Saturday, April 30, 2016

Antisemitismo ya sin disfraces en la izquierda británica: "Jeremy Corbyn no puede resolver la actual crisis del partido Laborista británico porque él forma parte del problema" - Tim Stanley - Telegraph



Jeremy Corbyn no puede resolver la actual crisis del partido Laborista británico porque él forma parte del problema. Si se acepta que el antisionismo es igual al antisemitismo, entonces la única forma de que Corbyn podría conducirlo fuera de su partido es purgarse a sí mismo. E incluso el más disciplinado estalinista nunca haría eso.

Sí, necesitamos abordar este debate con mayor precisión. En primer lugar, el antisemitismo y el antisionismo no son siempre lo mismo; debemos evitar la retórica que conduce a una congelación del debate. En segundo lugar, tenemos libertad de expresión en este país y aún si alguien distorsiona la historia o no, debería tener la libertad de decir lo que piensa. En tercer lugar, se puede encontrar mucho antisemitismo tanto en la derecha como en la izquierda.

Y, en cuarto lugar, no imaginemos conspiraciones allí donde no existen. Toda la izquierda no es congénitamente antisemita. Mildred Gordon murió hace un par de semanas, él era un ex miembro del Parlamento, feminista, trotskista y discípulo de Ken Livingstone, encarnaba una tradición judía radical que tanto hizo para hacer avanzar en el socialismo en el siglo XX. Israel, del mismo modo, comenzó su vida como un proyecto socialista. Cada vez que la izquierda lanza plátanos contra el sionismo, me gusta volver a las palabras de Golda Meir, la primera ministra laborista israelí, quien dijo: "La realización del sionismo forma parte del socialismo". Si usted cree que el racismo sólo puede ser derrotado por el igualitarismo, esta afirmación tiene mucho sentido, y hay que reconocer que Israel fue creado como reacción al mayor crimen cometido por el fascismo.

Yo no me creo - no puedo llegar a creerlo - que la izquierda británica se haya convertido de repente en un pantano infestado de antisemitas raciales o religiosos. Pero puedo creer que su ideología desde la Guerra Fría no ha sabido adaptarse a la realidad, que ha hecho bastantes malas alianzas y que su obsesión por la igualdad, las minorías y la defensa de lo indefendible ha socavado su juicio moral. Ese es el problema, ¿verdad?.

El marxismo es materialista. Sus adeptos creen que la historia es una lucha en torno a las diferentes clases, y que la raza y la religión son mitos utilizados para dividirnos. Ellos han entendido de manera absoluta a Israel a través del prisma de la política de poder, como una narrativa del fuerte que oprime al débil. Del imperialismo capitalista. Este relato ha sido coloreado con algunos prejuicios, algo de propaganda marxista y mucho odio irracional al aliado de Israel (en mejores tiempos), América.

Pero sobre todo por el deseo de estar siempre al lado de los autoproclamados movimientos revolucionarios, esos hombres en kufiyya que profesan ideales marxistas. "No es terrorismo, es defenderse", dijo Seumas Milne, el actual jefe de prensa de Corbyn. Milne pasó su año sabático en el Líbano y aprendió árabe. Cuando asistió a una conferencia caminaba con una chaqueta de Mao y hablaba con un falso acento palestina. Esta mentalidad es mimética. Al apropiarse de la lengua de los "oprimidos", tal vez uno espera convertirse en ellos para ser y estar con "la gente común como usted".

La fuerte e histórica identificación de la izquierda con el nacionalismo árabe y su sesgo en contra de Israel - articulada en ocasiones a través de antiguos mitos conspiracionistas de moda - se produjo sin ninguna comprensión real del sujeto. Ignorando la lucha de Israel por sobrevivir o la evolución de la política árabe lejos del anticolonialismo y hacia el islamismo. En los últimos años, la extrema izquierda británica a menudo se ha manifestado a través de intelectuales burgueses que defienden los intereses de los fanáticos religiosos. Este no es el antisemitismo religioso o biológico el pasado, se trata una muy novedosa coalición de fuerzas e hipótesis que han producido un nuevo odio: un odio a un estado específico sobre la base de distorsiones de la historia, de diferencias religiosas y de la percepción que tienen de la tierra y el dinero que otros no tienen.

