Saturday, June 30, 2012

El blanco y el azul de Zefat (Enero de 2008) - Lev Epstein


La carretera que nos conduce hasta Safet-Tzfat-Zefat, el final de nuestro viaje


Los bosques y la nieve alrededor de Zefat


Zefat nevado y al fondo el mar de Galilea


Zefat, la ciudad de la Cábala, completamente cubierta de nieve

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Y en el séptimo día… (más trolas sobre la Guerra de los Seis Días) – Hillel Halkin - WJS



¿Podría Israel haber hecho las paces, al menos con algunos de sus vecinos árabes, inmediatamente después de su sorprendente victoria en la Guerra de los Seis Días de junio de 1967? La respuesta generalmente aceptada, incluso entre los críticos de las políticas de Israel post-1967, es negativa. En un estado de shock tras su aplastante derrota, el mundo árabe, según esta versión de los hechos, aún no estaba preparado psicológicamente para resolver el conflicto. Por unanimidad contestó con los famosos "tres No" articulados en la cumbre de la Liga Árabe de Jartum, en agosto de 1968: No habrá paz con Israel, no habrá un reconocimiento de Israel, no habrá negociaciones con Israel.

No es así, afirma ahora Avi Raz, un ex periodista israelí que ahora es investigador en la Universidad de Oxford. En su libro "La novia y la dote" afirma que si bien es cierto que Siria y Egipto no estaban realmente dispuestos a sentarse y hablar, ese no era el caso de Jordania o del liderazgo palestino en la Cisjordania perdida por Jordania durante la guerra.

Ambos, según la versión de Mr. Raz, estaban ansiosos por llegar a un acuerdo con un gobierno israelí que rechazó sus propuestas ya que se resistía a renunciar a la Ribera Occidental o Cisjordania ("la novia", como el primer ministro israelí Levi Eshkol jocosamente se refería a ella), a pesar de que Israel también temía anexionarse esa zona debido a su gran población palestina (lo que Eshkol llamaba la "dote").

Al presentar su tesis, el Mr. Raz hace un uso exhaustivo de documentos - algunos recientemente desclasificados - israelíes, americanos, británicos y de los archivos de las Naciones Unidas, así como de una información que, aunque era de conocimiento común en 1967-68, ha sido olvidada durante tanto tiempo que también parece recién descubierta. En los meses posteriores al fin de la guerra, se habían llevado a cabo intensos contactos, y en los ámbitos más secretos, entre funcionarios israelíes y dirigentes palestinos de Cisjordania, y en menor medida entre los gobiernos de Israel y Jordania. Mr. Raz nos muestra que tanto los palestinos como los jordanos habían entendido que tendrían que llegar a un acuerdo con Israel a fin de obtener la devolución de Cisjordania, pero que no estaban de acuerdo entre ellos sobre los términos en los que debía hacerse y a quién se debería devolver la Ribera Occidental. Y nadie en una posición de responsabilidad, ya sea en Cisjordania o en Jordania, estaba dispuesto a realizar las concesiones territoriales que Israel habría exigido para comenzar una negociación seria.

Todo esto es una cuestión de datos históricos. La cuestión es cómo evaluar esos datos, y es aquí donde Mr. Raz deja de interpretar correctamente su bien investigada historia y se convierte en otro autor más de una polémica anti-israelí. Mr. Raz espera que nosotros adoptemos los tres supuestos que él da por sentado, cuando es precisamente su validez lo que exige un debate. El primero de ellos es que los palestinos de Cisjordania (algunos de los cuales querían restaurar el dominio jordano, mientras que otros querían un estado palestino independiente) y los jordanos estaban realmente dispuestos a ofrecer a Israel una paz amplia y completa a cambio de su retirada a las fronteras de 1967. El segundo es que ese compromiso lo hubieran podido llevar a cabo mediante un acuerdo, y que lo habrían mantenido y respetado. El tercero es que Israel se comportó codiciosa e irrazonablemente en su deseo de expandirse más allá de las fronteras de 1967 y en negarse a negociar una retirada.

Cada uno de estos supuestos es completamente injustifible. En cuanto al primero, el propio Mr. Raz nos presenta un ejemplo tras otro de alcaldes y dignatarios palestinos de la Ribera Occidental que declaran su disposición a firmar la paz, “pero no sobre la base de las líneas de armisticio de 1948-67, sino sobre las líneas de partición de la ONU de 1947", lo que habría significado que Israel habría tenido que devolverles, adicionalmente, casi un tercio de su territorio de antes de 1967. Mr. Raz afirma que se trataba solamente de una “dura posición negociadora” de partida, que se habría abandonado rápidamente en unas negociaciones reales. Sin embargo, no proporciona ninguna evidencia seria que respalde esta última suposición, al igual que no tiene ninguna evidencia de que Jordania, que se mostraba más tolerante sobre las líneas de 1967, habría accedido a algo más que una paz parcial y limitada a cambio del territorio que había perdido.

¿Por qué razón, por otra parte, Israel tendría que creer por esas fechas (1967-1968) que, o bien los líderes de los palestinos de Cisjordania o bien el rey Hussein de Jordania, podrían llegar a alcanzar, ejecutar y salvaguardar con éxito un acuerdo de paz global que desafiaba radicalmente el rechazo de Egipto y Siria (y los famosos tres no) y el rápido crecimiento de la Organización de Liberación de Palestina?

El primer país árabe con el que Israel hizo las paces en 1979 era el Estado más poderoso del mundo árabe: Egipto. Los jordanos, por no hablar de los palestinos de Cisjordania, eran muy débiles en comparación. Hubiera sido una locura que Israel hubiera cedido la totalidad de Cisjordania, incluida Jerusalén oriental, por un acuerdo de paz que bien podría haber sido anulado unos años más tarde, ante el aplauso del mundo árabe.

Por otra parte, Jordania atacó a Israel en 1967. Israel, un país de sólo 12 millas de ancho en el punto más estrecho de su densamente poblada planicie costera central, había hecho todo lo posible para evitar que Jordania desatara las hostilidades (y se trataba de un país cuyo gobierno había negado a todos los israelíes el acceso a los lugares más sagrados judíos en Jerusalén y en Cisjordania).

¿Con qué lógica retorcida debería el vencedor devolver cada centímetro de territorio conquistado en lugar de tratar de rectificar sus peligrosas y opresivas fronteras pre-1967 (tal como lo demostró la propia guerra), las cuales además nunca habían sido reconocidas como permanentes por ninguno de esos países árabes que ahora exigían un retorno a ellas? La historia del mundo está repleta de ejemplos de países agredidos que han buscado y obtenido una compensación territorial después de ganar una guerra [N.P.: el cambio de fronteras tras la Segunda Guerra Mundial es un claro ejemplo].

¿Por qué Israel, que sigue siendo aún hoy en día el país más amenazado verbal y militarmente de la tierra, debería ser “voluntariamente” la única excepción a esa práctica habitual?

Mr. Raz afirma varias veces que si Israel hubiera querido “realmente” la paz en 1967 se habría puesto de acuerdo para ceder todas sus conquistas territoriales, incluidas las de Jerusalén. Ni una sola vez considera la posibilidad de que si los árabes, que a fin de cuentas empezaron y perdieron la guerra, hubieran querido realmente la paz, se habrían puesto de acuerdo para ceder a Israel unos cientos de kilómetros cuadrados de la Ribera Occidental y Jerusalén, lo que habría asegurado permanentemente la frontera oriental de Israel, un área que no suponía ni un 0,005% de la tierra árabe en el Oriente Medio.

Es esta doble moral, que Avi Raz proporciona a los habituales hipercríticos de Israel a través de su obra "La novia y la dote", la visión habitual que por desgracia se repite en la mayor parte del mundo occidental, la "sesgada munición que han utilizado para juzgar a Israel en los últimos 45 años".

WJS

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Un investigador israelí afirma que los mikvehs en las cuevas de Galilea son obra de cohanim - Eli Ashkenazi - Haaretz



Los cinco mikvehs descubiertos en las cuevas situadas en los acantilados de Arbel, en Galilea, nos indican que las personas que allí vivían bajo la dominación romana eran los mas probablemente cohanim, es decir, judíos de la clase sacerdotal, afirma Yinon Shivtiel, uno de los investigadores que descubrieron esos baños rituales.

"El descubrimiento de los mikvehs en las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en las cuevas es siempre un signo de vida judía", nos dice Shivtiel, un profesor de la Zefat (Safed) Academic College y del Ohalo College, quien presentará sus hallazgos en una conferencia en el Tel-Hai College la próxima semana. "La Mishna refuerza la importancia y la necesidad de esta instalación, dedicando un tratado entero a los mikvehs y a las leyes de inmersión en ellos".

Las cuevas en las que se encontraron estos baños de purificación eran unas "cuevas refugio", donde los judíos que vivían por la zona buscaban refugio durante la dominación romana, particularmente durante la revuelta judía que terminó con la destrucción del Segundo Templo.

De acuerdo con Shivtiel, el esfuerzo necesario para construir estos mikvehs en unas circunstancias tan difíciles nos indica que los habitantes de estas cuevas eran probablemente cohanim.

"Estas personas contemplaron como un imperativo la construcción de un mikveh en su refugio, en una cueva situada en un acantilado".

Shivtiel y Vladimir Boslov, de la unidad de Investigación de Cuevas de la Universidad Hebrea, ya han descubierto unas 500 "cuevas refugio" durante el estudio exhaustivo que han llevado a cabo bajo los auspicios de la Israel Nature and Parks Authorithy.

Para llegar a esta gruta en particular, los dos investigadores tuvieron que escalar un acantilado "casi con las uñas", comentó Shivtiel.

"La construcción de estos mikvaot en estas cuevas refugio, unos lugares de difícil acceso, y que no están diseñados para una vida cotidiana sino para los momentos de angustia, nos enseña la profunda necesidad religiosa de estas instalaciones para mantener la pureza ritual. La construcción de los mikvehs en estos lugares no solamente es sorprendente por la dificultad física de una excavación en estas cuevas, sino porque al hacerlo se necesitaba hacer frente a todos los detalles de la ley judía que exige para una mikveh, principalmente una fuente de agua que fluya y una inmersión en un área con un volumen específico".

Los constructores de los mikvehs de Arbel se aseguraron el suministro de agua natural, ya sea mediante la construcción de los baños rituales directamente debajo de unas estalactitas que aún continúan goteando, o bien mediante la excavación de túneles desde los mikvehs al exterior de la pared de la roca, para que el agua de lluvia que corría por allí se escurriera y acumulara en los mikvehs.

Tres de los mikvehs en los acantilados ya fueron documentados por el arqueólogo Ronny Reich de la Universidad Hebrea, pero Shivtiel y Boslov han descubierto dos más.

Otros hallazgos que ellos y otros investigadores han descubierto en la región nos muestran como los habitantes de las cavernas de Arbel vivían bajo un nivel de subsistencia y en condiciones de hacinamiento. Tenían agua, comida y luz, como lo demuestran los pozos de almacenamiento de agua, los espacios para velas, y los restos de ollas y cántaros, pero no más que eso.

