro heredaba todos los bienes comunes. Si se divorciaban, su hijo retornaba a su maestro.

Annania compró una casa cerca de la tesorería del rey, frente al templo. En el 443 a. C, Tamat dio a luz un segundo hijo, esta vez una niña, Yehoyshama. Su padre le dio una habitación en la casa, presumiblemente en un compromiso con un judío llamado Annani Ben-Haggau. En el documento que confirma este regalo se hace hincapié en que la propiedad debe se transmitida a los hijos de la pareja. Tengan en cuenta el hecho de que, técnicamente, esta novia seguía siendo, como lo era su madre, propiedad de su amo.

En el 427 a. C., Mesulam elaboró ​​un contrato de libertad condicional para madre e hija, otorgándoles la manumisión tras la muerte de su maestro. A cambio, ambas mujeres estuvieron de acuerdo en continuar sirviéndole a él y a su hijo Zajor. Mesulam también adoptó a la mujer, convirtiendo a Zajor y a Yehoyshama en hermanos.

En el 410 a. C., Zajor negoció con su cuñado y proveyó a su hermana con una considerable dote que contenía valiosas propiedades. Cada parte tenía el derecho, como era costumbre, de iniciar el divorcio. Las condiciones sobre el retorno de la dote de la novia y los costes del divorcio cuando fueron precisados. En caso de muerte de cualquiera de los cónyuges, también se registraron los derechos de herencia.

En el 404 a. C., Annania presentó a su hija un documento en el que su propiedad sería dividida y asignada a ella por etapas, con la propiedad dependiendo de la atención y cuidados que le proporcionara hasta su muerte. Dos años más tarde, ella recibió un regalo de boda de él, con solamente 18 años de retraso, Con el fin de mantener sus propiedades en la familia, Annaia y Tamat vendieron el resto de su casa a su cuñado.

Esta familia tenía unas relaciones complicadas. Para empezar, el maestro mantuvo el control sobre su criada y su hija hasta su muerte, liberandolos solamente después de su muerte. La criada, una egipcia que trabajaba para un judío, se casó posteriormente con un judío acomodado que estaba empleado en el templo construido por los judíos de Elefantina, donde se adoraba al dios hebreo Yahu junto a dos deidades femeninas. Su unión con él se convirtió en legal una vez que nació un hijo, a pesar de que su hija era más prominente según los archivos. Esta hija se casó con otro judío y entró en la unión con una dote mucho más impresionante que la de su madre, porque después de todo ella tenía un padre judío y había heredado un hermano judío adoptado que fue bastante generoso con ella. En el momento en que sus padres murieron, la hija, Tamat, había recibido o heredado propiedades considerables.

Nos quedamos preguntándonos por el destino de la siguiente generación, los nietos del empleado del templo y su sierva egipcia.

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1 Comments:

Blogger Silver said...

Me llama la atención, ya que la trubi de Yehudá son los defensores de la Tora, y no tiene nada que ver con idolatría.Si bien siempre se enseña que el hombre tiene que buscar pareja judia, y que la mujer tiene sus cualidades que el hombre no tiene ni vá a tener jamás, ya el que hombre judio tiene el objetivo vivir como hombre judio, y la mujer como mujer judia puede llegar a ser tan elevada espiritualmente como Sarah, Ribka, Rajel, Leá, Dbora , y tantas profetizas que hubieron, jamas se idolatra a la mujer, eso no pertenece al judaismo.Pero bueno, calculo que habrá sido consecuencia de vivir entre culturas paganas, que a veces algunos judios se terminan contagiando y hacen cosas que no tienen nada que ver con el Judaísmo.

6:43 PM  

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