Sunday, August 31, 2014

Bennett sale del conflicto de Gaza como claro vencedor - Mazal Mualem - Al Monitor



"Levantemos nuestras cabezas. Este es el momento de ponerse de pie y saludar al IDF [Fuerzas de Defensa de Israel] y a los soldados para su sacrificio, devoción y compañerismo demostrado durante los combates. No hay un ejército comparable en el mundo, no hay una acción que no sepa cómo ejecutar y no podremos sobrevivir sin ellos".

El autor de esta demostración de orgullo nacional es el presidente del partido HaBait Hayehudi, el ministro de Economía y Comercio Naftali Bennett, quien compuso un largo post lleno de amor patriótico por el Estado de Israel el día después del alto el fuego del 27 de agosto. Bennett adornaba su post con las fotos de combatientes cubiertos de polvo tomadas tras regresar de los combates en la Franja de Gaza. Como era de esperar, el post de Bennett se convirtió en todo un éxito de Facebook: más de 800 lo compartieron y a 12.895 les gustó, y no sólo se trataba de sus fans regulares.

A pesar de que no perdonó sus fuertes críticas a la debilidad del primer ministro y del ministro de Defensa frente a Hamas durante el desarrollo de la operación, de alguna manera Bennett logró evitar ser considerado como un quintacolumnista dentro del Gabinete. Sus declaraciones no fueron menos mordaces que las del ministro de Asuntos Exteriores Avigdor Liberman, pero Bennett sonaba más certero que él, tal vez como resultado de su pasado militar como oficial en una unidad de élite.

Bennett pidió el derrocamiento de Hamas y criticó al primer ministro a lo largo de los combates, atrayéndose cada vez más el apoyo desde la derecha a costa de Netanyahu. La reprimenda que se ganó de Netanyahu durante una de las reuniones del gabinete (20 de agosto), exigiendo que dejara sus críticas públicas a la política del gobierno, sólo sirvió para fortalecer la posición de Bennett entre los círculos de la derecha.

Políticamente hablando, Bennett es probablemente el mayor ganador de la Operación Margen Protector. Una encuesta realizada por el diario israelí Haaretz inmediatamente después del alto el fuego le daba 17 escaños en la Knesset, cinco más que los que tiene actualmente. De acuerdo con los resultados, el partido HaBait Hayehudi se convierte en el segundo mayor partido en la Knesset tras el Likud, dejando a Liberman con tan sólo 11 escaños.

Como era de esperar, después de un evento defensivo tan significativo como la Operación Margen Protector, el bloque de derecha se ha fortalecido y tendría 69 escaños (de 120) según la encuesta (junto con los partidos ultra-ortodoxos). Se trata de un cambio de tendencia en comparación con las elecciones del 2013, cuando los dos bloques estaban prácticamente empatados y parecía que la radicalización hacia la derecha había sido detenida. El ministro de Finanzas Yair Lapid, quien logró en las últimas elecciones robar votos al Likud, los estaba perdiendo nuevamente hacia su derecha.

La encuesta también señalaba la incapacidad del bloque de centro-izquierda a la hora de ofrecer a los votantes israelñies un horizonte atractivo o un verosímil candidato a primer ministro. Todos los partidos de centro-izquierda se han debilitado según la encuesta: los Laboristas con 14 escaños (frente a 17 en las encuestas anteriores) y el Meretz con 7 (después de subir hasta 12 escaños en encuestas anteriores); el más grande partido de centro-izquierda, el Yesh Atid de Lapid, sigue perdiendo audiencia con sólo 12 escaños, siete menos de lo que obtuvo en las elecciones.

Por otro lado, el ala derecha está floreciendo. Netanyahu todavía recibe las más altas calificaciones en cuanto a su idoneidad para el puesto de primer ministro, y ello a pesar de la disminución de su popularidad por el final de la operación Margen Protector. Parece no existir otra alternativa viable al liderazgo que pueda retarlo desde cualquiera de los otros bloques políticos. Por el momento, está siendo cuestionado desde dentro de la derecha y no desde fuera. Bennett y Liberman son su dolor de cabeza y están compitiendo con él por los votos de la derecha. Los tres creen que aquí es donde se encuentra su futuro.

Bennett, como Liberman, trabajó en el pasado para Netanyahu. Ambos se ven a sí mismos como futuros líderes de la derecha después de la era Netanyahu. Es por eso que ambos miraron al partido Likud en determinados momentos del pasado como la plataforma desde donde saltar para conquistar su objetivo. Antes de hacerse cargo del partido HaBait Hayehudi, Bennett trató de competir por un asiento del Likud en la Knesset; Liberman, que unió sus fuerzas con el partido de Netanyahu en las últimas elecciones, jugó con la idea de fusionar su Yisrael Beitenu con el Likud, y ser su candidato a primer ministro. Después de quedar completamente absuelto de cargos criminales por corrupción en noviembre de 2013, Liberman incluso coqueteó con el centro político cuando realizó una serie de movimientos para fortalecer los lazos con los Estados Unidos, comenzando a sonar como un "moderado favorable a la diplomacia", hasta el punto que parecía ser el "adulto más responsable" en el gobierno.

Durante la operación Margen Protector, este episodio de Liberman se ha convertido en un recuerdo lejano. Carente de inhibiciones, recorrió las comunidades del sur más afectadas por el lanzamiento de los cohetes, convocó conferencias de prensa improvisadas y, a la altura de los combates, atacó lo que denominó la débil política del primer ministro (tras haber desmantelado su asociación con él poco antes de haber comenzado la campaña de Gaza).

A diferencia de Bennett, la operación Margen Protector no actualizó la actuación de Liberman. A lo sumo, se las arregló para conservar su fuerza. Ahora tendrá que hacer frente a un joven y atractivo rival que está marcando el campo de la derecha a fuego.

En estos días, Liberman está tratando de forjar un camino hacia el corazón de la derecha. Ahora mismo está pasando por una  experiencia difícil, dado que algunos de los votantes de habla rusa han dejado el Yisrael Beitenu al haberse convertido en plenamente "israelíes" y ya no considerarse a sí mismos como parte del llamado sector ruso.

La Knesset se vuelva a reunir el 22 de octubre después de un largo receso. Para entonces, será posible medir los efectos de la operación Margen Protector en el panorama político y evaluar si nos dirigimos hacia unas elecciones anticipadas.

Por una parte, Netanyahu está flanqueado a la derecha por partidos fuertes que desafían su liderazgo, incluso dentro del propio Likud. Por otro lado, está consiguiendo otra oportunidad para atraer los votos del centro político - si decide desconectarse a sí mismo de la base más a la derecha de su electorado -. En todos sus años como primer ministro, Netanyahu ha demostrado que en el momento de la verdad su dominio sobre el electorado de derechas es el más fuerte de todos. Es por eso que cada vez que parecía moverse hacia el centro se apresuraba a saltar de nuevo al redil de la derecha. Ocurrió de esa manera tras su discurso de 2009 en Bar-Ilan y la congelación de la construcción de asentamientos.

La historia le presenta una vez más la oportunidad de ganarse los votos del centro si decide trabajar hacia un acuerdo diplomático con los palestinos. A pesar de que se enfrenta a luchas por el liderazgo de la derecha, es en realidad el centro político el que le puede abrazar y entregar la presidencia una vez más.

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¿Prohibir la aliyá a los judíos franceses? - Shmuel Trigano - Times of Israel



Yo comencé hace unas semanas la revisión del desarrollo de un tema ideológico y político bastante novedoso en Francia - pero que los judíos del mundo árabe durante los años 1950-1970 conocieron bastante bien - y que presenta la posibilidad o la realidad de la instalación de los judíos franceses en Israel como un acto amenazante, hostil y agresivo, algo que lógicamente habría que prohibir. En numerosos países árabes, donde las comunidades judías vivieron sus últimos días, este tema inspiró una política y unas leyes que cualquier historiador podrá identificar fácilmente en Egipto, Irak, Libia, Marruecos, etcétera.

Pero es ahora cuando vemos aparecer por vez primera este tema en Francia. Por el momento, permanece dentro del marco del juicio y el discurso ideológico. ¿Podría llegar a convertirse algún día en un texto de ley, o en un marco legal  ("políticamente correcto", por supuesto, a través de sanciones fiscales, bancarias, nacionales...)? El futuro nos lo dirá. Todo hoy es posible. El poder es débil y volátil. ¿Quién sabe quién ocupará mañana la sede presidencial? ¿El Frente Nacional? Por otro lado, el Partido Socialista y la UMP no son demasiado tranquilizadores...

Tras analizar el artículo del editor en jefe de Le Monde Diplomatique, Alain Gresh, que fue quien abrió el fuego, y del editor de L'Express (quién nos demostró que en la más alta jerarquía de los medios de comunicación se piensa así), debo hacer mención de una nueva toma de posición similar, situada esta vez en lo que se llama la "extrema izquierda" y en la persona del profeta de la "Sexta República", me refiero a Jean Luc Mélenchon, del cual analizaremos su "discurso de Marsella" donde retomaba todos los temas queridos por el islamismo.

Juzgando las manifestaciones pro-palestinas que tuvieron lugar recientemente, atacó inesperadamente a los judíos de Francia: "Si tenemos alguna cosa que denunciar es a esos compatriotas nuestros que han tenido a bien acudir, sin duda inspirados, a manifestarse ante la embajada de un país extranjero (Israel) o bien ir a servir bajo sus colores con las armas en la mano".

Y que no se diga que él es antisemita: "No tenemos miedo de nadie. No tratéis por lo tanto que bajemos los ojos. Será una causa perdida. Yo le diría al CRIF (el organismo central de las comunidades judías) francesas que ya basta. Intentar barrer a todo el mundo con el rayo paralizante de su tratamiento como antisemita cuando tiene la audacia de criticar la acción de un gobierno, resulta ya algo insoportable. Ya hemos tenido suficiente. La República es todo lo contrario de esas comunidades agresivas que tratan de dar lecciones al resto del país".

Y es que los judíos franceses son infieles a la República y están al servicio de un Estado extranjero adepto "a la violencia y la brutalidad". Y ese Estado práctica el genocidio: "En fidelidad a la memoria de los asesinatos en masa que se han cometido en el pasado, nosotros nos hemos convertido en la vanguardia que apoya a esa desafortunada población". Y de paso fustiga al presidente Hollande que les ha dado "carta blanca". ¿Y los manifestantes pro-palestinos? Le faltan palabras de admiración para describirlos, a esos jóvenes franceses (sin duda no de aquí) que fueron capaces de movilizarse con una "perfecta disciplina y en defensa de las desafortunadas víctimas de la guerra en Gaza". Ellos fueron capaces de "mantenerse dignos y de encarnar mejor que nadie los valores fundadores de la República Francesa". Por supuesto, los incidentes antisemitas en Sarcelles y París no fueron graves, solo el hecho de que "unos pocos energúmenos".

La suprema acusación en primer lugar: la explicación de ese juicio se refiere a los judíos como "pueblo elegido", y por lo tanto racista y dominador. "Nuestros valores harán que siempre estemos del lado de los débiles y de los humillados, porque nuestros valores son libertad, igualdad y fraternidad. No la paz para algunos y la guerra para los demás. Nosotros no creemos en un pueblo superior a los otros".