Shivtiel, que consultó con los rabinos para identificar los mikvehs, afirma que se distinguen de otras cisternas de agua por tres características: los peldaños de acceso al baño ritual, un suministro de agua de una fuente natural y el agua suficiente para sumergir un cuerpo entero.

"La construcción de un mikveh está más allá de lo realmente necesario para la subsistencia diaria ", nos dice Shivtiel. "El grupo judío que más probablemente lo viera como un elemento integral y necesario en su vida diaria sería un grupo que formara parte de los mishmarot kehuna, los sacerdotes que hacían turnos de servicio en el templo".

La investigación anterior ha demostrado que cuando los sacerdotes encontraron refugio en la Galilea después de la destrucción del Segundo Templo, por lo menos un grupo de ellos se trasladó a Arbel.

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Tel Aviv se olvida en el centenario de la ciudad de que fue la capital del hasidismo - Shlomo Shamir - Haaretz


La despedida al Rabbi Moshe Yehoshua Hager, el líder de una de las mas importantes sectas hasídicas del mundo, los hasidim Viznitz, celebrada en Bnei Brak, al este de Tel Aviv.

De todos los actos conmemorativos del centenario de Tel Aviv, un capítulo único de la historia de la primera ciudad hebrea de la historia moderna ha sido excluido, y es que hace casi medio siglo la ciudad funcionaba como centro del mundo hasídico.

Por alguna razón, los organizadores del centenario han pasado por alto este hecho, el que Tel Aviv fuera el lugar preferido de residencia de los mas importantes rabinos hasídicos y de sus seguidores, creando un mundo cuyo tamaño y calidad era fácilmente comparable al de las comunidades de Europa Central y Oriental antes del Holocausto.

Desde la década de 1930 hasta la de 1970, más de 20 importantes rebbes hasídicos (admorim) vivieron en Tel Aviv. Algunos de ellos eran famosos líderes hasídicos que inmigraron a Israel y mantuvieron vivas las dinastías de Europa del Este. Ellos se establecieron en Tel Aviv, y no en Jerusalén, creyendo que era un buen lugar para la reconstrucción.

Algunos de ellos fueron considerados admorim tzadikim - hombres excepcionalmente justos - y capaces de "actos de salvación". Incluso les consultaban personas no religiosas en los momentos difíciles, visitándolos en sus casas. A veces, las personas no religiosas de Tel Aviv esperaban a "las horas de oficina de los tzadikim” para recibir una bendición y una palabra de consejo.

Shavuot cae en el día que se conmemora al fundador del movimiento hasídico, el rabino Israel Ben Eliezer, el Baal Shem Tov, quien murió en 1760. Muchos consideran que ese día festivo era el momento adecuado para recordar que la primera ciudad hebrea de la historia modernaa, el bastión del secularismo de Israel, fue también la primera ciudad hasídica del país. Pero este título comenzó a perder su significado en la década de 1960 y principios de 1970, después de que algunos de los admorim más famosos de Tel Aviv fallecieran.

Además, el número de los hasidim estaba creciendo, por lo que necesitaban otros lugares donde poder crear barrios y grandes centros de estudio. Bnei Brak finalmente se hizo cargo del papel de centro del mundo hasídico.

Casi todas las más importantes comunidades hasídicos originarias de Polonia y Ucrania tenían "representaciones" en Tel Aviv, y casi todos los barrios de la ciudad tenían una Admor residente, en torno al cual los sábados y los festivos se convirtieron en fiestas de oración y de música hasídica.

Tel Aviv demostró ser especialmente atractivo para el admorim de la dinastía Radzin, que hasta la Segunda Guerra Mundial fue uno de los más grandes e importantes en Europa del Este. El Admor de Hosiatin, el rabino Yisrael, inmigró a Israel en la década de 1930 y vivió en la calle Bialik. Se le consideraba un tzadik, y recibía a muchos visitantes. El Admor de Sadigura, Jacob Friedman, estableció un tribunal hasídico en la esquina de las calles Ahad Ha’am y Nachmani.

El Admor de Ozharov, el rabino Moshe Yechiel Epstein, vivió y estudió en el primer piso de un edificio de apartamentos en el bulevar Rothschild, cerca de la calle Hashmonaim. Él era famoso por sus escritos y por sus conocimientos de la Torah.

El Admor de Wiznitz, el rabino Haim Meir Hager, vivió en la calle Lilienblum, y era muy conocido por su música hasídica. Cientos de personas acudían a su casa todos los viernes para escuchar sus oraciones y la música. Este Admor abandonó más tarde Tel Aviv por Bnei Brak, donde montó un gran barrio hasídico.

En el sur de Tel Aviv vivió el Admor de Modzitz, el rabino Shmuel Eliyahu, que se trasladó a un gran centro de estudio de su comunidad construido en la calle Dizengoff. También era muy conocido por su música hasídica. El Admor de Lelov, el rabino Moshe Mordechai Biderman, también fue un tzadik muy conocido por su ascetismo.

Admorim menos famosos también vivieron en Tel Aviv, incluyendo el admorim de Boyen, Bohusch, Slonim y Strikov. Cada uno tenía una sala de oración informal, a la que también asistían otros vecinos religiosos que no eran hasidim.

El rabino Aharon Rokach, el Admor de Belza, jugó un papel clave en el fortalecimiento permanente de la comunidad jasídica en Tel Aviv. Llegó a Israel en 1944 y sorprendió a sus seguidores al negarse a vivir en Jerusalén. Él denominó a Tel Aviv “la Ciudad Santa". El rabino Rokach tampoco explicó su decisión. Sus seguidores dicen que optó por Tel Aviv por no tener ninguna iglesia.

El Admor de Gur, el Rabino Abraham Mordejai Alter, optó por vivir en Jerusalén, pero la gran mayoría de los hasidim de Gur que se mudaron a Israel antes de la Segunda Guerra Mundial vivieron en Tel Aviv.

Hubo alrededor de unos 700 lugares de culto hasídicos en Tel Aviv durante los años 1950 y 1960. Solamente los hasidim Gur tenían más de 10 lugares de culto en la ciudad, mientras que hoy en día sólo quedan cuatro.

Al igual que esta notable presencia de hasidim, su estancia en Tel Aviv ha estado caracterizada por el respeto mutuo y la tolerancia con la comunidad secular.

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Otra agresión sexual en el santuario de la "primavera islamista árabe" y Hamas opina que el Mossad asesina más elegantemente - Elder of Ziyon



- En un post de hace unos días que trataba sobre el doble rasero moral de los progresistas occidentales con respecto a las sociedades no occidentales de su predilección (por ejemplo, las árabes), una feminista occidental, hablando sobre las agresiones a las mujeres en la calle árabe, argumentaba:
Entiéndase (que según ella) el acoso sexual dirigido contra las mujeres era provocado fundamentalmente por las dictaduras: “soportando a diario tormentos y humillaciones a lo largo de su vida... han podido provocar muy probablemente que un hombre árabe reafirme su masculinidad perdida ejercitándola contra las mujeres".
Pues bien, en Elder of Ziyon informan de otra agresión sexual a una periodista occidental en la emblemática plaza Tahrir de El Cairo.
La CNN ha entrevistado a la víctima británica de un asalto sexual en la plaza Tahrir. A principios de esta semana, Natasha Smith, una estudiante de periodismo y reportera de la Gran Bretaña, escribió un artículo mordaz e increíblemente valiente en su propio blog donde describe con un detalle escalofriante cómo fue asaltada sexualmente en la plaza Tahrir durante las celebraciones por la victoria del candidato islamista Mohamed Morsi en las elecciones egipcias.
La descarnada descripción de los hechos es bastante impresionante, pero no me parece oportuno incluirla aquí, se titula "Por favor, Señor, haz que esto se detenga", y sin duda merecerá las críticas unánimes de nuestro/as progresistas y feministas más multiculturalistas por su "incompresión" de quién es el verdadero culpable.


- Elder of Ziyon también nos informa de que "Hamas acusa ahora al gobierno sirio del asesinato de uno de sus dirigentes en Damasco"
Ynet: ¿Quién asesinó al alto funcionario de Hamas, Kamal Ranaja? Hamas está apuntando con el dedo en dos direcciones opuestas: Israel y el régimen sirio.

Mientras que unos miembros de la organización terrorista culpaban al Mossad del asesinato de Damasco, otros miembros de Hamas afirmaban que las fuerzas de Bashar Assad estaban detrás del golpe. El razonamiento principal de esta último hipótesis es que el método de ejecución no se ajusta a los del Mossad.

Los medios de comunicación árabes informaron de que Ranaja sufrió una muerte particularmente brutal. Según los informes, los asesinos irrumpieron en su apartamento, lo interrogaron bajo tortura y le asesinaron. Los asesinos posteriormente le cortaron la cabeza, colocaron partes de su cuerpo seccionadas en un armario y prendieron fuego al apartamento. Todo ello sin olvidarse llevarse consigo algunos documentos secretos.

"El Mossad lo habría asesinado de una manera diferente, ese no es su modus operandi" , dijo Mohamed Hifawi, un miembro de los Comités de Coordinación Locales (LLC) de Siria, en nombre de Hamás. Los "asesinos israelíes lo habrían hecho de una manera más rápida y más limpia, y no se hubieran dedicado inútilmente a abusar del cuerpo".

"La forma en que se mutiló el cuerpo y el intento quemar la casa son todos métodos que apuntan a la implicación de las fuerzas de seguridad (sirias)", dijo a la AFP.

En un mensaje a la agencia de noticias francesa, Hifawi menciona otros detalles que sustentan su hipótesis. "Estaba de visita en Siria, y nadie sabía que estaba en el país, aparte de los servicios de seguridad que le dieron permiso para entrar. Él llegó a su apartamento en el barrio de Qudsaya, que estaba bajo toque de queda, y al que sólo se podía acceder con permiso de las fuerzas de seguridad y los matones del régimen sirio".

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El Haaretz parece considerar que lo que dice la Autoridad Palestina en su idioma, en árabe, no es relevante


La TV de la Autoridad Palestina entrevistó a un periodista sirio que dijo haber visto un memorando de la CIA top secret del gobierno de Clinton. Este memorando de la CIA supuestamente predecía que Israel no podría sobrevivir más allá del año 2022. La presentadora de la TV palestina le respondió con una breve oración que preconizaba que esa predicción se cumpliera (Elder of Ziyon)

Un cándido momento con un periodista del Haaretz - David Bedein – IsraelBehindTheNews

En la reunión anual de la American Jewish Press Association (AJPA), celebrada la semana pasada en Filadelfia, una reunión de gran interés periodístico se organizó con el recién nombrado corresponsal en EEUU de la edición en inglés del Haaretz, el periodista Chemi Shalev,

Tras trabajar con los periodistas extranjeros en Jerusalén durante los últimos 25 años, resulta evidente que la importancia del Haaretz va más allá de su alcance como diario israelí. La edición en ingles del Haaretz, que se vende en Israel junto con el International Herald Tribune, es la principal fuente de noticias para los reporteros que cubren la complejidad de los temas de Oriente Medio.

