Sunday, October 19, 2014

Los continúos y desafortunados comentarios de Kerry sirven a la propaganda radical - Ben-Dror Yemini - Ynet



Un error es un contratiempo. Muchos errores apuntan a un grave problema.

Hace unos años, fue el secretario de Estado estadounidense John Kerry quien le dio a una delegación que proponía "liberar Gaza" una carta de apoyo. La portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, dijo que Kerry no había participado personalmente y que no sabía de qué se trataba.

Nuevamente, en medio de las últimas negociaciones, Kerry lanzó una serie de afirmaciones sobre un boicot anti-Israel, advirtiendo que Israel podría convertirse en un Estado de apartheid. Los partidarios del boicot, la desinversión y las sanciones (BDS) se lo anotaron como otra victoria.

Hace varios meses, Kerry sugirió un vínculo entre la pobreza y el terrorismo. Los asesinos de la yihad global, esos que quieren convertir al mundo entero en un lugar especialmente oscuro, se convirtieron gracias a sus palabras en unos activistas en busca del bienestar, y ellos ni siquiera lo sabían.

Ahora les ha tocado a los voluntarios del Estado Islámico, cuya motivación ha ligado nuestro inefable secretario de Estado estadounidense John Kerry al conflicto palestino-israelí. A raíz de las reacciones airadas que sus palabras han causado en Israel, la viceportavoz del Departamento de Estado Marie Harf se apresuró a argumentar que las declaraciones de Kerry habían sido distorsionadas. Ella tiene razón. Su sentido original era mucho peor.

"Todos" dijo Kerry, refiriéndose a los líderes árabes, le habían dicho que el conflicto palestino-israelí estaba generando la ira que estaba empujando a los jóvenes hacia el ISIS.

Es interesante que Mr. Kerry nunca haya hecho mención del gran capital saudí y qatarí, que invierte masivamente en las mezquitas y en los grupos islamistas de todo el mundo, inclusive en Europa, como una de las causas que da lugar a dicha radicalización. Él tampoco ha arremetido contra Qatar, que se ha convertido en el principal financiador de las organizaciones yihadistas.

Kerry tampoco está criticando la incitación antisemita que crece sin parar dentro del mundo musulmán, bajo su tácita aprobación y autoridad, y que está patrocinada por al-Jazeera, entre otros.

Naturalmente, Kerry no culpa de la ira de los musulmanes a los propios Estados Unidos, cuyas acciones en Afganistán y en Irak han provocado la muerte de cientos de miles de personas, en su mayoría inocentes.

Este hombre recita repetidamente afirmaciones infundadas al servicio de la propaganda radical, que suele ser también anti-occidental. ¿Qué demonios le pasa?

Clare Short, quien fue ministra en el gabinete del ex primer ministro británico, Tony Blair, dijo en el pasado que "Israel era la principal causa de la violencia en el mundo". Y aunque suena difícil de creer, inclusive culpó a Israel "por el calentamiento global (por distraer los esfuerzos)". Kerry todavía no ha llegado a eso. Los EEUU han sido y son todavía un amigo insustituible.

Pero la serie de comentarios realizados por Kerry deja a las claras que estamos ante un hombre atrapado por una concepción ideológica post-colonialista que culpa a Israel de casi todos los problemas del mundo. Esta es una escuela de pensamiento que es fundamentalmente anti-Estados Unidos, incluso antes de ser anti-Israel.

Debemos saludar a Kerry por su insistencia en querer lograr un acuerdo basado en dos estados para dos pueblos, pero es una pena que él se encuentre atrapado por una concepción ideológica que paradójicamente es la mayor enemiga de tal acuerdo.

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