Monday, July 31, 2006

Justificada, esencial y oportuna - Avraham Tal

Buthaina Shaaban, ministra sirio de expatriados y consejera cercana del presidente Bashar Assad, dijo la semana pasada que su país no toleraría una situación en la cual Damasco estuviera al alcance de la artillería israelí. Advirtió que Siria tomaría medidas si las Fuerzas de Defensa de Israel se desplegaban a 20 kilómetros de la frontera siria.

Mientras Damasco no está listo para permitir la presencia de la artillería de otro país tan cerca de su frontera, aunque ese país no plantea ninguna amenaza para su seguridad, se supone que Israel debe hacer la paz con 13.000 cohetes y misiles que amenazan la mitad de su territorio y con el hecho de que esta amenaza viene de una organización terrorista que controla Líbano y que no respeta órdenes de nadie - excepto del oscurantista régimen iraní, que procura borrar a Israel del mapa. Y algunos israelíes prefieren que esta situación se perpetue.

¿Por qué Hezbollah invierte tanto tiempo y energía en la creación de una red de cohetes y misiles que es la más densa del mundo (al menos en términos de armamento por kilómetro cuadrado)? Después de todo, sus líderes sabían que Israel nunca amenazaría al Líbano, y nunca cruzaría la línea azul, la frontera internacional que tanto Israel como el mundo reconoce, a menos que no fuera provocado por Hezbollah. Una explicación consiste en que esta red fue buscada para desalentar a Israel de amenazar a Irán, mientras este país estaba ocupado desarrollando su capacidad nuclear.

Otra explicación: la red es necesaria porque es la fase básica de preparación para un ataque ofensivo contra Israel, apoyado por Irán, para liquidar el estado judío - lo que sus enemigos llaman "la entidad sionista." Algunos expertos, tanto auténticos como supuestos, sostienen que Hezbollah "no tiene ningún orden del día israelí. ¿Qué sostiene tan benevolente suposición?

Incluso durante los primeros días del movimiento, en 1980, sus líderes - como, por ejemplo, el jeque Muhammad Hussein Fadlallah - declararon que "la entidad sionista" no tenía ningún derecho de seguir existiendo. En un artículo en el New York Times de esta semana (el 21 de julio), Ted Koppel escribe sobre su reunión, unas semanas antes de la guerra, con el jeque Nabil Qaouk, que Koppel cataloga como comandante de las fuerzas de Hezbollah en Líbano del sur: "cuando el jeque Qaouk habló de Israel y Hezbollah, las ambiciones de su organización no fueron enmarcadas en términos puramente defensivos. Sólo existe armonía entre el juego final de Hezbollah y las declaraciones más provocadoras realizadas durante el año pasado por Mahmoud Ahmadinejad, presidente de Irán. Ambos preven la eliminación del estado judío."

Sin embargo, existen aquellos que de verdad creen que la confrontación - o, al menos, el enfrentamiento presente - podría haber sido prevenido. ¿Cómo? Por apaciguamiento. ¿Debía haber liberado Israel a los presos libaneses - como el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah,exigía - y, si aquella concesión no lo hubiera satisfecho, debería Israel haber devuelto al Líbano el área de Shaba - conocido en Israel como Har Dov y que anteriormente era territorio sirio – para que Hezbollah desmontará su red de misiles y evitar así cualquier provocación a lo largo de la frontera israelí?.

Entonces, Hezbollah, habría continuado con otros pretextos y exigencias: por ejemplo, una demanda de devolución de los pueblos chiítas de Galilea del norte cuyos habitantes huyeron o fueron desterrados en 1948; o, por ejemplo, la demanda de que Palestina debiera ser liberada no sólo para realizar el objetivo de la yihad, sino también para proporcionar casas a los palestinos que actualmente viven en los atestados campamentos de refugiados del Líbano y que generan una situación espinosa en dicho país. Y finalmente Hezbollah (instalado como el régimen formal del Líbano), en colaboración con Irán, habría lanzado una guerra de aniquilación contra Israel.

¿Debería haberse retrasado la confrontación con Hezbollah hasta que Irán hubiera adquirido armamentos nucleares? Sí el Primer Ministro Ehud Olmert y el Ministro de Defensa Amir Peretz decretaron actuar dada la acción provocativa de Nasrallah y las evaluaciones de inteligencia del IDF, ellos tomaron la decisión justa en el momento oportuno.

Al contrario de lo que los críticos argumentan, el IDF no lucha contra una pequeña organización guerrillera. Trata con una entrenada, experta, bien organizada, infantería, muy motivada y que es equipada con la crema del armamento moderno de los arsenales de Siria, Irán, Rusia y China, y que esta muy familiarizada con el territorio en el que lucha. En tal enfrentamiento, aun cuando usted tenga tanques y aviones de combate, el resultado es muy lento, y, tristemente, también se debe pagar un precio pesado en términos de bajas.

Uno de los argumentos denunciados por estos críticos es que Israel sirve a los intereses "del imperialismo americano," y que nuestros hijos se desangran en nombre de aquellos intereses. ¿No hay ningún límite al cinismo malévolo? Hay una congruencia genuina de intereses israelíes y americanos con la guerra contra el terrorismo mundial. Sin el ánimo y político, económico, militar de América, Israel nunca habría sido capaz de emprender su guerra de supervivencia contra el eje Hamas-Hezbollah-Irán, y ante un mundo indiferente.

Aproximadamente, 2.500 manifestantes críticos con la guerra se reunieron el sábado por la noche, afirmando que Israel repetía el error de la primera guerra de Líbano. Sin embargo, aquella guerra consiguió su objetivo, y en una manera impresionante: la retirada de la Organización de Liberación de Palestina de suelo libanés. La posterior desviación y extensión de aquel objetivo sumergió a Israel en el cenagal libanés, donde permanecimos durante 18 años. ¿Cree de verdad alguien que Israel repetirá ese mismo error en el 2006?

Los críticos más persistentes incluyen, por una parte, muchos individuos ingenuos que creen que una política pusilánime de apaciguamiento para tratar con terroristas sanguinarios puede garantizar la supervivencia continuada de Israel y, por otra parte, un número bastante considerable de mala gente que sueña con la liquidación de Israel, bien por su transformación en un estado binacional o bien por su aniquilación. Aquellos que piensan que es exagerado considerar la existencia de estos últimos deberían leer entre líneas las declaraciones realizadas por algunos miembros árabes de la Knesset, y deberían escuchar los sermones de los muezzins en las mezquitas israelíes (por ejemplo, en Shfaram, el viernes pasado, quien, como señalaba el Maariv del 25 de julio, declaró: "nosotros estamos con la lucha de Nasrallah").

Friday, July 28, 2006

Establezcan un gobierno de emergencia - Ari Shavit

La crítica al gobierno se incrementa, y por una buena razón. El gobierno entró en esta Guerra del Líbano II de una manera precipitada e imprudente. Los objetivos de la guerra no fueron correctamente definidos, los riesgos ocultos no fueron suficientemente clarificados y las implicaciones no fueron totalmente analizadas. El gobierno condujo el país en una maniobra estratégica crítica sin ser consciente de sus consecuencias o de prever su resultado. Cuando la guerra este terminada, llamarán al primer ministro para que les explique sus acciones. Ha demostrado ser un estadista ligero e irresponsable, indigno de un puesto público tan alto.

La crítica al ejército también aumenta, y por buenas razones. Las Fuerzas de Defensa de Israel han experimentado fracasos en el aire, en la tierra y en el mar. El ejército no tenía la inteligencia vital, y no era consciente de ello.No tenía una respuesta poderosa a los cohetes y misiles de Hezbollah, y no era consciente de ello. El ejército arrastró a los políticos a una guerra decisiva sin tener los medios de ganarla. Cuando los enfrentamientos estén finalizados, el mando militar será requerido a explicar sus acciones.

La conducta arrogante del Jefe de Estado Mayor, Dan Halutz, es inexcusable. Él ha fallado en su trabajo de director ejecutivo de la seguridad de Israel. Cuando la guerra este acabada, se obligará a que Halutz haga algo que él odia: arremangarse, sepultar su nariz en los detalles y reconstruir el ejército. Esta vez, sin demoras y sin vuelta de hoja.

La crítica del sistema público israelí también esta justificada. La nación es fuerte, pero sus líderes son débiles. Mientras la gente ha demostrado su resolución y su resistencia, las elites han mostrado su debilidad sustancial y moral. ¿Esta preparada Aliza Olmert para vivir en un refugio en Kiryat Shmona? ¿Shlomo Nechama ha supervisado personalmente las restricciones crediticias a las víctimas norteñas de los ataques de Katyushas ? La insensibilidad del gobierno al dejar de aprobar remuneraciones justas para los residentes de Tiberias y Haifa es sólo la punta del iceberg de un fenómeno que es mucho más profundo.

La vida en el centro del país esta separada de las vidas de los soldados que luchan en Bint Jbail y de las vidas de los civiles que sufren los ataques contra Carmel. Tel-Aviv puede continuar divertiéndose en tiempos de guerra, pero no debe aislarse de la guerra y de sus víctimas. El ámbito político institucional israelí no ha encontrado todavía un modo de enfrentarse con esta dualidad. Ningún mando - político, ideológico o civil – se ha ofrecido para unificar y conjuntar a la gente, para impartir un sentido cuando el país está siendo puesto a prueba.

Aun así, todas estas críticas están justificadas. Hasta cierto punto, la crítica del uso excesivo de la fuerza por parte de Israel contra los civiles libaneses también puede estar justificada. Pero no se equivoquen: pueda que esta no sea una guerra elegante, pero es una guerra justa - posiblemente más que cualquier otra guerra en la historia israelí. Y esta es una guerra que debe ser ganada, a pesar de las desgracias y los fracasos.

De ahí, independientemente de las preguntas que pueden elevarse con respecto al ámbito político, militar o civil, esas preguntas no deben eclipsar la justicia enfática de la causa de Israel. Esta vez no es una guerra sobre el territorio, sino por la supervivencia. Esta no es una guerra sobre los asentamientos, sino sobre los teatros, Ios periódicos y los restaurantes de Israel. Esta no es una guerra ofensiva lanzada por fanáticos judíos, sino una guerra defensiva contra los fundamentalistas musulmanes.

Por esta razón, no sólo estamos defendiendo la existencia de Israel como un estado judío, sino su futuro como un país democrático. Y como una democracia, Israel debe demostrar que es capaz de defender su libertad, sus valores y su estilo de vida.