Por lo tanto, la oportunidad de escuchar los puntos de vista de su corresponsal Chemi Shalev sobre las políticas de información en el Oriente Medio era muy significativa.

Después de escuchar el detallado análisis de Shalev de las actuales políticas israelíes y el estado actual de las negociaciones árabe-israelíes, nuestra agencia de noticias tenía interés en formularle esta pregunta a Mr. Shalev:
"¿Por qué el Haaretz no informa de lo que la Autoridad Palestina comunica a su pueblo en su propia lengua, por su cadena de televisión oficial la PBC, por la radio PBC, y a través de los periódicos y las escuelas de la Autoridad Palestina?"
Después de todo, y en las últimas semanas, la PBC TV ha emitido una programación diaria que promovía la lucha armada para liberar a toda Palestina, elogiando a los mártires, mientras se preconizaba el asesinato de judíos y la transformación de las ciudades israelíes en ciudades árabes, y cosas peores.

Y luego están los nuevos libros escolares de la Autoridad Palestina que adoctrinan a la próxima generación para liberar toda Palestina por la fuerza de las armas, mientras que el lema educativo de la Autoridad Palestina sigue siendo el "derecho de retorno" a unos pueblos árabes dentro de la línea verde que ya no existen.

Hace 15 años, el acceso a la PBC TV y a los libros escolares de la Autoridad Palestina resultaba muy difícil. Nuestra agencia enviaba mensajeros al corazón de Ramallah o Gaza para comprar DVD de las transmisiones de la PBC TV o los nuevos libros de texto, y luego encargaba traducciones de ambos.

Hoy en día, todo periodista puede seguir la PBC TV accediendo a las web de PMW o MEMRI, o realizar lo que nuestra organización hace: pagar a un técnico 125 shekels para ajustar nuestro televisor y tener acceso a la PBC TV.

Hoy en día, todo periodista que quiera tener acceso a los nuevos libros de texto para las escuelas de la Autoridad Palestina sabe que se venden en la calle Salach Un Din de Jerusalén. Y dichos libros se pueden ver ahora on-line.

Pero vayamos a la franca respuesta que nos proporcionó Chemi Shalev:
"No tenemos espacio (en el Haaretz) para cubrir todo eso".
Nuestra siguiente pregunta era más simple:
Dentro del contexto de cualquier artículo que aparece en el HaAretz sobre el proceso de paz, “¿Por qué (el Haaretz) no menciona lo que los portavoces de la Autoridad Palestina dicen cada día en sus medios de comunicación y en su propio idioma?".
La respuesta de Shalev:
*Como editor, yo recomendaría que no se cubriera".
En otras palabras, el editor del Haaretz admite en una reunión de periodistas que su periódico esta involucrado en una mala praxis periodística.

Como cuestión política, admitió Shalev, el Haaretz no informa de los continuos mensajes que la Autoridad Palestina transmite en el idioma árabe.

Esto plantea un reto para todas aquellas agencias que se basan y confían en el Haaretz como una fuente principal. En la conferencia de AJPA, nuestro organismo también pidió a los representantes de la JTA, la Jewish Telegraphic Agency, si iban a cambiar su política de no informar de lo que la Autoridad Palestina transmite en árabe. JTA no respondió a esta cuestión que nuestra agencia le lleva planteando desde hace más de una década, y sin una respuesta. Quizás su nuevo corresponsal responderá al desafío.

En los últimos diez años, nuestra agencia también ha solicitado a la AJPA que proporcione un espacio para una reunión informativa audiovisual sobre lo que la Autoridad Palestina transmite en lengua árabe. La AJPA siempre ha rechazado la solicitud.

Sin embargo, la tenacidad de nuestra agencia queda de manifiesto con una última pregunta:
"¿Acaso los medios de comunicación no tienen derecho a saber lo que la Autoridad Palestina transmite en su propia idioma, el árabe, en un momento en que las esperanzas de un renovado proceso de paz siguen dominando las noticias?*

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El antisemitismo en 100 palabras o menos - Anshel Pfeffer - Haaretz



Hace nueve años, me encontré a salir con un grupo de periodistas paquistaníes que conocí en un seminario en el extranjero. En ese momento, todos echábamos la vista sobre las relaciones secretas y no tan secretas entre Israel y Pakistán, y uno de ellos me mostró su pasaporte. En la parte inferior de cada página estaba escrito: "Para viajar a todas las naciones del mundo, excepto a Israel. Es la política", me explicó. "No hay antisemitismo en Pakistán... no hay judíos".

Técnicamente, eso puede ser cierto, ya que las pequeñas comunidades judías de Karachi y Peshawar se dispersaron hace décadas. Pero es interesante que se sintiera la necesidad de crear una distinción entre el odio a Israel y el rechazo a los judíos. No hay pues una retórica anti-judía en los medios de comunicación locales de Pakistán. Muchos dirán que en una nación sin una historia local de antisemitismo, esto es en realidad una manifestación de sus sentimientos antioccidentales, junto con la intensa hostilidad hacia la vecina India, que se está convirtiendo en un aliado estratégico de Israel. No parece pues que Pakistán tenga una larga tradición de odio al judío de cosecha propia.

El miércoles pasado, una mujer británica de origen paquistaní, Shasta Khan, fue acusada en un tribunal de Manchester de planificar, junto con su esposo Mohammed Sajid, lo que podría haber sido el peor ataque antisemita en suelo británico del que se tenga memoria. Nacida y criada en la región de Manchester, habrían estado vigilando a la gran comunidad ortodoxa existente en la ciudad. La pareja está siendo acusada de haber investigado a fondo los posibles objetivos en el barrio de Prestwich, donde miles de judíos viven y trabajan.

Un dúo diferente de jóvenes británicos paquistaníes, Asif Mohammed Hanif y Omar Khan Sharif, se radicalizaron después de viajar a estudiar a Damasco, donde fueron reclutados por Hamas, y llevaron a cabo un ataque suicida en un pub de Tel-Aviv matando a tres personas en el 2003. Por el contrario, Mohammed Sajid y Shasta Khan están acusados de embarcarse en su propia yihad después de navegar por sitios web radicales. Al parecer, aprendieron a construir bombas de fabricación casera en la revista de Al-Qaeda Inspire, y en lugar de viajar a Oriente Medio para atacar al enemigo sionista, decidieron vengar el asesinato de palestinos atacando a sus compatriotas británicos, los miembros de una comunidad religiosa vecina.

Pero así es como el antisemitismo ha evolucionado: desafiando la razón y la ideología, superando las brechas sociales y geográficas, adaptándose a los nuevos entornos y condiciones. El antisemitismo es el más flexible y versátil de los odios. Esa es mi principal conclusión de las muchas respuestas que he recibido durante las últimas dos semanas a raíz de una pregunta que lancé a mis lectores: "¿Por qué algunas personas tienen prejuicios en contra de los judíos?", Pero esa no fue la única conclusión.

Pero antes una breve matización: me decidí a abrir mi columna a los lectores a raíz de las reacciones histéricas de algunos políticos y líderes de la comunidad británica cuando esta cuestión se planteó a los estudiantes de secundaria en un examen nacional. El blogger financiero Henry Blodget fue inundado de respuestas airadas cuando se hizo la misma pregunta con sinceridad y seriedad. Yo tenía la esperanza de que los lectores de mi columna se mostrarían algo más inteligentes y con un mayor sentido del equilibrio que los que expresaron su indignación por la pregunta del examen.

Las respuestas de los lectores superaron mis expectativas. Hubo un puñado de respuestas, tales como esa que decía que "El antisemitismo debe ser condenado, no explicado. Punto final".
Pero la mayoría de los lectores que respondieron creían como yo que ningún sujeto debe estar más allá de la discusión, incluso si algunas de las respuestas no tenían una fácil lectura. Por supuesto, hubo algunas desagradables, como la de ese escritor que trató de convencerme de que el mundo no tiene nada en contra de los judíos en particular, sino solamente contra los israelíes. Después de todo, escribía, "Internet ha mostrado al mundo qué clase de gente es".

Otros también utilizaron el factor crítico, pero desde una postura aparentemente dolorida. Mira Bar-Hillel escribió que "Los judíos de hoy me asustan, y me resulta casi imposible hablar con la mayoría de ellos, incluidos con mis parientes. Cualquier crítica a las políticas de Israel, incluyendo el vergonzoso tratamiento a los sobrevivientes del Holocausto, así como a los refugiados africanos de huyen de regímenes asesinos, es considerada como una traición a la patria y/o una muestra de antisemitismo. La mayoría de los periódicos y revistas ni siquiera publican artículos sobre el tema por temor a la reacción judía. Los goyim (gentiles) son a menudo tratados con un mal disimulado desprecio, sin embargo, los judíos son siempre las víctimas. ¿Tengo prejuicios en contra de los judíos? ¡Ay, creo que sí".

Sé que algunos calificarían lo dicho por Mira Bar-Hillel como una muestra más de esa despreciable expresión del "auto-odio judío", y aunque no estoy necesariamente de acuerdo con todo lo que ha escrito, creo que expresa preocupaciones genuinas y deben ser oídas. La respuesta de Mira es una de mis dos menciones honoríficas.

La otra mención de honor es para Richard Asbeck, que logró expresar en verso la sensación de inquietud de muchos judíos y no judíos ante el sentimiento de separación, tal vez indiferencia, que los judíos han transmitido a través de milenios.

"¿Cómo podría hacerlo en virtud de la reciprocidad,
bendecido por el honor de haber sido tratado como un amigo,
recordando la humanidad de una comida compartida,
recordando la orjim hajnasat (esa hospitalidad),
¿cómo podría yo, en el intento de responder de manera amable,
evitar la autoafirmación de la impureza y de mi inelección claramente marcada por la cena en un plato para desconocidos, o peor, un plato envuelto en papel aluminio?
"

A pesar de que permitía un máximo de 100 palabras, algunos lectores se conformaron con sólo una o dos palabras: envidia, celos, religión, sionismo, ignorancia, Jesucristo. Todas son, en efecto, razones por las cuales la gente tiene prejuicios contra los judíos, y por supuesto hay muchas más razones, a menudo contradictorias y nunca justificadas. Y es por eso que he dicho que el antisemitismo es el "más flexible de los odios" y por lo que elegí el comentario de Mark Gardner como el mejor. Mi única duda consistía en que el ganador es un profesional de este campo, ya que es el director de comunicaciones de la Fundación (Trust) de Seguridad Comunitaria (CST), un organismo judío británico.

