Sunday, July 10, 2016

¿Por qué Bibi derrotó a los generales? - Evelyn Gordon



Es pura casualidad que el largo ensayo de Amir Tibon sobre "Netanyahu frente a los generales" apareciera tan sólo 10 días después de la votación del Brexit, pero ambos demuestran el mismo punto ciego de parte de las llamadas élites. Después de miles de palabras describiendo la guerra sin límites que el establishment de defensa israelí han entablado durante años contra el primer ministro Benjamin Netanyahu, el veredicto del Tibon, compartido por todos los que entrevistó, es que Netanyahu ha tenido éxito a la hora de reducir el poder de los funcionarios de defensa a la hora de frustrar sus políticas. Sin embargo, parece que Tibon es incapaz de explicar la razón por la que el ampliamente odiado Netanyahu fue capaz de derrotar a la institución más respetada en Israel. De hecho, la razón es la misma que produjo la victoria de la campaña del Brexit: los expertos, sin embargo respetados, nunca serán capaces de persuadir a los votantes para que ignoren las lecciones que han extraído de su propia experiencia vital.

Como Tibon admite fácilmente, el establishment de defensa israelí está formado en "su mayoría por hombres que crecieron en las fortalezas del partido Laborista israelí de izquierda" y tienen puntos de vista moderados. Por lo tanto, resulta comprensible que se mostraran horrorizados ante muchas de las posiciones de Netanyahu, tales como que la paz entre Israel y Palestina no es posible actualmente, o que el acuerdo nuclear iraní fue un desastre.

Lo que no es ni comprensible ni aceptable, sin embargo, es que se haya procedido a desobedecer una de las normas fundamentales de la democracia: en vez de respetar el derecho del gobierno elegido para fijar la políticas del país, trataron de socavar las políticas de Netanyahu bajo todas las formas imaginables. Por ejemplo, en el mismo momento en que el gobierno de Netanyahu estaba presionando al Congreso americano para unas sanciones más severas contra Irán, el entonces jefe del Mossad Tamir Pardo se reunió con senadores estadounidenses y presionó contra unas nuevas sanciones, alegando que podría causar otra guerra en Oriente Medio. Su predecesor como jefe del Mossad, Meir Dagan, "tenía un canal de comunicación directa con el director de la CIA de Obama en su primer período, Leon Panetta, a espaldas de Netanyahu", escribió Tibon. Mientras Tibon no especifica lo que discutieron, el propio Panetta, entrevistado por el canal 2 de televisión de Israel en mayo, daba a entender que Dagan estaba transmitiendo información sobre el debate interno dentro del gobierno israelí sobre atacar las instalaciones nucleares de Irán. En cualquier democracia normal, tanto Pardo como Dagan habrían sido echados con prontitud por tal insubordinación, y Dagan bien podría haber sido investigado por espionaje.

Sin embargo, para la mayoría de los israelíes, el tema más importante no serían específicamente unas normas democráticas no apropiadas, sino la seguridad. Y esto, sorprendentemente, es donde los funcionarios de defensa realmente perdieron a la opinión pública israelí.

Como reconoce Tibon, las autoridades de defensa respaldaron abrumadoramente los Acuerdos de Oslo. Pero la mayoría de los israelíes consideran hoy que Oslo fue un desastre ya que dio lugar a un aumento masivo del terrorismo. Los palestinos mataron a más israelíes en 2000-04 que en la totalidad de los 53 años anteriores de la existencia de Israel.

Tibon también reconoce que los funcionarios de defensa apoyaron abrumadoramente la retirada de Gaza. Pero la mayoría de los israelíes también piensan hoy que fue un desastre: produjo miles de cohetes y morteros disparados contra Israel desde Gaza durante la última década, en comparación con cero desde la Cisjordania controlada por Israel.