Hace un año, Ehud Olmert dijo que él estaba cansado de las guerras. Por lo tanto, no es sorprendente que él no tenga ni idea de como ganarlas. Pero en esta hora difícil, no podemos sustituirlo. Lo que podemos hacer es reforzarlo. Sólo una convocatoria inmediata de un gabinete especial de emergencia que incluya a Ehud Barak, Moshe Ya'alon, Benjamin Netanyahu y Yossi Beilin puede dar a Olmert el plus que tiene que infundir a la nación y al ejército para luchar contra la nueva realidad de enfrentamientos y crear un cambio estratégico.

Israel en el verano 2006 afronta un estado de emergencia no menos grave que el estado de emergencia del verano de 1967. Un gobierno de emergencia es la necesidad del momento.

Un glosario de ilusiones - Aluf Benn

Ya lo dije.

Después de cada crisis, 'Teniente, yo ya lo sabía,' advirtió quién, con adelanto, argumentó un plan diplomático que podría haberlas prevenido. En la guerra actual, el alarmista era Giora Eiland, el antiguo consejero de seguridad nacional. Eiland sugirió tanto a Ariel Sharon como a Ehud Olmert, que Israel se retirará de las Granjas de Shaba, liberará a presos libaneses …, para conseguir, a cambio, el despliegue del Ejército libanés a lo largo de la frontera. Su oferta fue rechazada. ¿Pero quién puede demostrar que habría prevenido el secuestro de los soldados? ¿O conducido al desarme de los cohetes de Nasrallah? ¿O que Siria, que ha frustrado hasta ahora cada tentativa de alcanzar un arreglo separado israelo-libanés, habría consentido esta vez? Esto mismo es verdad para los militares, que culpan a Sharon de no atacar a Hezbollah. ¿Quién sabe si las operaciones militares entonces hubieran sido más acertadas que las operaciones actuales? Es imposible demostrar "lo que habría pasado sí …."

Había advertencias.

Cuando una guerra estalla, hay una aparición repentina de personas que presumen de haber identificado señales de advertencia - aquellos que ‘leyeron’ horóscopos en un periódico remoto de Irán, o crónicas de sociedad sirias, o bien, las profecías de Nostradamus, y están convencidos de que predijeron la crisis de antemano. ¿Cómo, se preguntan, han podido, la Inteligencia Militar y el primer ministro, ignorar esas señales? ¡Eran tan obvias!. Sólo es una consolación el que los signos se materializan después de los hechos, después de que la guerra ha hecho erupción. Es mucho más difícil descubrirlos con adelanto, cuando ellos se ciernen entre un mar de hechos poco relevantes.Estas historias provienen de la necesidad humana de encontrar una explicación lógica a acontecimientos sorprendentes. Y aparece después de los acontecimientos, cuando es demasiado tarde para alterar las cosas, por una simple razón: ¿el presente recrea el pasado y genera un entendimiento diferente de los acontecimientos pasados?. Cuando usted conoce el resultado, es fácil encontrar los motivos.

Todo esta en nuestras manos.

Según esta ilusión, Israel determina todo en la región, e independientemente de lo que pasa, se debe exclusivamente a las acciones y defectos de Israel. Los palestinos, los sirios y los iraníes son simplemente unos autómatas que reaccionan a las acciones de Israel. La versión de la izquierda se concentra en las acciones agresivas: la visita de Sharon al Monte de Templo causó la intifada, los asentamientos son los responsables del conflicto, la guerra en Líbano creó a Hezbollah. La versión de la derecha coloca las culpas en las retiradas y las concesiones: el Acuerdo de Oslo provocó el terrorismo, abandonando el Líbano se provocó la segunda intifada, y la retirada de Gaza a conducido a la segunda guerra de Líbano. ¿Esto, también, por supuesto, es imposible de demostrar, y depende de la perspectiva del observador. ¿El Líbano "causo la intifada," o incrementó la frustración y la cólera de los palestinos contra Israel?

Nostalgia.

Que agradable sería volver al viejo mundo de antes de la crisis, hasta los días donde la realidad se correspondía a la ideología. La derecha a los días del Gran Israel, " los días pre-Oslo," y la izquierdo a los días del pequeño y solitario Israel, "el de los días previos a la ocupación" - como si fuera posible volver a uno o a otro. En ausencia de un túnel del tiempo, esa ansiedad es sólo una expresión de frustración.

La comunidad internacional.

Durante los últimos dos o tres años, un nuevo ritual ha evolucionado en Israel. En vez de un acercamiento a la era Ben-Gurion - "los asuntos son los que los Judíos hacen, no los que los gentiles dicen" - ahora creemos que "la comunidad internacional" es nuestro salvador en el conflicto con los árabes. Esta vez, esperamos que una fuerza extranjera luche, en vez de las Fuerzas de Defensa de Israel, contra Hezbollah en el Líbano y contra Hamas en Rafah. En su mayor parte, pedimos al mundo "aplicar presión" a Siria, Irán, Mahmoud Abbas, y otros de modo que ellos cambien su forma de actuar. Si esto no nos ayuda, y esto, por lo general, es lo que sucede, Israel, al menos, será visto como un compañero deseable por "los buenos" contra "los malos," y los ministros de asuntos exteriores de otros países serán capaces de demostrar "su participación" - que es otra palabra para "el bochorno."

Tuesday, July 25, 2006

La guerra libanesa no es un "juego" - Yehezkel Dror - JPost

Las interacciones estratégicas son de dos tipos principales. Ellas se parecen a un "juego", cuando cada contrincante hace movimientos según unas reglas de desarrollo tácitamente concordadas, o bien constituyen un conflicto "a vida-o-muerte", "matar o morir".

Así, la guerra fría evolucionó rápidamente en un "juego", a excepción de la crisis de misiles de Cuba, cuando las medidas extremas americanas fueron necesarias para restablecer unas reglas relativamente estables de interacción.En contraste, la confrontación con Hitler fue del tipo "a vida-o-muerte". La lectura incorrecta occidental de un Hitler como un jugador que seguiría las reglas - o al menos dócil a convertirse nuevamente en tal jugador después de satisfacer algunas "demandas razonables" - causó enormes daños.Esos enormes daños podrían haber sido evitados por otros daños relativamente limitados sí la verdadera naturaleza de la confrontación hubiera sido reconocido antes.

Para trabajar con una estrategia eficaz, en primer lugar se deben evaluar y contestar tres difíciles preguntas:
- ¿Es una situación más del "juego", o se trata de un enfrentamiento a vida-o-muerte?
- ¿Es un enfrentamiento "a vida-o-muerte" que puede transformarse en una situación de "juego"?
- ¿Es una interacción parecida a un "juego" pero que corre el peligro de descomponerse en una lucha "a vida-o-muerte"?

A menudo, estas preguntas no son fáciles de contestar. La realidad no habla por sí y tiene que ser interpretada, con la aceptación de poder depender, en gran parte, de supuestos, esperanzas y miedos.Los errores son sobre todo probables cuando las situaciones son intrínsecamente ambiguas y cambian rápidamente, como es propio en nuestra época caracterizada por sus rápidas transformaciones. Aún así, y pese a los posibles elevados daños propiciados por una lectura incorrecta, se debe hacer el máximo esfuerzo para obtener un correcto entendimiento del imperativo de las interacciones estratégicas.

Los valores occidentales contemporáneos, la cultura, la economía, la política ..., son factores que deforman la realidad, haciendo esta tarea crítica aun más difícil. Entre ellos está la creencia infundada de que los seres humanos prefieren, sin dudarlo, vivir en una democracia liberal, y que los intereses materiales necesariamente reducen el fanatismo.Otras deficiencias occidentales son la carencia de preparación para "matar y morir", aun cuando haciéndolo, probablemente, se salven muchas vidas en el futuro; una confianza injustificada en las reglas y las leyes, en parte anticuadas, internacionales; los esfuerzos por conseguir un consenso tan amplio que hagan imposible una acción eficaz; y la preocupación por los mercados y las fuentes de energía.Sin embargo, algún aprendizaje de los errores se ha realizado, sobre todo en los EE.UU e Inglaterra, aunque sufran el duro camino de ser golpeados por el terrorismo y tener que afrontar a los países que lo financian. De todos modos, la tendencia dominante, sobre todo en Europa, es enclaustrase en imágenes optimistas de la realidad que se acercan a un modelo optimista, a pesar de la persistencia de hechos y situaciones que obstinadamente lo contradicen.

Aplicado a la crisis libanesa, el modo "animoso/optimista" de percibir el conflicto ha sido adoptado por la mayor parte de occidente, las Naciones Unidas y algunos otros países. Esta percepción requiere que Israel interprete el ataque inicial de Hizbullah como un incidente local limitado y reaccione con alguna medida "proporcional", como un contraataque limitado seguido de un acuerdo de intercambio de presos.Cuando Israel, por contra, adopta una interpretación sistemática del incidente como un conflicto "a vida-o-muerte" cada vez más siniestro y reacciona con medidas preventivas a gran escala, para reducir considerablemente la amenaza total, es condenado por "reaccionar de manera exagerada", "y una utilización desproporcionada de la fuerza." Un alto el fuego inmediato es exigido, no importando las consecuencias a largo plazo.

Israel, sin embargo, no puede permitirse una visión tan miope de la situación. Hizbullah y Hamas, apoyados por Siria e Irán, probablemente, son enemigos "a vida-o-muerte", y, con el tiempo, más bien se harán más peligrosos que perderán su naturaleza fanática. Por lo tanto, la reacción israelí debe conseguir la capacidad destructiva necesaria para reducir drásticamente una amenaza creciente; motivar el combate contra los fanáticos y con ello desalentar a sus partidarios.En particular, a la vista de la naturaleza declarada del régimen iraní actual, como la de un enemigo total y de su poder de crecimiento (su búsqueda de capacidades nucleares), Israel debe construir (para ser más exacto, reconstruir) una disuasión creíble, basada en parte en "la irracionalidad de la racionalidad."

Esto requiere que reaccione no como fuera de esperar según algunos y sí con una violencia extrema a los peligros de una situación "a vida-o-muerte", hasta infringir elevados daños. Las medidas ásperas y duras contra Hizbullah y Hamas son un modo de construir tal imagen, además de estar justificadas - tanto más cuando el ataque inicial de Hizbullah fue probablemente diseñado para probar la determinación israelí.

En términos morales, Israel encara la opción trágica de o bien emprender ahora una acción a gran escala, a pesar de generar significativos daños, o bien esperar hasta que una guerra mucho más costosa se vuelva inevitable.El menor de los males está claro, pero este impone una carga pesada a Israel - a saber, persistir y escalar sus ataques, a pesar de todas las críticas, hasta conseguir una masa crítica donde la incapacitación y la disuasión son obtenidas, hasta que Siria e Irán aprendan que Israel no vacilará en morder la cabeza de la serpiente, usando la metáfora de Nietzsche, antes de que esta pueda causar daños irreparables.