Mi elección de Mark Gardner como el ganador no es un reconocimiento al CST, de hecho he criticado a la organización en una columna sobre un asunto no relacionado hace unos dos meses. Pero a diferencia de otros grupos que monitorean el antisemitismo, creo que su comentario demuestra que se puede abordar la cuestión de una manera equilibrada. Por lo que brindemos por ello con una botella de vino (kosher) y aquí está su respuesta a por qué algunas personas tienen prejuicios contra los judíos.
"Si el prejuicio es odiar a alguien más de lo necesario, entonces deberían considerar que los antisemitas tienen la lista de motivos más larga, y seré breve en su enumeración: (los judíos) se aliaron con el diablo para matar al hijo de Dios; traicionaron su alianza con Dios; lucharon contra el último profeta de Dios; rechazaron visiblemente a Dios; mataban a los niños cristianos y bebían su sangre; conspiran constantemente; les gusta acaparar dinero, ya que son sumamente codiciosos; son corruptores y mezquinos; físicamente son grotescos; son despreciables, rencorosos y vengativos; no puedes congraciarte con ellos pues siempre se muestran ajenos, falsos y tortuosos; son unos genios del mal, inmutablemente corruptores e inasimilables; son racialmente diferentes; son unos hipócritas que se creen superiores; financian las guerras; son los heraldos de la revolución; son unos pornógrafos; son unos charlatanes y unos estafadores; son unos mentirosos y unos llorones; son imperialistas y colonizadores; son racistas, ladrones y belicistas. En suma, son el chivo expiatorio".

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Monday, June 25, 2012

La imagen negativa de Israel no proviene de no ser lo suficientemente occidental, sino de ser demasiado occidental – Seth J. Frantzman - JPost



La oficina del portavoz del IDF creó un gran revuelo a principios de junio liberando una foto de dos soldados supuestamente homosexuales cogidos de la mano. La gran foto de la “operación gay” se convirtió en un fracaso cuando fue expuesta como un fraude. El mensaje que la hasbara (la diplomacia pública) quería emitir, "¿sabían que en el IDF se trata a todos sus soldados por igual?", se perdió entre los comentarios suscitados. El marco de la foto no pudo haber sido tan mal concebido, casi como la campaña publicitaria de 2007, que el gobierno ayudó a organizar, en la que ex soldados femeninas fueron utilizados como modelos para la revista Maxim. La CNN parafraseó la historia como "las soldados muestran la piel de la campaña de relaciones públicas".

Estas campañas tienen una vertiente histriónica, pero detrás de ellas hay una temática muy importante. Están diseñadas para mostrar lo liberales, y de mente abierta, que son en general los israelíes, y para dejar en evidencia a los sempiternos críticos de Israel, esos que no tienen en cuenta dicha realidad, además de ignorar cualquier imagen positiva de una nación que manifiesta su espíritu libre.

También se hacen grandes esfuerzos para mostrar a Occidente que Israel tiene una gran tradición de debates internos totalmente libres, y una intensa capacidad de autocrítica que se refleja en su propio cine, en su universidad y en sus medios de comunicación, todo ello presentado como señales evidentes de que se trata de un país vibrante.

El problema que tiene esta temática es suponer que Israel es odiado principalmente por los izquierdistas occidentales por no tener una mente lo suficientemente abierta. Pero vamos a analizar si esa idea maestra es realmente lógica.

¿Si todos los soldados del IDF portaran una pistola de color arco iris y los puestos de control estuvieran construidos en pan de jengibre, la imagen de Israel mejoraría entre sus hipercríticos? Evidentemente, no.

Existe, por ejemplo, algo tan mal concebido como una especie de Tribunal Russell sobre Palestina, un grupo internacional de "jueces" que ha acusado a Israel de constituir un apartheid que supera al de Sudáfrica, y que nos arroja luz sobre esta cuestión. Alice Walker, una autora afroamericana y uno de estos "jueces", se ha negado a que se publiquen sus libros en hebreo debido a su odio hacia Israel, por lo tanto, ¿por qué estamos tan seguros de poder cambiar su percepción del país debido a que en Israel se tolera a los gays? Quizás el error de enfoque estriba en creer que la imagen negativa de Israel se debe a que “no es lo suficientemente occidental”, cuando por el contrario el problema radica en que “es demasiado occidental”.

Llevemos también esta premisa a su validación lógica. ¿Acaso no mejoraría la imagen de Israel si toda la población se convirtiera al Islam?

La hasbara de Israel se muestra inhábil ante la situación actual porque asume erróneamente que el país se encuentra en el mismo campo de juego que Ramallah, Jartum o Tombuctú, pero no lo está. Cuando se observa lo que Samuel Huntington describió como la “línea tectónica" entre las civilizaciones, resulta evidente que no sólo delimitaba las diferencias culturales, sino también las diferencias existentes en los juicios de valor occidentales.

Lo que está del lado de la "línea occidental" debe mantenerse dentro de los estándares progresistas tan queridos por las izquierdas occidentales, imperando el juicio moral. Lo que cae del otro lado de esa línea se juzga de acuerdo con los patrones del modelo de “resistencia post-colonial”, en el que los juicios morales ya no son tan pertinentes.

Se puede probar esta realidad de una manera bastante simple si consideramos cómo se “traducen” ciertos valores en el extranjero. En marzo pasado, una joven marroquí de 16 años de edad, Amina Filali, se vio obligada a casarse con su violador a causa del artículo 475 del Código Penal de Marruecos. ¿Acaso un turista más o menos hippie o políticamente correcto, y que "ama a Marruecos" por ser una tierra auténtica, no viajaría hasta allí ese mismo año a causa de dicha violación y del posterior ultraje?

Países como Indonesia y Malasia son unos pozos negros dentro del fanatismo religioso y la intolerancia, pero usted no lo sabrá por la forma en que sus valores se traducen para nosotros. El hecho de que las amenazas de disturbios provocaran la cancelación en ambos países de las actuaciones de Lady Gaga y Erykah Badu, debido al parecer al material "ofensivo" existente en sus espectáculos, debería haber sido un símbolo para nosotros del oscuro fanatismo ahí reinante. Pero Gaga y Badu irán y vendrán, y la reputación de Indonesia y Malasia se mantendrá incólume.

Después de que Mona Eltahawy escribiera un ensayo en la revista Foreign Policy sobre los derechos de las mujeres árabes, atreviéndose a sugerir que las mujeres árabes sufrían a causa de la discriminación religiosa-cultural dirigida contra ellas, el lobby multicultural se mostró decididamente indignado por este atrevimiento.

Max Fischer en el Atlántic señaló que "los árabes han sufrido siglos de dominación autoritaria y brutal, y esto también desempeñó un gran papel [en la misoginia de su cultura]”. Una periodista y feminista occidental que pasó varios años en la región, donde tuvo que soportar algunos de esos infames acosos sexuales en las calles, me dijo que sentía que sus acosadores masculinos “podían haber estado actuando así en parte a causa de la miseria, la ira y su propia emasculación (culpa de los factores antes descritos)". Entiéndase pues que el acoso sexual dirigido contra las mujeres es provocado fundamentalmente por las dictaduras: “soportando a diario tormentos y humillaciones a lo largo de su vida... han podido provocar muy probablemente que un hombre árabe reafirme su masculinidad perdida ejercitándola contra las mujeres".

Todo muy comprensible si exceptuamos que los hombres bajo la dictadura soviética, o bien la población masculina tibetana que vive bajo la bota china en el Tíbet, no son precisamente conocidos por acosar a las mujeres en las calles.

Pero este no es el tema. El problema radica no tanto en que no se le aplique un sistema de valores capaz simplemente de condenar el acoso sexual como algo inexcusable, sino en que se utiliza un sistema de valores que primero se pregunta, "¿de qué raza o de dónde son estos acosadores, y cuál es su etnia y/o religión" y sólo entonces, y dependiendo de la respuesta, se decide si el delito es excusable o no.

Así pues, todo puede llegar a ser tolerado bajo esta forma de pensamiento: la violación, el crimen de honor (las mujeres que mantienen relaciones con personas que se juzgan inapropiadas por la familia), la esclavitud, la mutilación genital femenina, los asesinatos, genocidio, la limpieza étnica, el racismo, la discriminación, la pena de muerte, la ausencia de derechos para los homosexuales, la ausencia de libertad de expresión y de culto, etcétera.

Por el contrario, la actitud de Occidente hacia Israel parte de su comprensión de que está en su mismo lado, forma parte del “yo occidental” por así decirlo, mientras que la Palestina árabe está ubicada en el otro lado de esa “línea” o división moral.

Incluso los sectores de la sociedad israelí que podrían parecer estar ubicados en ese "otro lado", como por ejemplo los judíos ultra-ortodoxos de Mea Shearim, se subsumen dentro del “yo occidental".

Recuerdo a mujer croata no judía que trabajaba para la ONU y que utilizaba cualquier pretexto para criticar a la comunidad haredí (ultra-ortodoxa) cada vez que tenía una oportunidad. Sin embargo, solía viajar bastante a Gaza y disfrutaba de la "cultura" que allí se encontraba. Ella explicaba su odio hacia los haredim diciendo que "esperaba más de los judíos".

Frente a esta mentalidad es imposible actuar, y es no existe un terreno común entre la filosofía ilustrada que defiende la igualdad de derechos del hombre (y de la mujer), y esa otra visión del mundo en que las personas son juzgadas de manera diferente sobre la base de la cultura que dicen haber recibido.

Con respecto al conflicto de Israel, resultaría imposible una empatía similar en ausencia de una conversión en masa al Islam, para así unirse al "otro lado de la línea” y abandonar por lo tanto la “línea occidental”, al igual que sería completamente inapropiado promover que Palestina abandone su "yo oriental".

No importa cuánto se llegue a amar en Israel los derechos de los gays y los bikinis, nada va a cambiar, porque cuando miren a Israel verán a Occidente (el malvado colonialista). El moderno occidental parece depender de esa división entre “el yo y el otro" que se ve representada en una filosofía post-ilustración para la cual no existen derechos absolutos humanos, o normas absolutas de moral. Bajo esta concepción, y a pesar de que Israel apoye los derechos de los homosexuales y posea una potente cultura autocrítica, lo cual es lo correcto y lo moral, nunca ganará puntos ante ese Occidente progresista.

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El prejuicio de los judíos liberales contra los judíos ortodoxos cruza las líneas rojas - Jonathan S. Tobin - Commentary



El comunicado de la semana pasada sobre un nuevo estudio demográfico de la vida judía en el Gran Nueva York ha creado un revuelo comprensible, ya que puso de manifiesto que los ortodoxos constituyen un porcentaje cada vez mayor de la población judía. El crecimiento de la asimilación, de los matrimonios mixtos y un crecimiento negativo de la población ha reducido el número de de judíos liberales y seculares, mientras que los ortodoxos, y en particular los haredim, están experimentando un crecimiento exponencial. Dadas las implicaciones de esta tendencia a la hora de poder alterar potencial y prácticamente la vida judía en esta región, y puesto que los judíos ortodoxos tienden a ser mucho más conservadores que el resto de la comunidad, las implicaciones políticas de este modelo se vuelven ineludibles. En una ciudad como Nueva York, donde el 74% de todos los judíos niños en edad escolar son ortodoxos, el dominio tradicional de los judíos seculares y liberales no es probable que persista a largo plazo.

