Tuesday, April 25, 2006

Una sugerencia, "El nuevo antisemitismo - Bernard Lewis"

Una nueva lectura recomendable de uno de los mayores expertos sobre el Islam y sobre el Oriente Proximo. No sera del agrado de los seguidores de Edward Said.

http://www.gees.org/articulo/2236/38

Israelíes y egipcios - Marcelo Birmajer

En mi artículo acerca de Madelaine Albright y Amos Oz, en Libertad Digital, la semana pasada, yo repasaba la sed de paz de Amos Oz, que lo llevaba, como ocurre con los sedientos en el desierto, a ver un espejismo de confluencia de intereses con Arabia Saudita y Egipto. Una sed similar encontré hace unos cuantos años en el libro de Amos Elon, A Blood-Dimmed Tide, en los ensayos referidos a su viaje a El Cairo. En esos textos, el ensayista y periodista israelí se lamentaba de la falta recíproca de amistad entre israelíes y egipcios. Sin embargo, existía un contraste notable entre sus descripciones y sus conclusiones: de sus descripciones se deducía que existían miles de israelíes, de todas las áreas, desde el ámbito cultural al científico, pasando por las actividades primarias, ansiosos por hacer contacto con los egipcios. Mientras que en el mismo libro no se podía encontrar un solo egipcio interesado en comenzar siquiera a conocer a los israelíes. El dato más notable, en el que el escritor curiosamente no reparaba, era que mientras en Israel existían decenas de libros como el suyo, traducidos al inglés y a varios idiomas, llamando a relaciones fraternales con los egipcios, en Egipto no podía encontrarse un solo libro, ni siquiera artículo, convocando a entablar algún tipo de relación amistosa con los israelíes.

En este día terrible, Iom Hashoa (el día del recuerdo del Holocausto) en que tres horribles atentados han segado la vida de más de una veintena de personas en la península del Sinai, Egipto, el terrible odio de las autoridades y la población egipcia contra los judíos vuelve a ser, tácitamente, noticia en los diarios.

Como cada vez que Egipto sufre alguna catástrofe, natural o provocada, Israel reaccionó de inmediato: ofreciendo médicos, ambulancias, insumos de todo tipo. Como en cada una de las anteriores oportunidades, hasta ahora la respuesta de Egipto ha sido el rechazo. Ni siquiera un agradecimiento de compromiso. Sólo la negativa y el silencio.

No es la primera vez, repito, que Israel ofrece a sus hostiles vecinos ayuda humanitaria. Es un secreto a voces que cada vez que alguna autoridad o celebridad de las dictaduras árabes padece algún tipo de mal de salud que los israelíes pueden aliviar, concurren a los hospitales del Estado judío, con todos los honores y todo el secreto. Hace muy pocos años, cuando el terrible terremoto que sacudió a Irán, Israel ofreció todo tipo de ayuda humanitaria, rigurosamente rechazada por los nazis iraníes. Irán no sólo no ofrece ningún tipo de ayuda cuando los atentados suicidas islámicos masacran a la población israelí: los financia. Si alguna enfermedad se ceba en alguna autoridad o celebridad israelí, si algún accidente se cobra la vida de un conjunto de israelíes, Irán y sus secuaces agradecen públicamente a Alá. La utilizan como metáfora de futuras catástrofes contra los judíos: los egipcios ladraban que le arrancarían el otro ojo a Dayan; los iraníes bufan que Israel entrará en coma, como Sharon.

Si bien los egipcios, mayoritariamente, odian a los judíos, afortunadamente aún mantienen su decisión estratégica de no matarlos. Pero esto no quiere decir que valoren más sus propias vidas. En el pasado atentado en Egipto –también ejecutado por fundamentalistas islámicos–, antes que comenzar a buscar a los culpables, los egipcios comenzaron por culpar, con epítetos inverosímiles, a los israelíes. Hoy, antes que apurarse a socorrer a sus heridos con los insumos y las ambulancias necesarias, sin importar su origen, prefieren rechazar a los judíos. El viejo adagio de Golda Meir sigue tristemente vigente: "Habrá paz en Medio Oriente cuando nuestros enemigos quieran más a sus hijos de lo que odian a los judíos".

Monday, April 24, 2006

!Exclusiva! Descubren en España un rabino asesino al que le gusta la manteca de cerdo y es !sionista!

