Friday, March 30, 2012

J Street, misión imposible – David Suissa – Jewish Journal



Después de pasar tres días en la conferencia de JStreet, en Washington DC, y oír orador tras orador hablar de la importancia de una solución de dos estados, he llegado a la conclusión de que los judíos son bendecidos con dos atributos: uno, su capacidad ilimitada para tolerar una tediosa repetición de lo obvio, y dos, una extraordinaria capacidad para trabajar en la mejora de nosotros mismos y para asumir la responsabilidad de lo que nos sucede.

Es de este segundo impulso del que me gustaría hablar. A lo largo de la conferencia - desde Amos Oz declarando el imperativo urgente de "divorciarnos" de nuestros vecinos palestinos, a Peter Beinart reafirmando su llamamiento a un boicot de los asentamientos, y un sinnúmero de oradores exhortándonos a aspirar a los más altos ideales del judaísmo y del sionismo - la implicación resultante era meridiana: de alguna manera, todo está en nuestras manos.

La sombra de la eterna recomendación de nuestros padres judíos, que nos esforzamos, se cernía sobre la conferencia: “Hijo(a), si pones tu mente en ello, puedes lograr cualquier cosa”.

Después de todo, somos judíos, ¿no es cierto? Somos el pueblo de los milagros, de los mares que se dividen y se abren para nosotros, de los ejércitos enemigos que se inclinan a nuestra voluntad, los constantes ganadores de Premios Nobel que son una maravilla para el mundo.

Sí nosotros, el gran pueblo elegido, no podemos asumir la responsabilidad de llevar la paz al Oriente Medio, ¿entonces quién podrá?

Había algo halagador, aunque extrañamente tranquilizador, en este nivel de autoconfianza. Es agradable saber que aún hay judíos que tienen fe en nuestra capacidad de lograr lo imposible. Pero al mismo tiempo había algo en su entusiasmo y confianza que me inquietó.

Cuando la gente de JStreet veía un camino lógico y evidente hacia una solución de dos estados, lo único que yo veía era una pared de ladrillo levantada por el rechazo árabe. Cuando la gente de JStreet veía la necesidad de presionar a Israel, lo único que yo veía era que el blanco estaba equivocado.

Después de hablar en un panel de discusión, alguien se levantó y se quejó de que sus "amigos de la derecha" la llamaban "anti-israelí" porque eser miembro de JStreet. Le respondí que etiquetas como "pro-Israel" y "anti-Israel" no son útiles porque describen a las personas en lugar de las acciones a llevar a cabo.

Por ejemplo, JStreet promueve poner la mayor parte de la presión sobre Israel para agilizar la paz. Creo que su idea es errónea y será contraproducente. Pero en lugar de llamar a sus miembros "pro-Israel" o "anti-israelíes", yo prefiero llamarlos "a favor de ejercer presión sobre Israel". Es más preciso.

Desde esa perspectiva, ellos están "a favor de ejercer presión sobre Israel" y yo soy "favorable a ejercer presión sobre los palestinos". Con esto no quiero decir de ninguna manera que Israel está libre de culpa o no comete errores, sino que pienso que vamos a estar más cerca de la paz si presionamos a los palestinos que si presionamos a Israel.

Y puedo llegar a esa conclusión porque no creo que "toda la responsabilidad, todo el esfuerzo, deba recaer sobre nosotros".

Para dar crédito a los organizadores, invitaron a un orador que también habló en ese sentido de una manera alta y clara: el rabino Donniel Hartman, del Instituto Shalom Hartman. Hartman habló de equilibrar el poder con la humildad a "la hora de hacernos únicamente responsables”, de permitir diferentes puntos de vista sobre la mencionada responsabilidad y de reconocer que "no siempre es cuestión nuestra".

Es una señal de cuán firmemente cree JStreet en su solución de "ejercer presión sobre Israel", cuando el segundo del embajador de Israel Baruj Binah hizo una defensa entusiasta de Israel en la gala de clausura, fue golpeado con un repentino estallido de indiferencia.

Está claro que JStreet está tratando de consolidar y ampliar su movimiento. Para ello, me gustaría hacer dos sugerencias para el próximo año:
(a) Si realmente quieren promover la paz, amplíen sus objetivos de crítica. Pongan tanta presión sobre los palestinos como lo hacen sobre Israel. Deben mostrar más sensibilidad por el miedo que muchos israelíes sienten ante una solución de dos Estados que de lugar a otro Estado de terror anti-judío, justo en el momento del auge de un Irán nuclear. Defiendan a Israel tanto como lo critican.

(b) Si realmente quieren potenciar su relación con Israel, amplíen su misión. No pongan todos sus huevos en el conflicto palestino. No importa lo mucho que odien la ocupación, los israelíes no van a decidir acabar con ella si ven dicha retirada como un suicidio nacional. (Incluso Leon Wieseltier, el autodenominado "paloma de línea dura", me dijo que no esperaba ver una solución de dos estados en vida)
Así, mientras seguimos trabajando para la existencia de una solución de dos estados, ampliemos nuestra misión para incluir una "solución de 22 estados". Debemos mostrar al mundo que los judíos se preocupan por todos los árabes, no sólo por los palestinos para que nos puedan dar una solución de dos estados. Los judíos también deben preocuparse por los palestinos que sufren en los miserables campos de refugiados de Jordania y el Líbano, al igual que por la situación de las mujeres y de otros pobres pueblos oprimidos de todo el Oriente Medio.

Sí, Israel es una democracia imperfecta que necesita mejorar bastante, y debemos seguir ayudándola a mejorarse. Pero seamos realistas: Sería extraordinario si todos los países del Oriente Medio tuvieron las mismas oportunidades, libertades y derechos humanos que esta nación judía defectuosa e imperfecta ya ofrece.

Israel ha aprendido una enormidad en sus 64 años de existencia, y eso también puede beneficiar a los países de su entorno. Jennifer Laszlo Mizrahi, del Proyecto Israel, señaló en la conferencia que ahora existe una oportunidad de iniciar un movimiento "pueblo a pueblo" utilizando las redes sociales y que se pueden sembrar las semillas de asociaciones económicas y de una coexistencia pacífica.

A mi modo de ver, llegar a una solución de 22 estados siempre mejorará las perspectivas de una solución de dos estados, no al revés.

Piensen cómo potenciaría y qué ennoblecedor sería para Israel ser visto como un modelo y un participante activo en una nueva primavera en el Oriente Medio. Por supuesto, hay tanta animosidad dirigida a los judíos de Israel que esto sería una tarea monumental.

Pero somos judíos, ¿acaso no lo recuerdan? “Si ponemos nuestras mentes en ello, podemos lograr cualquier cosa”. Basta con mirar a este pequeño país milagro que hemos construido.

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