Sunday, February 09, 2014

Kerry permite que Europa juegue la carta del boicot contra Israel - Ben Caspit - Al Monitor



El equipo del secretario de Estado de EEUU John Kerry está buscando por aquí, en Israel, una universidad donde fuera posible que Kerry se dirigiera a la nación israelí. La idea de que el secretario se dirija a la opinión pública israelí directamente para convencerla de la necesidad de resolver el conflicto palestino-israelí se ha desarrollando en los últimos meses, y se ha dado a conocer por vez primera el 30 de Enero.

Si bien la decisión final aún no está tomada, su necesidad es, sin embargo, incuestionable. Las encuestas en Israel indican que los israelíes han perdido la confianza en los Estados Unidos como salvaguarda de los intereses del Estado judío en tiempos problemáticos. Alrededor del 70% de los israelíes creen que los Estados Unidos no son un intermediario honesto. Por cierto, si encuestas similares se hubieran realizado entre los palestinos, me atrevería a decir que una mayoría palestina aún mayor también habría dicho que Kerry no es un intermediario honesto.

Si israelíes y palestinos por igual están convencidos de que los Estados Unidos se está inclinando hacia el otro lado, es una señal segura de que Kerry está en una buena posición. Al parecer, está haciendo algo bien. ¿Pero él tomará las riendas? La historia y las estadísticas sugieren que no lo hará. En el Oriente Medio siempre se quedan cortos cuando se trata de lograr algo positivo. Pero Kerry, sin embargo, se mantiene firme.

Cuando este artículo se estaba escribiendo el 7 de febrero, antes del mediodía, el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Avigdor Liberman, hablaba en el Commercial and Industrial Business Club de Tel Aviv. Mucho se ha escrito acerca del Liberman del 2014 convertido en un adulto responsable en la región y la principal fuerza significativa en la coalición de Netanyahu que apoya y dice "" a Kerry. En su discurso, el ministro de Asuntos Exteriores cimentó esa nueva reputación aún más. Su texto bien podría haber sido firmado por el presidente Shimon Peres. Y esto es lo que Yvet (Liberman) tenía que decir: "John Kerry es un verdadero amigo de Israel. No creo que sea muy sabio recurrir a los amigos y convertirlos en el enemigo. Cuando se trata de la iniciativa estadounidense, existe una competencia retórica entre nosotros en cuanto a quién es más duro y contundente. Veo al ministro de Economía y Comercio Naftali Bennett lanzándose hacia los micrófonos, pero yo no lo veo corriendo con la misma rapidez hacia la oposición. Kerry está liderando el proceso correctamente... Ciertamente estoy a favor de un acuerdo con los palestinos, pero me opongo a pecar de inocente. La disposición que vemos en el mundo árabe moderado es algo que ya no recordaba. Tenemos oportunidades que nunca tuvimos antes, y debemos tomar ventaja de ellas. La integridad de las personas es más importante que la integridad de la tierra".

Este es un texto seminal. El nuevo Liberman es moderado, astuto, buscador de la paz y de las negociaciones. Él ha llegado a la conclusión de que es mejor tener éxito con el primer ministro Benjamin Netanyahu que ser el suplente de Bennett.

Sólo hubo una cosa que nos estropeó la fiesta del viernes. Mientras Liberman hacía su discurso, su segundo al mando, el ministro de Agricultura Yair Shamir, el hijo del ex primer ministro Yitzhak Shamir, decía exactamente lo contrario en el semanal israelí SofHaShavua: "Kerry no es un intermediario honesto. Ha cruzado la línea. No se puede ser un mediador honesto y echar todas las culpas a un lado. Kerry está tratando de intimidarnos y nos aplica una presión indebida".

Pero no es sólo el ministro Shamir. La semana pasada, el secretario de Estado norteamericano cayó bajo un ataque combinado de importantes políticos israelíes. El 2 de febrero, el ministro de Asuntos Estratégicos, Yuval Steinitz, el ministro del Frente civil, Gilad Erdan, y la ministra de Cultura y Deportes, Limor Livnat, desataron duras declaraciones contra él. Steinitz, de quien se dice que es muy cercano al primer ministro Benjamin Netanyahu, superó a los demás, diciendo que las declaraciones de Kerry en una conferencia de seguridad en Munich fueron "ofensivas e intolerables". Ese mismo día, Netanyahu avisó también contra las amenazas de boicotear a Israel, pero no se refirió a Kerry por su nombre. Al final de esta ronda, Netanyahu estableció un nuevo récord de hipocresía dirigiéndose a sus ministros y dándoles instrucciones para que dejaran de atacar al secretario de Estado de los EEUU.

