Friday, August 05, 2016

Los nuevos apóstatas judíos - Edward Alexander y Paul Bogdanor - Algemeiner



El 1 de agosto, la profesora Hasia Diner, de la New York University, y la profesora Marjorie Feld, de la Babson College de Massachusetts, salieron a las páginas de Ha'aretz para denunciar al único estado judío del mundo por ser racista, colonialista, reaccionario y agresivo, y - por encima de todo esto -, por ser judío. La difamación de Israel ha sido durante mucho tiempo la razón de ser de este periódico. "Cuando se trata de difamar a  judíos", dice un personaje de Philip Roth en "Operación Shylock" , "los palestinos son pisherkes [yidish] de poca monta si lo comparamos con el Ha'aretz".

El 2 de agosto, la misma publicación (tal vez como resultado de algunas discrepancias internas) publicó una poderosa refutación del historiador Jonathan Sarna de la universidad de Brandeis. Jeffrey Goldberg, de Atlantic Monthly, declaró en twitter que estaba "preparado para dejar (de leer) el Ha'aretz". Más tarde, agregó: "cuando los neonazis te envían correos electrónicos con enlaces a un artículo del Ha'aretz que declara que Israel es el mal, pienso que ha llegado la hora de tomarse un descanso y dejar de leerlo" [N.P.: el artículo era de Gideon Levy, uno de los "justos" de Mario Vargas Llosa].

Tanto Feld como Diner nos comentan lo que podría denominarse sus cuentos desconversion, "del sionismo a la Israelofobia", donde prima el odio a Israel, a su gente, y más aún, a los judíos de la diáspora que reconocen que la seguridad de Israel es un deber moral para esta generación. Feld insinúa que despertó de sus "delirios" sionistas por las efusiones de Noam Chomsky, un escritor que prácticamente no dice nada sobre el tema de Israel sin equiparar a la nación judía con la Alemania nazi. Su aversión a la comunidad judía estadounidense se expresó de la siguiente manera en 1988: "La comunidad judía es profundamente totalitaria. Ellos no quieren la democracia, ellos no quieren libertad". Palabras sin duda bellas y conmovedoras. ¿Serán también música para los oídos de estas profesoras de historia desilusionadas?

Diner, más que Feld, tiene ideas muy personales, algunas de los cuales pueden superar los delirios de Chomsky. Por ejemplo, afirma que "la muerte de un gran número de comunidades judías fue el resultado de la actividad sionista que ha empobrecido al pueblo judío". ¿Fue "la actividad sionista", y no el Tercer Reich y sus colaboradores, la que aniquiló a los judíos de Europa? ¿Fue "la actividad sionista", y no las dictaduras árabes, la que expulsó a una población judía de un país árabe tras otro y que habían habitado durante más de mil años? ¿Y fue que "la actividad sionista", y no la devastación dejada por el comunismo, la que llevó a que más de un millón de judíos salieran de la Unión Soviética?

Diner se queja de que "la insistencia singular de Israel en ser un Estado judío y sionista" la obligó a renunciar a sus puntos de vista sionistas. "¿Constituyen los judíos una raza o una etnia?", se pregunta. "¿Significa un Estado judío un estado racial?". Y nosotros nos preguntamos: ¿es esta una profesora de historia judía? ¿Acaso no sabe que los judíos se encuentran en todas las razas, y que cualquiera puede llegar a ser judío? ¿Ninguno de sus colegas de la universidad NYU le dice que el "estado racial" de Israel es el único estado que ha existido en esa zona y que ha traído a sus costas a decenas de miles de judíos africanos como ciudadanos libres e iguales?

"La Ley del Retorno", afirma Diner, "no puedo contemplarla más que como una ley racista". Sin embargo, otros países libres tienen sus propias leyes de retorno, sin ocasionar ninguna protesta por parte de esta profesora de moral tan elevada. La constitución de Armenia, por ejemplo, permite a los individuos "de origen armenio" adquirir la ciudadanía a través de un un procedimiento simplificado, La constitución de Lituania proclama:  "Todo el que es étnicamente lituano tiene el derecho a establecerse en Lituania". Las constituciones de Ucrania y Polonia tienen disposiciones idénticas.

