Friday, July 26, 2013

¿Fue un desastre el resultado de las elecciones al Rabinato? – Shmuel Rosner – Jewish Journal


David Lau y Yitzhak Yosef

Ayer, mientras estaba siguiendo las últimas horas de la “campaña” para el Rabinato en Israel, una famosa cita de George Costanza volvió a mí: "Vivo mi vida en medio de la vergüenza. ¿Por qué debería morir con dignidad?".

Toda esta campaña ha sido una vergüenza-¿por qué debería terminar con un resultado digno? Si ustedes aún no lo saben, Israel tiene dos nuevos Gran Rabinos, David Lau y Yitzhak Yosef. Ambos son hijos de antiguos gran rabinos, ambos son representantes del mundo haredi y ambos son lo suficientemente buenos para el puesto - posiblemente mejores que algunos de sus predecesores -. El mundo del Rabinato no cambiará mucho tras la elección de ayer, pero usted no debería creer a esos que piensan que algo "terrible" se ha consumado (por ejemplo, el diputado Elazar Stern utiliza ese término). El Rabinato no es lo suficientemente importante como para que cualquiera, a la vista de los resultados, pueda hablar de un resultado "terrible" o "fantástico". Echen un vistazo a los siguientes comentarios para tener una idea rápida de lo que pasó ayer:

1.- El resultado, obviamente, fue una victoria para el partido Shas, y una victoria personal para su nuevo/viejo líder, Aryeh Deri. En el último par de semanas, Deri ha demostrado seguir siendo mucho mejor manipulador del proceso político que sus rivales y aprendices del Hayehudi Habayit. El líder de Habayit, Naftali Bennet, fue golpeado por partida doble: primero recibió un golpe desde el interior, cuando miembros de su propio partido y de su "campo político" (sionismo religioso) rechazaron su elección y se abstuvieron de votar por el rabino David Stav. Bennet se consideró lo suficientemente fuerte como para mantener su decisión formal de apoyar a Stav, pero como el candidato de elección del otro bando se quedó en la carrera electoral, no hubo nada que pudiera hacer frente a la gente que aún así votó por él.

En suma, el voto sionista religioso acudió dividido mientras que el voto haredi, bien organizado, se mantuvo unificado. La prueba: 68 votos a favor del candidato ashkenazi David Lau y 68 votos para el candidato sefardí Yitzhak Yosef. La "oferta" política haredí funcionó como un reloj.

Los sionistas religiosos consiguieron un impresionante logro electoral en las elecciones generales, y gracias a ello son miembros de la coalición, pero si no espabilan tarde o temprano los haredis les morderán una y otra vez. ¿Podrán evitarlo? Creo que no, porque el campo sionista religioso está fracturado hasta el punto de formar dos partidos y no uno. Habayit Hayehudi - El Hogar Judío - es un espejismo. Se trata de dos partidos fingiendo, y con no demasiado éxito, ser uno.

2.- El viceministro de Asuntos Religiosos, el rabino Eli Ben Dahan, se jactó ayer en la radio de que el público parecía más interesado y comprometido que nunca con el proceso de elección de los grandes rabinos. Eso es posible, y sólo demuestra lo que ya sabe cada productor de TV de programas de reality: una competición agresiva y chismosa, sucia y manipuladora, obtendrá calificaciones más altas. No es el Rabinato el que le interesa a la opinión pública, sino la competición desencadenada para su asalto.

3.- Dos puntos relacionados con la suciedad de la carrera:
(a) Sí, es terrible si se piensa que se trata de una campaña rabínica. Si por el contrario se piensa en ello – y  todos deberíamos hacerlo - como una campaña política para un trabajo administrativo, la campaña por el Rabinato no es muy diferente de cualquier campaña política. En otras palabras, tratar de observar en este proceso un cierto grado de santidad es un error, y es un error nuestro. La oficina de Gran Rabino (sefardí y ashkenazi) es un cargo político, por lo que la campaña por el Rabinato es una campaña política. Ni mejor ni peor que las demás. 
(b) Esta tampoco ha sido la campaña más sucia. Ya en 1993, cuando el padre del actual Lau fue candidato a Gran Rabino, mi esposa estuvo muy involucrada en la cobertura de la campaña y escribió sobre ella. Entre otras cosas, ella fue la que denunció las acusaciones de mala conducta sexual y de chanchullos financieros. Fue una campaña que incluyó amenazas e investigadores privados, manipulaciones, trucos, insultos…, en suma,  una campaña auténticamente sucia. Puedo garantizar que la próxima campaña, dentro de diez años, también será sucia, a menos que se cambien las reglas del juego. Es bueno que tengamos diez años entre ambas, el tiempo suficiente para olvidar.
4.- Pensando en la política, fue interesante escuchar ayer a los dos alcaldes de las ciudades más grandes e importantes de Israel - los dos miembros del cuerpo electoral - hablar de sus preferencias para esta campaña. Bueno, uno de ellos, Ron Huldai, de Tel Aviv, no habló mucho. ¿No resulta extraño que el alcalde de la ciudad más grande y secular no se preocupe por la identidad de los próximos Gran Rabinos? En realidad no. Huldai tuvo al padre de Lau como Gran Rabino de Tel Aviv, por lo que para él era más fácil permanecer en silencio. Por un lado, el apoyo público a los candidatos haredi sería arriesgado en un año electoral, y por otro, no quería ir en contra de Lau hijo y echar a perder las buenas relaciones existentes.

El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, sí habló con voz clara y potente. Declaró que unos grandes rabinos "sionistas" serían lo mejor - es decir Stav y Eliyahu, los candidatos del campo sionista religioso - . Estoy seguro de que para Barkat esta es una opinión basada en principios, pero probablemente fue más fácil de expresar por el hecho de que Barkat necesita el voto sionista religioso para las próximas elecciones a la alcaldía, ya que sabe que no tiene ninguna posibilidad de conseguir el voto haredi (los haredis van a apoyar a su rival, Moshe Leon). ¿Ven? Todo es política: para los partidos manipuladores, para los candidatos y para los votantes.

5.- Muchos de los comentaristas y de los entrevistados esta mañana llamaron a desmantelar el Rabinato a causa de la sucia campaña y del desafortunado resultado. Me parece que eso sería un problema. El Rabinato puede que no sea necesario, y podría ser mejor para Israel que no existiera, pero esa conclusión no puede ser consecuencia de los resultados de una elección. Si esa institución no es necesaria, no importa si está al mando el rabino Lau o Stav y Yosef o Eliyahu. Si es necesaria dicha institución, los israelíes deben aprender a vivir con el resultado de una votación legal.

6.- Por lo tanto, ¿necesitamos un Gran Rabino? No creo que lo necesitemos, pero tampoco creo que esa decisión sea fácil. Hay cosas que el Rabinato hace y que son necesarias, teniendo en cuenta la ley israelí actual y la cultura. Desmontar el Rabinato significa cambiar muchas otras cosas, y posiblemente daría lugar a consecuencias no deseadas. Si alguien quiere tomar en serio esta última propuesta, también debería sobrepasar los titulares y dibujar un nuevo mapa del panorama religioso-cultural-político de un Israel post-rabinato.

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