Sunday, March 16, 2014

Los cohetes desde la Franja de Gaza les recuerdan a los israelíes el fracaso de la retirada de Gaza - Ben Caspit - Al Monitor


Un selfie a la manera palestina, según Ronny Gordon

Cuando el primer ministro Ariel Sharon se le ocurrió el plan de retirada de Gaza, que posteriormente vio a Israel retirarse de la Franja de Gaza en 2005 después de haber arrasado las florecientes comunidades israelíes asentadas allí, se le preguntó qué pasaría si los palestinos continuaban disparando cohetes contra los civiles, incluso después de la expulsión de los colonos judíos. "En ese caso", respondió Sharon, "me gustaría pedir que cada cohete fuera respondido por fuego de artillería pesada".

La lógica de Sharon era simple. Una vez que el conflicto territorial había terminado, al igual que la ocupación de Gaza, el lanzamiento de cohetes contra los civiles de las ciudades israelíes suponía cruzar una línea roja. Cada cohete disparado debería replicarse con una fuerza desproporcionada con el fin de dejar en claro que Israel no toleraría una situación en la que un millón de sus ciudadanos estaba siendo rehén de unas pocas organizaciones terroristas.

Pero esta directiva de Sharon nunca llegó a despegar. A raíz de la citada directiva, el entonces fiscal general Meni Mazuz envió un informe detallado explicando que el tipo de represalia mencionado por el primer ministro estaba prohibido. Se entabló una discusión. Indignado, Sharon golpeó la mesa, gritó y protestó, pero no podía alterar el decreto. Por definición, las organizaciones terroristas son organizaciones terroristas. Un Estado democrático soberano, sin embargo, está limitado por un conjunto totalmente diferente de leyes. No obstante, Sharon siguió adelante con la desconexión. Los asentamientos judíos fueron demolidos y quemados (cuatro asentamientos adicionales fueron desalojados en el norte de Samaria), y cerca de 8.600 colonos se quedaron sin hogar, e Israel se replegó a lo largo de la frontera internacional de la Franja de Gaza.

Desde entonces, los cohetes han pasado de ser una molestia a ser un problema estratégico. Hamas se apoderó de la Franja de Gaza por la fuerza, echando a la Autoridad Palestina y a los cuerpos de seguridad de Mohammed Dahlan, convirtiéndolo en un centro de terrorismo repleto de cohetes y misiles - un centro que en la actualidad representa una amenaza no sólo para la región sur de Israel, sino también también para el área metropolitana central de Dan, hasta el norte de la ciudad costera de Herzliyah -. Desde la retirada israelí de la Franja de Gaza, los ciudadanos israelíes del sur del país han estado viviendo bajo una amenaza constante y al tanto de las alertas rojas de las sirenas. Obligados a permanecer cerca de habitaciones o albergues seguros, les resulta difícil llevar una vida normal.

La violencia entre las dos partes se puede dividir en tres categorías. La primera categoría es la del "goteo" de rutina, en el marco del cual, en la mayoría de las ocasiones varios cohetes se disparan contra Israel. Cuando eso sucede, la fuerza aérea israelí reacciona instintivamente golpeando varios objetivos en la Franja de Gaza. Unas horas más tarde, la tranquilidad se restaura.

La segunda categoría consiste en un uso más masivo de varias docenas de cohetes, y es conocida como una "ronda" de ataques. Ante ella, Israel reacciona con mayor fuerza, usando sus Jetfighters y tal vez también los tanques. Luego los palestinos reaccionan inmediatamente después con otra salva de cohetes, puesto el objetivo esta vez en grandes ciudades como Ashkelon, Beer Sheva y Ashdod (esta última situada a unos 40 kilómetros al sur de Tel Aviv). En este punto, varios de los intermediarios (por lo general procedentes de Egipto) pasan a la acción y un alto el fuego se negocia. Es decir, hasta la siguiente "ronda".

La tercera categoría de violencias es la "gran conflagración", dos de las cuales han tenido lugar desde la desconexión. La Operación Plomo Fundido fue lanzada por el entonces primer ministro Ehud Olmert en 2008 y la Operación Pilar de Defensa en 2012 por el actual primer ministro Benjamin Netanyahu. Estos son eventos que conforman el balance de poder, así como la ecuación de la disuasión entre las dos partes. Fijan las reglas del juego, sólo para ser actualizadas y mejoradas en la próxima "gran conflagración".

Aparentemente, esto no es un partido entre rivales iguales. Con una ventaja decisiva sobre todas las organizaciones terroristas combinadas con sede en Gaza, la fuerza aérea de Israel es la más fuerte del Oriente Medio, y posiblemente una de las más potentes del mundo. Israel también posee un ejército regular y capacitado que consta de fuerzas blindadas y hombres de infantería, con una gran variedad de vehículos aéreos no tripulados (UAV o drones) que pueden llevar a cabo asesinatos selectivos con raro poder y precisión. Israel utiliza satélites y algunos de sus servicios de inteligencia son de los mejores del mundo, por no mencionar sus capacidades cibernéticas y sus sofisticadas telecomunicaciones, sus fuerzas especiales y similares.

Pero en realidad, Israel es el lado más débil. Debe hacer frente a las limitaciones que conlleva ser un Estado democrático y estar sometido a un riguroso escrutinio internacional, todo lo cual conlleva que la mayor parte de su poder no puede utilizarlo. Así debe observar, sin poder hacer demasiado, como las organizaciones terroristas en Gaza siguen lanzando sus cohetes desde el interior de zonas densamente pobladas, ocultando sus cohetes en edificios residenciales, además de saberse que los milicianos palestinos se esconden detrás de mujeres y niños, y debajo de la tierra y en hospitales cada vez que las cosas se ponen difíciles. Por lo tanto, las manos israelíes están atadas.