Leído en Desde-Sefarad y en Es-Israel:

En una serie televisiva policíaca llamada "El Comisario", la cual no tengo el placer (nunca mejor dicho) de conocer, de la cadena Telecinco, el episodio de rigor plantea el asesinato, y su investigación, de un judío en relaciones con una musulmana (ignoro sí ello se debe a una normal y buena relación entre ambos o a efectos de la "Alianza de Civilizaciones" o la "Paz de los Valientes", que con estos guionistas, ya verán porque, de todo hay que pensar).

Al principio las sospechas recaen en el hermano de la musulmana no muy contento con esa relación amistosa, pero afortunadamente las sospechas de "islamofobía" son despejadas (aunque hay que reconocer que los crímenes de "honor", como el del juicio celebrado hace unos días en Alemania, no son una excepción) y el culpable sale a la luz.

Y el culpable es un rabino próximo a la víctima que fue descubierto por está cuando incumplía y adulteraba fraudulentamente las leyes dietéticas del kasruth, introduciendo manteca de cerdo, y todo ello a cambio de dinero para enviar a Israel, ya que "la causa de Israel estaba por encima de todo ello" y ese dinero sangriento "era para apoyar a Israel".

No me digan que la cosa no esta bien pensada, un rabino, representante del judaísmo, e Israel.
!Que más quieren! (¿No echan de menos alguna muerte ritual, o un ñiño crucificado o quizá, un pozo envenenado?).

Por otro lado y en grado mucho menor, este domingo en el periódico "El Mundo", en páginas internacionales, media página dedicada a la decisión del rey de Marruecos de liberar los presos saharauis y la otra media página, con noticias escritas y fotográfica, dedicada al "conflicto" por antonomasia.

Las noticias escritas hacen referencia a la pugna entre Hamas y Fatah por el control de la policía y los servicios de seguridad y a la decisión de Moratinos de no abandonar a los palestinos y de seguir con las ayudas.

¿Y el apartado fotográfico? ¿Da apoyo, como en el resto de las noticias internacionales, a las noticias escritas?

Pues no, aparece un soldado israelí de espaldas, del que sólo se ve cabeza y hombros, y una mujer palestina sosteniendo un zapato en su mano derecha. Al fondo, un fotógrafo inmortalizando la escena y dos personas vagando a lo lejos. El titular, "Una mujer palestina se enfrenta con un zapato a un soldado israelí", da el tono.

No dudo de que ese día hayan podido existir enfrentamientos por la valla o por el famoso "muro", no reseñados en otros medios, pero es sorprendente que la "política" de ratificar fotográficamente las noticias escritas no se cumpla más que en este caso.

Fotos del enfrentamiento actual entre las milicias de Fatah y Hamas existen abundantemente y han sido reproducidas en otros medios, así como imagino que también las habrá del ministro Moratinos en Amman, pero en "El Mundo" parecen preferir recalcar (sabemos que hay gente que prefiere ver las imágenes antes que leer las crónicas) o no hacer olvidar que conflicto es él fundamental o la causa de todos los males.

En fin, lo de siempre.

Friday, April 21, 2006

Tormentas sobre Israel

Fabián nos informa de una página web http://israelstorms.netfirms.com/gallery.html dedicada a registrar fotográficamente otro tipo de tormentas que habitualmente se registran en Israel, las de la propia naturaleza. Algunos ejemplos:










Sobre Ashdod












Al sur de Gush-Dan











Sobre Jerusalem













En las montañas de Samaria













Amanecer sobre Jerusalem

Wednesday, April 19, 2006

Respuesta limitada en Israel y más de lo mismo en la Europa 'políticamente correcta'.










Funeral por Rachel Cohen, Jerusalem.

Respuesta más o menos razonable al atentado de Tel-Aviv en la prensa española, excepto en el auto pretendido diario de referencia e "independiente" de la mañana, El País.
Para que la cosa no alcance niveles de critica inadmisibles sobre los palestinos, este diario, junto a la foto reproducida en casi toda la prensa de los estragos del atentando con un anciano caído en el suelo en primer plano, adjunta otra foto para 'matizar' los hechos. La de un joven palestino muerto tras una represalia israelí.
Aun más políticamente correcto es el editorial de El País, donde se reseña que este atentado ha venido precedido por la muerte de 18 palestinos, entre ellos varios niños, en los días previos. Pero sí a los muertos israelíes no se les priva de su condición de civiles a los palestinos en cambio se les retira, muy injustamente, su condición de militantes y mártires de la causa palestina al igual que las circunstancias de su muerte, yendo o viniendo de practicar esa especialidad olímpica palestina del tiro con Kassam. Será para que los lectores no se pierdan en los hechos subalternos y privilegien la visión correcta del conflicto.

