Thursday, February 12, 2015

Activistas del boicot a Israel piden que los judíos sean expulsados de la Universidad de Durban de Sudáfrica - Yair Rosenberg - Tablet



Ayer, el Consejo Representativo Estudiantil (SRC) y la Alianza Progresista de la Juventud en la Universidad de Tecnología de Durban de Sudáfrica, llamó a su departamento a expulsar a sus estudiantes judíos. "Como el SRC, tuvimos una reunión y analizamos la política internacional", dijo la secretaria del SRC Mqondisi Duma a un periódico local. "Tomamos la decisión de que los estudiantes judíos, especialmente los que no apoyan la lucha de los palestinos, deben abandonar el departamento". La demanda fue rechazada inmediatamente por el vicerrector de la escuela como "totalmente inaceptable".

Que los estudiantes anti-Israel y los autodenominados progresistas busquen expulsar a los judíos fuera de la universidad en Sudáfrica podría parecer sorprendente a primera vista. Pero para cualquiera que haya seguido al movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) contra Israel, este movimiento no debe ser ninguna sorpresa. De hecho, es sólo la punta del iceberg cuando se trata de las acciones no liberales y frecuentemente antisemitas de la comunidad de activistas anti-Israel en Sudáfrica.

Confundir a los judíos con Israel y con sus políticas - y atacarlos por ello - forma parte del libro maestro del antisemitismo. También resulta cada vez más común en África del Sur. El pasado septiembre, un alto funcionario del partido gobernante ANC se retiró de una conferencia que celebraba el papel de los judíos en la lucha contra el apartheid que había sido organizada por el Consejo Judío de Sudáfrica de Diputados. La medida fue elogiada por la Liga Juvenil del ANC, que había organizado una protesta pro-palestina contra tal evento. Estas acciones llegaron justo después de que el ANC y varias otras organizaciones emitieran un comunicado declarando que "estamos elevando nuestra campaña para boicotear y aislar a Israel como un estado fundado sobre la base del apartheid, lo que de acuerdo con el derecho internacional y varias convenciones de la ONU es un crimen contra la humanidad". (De hecho, Israel fue establecido por las Naciones Unidas)

A finales de julio, Tony Ehrenreich, el líder de la rama del Cabo Occidental del Congreso de Sindicatos de Sudáfrica y ex candidato a la alcaldía del ANC en Ciudad del Cabo, amenazó con boicotear a la comunidad judía local por la guerra de Gaza, y pidió que abandonaran el país si no renunciaban a Israel. "Si el Consejo Judío de Diputados quiere avanzar en una agenda sionista, debería abandonar Sudáfrica y hacer avanzar su agenda en otro lugar", escribió Ehrenreich . "El Consejo Judío de Diputados debe ser informada en términos inequívocos de que si no forman parte de la solución, entonces son parte del problema". Y terminó con un ultimátum: "Se le da al Consejo Judío de Diputados hasta el 7 de agosto 2014 para detener su propaganda sionista en Ciudad del Cabo, so pena de ser boicoteado y convocadas huelgas a todo sus miembros, junto con las empresas y organizaciones que las apoyan".

Dos semanas más tarde, Ehrenreich añadió algo más de violencia a su intolerante incitación culpando a los judíos de Sudáfrica por las supuestas acciones de Israel, llegando a escribir en Facebook que "ha llegado el momento de decir muy claramente que si una mujer o un niño es asesinado en Gaza, el Consejo Judío de Diputados es cómplice y sentirá la ira del pueblo de Sudafrica con la vieja enseñanza bíblica del ojo por ojo".

Estas no son opiniones de extremistas: son las palabras y las acciones de funcionarios y de organizaciones prominentes en la vanguardia del movimiento BDS de Sudáfrica. Estos son los mismos activistas que el mes pasado acogieron calurosamente a Leila Khaled, quien secuestró aviones de TWA y El Al como miembro del Frente Popular para la Liberación de Palestina, y que colocaron en octubre una cabeza de cerdo en la sección kosher de un supermercado de Ciudad del Cabo. Bajo el pretexto de atacar a Israel, estos activistas están atacado repetidamente a los judíos de su país. El esfuerzo para expulsar a los judíos de la Universidad de Tecnología de Durban es el último acto en sus campañas anti-judías.

Irónicamente, el movimiento global del BDS tiene como premisa su llamamiento a boicotear a Israel igualando al Israel contemporáneo con el apartheid de África del Sur, una comparación que insisten enérgicamente no está motivada por el antisemitismo, sino más bien por su antisionismo. Sin embargo, en el mismo lugar de nacimiento del apartheid, los propios defensores del movimiento parece que no puede distinguir entre ambos

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