En estas palabras podemos observar como una idea viaja de la derecha liberal (De Gaulle, Christophe Barbier) a la extrema izquierda (Mélenchon, y Gresh). ¿Afectará finalmente al centro derecha y a la izquierda? Está por ver. Mientras tanto, se trata de un paso más en la degradación de la imagen y el estatus de los judíos de Francia. Incluso cuando ellos salen de la escena, abandonando el país, se ven expuestos a la desaprobación y a la condena. El problema es que también serán reprobados aún cuando permanezcan. Lo peor de todo es que aún después de los recientes acontecimientos, los judíos franceses son únicamente los acusados, mientras tanto esa "juventud francesa", a pesar de la violencia de sus manifestaciones, es cortejada y alabada [N.P.: la "juventud francesa" es una alusión irónica a la población de origen magrebí, muy mayoritaria en dichas manifestaciones y bastante poco amante por lo general de la República, tal como se puede observar por su masiva utilización de las banderas de sus países musulmanes de origen].

Ya tenemos un primer ejemplo de la extensión política y judicial de este tema, con Tewfiq Tahani, el presidente de la Asociación de Solidaridad Francia-Palestina (AFP), quien ha comparado a los ciudadanos judíos franceses que participan en el ejército israelí a los yihadistas franceses partidos hacia Siria, acusando a "esos jóvenes compatriotas de participar directa o indirectamente en los crímenes de guerra en Gaza",  un teatro de operaciones donde, en palabras del ministro de Exteriores Laurent Fabius, "tuvo lugar una verdadera matanza", y que en una carta abierta a Manuel Valls apela para que sean juzgados por crímenes de guerra.

Es el mundo al revés. Una auténtica pesadilla. La sociedad francés está profundamente perdida y los enemigos de los judíos se manifiestan cada día más resueltos. En cuanto a Mélenchon quien, por su estilo de oratoria desde la reciente campaña electoral, ha vuelto a introducir la brutalidad en la política francesa, no olvidemos que en el medio donde surgieron los primeros socialistas franceses, desde el principio del socialismo en el primer semestre del siglo XIX, surgió uno de los primeros brotes del antisemitismo.

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El estancamiento y la izquierda quejumbrosa - Sever Plocker - Ynet



Tan pronto como terminaron los combates en la Operación Margen Protector, las preguntas comenzaron. Aquí están dos de mías:

¿Qué es la victoria?

"Hamas", dijo el primer ministro Benjamin Netanyahu en una conferencia de prensa para resumir la operación Margen Protector, "tuvo que aceptar un alto el fuego sin haberse aceptado ni una sola de sus demandas". Netanyahu presentó esta situación como una victoria, o al menos como un logro.

Hasta entonces ellos parecían enojados - Netanyahu, el ministro de Defensa y jefe del IDF - por el hecho de que su presentación de la realidad no hubiera convencido a la opinión pública de que Israel había obtenido una victoria masiva. ¿Así que cómo podrían convencerla? La opinión pública estaba esperando oír del primer ministro la siguiente declaración: "Hamas se vio obligado a aceptar la mayor parte de nuestras demandas para que Israel aceptara un cese del fuego". Entonces el ministro de Defensa se apresuró a explicar: "Acordamos un alto el fuego sólo después de que Hamas aceptara nuestras demandas principales". Pero Netanyahu y Ya'alon no querían mentir. Ellos formularon cuidadosamente sus discursos para reflejar con precisión el resultado de la guerra, que se puede resumir en tres palabras: "Ellos no ganaron".

La operación Margen Protector, de acuerdo con la mayoría de los ministros del gabinete, había sido desde el principio una operación cuyo objetivo era llegar pronto a su fin. Pero esto sólo se logró después de 50 días de combates.

La opinión pública israelí, al parecer erróneamente, pensaba que la operación Margen Protector tenía diferentes objetivos: como por ejemplo la eliminación de un régimen fanático y terrorista en Gaza cuya cosmovisión subyacente era su compromiso con la destrucción de Israel; o por ejemplo la desmilitarización y la reconstrucción de Gaza; o por ejemplo establecer las bases para un importante avance diplomático sin Hamas. Ahora resulta que esto era una mera fantasía. El gobierno se apresuró a regresar a su cómodo estancamiento y a su pacífica impotencia.

Los previos conflictos militares de Israel se han caracterizado por la presión internacional para un cese el fuego. Esta vez, la presión estaba sobre el enemigo, sobre Hamas, que había emitido sus demandas para abandonar las armas. Pero la presión funcionó, y Hamas acordó poner fin al fuego "sin logros significativos". Sus dirigentes no recibieron a cambio las promesas de un puerto marítimo en Gaza, ni la oportunidad de participar en el reality show de Big Brother. Ellos, así pues, perdieron.

 ¿Qué es la izquierda?

Los acontecimientos de los últimos dos meses han supuesto un reto para la izquierda de Israel; un reto del tipo descrito por el poeta alemán Bertolt Brecht en su obra "El incrédulo":

Cada vez que parece
que hemos encontrado la respuesta a una pregunta,
uno de nosotros se enrolla con la cadena del viejo
pergamino chino situado en la pared, por lo que cae al suelo y
nos revela al hombre en el banco que
tanto duda.

La duda tiene que ser una de las características que definan el pensamiento de la izquierda, en oposición a la visión conservadora de la derecha. Se espera que la izquierda vacile, dude, critique tanto la realidad como a sí misma, para renovarse, para revitalizarse y para resistir a todas las formas de incitación, no sólo racial, sino también de clase.

De acuerdo con estos criterios, la izquierda israelí "se ha perdido" durante la operación Margen Protector. En lugar de viajar a las comunidades del sur ofreciendo su asistencia, y demostrando su cariñosa presencia, la izquierda fue a manifestarse - como de costumbre - a la Plaza Rabin en Tel Aviv. En lugar de comenzar un diálogo con los cientos de miles de israelíes del centro y de la derecha moderada que han perdido su camino y su confianza, la izquierda se retiró y se cocinó en su propio jugo.

En vez de examinar los profundos cambios habidos en el mapa del Oriente Medio, la izquierda ha seguido adherida a los ideales de la izquierda de los días de antaño, a pesar de que se han convertido en totalmente irrelevantes.

Una conferencia de izquierdistas en la Universidad de Tel Aviv tenía el extraño título de "¿Cómo pensar acerca de la guerra?". La conferencia realizó, entre otras cosas, un análisis académico de los discursos oficiales del IDF y de las pancartas de apoyo al IDF, un ejemplo de cómo su preferencia radica en reflexionar sobre los discursos en vez de sobre la realidad.

Aunque también  hubo gente dentro de la izquierda que escapó a sus propios confines: como el escritor AB Yehoshua, que recomendó abrir un diálogo con Hamas; o como Amos Oz, que con su apasionada elegancia literaria defendió el derecho de Israel a devolver el fuego, y como el presidente del partido Laborista Yitzhak Herzog, quien luchó por liberarse de los clichés de su partido. Pero representaban a una minoría, la mayor parte de la izquierda no pasó la pregunta de la prueba que les planteaba el poema de Brecht.

Siempre por encima de todo: cómo actuar
si se cree en lo que se dice

En vez de atreverse a elaborar soluciones innovadoras, la izquierda israelí se ocupó principalmente de lloriquear pensando en si misma durante la operación Margen Protector.

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Los falsos civiles palestinos del día - Elder of Ziyon



El PCHR, esa organización de los "derechos humanos" en la que la ONU se basa para determinar sus estadísticas sobre la mortalidad en Gaza, informaba el 29 de julio pasado:
Aproximadamente a las 06:00, un avión israelí disparó un misil cerca de una casa que pertenece a Ahmed Sa'id all-Hashash en el barrio de al-Hashash, en el norte de Rafah. Cuando los miembros de la familia trataron de evacuar la casa llevándose a su madre discapacitada, un avión no tripulado israelí disparó un misil contra ellos. Cuando un número de sus familiares intentó ayudarles, ese avión no tripulado israelí disparó un tercer misil contra ellos. Como resultado de estos ataques, 6 civiles murieron : Ibrahim Ahmed al-Hashash, de 16; Mohammed Ahmed al-Hashash, de 18; Mas'oud Ahmed al-Hashash, de 20; Said Ahmed al-Hashash, de 20; su madre Hana 'Ali al-Hashash, de 43 años; y Mohammed Mousa al-Hashash, de 20.
Arriba están los carteles de Hamas de sus "mártires mujahid" para cuatro de los miembros de esta familia.

Aquí está la parte irónica: Hamas admitió que se trataba de miembros de las Brigadas Al Qassam el mismo día en que fueron asesinados. Y eso apareció en todos los foros pro-yihadistas ese mismo día. Por lo tanto, no hay manera de que el PCHR ignorara que se trataba de una familia de terroristas de Hamas, pero eso no les impidió denominar a todos como "civiles". Así que cuando ustedes vean la información en los medias occidentales de que el 75% de los muertos en Gaza son civiles, piensen que muchos de esos "civiles" se parecen a estos.

Elder of Ziyon lleva publicando noticias de "civiles" como estos varios días

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Hamas llama a los medios de comunicación "socios en la victoria" - Elder of Ziyon



El líder de Hamas en Gaza, Ismail Haniyeh, demostrando que los medios de comunicación árabes palestinos son simplemente instrumentos de propaganda, elogió a los medios de comunicación y a los periodistas como "socios en la victoria" contra Israel.

Durante una ceremonia en honor a los "mártires de los medios de comunicación" que fue organizada por el Ministerio de Información, controlado por Hamas, Hanieyah dijo que los medios de comunicación "contribuyeron a la resistencia del pueblo palestino".

Haniyeh afirmó: "El pueblo palestino ha triunfado sobre la agresión israelí a todos los niveles, incluida el militar, político y moral, y en los medios de comunicación".

Haniyeh también dijo que "los hombres de los medios de comunicación palestinos han constituido la fuente de la prensa mundial sobre todo lo que estaba pasando en Gaza, y fueron incluso una fuente para los medios de comunicación israelíes después de haber perdido la confianza en sus líderes".

No hay ninguna indicación de que los medios de comunicación occidentales que se han basado en estos mentirosos "socios en la victoria" para sus informes se hayan molestado en lo más mínimo.

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Desde la izquierda israelí le dicen a sus colegas de la diáspora: "crezcan de una vez" - Evelyn Gordon - Commentary



Carlo Strenger, un profesor israelí de psicología y un columnista habitual en el Haaretz, y evidentemente un miembro de la izquierda israelí, ofreció ayer algunos consejos útiles a todos los judíos liberales (progresistas) de la diáspora que ahora no hacen más que lamentarse del final de su historia de amor con Israel: “Crezcan”. O, como él mismo dijo, "sólo los adolescentes exigen unos objetos ideales para sus amores".

"Los judíos liberales y progresistas... tienen que darse cuenta de que ha llegado el momento de dejar el luto por su imagen idealizada de Israel", escribía Strenger. "Israel es un logro impresionante en muchos aspectos, pero nunca fue una sociedad ideal". Más bien, se trata de un país real con problemas reales, al igual que cualquier otro país, y por lo tanto merece ser tratado de esa manera.

Los judíos liberales estadounidenses, por ejemplo, no detuvieron su relación amorosa con los EEUU porque detestaran a George Bush, Dick Cheney, Sarah Palin, y Rush Limbaugh. "Así pues, ¿cómo es que ustedes sí tengan ese tipo de problemas con Israel por el hecho de que tengamos nuestra propia versión de los Limbaugh, Palin y Cheney?". Estos hipersensibles judíos liberales estadounidenses tampoco han dejado de amar a los EEUU aunque todavía tiene que lograr esa armonía racial perfecta con la que sueñan (como evidencian las recientes actuaciones policiales y las muertes de afroamericanos en Ferguson y Nueva York), por lo que "¿cómo es posible que ustedes no puedan aceptar que Israel, siendo una sociedad multiétnica, aún no haya elaborado un modus vivendi entre sus numerosos subgrupos étnicos y religiosos?