Que esto podía alterar a las mentes liberales de nuestra comunidad parecía comprensible. Pero eso no debe justificar la actitud de la página editorial del Forward cuando para hablar de la comunidad ortodoxa utiliza ese tipo de lenguaje que nunca sería aprobado si esas mismas palabras fueran dirigidas a una población no judía. Esa mayoría de población inminente de los “no liberales” parece haber provocado que el Forward, que comenzó su andadura en 1897 como un defensor del socialismo, haya dado rienda suelta a su mala leche etiquetando a muchos de los judíos ortodoxos como "gente pobre de poco méritos", y cuyas opciones de vida inadecuadas quizás les deberían volver inelegibles tanto a la hora de las ayudas por parte del gobierno americano como a las del resto de la comunidad judía. Si bien resulta bienvenida la decisión del consejo editorial del Forward de unirse un tanto tardíamente a ese debate de décadas acerca de los méritos del Estado del bienestar, su reciente incorporación a dicho debate parece estar más motivada por su abierta aversión y sus recelos ante los haredim, que a su ideología liberal y a su defensa del Estado del Bienestar.

La presunción del editorial es que el crecimiento de la comunidad ortodoxa está siendo impulsado en gran medida por su creencia en el valor de las familias numerosas. El Forward, al hablar con una voz que desprende la típica condescendencia de la clase media y alta hacia los pobres, así como el típico desprecio que hacia los ortodoxos se manifiesta desde los círculos judíos liberales – aunque raras veces hecho público -, parece implicar que la mayoría de estos niños probablemente no deberían ser concebidos, ya que su padres religiosos no siempre cuentan con los recursos materiales que los editores del Forward consideran necesario poseer antes de agregar otra alma a la comunidad. Según su modo de pensar, si algunas de estas familias ortodoxas no son del todo "autosuficientes", su elección voluntaria de tener más hijos en esos casos debe hacerles retroceder en la lista de ayudas que las agencias judías distribuyen entre los pobres, además de poner en duda la sabiduría de las ayudas otorgadas por el gobierno estatal.

El problema para el Forward no se debe solamente a que los ortodoxos tengan más hijos que los judíos liberales, que rechacen el “materialismo” de la clase media y alta y que su valoración del estudio de la Torah por encima de la economía se deba a motivos religiosos. Lo que realmente les irrita es que la mayoría de los ortodoxos parecen tener poca simpatía por las posiciones políticas liberales, a pesar de que algunos de ellos son los benefactores de las ayudas del gobierno. Al igual que Thomas Frank con “¿Qué pasa con Kansas?”, referida a la impaciencia liberal con los conservadores del medio oeste que votaban más por sus valores que por lo que el autor consideraba que eran sus intereses económicos, el Forward considera que resulta completamente hipócrita que los ortodoxos no voten a los demócratas.

Un examen detallado de los patrones de votación de los haredi no corrobora exactamente esa impresión, pues las sectas hasídicas, que suelen votar en bloque, tienden a intercambiar sus votos en las elecciones a cambio de la generosidad del gobierno de turno, de una manera tal que incluso el Forward lo podría considerar como una elección racional o coherente. Pero hay pocas dudas acerca de que los judíos ortodoxos, incluyendo esa vasta mayoría que no recibe ninguna ayuda del gobierno, no comparten el afecto del Forward por el liberalismo. Y eso es lo que ha incitado al parecer al Forward a publicar una diatriba cuyo único objetivo es estigmatizar a los judíos ortodoxos como a una horda perezosa de tramposos que se expanden a costa del Estado del bienestar, y a la que debería negársele la asistencia a menos que se reprodujeran a la manera mucha más responsable de los judíos liberales.

Baste decir que la comunidad haredi tiene además otra cuota de problemas. El crecimiento de la pobreza judía es preocupante, como lo es cualquier señal de que los judíos estadounidenses estén comenzando a copiar el desafortunado patrón haredí israelí por el cual el empleo, por no hablar del servicio nacional militar o civil, es considerado por muchos como por debajo de la dignidad de la población masculina.

Pero si bien una cosa es expresar unas justas preocupaciones por el futuro de esa comunidad, otra muy distinta es escribir del incremento de la tasa de natalidad ortodoxa como si para todos nosotros fuera mejor que esos niños nunca nacieran. Ese es un argumento escandaloso que sería rápidamente etiquetado como racista por todos esos justos liberales del Forward si estuviera dirigido hacia los negros o hispanos. El deseo de consolar a los liberales acerca de su inminente decadencia política no es excusa para el lanzamiento de una Kulturkampf contra los ortodoxos.

Creemos que los principios de libertad económica deben aplicarse a todo el mundo. Las funestas consecuencias de la dependencia del gobierno no deben tener barreras religiosos, y pueden ser desoladoras tanto para los judíos como para los no judíos, para los israelíes como para los estadounidenses.

Y es que cuando una crítica del Estado del bienestar se cruza con los prejuicios contra determinados grupos, o el lenguaje utilizado chirría por su cariz sesgado, todo ello parece aludir más a la eugenesia que al análisis político, y entonces una línea roja se ha cruzado. Esto que ha hecho el Forward representa un alegato en contra de su juicio y de su compromiso con el valor de todas las vidas judías.

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Sunday, June 24, 2012

Cuesta bastante ser políticamente correcto. Sin duda es problema nuestro (Elder of Ziyon y el Global)











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Lectura recomendada a diasporistas y defensores de un judaísmo laico y cultural (Al borde del abismo - Elliot Jager - Jewish Ideas Daily)



Bernard Wasserstein es un historiador no sionista favorable a Israel aunque critico con sus políticas. Ahora enseñando en la Universidad de Chicago, el londinense Wasserstein ha centrado gran parte de sus energías intelectuales en los asuntos judíos. Lo hace de nuevo en su nuevo libro, "On the Eve (En la víspera)", una rica y matizada historia de los 10 millones de judíos de Europa antes de la Segunda Guerra Mundial, la cual pretende "captar las realidades de la vida judía en Europa en los años previos a 1939, cuando los judíos de pie, como ahora sabemos, estaban al borde del abismo". El nuevo libro es una especie de precuela de su anterior libro "Una Diáspora evanescente: Los Judíos en Europa desde 1945", publicado hace 16 años.

La sorprendente tesis de "En la víspera" es que incluso antes de que Hitler llegara al poder en 1933, el pronóstico sobre el futuro de los judíos de Europa era desolador: "La trayectoria demográfica era sombría y, con una disminución de la fecundidad, una emigración en gran escala, una exogamia cada vez mayor y una apostasía generalizada, anunciaba la extinción. Los lazo culturales judíos se estaba aflojando..., muchos judíos querían escapar de lo que veían como la prisión de su judaísmo".

Millones de judíos abandonaron Europa en el período de entreguerras, tal vez hasta un 10% de la población judía, y muchos de ellos se dirigieron a los Estados Unidos. Wasserstein elige muy oportunamente para el epígrafe al historiador Simon Dubnow (cuya quijotesca defensa de una Diáspora autónoma basada en el nacionalismo judío es en sí misma una nota histórica a pie de págima): "El acto creativo esencial del historiador es la resurrección de los muertos".

Wasserstein demuestra ser más apto para dicha tarea. Él vuelve a dar vida a las viejas rencillas, tanto políticas como teológicas: Agudas Yisrael Agudas contra la Reforma; ambos en contra de los sionistas; los extremistas hasidim antisionistas de Satmar contra los fanáticos antisionistas de Munkacz; los sionistas socialistas contra los sionistas revisionistas, y así sucesivamente. Económicamente, la mayoría de los judíos se ganaban la vida en el comercio o en las restantes profesiones puesto que las críticas antisemitas prácticamente les cerraban el acceso a la universidad, el gobierno y la agricultura. Demográficamente, en la década de 1930 la mayoría de los judíos en Alemania no se casaban entre ellos.

Contra todo esto, Wasserstein nos retrata la vida en el heder, la composición de las cortes de los rebbes hasídicos, el funcionamiento de las yeshivot de Mir, Lublin, y Ponevezh, y un croquis del movimiento Musar, todo ello mostrándonos a una Ortodoxia en declive, pero ni mucho menos derrotada, enfrentada a su vez a la competencia de menor importancia de los no ortodoxos, cuya escuela rabínica de Budapest, por ejemplo, permitía a sus seminaristas acudir al cine. En gran parte de Europa, el verdadero desafío a la tradición provenía de nuevo acceso al mundo exterior, mientras que en la Unión Soviética era el celoso y envidioso dios Stalin.

El libro no es todo pesimismo. Hay una encantadora parte dedicada a los Luftmenshn, aquellos que no tenían unos medios visibles de apoyo para sostener sus estilos de vida, y que iban desde los más pobres a los acomodados. La notable devoción de los padres judíos por sus hijos también recibe un muy buen trato. Poco a poco, y es que las puertas se estaban cerrando, miles de niños fueron llevados a la seguridad de una joven aliyá en 1932-33, una creación de una heroína poco conocida llamada Recha Freier, la Kindertransport que propició la entrega de 10.000 niños y niñas a Inglaterra.

El tratamiento por parte de Wasserstein de los "judíos anti-judíos" es convincente, dada la abundancia de estos judíos avergonzados de ser judíos que surgen hasta en nuestros propios días. En su Selbsthass u "odio hacia sí mismos", algunos judíos parodiaban los tropos antisemitas. Por supuesto, como bien señala Wasserstein, ellos no se odiaban literalmente a sí mismos, sino que en realidad despreciaban a los otros judíos. Algunos se mostraban abiertamente desdeñosos hacia los nazis, aunque la mayoría fijaba su mirada crítica sobre los temas judíos, y muchos de ellos en última instancia renunciaron al judaísmo y atacaron la solidaridad judía, aunque paradójicamente detestaban la impotencia judía (A excepción de su crítica feroz y gratuita de Zeev Jabotinsky, Wasserstein se acerca al sionismo de antes de la guerra europea con comparativa simpatía). También hay un boceto de esos tempranos judíos de extrema izquierda que habían abandonado la Tierra de Israel para regresar a Rusia tras la Revolución de 1917 para crear colonias judías en Crimea.

No menos fascinante es el tratamiento de Wasserstein de la prensa judía. Un número considerable de diarios eran de propiedad y estaban editados por judíos, los cuales eran leídos religiosamente por una mezcla de audiencia judía y gentil: el liberal de Budapest Pester Lloyd, en Berlín el Tageblatt, y en Viena la Neu Freie Presse, que empleó a un tal Theodor Herzl. Reflejo de nuestros propios días, "estos diarios no se vieron, sin embargo, como publicaciones judías". Añadan a toda esta mezcla las polémicas y la prensa de los partidos de todo tipo que atendían en exclusiva a los judíos. Y en los frentes del yiddish y del ámbito cultural, estaban los compositores, artistas, cantantes, cineastas y autores, cuyos libros irradiaban vitalidad intelectual y artística.