No es sorprendente toda esta deriva, no hace mucho los mayores apologistas de Arafat silenciaban o negaban como propaganda israelí las noticias sobre la enorme corrupción existente dentro de su administración. Sin embargo tras la muerte del padre de la patria palestina y la victoria de Hamas, todos ellos se abalanzaron a celebrarla (sin duda, un justo castigo a los israelíes por no haber colaborado lo suficiente con Arafat) reivindicando y reconociendo como la causa principal de dicho triunfo la enorme corrupción que regía la ANP. Claro que todo ello tras la muerte del antiguo y añorado patrón y relegando y difuminando las responsabilidades en la propia administración y en sus lugartenientes, ocultando el papel determinante y monopolizador de Arafat en su actividad diaria y en la utilización de sus fondos.

Así que prepárense para las nuevas añoranzas por la ausencia del patrón. Algunos hasta se atreverán a formular que esto no hubiera pasado con el "rais", único dique ante los islamistas y "único valedor de la verdadera paz, la paz de los valientes".

Pero todo ello durara poco, porque las lamentaciones pasarán rápidamente y la defensa cerrada de dar una oportunidad a un Hamas democráticamente elegido será la nueva política del 'buenismo' inasequible al desaliento sobre la bondad de su causa, que en definitiva es dar aval y constante satisfacción a la histórica estupidez de los dirigentes palestinos.

Así que sí ustedes llegan a preguntar a esa corriente de opinión europea y occidental cuantas oportunidades serían necesarias conceder a Hamas, su respuesta será, "las que sean necesarias".

Pero mejor que yo lo cuenta hoy Florentino Portero, por eso le cedo la palabra:

"Como era de esperar, el presidente Mahmoud Abbas, máximo dirigente de Fatah, ha condenado el acto. Como era de temer, los dirigentes de Hamás han calificado el acto de respuesta legítima a la agresión israelí.
No hay voluntad de cambio, sino firmeza en sus posiciones tradicionales. Son fundamentalistas y están sinceramente imbuidos de una ideología radical que les lleva a asumir riesgos que para los aburguesados europeos resultan difíciles de creer.
En esta orilla del Mediterráneo damos por sentado que se avendrán a razones porque en el fondo pensamos que ellos son como nosotros. Pero no es así. Nunca lo han sido. A lo largo de la historia encontramos innumerables casos de fanatismo, con consecuencias a menudo desastrosas.
Más aún, ellos están convencidos de que nuestra decadente conciencia nos llevará a rectificar y a ceder ante sus demandas humanitarias. Ahora nos mantenemos firmes, pero cuando las imágenes de desorden y miseria lleguen a nuestros hogares no seremos capaces de mantener la misma posición. No son los únicos que piensan así. Tanto en Estados Unidos como en Israel se desconfía de la cohesión europea, más aún cuando determinados gobiernos, como el español, trabajan en favor del entendimiento con los islamistas.
No podremos decir que nos han engañado. Los dirigentes de Hamás han repetido a menudo que rechazan la existencia del Estado de Israel, que no piensan negociar la paz y que el terrorismo es legítimo. Tampoco han negado el formar parte de una corriente islámica que está en contra del entendimiento con Occidente, que exige nuestro respeto a sus creencias a cambio de que nosotros renunciemos a nuestros valores constitucionales. No tenemos más opción que decir no, en Ramala, en París o en Madrid."

Sunday, April 16, 2006

Las mejores 100 trolas de Noam Chomsky y el antisemitismo de la izquierda

Leido en Barcepundit, "EL TOP 100 de las trolas de Noam Chomsky sobre todo tipo de temas (guerra fría, Holocausto, conflicto entre israelíes y árabes, Latinoamérica), compiladas por Paul Bogdanor en un jugoso pdf."