¿Por qué la furia que despierta Israel a las profesoras Feld y Diner, por ser un Estado judío, no la dirigen también contra Gran Bretaña, un estado cristiano, con una iglesia protestante oficial, un monarca protestante y un sistema estatal de educación protestante? Otros estados autodeclarados cristianos, y que tienen numerosos ciudadanos no cristianos, son bastiones progresistas como Dinamarca, Finlandia, Grecia y Noruega. Y no hablemos de todos los estados cuyos nombres comienzan con "República Islámica de..." o "Unión Árabe...", y que se encuentran entre los más entusiastas partidarios patrocinadores de actos como "Semana del Apartheid Israelí".

Puesto que la gente de Israel ha estado bajo asedio militar, así como ideológico, a lo largo de su existencia, nuestro dúo de profesoras progresistas difícilmente podrían evitar el tema de las atrocidades que ha sufrido la población civil judía. Pero se ocupan de esta tema como, por desgracia, uno podría haberse esperado. Diner escribe: "Aborrezco la violencia, las bombas, las puñaladas, o como individuos normales duramente oprimidos recurren a la ira y a la frustración. Y sin embargo, no me sorprende cuando lo hacen, después de tantas décadas de ocupación, sin evidencia de progreso". ¿Pueden estas historiadoras no ser realmente conscientes de que el terrorismo contra los judíos en la patria judía comenzó décadas antes de la "ocupación"?

Tal como Paul Berman observa sobre los defensores de la violencia terrorista de esta especie, "cada nuevo acto de asesinato y de suicidio asesino da testimonio de cuán opresivos han sido los israelíes. El terror palestino, desde este punto de vista, mide la culpa exclusiva de Israel. Cuán más grotesco es el terror, más profunda es la culpa...".

Feld y Diner son al menos francas. Ni siquiera se molestan en ocultar cual es el objetivo final y lógico de la campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS). Diner no sólo boicotea a todo Israel, sino también a muchos de sus correligionarios en la diáspora. "Siento una sensación de repulsión", explica, "cuando entro en una sinagoga al frente de la cual la congregación ha plantado un lema del estilo de 'Estamos con Israel'. Sólo que yo no iré y evitaré a muchos organismos judíos donde Israel funciona como un icono de la identidad judía".

Mientras fanáticos genocidas construyen bombas nucleares en Irán; mientras Hezbolá se arma con más de cien mil misiles en el Líbano; mientas hombres, mujeres y niños son asesinados con cuchillos y vehículos en Israel; mientras niños pequeños en una escuela judía y clientes de una tienda de delicatessen kosher son masacrados en Europa; mientras sinagogas e instituciones comunitarias están fortificadas ante la pesadilla interminable de la violencia islamista en todo el mundo... judíos que odian a Israel se enorgullecen de su propia perfidia rehuyendo sus compañeros judíos.

"Todo aquel que se separa de la comunidad judía, mostrando indiferencia cuando está en peligro, no tiene ningún lugar en el mundo por venir", así declaró Maimónides, el más grande de todos los sabios judíos, en el siglo XII ( Leyes del arrepentimiento, iii). Pero si este veredicto parece demasiado remoto y anticuada para las profesoras Diner y Feld, quizás el siguiente, elaborado a la altura del Holocausto, les haga reflexionar: "La historia de nuestro tiempo puede resultar un día una lectura amarga cuando se demuestre como algunos judíos fueron tan moralmente inciertos como para negarse, cuando estaban obligados, a arriesgar su propia seguridad con el fin de salvar a otros judíos que estaban condenados a la muerte en el extranjero" (Ben Halpern, agosto de 1943).

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