Lo anterior describe con precisión lo que se conoce en la jerga profesional como un "conflicto asimétrico" que tiene sus propias reglas. El hecho es que cada vez que termina un conflicto de este tipo, los palestinos declaran con orgullo una victoria histórica, poniendo sus lanzadoras de cohetes a distancia. Por su parte, Israel se contenta con restaurar la tranquilidad y con algunas declaraciones vacías del primer ministro Netanyahu, quien, antes de subir al poder, se comprometió a derrocar al régimen de Hamas y limpiar Gaza de cohetes. Sin embargo, en los últimos cinco años se ha contentado con reaccionar y luego afrontar los acontecimientos con una notable moderación.

Así que, ¿qué pasó esta semana? Esta semana fuimos testigos de otra "ronda". Comenzó con una actividad de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) en lo que se conoce como el "perímetro". Esta es una franja de unos 100 metros al oeste de la valla que separa Israel de los palestinos. Aunque esta área debería estar bajo control palestino, los acuerdos alcanzados ante las consecuencias de la Operación Pilar de Defensa permiten al IDF operar allí y arrancar de raíz los arbustos y los árboles con el fin de impedir que las organizaciones terroristas siembren la frontera con improvisados y poderosos artefactos explosivos. Durante esta actividad del ejército israelí, que es esencialmente de carácter técnico, un grupo de la Yihad Islámica compuesto por tres militantes se acercó a está zona de amortiguamiento, desplegó sus morteros y estaba a punto de disparar sus proyectiles contra los soldados. Una dron de la fuerza aérea filmó toda esta cadena de acontecimientos (Las fotografías fueron posteriormente difundidas por el portavoz del IDF). Reaccionando con rapidez ante esta actividad ofensiva, la fuerza aérea israelí despachó un dron que golpeó y mató a los tres militantes de la Yihad Islámica.

Al día siguiente, la Yihad Islámica disparó aproximadamente un centenar de cohetes contra las comunidades israelíes situadas más cerca de la frontera con Gaza. Esto supone un gran número de cohetes y una declaración de guerra a todos los efectos.

La Fuerza Aérea israelí respondió llevando a cabo unas pocas docenas de ataques aéreos. Con la Yihad Islámica continuando con su lanzamiento de cohetes, la fuerza aérea operó de nuevo golpeando unas pocas docenas más de objetivos. En esta etapa, la Yihad Islámica, después de haber agotado la "ronda", se bajó del carro, y subcontrató la tarea a los Comités de Resistencia Popular. Ellos siguen disparando cohetes, manteniendo la "ronda" de violencia a nivel de "goteo". En Gaza siempre hay gente encantada de ser subcontratada para estos menesteres. Ellos no se arriesgan demasiado desde el momento que Israel se centra de lleno en la Yihad Islámica. Por lo tanto, no tienen ninguna motivación real para perder la oportunidad de disparar un par de cohetes contra la población civil del otro lado.

Ante este estado de cosas, Israel lanzó una última amenaza a la Yihad Islámica: a menos que ustedes pongan el alto a todo esto, Israel reanudará sus asesinatos selectivos. Eso funcionó. Cuando este artículo se ha escrito (el 14 de marzo), parece que la Yihad Islámica se ha enfriado. Nada da más miedo al liderazgo terrorista en la Franja de Gaza que los asesinatos selectivos. Un pionero mundial en este ámbito, Israel tiene capacidades sin igual que combina con inteligencia de primera categoría, potencialidades humanas, vigilancia e inteligencia visual. También cuenta con una capacidad de ejecución rápida y ágil que combina a todas las ramas del IDF con una sincronización perfecta.

A pesar de su bravuconería y heroísmo virtual, los líderes de la Yihad Islámica y de Hamas tienen una gran inclinación por la vida. Ellos realmente no quieren ascender rápidamente al cielo mientras conducen una moto o un coche por las calles de Gaza.

La amenaza funcionó. Ahora estamos entrando en la etapa de la eliminación gradual de esta "ronda". El "goteo" continuará durante varios días y logrará algún tipo de respuesta de la fuerza aérea, hasta que todo se apague paulatinamente. En dos semanas o en dos meses, la próxima "ronda" comenzará. Esto es lo que ha estado sucediendo desde hace más de una década.

Creo que sería difícil de encontrar cualquier otro estado soberano del mundo que llevara como lleva Israel los periódicos lanzamientos de cohetes contra sus ciudadanos civiles. Estando en una situación mucho más complicada que la mayoría de los países del mundo y teniendo que lidiar con cinco frentes al mismo tiempo, Israel continúa viviendo la pesadilla de Gaza porque en esta etapa no supone una verdadera amenaza existencial.

La tragedia radica en un aspecto diferente de la situación. El hecho de que la experiencia piloto de la desconexión de la Franja de Gaza fuera un fracasó y que los palestinos aprovecharan la retirada israelí con el fin de convertir la zona en un depósito de cohetes y en un centro de terrorismo, en lugar de rehabilitar y reconstruir la zona, lo que provoca que la mayoría de los israelíes se mantengan escépticos ante otras retiradas. De hecho, permanecen recelosos ante cualquier cosa que tenga que ver con el proceso de paz y con otras iniciativas en Judea y Samaria después de Gaza.

Con los israelíes permaneciendo tan escépticos, y con el presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas no estando dispuesto ni siquiera a considerar la idea de reconocer a Israel como el Estado del pueblo judío, no es de extrañar que el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, se encuentre en un callejón sin salida.

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