Barcepundit: http://barcepundit.blogspot.com/

Las trolas: http://www.paulbogdanor.com/100chomskylies.pdf

Añadido:

Pequeño debate-rifirrafe en una página web de noticias, propensa a montar este tipo de jolgorios entre los cuales los que suelen tener una clientela más fiel tienen como motivo a Israel y/o los judíos, sobre el "Antisemitismo y la izquierda" y que recoge como premio un conjunto de post a cual más descerebrado y partidista, donde tiene cabida de todo, desde la riqueza de la monarquía borbónica vigente hasta perlas del 'pensamiento' de Jose Antonio.

Como los 'comentarios' (del blog de noticias que recoge los artículos) son en su mayoria una perdida de tiempo retomo únicamente los 'articulos originales' extraidos del blog original y desencadenador, quiza a su pesar, de la avalancha:

Primera parte:
http://maquinareichstag.blogspot.com/2006/04/
el-antisemitismo-y-la-izquierda.html

Segunda parte:
http://maquinareichstag.blogspot.com/2006/04/
la-judeofobia-y-la-izquierda-ii.html

Saturday, April 08, 2006

El evangelio, según Judas y en versión borgiana


















Tres versiones de Judas

( Artificios, 1944;
Ficciones, 1944)




There seemed a certainity in degradation.
T. E. Lawrence: Seven Pillars of Wisdom, ciii



