Wednesday, September 24, 2014

¿La democracia israelí en peligro? ¿Pero quién lo dice? - Ben-Dror Yemeni - Ynet




El llanto y los lamentos se han extendido por el campo de la izquierda. Uno podría bautizarlo como "el síndrome Sternhell", después de que ese honorable profesor se vea en la obligación de decirle al pueblo de Israel y al mundo entero que Israel es cada vez más racista y más fascista. En definitiva, que la democracia israelí está en peligro.

Palabras clave como "silenciamiento", "nacionalismo extremo" y "violencia" se pueden agregar a toda esta masa, y entonces la pizza estará preparada.

La semana pasada participé en una conferencia organizada por el New Israel Fund [N.P.: la macro fundación de todas las ONG de izquierdas y políticamente correctas]. Allí argumenté que, en realidad, nos estamos dirigiendo hacia una dirección completamente opuesta. Israel es cada vez más moderado y democrático. Por supuesto, esto supuso una negación de la esencia del campo que ha convertido al "síndrome Sternhell" en una parte clave de su identidad.

¿Por qué tantas lagrimas y lamentaciones si Israel es una democracia normal, vibrante y fuerte? ¿Qué país europeo proporcionará financiación si resulta que existe una "peligrosa y racista legislación en Israel dirigida a silenciar la gente", y así sucesivamente?

Hay un componente extremadamente antidemocrático en estos llantos y lamentos de la izquierda, y es que criticar ciertas decisiones del Tribunal Superior se percibe como una amenaza para el Estado de Derecho, criticar la financiación por países extranjeros de unas organizaciones humanitarias con una evidente agenda política se describe como un peligro para la sociedad civil, y criticar la parcialidad en los medios de comunicación (sobre todo audiovisuales) se percibe como una amenaza a la libertad de expresión. Todo estúpido proyecto de ley, que además tiene cero posibilidades de ser aprobado, se convierte en una "prueba" más de esa destrucción inminente.

El principal problema es la incapacidad de distinguir entre fenómenos como expresiones de la violencia en el marco de las protestas de izquierda, que se han dado últimamente en varias convocatorias, o los mensajes racistas en Facebook, que sí existen, y la definición de una sociedad como fascista o racista.

Esos mismos fenómenos relatados antes son repugnantes. No sólo es cierto que hay cientos de racistas en Israel, algunos de los cuales son potencialmente violentos, sino que puede que haya miles. Pero también hay miles de racistas en Finlandia y Dinamarca, ¿pero eso les convierte en países fascistas?

Una mujer árabe que llevaba un hiyab fue acosada en el Instituto Nacional de Seguros, acusaba una portavoz femenina que se expresó agresivamente en la conferencia. Eso es extremadamente grave. Y es que hay miles de mujeres árabes caminando por ahí con un hiyab en los centros comerciales y mercados. Y nadie les acosa, por suerte, pero… ¿no resulta genial, y oportuno, que una de esas 10.000 mujeres fuera atacada por un hooligan, ya que proporciona más "pruebas" de que Israel es un país racista y fascista? Y claro, ¿cómo es que me atrevo a no entender eso, se me quejaron los miembros de la conferencia? Pues entendiendo lo que es y lo que representa.

Podemos sentirnos enfermos y cansados de estos fenómenos, pero debemos examinar si tienen alguna significación estadística. El Índice de la Democracia de Israel del 2013, patrocinado por el Instituto Israelí de Democracia, comprueba las tendencias en el tiempo. En el 2010, por ejemplo, el 82,9% de los judíos sostuvo que "las decisiones que son cruciales para el estado en temas de paz y seguridad deben tomarse por una mayoría judía". Claramente, esta es una postura problemática.

Pero lo interesante es que en 2013, sólo el 66,67% apoyó esta postura problemática. En otras palabras, con el tiempo, la dirección es cada vez más democrática y no menos democrática.

En 2010, el 65,1% se identificó con la definición de Israel como Estado democrático y como Estado judío y democrático. En 2013, el 66,2% se identificó con esta definición. ¿Esto apunta a incremento del fascismo?
Y hay, por supuesto, la figura más importante: En las últimas elecciones, el bloque derechista-religioso perdió el poder, mientras que el bloque centrista llegó al poder.

Puedo seguir. Hay cifras adicionales. Pero ¿quién necesita hechos cuando resulta tan agradable hablar de inflados incidentes racistas? Esto es lo que está ocurriendo en el contexto palestino-israelí. Esto es lo que está ocurriendo en el contexto interno de Israel. Este es uno de los resultados.

Es difícil negar el hecho de que en los momentos de conflicto, al igual que durante la operación Margen Protector, las tensiones crecen entre los extremos políticos. Las ratas entonces salen de sus agujeros. En suma, hay más expresiones de violencia.

Hubo expresiones de apoyo a ISIS (Estado Islámico) en las páginas de Facebook de algunos árabes israelíes, y hubo expresiones repugnantes del racismo en las de judíos. Pero estos son sólo fenómenos. No todos los árabes apoyan al ISIS y no todos los judíos apoyan a los hooligans judíos.

Pero esto no afecta a las personas que padecen el "síndrome Sternhell". Después de todo, tienen que vender al mundo la tesis de que Israel se está deteriorando y resquebrajando. Y al diablo con los hechos.

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