Puedo entender por qué otros deducen que estamos ante un antisemitismo político. Y esto sin duda, y es una triste ironía, es una traición al socialismo. Si el socialismo nos advierte que la raza y la religión son una distracción de lo que realmente importa - el dinero y el poder -, aquí tenemos un ejemplo de como estos socialistas están terriblemente distraídos de lo que realmente importa en el Oriente Medio.

Israel no tiene nada que ver con el Estado islámico. O con el fascismo militarista en Egipto. O con la pena de muerte en Arabia Saudí. O con el asesinato de las minorías sexuales en toda la región. Y sin embargo, toda la izquierda solamente quiere hablar de Israel. Ellos no tienen ninguna obsesión con China, Ruanda, o Corea del Norte.

Y esta ideología fue validada cuando Jeremy Corbyn fue elegido líder del partido Laborista, un hombre que dirigió la Coalición Parar la Guerra y que describe a Hamas y Hezbolá como unos amigos.

Ahora, bien por él, se ha visto obligado a desatar una investigación y a tener un debate. Pero ¿por qué es necesario cuando si hubiera un liderazgo audaz ya habría realizado este trabajo? Sin duda, uno debe tener el valor instintivo de decir a los Livingstones de la izquierda: "Sus puntos de vista están equivocados y deben irse".

Pero eso no sucederá porque el juicio moral de la izquierda ha sido sofocado por la política del vudú anti-colonial. Esto es a lo que los moderados tienen que enfrentarse: una pasión intelectual que se ha desprendido de las amarras morales del socialismo.

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Los judíos del Yemen y su camino a Israel - Ashraf al-Falahi - Al Monitor




El éxito de Israel del mes pasado al conseguir la llegada de forma encubierta de 19 judíos de Yemen (la operación "Carpeta Mágica 2")  ha levantado cierta especulación entre la prensa y el público yemení sobre las olas sucesivas de migración de los judíos del Yemen de sus hogares en el sur de la península arábiga hacia su tierra natal alternativa de Israel.

La existencia misma de los judíos de Yemen ha sido asociada al conflicto político que ha estado fluctuando en Yemen desde hace bastante tiempo. Sin embargo, la migración judía a Israel, especialmente la que tuvo lugar el pasado marzo, despertó el resentimiento entre el público y los políticos yemeníes por igual.

Considerado esa migración como una especie de "complicidad declarada" con el asentamiento de judíos en Palestina, muchos yemeníes se opusieron al visto bueno de los huzíes a la Agencia Judía a la hora de aprobar y facilitar su salida. Los huzíes controlan ahora la capital, Saná.

Si bien la migración de judíos yemeníes a Israel ha tenido éxito durante los últimos años, muchas personas la asocian con negocios turbios. Si bien algunas de estas ofertas son bien conocidas, otras siguen siendo un misterio. El político e investigador yemení Nabil al-Bakiri no descarta la posibilidad de acuerdos políticos secretos que hayan hecho durante décadas los sucesivos gobiernos de Yemen.

Bakiri le dijo a Al-Monitor que la migración judía a Israel creó una especie de acercamiento entre las autoridades monárquicas de Yemen y los sionistas, especialmente a raíz de la aprobación del antiguo movimiento de al menos 50.000 judíos yemeníes a Israel entre 1949 y 1950.

Israel mantiene esto en mente y dio apoyo a las aeronaves monárquicas en su guerra contra las fuerzas republicanas, a las que respaldaban los egipcios durante el gobierno del presidente Gamal Abdel Nasser, comenta Bakiri.

Además señaló que las relaciones de la región con los judíos del Yemen muestra la importancia de esta cuestión. Los huzíes, que han estado al frente de una insurgencia contra el gobierno internacionalmente reconocido del Yemen durante más de un año, han facilitado recientemente la emigración de judíos a Israel. También comentó que esto había ocurrido con el fin de construir relaciones con la comunidad internacional en un intento por rescatar a los huzíes de la campaña militar llevada a cabo por la coalición árabe conducida por Arabia Saudita en apoyo de la autoridad del presidente Abed Rabbo Mansour Hadi.

Bakiri también le dijo a Al-Monitor que a pesar de la confusión en curso en la región con respecto a la minoría chiíta huzí, parece claro el apoyo de Estados Unidos e israelí. Esto explica por qué los huzíes establecieron los canales de comunicación para la operación "Carpeta Mágica 2" el mes pasado.