Paradójicamente, una acción a gran escala y eficaz contra Hizbullah y Hamas y una disuasión eficaz con Siria e Irán es también esencial para moverse hacia la paz. Es una quimera asumir que una paz, más o menos estable, en el Oriente Medio puede estar basada principalmente, dentro de los próximos 30 a 50 años, en la democratización, los intereses económicos, la confianza mutua y un sentimiento de colaboración.En cambio, los requisitos previos esenciales para la paz son una combinación de la preparación israelí para afrontar compromisos dolorosos - como han demostrado todos los gobiernos recientes -, la frustración de la capacidad de los grupos fanáticos y contrarios a la paz, y la disuasión radical de los enemigos "a vida-o-muerte".

Las guerras presentes en el norte y sur son así también necesarias para tratar de moverse hacia una paz con los palestinos sin poner en peligro a Israel.Si las lecturas incorrectas occidentales de la realidad, su miopía y preocupación contraproducente por unas preocupaciones humanitarias poco definidas - sin embargo, honorables y compartidas por Israel - obligarán a Israel a desistir de obtener una masa crítica necesaria de logros, el futuro coste para Israel será alto.Y occidente, estén seguros, con el tiempo, pagará un precio aún más doloroso.

Sunday, July 23, 2006

¿Qué se quiere de Israel ? - Carlos Mendo

Israel es el único país del mundo que no puede permitirse el lujo de aceptar una derrota militar. Francia se tragó la humillación de Argelia y Estados Unidos salió trasquilado de Vietnam y ahí siguen. Para Israel, una derrota militar supondría su desaparición física como Estado. La vieja aspiración de “echar a los judíos al mar”, formulada horas después de la proclamación del Estado de Israel el 12 de mayo de 1948, cuando los ejércitos de cinco países árabes invadieron el entonces minúsculo y aparentemente inerme Estado hebreo, se haría realidad.Y, naturalmente, los israelíes no están dispuestos a consentirlo. Ya pagaron con seis millones de vidas su impotencia para defenderse durante el Holocausto, ahora negado impunemente por los dirigentes iraníes con la hipócrita complacencia de un anti-sionismo creciente en Europa. No lo consintieron en 1948, ni en 1967, ni en 1973 cuando hacían frente a ejércitos regulares y no lo van a consentir especialmente ahora, cuando tienen que enfrentarse a una agresión de organizaciones terroristas, como Hamás y Hezbolá, subcontratadas por los regímenes dictatoriales de Siria e Irán para hacer la vida imposible a Israel y, sobre todo, para provocar el descarrilamiento del todavía non nato proceso de paz, que conduciría al establecimiento de un estado palestino y al reconocimiento final de Israel.

Resulta incomprensible la actitud de condena apriorística de Israel, adoptada por algunos líderes europeos en la actual crisis. Comandos de Hamás y de Hezbolá han penetrado en territorio israelí, han matado a miembros de las fuerzas de defensa judías y han secuestrado a tres militares, mientras cohetes Kassam y Katiusha caían por docenas sobre los asentamientos civiles de Cisjordania y poblaciones del norte de Israel. En cualquier latitud del planeta, ese comportamiento se califica de “acto de guerra” y el estado atacado tiene derecho a defenderse al amparo del Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas.Y eso es lo que ha hecho Israel. Contraatacar, tratando de destruir, no sólo los centros de control y de almacenaje de municiones de sus enemigos, sino también sus líneas de aprovisionamiento de material bélico procedente de Siria e Irán. (¡Qué curiosa coincidencia que el 12 de julio, día de la incursión de Hezbolá en el norte de Israel, venciese el plazo dado a Irán para responder a las propuestas de Los Seis sobre su programa nuclear antes de referir el tema al Consejo de Seguridad de la ONU!).

El contraataque israelí en territorio libanés ha destruido infraestructuras y ha causado víctimas civiles. Pero las víctimas civiles son inevitables cuando los partidarios de Hezbolá están dispuestos a almacenar los miles de Katiusha en manos de la milicia chií en garajes y casas. Se comprende la desesperación del primer ministro libanés, Fuad Siniora, y su apelación a la comunidad internacional para conseguir un alto el fuego. Pero tiene en su gobierno a dos miembros de Hezbolá y a otros tres muy cercanos a la milicia chií, mientras su ejército sigue sin desplegarse en el sur del país, como ha pedido Israel desde su retirada hace seis años y ha reiterado la ONU en la Resolución 1559 de su Consejo de Seguridad. Israel no tiene problemas con un Líbano que respete la integridad de su frontera norte, como no los tiene en el sur con Egipto, ni en el este con Jordania.Ni siquiera los tendría con un gobierno de Hamás que reconociera el derecho de Israel a la existencia. Pero, como Hezbolá con Teherán, la verdadera dirección de Hamás se ejerce desde Damasco. Buena prueba de ello es que cuando el primer ministro palestino, Ismail Haniya, intentó llegar a un modus vivendi con Israel, la iniciativa fue abortada desde Damasco por el líder de Hamás, Jaled Mashal. Como lo fue la mediación egipcia para conseguir la liberación del cabo israelí secuestrado, con la irritación del presidente Hosni Mubarak.

Hasta aquí hemos llegado - Adolfo García Ortega

Europa, y sobre todo España, vuelve a caer en la trampa del maniqueísmo, a la hora de analizar la escalada de violencia en Oriente Próximo. Vuelve a verse a los palestinos como una permanente víctima, y sólo como víctima. Y ese victimismo se utiliza, tal como desean sus mullidores, como excusa y argumento contra Israel, Estado incómodo donde los haya para gran parte de Occidente porque recuerda, una y otra vez, las históricas y constantes emanaciones del antisemitismo europeo, éste mucho más cómodo -¡irresponsable inconsciencia!- con la ideología perniciosa que supone ya una seria amenaza a nuestros valores: el islamismo sutilmente dominante.

Israel ha sido atacado y chantajeado. Por desgracia no es nuevo: lleva años obligado a defenderse. Lleva años teniendo que justificar su existencia, una existencia legítima y legitimada. Lleva años hostigado, y por ello obligado a ejecutar políticas duras, a veces durísimas, porque lo contrario, el diálogo y el trato igualitario con los palestinos, sus representantes y el mundo árabe en general, incluido Irán, que no es árabe, se ha demostrado inviable. Es absolutamente cierto que una política no-defensiva por parte israelí habría equivalido a su desaparición como Estado. Mas en todo caso, sólo Israel ha sido capaz de hacer concesiones y de dar pasos unilaterales hacia la solución, como la salida de Gaza, por ejemplo. En la corta historia de Israel -historia que nadie, hoy por hoy, puede garantizar que llegue a cumplir un siglo, salvo que los israelíes mismos asuman, como hacen, su propio destino, cueste lo que cueste-, esos pasos de diálogo con los palestinos sólo han servido para el engaño, el victimismo, el incremento del acoso y la hipocresía política por parte árabe. Los palestinos y los árabes en general, desde la fundación de Israel, han tomado el relevo, y no sólo metafórico, del aparentemente periclitado nazismo alemán y centroeuropeo. Esta herencia es la base de todo el conflicto actual.


Cuando analizamos lo que sucede estos días en Israel, en Gaza, en el sur del Líbano, muchos intelectuales y políticos, y muchos ciudadanos, olvidan que hay detrás largos años de paciencia incontenible por parte de Israel. Cierto que ha habido muchos actos israelíes, muchísimos tal vez, que han causado desolación, horror, muerte y destrucción. Y no es fácil justificarlos por la razón, y menos por el corazón, pero a la hora de juzgarlos hay que aplicar un pensamiento desprejuiciado, algo que nunca aplica Europa o gran parte de ella (y menos el mundo árabe y musulmán, sumido todo él, absolutamente todo él, en la tiranía más retrógrada), para poder entender que la política fuerte a la que se ve abocado a veces el Estado israelí es la salvación de Israel, porque nadie va a dar la cara por Israel en la Historia que viene, como nadie la dio en el pasado.

Cuando llegó al poder Hamás ya se sabía que aplicaría el único criterio moral y político que lo sostiene: la destrucción de Israel, aun a costa del sacrificio y el sufrimiento del propio pueblo palestino, empobrecido, entre otros, por sus dirigentes y sus milicias fanáticas. ¿Cómo si no se puede entender la mentalidad del atentado suicida, de la muerte como principio sacralizado y universal, de la utilización de la población civil como permanente escudo humano de los terroristas palestinos, hoy en el Gobierno? ¿Acaso alguien se ha parado a pensar que la manipulación de los muertos y heridos civiles palestinos procede de una premeditada -y demoledora- estrategia, con Irán y Hezbolá a la cabeza, para generar ese victimismo que tanto satisface a las conciencias europeas y les permite seguir haciendo el juego de los que desean la desaparición de Israel? Cierto que Israel ya no tiene contemplaciones con esas taimadas argucias de Hamás o Hezbolá, porque de ello depende su futuro más que nunca, pero lo ha avisado. Lo ha advertido desde que en el Gobierno está Hamás, cuyo programa fundacional, como bien demostró Daniel Jonah Goldhagen en un artículo en EL PAÍS (9-2-2006), es un hiperdesarrollo de la ideología nazi.

Los mayores enemigos del pueblo palestino o libanés son Hamás, Hezbolá y sus sostenedores, especialmente Siria o Irán, un país este último dirigido por una casta sacerdotal, enemiga de los valores de justicia, igualdad y solidaridad que la democracia laica representa (o sea, nosotros), y gobernado por el mayor loco que dará el futuro inmediato, Mahmud Ahmadineyad, y a quien Europa no ha sabido parar los pies (ni lo hará) hasta que cometa la tropelía que se ve venir: una orquestada acción de provocación a Israel para que el conflicto se generalice hacia países que permitan justificar la intervención nuclear de Irán en la región. ¿Pero no vemos que esto es lo que hizo Hitler? Aunque a muchos les disguste, el único camino para nuestra supervivencia es entender de una vez por todas que Israel somos nosotros, o buena parte de nosotros, y su existencia es garantía de nuestra existencia. Los que hablan de genocidio con desfachatez ignorante deberían apuntar sus dardos hacia los asesinos de sus propios pueblos: Irán, Hamás, Siria. Nuestro enemigo común es Hezbolá, como lo es Al Qaeda. Y el futuro que llega cada día lo dice más alto y más claro.

Sí, antisemitismo - Vicenç Villatoro

En los últimos días, la palabra antisemitismo ha reaparecido de forma espectacular en el debate político. Las acusaciones de antisemitismo se han cruzado a propósito de discursos, actitudes y manifestaciones sobre la crisis actual en el Líbano.