Prescindiendo de una nostalgia sensiblera, "En la víspera" es un retrato desgarrador, descaradamente compasivo, de esos judíos de Europa condenados al fracaso. Wasserstein enfáticamente señala que "no recopila de ninguna manera todos los posibles tipos de judíos. De hecho, muy probablemente fueron el pueblo más variado y diverso del interior del continente". Sin embargo, en ausencia de un Estado judío soberano, se encontraron sin amigos, impotentes y atrapados, y todo el mundo que pudo haberlos ayudado les falló.


La triste contracción de los judíos europeos - David Aaronovitch - TheJC

(....)

De todos modos, en un momento dado, empecé a preguntarme acerca de que las personas con quienes me vinculo - "los judíos" (un pueblo peligroso, a diferencia de la acaramelada expresión la "comunidad judía"), en un sentido histórico. Sobre lo que había ocurrido con los judíos de Europa y qué se había perdido con ellos. Con el tiempo, esto alcanzó el aspecto de un caleidoscopio borrosa lleno de imágenes románticas: los shtetls, el teatro yiddish, los urbanos y asimilados judíos alemanes, los elegantes judíos franceses, los dichos populares, las mujeres pelirrojas, las bibliotecas, los psicoanalistas vieneses y - al igual que mis abuelos - los iletrados artesanos judíos. Todo esto llegó a su fin con el Holocausto.

Esta semana, a través de mi buzón de correos, me ha llegado el nuevo libro del historiador Bernard Wasserstein, "En la víspera: los JudÍos de Europa antes de la Segunda Guerra Mundial". Mientras lo leía, mi romanticismo y las ilusiones que cultivé comenzaron a disiparse. En lugar de sólo ver "lo que se perdió", comencé a tener una visión real de lo que les estaba sucediendo a los judíos europeos de entreguerras.

Wasserstein escribe que los judíos - "definidos inclusivamente como aquellas personas que así se consideran a sí mismas, o que así eran consideradas por los demás" - conformaban una población de unas 10 millones de personas en Europa a finales de 1930. Había 3,2 millones en Polonia, unos 3 millones en la URSS, con grandes comunidades en Rumanía y Hungría. En 1939, había 381.000 judíos en Varsovia - más que en toda la Gran Alemania -. Me encanta este hecho: a pesar de que constituían un tercio de la población total de Varsovia, los judíos en 1925 representaban a menos del 0,01% de los detenidos por ebriedad.

Los judíos en todo el continente europeo estaban insuficientemente representadas en la agricultura, la industria pesada, la administración pública, las fuerzas armadas, las universidades (sobre todo en Polonia), y se concentraban en el pequeño comercio. Muchos se dedicaban a las profesiones ligadas al derecho y la medicina, y muy pocos de ellos eran esos plutócratas que tanta atención recibieron.

A pesar (o quizás debido a ello) de que fueron grandes constructores de instituciones, sociedades y organizaciones benéficas, los judíos europeos estaban divididos. Lejos de existir un lobby judío, los judíos Litvak (lituanos) y Galitzianer (de Galitzia), los hasidim y los mitnagdim, los judíos de la ciudad y los judíos del campo, tenían poco que ver entre sí.

Pero lo terrible es que, incluso antes del Holocausto, los judíos ya estaban en decadencia. "En 1939", escribe Wasserstein, "la judería europea estaba al borde del colapso terminal". Debido al antisemitismo, o a un deseo muy moderno de hacer caso omiso de las viejas costumbres, los judíos se desidentificaron de su herencia. Ya no se casaron entre ellos, emigraron y, o bien se convertieron o bien criaban a sus hijos como no judíos. Dejaron de hablar en yiddish y en ladino ".

Y por todas partes su tasa de natalidad decayó. En ese sentido, nos dice Wasserstein, se "asimilaron mucho menos a los patrones sociales existente que fueron pioneros en la transición demográfica que, durante las próximas dos generaciones, transformaría la sociedad europea en su conjunto". En los ocho años antes de que Hitler llegara al poder, los judíos alemanes se habían reducido en un 11%, en Hungría la población judía declinó de 473.000 en 1920 a 400.000 en 1939. En los enclaves de Lodz y Kovno la población judía se estancó en la pobreza.

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Los chicos guays del Estado de Tel Aviv también saben jugar a la Revolución. Lógico, Tel Aviv es "in" e Israel es "out"




Siguiendo el ejemplo "revolucionario" de las primaveras islamistas árabes, ese que parece haber despertado de su sopor estético-moral y movilizado a la gente guay, progresista y sostenible de Occidente - muy consciente de ser la conciencia moral planetaria y universal, y presa de la mala conciencia que suele otorgar una vida generalmente acomodada, pese al reconfortante paliativo que proporciona poseer y expresar ideas progresistas -, la gente más enrollada del Estado de Tel Aviv ha querido dejar demostrado que ellos son, más que nunca, como sus colegas europeos y americanos, y que hasta en eso se diferencian del resto de sus lamentables y rancios compatriotas.

Tel Aviv "in", Israel "out" - Raanan Shaked - Ynet

Empecemos con las buenas noticias: El mundo nos ama. La prensa extranjera (que reconocemos) nos halaga hasta el punto de sonrojarnos. Se nos considera uno de los lugares más maravillosos de la tierra, los turistas siguen preguntando a sus agentes de viajes si aún hay billetes para los vuelos de agosto, y en términos de relaciones públicas la situación nunca ha sido mejor.

Y ahora, la noticia de que pondrá a todas estas buenas nuevas en perspectiva: estoy hablando de Tel Aviv , ¿Ok?, la filial más exitosa y rentable de la marca madre, esa que por contra sobrevive subterráneamente, es decir, el Estado de Israel.

Y así, mientras que Israel es en este momento una especie de mala expresión árabe para la mayor parte del mundo, con nuestro primer ministro en orbita en torno a los medios de comunicación globales, como un viejo satélite que busca un lugar donde dormir, Tel Aviv genera una cobertura entusiasta por parte de los medias mundiales sin el menor esfuerzo.

Basta con mirar sus logros en los últimos dos meses: el programa de la CBS "60 Minutes" emitió un nuevo reportaje sobre el leiv-motiv de la "burbuja de Tel Aviv" ("los habitantes de Tel Aviv han aprendido a no preocuparse por el mañana... una ciudad dinámica que se está convirtiendo en conocida en todo el mundo por su floreciente industria de alta tecnología y su gran vida nocturna") Mientras tanto, la revista Newsweek publicaba un artículo entusiasta sobre la ciudad del escritor Etgar Keret ("Incluso si Tel Aviv era una burbuja, pensó, entonces esperaba que siguiera creciendo y engullera a este maldito país en ella, junto con todo el Oriente Medio Oriente").

La revista de tecnología TechCrunch decidió que Tel Aviv era una de las cinco ciudades de emprendedores más importantes del mundo, inmediatamente después de Silicon Valley, Nueva York, Londres y Toronto. The Wall Street Journal afirmaba que "Tel Aviv era el principal centro tecnológico de Europa, eclipsando a rivales como Berlín y Londres", y la revista Travel and Leisure afirmaba que el Museo de Tel Aviv era el mejor museo del 2011.

Para terminar con esta producción de excitación externa por Tel Aviv tenemos el Desfile del Orgullo Gay de Tel Aviv y que Tel Aviv haya sido votada como la mejor ciudad gay del mundo de 2011 por GayCities, Así pues se darán cuenta que en estos momentos Tel Aviv es mucho más que la hoja de parra de todo un país, sino que se percibe - y por primera vez, no sólo por sí misma - como una especie de estado independiente que goza de su propio medio ambiente social y su propio gobierno. En definitiva, Tel Aviv es todo lo que Israel se niega a ser.

Los medias de comunicación mundiales se han enamorado de Tel Aviv, mientras dan la espalda por completo al país de acogida. La valla de separación entre ambos, Tel Aviv e Israel, no es física, pero sí es más alta que nunca. Esto parece reafirmar la creencia de Benny Begin de que Tel Aviv no es una ciudad judía, de hecho, cuando el Israel oficial y el electoral más parece reafirmarse en la reivindicación de su judeidad, Tel Aviv, al menos así lo parece, da un paso atrás.

Es común referirse a la ciudad, especialmente por parte de los comentaristas de la derecha, como "el Estado de Tel Aviv", pero a pesar de que una declaración de independencia pueda resultar una idea tentadora, seamos realistas: Tel Aviv, quedará para siempre atrapada por su madrastra, Israel.

Sin embargo, el tiempo puede haber llegado para que el alcalde de Tel Aviv Ron Huldai - a pesar de las reservas sobre algunas de sus acciones - para avanzar finalmente a nivel nacional sobre el tablero político. Después de todo, este hombre es nuestra primera oportunidad práctica de ejercitar las Public Relations desde Bar Refaeli [N.P.: famosa top-model que para librarse del servicio militar organizó un falso matrimonio - y posterior e inmediato divorcio - que le eximiera de cumplirlo. Un bello ejemplo de Relaciones Públicas y de moralidad solidaria al estilo más occidental].

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Tuesday, June 19, 2012

Mientras el Titanic se hundía, la orquesta tocaba en el salón de primera clase en un intento por lograr que los pasajeros no perdieran la calma ni la esperanza


Imponderabilia, versión de la performance de Marina Abramovic y Ulay, en Art Basel, 12 de junio de 2012 - Reuters/Christian Hartman

Son occidentales, modernos, laicos, universalistas, multiculturales, progresistas... y además de ser gente generalmente acomodada - si no, nada de todo eso sería posible -, tienen un elevado concepto de si mismos.

Pero sobre todo las cosas... se aburren a si mismos. Son "portables y líquidos", como el arte que más les gusta (y que les define).

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!! Atención, críticos de las ONG's, Israel ha deportado a 120 inmigrantes ilegales africanos, pero eso solamente representa el 0,01% de los deportados por Obama !! - Elder of Ziyon



La agencia AP informa:
Israel ha forzado a 120 sudaneses del sur a abandonar el país mientras las autoridades tratan de reducir gradualmente el número de inmigrantes ilegales. La portavoz del Ministerio del Interior israelí, Sabine Haddad, ha comunicado que todos esos 120 inmigrantes, que han sido trasladados en avión este domingo, estuvieron de acuerdo en salir voluntariamente. Ella afirma que se les dijo que se arriesgaban a ser detenidos si no firmaban un formulario comprometiéndose a abandonar el país. También dijo que los adultos recibieron 1.000 euros (unos 1.300 dólares) y los menores de edad 500 euros (650 dólares) por persona.
Esta ha sido una gran historia desde hace un par de semanas. Pero también leí una interesante estadística que acompañaba a la reciente oferta del presidente Obama de amnistíar a los inmigrantes ilegales en los EEUU. Como se mencionaba en este artículo del año pasado:
Casi 400.000 personas fueron deportadas de los Estados Unidos en el año fiscal pasado, el número más elevado en la historia de la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas de los EEUU, anunció el gobierno el martes.

