Thursday, June 27, 2013

La educación superior de los Haredim - Seth J. Frantzman - JPost



La semana pasada, el senado de la Universidad Hebrea celebró una reunión para examinar si apoyaba una colaboración con el Jerusalem Haredi College. La reunión fue convocada en el marco de una petición firmada por más de 300 profesores de la Universidad Hebrea contrarios a establecer cualquier relación con dicho College (en la actualidad no existe ninguna relación formal).

La controversia surge del hecho de que el Haredi  College tiene clases separadas por género. La cuestión permite subrayar la hipocresía existente en la sociedad israelí: la misma exigencia secular de una integración de la comunidad ultraortodoxa en la fuerza laboral, se corresponde con esta otra exigencia de que se suprima cualquier intento de educar a los haredim porque su cultura y costumbres no están en línea con los principales valores liberales.

El Jerusalem Haredi College fue fundado en 2001 por Rebetzn Adina Bar-Shalom, la hija del rabino Ovadia Yosef, y hoy cuenta con más de 1.200 estudiantes. Según la web de este College, “se trata de un campus de estudio ortodoxo, el primero de su clase que proporciona un marco general para unos altos estándares académicos y una dirección académica que vela por las necesidades propias de los estudiantes religiosos ortodoxos masculinos y femeninos, tanto financiera como personalmente".

La web establece la imagen de esta universidad de la siguiente manera: "La universidad haredi se esfuerza por seguir promoviendo el ideal de educación y de integración de los ultra-ortodoxos en el mercado laboral y en la sociedad, y ello mediante el desarrollo de un tipo de aprendizaje independiente, lo que permitirá desarrollar y diseñar una sociedad ultra-ortodoxa creativa y efectiva, integrada social y económicamente".

Mientras Israel lucha con la necesidad de integrar a los haredim en la fuerza laboral, este College parece ideal para proporcionar la educación necesaria. Actualmente ofrece licenciaturas en trabajo social, psicología, asesoría, tecnología médica, comunicaciones, musicoterapia y resolución de conflictos. Debido a que los ortodoxos son educados en un sistema escolar que separa a los hombres y a las mujeres, la noción de unos estudios separados en la universidad coincide con el estilo de vida al que están acostumbrados, ya que a muchos les resultaría incómodo estudiar en un aula mixta, aún tan extraño como esto pueda sonar para los laicos que han conocido durante toda su vida las aulas mixtas.

La indignación entre los profesores de la Universidad Hebrea es puesta en evidencia por el artículo de Yarden Skop en el Haaretz: "Cuando oigo hablar de segregación de género en un autobús o en la calle, me siento indignado como ciudadano. No quiero que este tipo de cosas se repitan en mi ámbito académico", decía uno de los profesores. Otros comentarios hablaban del "desastre" que la segregación de género significaría para la universidad y de la misma idea de que dicha segregación pudiera existir "dentro de los muros de la universidad".

La rectora adjunta Orna Kupferman argumentaba que "las normas de segregación y de exclusión femenina se expanden... y son contrarias a todos los principios de la universidad… Es sinónimo de que las mujeres son consideradas inferiores, y a eso se reduce finalmente todo". Kupferman también afirmó que "cualquier segregación era contraria a leyes que rigen la universidad, y que establecen que la educación debe estar abierta a todos, sin importar... el género".

Esto está en consonancia con la normativa del Consejo Israelí de Enseñanza Superior que prohibe que las instituciones utilicen la segregación de género. Sin embargo, no todos los  académicos están de acuerdo con la petición. Una respetada profesora feminista me dijo que pensaba que la indignación estaba fuera de lugar y que las mujeres haredi podrían beneficiarse del plan. Sin embargo, todas estas críticas extrañamente parecen ignorar el programa que propone el College haredi.

Según los informes, la Universidad Hebrea consideraba simplemente asociarse con el programa académico existente en dicho College, de modo que los estudiantes universitarios puedan recibir unos grados académicos con el visto bueno de la Universidad Hebrea. Las universidades de Haifa y Tel Aviv ya tienen este tipo de asociaciones. Los académicos de la Universidad Hebrea que se muestran indignados ante la existencia de la separación de género parecen suponer que ésta también se daría en la Universidad Hebrea, o "dentro de sus muros”, y ante ello parecen querer embarcarse en otra batalla contra la exclusión de las mujeres.

Pero dicha suposición ignora el hecho de que el plan nunca solicitó la separación de género en los campus de la Universidad Hebrea. Por otra parte, el supuesto de que la separación conlleve la "exclusión" de las mujeres, o bien que se derive de la noción de que son inferiores, se contradice con el hecho de que el Jerusalem Haredi College está dirigido por una mujer y tiene como objetivo facilitar la igualdad educativa para mujeres y hombres, favoreciendo el progreso de las mujeres en la sociedad y proporcionando a las mujeres religiosas las herramientas necesarias para competir por los puestos de trabajo y recibir un salario más elevado.

