Tuesday, May 27, 2014

No desmonten la barrera de seguridad – Dan Margalit – Israel Hayom



En una entrevista con el columnista de opinión Jeffrey Goldberg del Bloomberg, el primer ministro Benjamin Netanyahu señaló que había un creciente apoyo entre los israelíes hacia unas medidas unilaterales, como la anexión de partes de Judea y Samaria o un retroceso a los bloques de asentamientos, mientras se deja al ejército en el resto de asentamientos hasta que un acuerdo de paz se alcance con los palestinos.

Netanyahu no ha expresado su apoyo a tales posibles movimientos. Tampoco lo hizo la ministra de Justicia, Tzipi Livni, con la cual Netanyahu parecer haber tenido algo más que un roce debido a su reciente reunión con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, en Londres. Livni dijo el viernes que este tipo de acciones unilaterales "no pasarán", siempre que ella forme parte del gobierno.

Hasta ahora, lo que había sido el centro político y la izquierda sionista había buscado una medida unilateral para consolidar los asentamientos en sólo los principales bloques. Pero ahora Naftali Bennett, el jefe del partido derechista  (y de los colonos) Habayit Hayehudi, ha propuesto una acción unilateral diferente: desmantelar la barrera de seguridad y anexionarse los bloques de asentamientos, así como tal vez ciertas partes adicionales de la zona C. El diputado del Likud Zeev Elkin fue rápido al decir que Israel debía comenzar a prepararse para ese paso.

Ambos movimientos unilaterales propuestos son dignos de análisis.

Antes de la renovación de las conversaciones de paz el año pasado, tanto Israel como los palestinos dijeron al secretario de Estado americano John Kerry que estaban dispuestos para luchar por un acuerdo de paz permanente. Los expertos recomendaron a Kerry hablar de un acuerdo permanente, pero en realidad se buscaba un acuerdo provisional en virtud del cual Israel se retiraría a los bloques de asentamientos. Tal medida daría legitimidad a los hogares de alrededor del 80% de los colonos.

Kerry parecía estar preso de un sentido de misión divina, pensando que tenía el poder, en un año, de conseguir un acuerdo sobre las cuestiones de las fronteras, los refugiados y el reconocimiento de Israel como un Estado judío. Este esfuerzo se derrumbó. Todavía sería posible una retirada unilateral hacia los bloques de asentamientos, pero por desgracia tanto el gobierno como la mayoría de la oposición no apoyarían tal medida.

La otra medida unilateral propuesta - el desmantelamiento de la barrera de seguridad y la anexión de partes de Judea y Samaria - es un truco populista que el Habayit Hayehudi y algunos políticos del Likud están utilizando para divertirse. Pueden permitirse a sí mismos ese placer ya que les dará frutos en las elecciones internas de sus respectivos partidos, ya que ven en Netanyahu un estable contrapeso que no permitiría en realidad que tal movimiento se produzca.

Hay dos razones por las que no va a permitir que esto suceda. En primer lugar, la barrera de seguridad es un componente importante de la guerra contra el terror. Durante los días de la Segunda Intifada, la idea de construir la barrera tuvo cuatro proponentes: Ehud Barak, Avi Dichter, Dan Meridor y Haim Ramon (todos los cuales se encuentran ahora fuera de la política). El resto del establishment de la época se opuso a la iniciativa.

Pero la barrera fue construida. No era el único medio para frustrar el terrorismo, pero fue vital, tanto para Judea y Samaria como para la Franja de Gaza (donde también hay una valla o barrera de seguridad en la frontera). La importancia de las barreras de seguridad se ha demostrado en la frontera con Egipto. Durante su tiempo como primer ministro, Ehud Olmert se negó a construir allí una barrera, e Israel fue golpeado por el terror y se llenó de infiltrados de África. Netanyahu tomó un enfoque diferente (ordenando la construcción de la barrera), y la diferencia entre los dos resultados es evidente e inequívoca. ¿Desmontar la barrera en Judea y Samaria? Esto abriría la puerta al terrorismo palestino.

En segundo lugar, si las naciones amigas apenas han aceptado la construcción unilateral de los asentamientos, la anexión de partes de Judea y Samaria sería un desastre para Israel. Antes de que los políticos de la derecha muevan esas fichas que les pueden reportar los votos de sus más feroces electores, dejen que ellos se enteren de lo que sería la respuesta de los gobiernos amigos. Aquí está la respuesta: Estos gobiernos convocarían a sus embajadores en Israel para consultas, algo que tiene el significado diplomático de lo que sería una ruptura de bajo nivel. Los israelíes que abogan por la anexión unilateral no son inteligentes y no son cuidadosos con sus palabras.

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