En resumen, si ustedes judíos liberales de la diáspora se preocupan por un país, en este caso Israel, resulta obvio que puedan criticar sus defectos y trabajar para mejorarlos. Pero lo que no pueden es lavarse las manos sólo porque no cumple con sus expectativas, por otro lado "completamente irreales", de que "nuestro estado deba ser un faro de luz para las naciones", una expectativa, señalaba Strenger con ironía, que existe en primer lugar porque los judíos liberales de la diáspora nunca se han deshecho de lo que para la mayoría sería una noción muy poco liberal: "que los judíos son escogidos o especiales".

Las expectativas de los judíos liberales de la diáspora son tan poco realistas, señalaba Strenger, porque desconocen por completo los problemas de su mundo real a los que se enfrenta Israel:
El inicial y continúo rechazo del mundo árabe a la existencia de Israel, las cicatrices de la guerra y las constantes amenazas de seguridad de grupos como Hamas, han dejado una marca indeleble en la mentalidad de Israel, algo que llevará muchas décadas mitigar. Las profundas divisiones entre sus etnias, sus conflictos religiosos, su incapacidad de integrar a sus ciudadanos árabes, han dado forma a la cultura política de Israel, y no es probable que eso desaparezca pronto. 
Por otra parte, en su decepción por el “fracaso que representa Israel” para ellos a la hora de estar a la altura de su ideal, ignoran el hecho de que "hay mucho que amar y admirar de Israel incluso para esos mismos judíos liberales, aunque otros aspectos puedan disgustarnos profundamente, e incluso a veces odiamos otros de sus aspectos".

Mientras que Strenger no proporcionaba más detalles, otro profesor israelí miembro de la izquierda, Michael Gross, hacía exactamente eso en una columna del Haaretz dos días antes. Retóricamente se preguntaba qué medida utilizaban esos típicos judíos liberales de la diáspora para evaluar el liberalismo de Israel, o su falta, y continuaba: "¿Significa que el sistema funciona correctamente cuando presta gran atención a la salud pública, a unos amplios derechos reproductivos, al control de armas, a la prohibición de la pena de muerte o a la educación superior de bajo costo?".

Michael Gross obviamente sabía que el gran problema para la mayoría de los judíos liberales de la diáspora es "la ocupación". Su razonamiento era que, como cualquier país real, Israel tiene múltiples facetas. Y si se examina el verdadero rostro de Israel en toda su complejidad, en lugar de tratarlo como un personaje de dibujos animados, y se observa su existencia más allá del conflicto palestino-israelí, se podrá constatar que Israel, en muchas de las cuestiones a las que los judíos liberales dan un gran peso en sus propios países, está en realidad mucho más cerca del ideal liberal que representa a los EEUU.

En esencia, ambos articulistas están exponiendo el mismo argumento: Si los judíos liberales de la diáspora miraran a Israel como un país de verdad, y no como una proyección de sus fantasías, verían que no es un país tan perfectamente maravilloso como alguna vez imaginaron, ni tan irremediablemente malo como se imaginan hoy. Como cualquier otro país, tiene sus propios problemas reales, y al igual que cualquier otro país, se ocupa de algunos problemas mejor que de otros, pero sus cualidades positivas no son menos reales que sus defectos.

Y si los judíos liberales de la diáspora son incapaces de ver al verdadero Israel a través de la nube de sus fantasías de adolescentes, entonces eso no es culpa de Israel. Es culpa suya.

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Los detalles están en el demonio - Philologos - Forward


Satán y Belcebú en las ilustraciones de Dore para "El paraíso perdido" de Milton

Christophe Barbier, el editor del influyente semanario de centro-izquierda francés L'Express (que no izquierdista, como se dice originalmente en este artículo), publicó una columna en agosto sobre el resurgimiento del antisemitismo en Francia a raíz de los combates en Gaza. Tras condenar el fenómeno, Barbier se volvió contra los judíos franceses y a su vez condenó a aquellos de entre ellos que, desesperados por la vida en Francia, estaban considerando unirse a la creciente inmigración judía francesa a Israel. "Qué se pongan en guardia ante esos que consultan a los nuevos Baal-zebub para apaciguar sus temores", escribió Barbier.

El francés Baal-zebub, en español Belcebú, es un término cristiano derivado del hebreo que identifica al diablo, y hay algo de ironía, por señalar el elemento menor, en una crítica del antisemitismo que se convierte en una diatriba contra aquellos judíos franceses que confraternizan con el diablo del sionismo. Incluso cuando los intelectuales europeos como Barbier parecen defender a los judíos, al parecer, la única forma en que saben hacerlo es atacando a la vez a los propios judíos.

Belcebú llega, a través de la Biblia en latín, del hebreo z'vuv ba'al, literalmente "el señor [o Baal] de las moscas". (La mayoría de la gente conoce esta frase por el título de la novela más famosa de William Golding, pero en la Biblia, z'vuv, "volar" está en singular).

Baal era el antiguo dios cananeo del cielo y la principal figura del panteón cananeo, y Baal Z ' vuv se mencionaba en el primer capítulo de Reyes II como el nombre de una deidad filistea que también fue adorada por algunos israelitas. Reyes II narra con desaprobación lo que sucedió cuando el rey israelita Ocozías cayó enfermo: "Él envió mensajeros, y les dijo: 'Id a consultar al dios Baal-zebub de [la ciudad filistea de] Ecrón, si podré sanar de esta enfermedad' ".

Aunque algunos estudiosos han argumentado que las moscas estaban efectivamente asociadas a este dios, el nombre z'vuv ba'al es mucho más probable que sea un juego de palabras que se burlaba de la expresión cananea z'vul baal, "El Señor de los Cielos". Esto parece claro en el griego del Nuevo Testamento, donde su nombre aparece varias veces como Beelzeboul. (Esta es también una interesante señal de lo avanzada de la edición final de algunas partes de la Biblia hebrea, ya que z'vul ba'al, en  lugar de z'vuv ba'al, obviamente todavía era de uso común en los últimos tiempos del Segundo Templo). Como uno de los principales dioses rivales de los israelitas, Baal es el objeto de ataques similares en la Biblia en otras de sus partes. Considerando, por ejemplo, que Jonathan, el hijo de Saúl, según leemos en el libro de las Crónicas, llamó a su propio hijo Meriv-Baal, "guerrero de Baal", el libro de Samuel se refiere a él como Mephiboshet, probablemente jugando con los significados de Pid, "desgracia", además de Boshet, "vergüenza".

En la tradición rabínica normativa, Baal o Baal Z'vuv Z'vul no ocupan ningún tipo de posición. Sin embargo, las apariciones de ese nombre en el Nuevo Testamento indican claramente que se le había llegado a identificar en la época del Segundo Templo con el jefe, o con uno de los jefes, de los demonios, porque Jesús es acusado por sus opositores en varios lugares de los Evangelios de estar poseído por esta figura, o bien, estar dominado por él. Por lo tanto, la traducción King James del Evangelio según San Marcos nos dice que hubo "escribas", o judíos cultivados que, después de llegar a Galilea desde Jerusalén para presenciar los exorcismos de Jesús, dijeron de él "que tenía a Belcebú [en él], y que gracias a ese príncipe de los demonios echaba fuera a los demonios".

Otra fuente de los primeros siglos de la era común que arroja luz sobre la figura de Belcebú es "El Testamento de Salomón", una obra apócrifa que, compuesta en griego por judíos o cristianos primitivos, pretende ser un relato autobiográfico de los tratos mágicos del rey Salomón con los demonios. En un momento de la historia, después de que Salomón haya tenido varios encuentros con "Belcebú", él relata:
"Entonces convoqué a Belcebú para que se presentara nuevamente ante mí. Cuando él estaba sentado, me pareció apropiado preguntarle: '¿Por qué estás solo Príncipe de los Demonios?' Él me respondió: 'Porque yo soy el único que queda de los ángeles celestiales que se rebelaron contra Dios antes de la creación de la humanidad, y que fueron expulsados ​​del cielo. Yo era el ángel de mayor rango en el cielo... y traigo la destrucción por medio de los tiranos. Provoco que los demonios sean adorados por los hombres. Despierto el deseo [sexual] en los hombres santos y en los sacerdotes elegidos. Provoco celos y asesinatos e instigo las guerras".
En la tradición cristiana posterior, Belcebú, aunque no era el mismo Satanás, era considerado como uno de sus principales ayudantes. En el "Paraíso Perdido" de Milton, por ejemplo, se declara que: "excepto Satanás, no había ninguna figura más alta en el cielo que Belcebú antes de la caída de los ángeles rebeldes".

¿Y es precisamente a éste que se debe, según el editor de L'Express, que los judíos franceses piensen en mudarse a Israel? Como dice el viejo refrán, "Dios nos proteja de nuestros amigos, porque de nuestros enemigos nos podemos cuidar nosotros mismos".

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Saturday, August 30, 2014

La izquierda israelí se equivoca de enemigo - Emmanuel Navon - i24news



La primera ministra francesa, Edith Cresson, levantó una oleada de protestas al afirmar que la mayoría de los británicos eran homosexuales. Su "diagnostico" surgió del hecho de que los hombres más allá del Canal de la Mancha no se sentían atraídos por ella. Los británicos (y no solo ellos), obviamente, tenían una explicación diferente, pero la frustración tiende a alimentar la ilusión. La manera en que la izquierda israelí "explica" por qué cada vez un menor numero de israelíes aprueban sus ideas confirma este fenómeno. Puesto que es "obviamente imposible" que sus ideas sean erróneas, la explicación debe encontrarse en otra parte. La explicación, como verán, es que la izquierda es "reducida al silencio".

La afirmación según la cual la izquierda israelí se halla reducida al silencio continúa repitiéndose estos mismos días. El 13 de agosto, Zeev Sternhell, en el Haaretz, afirmaba que los intelectuales israelíes son culpables de un "conformismo absoluto" y de una "bancarrota intelectual". Algunos días mas tarde, el 17 de agosto, el escritor israelí David Grossman avisaba durante una manifestación política en Tel Aviv de que Israel esta en trance de convertirse en una "secta radical y aislada". Incluso el ex primer ministro francés Dominique de Villepin - un abogado y gestor de fondos qataríes en París -, escribía el 1 de agosto en Le Figaro que el "campo de la paz" de Israel estaba "silenciado". Esta afirmación ha sido retomada la semana pasada en i24news por Amalia Rosenblum, quien ha escrito que existe en Israel una "censura y una presión sobre la ciudadanía para que se alinee con los puntos de vista de la derecha nacionalista".

En tanto que un raro conservador rodeado de colegas izquierdistas en la Universidad de Tel Aviv, siempre me ha sorprendido y divertido escuchar a la izquierda (siempre muy mayoritaria en mi ámbito) quejarse de ser silenciada. En verdad, es el hospital quien se burla de la Caridad.

Desde que Zeev (Vladimir) Jabotinsky (fundador del sionismo "revisionista") vio rechazada en 1929 su solicitud de entrada a la Palestina del Mandato por parte de los británicos, el monopolio del partido de Ben Gurion, el Mapai, sobre el sistema político pre-estatal se convirtió en total y sin posible apelación. En 1934, Ben Gurion y Jabotinsky firmaron (éste último desde el exilio en Londres) un acuerdo de reconciliación, pero este acuerdo fue rechazado por el Mapai que no veía razón para compartir el poder. El Mapai controlaba la economia a traves de su sindicato, el Histadrut. Así se impidió a los fieles de Jabotinsky obtener permisos de inmigración a la Palestina del Mandato. En la decada de 1940, el Mapai denunció y entregó a los combatientes del Irgun a las autoridades británicas. Menachem Begin, el líder del Irgun y más tarde del partido "Herut", no fue invitado por Ben Gurion a la ceremonia de declaración de la independencia. Ben Gurion se negó a hablar con Begin e impidio el traslado de los restos de Jabotinsky a Israel.