En este marco se nos ha advertido que criticar las actuaciones del gobierno de Israel no significa necesariamente ser antisemita. Es verdad. Pero también es cierto que algunas de las críticas que se dirigen a Israel no son contra las actuaciones de su gobierno, sino contra su existencia misma como Estado. Para algunos, Israel es culpable haga lo que haga, porque su culpa no es hacer, sino existir.A veces el argumento exculpatorio ha ido más allá. Se ha dicho que criticar a Israel no es necesariamente ser antisemita, y lo acepto. Pero se ha dicho también que entre nosotros, en Catalunya, en España, el antisemitismo no existe. Y ahí no estoy de acuerdo. Y se ha dicho que, incluso en caso de existir, este antisemitismo no tendría nada que ver, no tendría intersección alguna, con las críticas a Israel. Tampoco puedo estar de acuerdo. No todo el que critica a Israel es antisemita. Pero todos los antisemitas critican a Israel. Cuando la extrema derecha italiana lanza tomates a la embajada israelí o cuando los neonazis alemanes apoyan a la selección de Irán, porque su presidente niega el Holocausto y quiere destruir Israel, alguna conexión habrá.

Empecemos por el principio. Se dice que entre nosotros no hay antisemitismo, y que si lo hubo fue en tiempos de los Reyes Católicos. No es cierto. A finales del XIX y principio del XX existe en España y en Catalunya un antisemitismo –¡sin judíos!– que bebe del antisemitismo europeo moderno. Se construye un arquetipo del judío que encarna los valores de la modernidad: la ciencia, la ciudad, la razón, el dinero, la economía- Todos los que rechazan esta modernidad, la derecha integrista, pero también alguna izquierda místicas, rechazan con ella al judío. No solo al judío. El pensamiento conservador español de esta época genera dos variantes del antisemitismo con los mismos argumentos: el antiamericanismo que aparece sobre todo en torno a la guerra de 1898 y el anticatalanismo, que compara a catalanes y judíos y los rechaza como expresiones de una modernidad mercantil. Este antisemitismo atribuye al judío un plan para el dominio universal. Existiría un complot judío, una conjura sionista, a partir del control del dinero, la cultura y los medios de comunicación. La idea se recoge en un panfleto, los Protocolos de los Sabios de Sión, de gran influencia en Hitler, muy divulgado en la España de los años 30 y best seller hoy en muchos países islámicos.

ESTE VIEJO antisemitismo queda modificado por el impacto emocional del Holocausto. Proclamarse antisemita después de Auschwitz es cargar sobre las propias espaldas seis millones de asesinatos. Una parte del viejo antisemitismo perdura, y oímos hablar de la conspiración judeo-masónica (en una España franquista que, lógicamente, no reconocía a Israel). Pero la mayor parte de los viejos arquetipos se reciclan. El virus antisemita muta. Los tópicos contra la modernidad, contra el occidentalismo, los mitos sobre la conspiración y la conjura, se trasladan a Israel. El rechazo a lo judío se transforma en rechazo a lo israelí. El antisemitismo se trueca en antisionismo, pero con los mismos arquetipos: el complot, el control del dinero y la propaganda, el rechazo de los valores occidentales. La vergüenza por Auschwitz necesita dos cosas. Disfrazar el viejo antisemitismo con un nombre nuevo y relativizar tanto como pueda el impacto emocional del Holocausto, negándolo, empequeñeciéndolo o banalizándolo. Los viejos arquetipos sobre lo judío persisten. Los rechazos también. Antes se aplicaban sobre el mundo judío. Ahora, sobre el estado judío.No todos los que critican a Israel lo hacen desde el antisemitismo. Pero en el rechazo frontal a Israel participa la mutación del viejo virus antisemita, la persistencia del arquetipo negativo del judío, del viejo mito del complot. Busquen en algunas de las críticas recientes a Israel y verán como el lenguaje y los argumentos transparentan los antiguos prejuicios. Pero, sobre todo, observen el plus de rechazo que obtiene Israel. Si se midiese por las manifestaciones convocadas en contra y las condenas indignadas, resultaría que Israel es el país del mundo que comete mayor número de barbaridades, que más derechos humanos pisotea, que amenaza más la paz.

¿CREE ALGUIEN de verdad que Israel ocupa este primer lugar en el ránking universal de la maldad? ¿Cree alguien incluso que ocupa el primer lugar limitando el juicio a la zona del Oriente Próximo? Si alguien lo cree, por favor, que revise las actuaciones de unas cuantas dictaduras sangrientas, en la zona y en el mundo. Y si no, ¿a qué puede atribuirse este plus de hostilidad?Estoy convencido de la pervivencia de los arquetipos antisemitas, que creíamos superados, pero que en buena parte han cambiado de nombre. Unos prejuicios que a veces resultan invisibles para sus propios portadores. Como el personaje de Molière, que hablaba en prosa sin saberlo, hay entre nosotros antisemitas -como hay entre nosotros portadores de otras formas de racismo- que no saben que lo son. No todos lo que critican a Israel lo son. Todos los que lo son critican a Israel.

Wednesday, July 19, 2006

El modo de pensar árabe - Barry Rubin - JPost

La crisis provocada por Hamas e Hizbullah es más importante y reveladora, en términos psicológicos, para el mundo árabe que cualquier impacto político o militar directo.

La declaración más conmovedora de dicho sentido es el grito angustiado de un señalado liberal árabe incorporado en una carta que resume como estos acontecimientos marcan la muerte del sueño de la democracia y del pragmatismo entre su gente:

"He estado mirando aproximadamente 20 canales de televisión árabes (egipcios, del emirato, el Qatari, el sirio, el sudanés, el libanés y el kuwaití). El resultado es el siguiente: esas (cientos) personas que aparecían en la pantalla y hablaron apasionadamente 'de nuestra' dignidad, de levantar 'nuestras' cabezas, 'nuestro' orgullo nacional y de la victoria que Dios nos concederá o eran locos, o soy yo quién representa la locura."

En resumen, los grupos extremistas asistidos por esos medias controlados por los regímenes árabes todavía pueden recuperar con éxito la vieja histeria. ¿Quién necesita la paz, la estabilidad, el progreso económico, los derechos femeninos, una judicatura independiente, unos medias que informen realmente, el control de la corrupción, un sistema educativo y de salud bueno, un discurso libre, etc …cuándo a cambio usted puede secuestrar a israelíes?

¿Por qué es de mayor importancia la debilidad tecnológica y comercial árabe cuando usted puede comprar cohetes o misiles con los que golpear a patrulleros israelíes? ¿Por qué preocuparse de que sus hijos aprendan en las escuelas cómo ganarse la vida si ellos pueden ser servir como mártires?

Este análisis no es el fruto del mero cinismo; esta es la situación actual en el mundo árabe. Otra vez, como pasó tan a menudo en décadas pasadas, los terroristas (con algo de ayuda de los privilegiados) dirigen los acontecimientos.

Y más bien que abandonar la idea de encontrar un salvador cruel y justicero, la mayor parte del mundo árabe acaba por adoptar la última manía del nuevo Mesías. Gamal Abdel Nasser, Hafez Assad, Saddam Hussein, Yasser Arafat, y Osama bin Laden todos han fallado. Pero ninguna lección parece ser extraída de ello. Ahora es, en el eje Hamas-Hizbullah, donde la gente coloca su fe.

Irán, por supuesto, es el patrón de ambos grupos y desempeña un papel central en la generación de la crisis. Aún sí Irán puede llegar a convertirse en el único poder (líder) regional musulmán, sus ganancias directas van a ser limitadas.

Los árabes, en general, no dan crédito a Teherán. Después de todo, este mundo sigue siendo árabe y una victoria musulmana (sunnita) es comprometida si el nuevo héroe es persa y chiíta.

El Líbano juega en ambos lados. Tanto cristianos, drusos y hasta los musulmanes sunnitas, están enojados de que Hizbullah los haya arrastrado a la guerra, de que propiciara la destrucción de su industria turística y de que arruinara las perspectivas para la economía del país durante los próximos años. En privado, dicen, que al libanés le gustaría que Israel borrara a Hizbullah por ellos. En público, sin embargo, la mayor parte de los políticos libaneses están de pie al lado de Hizbullah y no levantarán un dedo para ayudar.

Nadie debería tener ilusiones de que el gobierno libanés reaccione aun si el país entero es machacado. Los líderes del país, simultáneamente, usan, temen, y apoyan a Hizbullah. Alentar a los extremistas protege sus carreras, y ninguno de ellos ha llegado donde esta hoy preocupándose exclusivamente por el interés nacional.
Hamas e Hizbullah están ahora en el asiento del conductor del mundo árabe. Vale la pena subrayar el hecho de que estos dos grupos iban, supuestamente, a moderarse, ganando las elecciones y participando en el gobierno.
Ahora sabemos que el efecto fue el contrario: la situación es empujada hacía una dirección radical cuando los terroristas están en el gobierno.

Este no significa, sin embargo, que los regímenes árabes están totalmente contentos con este desarrollo, aunque, como hacen a menudo, lo utilizarán demagógicamente para consolidar su poder culpando de todos sus problemas a Israel, los Estados Unidos, y a Occidente. Ellos son completamente felices sí su gente cree que los enfrentamientos contra Israel, más bien que sus propias dictaduras corruptas, son necesarios.

De todos modos, Egipto, Jordania, Arabia Saudí y otros países están horrorizados. Los acontecimientos actuales también los amenazan, tanto envalentonando a sus propios opositores islamistas radicalizados como, posiblemente, trayendo una inestabilidad regional más amplia. En palabras, sin precedentes, en una declaración oficial saudita: "una diferencia debería ser dibujada entre la resistencia legítima y las aventuras imprudentes realizadas por algunos elementos ... sin consulta o coordinación con los países árabes, creando así una situación gravemente peligrosa que expone a todos los países árabes y sus logros a la destrucción ".

Pienso que los sauditas tienen razón de estar nerviosos, aunque sea incorrecto seguir utilizando el juego de azotar a los caballos radicales e islamistas con una mano (con dinero y propaganda) y tratar de frenarlos con la otra (represión y un poco de persuasión). Este tipo de maniobras los mantiene en el poder a corto plazo, pero puede terminar sepultándolos a largo plazo.

En cuanto a las consecuencias a largo plazo de esta crisis, pienso que después de los cohetes y su utilización efectista se rehabilitará totalmente la locura. Cuando el mundo árabe descubra de nuevo (si alguna vez lo olvidó) que los enfrentamientos contra Israel son más satisfactorios emocionalmente que los enfrentamientos contra las dictaduras o el estancamiento socioeconómico, el viejo modelo se demostrará tan fuerte como siempre.

No habrá ninguna verdadera democracia, paz, o rápido progreso para el mundo árabe en esta década y, probablemente, tampoco en la próxima.

