Sunday, August 19, 2012

Legitimando la anarquía - Dan Margalit - Israel Hayom



Es una petición sorprendente y va dirigida a los pilotos israelíes. Se les pide que desobedezcan una orden, que silencien los motores de sus aviones y no despeguen hacia los objetivos en Irán. Entre los firmantes está el ex jefe de la Facultad de Derecho de la Universidad de Tel Aviv, el profesor Menachem Mautner. Siempre y cuando reciben la orden de atacar, "ustedes también tienen la opción de decir que no", su negativa será "un servicio importante, vital para el Estado de Israel y de todos sus habitantes - un servicio de gigante, en gran medida pesando lo que supondría seguir ciegamente esa orden en particular".

Leí la petición y recordé que en el 2007 varios de los colegas de Mautner lo describieron como el hombre adecuado para ser nombrado para la Corte Suprema.

Mautner es afable, elocuente y sabio, pero estaba un poco incómodo este miércoles, durante su entrevista en la radio con Razi Barkai, de la Radio del Ejército, en la que explicó su apoyo en esencia a esa petición, pero no necesariamente a su contenido específico.

Lo llamé para comprender mejor su posición. Mientras hablábamos me di cuenta que había algo de miedo en su voz, pero no he recibido una explicación satisfactoria.

Desde hace algún tiempo Mautner ha sentido un profundo sentimiento de ansiedad ante la posibilidad de un ataque militar a Irán, y al leer la entrevista al ministro de Defensa Ehud Barak de Ari Shavit en el Haaretz, decidió tomar medidas, que en esencia es un llamamiento a frustrar e incumplir una orden legal emitida por el gobierno.

Sería importante que al menos pudiera explicar cómo una orden de atacar puede ser considerada como ilegal, pero su integridad le obliga a admitir que ese no era el caso. ¿Cómo entonces ha prestado su apoyo a una petición que es un llamamiento a una rebelión contra el orden democrático? De hecho, él siempre ha sido un defensor de las virtudes democráticas.

Con su firma, Mautner ha dado legitimidad a los "jóvenes de las colinas" de Judea y Samaría, y a otros de su calaña que son los autores de esos manuscritos que proclaman un regreso a la ley bíblica, o aquellos que oyen voces en su interior que les dicen que dada la extraordinaria situación actual, es permisible impedir una conducta legal del gobierno. Y ellos las sienten y oyen tan profundamente que hasta los propios autores de la petición "amenazaban de paso a los pilotos israelíes de que, si los civiles iraníes se veían afectados por la lluvia radioactiva de las plantas nucleares dañadas, serían considerados como criminales de guerra".

El profesor trató de explicarme que la insubordinación promovida por la derecha se hace con el propósito de crear un Estado halájico (un Estado al modo de la ley religiosa judía), algo que no es apropiado para empezar, mientras que los actos (la insubordinación que promueve) de la izquierda tiene como objetivo que Israel abrace los buenos viejos valores.

Este no es ciertamente el caso - el valor de una nación judía independiente no es menos importante que tener una democracia -. La Declaración de Independencia leída por David Ben-Gurion en el nacimiento de Israel comenzaba con el recordatorio de que "La Tierra de Israel fue la cuna del pueblo judío", y luego pasaba a la promesa - por suerte - de la libertad individual y ciudadana. El judaísmo y la democracia son, en Israel, similares a gemelos siameses.

Si unas circunstancias únicas o extraordinarias justifican la decisión de rebelarse contra el gobierno legal, ¿por qué entonces evacuar un puesto avanzado en las tierras arrebatadas a los palestinos? Los habitantes de esos puestos avanzados, después de todo, tienen sentimientos muy similares a los que firmaron la petición.

Durante nuestra conversación, Mautner hizo hincapié en que él y sus colegas estaban experimentando una sensación de ansiedad que nunca antes habían sentido, lo cual es cierto, aunque la atmósfera durante las semanas previas a la Guerra de los Seis Días en 1967 fuera similar. En materia de seguridad y de defensa, Mautner ha atado sus puntos de vista a un gran árbol (el ex jefe de Estado Mayor y teniente general en la reserva Amnon Lipkin Shahak) y a un arbolito (el diputado de Kadima Meir Sheetrit), y ha adoptado la creencia de que los estadounidenses harán el trabajo por nosotros.

¿Pero si finalmente ellos no lo hacen? El miedo y la ansiedad no son buenos consejeros a los agarrarse cuando se necesita adoptar una posición.

Yo también lucho día y noche y me preguntó cuál es la mejor acción a tomar y cuál es la menos peligrosa, y si es conveniente poner nuestro destino en unos manos amigas en el extranjero. En estos días, es mejor confiar en lo que sabemos con certeza, no en los llamamientos de las personas que firmaron la petición a los pilotos.

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