Usted no tiene que ser un zorro de la política para darse cuenta del doble juego de Bibi. Cuando tres de sus ministros más cercanos lanzan una ofensiva contra Kerry, el mismo día y casi al mismo tiempo - y él también añade más leña al fuego un poco más tarde, aunque sin mencionar ningún nombre explícitamente, y luego "instruye" a los ministros para que no arremetan contra Kerry - el mensaje es claro. No soy yo, dice Netanyahu, son ellos. Yo no tengo una mayoría en el partido Likud para detener tales movimientos, le señala a Kerry. El público israelí se muestra receloso de tomar los riesgos que usted nos propone, y de esa manera me está empujando hacia un precipicio.

A diferencia de los ministros del Likud y Netanyahu, el caso Liberman-Shamir no es fruto de un doble juego o un movimiento coordinado. Se trata más bien de una extrema falta de coordinación. Shamir proviene de una familia de la derecha ideológica radical. Liberman, por otro lado, es un pragmático. Su partido - Yisrael Beitenu - le pertenece a él y él es su líder. Él es quien elabora las listas del partido en la víspera de las elecciones. Él es el que pone los pulgares hacia arriba o hacia abajo. Tomemos, por ejemplo, el caso del ex viceministro de Asuntos Exteriores Danny Ayalon, cuya cabeza cortó Liberman en vísperas de las recientes elecciones, convirtiéndole en historia. Sería interesante escuchar a escondidas las llamadas telefónicas posteriores entre Liberman y Shamir. Por un lado, agradables no serían.

Pero Netanyahu, esto no es solamente un doble juego. En los últimos meses, el primer ministro israelí ha llevado verdaderamente una doble vida. Es como esos maridos que tienen dos familias que no saben que existe la otra. Cada una de las mujeres está convencida de que ella es la única esposa legal.

Cuando la disputa pública entre los ministros de línea dura y John Kerry hacía estragos en los medios de comunicación, los equipos de negociación de las partes continuaban trabajando en su apogeo. A pesar de que Kerry no ha estado en la región durante al menos dos semanas, el trabajo continúa no obstante a toda marcha. Trabajando para Netanyahu están el embajador en Washington Ron Dermer, el asesor de Seguridad Nacional Yossi Cohen, el abogado y enviado personal del primer ministro Yitzhak Molcho, su ayudante de campo el general Eyal Zamir y su cercano asesor de prensa  Liran Dan. Ellos están reflexionando acerca de la redacción de los términos de referencia y en poder avanzar. Tal Becker, del ministerio de Asuntos Exteriores y representante de la ministra de Justicia, Tzipi Livni, está trabajando en la redacción final del documento vis-a-vis con Jonathan Schwartz, del Departamento de Estado. Se cree que desde el punto de vista del eje Israel - Estados Unidos, el trabajo está llegando a la recta final.

El plan de seguridad también está haciendo progresos. En contra de todos los informes anteriores, no hay un plan definitivo de seguridad de los EEUU. Lo que sí tenemos es una propuesta presentada por el equipo de Kerry encabezado por el general retirado John Allen. En este momento, los equipos de ambas partes están trabajando en el esquema final. El Jefe de personal del IDF, el teniente general Benny Gantz, quien conoce a Allen desde que servía como agregado militar en Washington, supervisa personalmente el trabajo que se está llevando a cabo por un equipo especial de la Dirección de Planificación militar.

El establecimiento de defensa israelí cree que el logro de un plan conjunto de seguridad sería de un interés nacional de primer orden. Sin embargo, y bajo el mismo aliento, los generales están en línea con su ministro de Defensa, Moshe "Bogie" Ya'alon, quien considera que sensores, satélites, zeppelines, vehículos aéreos no tripulados, antenas y barreras sólo son medidas de seguridad adicionales. Nada, sostiene Ya'alon, puede reemplazar a las tropas sobre el terreno. El ejército israelí está tratando de llegar a un posible plan de "intervención rápida" para las tropas israelíes si surge una necesidad inmediata, incluyendo el interior de las áreas palestinas. Tales ejemplos incluirían un gran ataque terrorista, la transferencia de armas estratégicas, la infiltración de terroristas buscados, etcétera.

