Sunday, October 27, 2013

Los ataques a la circuncisión I: ¿Qué se trama tras los ataques europeos a la circuncisión? - Manfred Gerstenfeld - JForum



Una reciente recomendación de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE o APCE) apuntando a prohibir la circuncisión ha colocado, una vez más, a Israel y a la comunidad judía a la defensiva. El Comité de la Knesset para la Aliyah celebró una reunión de emergencia, en la que también participaron organizaciones judías israelíes e internacionales, para estudiar la forma de anular dicha resolución.

El modelo de estas reacciones defensivas se estableció el año pasado, tras la decisión del Tribunal de Colonia que dictaminó que la circuncisión quedaba prohibida en el ámbito de su jurisdicción. Después, el mismo comité de la Knesset celebró una reunión de emergencia en julio de 2012. Después de esto, un gran esfuerzo se llevó a cabo por parte de Israel y las organizaciones judías para luchar contra esta decisión.

En diciembre, Alemania aprobó una ley que establecía que la circuncisión seguía siendo legal. Hace algún tiempo, una lucha similar se puso en marcha por parte de las organizaciones judías de todo el mundo para oponerse a las leyes que buscaban prohibir el sacrificio ritual kosher en los Países Bajos. El proyecto de ley, aprobado por la Cámara de Diputados, no obtuvo la aprobación del Senado en junio de 2012.

Los ataques contra las tradiciones judías en Europa se repetirán muy probablemente una y otra vez en un futuro próximo. No obstante, Israel y los judíos se dejan sorprender por su amplitud. La gente se pregunta, "¿Por qué no hemos aprendido del pasado?" o "¿Por qué no hemos hecho todo lo posible para evitar este fenómeno, en lugar sufrirlo y no responder más que a posteriori?". La respuesta ante el caso que ahora comentamos es que el tema no estaba previsto en el orden del día, y que la moción fue insertada por la eurodiputada socialista alemana Marlene Rupprecht en el último momento, durante un debate sobre la protección de la infancia.

Esto plantea muchas preguntas acerca de lo que la Knesset, el Ministerio de Asuntos Exteriores y los grandes rabinos, así como las organizaciones judías en el extranjero, incluidas las de EEUU, pueden conseguir. Otra cuestión se refiere a si debemos luchar contra estos ataques utilizando el argumento de la libertad religiosa. ¿O quizás debamos introducir otras consideraciones? En el caso de la circuncisión, hay una gran variedad de informes sobre los beneficios de la circuncisión masculina. Esto puede proporcionar un excelente argumento en el contexto de estos debates, sin embargo, también nos desvía de su motivación principal: los judíos practican la circuncisión porque es uno de los mandamientos centrales de la religión judía (la Alianza) y un signo de pertenencia, y no por razones de buena salud [lo que sería el efecto secundario o contingente].

Todavía hay un aspecto recurrente respecto a las reacciones contra los ataques a los rituales, ¿con quién deberían colaborar los judíos? Los musulmanes también se ven afectados por estos intentos de prohibir el sacrificio ritual y la circuncisión. La cooperación con ellos arrastraría consideraciones políticas. Mientras que Israel no es más que un observador en el Consejo de Europa, Turquía es miembro. Teniendo en cuenta las tensiones que caracterizan las relaciones entre los dos países, ¿este ataque haría que esa colaboración fuera viable? Además, hay muchos más musulmanes que judíos en Europa. Su peso electoral en la mayoría de los países es en gran medida mucho más significativo. Hay, sin embargo, diferencias fundamentales en los plazos y los procedimientos entre las dos religiones. Los judíos circuncidan al niño en el octavo día, mientras que la práctica de los musulmanes se realiza durante la pubertad [por lo cual conlleva otra relación con la conciencia, el sufrimiento, la angustia y el trauma]. Mientras los Mohalim [los circuncidadores] judíos están entrenados, no siempre es el caso en los musulmanes, por lo que a menudo dejan que los médicos realicen esta operación.

Los esfuerzos actuales pueden encontrar una manera de lograr que la resolución del PACE sea menos perjudicial mediante la inserción de enmiendas. Sin embargo, la misma amenaza probablemente reaparecerá más pronto o más tarde en otro país o contexto. En Noruega, por ejemplo, el Partido del Centro en la oposición está promoviendo la prohibición de la circuncisión. El partido de los "Verdaderos finlandeses", el tercero más grande de Finlandia, y que también se encuentra en la oposición, también defiende la idea de prohibir la circuncisión.

Más allá de la lucha para proteger y garantizar los ritos judíos, hay una segunda dimensión que plantea otras cuestiones de diferente naturaleza. ¿Es que todos los partidarios de la resolución del PACE contra la circuncisión solamente están motivados por el bienestar de la infancia? ¿Acaso de todo esto no se deduce una colisión entre dos universos de referencia, uno fundado en los valores democráticos y el otro en torno a la libertad de culto y de práctica? No debemos ser totalmente ingenuos. Existe, ciertamente, un constante ataque contra la religión en Europa, que avanza hacia una secularización absoluta. A esto se suma un fuerte deseo en algunos círculos políticos de hacer la vida menos confortable para los musulmanes. Los problemas creados a los judíos, que también se ven afectados, se ven a menudo como simples daños colaterales. Sin embargo, esto refleja que el antisemitismo también ha jugado un papel en estos ataques contra la circuncisión.

Los judíos e Israel también deberían tener en cuenta una tercera dimensión clave en este problema. El antisemitismo, bajo su disfraz antisionista, ha alcanzado cimas sin precedentes en Europa. Al menos 150 millones de los 400 millones de europeos de más de dieciséis años piensan que Israel está llevando a cabo una guerra genocida contra los palestinos. Tener  esos puntos de vista tan mentirosos como extremistas es un indicador del estado mental generalizado entre los europeos.

En este contexto, aparecen las correlaciones entre estos ataques contra los ritos judíos y varias medidas antisionistas. La Unión Europea distorsiona abusiva e injustamente la ley internacional contra Israel. Esto incluye las leyes que discriminan contra los asentamientos judíos. Esto es lo que se ha puesto de manifiesto en una reciente carta enviada por Catherine Ashton, la Alta Representante para los Asuntos Exteriores de la UE, y firmada por más de un millar de abogados de muchos países. Ahora que el clima de odio se propaga en Europa, resulta más fácil presentar propuestas legislativas o leyes antisemitas y anti-israelíes, en muchos lugares y en diferentes planos al mismo tiempo. Liderar la lucha por el reconocimiento de los derechos a los ritos judíos sin hacer cara al mismo tiempo al problema de que es la causa y el hilo conductor, sería un grave error político por parte del gobierno israelí.

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