Si hubo un momento en que la democracia israelí fue en realidad una tiranía de la mayoría, fue precisamente bajo el régimen de Ben Gurion, cuando gobernaba precisamente la izquierda. Los revisionistas no pudieron conseguir trabajo en los ministerios y en otros órganos del Estado, mientras el Mapai controlaba los medios de comunicación y el sistema judicial no se atrevía a desafiar las decisiones arbitrarias de Ben Gurion.

Este poder incontestable duró 29 años hasta la victoria electoral de Menachem Begin en 1977. Las reacciones a la victoria de Begin fueron histéricas. El periodista Doron Rosenblum, por ejemplo, escribió que la victoria del Likud marcaba "el comienzo del fin del Estado de Israel". Sin embargo, y a diferencia de Ben-Gurion, Menachem Begin se comportó como un verdadero caballero y como un demócrata impecable. No reemplazó a los altos funcionarios (el embajador israelí en los Estados Unidos, Simcha Dinitz, no se podía creer lo que escuchaba cuando Begin le pidió que permaneciera en su puesto), y cedió ante las decisiones del Tribunal Superior de Justicia que iban en contra de su voluntad ("hay jueces en Jerusalen", se limitaba a decir).

Aún después de haber perdido las elecciones, la izquierda siguió determinando la política del país a través del sistema legal, los medios de comunicación y el mundo académico. Y no se trata de una teoría de la conspiración: el profesor Menachem Mautner explica en su libro "Derecho y Cultura en Israel en el cambio de siglo" (2008) como los que el llama "los anteriores hegemónicos" de manera unilateral ampliaron los poderes de la judicatura para evitar que el gobierno de derechas pudiera gobernar. El profesor Daniel Friedman muestra en su libro "La espada y la bolsa" (2013) como en Israel la separación de poderes había sido reemplazada por una jerarquía de poderes dominada por un sistema de justicia controlado por la izquierda.

En las universidades, el monopolio intelectual de la izquierda es una realidad - ya se trate de las humanidades, las ciencias sociales o del derecho -. En los medios de comunicación, la izquierda tenia el monopolio hasta la creación del periódico Israel Hayom en 2007, un diario que la izquierda esta tratando de cerrar a través de una ley (para "preservar la democracia israelí", por supuesto).

Durante los "años de Oslo" (1993-2000), los intelectuales israelíes sufrieron de un "absoluto conformismo" y de la "bancarrota intelectual" que ahora denuncia Zeev Sternhell (el propio Sternhell solamente parece tener problemas con aquellos conformistas que no comparten su opiniones).

Si la izquierda israelí "no es escuchada", eso no se debe a una supuesta "censura", sino al fallo de sus ideas. En lugar de explicar su caso con banalidades, la izquierda israelí daría un gran servicio a nuestra "imperfecta" democracia produciendo ideas que merezcan ser debatidas y aceptadas.

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¿Ganamos o perdimos al final de este verano bueno para nada? - Shmuel Rosner - Jewish Journal


- La operación fue un éxito, pero el paciente no falleció

Si deseamos resumir cómo se sienten los israelíes tras el alto el fuego podemos emplear sólo dos palabras: aliviados y amargados, y no necesariamente por ese orden. Ellos se sienten aliviados por una buena razón: el alto el fuego que se acordó y anunció parece más serio y, con suerte, más estable que anteriores intentos de alto el fuego. Están amargados por razones comprensibles: dos meses de combates, 71 muertos, numerosas sirenas y cohetes, aislamiento internacional... y todo esto para qué... ¿Para volver al punto de partida?

Por lo tanto se sienten amargados y, sin embargo, aliviados. El año escolar comienza la próxima semana, y hay una gran probabilidad de que los niños realmente asistan a sus clases programadas, incluso en el sur. En los últimos días, justo antes de que se anunciara el alto el fuego, varios alcaldes de las ciudades del sur, contrariamente a las expectativas del Ministerio de Educación, se negaron a comprometerse a abrir las escuelas. Ahora pueden reconsiderar su posición si el alto el fuego se mantiene de hecho. Sin embargo, al primer signo de reanudación de los ataques con cohetes, incluso de cohetes ocasionales disparados por elementos incontrolados, va a provocar una dura y rápida respuesta por parte de estos alcaldes. Ellos han tenido suficiente. Ellos no van a asumir la responsabilidad por la seguridad de los niños bajo el fuego.

Hay, por supuesto, una cualidad contradictoria de estar a la vez amargados y aliviados por la conclusión de la guerra. Si los israelíes realmente querían que la guerra continuara hasta que se lograra un final más concluyente - como las encuestas sugieren que muchos de ellos piensan -, el sentimiento de alivio no tiene cabida. Si, sin embargo, han llegado al punto de querer más que termine de lo que quieren una victoria clara y decisiva, a continuación, la amargura resulta innecesaria. El primer ministro - que llegó a la decisión de aceptar los términos del alto el fuego a sabiendas de que estos términos le dibujan todo un calvario de colores grises, y que deben hacer que ambos habitantes, los de Gaza y los israelíes, lloren por este verano bueno para nada -, entiende la decepción. Pero podía sentir la creciente impaciencia y el deseo de tranquilidad, y pudo ver que el estado de ánimo se tambaleaba en el sur.

La decisión de Netanyahu de no buscar el voto del gabinete sobre los términos del alto el fuego fue recibida con críticas. Era evidente que no quería arriesgarse a un voto de confianza y que no quería dar a sus críticos un púlpito desde el cual predicar su receta para una mejor resolución de la guerra. Un "gabinete de aficionados" fue la elección del líder laborista Yitzhak Herzog para sus primeras palabras esta mañana. Herzog respaldó al gobierno y fue cuidadoso con sus críticas durante la guerra, pero ahora parece dispuesto a capitalizar políticamente los sentimientos de amargura. Cuando se trata de su evaluación del gabinete, sin embargo, sospecho que él y el propio primer ministro pueden estar de acuerdo. Netanyahu se hizo a sí mismo un favor al no pedir el consejo de gabinete, pero también les estaba haciendo un favor a sus ministros: si no hay votación, los ministros tienen el lujo de ser capaces de criticar los términos del acuerdo sin la carga de rechazarlos activamente y de asumir la responsabilidad de una extensión de la guerra.

Existe ahora un subidón bastante comprensible en los juicios, como si los observadores de todos los campos políticos e ideológicos quisieran añadir sus cinco centavos al debate de ganamos o perdimos. Comentaristas, analistas, políticos, generales retirados, todos tienen poderosas opiniones apoyadas por ejemplos históricos y por una fuerte convicción. Su juicio es tan bueno como el suyo (y también tan prematuro). En muchos casos, sus opiniones son sorprendentemente compatibles con sus hábitos de voto: los partidarios del Likud y de Netanyahu compran más fácilmente su narración de una victoria medida; sus opositores, de derecha e izquierda, tienden a ser escépticos ante la narrativa del gobierno. Aquellos que quieran presentar una conclusión equilibrada argumentan que la guerra terminó en un empate. No sé lo que significa un empate: si Hamás no lanza sus cohetes contra Israel durante mucho tiempo y tiene un acceso limitado a un nuevo rearme, Israel ha ganado. Si vuelven los cohetes o bien es capaz de rearmarse, Israel, una vez más, tendrá que tomar medidas para detenerlo.

Es decir, resulta imposible en esta etapa determinar de manera concluyente el resultado de la guerra (lo sé, es una posición poco atractiva para un columnista pues los lectores prefieren a menudo a aquellos que puedan proporcionarles una opinión más definida.). Actualmente contamos con un alto el fuego. Todavía no sabemos si realmente se mantendrá. No sabemos qué va a pasar cuando se reanuden las conversaciones dentro de un mes.

Sí sabemos, por ejemplo, que las posibilidades de que Hamas consiga un aeropuerto o un puerto marítimo en Gaza - algo que sus portavoces dicen que es su gran demanda - son más bajas que cero. ¿Podrá Hamás ir de nuevo a la guerra cuando las conversaciones en El Cairo no den lugar a tales logros? También sabemos que Israel va a reevaluar sus relaciones con el gobierno de Fatah-Hamas, pero tampoco sabemos si esta reevaluación dará lugar a nuevas negociaciones con Mahmoud Abbas. Y sabemos - lo asumimos con un alto grado de confianza - que esta guerra no será el fin del conflicto de Gaza. Sin embargo, no sabemos cuánto tiempo durará la tranquilidad y cómo los acontecimientos recientes y futuros afectarán a la política palestina.

Nuestra capacidad de etiquetar la guerra de Gaza como un éxito o como un fracaso, de una manera que sea más algo más que la expresión de un estado de ánimo pasajero, es limitada. Sin embargo, la necesidad de poner estas etiquetas a la guerra es comprensible y humana. Es un fuerte impulso el que tienen muchos israelíes de preferir etiquetarlo ante su incapacidad de conformarse con un final no concluyente para este verano. Nuestro bajo nivel de autocontrol es nuestro fracaso. Nuestra negativa a rendirnos a las bajas expectativas es nuestra victoria.

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¿Una Europa sin judíos? - Elie Barnavi - i24new



Hace un mes, discutía en esta misma columna un artículo que publiqué en el Haaretz y que planteaba ingenuamente la cuestión de la eventual "expulsión" de los judíos de Francia. En un artículo del Sunday Independent del 24 de agosto, el escritor y periodista irlandés Eoghan Harris ampliaba la perspectiva: es Europa en su conjunto la que, según él, podría terminar siendo Judenfrei a finales del siglo. Él también se hacía eco de un reportaje bastante amplio y alarmista del Newsweek del 29 de julio: "Éxodo: ¿Por qué judíos de Europa están huyendo una vez más". El "éxodo" de los judíos europeos se presentaba como un hecho, un hecho del que trataba de comprender las razones.

Harris trazaba un audaz paralelo entre el éxodo de los protestantes irlandeses del sur de la isla durante el período conocido como de los Troubles (1918-1923), y que dio lugar a la proclamación de la República de Irlanda, y el exterminio de los judíos europeos por los nazis. Por supuesto, no se pueden comparar los dos acontecimientos, pero él encuentra un indicio de similitud entre el traumatismo sufrido por las dos comunidades, cada una desde su propia experiencia de post-guerra, y el declive demográfico que sufrieron a continuación, por la emigración o la asimilación. Sin embargo, si la situación de los protestantes en la República de Irlanda se ha estabilizado y si su comunidad "no va a dejar de existir más que a causa de su propia elección", ese no es el caso de los judíos europeos, que se ve acosados por una "tercera amenaza que representa para ellos la inmigración musulmana y el antisemitismo europeo que ha despertó su ira". Por lo tanto, los descendientes de los sobrevivientes del Holocausto ya no se sienten seguros en suelo europeo. De ahí la terrible predicción de la cual se hace eco el artículo, y donde los números declinantes de la comunidad judía francesa sería la ilustración.

Ignoro de donde ha sacado Harris sus números - había 535.000 judíos en Francia en 1980 y hay apenas 500.000 hoy -. Las estadísticas étnico-comunitarias de Francia son aleatorias, pues es un país que se niega a contar a su población de acuerdo a su origen. Pero aceptemos esas cifras. Lo que parece más cuestionable es el propio pronóstico. A los argumentos que oponía en mi artículo en el Haaretz, en particular, la ausencia de una verdadera cultura antisemita Francia y la movilización de las autoridades estatales en contra del antisemitismo, me gustaría añadir dos más que son válidos para toda Europa.

