Saturday, April 26, 2014

Decirles solamente lo que desean oír y estrechar calurosamente sus manos, no es prueba de liderazgo - Daniel Gordis


"Y pensar en el otro camino que podían haber seguido esos misiles para llegar hasta aquí". Alusión a la captura por parte de Israel del barco cargado con misiles iraníes y dirigidos a Gaza, y en ese caso su posible posterior lanzamiento contra los civiles israelíes


 "Cuando comentaristas judíos americanos como Daniel Gordis se centran exclusivamente en la forma en que el mundo, los palestinos y la ONU nos odian, no ofreciendo una visión de la paz en el futuro de Israel, no es de extrañar que los jóvenes judíos americanos se alejen". Así me saludó mi cuenta de Twitter en una luminosa mañana de Jerusalén hace una o dos semanas. Era una cruz bastante grande que soportar, sabiendo que la razón por la que los jóvenes judíos americanos se están alejando de Israel era.... bueno, yo.

Huelga decir que lo superé. No sólo porque nada de lo que publica el Haaretz verdaderamente me sorprende, sino porque el escritor, el rabino Eric Yoffie, ha demostrado una capacidad extraordinaria en los últimos meses de pisar la tierra equivocada en prácticamente todas las cuestiones que aborda. Tanto si el asunto es Israel, los matrimonios mixtos ("en la América de hoy día, estar contra el matrimonio mixto es como estar en contra de la gravedad") o si se trata de mimar el anti-intelectualismo, incluso entre los estudiantes universitarios musulmanes americanos (suya fue la presión a la Universidad de Brandeis para que revocara la oferta de un doctorado honoris causa a Ayaan Hirsi Ali, sin que por lo menos se cuestionara otros honores otorgados a Desmond Tutu o Tony Kushner, honores que no fueron revocados y que eran igualmente problemáticos). Yoffie invariablemente escoge el lado equivocado. La verdadera pregunta es por qué es tan consistente en esa elección.

Pero comenzamos primero con los hechos, un tema que no parece interesar demasiado a Rabí Yoffie. Dudo que cualquiera que haya visto mi debate con Jeremy Ben Ami haya podido salir con la impresión de que estoy centrado "exclusivamente en la forma en que el mundo, los palestinos y la ONU nos odian". Pero Yoffie, sospecho, nunca se molestó en ver ese diálogo en YouTube (que tanto Jeremy Ben-Ami como yo publicamos para una conveniencia ecuménica, lean si no el artículo previo de Daniel Gordis), y se basó, en cambio, en una sola frase del artículo que escribí en esta misma columna. Decir que me concentro "exclusivamente en que cómo el mundo, los palestinos y la ONU nos odian" es una bastardización de mis palabras, y es asombroso que al rabino Yoffie no le haya dado vergüenza escribirlo.

Pero no lo ha dado vergüenza, porque la justicia no es una prioridad en la agenda de Yoffie. En cambio, nuestro autoproclamado Sócrates (anteriormente presidente de la Unión para la Reforma del Judaísmo) ahora pasa su tiempo aliviando la conciencia de las masas afligidas, convenciendo a una generación americana de judíos, muy incómodos con el particularismo judío de cualquier tipo, de que su judaísmo puede estar cómodamente arraigado en un universalismo que se niega a criticar a nadie, en un universalismo que exige un liderazgo inspirador de Israel, pero de nadie más.

E rabino Yoffie nos dice que los estudiantes que conoce "desean desesperadamente un Israel que apele a sus valores y a sus ideales más altos". Así que cuando hablen con estos doloridos estudiantes no se les ocurra preguntarles por cuántos países árabes han establecido hospitales de campaña en la frontera de Israel para el tratamiento de los heridos, y que pasaría si se invirtiera tal situación. Nuestros doloridos estudiantes según nos dice Yoffie, "quieren un Israel que haga frente a sus propios extremistas". Por supuesto que Israel debe hacer absolutamente más por reinar sobre los extremistas, tanto en ciertos asentamientos radicalizados, así como en el Rabinato (y he escrito sobre eso extensamente en mis columnas, sin embargo no parece suficiente para el rabino Yoffie, que parece reclamar que me "centre en ello exclusivamente").

Veamos entonces y, sólo por un breve e incómodo momento, seamos honestos. ¿Dónde representa el extremismo religioso un problema más grave? ¿Entre los judíos en Cisjordania (un pequeño número sin duda de los que allí viven), o en Gaza, Egipto y Siria? ¿Es necesario el gasto de aproximadamente 50 mil millones de $ al año por parte de los Estados Unidos en seguridad para la nación para controlar a esos colonos judíos radicalizados, o más bien se debe a los fanáticos musulmanes que diariamente amenazan a cada uno de nosotros, independientemente de nuestra política o en donde vivimos?

¿Acaso el rabino Yoffie solicita a sus interlocutores estudiantiles algo por el estilo? Por supuesto que no, porque él vive en un mundo en el que cualquier crítica a los enemigos de Occidente es considerado automáticamente como un "pensamiento categóricamente despectivo y ofensivo". Y esto pocos días después de Pesaj, la fiesta en la que insiste el Seder de que la clave para el cultivo de la libertad es el pensamiento libre, esta capitulación moral e intelectual resulta aún más deprimente. Es una abdicación del liderazgo de precisamente ese tipo de persona que necesitamos para defender al pueblo judío.