Recetas insultantes - Hermann Tertsch

Resulta extraodinaria la rapidez y contundencia con la que la inmensa mayoría de los medios y de la opinión pública europea han llegado a la conclusión de que la actual escalada bélica en Oriente Próximo es fundamental cuando no exclusivamente culpa de Israel. Es extraordinaria porque rara vez en la historia del conflicto ha sido tan evidente el detonante de la crisis.

Hace tres semanas el partido del Gobierno palestino, la organización terrorista Hamás, hizo un túnel desde Gaza, atacó una base militar en suelo israelí, mató a unos soldados y se llevó secuestrado a otro. Dos semanas después, otro grupo terrorista, Hezbolá, también integrado en un Gobierno, el libanés, atacó otro puesto militar israelí, mató a unos soldados y secuestró a dos. Si las cosas fueron así -nadie lo discute-, tiene poco sentido, como dice el escritor Henryk Broder, que los diarios titulen "Israel ataca en dos frentes" y no "Israel responde a ataques en dos frentes". Pues no. Es culpable. Si unos se limitan a la titulación torticera, otros lanzan obscenidades antisemitas hasta sugerir o afirmar que las "judiadas" actuales revelan que siempre hubo razones para expulsar o exterminar a este incordio de pueblo. Sí, créanlo, cosas así se han publicado estos días.

Y en pleno salto cualitativo de la guerra islamista, algunos Gobiernos europeos, el español entre ellos, pretendían ayer una rotunda desautorización de la respuesta de Israel a la agresión. Si la cumbre de los G 8 en San Petersburgo ha recordado la obviedad del derecho de autodefensa de Israel, a otros se les ha olvidado. Recetan paz, diálogo y desarme. Al agredido. Apelan a la buena fe y a la armonía pero se apresuran a tachar a Israel de responsable. Han olvidado todo y solo ven muertos en Beirut. Hay alguna perversión de origen. Toda iniciativa de Israel para cambiar el status quo, incluida la retirada del Líbano hace seis años y la de Gaza, es celebrada no como un intento de buscar soluciones sino como síntoma de debilidad.En el mundo árabe y en Europa. El islamismo, convencido de estar en una fase decisiva de su guerra santa, se nutre de esta interpretación para aumentar la presión terrorista, a sabiendas que cualquier respuesta israelí será objeto de condena. Si ha sabido presentar como éxito propio la inhibición europea en la lucha contra el terrorismo en Irak, también confía en que la discordia de la comunidad internacional impida medidas de represalias serias contra los adalides de esta nueva escalada que son Teherán y Damasco.

Ante la agresión de Hamás y Hezbolá, Israel solo tenía malas opciones y una necesidad inaplazable de reaccionar. Resulta evidente que, en esta nueva constelación con creciente protagonismo de Irán, Israel no se puede permitir que la mitad meridional de su vecino esté controlada por una franquicia iraní cada vez más y mejor armada. Ni tener en Gaza una lanzadera de cohetes permanente. El pueblo palestino ha de concluir que su Gobierno islamista los quiere convertirse en colectivo suicida. Utilizar a los niños como bombas o escudos y mostrarlos a las cámaras granjea simpatías y fomenta el odio a Israel. Pero solo hunde más al pueblo palestino en el culto a la muerte, multiplica la tragedia y profundiza la miseria.

Beirut no puede aspirar a la paz mientras su territorio ocupado por Hezbolá es una cabeza de puente de un Irán cuya razón de Estado proclamada es la liquidación de Israel, que podrá equivocarse pero nunca permitirse el perder una guerra, porque siempre le va la existencia en ella y por ello no reinterpreta a sus enemigos. Europa debe dejar de intentar convertir a Hamás y a Hezbolá en interlocutores. Tratar con tanta despreocupación y negligencia la seguridad existencial de Israel como hacen algunos europeos raya en acto inamistoso. La cultura del apaciguamiento y el desistimiento ante la amenaza pasa hoy por flexibilidad coqueta en Europa. Pero es un insulto recetársela a Israel en Oriente Próximo. Ofensa inútil además. Porque los gobernantes israelíes lo hacer mejor o peor. Pero jamás delegarán la seguridad de la nación. Son niños quemados por la historia. En sentido estricto y literal.

Tuesday, July 18, 2006

La amenaza de los cohetes que nadie quiso reconocer - Amos Harel y Avi Issacharoff

1¿Desde donde han llegado, repentinamente, cohetes y misiles? Durante seis años los cohetes y misiles de Hezbollah han sido una fuente de desprecio en la prensa israelí. Los analistas, los economistas y muchos otros sostuvieron que el establecimiento de defensa exageraba regularmente dicha amenaza periférica para influir en las deliberaciones del presupuesto. ¿Por qué el servicio de inteligencia militar decía que Hezbollah tenía 12.000 cohetes, cuándo sólo unos meses más antes había afirmado que eran 11.000?. Estos días ha resultado que el arsenal imaginario de Hezbollah es verdadero, y que golpea Haifa, Safed, Tiberiadas ….


El desmentido no era un monopolio de la prensa. Los políticos y hasta algunos oficiales importantes del estado mayor rechazaron considerar la cuestión como una prioridad. La retirada del Líbano, después de 18 años de perdidas, fue acompañada con un sentido tan enorme de alivio que cualquier conversación sobre lo que se dejaba atrás fue considerada molesta.

Mientras, las entregas de cohetes y misiles continuaban en vuelos semanales desde Irán a Damasco y Beirut, Israel seguía ese movimiento con una aptitud cercana a la curiosidad académica. La secuela inmediata de la retirada de Líbano del sur, en mayo de 2000, fue la precipitación de cientos de libanés hacia la frontera para lanzar piedras a los soldados israelíes. Como respuesta, las Fuerzas de Defensa de Israel encerraron a los soldados en una especie de jaula metálica, y luego separaron sus posiciones fronterizas en un esfuerzo de evitar la fricción.


Si las Fuerzas de Defensa de Israel trataran de evitar la fricción, Hezbollah la buscó. En los años que siguieron, la organización chiíta se desplegaba en docenas de posiciones a lo largo de la frontera. En varias ocasiones estos puestos avanzados sirvieron como refugios desde donde lanzar ataques e incluso tentativas de secuestros de soldados. En algunos casos, el IDF respondió atacando estos puestos avanzados, pero nunca procuró impedirles regresar a esas posiciones a lo largo de la frontera una vez que el incidente había terminado.

Israel se contuvo de esa preocupación por la amenaza de cohetes y misiles. En el Mando General una escuela de pensamiento mantuvo que Hezbollah estaba limitada por el desarrollo regional, y que nunca, realmente, tendría la intención de hacer uso de esos cohetes y misiles. El ataque de la semana pasada ha revelado fracasos serios y evidentes en el modo de funcionamiento de las fuerzas del IDF, pero lo que es peor es la conclusión de que la resignación ante la presencia de las fuerzas de Hezbollah a lo largo de la frontera decidió el destino de los reservistas asesinados y secuestrados.

2. El trauma de Líbano: Entre marzo de 2001 y enero de 2006, Israel fue dirigido por el único hombre que de ninguna manera podría pedir una incursión en el Líbano. Para el antiguo primer ministro, Ariel Sharon, esta era una línea que no se podía cruzar. Además de esta coacción fundamental, había otras excusas, la limitación que suponía la necesidad de evitar un segundo frente (de cara a la segunda intifada) o la conservación de la industria turística de Galilea. El Estado Mayor no era partidario, al igual que la mayor parte de los generales que se alistaron después de la guerra del Yom Kippur, ya que la guerra de Líbano en 1982 fue una experiencia triste. Incluso ahora, cuando los enfrentamientos siguen, hay una vacilación evidente a la hora de la utilización de fuerzas de tierra y la posibilidad de atascarse en un cenagal. En este momento, el énfasis está en ataques aéreos tecnológicamente sofisticados y en operaciones limitadas a las fuerzas especiales.


3 El final: Este es un tiempo confuso, creando, tanto por el alcance de los enfrentamientos como por la plétora de objetivos, en el Líbano y la Franja de Gaza, una situación que mantiene ocupados tanto a los políticos como al Estado Mayor. El IDF tiene que ganar en el Líbano, pero podría permitir alguna salida para Hezbollah sí acepta un nuevo orden de cosas en el cual el gobierno libanés tomaría el control del sur del país. El IDF debe desalentar el lanzamiento de los cohetes Qassam de Gaza, pero, debilitando al gobierno Hamas, debe tener alguna alternativa en consideración, quizás bajo la forma del presidente de la ANP, Mahmoud Abbas.

Los enfrentamientos se han intensificado desde el viernes e Israel ha sufrido hasta ahora 27 muertos y tres secuestros, mientras Hezbollah ha tenido algunos logros importantes que incrementan su moral. El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah aun tiene algunos naipes por jugar. Cada día hubo un nuevo movimiento: los raptos, el ataque contra el buque de guerra, los Katyushas contra Safed, los ataques contra Haifa …


Por otra parte, el Líbano experimenta el impacto de una máquinaria de guerra mortal. Los pueblos del sur del Líbano están siendo evacuados y los asociados con Hezbollah están siendo aplastados. Las escenas de la vecindad de Dahiya, al sur de Beirut, dejan impresiones indelebles en el mundo árabe. Las estructuras derrumbadas son una advertencia al Oriente Medio. Para los palestinos, en particular, los resultados son significativos. Los funcionarios de Fatah dijeron ayer, con un cierto tono de satisfacción, que Hamas debe aprender su lección antes de proseguir con sus ataques contra Sderot y Ashkelon. Durante años, Nasrallah ha hablado de una sociedad israelí debilitada, pero ahora hay una posibilidad para que él cambie de opinión bajo la presión del IDF, y esto pueda tener un efecto en las otras organizaciones terroristas.

A la luz del equilibrio de fuerzas asimétrico, es posible que el final de la operación llegue pronto. Se espera que la destrucción en Beirut y en el sur cause la participación internacional. El ejército, que siempre piensa en la siguiente amenaza, afronta un dilema: ¿Una incursión terrestre en el Líbano puede tener un efecto beneficioso para el futuro?. En la Franja de Gaza el tabú contra las incursiones terrestres esta roto y proveyó a Israel de una mejor posición defensiva frente a los ataques. En el Líbano, un estado hecho y derecho, este es un objetivo más difícil de alcanzar.

El final de la tercera vía - Ari Shavit

Al principio, existió una primera ruta - la ocupación, el no reconocimiento de los palestinos, la creencia en la pertenencia de toda la Tierra de Israel. En los 20 años que pasaron entre la Guerra de Seis días y el brote de la primera intifada, la cosmovisión israelí estaba dominada por la guerra, y nada más. Los golpearemos, solucionaremos el conflicto por la fuerza.

