Sunday, January 02, 2011

Las principales falacias: fronteras y refugiados - Emmanuel Navon







La mayoría de los diplomáticos y periodistas repiten continuamente que Israel y los palestinos tienen la necesidad de abordar las "cuestiones fundamentales", tales como las fronteras y los refugiados, con el fin de conseguir la paz. Sin embargo, ambos temas, se han convertido en las falacias principales, a nivel legal e histórico, de una especie de sabiduría convencional.

Si hablamos de las fronteras, la sabiduría convencional dice que Israel debe "volver a las fronteras de 1967". En efecto, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) está pidiendo al mundo que reconozca un Estado palestino "dentro de las fronteras de 1967". Pero esas "fronteras" nunca existieron. Los Acuerdos de Rodas de 1949 establecieron una línea de armisticio entre Israel y Jordania, una línea que se definió como "temporal", ante la insistencia de Jordania, la cual no tendría ninguna importancia política o jurídica a fin de no perjudicar las negociaciones futuras sobre las fronteras definitivas. La línea de demarcación del armisticio representaba nada más que las líneas de despliegue de las fuerzas involucradas en el conflicto en el día en que fue declarado el alto el fuego. La línea fue demarcada en un mapa anexo a los Acuerdos de Rodas con un rotulador verde, y por lo tanto recibió el nombre de la "Línea Verde".

La Resolución 62 del Consejo de Seguridad (16 de noviembre de 1948) hizo hincapié en el carácter temporal de las líneas de armisticio que se mantendrían "durante la transición a una paz permanente en Palestina". Esto significaba, y significa, que las futuras fronteras permanentes se negociarán en el marco de un acuerdo de paz, y que las fronteras serían diferentes de las líneas de armisticio temporal. Como el juez Steven Schwebel (ex Presidente de la Corte Internacional de Justicia) explicó: "Los acuerdos de armisticio de 1949 preservan expresamente las reclamaciones territoriales de todas las partes y no pretenden establecer unos límites definitivos entre ellas". Esta es la razón por la cual la Resolución 242 (22 de noviembre de 1967) exige la retirada israelí "de los territorios" a unas fronteras acordadas y defendibles, no a las líneas de armisticio temporales e indefendibles de 1949.

Respecto a los refugiados, la sabiduría convencional considera que la demanda de los palestinos es legal y tiene una justificación histórica, pero que su aplicación efectiva trastocaría a su vez la solución de dos estados. Pero resulta que la demanda de los palestinos de un retorno de los refugiados carece de fundamento legal e histórico.

Los palestinos afirman que los refugiados palestinos tienen derecho al "retorno" a Israel conforme a las resoluciones de las Naciones Unidas. Esto es falso. A menudo se cita la resolución 194 (11 de diciembre de 1948) de la ONU, que al igual que todas las resoluciones de la Asamblea General no es vinculante para el derecho internacional. Las resoluciones de la Asamblea son meras recomendaciones. La Resolución 194 declara entre otras cosas, que "los refugiados que deseen regresar a sus casas y vivir en paz con sus vecinos deberán poder hacerlo". ¿Cómo podrían vivir en paz con sus vecinos esos "refugiados", hoy en día, sesenta años después de que sus padres y abuelos partieran? Como dijo Abba Eban, "cientos de miles de personas se introducirían en un estado a cuya existencia se oponen, y cuya destrucción anhelan y desean".

La demanda de los palestinos sobre los refugiados no sólo está jurídicamente infundada, también es históricamente absurda. La agresión árabe contra Israel en 1948 creó un doble problema de refugiados. Cerca de 900.000 judíos fueron expulsados de los países árabes y musulmanes, mientras que cerca de 600.000 árabes huyeron del Mandato Británico [N.P.: la mayor parte de estos refugiados huyeron a otras zonas del Mandato, como Gaza y la Ribera Occidental, por lo que tampoco tendrían un carácter de refugiados al huir a otras zonas del Mandato]. Por trágico que parezca, estos dos ejemplos de refugiados sólo representaban alrededor del 3% del total de la población de refugiados existentes en el mundo en ese momento. Y mientras de la situación de los refugiados del mundo, excepto de los palestinos, se ocupaba el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR), únicamente para los refugiados palestinos se creó una agencia especial y particular de la ONU, la UNWRA. La UNHCR define al refugiado como una persona que vive fuera del país de su nacionalidad (lo que invalidaría a aquellos que huyeron a otras zonas del Mandato) como consecuencia de una expulsión, por contra, la UNWRA extiende también esa definición a los descendientes de los refugiados. Es por eso que el número de refugiados en todo el mundo (los de la UNHCR) ha disminuido desde los cerca de 60 millones en 1948 a unos 17 millones en la actualidad, mientras que el número de "refugiados" palestinos (los de la UNWRA) se ha incrementado desde cerca de 600.000 en 1948 a cerca de 7 millones en la actualidad.

Si la ONU abandonara este doble definición, el "problema de los refugiados palestinos" no sería difícil de resolver. De los 600.000 refugiados de 1948, solamente unos 100.000 aún están vivos, y la mayoría de ellos son ancianos. Israel no tendría ningún problema en su integración. Alternativamente, si la definición de refugiado de la UNRWA se aplicara a los 25 millones de refugiados desde la partición de la India en 1947, a los 15 millones de refugiados alemanes que huyeron de Europa del Este en 1945, o los 1,5 millones de refugiados del conflicto de 1922 entre Turquía y Grecia, sucedería que "decenas de millones" de refugiados alemanes tendrían que poder "volver" a Polonia, y "cientos de millones" de refugiados tendrían que volver a cruzar la frontera entre la India y Pakistán.

Los palestinos quieren invadir Israel con los descendientes (o los supuestos descendientes) de los refugiados árabes de 1948, pero por contra no aceptan a un solo refugiado judío en el Estado palestino que quieren establecer. Los judíos han vivido pacíficamente y sin interrupción en Hebrón durante generaciones. El pogrom llevado a cabo por los árabes en 1929 vació Hebrón de su población judía por primera vez en su historia. Sin embargo, los árabes niegan los derechos de estos judíos (y a sus descendientes según el criterio de la UNWRA), muchos de cuyos familiares fueron asesinados en 1929, a regresar a sus hogares, mientras que por contra exigen que los descendientes de los refugiados árabes, que huyeron a causa de la guerra árabe de agresión desencadenada contra el naciente Estado de Israel en 1948, deberían poder regresar a lo que hoy es Israel. Esto es tan absurdo como inmoral.

Todo esto lleva a plantearnos la cuestión de las minorías en el marco de la "solución de dos estados". ¿Por qué debe existir una minoría árabe en el Estado judío y en cambio es imposible que exista una minoría judía en el estado árabe? Hay hindúes en Pakistán y musulmanes en la India. Alrededor del 20% de los ciudadanos de Israel son árabes, pero los palestinos no tolerarán una minoría judía. En efecto, el presidente de la AP, Mahmoud Abbas, declaró a los periodistas en Ramala el pasado 25 de diciembre de 2010 que no habrá espacio para los israelíes en un Estado palestino.

Los diplomáticos y periodistas occidentales deberían preguntarse por qué se debe tolerar esta intolerancia árabe. También deberían tener en cuenta la tarea de desinformación que sobre estos temas lleva la propaganda palestina. Lo que parece evidente es que ninguno de los "temas fundamentales" se resolverá en la medida en que se basen en falsificaciones históricas y jurídicas.

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