Thursday, June 19, 2014

El punto de vista de los anexionistas: Revisitando el tema bíblico de los 12 espías - Shraga Blum - i24news



Cualquiera que sea la inclinación política, todo el mundo parece estar de acuerdo de que el conflicto entre Israel y Palestina no es probable que se resuelva durante nuestra vida. Las numerosas rondas de negociaciones terminan siempre en el fracaso e Israel se encuentra en una encrucijada en dos temas principales: la difícil decisión de retirarse de Judea y Samaria, que se liberó en 1967, y la negativa de los palestinos a aceptar el derecho de Israel a existir.

Desde el fracaso de la última ronda de conversaciones de paz, tanto comentaristas como funcionarios políticos están muy ocupados en una tormenta de ideas en búsqueda de aquella que pueda romper el status quo. En estos momentos, el término de moda es "acción unilateral". Un número creciente de personas se han dado cuenta de que la negativa palestina a un acuerdo de paz con Israel es consistente con el objetivo final del movimiento nacional palestino: borrar el Estado judío de la faz de la tierra. La diferencia entre las distintas facciones palestinas es una cuestión de estilo y de timing, no de fondo y de principios. Por lo tanto, los israelíes han llegado a la conclusión de que, en ausencia de un socio, Israel debe tomar medidas unilaterales, incluyendo asegurarse la seguridad con unas fronteras de acuerdo con sus intereses vitales, como lo hizo en la retirada de la Franja de Gaza en 2005 (aunque este ejemplo en particular no augura nada bueno para este tipo de solución).

Sin embargo, la fórmula genérica de "acción unilateral" no resuelve nada, ya que significa diferentes cosas para la derecha y para la izquierda. Los derechistas optan por interpretarlo como una anexión gradual de los territorios liberados en 1967, mediante la cual a los árabes se les concederá autonomía y, finalmente, incluso la ciudadanía; mientras que para la izquierda representa una progresiva retirada israelí - civil y militar por igual - de esos territorios, manteniendo los famosos "bloques de asentamientos" intactos (un término grandilocuente para lo que equivale en realidad a un porcentaje ínfimo de Judea y Samaria).

Las razones de esta profunda división se entienden mejor ahondando profundamente en la psique judía a través de la sabiduría eterna de la Biblia. El famoso episodio - leído el pasado sábado en las sinagogas de todo el mundo - de los 12 espías enviados por Moisés para explorar la tierra de Canaán antes de que los israelitas entraran en ella y finalizaran los 40 años de vagar en el desierto. A su regreso, todos informaron a Moisés de los mismos hechos básicos: la tierra es fértil, mana "leche y miel", pero las ciudades están fortificadas, y las personas que viven allí son poderosas - incluso vieron a un "gigante" -. Sin embargo, cuando se trata de sacar conclusiones, los espías se dividen en dos bandos: diez de ellos son pesimistas y creen que la entrada en esa tierra será imposible, mientras que los otros dos, Josué y Caleb, son de la opinión contraria y expresan su optimismo.

Los primeros parecen tener como objetivo desmoralizar al pueblo: "A nuestros propios ojos eramos como saltamontes, y como tales nos fijamos en la gente del lugar", "esta es una tierra que devora a sus habitantes", "no podemos ir contra ese pueblo porque es más fuerte que nosotros", y así sucesivamente. Después de sus palabras de desaliento, la mayoría de las personas se rebelaron contra Moisés y Aarón, y procedieron a exigir el nombramiento de un nuevo líder que condujera a los hijos de Israel de vuelta a Egipto. Ante esta debacle, se levantaron los optimistas Josué y Caleb y hablaron al pueblo: "No temáis nada, vamos, porque somos capaces de superarlos y prevalecer sobre ellos".

¿No estamos exactamente en la misma situación que nuestros antepasados? De pie, ante una encrucijada, una parte del pueblo israelí quiere "tomar la iniciativa" y volver atrás, renunciar, mientras que otro quiere seguir adelante y completar la misión. Esas dos "iniciativas unilaterales" reflejan disposiciones psicológicas diametralmente opuestas y antagónicas. Las divisiones que existen hoy en día en la sociedad israelí sobre la cuestión de una iniciativa unilateral son similares a las que pesaba sobre los dirigentes del pueblo israelita hace casi 3.500 años. En todo momento, una parte del pueblo judío han expresado su "fatiga", mientras que la otra parte, por lo general una minoría, está listo para tomar el relevo y continuar la misión de Israel.

Hoy en día nos enfrentamos a una nueva prueba en nuestra ruta, que se llama el "conflicto palestino-israelí". La división entre los que quieren abandonar, renunciar, retroceder, y aquellos que quieren liderar el proyecto, se jugará una vez más. Los rostros y las actitudes de las familias de los tres jóvenes secuestrados por los terroristas muestran con una claridad meridiana que la llama y la fe residen en ellos - la voluntad de seguir adelante a pesar de los obstáculos -, junto con la certeza en la rectitud de su causa. Todavía son una minoría vilipendiada, al igual que Josué y Caleb lo fueron frente a los otros diez espías. La historia les ha reivindicado. Esto sucederá aquí, también.

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