Entonces, apareció la segunda ruta – la paz, el reconocimiento de los palestinos, la creencia en una paz completa. Durante los 13 años sucesivos entre el brote de la primera intifada y el brote de la segunda, la de los mártires suicidas, la cosmovisión israelí era de paz, y nada más. Los reconoceremos, hablaremos con ellos, firmaremos tratos con ellos, solucionaremos el conflicto con un acuerdo de paz.

Sólo después, y de entre los escombros, se levantó la tercera ruta – la retirada unilateral, la separación con los palestinos, la creencia en una separación completa. En los casi seis años entre el colapso de la paz en octubre de 2000 y el colapso de la retirada en el julio-junio de 2006, la cosmovisión israelí era dominada por las cercas de separación, y nada más. Nos retiraremos de ellos, los quitaremos de nuestra vista, solucionaremos el conflicto con un muro.

Nuestro deseo era dejar los territorios y las hostilidades con los árabes, existía el sentimiento "de estar hartos de ellos." Estamos cansados de los palestinos, estamos aburridos de los árabes, estamos hartos del Oriente Medio, y por lo tanto, queremos retirarnos.

Pero la tercera ruta, el camino unilateral, era más que esto. Era también el entendimiento de que el reloj demográfico corría contra nosotros, que el estado judío democrático estaba bajo una amenaza existencial, y que la ocupación no tenía ningún futuro – y que no había ningún interlocutor palestino para terminar la ocupación. Por lo tanto, se consideró que Israel actuara rápidamente y con decisión.

Sin embargo, la acción emprendida era imprudente. Incluso hoy, con la retirada que se derrumba delante de nuestros propios ojos, debería estar justificada. Incluso hoy, con las Fuerzas de Defensa de Israel regresando a Gaza, debería considerarse que la liberación de 1.3 millones de palestinos del yugo de la ocupación israelí era, fundamentalmente, un movimiento correcto. Incluso hoy, con los milicianos de Hezbollah y de Hamas, haciendo exactamente lo que los opositores de la retirada advirtieron que harían, se debería decir que era apropiado haber efectuado el experimento de la retirada.

Hoy, sin embargo, ya es no posible ignorar los resultados del experimento, que son como sigue: en cuanto a Israel, la retirada tuvo éxito. Demostró que hay una mayoría sólida en Israel que quiere terminar con la ocupación, y que hay un gobierno que sabe actuar con eficacia a fin de conseguirlo. También demostró que Israel es una república racional, que funciona, que es capaz de imponer su voluntad a una minoría fanática.

Pero respecto a los palestinos en particular, y a los fanáticos musulmanes en general, la retirada fue un fracaso. Reforzó a sus extremistas, y debilitó a los moderados; alimentó una moral de lucha, y trajo a Hamas al poder; minó la disuasión de Israel, y animó a Hezbollah a atacar. La retirada no creó un nuevo orden palestino, sino que agudizó su desorden hasta hacerlo completo. En vez de establecer una estructura política que estabilizaría el conflicto de Oriente Medio, la retirada ayudo a crear un caos político que intensifica e inflama el conflicto.

Antes de la retirada, algunos de sus críticos predijeron que habría una tercero intifada. La tercera intifada ha llegado ya. Esta vez, esto es la intifada de los Qassam, de los Grad, de los Katyusha y de los secuestros – una intifada protagonizada por Hamas-Hezbollah y apoyada por Irán. Esta intifada, que ha golpeado en el Negev y en Galilea, hace al unilateralismo lo que la intifada de las piedras hizo a la ocupación y lo que la intifada de los mártires suicidas hizo a la paz: Los destruye. Esto deja claro que la retirada no es una opción, que no hay ninguna retirada que conducirá a la estabilidad, que no hay un "estamos aquí y ellos allí." No hay ninguna pared o muro bastante alto para guardar a los fanáticos lejos de nuestras casas y el conflicto lejos de nuestros hijos; no hay ningún modo de aislar la alameda israelí del Oriente Medio circundante.

La crisis de la tercera ruta no es el final de la tercera ruta. Algunos de sus logros son todavía válidos. Israel debe actuar para terminar la ocupación y dividir la tierra. Pero la creencia ingenua que hay un modo rápido y simple de dividir la tierra se terminó en julio-junio de 2006. La creencia simplista en una retirada simplista se ha evaporado.

Por lo tanto, después de que Israel haya golpeado a Hamas y a Hezbollah, y haya restaurado su disuasión, tendrá que volver de nuevo al tablero de dibujo y pensar otra vez. Israel, desesperadamente, necesita ahora una nueva idea diplomática, una nueva idea estratégica, una cuarta ruta.

Friday, July 14, 2006

El sueño de la razón produce monstruos - Goya















Los acuerdos de Oslo; la paz de los valientes; el Mercado Común del Oriente Próximo, añorado entre la somnolencia y las brumas del pensamiento, siempre inquieto, por Simón Peres; la convivencia abrahamica; la retención como 'demostración de fuerza' y autocontrol; las declaraciones amistosas en inglés para el credulo público occidental (a falta de alguna creencia solida y llenos del hastio que proporciona una vida monótona y muy agradecida, ya la quisieran muchos, que mejor que creer en la paz universal y perpetua, donde sea, con quién sea y sobretodo 'como sea') y las muy diferentes, pero mucho más sinceras (las únicas sinceras), en árabe, para la propia gente y los hermanos árabes; el mirar a otro lado cuando los pretendidos interlocutores educan a su juventad para la prosecución de la violencia y se preparan para la guerra (¿aún por etapas o ya directamente?); el apaciguamiento cuando los autodeclarados enemigos hacen acopio de cohetes y misiles a pocos kilometros de nuestras fronteras y sus patrones aseguran querer borrarnos del mapa.

Todo eso y mucho más no han sido más que un costoso y doloroso sueño de verano.





Thursday, July 13, 2006

Una materia de opinión I - Moshe Ya'alon

"No cabe duda de que la retirada ha fallado. El fracaso era esperado. Proviene del hecho de que la idea subyacente de la retirada era una idea infundada. Ella no se derivaba de un análisis estratégico cuidadoso, sino de la angustia política y personal del primer ministro Ariel Sharon. En consecuencia, lo que realmente teníamos era una jugada interna israelí que no hacía caso de los acontecimientos externos. Lo que teníamos era una retirada de la realidad y de la verdad. El proceso entero creó una falsa esperanza que no estaba basada en la estrategia y en los hechos.

"En una gran medida, la retirada era un retroceso. Aquellos que la iniciaron y la condujeron no habían profundizado en la estrategia, en la seguridad, en el arte de gobernar o en la historia. Eran consejeros de imagen. Y lo que hacían era colocar a Israel en una burbuja virtual divorciada de la realidad por medio de una utilización abundante de los medios. Burbuja que se desinfla ahora delante de nuestros propios ojos.

"El defecto conceptual, que es la base de la retirada, es el siguiente: el hecho que no haya nadie hacía el que dirigirse del otro lado no significa que no hagamos caso del otro lado o de las consecuencias que nuestras acciones tienen en él. El hecho de que ni hasta Fatah este listo para reconocer al Estado de Israel como un estado judío y este dominado por 'la doctrina gradual' no significa que no hagamos caso del hecho de que huir bajo el fuego es interpretado como una rendición y que anima al terrorismo.

"Es verdad que, ya que no hay ningún interlocutor, el proceso político tiene que ser detenido tempranamente con la aseveración explícita de que no hay ningún interlocutor. Es también verdad que, en esta situación, no hay ninguna otra opción, sólo tomar medidas unilaterales. Pero las medidas unilaterales no se circunscriben solamente a la retirada. También son medidas unilaterales una ofensiva diplomática, y quizás también una ofensiva militar y una ofensiva ideológica.

"El problema principal es que en su lucha contra los palestinos, Israel emprende un proceso de retirada y paralización. ¿Se ha paralizado también la búsqueda de una solución de dos estados por el hecho de carecer de un interlocutor palestino?. El paradigma básico de la solución de dos estados es irrelevante. En la situación presente, no puede ser puesto en práctica. Por lo tanto, lo que Israel tiene que hacer es minar este paradigma, no encerrarse en él.

"El movimiento unilateral de retirada supuso exactamente lo contrario. Reforzó la narrativa palestina y debilitó la narrativa israelí. Encerró la expectativa de retiradas adicionales en Cisjordania en una acción sin acuerdo y sin retribución. Privó a Israel de activos sin proporcionarle otros activos.

"Además, la retirada creó cuatro precedentes peligrosos. El primero, es el precedente de una retirada a la Línea Verde. Esto hará las cosas mucho más difíciles para nosotros, en Judea y Samaria, cuando tengamos que exigir territorios que son vitales para nuestra seguridad. El segundo precedente es la evacuación de establecimientos sin nada a cambio. El resultado de ese precedente es que la evacuación de establecimientos en Judea y Samaria ahora es percibida como evidente y no como un movimiento doloroso a cambio del cual Israel debe recibir lo que necesita para su existencia y su seguridad. El tercer precedente es renunciar a la desmilitarización y a la supervisión de las fronteras. Este precedente suprimió una demanda vital israelí, que era parte de los Acuerdos de Oslo y de cada acuerdo de paz negociado en el pasado.

"Sin embargo, el cuarto precedente es el más grave de todos: Israel emprendió todas las concesiones implicadas en la retirada sin obtener el reconocimiento internacional de que la ocupación de Gaza ha terminado. A pesar de la retirada, todavía somos percibidos como responsables del destino de los palestinos en la Franja de Gaza.

"Cuándo la presente confrontación comenzó, en 2000, sostuve que si no llegábamos a su real identificación, y seguíamos con las retiradas y el retraso a la hora de su reconocimiento, se generaría una amenaza existencial para Israel. Por eso señalé que teníamos que derrotar la comprensión palestina del conflicto. Por eso dije que la guerra contra el terrorismo debía terminarse con el terrorismo derrotado y con los palestinos entendiendo que el terrorismo no produce ganancias.

"En el verano de 2003, habíamos realizado un gran progreso hacia la consecución de aquel objetivo. Militarmente, suprimimos el terrorismo e indujimos a las organizaciones terroristas a aceptar un alto el fuego incondicional. Políticamente, persuadimos a individuos, grupos y entidades, cada vez más internacionalmente, de que Arafat era el problema y no la solución. Pero entonces vino la retirada y todo se esfumo. Esto causó la pérdida de todos los activos que acumulamos en los años de la guerra.