Uno es de orden histórico. Los peores abusos del pasado contra los judíos, desde las masacres de los cruzados a la solución final, pasando a través de los pogromos en tiempos de los zares, se han mostrado impotentes para erradicar la presencia judía en Europa, ¿y ahora una coalición miserable de jóvenes musulmanes sin cerebro y de "tontos útiles" de la ultra-izquierda sí lo lograría? Después de todo, las propias cifras de Harris, tan inciertas como son, demuestran lo contrario. Que los judíos se sienten enojados ante la sensación de inseguridad existente sería absurdo negarlo, y que ante ello cobra importancia optar por la emigración, es algo sumamente cierto. Pero algunos pocos miles de inmigrantes al año, sobre todo entre aquellos que viven en los barrios "sensibles" donde conviven diariamente con una población de inmigrantes, no presagian la eventual desaparición de la comunidad judía en Francia y de otros lugares.

Lo otro es el método. Toda proyección hacia el futuro presupone que las condiciones actuales permanecerán prefijadas durante décadas. Por no considerar más que la principal causa del prurito anti-semita que estamos presenciando en Europa, el conflicto palestino-israelí, la profecía de Eoghan Harris implica que este conflicto no terminará nunca y seguirá alimentando los prejuicios judeofobos. Admitamos que eso sea así, pero entonces, ¿a dónde irán los judíos candidatos a partir, puesto que es Israel, lógicamente, su destino preferido?

De hecho, es probable que Harris tenga razón, y que el judaísmo europeo se vaya marchitando realmente, pero no como él lo entiende. Es la asimilación más bien que el antisemitismo quien amenaza la supervivencia. En primer lugar, porque, a pesar de la agitación de esas franjas judeofobas, las sociedades europeas están, por vez primera en la historia, prestas para integrar a sus judíos. Luego, porque la democracia y el secularismo ambiental debilitan las viejas defensas comunitarias que históricamente aseguraban la cohesión. Por último, debido a que el cemento más poderoso de su cohesión es desde hace tiempo Israel, cuya misma existencia les ofrece, por vez primera desde la dispersión, la opción de permanecer en la diáspora o bien partir hacia el centro nacional restaurado.

Por lo tanto, si finalmente asistimos al final del pueblo judío en Europa, no se deberá principalmente al antisemitismo, sino porque así lo habrán acordado los propios judíos. Como los protestantes de Irlanda.

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Una controvertida opinión: (Sí, Hamas es preferible a la Autoridad Palestina) - Shraga Blum - i24news



Es ciertamente difícil de escribir - y de leer - un artículo con este título cuando acabamos de salir (tal vez ...) de siete semanas de fuego casi ininterrumpido de Hamas y la Yihad Islámica. Pero, contrariamente a la opinión expresada por Avraham Burg en su último artículo, esta guerra no es "la primera guerra religiosa" entre Israel y los árabes palestinos. Y Hamas, a pesar de su fanatismo sanguinario, no es nuestro enemigo más peligroso.

Incluso si no se trata de una guerra de religión clásica, el conflicto que opone a Israel y a los árabes palestinos está basado en motivos religiosos y civilizacionales cuyo aspecto territorial no es más que una de sus expresiones, probablemente la más conveniente y la más cómoda en términos de "marketing". Cualquier tentativa de encontrar una solución duradera debe comenzar obligatoriamente con una justa comprensión de sus fundamentos, sin los cuales el resultado será similar a un vendaje aplicado sobre una herida no desinfectada. Con todas las consecuencias que se desprenden, como vimos después de los Acuerdos de Oslo.

La oposición árabe al sionismo nació mucho antes de la creación del Estado de Israel, por no hablar de antes de la Guerra de los Seis Días. Ella se tradujo en la década de 1920 en la creación artificial de un movimiento nacional "palestino" autónomo, bajo el impulso del Mufti de Jerusalén Haj Amin Al-Husseini. Toda su ideología fue extraída del Corán y de la tradición religiosa musulmana. Fue en el nombre del Islam que consagró toda su vida a la lucha contra el sionismo, fue en su nombre también que predicó un antisemitismo virulento y alentó a las primeras masacres de judíos en la Palestina del Mandato, y fue en el nombre del Islam que el Mufti se unió al nazismo y colaboró ​​activamente con Hitler. Yasser Arafat lo vio como su padre espiritual y todas las corrientes musulmanas yihadistas que castigan a la región hoy en día - Hezbollah, los Hermanos Musulmanes, Hamas, el IE - lo veneran. El que no entienda este dato fundamental no alcanza a comprender el inicio del conflicto.

Y es por eso que en función de este dato, Hamas es paradójicamente "preferible" a Fatah. Burg no estaba del todo equivocado cuando decía que Netanyahu, por razones estratégicas, "prefiere a un Hamas fuerte y a un Fatah débil", y se muestra reacio a un reforzamiento del poder de Abu Mazen tras la Operación "Margen Protector". Pero lo que Burg ve como un obstáculo y un freno a su obsesión de que Israel renuncie a Judea y Samaria, la derecha israelí lo ve como un retorno saludable de los proyectores hacia la naturaleza del conflicto. El mundo, hoy en día, cada vez se da más cuenta del aspecto político-religioso hegemónico del Islam, y de su rechazo a ver prosperar a las comunidades no musulmanas dentro de la geografía islámica. Ni hablar por lo tanto de un Estado judío.

Desde hace muchos años, se nos echa a la cara de manera simplista que "Israel debe luchar contra los extremistas de Hamas, pero a la vez y por contra debe negociar con los 'moderados' representados por la Autoridad Palestina de Abu Mazen". Ahora bien, en lo que concierne a la negativa árabe palestina a reconocer la existencia de un Estado judío, la distinción entre "extremistas" y "moderados", como la que existe entre "religiosos" y "seculares" es pura ficción. Sobre esta cuestión, el "religioso" Hamas y el "secular" Fatah son sólo dos caras de la misma moneda. El primero (Hamas) pone sus cartas sobre la mesa, mientras que el segundo (Fatah) las avanza de manera oculta y disimulada de cara a la comunidad internacional, lo que le hace mucho más peligroso. Esta división tácita del trabajo ha permitido a todos los líderes de la OLP no solamente seducir a la opinión pública internacional, sino también a la izquierda israelí, haciéndoles admitir y creer que la OLP se ve impulsada por un nacionalismo convencional, político, racional y sobre todo pragmático. Pero el análisis de sus discursos en árabe y de su sistema educativo nos muestra claramente que la oposición al sionismo entre esos que se reclaman afectos al secularismo, o incluso al marxismo, reposa en un fundamento cultural y religioso islámico que niega a un pueblo dhimmi el derecho a ser libre en su tierra una vez que ésta fue islamizada.

Es preferible afrontar a un enemigo que anuncia abiertamente su voluntad, que a un enemigo que utiliza la astucia y la mentira acerca de sus verdaderas intenciones. Los acuerdos de Oslo han querido perpetuar esta ruptura artificial entre "extremistas" y supuestos "moderados". Shimon Peres lo ha recordado recientemente diciendo estar "orgulloso de haber dividido al movimiento nacional palestino en dos campos, uno de los cuales, el de Abu Mazen, es el campo de la paz" (sic).

La táctica adoptada por Fatah consiste en producir en inglés un lenguaje audible para las opiniones públicas sensibles al discurso sobre la descolonización y la defensa de los oprimidos. Por lo tanto, y a largo plazo, la Autoridad Palestina es mucho más peligrosa para Israel que Hamas, ya que se ha involucrado y entregado a una empresa sistemática e insidiosa de deslegitimación de Israel que cubra gradualmente al planeta.

La diferencia táctica entre Hamas y Fatah se puede resumir así: ambos están convencidos de que el Islam no puede tolerar la presencia de un Estado judío en la región, independientemente de su tamaño. Mientras que el primero (Hamas) piensa y actúa sobre la base de la guerra y el terrorismo, el segundo (Fatah) piensa tácticamente en conseguirlo a través de un proceso de paz, una etapa intermedia hacia el objetivo final.

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Israel/Hamas: ¿match nulo? - Gil Mihaely - Causeur



¿Quién ganó la guerra de Gaza? ¿Quién la perdió? Como después de cada "ronda" de violencia en el Oriente Medio, estas cuestiones se plantean. Y es aún más difícil de responder de lo que piensan.

Examinemos el adagio lleno de sentido común según el cual "quién se pregunta quién ganó la guerra que acaba de terminar es siempre el perdedor". A primera vista, la lógica es convincente: una victoria es algo tan obvio como la imagen de David - o de Goliath si la Biblia hubiera sido escrita por los filisteos - izando la cabeza cortada de su enemigo. Para tomar un ejemplo más reciente, la Guerra de los Seis Días puso a Israel en una situación de uno contra tres... y concluyó con los tres KO !en menos de una semana! Pero si miramos más de cerca, este ejemplo es problemático. Si sólo contamos los muertos, los blindados carbonizados y los kilómetros cuadrados tomados al enemigo, la factura es clara. Pero el problema es que poco más de un año después, en 1968, los egipcios se habían embarcado en una guerra de desgaste que llevó casi dos años. Tres años y dos meses después del final de esta fase de acoso y desgaste, pusieron en marcha, junto con los sirios, la Guerra de 1973. Fue por otro lado gracias a la guerra de Yom Kippur que Egipto fue capaz de recuperar en 1982 prácticamente todo lo perdido en 1967. Si a esto le sumamos el crecimiento de la OLP y el retorno de la cuestión palestina al corazón de los territorios en conflicto, la victoria militar de 1967, tan radiante e innegable, desencadenó sin embargo algunas frutas amargas.

Por el contrario, después de la guerra del verano del 2006 en el Líbano, el consenso en la prensa internacional fue claro: Hezbollah había infligido una derrota a Israel. Pero ocho años más tarde, ¿alguien aún cree que podría esbozar un saldo tan neto?  Es pues inútil detenerse en las manifestaciones de júbilo y en las hojas de cálculo de Excel de los otros, ambas a la vez son verdaderas y equivocadas. La dimensión material de un conflicto juega un papel importante, es incluso la lógica profunda del uso militar de la violencia. Pero estos hechos no siempre influyen en la voluntad y las intenciones del enemigo. Ahora bien, puesto que son raras las guerras cuyo verdadero objetivo es la eliminación total del enemigo, es sobre todo el estado de espíritu final el apuntado.

Para volver a Gaza, por lo que sabemos del acuerdo de alto el fuego, hay un retorno al statu quo anterior, es decir, más o menos las condiciones que llevaron a poner fin a la penúltima "ronda" entre Hamas e Israel en noviembre de 2012. Pero esta lectura superficial del conflicto es la de un abogado comparando dos textos mientras que todo radica en medir el nuevo equilibrio de poder entre los beligerantes. Para Hamas, ganar consistiría en convencer - a su opinión, a los palestinos en general y suficientemente a sus aliados - que la lucha armada contra Israel - su propósito y su principal diferencia con respecto a la Autoridad Palestina - es la estrategia adecuada. Cualquier otra camino la obligaría a desaparecer tarde o temprano - Hamas podría mantener el nombre, pero renunciando a su Carta y a la lucha armada, se convertiría en otro Fatah - o bien radicalizarse y marginalizarse. Simétricamente, se puede entender lo que sería una victoria estratégica israelí: neutralizar a Hamas como un actor militar del conflicto.

Después de siete semanas marcadas por 90% de violencia y 10% de diplomacia y de política, la situación se invierte. El conflicto se convertirá esencialmente en político-diplomático (sin descartar por otro lado algún tipo de violencia). En consecuencia, el peso de Israel en la ecuación va a  reducirse mientras que el juego de alianzas y tensiones entre Hamas y los otros actores de la escena mundial (Egipto, la Autoridad Palestina, Qatar, Arabia Saudita, Irán, Turquía, Estados Unidos) pesará más. En el estado actual del Oriente Medio significa que todo es posible, si no lo mejor.