En el Asia Menor o en Alejandría, en el segundo siglo de nuestra fe, cuando Basílides publicaba que el cosmos era una temeraria o malvada improvisación de ángeles deficientes, Niels Runeberg hubiera dirigido, con singular pasión intelectual, uno de los coventículos gnósticos. Dante le hubiera detinado, tal vez, un sepulcro de fuego; su nombre aumentaría los catálogos de heresiarcas menores, entre Satornilo y Carpócrates; algún fragmento de su prédicas, exonerado de injurias, perduraría en el apócrifo Liber adversus omnes haereses o habría perecido cuando el incendio de una bibilioteca monástica devoró el último ejemplar del Syntagma. En cambio, Dios le deparó el siglo veinte y la ciudad universitaria de Lund. Ahí, en 1904, publicó la primera edición de Kristus och Judas; ahí, en 1909, su libro capital Den hemlige Frälsaren. (Del último hay versión alemana, ejecutada en 1912 por Emili Schering; se llama Der heimliche Heiland.)
Antes de ensayar un examen de los precitados trabajos, urge repetir que Nils Runeberg, miembro de la Unión Evangélica Nacional, era hondamente religioso. En un cenáculo de París o aun en Buenos Aires, un literato podría muy bien redescubir las tesis de Runeberg; esas tesis, propuestas en un cenáculo, serían ligeros ejercicios inútiles de la negligencia o de la blasfemia. Para Runeberg, fueron la clave que descifra un misterio central de la teología; fueron materia de meditación y análisis, de controversia histórica y filológica, de soberbia, de júbilo y de terror. Justificaron y desbarataron su vida. Quienes recorran este artículo, deben asimismo considerar que no registra sino las conclusiones de Runeberg, no su dialéctica y sus pruebas. Alguien observará que la conclusión precedió sin duda a las “pruebas”. ¿Quién se resigna a buscar pruebas de algo no creído por él o cuya prédica no le importa?
La primera edición de Kristus och Judas lleva este categórico epígrafe, cuyo sentido, años después, monstruosamente dilataría el propio Nils Runeberg: No una cosa, todas las cosas que la tradición atribuye a Judas Iscariote son falsas (De Quincey, 1857). Precedido por algún alemán, De Quincey especuló que Judas entregó a Jesucristo para forzarlo a declarar su divinidad y a encender una vasta rebelión contra el yugo de Roma; Runeberg sugiere una vindicación de índole metafísica. Hábilmente, empieza por destacar la superfluidad del acto de Judas. Observa (como Robertson) que para identificar a un maestro que diariamente predicaba en la sinagoga y que obraba milagros ante concursos de miles de hombres, no se requiere la traición de un apostol. Ello, sin embargo, ocurrió. Suponer un error en la Escritura es intolerable; no menos tolerable es admitir un hecho casual en el más precioso acontecimiento de la historia del mundo. Ergo, la trición de Judas no fue casual; fue un hecho prefijado que tiene su lugar misterioso en la economía de la redención. Prosigue Runeberg: El Verbo, cuando fue hecho carne, pasó de la ubicuidad al espacio, de la eternidad a la historia, de la dicha sin límites a la mutación y a la carne; para corresponder a tal sacrificio, era necesario que un hombre, en representación de todos los hombres, hiciera un sacrificio condigno. Judas Iscariote fye ese hombre. Judas, único entre los apóstoles intuyó la secreta divinidad y el terrible propósito de Jesus. El Verbo se había rebajado a mortal; Judas, discípulo del Verbo, podía rebajarse a delator (el peor delito que la infamia soporta) y ser huésped del fuego que no se apaga. El orden inferior es un espejo del orden superior; las formas de la tierra corresponden a las formas del cielo; las manchas de la piel son un mapa de las incorruptibles constelaciones; Judas refleja de algún modo a Jesús. De ahí los treinta dineros y el beso; de ahí la muerte voluntaria, para merecer aun más la Reprobación. Así dilucidó Nils Runeberg el enigma de Judas.
Los teólogos de todas las confesiones lo refutaron. Lars Peter Engström lo acusó de ignorar, o de preterir, la unión hipostática; Axel Borelius, de renovar la herejía de los docetas, que negaron la humanidad de Jesus; el acerado obispo de Lund, de contradecir el tercer versículo del capítulo 22 del Evangelio de San Lucas.
Estos variados anatemas influyeron en Runeberg, que parcialmente reescribió el reprobado libro y modificó su doctrina. Abandonó a sus adversarios el terreno teológico y propuso oblicuas razones de orden moral. Admitió que Jesús, «que disponía de los considerables recursos que la Omnipotencia puede ofrecer», no necesitaba de un hombre para redimir a todos los hombres. Rebatió, luego, a quienes afirman que nada sabemos del inexplicable traidor; sabemos, dijo, que fue uno de los apóstoles, uno de los elegidos para anunciar el reino de los cielos, para sanar enfermos, para limpiar leprosos, para resucitar muertos y para echar fuera demonios (Mateo 10: 7­8; Lucas 9: 1). Un varón a quien ha distinguido así el Redentor merece de nosotros la mejor interpretación de sus actos. Imputar su crimen a la codicia (como lo han hecho algunos, alegando a Juan 12: 6) es resignarse al móvil más torpe. Nils Runeberg propone el móvil contrario: un hiperbólico y hasta ilimitado ascetismo. El asceta, para mayor gloria de Dios, envilece y mortifica la carne; Judas hizo lo propio con el espíritu. Renunció al honor, al bien, a la paz, al reino de los cielos, como otros, menos heroicamente, al placer.[1] Premeditó con lucidez terrible sus culpas. En el adulterio suelen participar la ternura y la abnegación; en el homicidio, el coraje; en las profanaciones y la blasfemia, cierto fulgor satánico. Judas eligió aquellas culpas no visitadas por ninguna virtud: el abuso de confianza (Juan 12: 6) y la delación. Obró con gigantesca humildad, se creyó indigno de ser bueno. Pablo ha escrito: El que se gloria, gloríese en el Señor (I Corintios 1: 31); Judas buscó el Infierno, porque la dicha del Señor le bastaba. Pensó que la felicidad, como el bien, es un atributo divino y que no deben usurparlo los hombres.[2]
Muchos han descubierto, post factum, que en los justificables comienzos de Runeberg está su extravagante fin y que Den hemlige Frälsaren es una mera perversión o exasperación de Kristus och Judas. A fines de 1907, Runeberg terminó y revisó el texto manuscrito; casi dos años transcurrieron sin que lo entregara a la imprenta. En octubre de 1909, el libro apareció con un prólogo (tibio hasta lo enigmático) del hebraísta dinamarqués Erik Erfjord y con este pérfido epígrafe: En el mundo estaba y el mundo fue hecho por él, y el mundo no lo conoció (Juan 1: 10). El argumento general no es complejo, si bien la conclusión es monstruosa. Dios, arguye Nils Runeberg, se rebajó a ser hombre para la redención del género humano; cabe conjeturar que fue perfecto el sacrificio obrado por él, no invalidado o atenuado por omisiones. Limitar lo que padeció a la agonía de una tarde en la cruz es blasfematorio.[3] Afirmar que fue hombre y que fue incapaz de pecado encierra contradicción; los atributos de impeccabilitas y de humanitas no son compatibles. Kemnitz admite que el Redentor pudo sentir fatiga, frío, turbación, hambre y sed; también cabe admitir que pudo pecar y perderse. El famoso texto Brotará como raíz de tierra sedienta; no hay buen parecer en él, ni hermosura; despreciado y el último de los hombres; varón de dolores, experimentado en quebrantos (Isaías 53: 2­3), es para muchos una previsión del crucificado, en la hora de su muerte; para algunos (verbigracia, Hans Lassen Martensen), una refutación de la hermosura que el consenso vulgar atribuye a Cristo; para Runeberg, la puntual profecía no de un momento sino de todo el atroz porvenir, en el tiempo y en la eternidad, del Verbo hecho carne. Dios totalmente se hizo hombre hasta la infamia, hombre hasta la reprobación y el abismo. Para salvarnos, pudo elegir cualquiera de los destinos que traman la perpleja red de la historia; pudo ser Alejandro o Pitágoras o Rurik o Jesús; eligió un ínfimo destino: fue judas.
En vano propusieron esa revelación las librerías de Estocolmo y de Lund. Los incrédulos la consideraron, a priori, un insípido y laborioso juego teológico; los teólogos la desdeñaron. Runeberg intuyó en esa indiferencia ecuménica una casi milagrosa confirmación. Dios ordenaba esa indiferencia; Dios no quería que se propalara en la tierra Su terrible secreto. Runeberg comprendió que no era llegada la hora: Sintió que estaban convergiendo sobre él antiguas maldiciones divinas; recordó a Elías y a Moisés, ,que en la montaña se taparon la cara para no ver a Dios; a Isaías, que se aterró cuando sus ojos vieron a Aquel cuya gloria llena la tierra; a Saúl, cuyos ojos quedaron ciegos en el camino de Damasco; al rabino Simeón ben Azaí, que vio el Paraíso y murió; al famoso hechicero Juan de Viterbo, que enloqueció cuando pudo ver a la Trinidad; a los Midrashim, que abominan de los impíos que pronuncian el Shem Hamephorash, el Secreto Nombre de Dios. ¿No era él, acaso, culpable de ese crimen oscuro? ¿No sería ésa la blasfemia contra el Espíritu, la que no será perdonada (Mateo 12: 31)? Valerio Sorano murió por haber divulgado el oculto nombre de Roma; ¿qué infinito castigo sería el suyo, por haber descubierto y divulgado el horrible nombre de Dios?
Ebrio de insomnio y de vertiginosa dialéctica, Nils Runeberg erró por las calles de Malmö, rogando a voces que le fuera deparada la gracia de compartir con el Redentor el Infierno.
Murió de la rotura de un aneurisma, el primero de marzo de 1912. Los heresiólogos tal vez lo recordarán; agregó al concepto del Hijo, que parecía agotado, las complejidades del mal y del infortunio.