"La retirada era un error estratégico cardinal. Condujo a la victoria del Hamas. Proporcionó el ‘viento de cola’ que necesitaba el terrorismo. Ha alimentado la lucha palestina durante años. Dió a los iraníes, los Hermanos Musulmanes y Al-Qaida el sentimiento de que Israel puede ser derrotado. Israel, realmente, es una sociedad cuya fortaleza se asemeja a la de una telaraña, como reclama Nasrallah, o bien, es un árbol putrefacto, como asegura Ahmadinejad. Además la retirada dañó severamente no sólo a Israel, sino también a la estrategia regional estadounidense de guerra contra el terrorismo. Dió a los extremistas islámicos el sentimiento de que, como antes derrotó a los soviéticos en Afganistán, nos derrotó en Gaza, nos derrotará en Cisjordania y nos derrotará también en Tel-Aviv. De esta manera, al igual que se minó a una potencia mundial como la URSS, derrotando a Israel se minará ahora a Occidente.

"Ahora estamos con el guión del sur del Líbano en la Franja de Gaza. Gran cantidad de armamento ha entrado en Gaza., ya sean los explosivos habituales, los Katyushas ... Ya hay allí misiles antiaéreos, misiles antitanques, misiles Grad. A consecuencia de la retirada ya están en Gaza agentes de Hezbollah, agentes de Al-Qaida y agentes terroristas iraníes. Hay conocimientos y dinero iraní. Como advertí, la Franja de Gaza se convierte en un Hamastan, un Hezbollahstan y un Al-Qaidastan.

"La situación sólo empeorará con el tiempo. El fracaso de la retirada será cada vez más concreto. Nos encontraremos afrontando un reino de terror que es capaz de lanzar misiles y cohetes contra Israel de una mayor variedad y eficacia. La amenaza alcanzará a Ashkelon y Ashdod y más profundamente, al Negev. No será posible tratar con semejante amenaza utilizando únicamente ataques aéreos. Por lo tanto, si queremos continuar con la vida cotidiana, puede que no exista otra opción que la de lanzar una nueva operación Escudo Defensivo en Gaza.

"Los abogados de la retirada afirmaron que nos traería el apoyo internacional. Pero el crédito internacional que recibimos fue limitado y temporal, y ya se ha esfumado. Los abogados de la retirada afirmaron que mejoraría nuestra situación de seguridad. Es verdad que desde un estricto aspecto militar el despliegue actual es más conveniente para el IDF, pero nuestra situación de seguridad global ha empeorado como consecuencia de la retirada. No existe ningún ahorro en mano de obra o en dinero, tal como fue prometido. No hay ninguna calma y ninguna estabilidad. Existe un serio golpe a la infraestructura civil de Sderot y Ashkelon. Existe un proceso de abandono de la población en aquellas áreas.

"El hecho es que no nos atuvimos a nuestra promesa de que sí éramos atacados por los Qassam, después de la retirada, reaccionaríamos con toda nuestra fuerza, y al no hacerla efectiva erosionamos nuestra disuasión, afectando negativamente nuestro reputación en la región y animando a Irán. Además, la operación presente no es el resultado del lanzamiento de Qassams. En la práctica aceptamos el tiroteo del los Qassams como si fuera lluvia. Insertamos el permiso de lanzar Qassams a Sderot en las reglas del juego. Aquella restricción es un serio error. Si el tiroteo es permisible desde Gaza contra Sderot, el tiroteo es también permisible desde el Líbano contra Galilea. Existe un problema serio de pérdida de capacidad de disuasión que pagaremos mucho tiempo.

"Uno de los motivos del apoyo a la retirada por parte de la mayoría del público israelí tenía que ver con cierta ceguera y deslumbramiento y por el deseo real de ser liberado de la carga del conflicto dividiendo la tierra. Pero tenemos que entender que aun cuando tratemos de conseguir desalojar a los palestinos de nuestra espalda ellos no tratan de abandonarla, ellos pretenden apuñalarla.

"No debemos engañarnos. Vivimos en el Oriente Medio. No podemos atrincherarnos detrás de cercas y muros. Por eso no hay realmente ninguna unilateralidad. Incluso cuando no existe ningún diálogo con nuestros vecinos, hay interacción con ellos. Cada paso nuestro tiene implicaciones para ellos. Y quienquiera que proyecte debilidad en Oriente Medio se parecerá un animal débil en la selva: será atacado. No sé le deja en paz, sé le ataca. Por lo tanto, si ahora tratamos de continuar con la retirada fracasada y con otras nuevas, el resultado será grave. Daremos al terrorismo un empuje terrible. Proporcionaremos ‘munición’ al Islam radical de la región. Crearemos una amenaza estratégica para Jerusalén, para el aeropuerto Ben-Gurion y para los centros demográficos de la llanura costera. Los Qassams y las Katyushas ya no serán sólo el problema de Sderot. Ellos alcanzarán la puerta principal de Tel-Aviv."

Wednesday, July 12, 2006

La realidad se impone a Ehud Olmert

Ehud Olmert, el político que aseguro al NYT que "estamos cansados de combatir, estamos cansados de ser valientes, estamos cansados de vencer e infligir derrotas a nuestros enemigos", tendrá que superar su cansancio y afrontar la realidad, como era de esperar. Siempre, claro, que no prefiera ser considerado el primer presidente del país que prefiera una descansada derrota.

Me temo que sí su respuesta a los nuevos desafios de Hezbollah, Hamas, Siria e Irán no son satisfactorios, su gobierno puede ser una de los más breves de la existencia de Israel.

¿Sera posible que la izquierda y cierta élite política israelí deje por fin de desaprovechar la oportunidad de sumergirse en la realidad, penosa y dolorosa, de los paises y sociedades que les rodean y desde ahí, nuevamente, extraer las consecuencias oportunas y realistas, no beatíficas, para el futuro de Israel?

¿Dejarán estos grupos de una vez la doctrina del apaciguamiento a sus especialistas, o sea, los bienpensantes europeos o bien persistirán en ella y esperarán que finalmente estos les reconforten con una palmada en la espalda signo de un reconocimiento, que por supuesto, no será público y comprometido y que tendrá la misma fuerza a la hora de las actuaciones que él otorgado en la antigua Yugoeslavia?

Olmert se juega su futuro político e Israel el tener que volver a construir su fuerza de disuasión, ultimamente dejada en manos de unos políticos profesionales más deseosos de reconomiento externo e internacional que
de velar por la seguridad de su país.

Nuevamente, tras Oslo y los mapas de ruta que no garantizaron lo fundamental, el reconocimiento y la supervivencia de Israel, hay que volver a lo esencial, Israel, en ningun caso los palestinos, que han demostrado
detalladamente y sobradamente que privilegían el mantenimiento del conflicto a una posible solución estatal.

Dejemos a Yossi Beilin y compañia el afecto y la compresión europea. ¿Quién la quiere y de que vale en momentos de crisis?.

Friday, July 07, 2006

Israel: lecciones incorrectas - Ivan Rioufol

Israel es indefendible, forzosamente: este país contradice lo políticamente correcto antirracista, sostenido, por otra parte, durante mucho tiempo por numerosos intelectuales judíos. A los elogios del cosmopolitismo, del desenraizamiento y del mestizaje cultural, los israelíes responden que una nación, hasta multiétnica, debe saber exigir a sus miembros una identidad común. Ellos dicen que un estado soberano es libre de escoger a sus inmigrados. A buen entendedor.

Estas lecciones incorrectas son una provocación para el discurso dominante que, en Francia, incita a la culpabilización, al relativismo, al acomodamiento. Ellas explican los ‘espantos’ politico-medíaticos frente a las reacciones defensivas del Estado hebreo. Su intransigencia frente a las provocaciones de Hamas es sólo un episodio de esta incomprensión.

La brutalidad de la réplica al secuestro, por un comando terrorista, del soldado Gilad Shalit, de 19 año, es criticable. Detener a los elegidos del Hamas es ignorar su legitimidad democrática. El lunes, Philippe Douste-Blazy sugirió " la retención ". Queda que Israel es el único país en el mundo cuya existencia es discutida, con el Coran en apoyo. ¿Dónde están, ahí, las llamadas a la decencia? Las almas nobles se irritan de ver a este pueblo – « el más sorprendente del planeta », dice Ivan Levaï (“Israel, mon amour”, editado por Seuill) – resistir a una yihad que juró su pérdida desde 1947. La Europa angélica, confrontada con el mismo oscurantismo que gana a ciertos recien llegados, prefiere apaciguamientos y cruces de piernas. Haciéndolo, la insumisión israelí revela la tentación de capitulación de Occidente.

Eliad Moreh Rosenberg fue víctima de un atentado, el 31 de julio de 2002 (9 muertos, 90 heridos), en la universidad de Jerusalén. Ella me explicaba recientemente: « No encuentro normal que se quiera asesinarme y que no haya sitio en la opinión para el sufrimiento israelí. A través de nosotros, es el mundo libre quién es tomado por blanco por el islamismo. No hay que procurar justificarlo. Hay que reconocerlo, nombrarlo, combatirlo. »

He aquí lo que no les gusta oir a los vigilantes del Imperio del Bien, que encuentran más excusas en el nazislamismo de Hamas que en la asediada democracia judía. Ellos se niegan a admitir la conclusión a la cual ha llegado el Estado hebreo, es imposible la cohabitación con el Islam extremista. Allí, el divorcio esta consumado: el precio que hay que pagar para que la más vieja de las naciones todavía pueda vivir. ¿Pretensión indefendible?

Thursday, July 06, 2006

El ataque contra la lógica - Marcelo Birmajer

En estos días, el grupo de criminales, autodefinidos islámicos, y por momentos autodenominado como Ejército del Islam, se ha despachado con una más de sus enfermizas incoherencias: ahora argumentan que podemos quedarnos tranquilos en cuanto a la vida del soldado israelí Gilad Shalit. “El Islam”, dicen sin vergüenza estos canallas, “prohíbe maltratar o matar a los prisioneros indefensos”.

¿Pero es que nos están tomando el pelo globalmente? ¿A tal punto hemos llegado que la prensa mundial permite ser tomada por estúpida por un grupo de asesinos inescrupulosos? ¿Debo remitirme a los carniceros islámicos que asesinaron a los atletas judíos en las Olimpíadas de Munich 72, que tan bien retratara Spielberg en su “ecuánime” film? ¿Debo remitirme al asesinato de los niños del jardín de Infantes de Maalot, el 15 de mayo de 1974, a manos de los islámicos terroristas de la OLP? ¿Debo remitirme al frustrado asesinato de los rehenes de Entebbe, en julio del 76, gracias a Dios impedido por el comando especial israelí, a punto de ser perpetrado por los islámicos terroristas del FLP? ¿Debo remitirme al terrorista islámico Abu Abbas, que arrojó al mar, por la borda de un barco, al ciudadano norteamericano, judío, y lisiado, para más datos, Leon Klinghoffer, en el secuestro del crucero italiano Achille Lauro, en 1985? ¿O le alcanzará a la prensa internacional con ver los exitosos videos de las decapitaciones, mutilaciones y fusilamientos de los rehenes occidentales en Irak, a cargo de la muy islámicas sectas de asesinos que asolan ese país? ¿O tendremos que volver al hit en los países islámicos, el asesinato a sangre fría del periodista judío Daniel Pearl, perpetrado por un grupo de fundamentalistas islámicos?