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Unos tweets antisemitas cuestan a un profesor su mandato, y eso es una buena cosa - Liel Leibovitz - Tablet



Para aquellos de nosotros que nos ocupamos de ese nicho sin aire que es la academia (universidad) estadounidense, el caso Steven Salaita ha sido el equivalente del escándalo de una celebridad, una pequeña historia salaz que, de alguna manera, si se ve desde el ángulo correcto y a una distancia apropiada, nos dice bastante acerca de la sociedad en general.

Comenzó a principios de este mes, cuando el ex profesor de Virginia Tech aceptó la oferta de un puesto especializado en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Dichas ofertas, como las instituciones que las extienden, a través de una maraña de burocracia osificada e innecesariamente ritual, requieren que el rector de la universidad presente la candidatura a la junta directiva para la aprobación de los propuestos, un proceso en gran medida visto como meramente ceremonial. Pero en la revisión de la nominación de Salaita por el rector Phyllis Wise, éste se mostró contrario. La universidad, argumentó el rector en una posterior declaración explicando su decisión, no puede tolerar "las palabras o acciones que degradan a las personas, además de la falta de respeto y los abusos verbales, ya sea en puntos de vista propios o de quienes los expresan".

La falta de respeto y los abusos verbales a los que aludía el rector Wise tenían que ver con el hábito de Salaita de utilizar Twitter para expresar sus opiniones sobre Israel. Y como lo que dijo, lo que significa y las medidas de protección que deben gozar el que las expresa, están en el centro de la controversia, lo mejor en cualquier discusión sobre el caso Salaita es la revisión del puñado de reflexiones de este profesor de Estudios Indio-Americanos.

"Ustedes pueden ser demasiado refinados para decirlo, pero yo no lo soy", escribió Salaita poco después de que tres adolescentes israelíes fueran secuestrados y asesinados por los terroristas de Hamas, "pero me gustaría que todos los malditos colonos de Cisjordania desaparecieran (corrieran similar suerte)". Otro twitter "también muy matizado" declaraba: "Los sionistas: la transformación del 'antisemitismo' de algo horrible en algo honorable desde 1948". Este enunciado proporciona una interpretación - un ejercicio que pasa últimamente por un pensamiento rígido y original en la mayoría de universidades de Estados Unidos - que aborda el antisemitismo con un doble sentido de irrealidad: No existe en realidad, de ahí las comillas poniéndolo en cuestión, y si no existe, entonces no hay nada de que avergonzarse.

Hay mucho más de donde viene todo esto: Fantasías acerca de Benjamin Netanyahu llevando un collar de dientes de niños palestinos, o sobre Israel resucitando Atlantis sólo para colonizarlo, o su categórica negativa a condenar a Hamas, y esa otra declaración siempre tan matizada de que cualquier apoyo a Israel durante la guerra en Gaza implica ser "un ser humano horrible".

Casi inmediatamente después de que se rescindiera la oferta a Salaita, sus seguidores montaron su defensa, siendo su mejor expresión una carta del profesor de inglés de Urbana-Champaign Michael Rothberg que decía más o menos lo siguiente: los tweets de Salaita están protegidos no sólo por la primera enmienda, sino también por los principios seculares de la libertad académica que sostiene todo discurso situado fuera del ámbito de la disciplina institucional; pero incluso si este no fuera el caso, no había nada realmente ofensivo en los tweets de Salaita; e incluso si los tweets de Salaita fueran realmente ofensivos, aún estaban totalmente justificados dada la indignación que sentía este apasionado profesor viendo la carnicería en Gaza; y es que, realmente, y en última instancia, "deberíamos enfocar nuestro oprobio e indignación únicamente contra Israel". Algunos de los defensores de Salaita también prestaron un crédito adicional a ciertos teorías del complot al hacer alusión a la participación de una cábala de desconocidos, una serie de donantes acaudalados que frenan el proceso de contratación con amenazas de desfinanciar la universidad.

Es bastante fácil ver el caso Salaita como un juego sobre la moralidad, algo divertido, porque como un sabio dijo una vez en broma: "la política es tan amarga porque argumentos y apuestas son muy bajas". Y es tentador, analizando esta situación, centrarnos en sus irritados defensores y señalar, por ejemplo, cuán deliciosamente irónico resulta que estos campeones de la libertad académica defensores de Salaita preconicen el boicot de su universidad, una táctica contundente que, en este caso, causará mucho más daño que el principio de la libertad académica por el que tanto desean protestar.

Pero el argumento central que utilizan muchos defensores de Salaita dentro de la comunidad académica sugiere que algo anda mal, y desde luego es mucho más preocupante que las opiniones equivocadas y llenas de odio de un académico menor. Digámoslo crudamente, demasiados académicos de quienes dependemos para ayudarnos a pensar y argumentar el mundo han llegado a comprender su labor como una tarea sacerdotal, un intercambio de un solo sentido por el que ellos sermonean y las masas acurrucadas debajo de ellos escuchan.

Por la lectura de las respuestas al caso Salaita en las últimas semanas, y por las misivas espumosas de sus compañeros de odio a Israel que saltaron inmediatamente en defensa de su hombre por motivos puramente ideológicos, estaba claro que la ansiedad central en juego entre la comunidad académica tenía que ver con la evaluación del grado en que los académicos debían intervenir en lugares públicos como los medios de comunicación sociales, blogs o periódicos. Casi universalmente, los profesores americanos parecen haber tomado el asunto Salaita como una demostración de que el mundo exterior es un ambiente hostil, muy polémico e intolerante, y que es mejor evitarlo para cualquier persona que desee aterrizar en esos cargos académicos cada vez más raros de profesores titulares.

Lamentablemente, en ningún momento hubo lugar para una alternativa mucho más simple, la que expresó tan elocuentemente en su carta el rector Wise: que las universidades son comunidades dedicadas a la búsqueda del aprendizaje, un compromiso que es casi imposible cuando los encargados de dichas tareas demuestran por sí mismos cuan sistémicamente racistas son, y su apoyo a la violencia. Cualquier persona podría preguntarse si Salaita podría tener un trabajo en la enseñanza con unos tweets donde se reemplazara las referencias a los judíos y a los israelíes por otras a los negros, los homosexuales o las mujeres. ¿Existiría alguna institución estadounidense de enseñanza superior que emplear a alguien que tuiteara, por ejemplo, que los estadounidenses negros estaban "transformando al racismo" de algo horrible en algo honorable desde 1964?

Algunos, por supuesto, podrían argumentar que la respuesta sigue siendo sí, y que la experiencia en el tema debería indicarnos un estándar único y sagrado por el cual contratamos, recompensamos y promovemos a nuestros profesores. Pero muchos más creen, al igual que el rector Wise, que si bien debemos insistir fuertemente en la protección de la libertad de nuestros profesores para decir lo que quieran, también debemos insistir en que hablar, así como actuar, tiene consecuencias. En algunos casos, es posible escuchar a ciertos eruditos hablar sobre temas impopulares y recompensarlos por su perspicacia y su valentía; en otros casos, podemos oír cosas tan viles que decidimos que tal portavoz, no importa cuán bien versado esté en su disciplina, no tiene lugar en una institución que depende del libre intercambio de ideas, y que los estudiosos que no pueden traducir sus pasiones en argumentos bien razonados deberían estar mejor opinando en Twitter que enseñando en las aulas.

Hasta que los académicos cumplan con esta condición obvia, hasta que no se dan cuenta de que, como el resto de nosotros, operan en una comunidad y no gozan de una licencia especial para hablar y actuar con total impunidad, hasta que entiendan que la participación pública no es un privilegio sino un responsabilidad, van a seguir encontrándose marginados. Es un precio que ni ellos ni nosotros podemos darnos el lujo de pagar.

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Por qué he anulado mi suscripción al The New York Times - Rabino Richard A. Block - Tablet



Soy un seguidor demócrata de toda la vida, un político liberal, un rabino reformista, y durante cuatro décadas, hasta la semana pasada, un suscriptor del New York Times. Lo que me alejó de este diario fue su incesante denigración de Israel, un torrente de artículos, fotografías y columnas de opinión que presentan sistemáticamente al Estado judío de la peor manera posible.

Este fenómeno no es nuevo. Bastantes observadores han criticado durante mucho tiempo al NYTimes por su falta de objetividad e integridad periodística a la hora de informar sobre Israel. Mi creciente irritación, finalmente, se transformó en alienación y después en disgusto visceral este verano, después de que Hamas renovara sus ataques terroristas contra Israel y el NYTimes pusiera en marcha lo que sólo puede ser descrito como una campaña para deslegitimar al Estado judío.

El conflicto de Oriente Medio es complejo, pero la causa fundamental de la confrontación entre Israel y Hamas no lo es. Comprometido con sus estatutos de "borrar" a Israel y matar a todos los judíos allí donde se hallen, Hamas es reconocida como una organización terrorista por los EEUU, Gran Bretaña y la Unión Europea, una designación motivada por sus cohetes que lanzan contra los civiles israelíes y la creación de una red de túneles del terror en la frontera con Israel - y que penetran dentro de su territorio - para matar y secuestrar, sin lugar a dudas crímenes de guerra indiscutibles.

El renombrado novelista israelí, un reconocido pacifista y miembro de la izquierda israelí, Amos Oz, capturó la esencia del conflicto en dos preguntas que planteó ante la audiencia de una radio alemana. "¿Qué haría usted si su vecino de enfrente se sentara en su balcón, pusiera a su propio hijo pequeño en su regazo y empezara a disparar con una ametralladora contra el cuarto de su hijo? ¿Qué haría usted si su vecino de enfrente cavara un túnel desde su hogar que llegara hasta el cuarto de sus hijos con el fin de destruir su casa o bien secuestrar a su familia?"

Las respuestas son evidentes para todos excepto para el New York Times. Su foco obsesivo en las víctimas civiles palestinas, especialmente los niños, publicando las fotos de sus cadáveres y poco más, como si con eso les contara toda la historia. Las muertes de inocentes en tiempos de guerra son trágicas y desgarradoras, y nos afectan a todos. Pero un periódico comprometido con el equilibrio y la equidad proporcionaría el debido contexto y perspectiva. También mostraría a los traumatizados niños israelíes corriendo apresuradamente a los refugios, acobardados, mojando sus camas, y sufriendo pesadillas. También publicaría las fotos y los relatos de los militantes que lanzan los cohetes desde los techos de las mezquitas, una iglesia y el hotel donde descansan los medios de comunicación, además de desde las escuelas, los centros de acogida de refugiados, las clínicas y hospitales, y las armas ocultas de Hamas en las instalaciones de la ONU. También ería fundamental matizar las cifras de víctimas proporcionadas por organismos cercanos a Hamas, que se sabe que se han falsificado en el pasado, antes de informar sobre ellas como un hecho fehaciente. Asimismo se pondría de relieve el uso por parte de Hamás de los civiles palestinos como escudos humanos, al instarlos a ignorar las advertencias anticipadas dadas por Israel para que abandonen ciertos lugares, facilitando con ello que los habitantes de Gaza fueran asesinados y a la par dañar la imagen de Israel. Tal información objetiva cubriría las amenazas de muerte que inhibieron a periodistas y reporteros gráficos a decir la verdad, la historia completa. Pero el NYTimes no hizo nada de esto.