La educación es uno de los mayores determinantes del ingreso en la sociedad israelí, como lo revela un estudio del Taub Center que demuestra cómo aquellos con una licenciatura reciben un promedio de unos 14.000 NIS al mes a los 45 años, frente a los que sólo tienen un diploma de escuela secundaria y que ganan unos 8.000 NIS. Así, los beneficios a largo plazo para esas mujeres que hoy estudian en lugares como el Jerusalem Haredi College, se acumularán en dos décadas, con lo que contribuirá a su seguridad económica y a su integración.

Sin embargo, de manera inexplicable, al igual que esos políticos populistas como Yair Lapid que, a la vez que reducen los beneficios dedicados a las familias haredi, les conminan a su integración, la intelectualidad laica está librando una guerra santa en contra de cualquier intento de encontrar compromisos que permitan a los haredim tener éxito en dicha integración a la vez que tratan de respetar su propio estilo de vida.

El debate sobre los pros y los contras de una educación separada para las mujeres no es exclusivo de Israel. Rebecca Bigler, una profesor de psicología y de estudios de la mujer, y Lise Elliot, una profesora de neurociencia, argumentaron en un artículo del Washington Post del 2012 que "una rigurosa investigación educativa ha encontrado que, contrariamente a la creencia popular, la educación diferenciada no produce un mejor rendimiento o mejores resultados en comparación con la coeducación". En otro artículo del 2012, obra de Caryl Rivers y Rosalind Barnett, se señalaba que “el principal problema no es la educación separada, sino los estereotipos a una edad temprana". “Para desarmar esos estereotipos", escribían, "hay que concienciar activamente a las niñas en contra de ellos, a partir de una edad muy joven”. En primer o segundo grado, las niñas y los niños tienen la idea de que las matemáticas son "cosa de chicos". El psicólogo Anthony Greenwald encontró que combatir los estereotipos entre los pre-adolescentes era el factor más importante.

El fracaso a la hora de hacer frente a las necesidades educativas de las mujeres también es un hecho dentro de las universidades. Por ejemplo, en los EEUU sólo el 18% de los títulos en Informática fueron de mujeres el año pasado. Para hacer frente a este problema se han iniciado una serie de programas. Por ejemplo la Wake Tech. Community College, en Carolina del Norte, tiene un programa especial para mujeres en STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), en el cual se ofrecen clases sólo para mujeres, participando en un programa especial dentro de la comunidad de aprendizaje.

La Universidad de Texas ofrece un campamento de verano de una semana de duración para niñas de secundaria que se interesan por la Informática y paga para que 20 mujeres asistan a la Grace Hopper Celebration de Informática de cada año. El Harvey Mudd College también tiene un programa especial diseñado para alentar a las mujeres a estudiar electrónica. La European Molecular Biology Organization  ha inaugurado sus primeros cursos sólo para mujeres este año. En general, los educadores se están dando cuenta de la necesidad de proporcionar oportunidades y cursos especialmente dirigidos a las mujeres, y cómo la discriminación real comienza a una edad temprana, no sólo en la universidad.

La separación de género también ha sido contemplada como una manera de ayudar a las mujeres conservadoras de otras culturas en su inmersión dentro del mercado laboral. Rashida Manjoo, la Relatora Especial de la ONU sobre la Violencia contra la Mujer, sostiene que al no proporcionar aulas segregadas por género para las niñas beduinas, el estado está bloqueando las oportunidades educativas de estas jóvenes, debido a que su conservadora sociedad musulmana evita la mezcla de los géneros.

Por lo tanto, y según Manjoo, "la política de imponer una modalidad de género mixta que no tiene en cuenta las restricciones culturales existentes, acaba discriminando a las niñas beduinas al privarlas efectivamente de su derecho a la educación".

En Israel esto se convierte en la idea de que cualquier forma de separación de género dentro de un aula discrimina necesariamente a las mujeres o implica su carácter inferior. De hecho, según la experta de la ONU, no separar a las mujeres a veces puede privarlas de su derecho a la educación. Esto parece una contradicción desconcertante, pero se debe solamente a que muchas personas en Occidente se han acostumbrado a la suposición de que "segregación" significa obligatoriamente "discriminación".

Las palabras importan, y si van acompañadas de un sentido ideológico muy elevado, aún más. El Jerusalén Haredi College dirigido por Adina Bar Shalom tiene la intención de ayudar a integrar a las mujeres haredi en el mercado laboral, y así elevar su nivel de vida. Quienes se oponen a estas instituciones en muchos casos infringen los derechos de estas mujeres y las privan de mayores oportunidades.

Los haredim no solamente deben estar integrados dentro del mercado laboral en los sectores con ingresos más bajos, deben integrarse en todos los sectores. De cualquier manera, la Universidad Hebrea arriesga a perder la oportunidad de capacitar a un segmento de la sociedad israelí que necesita profundamente una educación superior.

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