Cuando se trata de los palestinos, los estadounidenses se enfrentan a dificultades mucho mayores. A diferencia de Netanyahu, quien accedió a tragar con las "líneas de 1967" como base para las negociaciones (con un intercambio de tierras, naturalmente), el presidente palestino, Mahmoud Abbas (Abu Mazen) tiene un hecho muy difícil de digerir ante la posibilidad de que el documento de EEUU incluya el reconocimiento de Israel como el Estado-nación del pueblo judío, volviendo así el "derecho de retorno" totalmente estéril. Netanyahu ha dejado claro que sin estos dos elementos, el documento no valdría para Israel bajo cualquier formulación, incluso si al final sólo se le llama un documento y nada más. Mientras, Kerry conoce esto y le resulta difícil transigir con ello.

En contraste con Israel, Kerry no tiene palancas poderosas para utilizar contra los palestinos. Ellos no pueden ser intimidados con un boicot. Su nivel de vida no es muy alto y no tienen mucho que perder. Incluso si se rebajara el estatus de la Autoridad Palestina en Washington, Abbas tiene muchas opciones y alternativas, también en términos de economía. Él puede aparecer por Naciones Unidas y ver su autoridad reconocida como un Estado. Él puede obtener el apoyo económico de los países árabes y dar pasos hacia un acercamiento con Moscú y Beijing. A veces, cuando no tienes nada que perder, estás en la mejor posición.

La decisión europea de comenzar a forjar un boicot contra Israel no es puramente un problema europeo. Este es un movimiento euro-americano bien orquestado y minuciosamente planeado. Durante el primer mandato del presidente Barack Obama, cuando los europeos discutían la posibilidad de iniciar un boicot a los productos fabricados en los asentamientos, los norteamericanos fueron los que paralizaron esa agenda. Nosotros estamos manejando la cuestión diplomática, por lo que manténganse al margen de esto, les dijeron a los europeos. Y así fueron las cosas. El segundo mandato de Obama es totalmente diferente y ha sido Kerry quien ha discutido ese plan vis-avis con los europeos. Cuando comenzó esta legislatura, ya se informó que los estadounidenses y los europeos se habían repartido los papeles: Los Estados Unidos serían el poli bueno y Europa el poli malo. Obama permitirá que los europeos hicieran el trabajo sucio por él. Y eso es precisamente lo que se está desarrollando en estos momentos.

Mientras que Kerry estaba en Munich y avisaba de los peligros que podría afrontar Israel con los boicot, los bancos escandinavos y los fondos de pensiones anunciaron que iban a dejar de hacer inversiones en Israel. Esa fue la señal de un invierno inminente. A diferencia del pasado, los Estados Unidos no tienen ninguna prisa para decirle a Israel: "No se preocupen, no dejaremos que lo hagan". Por el contrario, los Estados Unidos están bombeando hasta la angustia a Israel sumando sus propios consejos y avisos: "No vamos a estar ahí, para ustedes, todo el tiempo", les dicen a los israelíes. "Cuando el barco del boicot comience a navegar, será difícil de detener. Piensen en Sudáfrica. Ustedes estaban debidamente advertidos".

Las próximas semanas son decisivas. Todo esto puede quedarse en nada. Kerry puede salir con una declaración que anuncie su fracaso. El documento no nacido será archivado y olvidado en algún cajón de los archivos. Los estadounidenses se retirarán con el rabo entre las piernas. Y dejarán atrás su desesperado intento de romper el estancamiento en el Oriente Medio.

Sin embargo, todavía no estamos allí. Trabajando incansablemente, Kerry ha obtenido el total respaldo de Obama. Los europeos están haciendo su parte, y todo en la cocina está hirviendo. Hay dos personas que se sientan ante esta olla gigante, Netanyahu, de 64 años de edad, y Mahmoud Abbas, de 78. Y los dos están sudando: por el calor, ya que la temperatura sigue subiendo, y de miedo.

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