Lo que hizo en cambio nos lo revela una muestra de sus titulares: "Cuando los ataques aéreos de Israel impactan en una mezquita y una clínica, el riesgo llega hasta casa",  "Israelíes observan el bombardeo de Gaza desde asientos de primera fila", "Preguntas sobre unas tácticas y las metas cuando se incrementan las muertes de civiles en los ataques israelíes", "Corresponsales extranjeros en Israel se quejan de intimidación", "Bombas israelíes se dice que golpearon a una escuela de las Naciones Unidas", "Censura militar en Israel", "Un muchacho palestino en el juego de Gaza, una renovación de la guerra. Una familia sin mañana", "Los partidarios de Israel tratan de llegar a un acuerdo sobre la matanza de niños en Gaza", "Israel se prepara para acusaciones de crímenes de guerra en Gaza", " Resistiendo a los nazis, él vio la necesidad de Israel. Ahora él acusa a Israel".

Luego están los artículos de opinión: "Tony Blair, el perrito faldero de Israel", "El sangriento status quo de Israel", "Cómo Occidente elige la guerra en Gaza", "La oscuridad cae sobre Gaza", "La autodefensa israelí no permite matar a los civiles", "Israel ha reaccionado de forma exagerada a las amenazas de los provocadores", "El sionismo y sus descontentos",  "Estados Unidos debería dejar de financiar a Israel, o dejar que otros promuevan la paz", "El colonialismo de Israel debe terminar", "El apoyo inquebrantable a Israel daña los intereses de Estados Unidos y alienta el extremismo", "Ocho días en Gaza, un tiempo de guerra: Vida y muerte en la Franja de Gaza" - esta última columna consumía casi toda la página editorial -.

La gota que colmó el vaso y ha puesto punto final a mi suscripción llegó el 19 de agosto, cuando Hamas violó nuevamente otra tregua y envío otra descarga de cohetes contra Israel. El titular del Wall Street Journal decía: "Una oleada de cohetes desde Gaza pone fin al alto el fuego". Un portavoz del Departamento de Estado de los Estados Unidos condenó la reanudación del lanzamiento de cohetes y acusaba a Hamas de ser el responsable de causar la ruptura del alto el fuego. En cambio, el titular del NYTimes fue: "Cohetes desde Gaza y la respuesta israelí rompen el alto el fuego". ¿En serio? Un periódico que no puede distinguir entre el comienzo de una lucha y la reacción defensiva del atacado es un diario intelectualmente deficiente, moralmente obtuso y profundamente indigno de sus lectores.

Sé que el NYTimes no me va a echar en falta. El sentimiento es mutuo.

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Friday, August 29, 2014

El capellán de Yale que no recibe a los judíos. Si los defensores judíos de Israel (de la diáspora) pueden y deben conformar la política israelí, ¿por qué no pueden hacer lo mismo los Wasps con Inglaterra? - Marcos Oppenheimer - Tablet



Padre Bruce, ¿podría hacer llegar este mensaje a la reina por mí? Sé que puede.

Este lunes, el New York Times publicó una carta al director de usted, el Padre Bruce M. Shipman, el capellán de la Universidad de Yale de los estudiantes episcopales, y ella en respuesta a un artículo del 21 de agosto sobre el incremento del antisemitismo. El artículo de opinión de la colaboradora del Tablet Deborah E. Lipstadt, se centraba en la incidencia preocupante de los ataques antisemitas en Europa, y a él respondió el padre Bruce:
La tendencia a la que alude es paralela a la carnicería en Gaza durante los últimos cinco años, por no hablar de las conversaciones de paz perpetuamente estancadas y la continua ocupación de Cisjordania. 
Como la esperanza de una solución de dos estados se desvanece y las desgracias palestinas siguen aumentando, el mejor antídoto contra el antisemitismo para los patrones y amigos de Israel en el exterior sería presionar al gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu para adoptara una resolución sobre el estatuto final de la cuestión palestina.
Tras la primera lectura de esta carta, sentado en mi mesa a la hora del desayuno, e imagino que al igual que muchas personas inteligentes, me mostré preocupado por la enorme falta de liberalismo de su pensamiento. Su razonamiento daba licencia a todo tipo de estereotipos, al racismo y a los prejuicios. Según su razonamiento, ¿por qué no escribir que "el mejor antídoto para detener el acoso policial sería que los hombres negros de todo el mundo presionaran a esos otros afroamericanos para que detengan de dispararse los unos a otros"? ¿Por qué no escribir tal vez, después de que un musulmán fuera golpeado por un supremacista blanco, "el mejor antídoto contra la islamofobia sería que los patrones y amigos radicales del Islam en el extranjero presionaran al ISIS y Al Qaeda diciendo basta ya"?

Pero después de una lectura adicional y de meditar nuevamente sobre el tema, y leyendo algunos de los comentarios que generó, tenía algunas preguntas más. Por ejemplo, ¿qué son exactamente los "patrones de Israel"? Seguramente se refería a otros judíos. ¿Son todos los judíos "mecenas de Israel"?

Esta asunción de culpa por la consanguinidad consiguió que me preguntara si los japoneses-americanos también eran los responsables de Pearl Harbor - muchos estadounidenses inteligentes, incluido el presidente, así lo creyeron en el momento. El presidente estaba lo suficientemente convencido como para encarcelar a esos ciudadanos estadounidenses en su propio país.

Y quizás los irlandeses americanos también fueran los responsables de la sangre derramada por el Ejército Republicano Irlandés, porque, y bien lo sabemos, algunos de los fondos del IRA en verdad provenían de americanos irlandeses.

Y a pesar de lo que John F. Kennedy declaró durante su campaña presidencial, tenemos fuertes razones para creer que los católicos americanos seguían las órdenes del Papa. ¿No es así?

Y entonces llegamos a usted, a un sacerdote episcopal, y por lo tanto un subordinado de la reina Isabel II, quien no sólo es la jefe de Estado de Inglaterra, sino también la suprema gobernadora de la Iglesia de Inglaterra, cuyos seguidores de todo el mundo como usted mismo, como sacerdote episcopal, sirven a sus órdenes. Ella nombra al arzobispo de Canterbury, que es algo así como su Papa. Así que me parece que usted está doblemente implicado en las decisiones de los británicos. En primer lugar, usted es (supongo) de ascendencia inglesa, y ya sabemos por usted lo que significa ser de ascendencia judía, es decir, que uno es un "patrón o mecenas" de Israel, y puede y debe influir en la política israelí. Y, en segundo lugar, usted es un clérigo que trabaja para una iglesia dirigida por Su Alteza Real.

Así que vamos a hacer un trato. La próxima vez que un hombre judío o una mujer judía inocente sea agredida en Bruselas, en lugar de quejarme de los antisemitas, voy a llamar al primer ministro Netanyahu y ​​voy a quejarme de su política de guerra. Y la próxima vez que 1.400 niños británicos sean secuestrados, golpeados, violados y sean víctimas del tráfico sexual en una ciudad de Inglaterra (las autoridades no quisieron investigarlo por si les acusaban de racistas o islamófobos, ya que los agresores y explotadores eran bandas de musulmanes pakistaníes), más que condenar el tráfico sexual y la violación de esos niños y niñas, le exigiremos que llame a la Reina de Inglaterra

¿Ok?

Sunday, August 24, 2014

Un novelista israelí habla de paz, y un rabino le replica: "Carta a David Grossman: Así es como perdiste al público israelí" - Rabino Yuval Sherlow - Forward



Saludos, David Grossman

¿A quién quisiste hablar anoche? Si querías hablar a los pocos miles de personas que piensan como tú, y por lo tanto reforzar su marco ideológico, tuviste éxito. Así es como tus palabras sonaron de hecho: reforzando sus ideas, de manera inequívoca, sin reconsideración y sin dudas. Un típico discurso de una manifestación. Un discurso que exige a los demás, al resto de los israelíes que no asistieron, lo que tú, y los allí presentes, nunca considerarán para si mismos: repensar el camino o las ideas preconcebidas.

Pero si estabas pensando en hablar para el público israelí en general, o por lo menos para aquellos que estén dispuestos a escuchar tus palabras y reexaminar sus propias opiniones, no tuviste éxito. Has perdido una oportunidad.

¿Cuales de tus palabras crearon la gran barrera para la recepción de tu mensaje? En primer lugar, se podría apuntar a la amplia extensión de la población israelí que no estaba presente. Tú hablaste de dificultades y de desesperación. Aparecieron muchas veces en tus comentarios, y desde tu punto de vista, con razón. Pero tú no hablaste en absoluto de la solidaridad y del gran espíritu nacional que ha surgido en estos días difíciles que estamos atravesando. Tú no hablaste sobre el sentido profundo de asociación que ha surgido dentro del dividido y discutidor  pueblo de Israel.

Tú hablaste, al parecer correctamente, sobre el hecho de que no existe una solución militar para el terrible conflicto entre estos dos pueblos, al menos ninguno que sea visible en el horizonte actual. Pero tú tampoco estabas dispuesto a examinar otras opciones. Tras repetir esos mantras familiares acerca de sentarse y hablar de paz, ignorabas por completo la experiencia que hemos adquirido en los últimos años.

También hablaste de esa perfecta simetría de dolor y sufrimiento que existe entre nosotros y Gaza, pero no estuviste dispuesto a ir más allá y analizar el complejo desafío de la ética de la guerra, de la justicia, del hecho de que uno de los lados del conflicto incluye a un grupo que tiene impreso en su razón de ser nuestra destrucción.

Tú comentaste con toda razón el hecho de que "la caída de mi vecino no equivaldrá necesariamente a mi victoria, y que el bienestar de mi vecino sería finalmente mi propio bienestar", pero tú no tomaste ninguna nota del hecho de que esta frase se pronuncia solamente en un lado de la frontera, no en ambos lados. De hecho, nadie puede vivir voluntariamente en un estado de sitio, pero no hablaste sobre el uso que Hamas ha hecho de los recursos que ha adquirido en los últimos años, a dónde ha ido ese dinero, y qué objetivos han perseguido.

Pero lo más importante que pareces haber perdido es algo de lo que no estoy seguro que puedas ver: algo que faltaba en las palabras que dirigiste hacia tu interior, hacia tu propia gente. Ya señalé al principio tu decisión de no reconocer el espíritu, la fuerza, la devoción y la solidaridad que se ha generado. No creo ni por un momento que tú no lo sintieras. Pero optaste por no tomar nota de ello como parte de la ecuación global.

Ten en cuenta el número de palabras que dedicaste a la desesperación, el odio, la división y la irrupción del fascismo, y lo mucho que hiciste para hacer caso omiso del hecho de que hay otros fenómenos operando, tendencias que están construyendo un nuevo hogar que aún puede surgir de la dicotomía dentro de la cual vivimos. Al hacerlo, has cerrado mis oídos - y los oídos de muchos otros, de eso estoy seguro - a tus palabras. Solo puedo escuchar a alguien que vea una imagen rica y múltiple, no a quien solo ve una unidimensional, o fanática, o extrema.

Pero no solo se trata de eso, se trata de que continúas viviendo en tu mundo dicotómico. Tu continúo hablar en un lenguaje de "una sola respuesta", es decir, que toda persona "tenga que pensar como tú, como un amante de la paz", y que el que no siga dicho sendero "prefiere la certeza de unas repetidas y continúas guerras". Aquellos que creen que tu camino es, precisamente, la mejor garantía de repetidas guerras, y en unas condiciones cada vez peores, no cuentan para nada en tu discurso.