¿Ahora, de pronto, han descubierto que deben cuidar a los prisioneros indefensos? ¿Pero es que nos están tomando por idiotas? ¿Acaso alguien puede imaginar la situación de un preso en el islámico Afganistán de los Talibanes? ¿En el Irán del islámico Khomeini? ¿Algún crápula puede imaginar que no eran torturados, mutilados, asesinados de las maneras más viles? ¿No han leído siquiera una página de las decenas de libros acerca de los islámicos talibanes donde se describen las infames ejecuciones en estadios deportivos? ¿Es que nos hemos vuelto lelos entre el estruendo de las bombas y los chillidos histéricos de los fundamentalistas islámicos?

El gobierno palestino del grupo asesino Hamas ha secuestrado a un soldado israelí. Se atreve a imponerle un ultimátum a Israel. En cualquier frontera del mundo esto hubiera implicado una guerra total, mucho más intensa que la incursión que lleva a cabo hoy Israel en busca de salvar a su soldado. Imaginemos por un instante que el gobierno mexicano enviara un comando para secuestrar a un soldado norteamericano y luego le impusiera un ultimátum. Imaginemos por un instante que el gobierno ucraniano enviara a secuestrar un soldado ruso y luego le impusiera a Putin un ultimátum. Nos enteraríamos de la guerra antes que de la noticia. Las cifras de muertos nunca serían contabilizadas.

Los fundamentalistas islámicos están librando un combate contra una de las más preciadas posesiones de Occidente: la lógica. ¿De qué lógica hablamos? Del simple 1+1=2. De la diferencia entre lo líquido, lo sólido y lo gaseoso. Y la libran contra esa lógica simple, comprobable, indispensable, en relación con la vida: un hombre es un hombre, y no dos, ni medio. Lo duro nos golpea, necesitamos del agua y del aire para respirar. Esos no son datos relativos. La diferencia entre Caín y Abel. Fue Caín quien mató a Abel, y no viceversa. Eran dos hombres, no uno ni medio. Uno mató a otro. Lo mató con una piedra: un objeto duro. Duro en relación con un cráneo humano. Eso es lógica. La ofrenda de Abel, que era humo, llegó más alta. Esa lógica, esa lógica que nos permite transmitir la historia, contarla a las generaciones futuras, está siendo desafiada por los fundamentalistas islámicos.

Al mismo tiempo que asesinan a los prisioneros, dicen defender sus vidas. No se limitan a hacer lo contrario de lo que dicen: dicen lo contrario de lo que dicen, en la misma frase, en el mismo instante. Quieren enloquecernos. No tienen una propuesta de vida: pero sí la tienen de caos y muerte. Entienden perfectamente que para Israel la vida de un hombre es invaluable: pero quieren derrotar esa lógica y reemplazarla por el caos en donde ninguna vida vale nada.

Hoy, martes 4 de julio, el Jerusalem Post publica un llamamiento en forma de editorial titulado: “Aparten a los niños”.

En este editorial, el periódico israelí publicado en inglés le ruega al liderazgo palestino que no utilice a los niños como escudos humanos.

Allí citan el texto de un videoclip propalado por la emisora televisiva oficial de la Autoridad Palestina, que mientras muestra un niño desangrándose reza: “How sweet is the fragrance of the martyrs, how sweet is the fragrance of the earth, its thirst quenched by the gush of blood flowing from the youthful body". “Cuán dulce es la fragancia de los mártires, cuán dulce es la fragancia de la tierra. Esta es la sed que se apaga con la efusión de sangre que brota de un cuerpo joven”. Puede parecer una cita de Rimbaud, un párrafo del Drácula de Brad Stocker; pero no… es lo que la Autoridad Palestina le enseña por televisión a sus niños.

En el mismo artìculo, el Jpost cita al jefe de la Fuerza Aerea de Israel, Eliezer Shkedy: “Ellos saben contra quienes están combatiendo... Los terroristas son capaces de poner a sus propios hijos en el auto cuando disparan un Kassam, y de llevarlos a los campos de adiestramiento en terror. Puedes ver el cinismo en el simple hecho de que arman sus laboratorios [de fabricación de explosivos] en edificios con departamentos llenos de civiles”.

El Jpost, el periódico israelí, ruega a los terroristas palestinos que respeten las vidas de los niños palestinos.

El principal objetivo de la lógica, es proteger la vida de los niños. No permitamos que estas agrupaciones terroristas nos sumerjan en un mundo de muerte. No permitamos que asesinen a sus niños ni a los nuestros. Al menos, alcemos nuestras voces.

Saturday, July 01, 2006

Daniel y las desconexiones.

Quizá la famosa frase de Abba Eban puede tener una variante israelí, "las elites israelíes no pierden una oportunidad de considerar que los palestinos, esa vez, no perderán su oportunidad como es costumbre".

Respecto a la próxima retirada unilateral, sólo espero que el deseo de perder de vista a los palestinos sea acompañado, por fin, por las medidas de seguridad y las previsiones necesarias que necesitaría esa acción (que predomine la seguridad, esa que siempre se invoca, sobre la política, nacional e internacional).

Por otro lado y respecto a tu afirmación, considero que la desconexión de Gaza era la solución menos mala, económicamente, políticamente y diplomáticamente para intentar dar un salto hacia adelante, salir del impasse. Tomar el futuro entre las manos.

Si desde luego se hubiera realizado, preferentemente, para intentar captar el apoyo internacional me temo que es desconocer esa opinión.
Salvo los occidentales propalestinos, de los cuales muchos sólo son antiamericanos que tratan de dar una patada al 'imperio' en el trasero de su aliado, el resto de la opinión internacional solo esta harta del problema, de los israelíes y de los palestinos (de lo que opinan en privado que son unos cafres que además sólo saben empeorar su futuro).
Pero consideran, y aquí esta el problema, que sólo se puede esperar la solución a través de los israelíes, los únicos razonables y con capacidad de mirar de frente el tema, y que como además son los más fuertes, "deberían hacer concesiones" puesto que sino el problema seguiría enquistado.
Unan a todo ello la tendencia natural a defender al más debil aunque sea el más estupido y el más fanático.

El occidente europeo desde luego no quiere más guerras, y mucha gente de la calle no entiende "porque no se juntan y arreglan sus problemas, como hacen los europeos, con sus presupuestos agrícolas".
Yugoeslavia hace tiempo que esta olvidada y además, quién quiere tener los problemas constantemente a la vista.

Algo de eso funciona también para las retiradas israelíes, hay una necesidad psicológica de los israelíes de empezar a dejar atrás "un mal sueño", de "vivir su vida plenamente", de perder de vista de una vez a los palestinos, aunque ello no significa que se caiga nuevamente es esas estúpidas y fantasiosas visiones pacifistas de Oslo.

El único problema, es que esa opcion posibilista o pragmática de las retiradas israelíes, se rodea, constantemente, por previsiones exclusivamente favorables o posibilistas, no realistas, sin hacer mención de que las proyecciones sobre un posible cambio de comportamiento de los palestinos en base a esas acciones que les favorecen (es decir, la comprensión de esa retirada de una forma constructiva), en la mayoria de los casos supone una extrapolación israelí de lo que querría que sucediese, y que como se comprueba rapidamente, no tiene nada que ver con el pensamiento real de los palestinos.

Esas estúpidas y fanfarronas amenazas, que siempre salen a relucir anexas a dichas retiradas, de represalias durísimas en caso de obstinación en la violencia por parte palestina (lo habitual) son ridículas y de penoso consumo interno, más cuando se sabe que no se van a ejecutar porque las relaciones diplomáticas lo van a impedir.

Es una jugada similar a la que creía desterrada tras el monumental fracaso y desprestigio de las elites pacífistas israelíes (esas que parecían conocer mejor que nadie a los palestinos y sus deseos de convivencia), de vender nuevamente la esperanza de una solución final y la posibilidad de una convivencia normalizada y 'occidental'.

Espero que cale cada vez más la visión realista de que se está en el Oriente Medio, que se vive entre países que no comparten tu cosmovisión del mundo, en medio de la civilización musulmana, con una religión que se cree la única posible y superior por a todas las restantes, y en sociedades que viven una crisis económica y demográfica sin precedentes y que no hacen cargo en ninguno de los casos de su propia responsabilidad, en medio, en definitiva, de unos paises que sí pudieran no firmarían contigo nada que no fuera tu disolución y expulsión.

A la mayoria de los palestinos y de sus elites no les interesa un estado tal como les quedaría, con Gaza y Cisjordania, cuentán además, muy probablemente, que pese a las numerosas ayudas con que contaría ese estado tiene muchas posibilidades de constituir una frustación más. Son demasiadas promesas durante los últimos 60 años.

Hay demasiada corrupción a su alrededor, demasiados países hermanos con interés en la confrontación y ello unido a las diferencias económicas y sociales con Israel, junto a la presencia de la derrota de la mitología alimentada durante todos estos años, serían otros factores de frustación constante.

Algunos sostenían que la sociedad palestina era la más abierta (¿quizá por el contacto con la israelí más que por él de sus hermanos árabes?) de la civilización musulmana. La visión de una Palestina laica y modernizada era otra elemento propagandístico más.
Mi impresión es que todo eso es un espejismo, que en esa sociedad palestina dominan preferentemente los elementos arcaicos (clanes, etc ...) de las sociedades musulmanas, y lo más que se llegaría es a tener otro Mubarak (¿Dahlan?) que sería necesario para asegurar el orden (más aun con la cantidad de guerrillas y gangs, mucho al servicio de los clanes, que dominan localmente su territorio). No creo que haya gran interés en ese estado sí para ello deben renunciar definitivamente al alimento ideológico y mitológico de todos estos años. Sólo lo aceptarían como elemento temporal, como etapa previa a la realización de su mitología.

Por descontado, si ese fracaso estatal al final se plasma, será culpa de Israel, a fin de cuentas el deporte de la autocrítica entre los árabes nunca ha estado demasiado extendido ( y que decir de la autoculpabilización constante de ciertas elites occidentales, signo por otro lado de tendencias racistas al considerar que esas sociedades no son capaces de influir en su destino, aunque sea negativamente).