Sunday, August 31, 2014

¿Prohibir la aliyá a los judíos franceses? - Shmuel Trigano - Times of Israel



Yo comencé hace unas semanas la revisión del desarrollo de un tema ideológico y político bastante novedoso en Francia - pero que los judíos del mundo árabe durante los años 1950-1970 conocieron bastante bien - y que presenta la posibilidad o la realidad de la instalación de los judíos franceses en Israel como un acto amenazante, hostil y agresivo, algo que lógicamente habría que prohibir. En numerosos países árabes, donde las comunidades judías vivieron sus últimos días, este tema inspiró una política y unas leyes que cualquier historiador podrá identificar fácilmente en Egipto, Irak, Libia, Marruecos, etcétera.

Pero es ahora cuando vemos aparecer por vez primera este tema en Francia. Por el momento, permanece dentro del marco del juicio y el discurso ideológico. ¿Podría llegar a convertirse algún día en un texto de ley, o en un marco legal  ("políticamente correcto", por supuesto, a través de sanciones fiscales, bancarias, nacionales...)? El futuro nos lo dirá. Todo hoy es posible. El poder es débil y volátil. ¿Quién sabe quién ocupará mañana la sede presidencial? ¿El Frente Nacional? Por otro lado, el Partido Socialista y la UMP no son demasiado tranquilizadores...

Tras analizar el artículo del editor en jefe de Le Monde Diplomatique, Alain Gresh, que fue quien abrió el fuego, y del editor de L'Express (quién nos demostró que en la más alta jerarquía de los medios de comunicación se piensa así), debo hacer mención de una nueva toma de posición similar, situada esta vez en lo que se llama la "extrema izquierda" y en la persona del profeta de la "Sexta República", me refiero a Jean Luc Mélenchon, del cual analizaremos su "discurso de Marsella" donde retomaba todos los temas queridos por el islamismo.

Juzgando las manifestaciones pro-palestinas que tuvieron lugar recientemente, atacó inesperadamente a los judíos de Francia: "Si tenemos alguna cosa que denunciar es a esos compatriotas nuestros que han tenido a bien acudir, sin duda inspirados, a manifestarse ante la embajada de un país extranjero (Israel) o bien ir a servir bajo sus colores con las armas en la mano".

Y que no se diga que él es antisemita: "No tenemos miedo de nadie. No tratéis por lo tanto que bajemos los ojos. Será una causa perdida. Yo le diría al CRIF (el organismo central de las comunidades judías) francesas que ya basta. Intentar barrer a todo el mundo con el rayo paralizante de su tratamiento como antisemita cuando tiene la audacia de criticar la acción de un gobierno, resulta ya algo insoportable. Ya hemos tenido suficiente. La República es todo lo contrario de esas comunidades agresivas que tratan de dar lecciones al resto del país".

Y es que los judíos franceses son infieles a la República y están al servicio de un Estado extranjero adepto "a la violencia y la brutalidad". Y ese Estado práctica el genocidio: "En fidelidad a la memoria de los asesinatos en masa que se han cometido en el pasado, nosotros nos hemos convertido en la vanguardia que apoya a esa desafortunada población". Y de paso fustiga al presidente Hollande que les ha dado "carta blanca". ¿Y los manifestantes pro-palestinos? Le faltan palabras de admiración para describirlos, a esos jóvenes franceses (sin duda no de aquí) que fueron capaces de movilizarse con una "perfecta disciplina y en defensa de las desafortunadas víctimas de la guerra en Gaza". Ellos fueron capaces de "mantenerse dignos y de encarnar mejor que nadie los valores fundadores de la República Francesa". Por supuesto, los incidentes antisemitas en Sarcelles y París no fueron graves, solo el hecho de que "unos pocos energúmenos".

La suprema acusación en primer lugar: la explicación de ese juicio se refiere a los judíos como "pueblo elegido", y por lo tanto racista y dominador. "Nuestros valores harán que siempre estemos del lado de los débiles y de los humillados, porque nuestros valores son libertad, igualdad y fraternidad. No la paz para algunos y la guerra para los demás. Nosotros no creemos en un pueblo superior a los otros".

En estas palabras podemos observar como una idea viaja de la derecha liberal (De Gaulle, Christophe Barbier) a la extrema izquierda (Mélenchon, y Gresh). ¿Afectará finalmente al centro derecha y a la izquierda? Está por ver. Mientras tanto, se trata de un paso más en la degradación de la imagen y el estatus de los judíos de Francia. Incluso cuando ellos salen de la escena, abandonando el país, se ven expuestos a la desaprobación y a la condena. El problema es que también serán reprobados aún cuando permanezcan. Lo peor de todo es que aún después de los recientes acontecimientos, los judíos franceses son únicamente los acusados, mientras tanto esa "juventud francesa", a pesar de la violencia de sus manifestaciones, es cortejada y alabada [N.P.: la "juventud francesa" es una alusión irónica a la población de origen magrebí, muy mayoritaria en dichas manifestaciones y bastante poco amante por lo general de la República, tal como se puede observar por su masiva utilización de las banderas de sus países musulmanes de origen].

Ya tenemos un primer ejemplo de la extensión política y judicial de este tema, con Tewfiq Tahani, el presidente de la Asociación de Solidaridad Francia-Palestina (AFP), quien ha comparado a los ciudadanos judíos franceses que participan en el ejército israelí a los yihadistas franceses partidos hacia Siria, acusando a "esos jóvenes compatriotas de participar directa o indirectamente en los crímenes de guerra en Gaza",  un teatro de operaciones donde, en palabras del ministro de Exteriores Laurent Fabius, "tuvo lugar una verdadera matanza", y que en una carta abierta a Manuel Valls apela para que sean juzgados por crímenes de guerra.

Es el mundo al revés. Una auténtica pesadilla. La sociedad francés está profundamente perdida y los enemigos de los judíos se manifiestan cada día más resueltos. En cuanto a Mélenchon quien, por su estilo de oratoria desde la reciente campaña electoral, ha vuelto a introducir la brutalidad en la política francesa, no olvidemos que en el medio donde surgieron los primeros socialistas franceses, desde el principio del socialismo en el primer semestre del siglo XIX, surgió uno de los primeros brotes del antisemitismo.

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