Y esa dicotomía se convierte en fatalismo: "Personas que fueron lo suficientemente valientes como para entrar en las casas-trampa (forradas de bombas) y en los túneles del terror, parecen escuchar solamente, y están dispuestas a aceptarlo, a una especie de decreto del cielo que les dice que sus vidas son sólo suyas en calidad de préstamo, hasta el siguiente pago adeudado en una próxima fecha". Tus oídos, sin embargo, sí están cerrados a las otras posibilidades: Esos jóvenes maravillosos son amantes de la vida y amantes de la paz. Y no están aceptando nada que haya sido decretado desde el cielo. Ellos sólo piensan de manera diferente que tú, David.

Y esa dicotomía continúa en vuestro relato, en el procedente de la izquierda: Un mundo dividido en dos, algo que de alguna manera es "innato", y donde en una de las partes de la ecuación está "el chovinismo, el fanatismo y el racismo" que surge "sin vergüenza, todo a la vez", de una manera vertiginosa, "para imponer una dictadura del miedo en amplios sectores de nuestra opinión pública". En el otro lado estás tú y los que piensan como tú.

Un lado es acusado (con toda razón, si esos datos son correctos) de que "ni una sola palabra de condena ha llegado desde la boca del primer ministro, ni de ningún ministro de alto rango (por el chovinismo, fanatismo y racismo)". El otro lado, por supuesto, mantiene sus manos limpias y es puro de corazón, y ya hemos oído su voz alzada en señal de protesta contra los portavoces de la derecha y sus representantes legales.

Yo no quiero jugar a la autocompasión y preguntar quién comenzó, y si las acusaciones son o no simétricas. Yo sólo quiero señalar lo feo de ese mundo en blanco y negro que generan tus trampas retóricas propias de los mitines.

Tus palabras finales podían - y deberían - habernos llevado a un lugar diferente. Tu dijiste, y con razón: "Yo creo que todavía existe aquí una masa crítica de personas, de gente de la amplia corriente principal de Israel, de gente de derecha y de izquierda, de religiosos y seculares, de judíos y árabes... de gente de Tel Aviv, Ofra, Ashkelon, Jerusalén, Sakhnin y Beer Sheva, de gente que es capaz de unirse, de una forma inteligente y sin ilusiones, en torno a tres o cuatro puntos de acuerdo. Por ejemplo, que Israel es el hogar nacional del pueblo judío y que es un Estado democrático, cuyos ciudadanos tienen absolutamente los mismos derechos, y que hará todo lo posible para resolver el conflicto con sus vecinos... Una especie de prueba por la cual cada ciudadano israelí puede definir por sí mismo cuál es su posición y a qué campo pertenece".

Pero sus palabras una vez más fueron incompletas. Si hubieras añadido las otras caras de la moneda: la disposición a soportar con fuerza y ​determinación nuestra postura sionista y nuestra relación con la Tierra de Israel; la verdadera situación y disposición de los enemigos que nos rodean, "de una manera inteligente y sin ilusiones"; así como una movilización nacional a favor de la periferia israelí (no hablando desde las élites) en el más amplio sentido, entonces habrías roto los estrechos límites de tu público, ante quien hablaste.

Entonces, también habrías encontrado aliados y socios para la lucha por la libertad de expresión y por un discurso público honesto; para una mayor sensibilidad hacia la compleja y difícil situación de la comunidad árabe en el Estado de Israel; para el combate para rescatar a los que han sido perjudicados por la corrupción oficial; para evitar la rigidez de la opinión pública en su búsqueda de formas con que detener el terrible derramamiento de sangre que azota a nuestra región; y para restaurar la palabra "paz" a su estado correcto, en lugar de las manipulaciones políticas con se la explota en la actualidad.

Pero tú eligiste ir por un camino diferente, y por eso te viste obligado a pronunciar estas palabras de autoengaño: "Ustedes son muchos. Nosotros también somos muchos, muchos más de lo que pensamos, de lo que creíamos".

Qué lástima, David

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Las obvias diferencias entre Hamas y el ISIS (IS)


- (Hamas al ISIS) Sois unos bárbaros, sois una vergüenza. Nos estáis dando mala reputación.

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Hamas, ISIS y el activismo anti-Israel - Petra Marquardt-Bigman



No mucho tiempo después de que el primer ministro de Israel comparara a Hamas con el grupo terrorista ISIS (o IS por Estado Islámico) durante una reciente conferencia de prensa, los debates estallaron en las redes sociales, como por ejemplo en Twitter, acerca de la validez de esta comparación. Como ilustraron una serie de artículos de opinión, Netanyahu tenía razón cuando concluía su intervención señalando que "no era el único que creía que Hamas era como el ISIS, y el ISIS como Hamas. Son ramas del mismo árbol".

Pero el analista árabe-estadounidense Hussein Ibish desestimó la comparación como una "campaña de hasbara israelí" que él caracterizó como "sumamente patética. Realmente son comparaciones miserables, y no hay necesidad de ellas. La hipérbole es transparentemente idiota". Cuando fue cuestionado por Clifford May de la Fundación para la Defensa de las Democracias, Ibish no acabó de tener éxito a la hora de demostrar por qué la comparación era supuestamente tan "patética", y mientras tanto, la razón de su fracaso fue gráficamente ilustrada por el blogger Elder de Ziyon (la ilustración de este post).

El gráfico de Elder incluía la referencia a la forma en que asesinaban a sus enemigos sin piedad, y este era en realidad el punto en el que se centraba Netanyahu en gran medida:
"Puedo decir que el mundo entero se ha conmocionado por las atrocidades de ISIS. Ustedes pudieron ver la decapitación de un periodista estadounidense, Foley. La muestra de barbarie y salvajismo de estas personas. Bueno, nosotros nos enfrentamos a la misma barbarie. Son personas que arbitrariamente lanzan cohetes contra nuestras ciudades buscando conseguir asesinatos en masa, que asesinan a niños y adolescentes disparándolos a la cabeza (los tres alumnos de yeshiva), que lanzan a su propia gente desde un sexto piso (Fatah) y utilizan a su propia gente como escudos humanos".
Qué grupos como Hamas y ISIS hagan eso a su propio pueblo debe ser sin duda el criterio más importante, porque cuando una sociedad o un grupo trata a su propia gente como adversarios o enemigos, eso dice mucho sobre la falta de humanidad que podemos esperar de esa gente cuando se enfrentan a enemigos con los que no tienen ninguna relación.

En este sentido, Hamas acaba de dar una demostración espantosa de que realmente hay muy poco que les distinga de los brutales yihadistas de ISIS. Como ampliamente se ha reportado en los medios de comunicación, Hamas ha vuelto a ejecutar sumariamente a ciudadanos de Gaza acusados ​​de colaborar con Israel. De acuerdo con un informe del Jerusalem Post, 11 presuntos colaboradores fueron ejecutados en una estación de policía de Gaza, y poco tiempo después, "Hamas asesinó a siete palestinos más en una ejecución pública en una plaza central de Gaza".

Las agencias de noticias Reuters y AFP capturaron algunas fotos perturbadoras de los prisioneros de Hamas alineados para la ejecución, y según el Jerusalem Post, "las víctimas, con la cabeza cubierta y las manos atadas, fueron asesinados a tiros por hombres armados enmascarados vestidos de negro frente a una multitud de fieles, y todo ello en las proximidades de una mezquita tras la oración". Al parecer, entre la multitud de espectadores también se incluían niños, y unas sangrientas imágenes tras las ejecuciones muestra a unos niños mirando los charcos de sangre en el pavimento y tomando algunas fotos.

Por supuesto, Hamas ha ejecutado antes a otras personas acusadas de colaboradores, y al igual que las recientes imágenes de las ejecuciones, en las anteriores también se podía observar un grado de salvajismo similar al de ISIS.

Pero hay una gran diferencia entre Hamas e ISIS, y consiste básicamente en que sería difícil encontrar a alguien que tomara en serio la defensa o justificación de los actos del ISIS, mientras que un buen número de activistas anti-Israel, los cuales pretenden preocuparse por los derechos humanos. sí están dispuestos a defender las imágenes de brutalidad de Hamas contra los ciudadanos a los que gobiernan. El prominente activista "pro-palestino" Ali Abunimah, señalaba en Twitter que se oponía a la "pena de muerte", pero sugería que sería hipócrita "fingir indignación por los asesinatos de Hamas mientras que se apoya la masacre israelí". El razonamiento de Abunimah parecía consistir ​​en que si los habitantes de Gaza eran asesinados en la guerra actual entre Hamás e Israel, realmente no importaba demasiado si Hamas asesinaba a unos cuantos más. En otro tweet, Abunimah incluso implicaba que era normal que Hamas ejecutara a los residentes de Gaza sospechosos de colaboración:
"En toda sociedad la colaboración en tiempo de guerra se ve como el crimen más atroz y una amenaza mortal a la resistencia. Esto no es exclusivo de Palestina".
En otras palabras, el autor de "La Batalla por la Justicia en Palestina" no tiene aparentemente ningún problema con que Hamas aplique una "justicia mortal" como espectáculo público sin nada remotamente parecido a un proceso mínimo. Por el contrario, la Autoridad Palestina (AP) - la cual emitió una moratoria sobre la pena de muerte en 2005 - condenó las "ejecuciones al azar que recuerdan a las ejecuciones sumarias llevadas a cabo por grupos extremistas wahabíes en otras partes del Oriente Medio". El portavoz también señaló que Hamas estaba persiguiendo a los "disidentes políticos" y que algunos de los que ahora se ejecutaba como colaboradores habían sido detenidos por Hamas hace años.

El afán de Abunimah de pasar por alto los graves abusos de Hamas no es sorprendente dado su abierto desdén por la Autoridad Palestina y su apoyo expresado a menudo por los grupos de la "resistencia" de Gaza, como las brigadas Al Qassam y la Yihad Islámica, de hecho, a Abunimah le gusta referirse a ellos como "fuerzas de defensa palestinas".
Varios colaboradores de la Electronic Intifada de Abunimah estaban también ansiosos por hacer omisión de las ejecuciones o justificarlas como normativas y totalmente merecidas.
Si bien he señalado anteriormente que sería difícil encontrar a alguien que quiera  tomar en serio la defensa del ISIS, debo señalar que el activista anti-israelí Max Blumenthal (que quizás ya ha renunciado totalmente a la esperanza de ser tomado en serio) decidió que si el ISIS se había convertido en un símbolo del mal absoluto en Occidente, era la hora de imitar lo que los antisemitas siempre han hecho: de alguna manera asociar a los judíos con ese mal absoluto.
Así Blumenthal declaraba en Twitter: "Las decapitaciones con daga del ISIS son bárbaras. Así lo son también las decapitaciones israelíes por bombas anti-bunker GBU-28 de 5.000 libras. Ambas deben ser detenidas a toda costa".
El intento de Blumenthal de equiparar la decapitación de un periodista estadounidense y a las otras desventuradas víctimas de los salvajes yihadistas de ISIS con los esfuerzos de Israel para llegar hasta los líderes de Hamas y la Jihad Islámica escondidos en sus refugios subterráneos, parece reflejar no solamente su intenso odio a Israel, sino también su sincero entusiasmo por el tipo de "auténtica resistencia" de que les gusta presumir a estos grupos terroristas de Gaza.
Más tarde, Blumenthal duplicó su estupidez con una comparación aún más ridícula, alegando que hay poca diferencia entre el Estado islámico creado por los yihadistas, el cual impone unas brutales normas medievales a las poblaciones a las que subyugan, y el moderno Israel democrático.
La defensa obscena de Hamas ofrecida por Ali Abunimah y sus colaboradores de Electronic Intifada, junto con los patéticos intentos de Blumenthal de equiparar el ISIS a Israel, ilustran una vez más lo poco que tiene que ver el activismo anti-Israel con unos sinceros esfuerzos por mejorar la situación de los palestinos en Gaza. 

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