Por último, como Tibon documenta minuciosamente, casi cada alto funcionario de defensa que sirvió bajo las ordenes de Netanyahu desafió públicamente su posición sobre el proceso de paz. Ellos argumentaron que un acuerdo de paz entre Israel y Palestina debería ser la máxima prioridad de Israel y que era alcanzable si Netanyahu se implicaba a fondo. Pero la mayoría de los israelíes no están de acuerdo. Han visto como los palestinos rechazan repetidamente los acuerdos definitivos que Israel les ha ofrecido durante las últimas dos décadas, han visto el surgimiento del terror que siguió a cada cesión territorial a los palestinos y han contemplado la incitación masiva perpetrada por nuestros "socios de paz" palestinos y la negación constante de los derechos de los judíos en la Tierra de Israel. Y en consecuencia, al igual que Netanyahu, han llegado a la abrumadora conclusión que la paz no es posible actualmente.

Esta desconexión entre las autoridades de defensa y los israelíes de a pie fue aún más evidente en un fascinante artículo que apareció en Haaretz sólo dos días después de que el artículo de Tibon se consumienra en los corrillos políticos. Consiste básicamente en entrevistas con numerosos ex funcionarios de defensa de alto nivel israelíes sobre Marwan Barghouti, quien cumple cinco cadenas perpetuas en Israel por el asesinato de cinco israelíes.

Casi sin excepción, estos funcionarios estuvieron de acuerdo en dos cosas. En primer lugar, aunque el tribunal logró condenarlo por solamente cinco asesinatos, Barghouti fue, de hecho, la persona a cargo del brazo armado de Fatah a lo largo de la segunda intifada, lo que significa que en realidad fue el responsable de la muerte de cientos de israelíes asesinados por miembros de Fatah. Y en segundo lugar, a pesar de toda la sangre israelí en sus manos, consideran que no debería estar en la cárcel. Para empezar piensan que Israel nunca debería haberlo detenido, a pesar de todos los asesinatos. Y una vez que lo hizo, consideran que se le debería haber liberado rápidamente, y no habiendo podido hacer eso, por lo menos deberían liberarlo ahora, o muy pronto. ¿Por qué? Porque, según dicen estos expertos, él es el único palestino que puede firmar un acuerdo de paz.

Ni que decir tiene, la mayoría de los israelíes no comparten este entusiasmo por liberar a feroces asesinos. Pero aún más importante es que no compran la teoría de que un "asesino en masa es la clave para lograr la paz", y eso porque Israel ya compró esa teoría hace 23 años, y fracasó estrepitosamente. Esto, después de todo, era precisamente el argumento a favor de la firma de los Acuerdos de Oslo con Arafat: sólo un terrorista principal anti-Israel tenía la credibilidad para firmar la paz con Israel. En lugar de ello, resultó que a pesar de su discurso simplista de paz en inglés, lo que Arafat realmente quería hacer era lo que siempre había hecho: matar a más judíos e israelíes. Y no hay razón para pensar que Barghouti sea muy diferente, porque él también habló con soltura de la paz durante el apogeo de Oslo, y no vaciló en organizar el asesinato masivo de israelíes tan sólo siete años más tarde.

Pero demasiados funcionarios de defensa israelíes no parecen haber aprendido nada de la experiencia con Arafat, al igual que, evidentemente, no han aprendido nada de los fracasos de Oslo, del fracaso de la desconexión y de todas las anteriores conversaciones de paz entre israelíes y palestinos. Frente a un conflicto entre la realidad y unas preconcebidas nociones políticas, parece que han elegido abrumadoramente estas últimas, lo que demuestra que a pesar de su "experiencia" no son más que humanos.

Y es por eso, a pesar de tener un gran respeto por la experiencia de las autoridades de defensa en el estrecho campo de lucha contra el terrorismo, los israelíes no han vacilado en ponerse del lado del despreciado Netanyahu cuando se trata de juicios políticos más amplios como las perspectivas de paz o la sabiduría de ceder más territorio. Esos juicios se basan en una dura experiencia, y ninguna cantidad de consejos de "expertos" parece poder convencerles.

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