1944


[1] Borelius interroga con burla: ¿Por qué no renunció a renunciar? ¿Porqué no a renunciar a renunciar?.

[2] Euclydes da Cunha, en un libro ignorado por Runeberg, anota que para el heresiarca de Canudos, Antonio Conselheiro, la virtud «era una casi impiedad». El lector argentino recordará pasajes análogos en la obra de Almafuerte. Runeberg publicó, en la hoja simbólica Sju insegel, un asiduo poema descriptivo, El agua secreta; las primeras estrofas narran los hechos de un tumultuoso día; las úttimas, el hallazgo de un estanque glacial; el poeta sugiere que la perduración de esa agua silenciosa corrige nuestra inútil violencia y de algún modo la permite y la absuelve. El poema concluye así: El agua de la selva es feliz; podemos ser malvados y dolorosos.

[3] ­Maurice Abramowicz observa: “Jésus, d'aprés ce scandinave, a toujours le beau rôle; ses déboires, grâce à la science des typographes, jouissent d'une réputabon polyglotte; sa résidence de trente­trois ans parmi les humains ne fut en somme, qu'une villégiature”. Erfjord, en el tercer apéndice de la Christelige Dogmatik refuta ese pasaje. Anota que la crucifixión de Dios no ha cesado, porque lo acontecido una sola vez en el tiempo se repite sin tregua en la eternidad. Judas, ahora, sigue cobrando las monedas de plata; sigue besando a Jesucristo; sigue arrojando las monedas de plata en el templo; sigue anudando el lazo de la cuerda en el campo de sangre. (Erlord, para justificar esa afirmación, invoca el último capítulo del primer tomo de la Vindicación de la eternidad, de Jaromir Hladík).