Los números de deportados a fin de año "subrayan el enfoque de la administración en lo que respecta a la deportación de inmigrantes ilegales", y que entran dentro de las áreas prioritarias tales "como infractores de la ley, amenazas a la seguridad nacional e infractores reincidentes", dijo la agencia en un comunicado de prensa. En general, en el año fiscal 2011, dijeron los funcionarios de inmigración, 396.906 personas fueron deportadas....

"En total, esta administración ha deportado a casi 1.2 millones de personas, dejando una estela de devastación en las comunidades latinas de todo el país", dijo Joanne Lin, el abogado consultor de la ACLU legislativo, en un comunicado de prensa.
Ahora adivinen ustedes: ¿qué noticia ha tenido más grandes titulares, los 120 sudaneses que recibieron una suma para regresar a su país, o las 1.2 millones de personas ( una cifra 10.000 veces superior) que fueron deportados por la fuerza bajo la administración supuestamente liberal de Obama?

¿Acaso los izquierdistas occidentales se han mostrado 10.000 veces más indignados ante las políticas de Obama? ¿O es que solamente el hecho de llamar a "Israel racista" les resulta irresistible y les justifica?

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Gran, gran artículo: El maltrato simbólico de los judíos – Shmuel Trigano – (Radio J) y UPJF


El campo de concentración de Vittel, durante la II Guerra Mundial, en la prefectura de los Vosges

(Gran análisis de Shmuel Trigano sobre lo que sucede actualmente en el país europeo, Francia, donde reside la mayor población judía europea, y dónde la deriva anti-judía está cada vez más presente entre sus élites dirigentes ante el silencio y la aquiescencia generalizada de las propias élites judías locales, que asisten sin reaccionar claramente a la degeneración cada vez más pronunciada de la situación de su comunidad en dicha sociedad (un proceso que ya es habitual en otras sociedades europeas donde la presencia judía es mucho menos representativa). Las exigencias son claras: la renuncia a una identidad judía plenamente expresada (algo que no se osa exigir a las comunidades musulmanas) o la defensa de Israel para no favorecer la importación del conflicto árabe-israelí (algo que tampoco se exige a las comunidades musulmanas y a los medias declarada e interesadamente anti-israelíes), son el precio exigido)

El antisemitismo no se reduce exclusivamente a los actos violentos que puedan sufrir los judíos en las calles y en sus edificios de culto, comprende también un clima general de inamistad y de execración que tiene como blanco algo más que a los judíos y al Estado de Israel: el judaísmo, la cultura judía, la identidad judía ella misma. De dicha inamistad, la comunidad judía está por regla general al corriente, salvo por parte de los inconscientes, que son numerosos, y de aquellos judíos que se “sienten por principio culpables o bien tienen alguna cuenta que zanjar con sus orígenes”.

Podemos decir que la escena mediática es el escenario donde se manifiesta más claramente esta inamistad, y su modo de manifestarse es mediante una hostilidad de principio a Israel y a la comunidad judía cuando ésta sale de su imagen de “víctimas de la Shoah” – la imagen preferida de los medias -. Se comprobará que solamente hay dos imágenes autorizadas por los medias, de esta comunidad judía, o bien de “mártir” (ligada a la Shoah), o bien otra caracterizada por la “agresividad” (ligada a la defensa de Israel y a las protestas ante el antisemitismo medioambiental).

El escenario de interpretación de los acontecimientos que acontecen en el Oriente Medio, y que han dispuesto los medias, esta preparado de antemano y es previo a que sucedan dichos acontecimientos. Se trata de construir y repetir la misma historia o interpretación para así enraizarla aún más en las consciencias.

El elemento principal de esta interpretación reposa sobre la culpabilidad esencial de Israel, sobre su ilegitimidad y su criminalidad: en Jenin, en Gaza, hubo sucesivos genocidios, y el Estado de Israel sufre de un racismo institucional que es la esencia misma de su existencia. Estos mitos están omnipresentes y son compartidos tanto por la mayor parte de la clase política como por la opinión pública, Los perpetradores de actos antisemitas en suelo francés contar implícitamente con la razón y la legitimidad de sus actos.

Con respecto a la execración, la opinión judía común es menos consciente de ella porque se desarrolla en la literatura, los ensayos, las revistas, la universidad. Es necesario también, y en dichos medios, tener un espíritu afilado y atento para percibirla, y es que tiene como objetivo principal al judaísmo como religión, pensamiento, cultura y sociedad. Se podría decir que desde esos ámbitos de cuestiona el prestigio de la identidad judía, su honor, todo ello sin tener en cuenta la verdad histórica y la competencia académica.

Ahora bien, son los mismos lugares de la producción cultural los que están afectados. Es necesario saber que, en las universidades, en los Institutos de Estudios políticos, se despliega un discurso que acredita la versión palestina de los hechos como referencia básica, y sin ninguna confrontación posible con otras tesis, y esto llega hasta el College de France. Generaciones de estudiantes que más tarde asumirán responsabilidades políticas, son formadas en esta nueva doxa oficial y alimentados de una versión viciada de la historia.

Más generalmente, ya sobre los planes de estudio y destino de los estudiantes, elegir como sujeto del doctorado una materia que tenga relación con los judíos (cualquier materia que sea) equivale hoy en día a un suicidio profesional, y es que les condena a estar excluidos de los jurados de selección para los raros puestos universitarios en concurso, y todo ello bajo el pretexto o la acusación de “particularismo y estrechez de espíritu”, o bien por la “elección ideológica (religiosa)”. Ya no se estudian los temas judías como se estudia la América latina o el mundo... árabe.

El descrédito se ejerce en primer lugar, por supuesto, sobre el judaísmo, cuya destrucción simbólica es alegremente perpetrada en libros, revistas, informes de prensa, salvo rarísimas excepciones. Si ustedes examinan con detalle el lugar que se le reconoce al judaísmo y la manera en que se trata (notablemente en toda esa prensa dedicada a las religiones, y de hecho y de partida, prensa católica, que produce dossier y números especiales sobre las religiones, movimientos espirituales y civilizaciones), observarán el tratamiento desfavorable del que es continuamente objeto, a menudo llevado a cabo por especialistas judíos (existe toda una corriente de autodestrucción del hecho judío en los propios estudios judíos, y sobre un plano internacional, y tiene bastante que ver con el post-sionismo y el alterjudaísmo o post-judaísmo).

Por contra, el Islam ocupa cada vez más un lugar central y abusivo. Se tiene la impresión de que el reprimido tabú sobre el Islam, a base de las amenazas de terror, se vierte ahora sobre el judaísmo, juzgado mucho menos “peligroso” y en el nivel más bajo de su prestigio.

Toda una gama de intelectuales e investigadores judíos es objetivamente excluida de dicha prensa. Ni se da cuenta de sus trabajos, ni de sus intervenciones. Esta actitud se reitera desde hace unos 10 años, hasta el punto que se dice que debe existir una lista negra que descarta a los autores no complacientes con el discurso oficial o el escenario de rigor que presentan los medias en materia judía. Estos hechos son estadísticamente demostrables, tanto en lo que se refiere al ámbito escrito como audio-visual (las radios y las TV públicas, con respecto a estas actitudes, se sitúan en la cumbre). Y es que la atmósfera de inamistad hacia la identidad judía no es resultado del azar.

Pero también existe una vertiente dentro de la edición generalista. Cierto, la edición está en crisis general y el lector judío exigente es muy limitado. Así pues, esta temática se encuentra por debajo del umbral de rentabilidad comercial requerida por una gran editorial, por lo que las posibilidades de publicación de libros de temática judaica (si exceptuamos la marea relacionada con la Shoah) se restringe cada vez más. Es necesario realizar una comparación, aquí también, con el diluvio editorial concerniente al Islam, para conocer cual es el criterio de evaluación.

Dicho esto, estos últimos años ha florecido una literatura de un género muy especial que utiliza un pseudo criticismo del judaísmo como religión, bajo unos trazos que conjugan crueldad, violencia y engaño, y a veces paganismo. Así, la religión del Israel antiguo sería la fuente de todas las violencias, de los genocidios, del odio al Otro, de la crueldad sagrada. La última semana, Le Point ha publicado un artículo de tres páginas del autor de moda Michel Onfray para defender el quinto libro (Qui est Dieu?) de una serie muy violenta sobre el judaísmo de Jean Soler, donde se centra notablemente sobre su vertiente sanguinaria y odiosa. Michel Onfray cita una frase de ese libro: “el nazismo del Mein Kampt sigue el modelo hebraico al cual no le falta ni incluso Dios”, lo que ya nos dice bastante del tenor del libro.

La manera por la cual previene las criticas que desencadenará tal discurso, muestra muy bien la pirueta retórica mas extendida para excluir de una vez el punto de vista judío: “la acusación de antisemitismo es la que más a menudo suscita sus investigaciones. Es el insulto más eficaz para desacreditar el trabajo de toda una vida de un hombre”.

Así se cierra el bucle entre lo que piensa Al-Jazeera y lo que piensa una cierta Francia: el “genocidio de Gaza” ya estaba inscrito en el judaísmo, y por lo tanto el Estado de Israel es nazi.

En tanto los judíos no defiendan su honor, en tanto no se muestren celosos de su reputación, no se observa cómo ni por qué ni cuando cesará este maltrato, esta violencia simbólica. Este maltrato simbólico se anuncia como el primer paso hacia el postrer golpe que recibiremos. No podemos contentarnos extrayendo esta única lección general de la realidad. Se vuelve necesario constatar el grado de dimisión del judaísmo francés de cara a los desafíos que se presentan en su horizonte.

Estas cuestiones deberían en primer lugar concernir al Rabinato francés. ¿Pero dónde están los rabinos? ¿Dónde está el Gran Rabino? No es posible que la solución que se instale definitivamente sea el habitual reparto de tareas entre esos que siempre presentan pelea, y que por lo tanto no recogerán más que reprobaciones, y esos otros que se limitarán a pontificar en el escenario mediático sobre la “ética” y lo políticamente correcto.

UPJF

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Malmö guarda silencio ante las derivas antisemitas de su alcalde - Anne-Françoise Hivert - Liberation


Ilmar Reepalu

"No sé si es un ignorante o (se debe a) lo que ha aprendido. Pero sé que el lenguaje que utiliza es antisemita”. Enviada hace algunos semanas por Barack Obama, Hannah Rosenthal, la enviada especial de los EEUU a cargo de la lucha contra el antisemitismo, no ocultaba su opinión al respecto del alcalde socialdemócrata de Malmö (sudeste de Suecia). Los próximos del alcalde Ilmar Reepalu replicaban asegurando que no era antisemita. En todo caso torpe, sin lugar a dudas, y un poco ingenuo tal vez. Sin embargo, tal como lo indica el politólogo sueco Ulf Bjereld, el alcalde se encuentra en un atolladero. “Si logra escapar a la exclusión, habrá agotado sus oportunidades de aspirar a un nuevo mandato”.

