Saturday, December 21, 2013

El boicot académico de Israel es una farsa - Leon Wieseltier - New Republic


La guía de la ASA para la Paz Mundial


Angela Davis, que apoya el boicot de la ASA con el líder de la Alemania comunista Erich Honecker

El jefe de la ASA admitió más tarde al New York Times que muchas naciones, incluyendo a muchos de los vecinos de Israel, tienen antecedentes de derechos humanos que son peores que los de Israel, pero dijo que "uno tiene que empezar por alguna parte"
"Oh bueno, uno tiene que empezar por alguna parte", explicó Curtis Mares, un profesor asociado de estudios étnicos de la Universidad de California, San Diego, y miembro del Consejo Nacional de la Asociación de Estudios Americanos (ASA), que acababa de anunciar un boicot académico a Israel. Él estaba respondiendo a la sensata pregunta de un reportero sobre la justicia de singularizar a Israel como país a castigar cuando muchos países de este mundo sin corazón tienen un historial de derechos humanos que son significativamente peores, y sus palabras escalofriantemente inanes son una medida de la insipidez moral e intelectual que define al ASA y que ésta orgullosamente describe como "una postura ética".

En un documento de apoyo llamado "Respondiendo a las preguntas sobre el boicot de ASA para jefes de departamento, decanos y administradores", la ASA instruye a sus miembros de que su misión es "hacer una contribución positiva a la comprensión humana", "apoyar la diversidad y la equidad" y "contribuir a la solución de los problemas del mundo" (no se hace mención del elemento académico, por supuesto: esta gente hace mucho tiempo que borró la distinción entre la ciencia academia y el activismo), pero en realidad sólo "un problema mundial", sólo uno de esos problemas de "comprensión humana" les interesa, y es el problema de los palestinos. Ellos y sólo ellos son la piedra de toque universal de la decencia. A pocas horas de Palestina (Siria) cerca de seis millones de personas se han convertido en refugiados en su propio país, donde están siendo bombardeados por su gobierno, y mueren de hambre en la nieve y lucha contra la polio, pero ellos no importan a la ASA, ellos no son víctimas de Israel, y solamente es la depravación del Estado judío, no la miseria realmente existente en la región y en el mundo, lo que ofende a la ASA. En comparación con Alepo, Ramallah es San Diego. Pero claro, "uno tiene que empezar por alguna parte".

Es cierto que no pueden preocuparse por igual de todo, que una acción ética es siempre concreta y, por lo tanto, selectiva. Pero la calidad ética de dicha acción debe ser medida según algún estándar o norma para su selección, y si dicha norma no es ante todo determinada por una evaluación imparcial del sufrimiento y de la necesidad, de modo que si los beneficiarios de esas "energías éticas" no son los más necesitados objetivamente, sino esos otros cuya situación confirma más bien las propias preferencias ideológicas y políticas, estamos ante una falsificación y un fraude. De la lectura de los materiales de la ASA sobre su decisión llama inmediatamente la atención los orígenes decididamente extra-éticos de su boicot. Por otro documento de justificación llamado "Las Preguntas más frecuentes sobre la Resolución de Boicot de ASA" se puede deducir que si la resolución era tan clara en sus razones y virtudes, ¿para qué produce la ASA estas sábanas documentales propias de la cuna del agitprop para sus miembros?

Yo leo ahí que "las instituciones académicas israelíes forman parte del andamiaje ideológico e institucional del proyecto colonial de asentamientos sionistas".  Este lenguaje no es anti-ocupación, es puro antisionismo, y además de una búsqueda de la deslegitimación es un ejemplo del viejo vocabulario de propaganda anti-Israel. (También ignora el hecho de que es precisamente en las universidades israelíes donde la crítica a la ocupación más florece). En la "Declaración del Consejo sobre el Boicot Académico a Israel" leo que "en las últimas décadas, la ASA ha recibido a académicos que analizan críticamente al estado de los EEUU, su papel en el país y en el extranjero", es decir, no se trata solamente del habitual antisionismo, también tenemos el habitual antiamericanismo. Por supuesto, Pakistán también es un aliado de los Estados Unidos cuyo ejército apoyamos, y el ejército paquistaní es cómplice de una barbarie más allá de la que cualquier palestino está sufriendo, pero el terrorismo (y el terrorismo ciertamente musulmán) no interesa a esos progresistas. Esos hechos no entran empíricamente en su mente y en sus compromisos éticos. Ellos, obviamente, responden a impulsos más elevados. También he leído, en la declaración del Consejo Nacional, que "la ASA también tiene una historia de compromiso crítico en el campo de los nativos americanos y estudios indígenas que de manera cada vez mayor dan forma e influir en su investigación". ¿Qué diablos tiene esto que ver con Israel y Palestina? La respuesta es, todo.

Hay una dimensión cómica de esta parodia de la libertad académica. Tras elogiar el boicot de la ASA contra las instituciones israelíes y no contra los individuos que forman parte de ellas, la "piadosa" filósofa judía antisionista Judith Butler [N.P.: la que defendía considerar a Hamas como parte de la izquierda progresista mundial] señaló en La Nación que "la única petición que se está haciendo es que sin financiación institucional para las instituciones israelíes se podría utilizar para los gastos de viaje de los académicos israelíes". !O patria, quanto mi costi! ¿Qué tan importante se consideran estos profesores y cuanta relevancia creen que tienen sus conferencias?

Pero finalmente no hay nada divertido en todo esto. Hay unos principios en juego en toda esta farsa. Butler instruía que un boicot académico "milita en contra del espíritu de censura y de la práctica de la calumnia que corta el debate y participa en envilecedoras caricaturas envilecidos". Sugiero que deje su Levinas y vuelva a coger su Orwell. Es precisamente el espíritu de censura y de conformidad de opinión lo que anima a un boicot de unas instituciones académicas.  En una admirable carta a la ASA un grupo de distinguidos académicos estadounidenses observó esto, y se quejó de que "los estudiosos serían castigados no por lo que ellos piensen, lo que ya sería suficiente, sino simplemente por presuponer su ideario basándose ​​en su nacionalidad... Esto es discriminación pura y simple".

Pero es que a pesar de toda la politización de la ASA, es indiferente a esas políticas que deplora piadosamente. La ocupación de los territorios palestinos es un problema político que requiere una solución política. En el intento de lograr una solución de este tipo, los palestinos no son meras víctimas o espectadores inertes a su suerte. Son actores históricos, y su negativa a aceptar cualquiera de los planes de un Estado palestino que se les han propuesto - la imperfección de la solución les molesta más que la imperfección del problema - es una de las razones - una de las mas relevantes - de que se encuentren en tal situación de debilidad. Es cierto que los asentamientos israelíes en Cisjordania deben terminar, pero incluso si se acaba con ellos, Israel es un estado de derecho con una ansiedad perfectamente comprensible sobre su seguridad. "No apoyamos el boicot a Israel", declaró Mahmoud Abbas en Sudáfrica por el funeral de Mandela. Él admitía solamente un "boicot [de] los productos de los asentamientos". "Tenemos relaciones con Israel", agregó, "tenemos un mutuo reconocimiento con Israel".

Pero, ¿quién es Abu Mazen para hablar por los palestinos en comparación con un profesor asociado de estudios étnicos americanos de la Universidad de California de San Diego?

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