Friday, July 26, 2013

La UE (Unión Europea) muestra sus verdaderos colores a Israel - Peter Martino – Gatestone Institute



La semana pasada la Unión Europea publicó unas nuevas directrices sobre el uso de fondos de la UE con respecto a Israel. A partir de ahora, las instituciones israelíes que cooperen con la UE, o que reciban financiación de la UE, deberán demostrar que no tienen vínculos directos o indirectos con Judea, Samaria, Jerusalén Este y los Altos del Golán.

Estas directrices, elaboradas por la burocracia de la UE en Bruselas, serán vinculantes para los integrantes de la Unión Europea, una organización supranacional que agrupa a 28 países de Europa y uno de los mayores donantes mundiales de ayuda al desarrollo. Las directrices también prohíben cualquier financiación y/o cooperación, además de la concesión de becas, fondos de investigación o premios a todas las personas residentes en asentamientos judíos en los territorios israelíes fuera de las fronteras de 1967.

Sólo los 500.000 habitantes judíos de Judea, Samaria, Jerusalén Este y los Altos del Golán son señalados en este sentido. Las directrices de la UE son claramente antisemitas: son un conjunto único de directrices elaboradas para afectar únicamente a individuos judíos. La UE no pide garantías similares a las instituciones chinas que mantengan relaciones similares con el Tibet ocupado por China, ni la Unión Europea prohíbe toda financiación, cooperación,  concesión de becas, fondos de investigación o premios a individuos de origen chino que residan en el Tíbet. Tampoco la UE emitió directrices similares sobre Turquía y el norte de Chipre ocupado por Turquía, sobre Marruecos y el territorio del Sáhara Occidental ocupado por Marruecos, sobre Indonesia y el territorio ocupado de Papúa Occidental por Indonesia o sobre cualquier otro tipo de disputas territoriales en cualquier parte del mundo [N.P.: por ejemplo, las islas Malvinas ocupadas por Gran Bretaña, o la Guayana francesa].

Con la expedición de estas directrices, la UE ha salido en apoyo del llamado movimiento "BDS" que aboga por el "Boicot, Desinversión y Sanciones" contra la presencia judía en Judea, Samaria, Jerusalén Este y los Altos del Golán [N.P.: en realidad, la finalidad del BDS es abogar por la desaparición de Israel y su conversión en otro estado árabe y musulmán].

La UE decidió elaborar las directrices en diciembre pasado, poco después de que un grupo de 22 organizaciones políticas no gubernamentales, todas ellas apoyando el BDS, pidiera a Bruselas que se uniera a las acciones del BDS. Irónicamente, muchas de estas ONG, a pesar de su participación en una campaña de deslegitimación contra Israel, han sido a su vez beneficiarias durante años de millones de euros de fondos de la UE. En definitiva, la UE ha financiada a unas ONG cuyo principal objetivo era presionar a los estados miembros de la propia UE para que adopten políticas antisemitas.

Que una organización supranacional “supuestamente neutral políticamente”, tal como dice ser la UE, patrocine a “grupos y organismos políticos nada neutrales” que tienen como objetivo obligar a esta organización supranacional para que adopte determinadas políticas, es por llamarlo de alguna manera totalmente irregular. Como ha señalado el profesor Gerald Steinberg, presidente de la organización NGO Monitor que monitoriza la actividad de esas ONG’s pretendidamente neutrales, "las nuevas directrices de la UE son la evidencia de la influencia de esas ONG – muchas de ellas financiadas por la UE – en las propias políticas de la UE. Los resultados prácticos son preocupantes y reflejan una agenda errónea y unilateral".

Sin embargo, que estas políticas estén dirigidas contra un grupo étnico específico, es decir, contra los judíos, las convierte en no sólo irregulares y preocupantes, sino en escandalosas. Y el hecho de que el dinero del contribuyente se utilice con este fin, incluyendo los impuestos pagados por los ciudadanos judíos de los países de la UE, las vuelve más vergonzosas y repugnantes.

Dado el apoyo de la UE a esos ataques politizados contra Israel y la discriminación que desea promover en su contra, por ejemplo, contra los judíos que viven en Jerusalén Este, la UE ya no puede ser considerada como un organismo neutral en el conflicto palestino-israelí.

Las nuevas directrices de la UE refuerzan las reclamaciones palestinas a todos los territorios al este de las fronteras de 1967. Las directrices han enfurecido al primer ministro israelí Netanyahu quien ha comentado: "No vamos a aceptar ninguna imposición acerca de nuestras fronteras".

Las directrices de la UE tampoco son útiles para el proceso de paz, ya que tratan de predeterminar el resultado de las negociaciones antes de que los palestinos ni siquiera estén de acuerdo en sentarse a la mesa de negociaciones. No hay duda de que los diplomáticos de la UE son conscientes de ello. También saben que las fronteras de 1967, que limitan el Estado de Israel al territorio situado al oeste de la línea de armisticio de 1949, vuelven las fronteras del Estado de Israel práctica y militarmente indefendibles. También está claro que si los Altos del Golán son devueltos a Siria, este territorio estratégico caerá en manos de Hezbollah o Al-Qaida, organizaciones que han jurado destruir a Israel y echar a los judíos al mar. Sin embargo, esa situación es la que la UE parece desear para Israel, en suma, que sea un estado indefendible y lo más pequeño posible.

Las directrices de la UE indican que Bruselas niega a Israel el derecho a una defensa adecuada y eficaz. Teniendo en cuenta el inmenso sufrimiento que muchos de los actuales miembros de la UE infligieron a los judíos hace setenta años y anteriormente, Bruselas, en lugar de socavar la seguridad del Estado judío, debería insistir en garantizar el derecho de Israel a unas fronteras seguras y viables. Tristemente, mediante la emisión de unas directrices impregnadas de antisemitismo, está haciendo exactamente lo contrario.

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