Pero volvamos a los hechos: en la primavera del 2009, después de una violentas manifestaciones en Malmö contra la intervención del ejército israelí en Gaza, el alcalde Reepalu declara que no aceptará “ni al sionismo, ni al antisemitismo”, dejando entender que los 1.500 judíos de Malmö no han tomado las suficientes distancias (no lo han criticado) con Israel y de esta forma eran responsables de los ataques que sufrían. La ciudad acababa de conocer una profanación de su cementerio judío así como varias agresiones antisemitas. Vivamente criticado por estas palabras, el alcalde afirma entonces ante la televisión danesa que es una “víctima del lobby israelí”. Después, multiplica sus patinazos y declaraciones problemáticas, siendo la última de la marzo de este año, cuando denuncia ante una revista la “muy fuerte relación entre la comunidad judía de Malmö y los Democrátas de Suecia (partido de extrema derecha, populista y antiinmigración)”, unidos según el alcalde por “su odio a los musulmanes”,

Toda Suecia se interroga: ¿qué mosca le ha picado a este arquitecto de 68 años, de los cuales los 18 últimos pasados a la cabeza de la tercera ciudad del reino, un viejo puerto industrial que ha logrado convertir en uno de los centros más dinámicos del país? ¿Su objetivo real era los Demócratas de Suecia, quienes han conseguido más del 10% de los votos durante el último escrutinio municipal de 2010? ¿O por lo contrario trata de asegurarse el sostén de la importante comunidad musulmana de la ciudad (más del 20% de la población)?

Ultrajado, el Consejo Judío de Suecia le dirige una carta abierta a la dirección del Partido Social-Demócrata sueco, comunicándoles su “tristeza y consternación” por la actitud de su correligionario. El jefe de los socialdemócratas, Stefan Löfven, toma sus distancias con las declaraciones de su compañero y alcalde Malmö, pero sin criticarle públicamente.

¿Ilmar Reepalu es intocable? En Estocolmo, las señales de impaciencia aparecen constantemente, de otro tanto que el antisemitismo en Malmö comienza a inquietar en el exterior. En diciembre, en los EEUU, el Center Simon- Wiesenthal llega hasta poner en guardia a los judíos contra un eventual desplazamiento a la ciudad. En cuanto a Fred Kahn, presidente de la comunidad judía de la ciudad, se reúne con la emisaria de Obama en su juicio muy poco elogioso, estimando que las declaraciones del alcalde “favorecen las corrientes anti-judías” en el seno de la sociedad. Si la situación aún no está fuera de control, los patinazos verbales de su alcalde son cada vez más preocupantes.

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Sunday, June 17, 2012

"Los mismos que creían en Mao y Fidel piensan que las nuevas dictaduras islámicas liberan" - Paul Berman - El Cultural



Analista político y literario del New Yorker, New Republican y el New York Times, Paul Berman sabe cómo molestar. Para empezar, hace casi diez años se atrevió a comparar los totalitarismos europeos de los años 30 con el islamismo radical en 'Terror y libertad' (2003). Después denunció el silencio de ensayistas como Ian Buruma o Timothy Garton Ash frente a lo que él denomina “hipocresía musulmana”, y ahora acaba de publicar en España 'La huida de los intelectuales' (Duomo), en el que desenmascara la complicidad de demasiados pensadores occidentales ante los islamistas moderados, los mismos que callan ante el maltrato a la mujer, el terrorismo o la intolerancia y son aplaudidos por el resto del mundo como un mal menor tras los atentados de Al Qaeda primero y los temores que despertó la primavera árabe del año pasado después.

Encontramos a Paul Berman en París. Viene de Málaga y nos confiesa en un español tan macarrónico como emocionante, que “ver que mi libro resulta ser útil para algunos intelectuales y periodistas españoles es de veras maravilloso para mí” [N.P.: obviamente no conoce como las gastan por el país del buen rollito sostenible].

- La primera víctima de la pluma de Berman, profesor de periodismo en la Universidad de Nueva York, en La huida de los intelectuales, es un personaje casi desconocido en España pero de enorme influencia en el pensamiento internacional de nuestros días, Tariq Ramadan.

Tariq Ramadan - nos explica Berman - es un filósofo islamista nacido en Suiza que en la actualidad da clases en la Universidad de Oxford y que tiene muchísimos seguidores en el norte de Europa, en Estados Unidos, y en el resto del mundo también. Además, es admirado por una increíble cantidad de intelectuales y periodistas no musulmanes de Francia, Inglaterra, Estados Unidos, que le consideran una suerte de puente filosófico indispensable entre las ideas liberales de Occidente y el Islam.

- ¿Y cuál es el problema? ¿Por qué le molesta tanto?

Porque si usted apenas dedica quince minutos de su tiempo a estudiar sus escritos puede acabar encontrándole un pensador fascinante, un revolucionario en el mejor sentido de la palabra que intenta modernizar las más antiguas tradiciones del Islam, y, ante todo, reconciliarlas con la modernidad y la libertad. Desgraciadamente, si en vez de quince minutos le regalase dieciséis, comenzaría a descubrir ingredientes inesperados en su pensamiento.

- ¿Como cuáles?

Bueno, para empezar no tendría más remedio que advertir que Ramadan disfraza los principios radicales del islamismo con un lenguaje moderno y aceptable, pero que sólo se trata de eso, de un disfraz. En realidad defiende que la autoridad intelectual del Islam reposa en los Hermanos Musulmanes, la organización panislamista líder en el mundo, que defiende la sharia. Sin embargo, todos parecen olvidar que Ramadan es el nieto de Hassan al-Banna, el fundador de los Hermanos, y que ha dejado muy claro que confía ciegamente en los principios de su abuelo. Olvidan también que Ramadan sabe presentarse de la manera más apropiada ante los lectores occidentales, que le consideran un líder deslumbrante de derechas y moderado o de izquierdas y radical, según el caso. Por eso, miles de personas ansiosas por descubrir a un filósofo islámico progresista, moderado y piadoso al tiempo creen haberlo encontrado en él. Y es una estafa.

- ¿Por qué los mismos intelectuales que admiran a Ramadan no luchan en cambio por la suerte de Ayaan Hirsi Ali, defensora somalí de las mujeres y la libertad, que ha tenido que exiliarse para salvar la vida?

Porque les resulta incómoda, y porque en realidad desprecian a quienes, como Ayaan Hirsi Ali, que tuvo que huir primero a Holanda y luego a Estados Unidos, se atreven a pensar por sí mismos. Si asumes las ideas de Ramadan acabas convirtiéndote, lo quieras o no, en un reaccionario. Hirsi Ali es feminista y Ramadan se niega a condenar prácticas tan aberrantes como la lapidación hasta la muerte de las mujeres condenadas por adulterio.

- ¿De qué habla cuando habla en La huida de los intelectuales de “islamofascismo”?

Bueno, es un término conflictivo... El presidente Bush lo utilizó con su característica ineptitud, y muchísima gente en todo el mundo acabó pensando que estaba insultando al Islam. Sin embargo, como afirmé ya en Terror y libertad (2003, Tusquets, 2009), hay muchas razones para descubrir las influencias del fascismo europeo en el Islam. Un ejemplo: el movimiento islámico más importante entre los palestinos de hoy sigue siendo Hamas, y el acta fundacional de Hamas, que data de 1988, se apoya en los Protocolos de los Sabios de Sión [un libelo antisemita publicado por primera vez en 1902] para justificar su determinación de exterminar a los judíos. Pero, ¿cómo y dónde encuentra Hamas los Protocolos? Gracias a los nazis, en los años 30 y 40, cuando los movimientos independentistas árabes los incorporaron a su ideología. Sin embargo, las influencias del fascismo van más allá . El espíritu del movimiento islamista que recorre tantos países y que pretende crear una sociedad granítica, inmutable, sumisa, jerárquica, opresiva frente a todo pensamiento disidente, profundamente machista y antifeminista, militarista y beligerante, para establecer un nuevo orden internacional, es muy similar al que arrasó Europa en los años 30.

- Así que al final, más de 10 años después del 11-S, de la tragedia de las Torres Gemelas, la guerra de Iraq, los radicales , disfrazados o no, están ganando la batalla...

Tal vez. Al menos los islamistas radicales parecen estar prosperando en gran número de países en nuestros días, ¿no?

- Berman tiene ganas de hablar. Y, por ejemplo, de preguntarse en voz muy alta el porqué tantos intelectuales occidentales defienden que las explosiones islamistas son una expresión de un tercer mundo oprimido.

Lo hacen - se responde -, porque demasiados intelectuales progres han sido siempre incapaces de identificar correctamente ciertas clases de tiranías que han asolado el mundo. Los mismos que pensaban que Mao era maravilloso y Fidel Castro un libertador, creen hoy ciegamente que las tiranías islamistas son liberadoras. No son infalibles, más bien lo contrario: aunque la palabra intelectual surgió hacia 1890 y denominaba a aquellos escritores y artistas que defendían, con razón, la inocencia de Dreyfus, la historia demuestra que hoy muchos de nuestros pensadores contemporáneos no hubiesen dudado en condenarle.

- ¿Qué está pasando para que los intelectuales de Europa y Estados Unidos acaben renegando de sus valores e ideales?

Que muchísimos han despreciado siempre a sus propias sociedades: es una enfermedad, una neurosis, de la vida occidental. El odio a sí mismo, a lo que uno es en lo más íntimo, es un síntoma de la modernidad en nuestros países.

- ¿Ha cambiado algo su forma de ver la realidad desde que publicó en 2003 Terror y libertad?

La verdad es que no, aunque hay algunos aspectos que me habría gustado precisar con mayor detalle, como, por ejemplo, que la democracia verdadera no consiste sólo en elecciones sino que requiere una cultura democrática que no nace inesperadamente...

- Hace años, Ian Buruma rechazó su “visión radical” sobre Estados Unidos y aseguró que usted luchaba heroicamente, pero en solitario, contra demasiados enemigos. ¿Le convencieron sus argumentos?

En absoluto. Pero, ¿conseguí convencer a mis críticos yo? Sí y no. Barack Obama ha cometido algunos errores pero, bajo su presidencia, los Estados Unidos han ofrecido una feroz batalla contra la violencia islamista radical en muchísimos países del mundo. Algunos de los partidarios pacifistas de Obama quizá pretendían otra cosa, pero el presidente supo enfrentarse a ellos con valor. Estados Unidos se enfrenta a una guerra que no siempre sale bien, a veces los resultados son espantosos, como en Iraq, pero no podemos renunciar.

- ¿Qué pasará en noviembre, si Obama resulta reelegido?

No creo que haya cambios sustanciales en su política exterior, pero tampoco estoy seguro de que su reelección esté garantizada.

El Cultural

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