Wednesday, June 26, 2013

Encuestas: los árabes de Israel endurecen su postura (frente a Israel y la población judía), mientras los judíos la ablandan (respecto a los árabes) - Amir Mizroch - Israel Hayom



 A pesar de un endurecimiento significativo de las posturas hacia los judíos israelíes y las políticas del estado de Israel, la mayoría de los árabes israelíes dicen que prefieren vivir en Israel que en cualquier otro país, según informa el índice 2012 de las relaciones entre árabes y judíos en Israel, realizado por el Instituto de la Democracia de Israel (IDI). El índice muestra un trasfondo de alienación y radicalización de los árabes de Israel hacia el Estado judío, con un trasfondo concurrente pero opuesto de ablandamiento del sector judío israelí en sus actitudes hacia la minoría árabe israelí.

"Durante los 10 años que abarcan 2003 y 2012, el índice se caracteriza por la tendencia hacia un endurecimiento de las actitudes árabes hacia el carácter judío del Estado y de su mayoría judía, pero también por una estabilidad o inclusive una cierta moderación en las actitudes de los ciudadanos judíos hacia los ciudadanos árabes de Israel", señala el informe del IDI.

La encuesta muestra que mientras los judíos israelíes están abiertos a un cierto grado de cambios, los árabes se perciben a sí mismos como las víctimas absolutas y esperan que la población judía realice todas las concesiones, mientras ellos se niegan a tomar medidas para ganarse la confianza y la buena voluntad del Estado y de los ciudadanos judíos, o bien para motivar a los ciudadanos judíos a favorecer esos cambios.
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En una indicación de hasta qué punto las poblaciones árabe y judía de Israel se han separado, el índice muestra que el 58,6% de los árabes se muestran de acuerdo con la afirmación de que "está justificado que los palestinos en Cisjordania y la Franja de Gaza inicien una Tercera Intifada si la política de estancamiento continúa". Además, el 58,2% de los encuestados estuvo de acuerdo con la afirmación de que "está justificado que los ciudadanos árabes de Israel comiencen una Intifada por su cuenta si su situación no mejora de manera significativa".

Cerca de un 55,9% de los árabes se muestran de acuerdo con que Israel sea un estado con una mayoría judía, el 60,6% con un estado cuya lengua sea el hebreo, el 53,2% con un estado con una cultura israelí-hebrea, y el 60,2% con un estado en el que el sábado sea el día del descanso. Por otra parte, el 54,7% de los árabes preferiría vivir en Israel antes que en cualquier otro país.

A pesar de esto, los árabes israelíes se sienten alejados de Israel y se ven amenazados, con un 55,5% que afirma que como ciudadanos israelíes se sienten alienados y rechazados (en comparación con 54,3% en 2003), un 62,4% que opina que no se puede confiar en la mayoría de los judíos (55,6% en 2003), un 77,8% que teme una violación grave de sus derechos básicos (71,1% en 2003), y un 68,0% que tiene miedo a una transferencia de la población árabe (55,4% en 2003).

La reconciliación con el carácter judío de Israel no significa preferencia, ya que los árabes prefieren un estado binacional a un Estado judío y democrático, ni implica una justificación del status quo, ya que el 69,6% de los encuestados árabes piensa que no se justifica que Israel mantenga una mayoría judía. Aun así, el 70,5% de los árabes dice que el gobierno actual trata a los árabes como ciudadanos de segunda clase o bien como ciudadanos hostiles que no merecen la igualdad.

Sin embargo, cuando se les preguntó si estarían dispuestos a realizar algún tipo de servicio obligatorio para el Estado, sólo el 34,4% estuvo de acuerdo con ello, un retroceso desde el 43% en 2009. Además, el 82,2% acusa a los judíos de la "Nakba" (la "catástrofe" de la fundación de Israel en 1948), un aumento del 65,3% en 2003. En general, el porcentaje de árabes israelíes que manifiestan posturas de compromiso y colaboración han ido disminuyendo gradualmente y se ha reducido a una minoría.

Según la encuesta, el 37,1% de los encuestados árabes quiere que sus hijos asistan a escuelas secundarias judías, el 42,4% está a favor de vivir en barrios judíos, y el 72,8% quiere que los partidos políticos árabes se unan a los gobiernos de coalición. A los ojos árabes, la integración aumentaría el acceso a los recursos al igual que una forma menos tradicional de vida, sin que ellos suponga tener que asimilarse a la población judía.

