Sunday, March 25, 2018

Las excusas del asimilacionista judaísmo estadounidense: La capacidad de asombro autoinfligido de Israel - Justin Amler - MIDA



Hace unos días, el presidente del Congreso Judío Mundial, Ronald Lauder, publicó un artículo de opinión en el New York Times, diciendo que temía por el futuro del Estado de Israel.

En un artículo titulado “Las heridas autoinfligidas de Israel", que debe haber sonado a los críticos de Israel como los acordes más dulces de un concierto de música clásica, Lauder lamentaba la desaparición de la solución de dos estados. Él echa la culpa directamente sobre los hombros del Estado judío, diciendo que los principales líderes palestinos están listos y dispuestos a negociar, pero la "amplia construcción de asentamientos judíos" de Israel lo está haciendo imposible.

En un lenguaje que se hace eco de John Kerry, dice que sin una solución de dos estados Israel dejará de ser un Estado judío o dejará de ser una democracia. Todo lo que puedo decir es que "Ronald, ya no estamos en Kansas".

Porque el conflicto entre Israel y los palestinos no es exactamente lo mismo que una disputa arancelaria comercial sobre los plátanos entre Dakota del Norte y Dakota del Sur. Israel está tratando con una entidad que se está involucrando abiertamente en una guerra terrorista contra ella. Se glorifica el asesinato, se premia a los asesinos, se educa a sus hijos para morir matando, los baña en odio y envenena sus mentes jóvenes con la creencia de que matar judíos les traerá honor.

Impulsar la creación de un estado terrorista cuyos valores no sean construir su país sino destruir el nuestro no es forma de construir un futuro seguro. Para ellos no se trata de Palestina e Israel, se trata de Palestina en lugar de Israel, y aplicar un punto de vista idealista propio del mundo occidental sobre el conflicto al que se enfrenta Israel no solo es desacertado, es una locura.

Como si eso no fuera suficiente, Lauder continúa diciendo que la "capitulación" de Israel ante los "extremistas religiosos judíos" está contribuyendo a la "creciente desafección de la diáspora judía", alienando a un gran segmento de la sociedad judía, especialmente a los más jóvenes, que se están distanciando de Israel porque sus políticas están en conflicto con sus valores. Eso, nos dice Lauder, les está llevando a la asimilación y a la desafección de la comunidad judía mundial hacia Israel.

Oh, qué equivocado estás.

Si bien Ronald Lauder ciertamente tiene razón en preocuparse por el futuro del Estado de Israel, una reacción natural en todos los judíos, su preocupación debería convertirse en pánico absoluto por su propia comunidad, una comunidad de la diáspora, la estadounidense. Porque es esa comunidad la que está en serios problemas.

Con una tasa de matrimonios mixtos del 72%, la comunidad judía en los Estados Unidos se está desvaneciendo rápidamente y en lugar de culpar injustamente de ello a las políticas de Israel, deberían examinar más de cerca sus propios valores.

Porque en buena parte de las comunidades judías de la diáspora, especialmente en la estadounidense, se han sacrificado los valores judíos por una actitud progresista deformada que dice: "¡Todo vale!"

Es una actitud que alienta a mostrar cuán aceptables son los matrimonios mixtos y el olvido de la herencia judía. Es una actitud que ve como algunos judíos se posicionan al lado de antisemitas como Linda Sarsour, y ello para demostrar lo "progresistas" que pueden ser. Es una actitud que permite que organizaciones abiertamente antisemitas como Jewish Voice for Peace surjan y apoyen al BDS en un esfuerzo por destacar sus credenciales "progresistas". Es una actitud donde algunas personas están desesperadas por unir sus fuerzas con antisemitas en defensa de su progresismo, en lugar de unir fuerzas con su propia gente en defensa de su judaísmo.

Esto no es culpa de Israel, sino más bien de una falta de liderazgo judío que debería centrarse menos en la política de los partidos políticos y más en fortalecer la identidad judía. Cuando haces eso, refuerzas el orgullo judío, aumentas la confianza judía, educas a los jóvenes sobre quiénes son, de dónde son y qué significa ser judío.

Lo que es más importante, les hace recordar por qué Israel no es solo un país lejano que aparece en las noticias de la noche, sino parte de lo que son. Una parte de su derecho de nacimiento único y algo que debe ser apreciado, valorado y defendido, no regañado y amonestado y atacado.

Las comunidades de la diáspora son críticas y muy importantes para Israel, y durante miles de años antes de la declaración del Estado de Israel los judíos de la diáspora fueron quienes mantuvieron vivo el anhelo de regresar a Israel. Fueron los judíos de Rusia, de Europa, de Oriente y de todos los rincones del mundo los que mantuvieron viva la memoria de una nación judía en sus oraciones, en sus corazones y en sus mentes. A pesar de todas las presiones de una sociedad moderna y secular, mantuvieron su identidad intacta.

Pero después de 1948, los papeles se invirtieron. Israel volvió a ser el punto focal central del mundo judío, no solo espiritualmente, sino también políticamente. Israel se convirtió en el pegamento que nos mantuvo unidos. Israel proporcionó el manto de seguridad para los judíos de todo el mundo. Israel ofreció a los judíos del mundo, destrozados después del Holocausto, un nuevo contrato de orgullo y respeto. Fue el coraje de este pequeño país lo que inspiró a todo un pueblo a recuperarse y levantarse una vez más.

Debido a Israel, cada judío caminó un poco más erguido.

Ahora hay ciertamente muchos problemas en Israel entre su carácter religioso y secular, pero es injusto esperar que Israel se doblegue para acomodarse a las gustos de las comunidades de la diáspora que han intercambiado sus propios valores judíos por unos supuestos valores "progresistas" que trabajan activamente contra la continuidad judía.

Esto no fortalece a la identidad judía, la debilita. Esto no garantiza un futuro para los judíos, lo pone en peligro, porque cuando sacrificas todas tus tradiciones, tu cultura, tu herencia, tus principios, entonces ¿para qué estás luchando exactamente?

Si bien es cierto que la mayoría de los israelíes son laicos, también es cierto que la mayoría de los israelíes están orgullosos de su identidad judía y de su país.

Ronald Lauder termina diciendo que las decisiones que tome Israel en los próximos años determinarán el destino del pueblo judío. Pero así como Israel tiene una responsabilidad con los judíos de todo el mundo, también los judíos de todo el mundo tienen una responsabilidad con Israel.

Los desafíos que enfrentamos hoy y los que nos esperan son difíciles y exigentes. Sin embargo, no solo Israel deberá soportar la carga. Afecta a todos los judíos de todo el mundo.

Porque no se trata simplemente del futuro del Estado judío, sino del futuro del pueblo judío.

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