"Sobre todo ahora con la iniciativa de Kerry como soporte vital, (nuestros doloridos estudiantes) quieren desesperadamente un Israel que apele a sus valores y a sus ideales más altos", escribe nuestro buen rabino. Pero ¿por qué el plan de Kerry está muerto? Obviamente, Israel puso sus líneas rojas, y algunos insisten en que debería haber sido más flexible. Pero Maariv informó esta semana que documentos recientemente revelados demuestran que los palestinos habían estado planeando con antelación solicitar la admisión a quince agencias de la ONU, incluso antes de que las conversaciones fracasaran. ¿Acaso le importa a Yoffie que estas conversaciones fueran un engaño desde el primer momento? Él sabe perfectamente que Abbas, la Liga Árabe y prácticamente cualquier otro líder árabe, se han negado a reconocer a Israel como Estado judío, ¿pero se lo dijo a sus alumnos? ¿Les hizo saber que Abbas también dijo que no iba a declarar el final del conflicto?

"La moderación existe, incluso en partes del mundo árabe", nos asegura el rabino Yoffie. Probablemente sí. Pero esto es interesante, ¿no es cierto que el rabino Yoffie enumera la serie de fallos de Israel (el extremismo, la falta de creatividad en las negociaciones, el crecimiento de los asentamientos), pero nunca nos da un solo ejemplo de tal moderación árabe? ¿Al charlar con sus doloridos alumnos, acaso menciona que Sari Nusseibeh (ostensiblemente el palestino moderado por excelencia) se vio obligado recientemente a "retirarse" después de que los estudiantes de la Universidad Al-Quds de Jerusalén Este, de la que fue presidente, realizaran en dos ocasiones manifestaciones a favor de Hamas? ¿Hizo saber a sus doloridos y curiosos estudiantes judíos estadounidenses que este gran moderado palestino se negó a criticar un mitin de estudiantes palestinos en el que los participantes utilizaban el saludo nazi? ¿O que el evento fue tan repulsivo que la Universidad de Brandeis tuvo que suspender su asociación con Al-Quds?

Si el Sari Nesseibeh no es nuestro musulmán moderado, ¿quién lo es? ¿Debería recalcar el rabino Yoffie a sus doloridos y curiosos estudiantes que cuando Baruch Goldstein cometió su atrocidad en Hebrón en febrero de 1994, los rabinos de la Reforma, los reconstruccionistos, los del movimiento conservador y los ortodoxos subieron a sus púlpitos para expresar su vergüenza y su indignación, pero que durante los cuatro interminables años de terror palestino, de 2000 a 2004, los imanes estadounidenses guardaron silencio, negándose a decir a sus comunidades americanas (y a cualquier persona en cualquier lugar del mundo con una conexión a Internet) que volar autobuses llenos de civiles inocentes era inmoral y estaba en contra de todo lo que el Islam supuestamente significa? ¿Dónde están las versiones musulmanas del rabino Yoffie mordiéndose las uñas para criticar a su propio pueblo y a su propia tradición, cuando sea necesario? ¿Señala él a sus doloridos alumnos que, básicamente, no existen?

"¿E incluso si está en lo cierto que la negativa palestina a aceptar a Israel está el centro del problema, lo que ellos preguntan (nuestros doloridos estudiantes progresistas) es qué se propone Israel hacer al respecto?", se pregunta Yoffie.

Lo que el rabino Yoffie no nos dice, por supuesto, es lo que tendría que hacer Israel. Esto se debe a que es mucho más fácil decir "Israel debería hacer algo" que decirnos "que debería hacer". ¿Una retirada unilateral? Eso no funcionó demasiado bien en Gaza, ¿no es verdad? ¿Mover la frontera más cerca de nuestro corazón, allí donde los cohetes Qassam puedan golpear con más facilidad al núcleo de nuestra población y de nuestra existencia? ¿Tiene Yoffie otra alternativa, que no sea censurar automáticamente y por esencia al Estado judío, aún teniendo en cuenta al vecindario existente? Si lo hace, estoy seguro que no soy el único a quien le encantaría escucharla.

Desde luego es más fácil, y definitivamente más divertido, ganarse el favor de esos jóvenes y doloridos estudiantes diciéndoles aquello que solamente desean oír y dándoles calurosos apretones de manos que, por el contrario, recomendarles leer algunos libros de principio a fin antes de comenzar a opinar, y que también deben crecer y reconocer que no todos los problemas, no importa cuán desalentador sea, tiene una solución. Y es que el liderazgo no consiste en tratar de ganar un concurso de popularidad entre los judíos diciéndoles que solo deben estar apegados a Israel si su comportamiento, y solamente el suyo, es completamente irreprochable. Se trata de desafiarlos, inspirándoles. El liderazgo consiste en alentarlos a sentirse orgullosos de su pueblo, de su código moral y de sus logros, y luego instarlos a que se comprometan a asegurar un futuro aún mejor y mayor que su extraordinario pasado.

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