Cerca del 48,2% de los árabes respondió que votaría en un referéndum público donde se votara por una constitución que "definiera a Israel como un Estado judío y democrático que garantizara plenos derechos de ciudadanía a los árabes". Sin embargo, en 2006 el apoyo árabe a dicho referéndum alcanzó el 70,9%, y se ha reducido drásticamente desde entonces.

Y un 76,0% de los árabes mantiene que el liderazgo político árabe israelí debería ocuparse más de busca soluciones para los problemas cotidianos y menos a la disputa de Israel con los palestinos.

En cuanto a la perspectiva judía, un porcentaje significativo de los encuestados judíos también estaba dispuesto a aceptar como vecinos a ciudadanos árabes (45,7% en 2012, frente al 34,5% en 2003), a estudiantes árabes en las escuelas judías (54,8% en 2012, frente al 51,5% en 2003), y a los partidos políticos árabes en coaliciones de gobierno (52,8% en 2012, frente al 47,4% en 2003). La mayoría de los judíos prefiere que Israel se integre en Occidente en lugar del Oriente Medio (65,0% en 2012, 66,4% en 2003).

La mayoría de los judíos acepta el derecho de los árabes a vivir en Israel como una minoría, a pesar de los temores de los supuestos peligros involucrados. Cerca del 75,0% de los encuestados judíos está de acuerdo en que los árabes tienen derecho a vivir en el estado como una minoría con plenos derechos de ciudadanía (en comparación con el 72,6% en 2003). La mayoría reconoce los derechos colectivos de los árabes a separar la religión, la cultura y la educación. Asimismo, una mayoría del 58,3% estuvo de acuerdo en que el Estado debe otorgar a los árabes poder de autoadministración de sus instituciones religiosas, culturales y educativas (61,7% en 2003).

Los judíos que tienen miedo de los ciudadanos árabes y no confían en ellos han disminuido a lo largo de la década. En 2012, el 57,6% de los judíos reconocía evitar las zonas árabes de Israel por temor o rechazo (en comparación con 73,1% en 2003), el 51,5% señaló temer la alta tasa de natalidad árabe (70,1% en 2003), el 64,9% manifestó su temor a que los árabes pongan en peligro al estado a causa de su lucha por cambiar su carácter judío (71,8% en 2003), el 27,9% se mostró favorable a negar a los árabes el derecho a votar en las elecciones a la Knésset (35,9% en 2003), el 69,4% creía que un ciudadano árabe que se define a sí mismo como "un árabe palestino de Israel" no puede ser leal al Estado y a sus leyes (75,6% en 2003), el 64,5% elegiría el carácter judío del Estado en caso de contradicción con su carácter democrático (69,7% en 2003) y el 39,4 % declaraba apoyar la transferencia de algunas localidades árabes del Triángulo de Galilea a un futuro Estado palestino (en comparación con 45,3% en 2003). Sólo el 26,9% de los judíos de Israel estaba de acuerdo con que los controles de seguridad en los cruces fronterizos debían ser los mismos para árabes y judíos (33,2% en 2009).

El índice de las relaciones árabe-judías en Israel, sobre la base de una encuesta sobre la opinión pública árabe y otra encuesta sobre la opinión pública judía y las cuales se realizan todos los años en otoño, mide las actitudes de los ciudadanos árabes y judíos hacia los demás y hacia el Estado, y sirve como una herramienta para monitorizar las tendencias hacia el cambio en estas actitudes en los últimos años.

La encuesta árabe se basó en 700 entrevistas cara a cara con una muestra nacional representativa de los ciudadanos árabes de más de 18 años (incluidos drusos y beduinos, pero con exclusión de los palestinos en el Jerusalén Este y los drusos en el Golán, que por lo general no son ciudadanos de Israel).

La encuesta judía se basó en 700 entrevistas telefónicas sobre una muestra nacional representativa de judíos de más de 18 años (incluidos inmigrantes, ultra-ortodoxos, colonos y miembros de moshav y kibutz). El error de muestreo en cada encuesta es de más o menos un 3.7%. Los árabes fueron entrevistados por entrevistadores árabes en árabe y los judíos por entrevistadores judíos en hebreo y ruso, y a todos se les prometió una total confidencialidad. Las entrevistas se llevaron a cabo sobre la base de cuestionarios de opción fija que comprendían 190 cuestiones para los árabes y 150 artículos para los judíos.

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