La primera ola de inmigración judía desde Yemen a Israel tuvo lugar en 1882, cuando 150 inmigrantes llegaron a Jerusalén después de un viaje descrito como "oneroso",  según lo comentado por varias fuentes históricas. Unos 25 años más tarde, entre 1907 y 1909, una nueva ola de inmigración masiva envió a judíos del norte de Yemen a Israel.

La  operación "Alfombra mágica" de 1948 es la más famosa operación de migración colectiva protagonizada por judíos y continuada durante dos años, la cual fue protagonizada por miles de judíos de varias regiones de Yemen durante el reinado del Imam Ahmad bin Humaid Al-Din, el cuál según los informes la aprobó a cambio de dinero, además de que las propiedades de estos judíos fueron cedidas al imanato. Alrededor de 52.000 judíos fueron enviados a Tel Aviv durante esta operación.

El desplazamiento de los judíos del Yemen regresó a los titulares en la década de 1990, cuando a cerca de  800 judíos se les permitió emigrar a Israel entre 1992 y 1995, durante el gobierno del presidente de Yemen Ali Abdullah Saleh.

De acuerdo con la Agencia Judía, tras el estallido de la guerra entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes huzís en Saada, en el norte de Yemen, alrededor de 200 judíos del Yemen salieron del país en los últimos años en medio de crecientes ataques contra los judíos yemeníes.

Junto con la aparición del grupo chiíta huzí respaldado por Irán en el norte de Yemen, se inició una campaña de odio contra la minoría judía. Posteriormente, en 2007, el grupo chií expulsó a "los judíos de Al Salem" de la provincia de Saada hacia Sanaa. El grupo distribuyó panfletos en contra de los judíos "dándoles sólo unos pocos días para abandonar la zona antes de que los mataran".

Las preocupaciones de la comunidad judía se incrementaron debido al ineficiente sistema de seguridad del Yemen. Fouad al-Alawi, un periodista especializado en los asuntos judíos del Yemen, también dice que los judíos han sufrido una gran marginación a todos los niveles. Esta marginación se agravó aún más por la incitación de los rebeldes huzíes contra ellos.

El periodista yemení explicó que, desde hace más de medio siglo, los judíos del Yemen no han recibido ninguna atención de las autoridades, por lo que se mantuvieron aislados de los sucesivos gobiernos que gobernaron el país. Todo lo que hizo el estado fue "proporcionar viviendas para aquellos judíos que fueron desplazados de Saada, el bastión huzí, facilitando así la llegada de ayuda de algunas organizaciones benéficas del exterior".

Alawi señaló que sufrían de una gran marginación en educación. "A diferencia de otros yemeníes, fueron privados de su derecho a un trabajo por el gobierno. Además, su sufrimiento aumentó recientemente debido a la presencia de un grupo que permitía su asesinato o bien no les reconocía el derecho a existir en su propio país".

Como resultado de todo ello, los judíos del Yemen han encontrado la salida del país como la única solución para poder vivir normalmente y tener acceso a la educación y a los derechos de ciudadanía que perdieron en su tierra natal.

Alawi dijo a Al-Monitor que se reunió con algunos judíos del Yemen, quienes le dijeron que "no eran felices en Israel, ya que se sienten ignorados".

"Es difícil para ellos siendo tan religiosos y a la luz de la emancipación secular que tiene lugar en Israel", comentó, tratando de señalar que creían que el Yemen era el país más adecuado para ellos para mantener intactas su religiosidad y conservar las tradiciones en las que se educaron. "Son muy conservadores y religiosos por naturaleza, y hubieran querido permanecer en su tierra de origen, Yemen", dice Alawi.

Pero hay otros motivos detrás de la emigración de los judíos del Yemen a Israel. El principal de ellos es la religión, dado el profundo deseo de los judíos yemeníes de ver y morir en la Tierra Prometida. Además, algunos judíos creen que la venida del Mesías es inminente y desean estar en la Tierra Prometida en el momento de la salvación.

El segundo motivo es económico. Estos judíos también trataron de escapar de la sequía que se ha apoderado de Yemen. Emigrando buscan un decente nivel de vida en Israel, quién a su vez trata de reemplazar a los trabajadores palestinos a través de la inmigración de los judíos del Yemen, la mayoría de los cuales trabajaba en el campo de la artesanía y la agricultura.

Con la disminución alarmante del número de judíos del Yemen a medida que emigran a Israel, Yemen se enfrenta al parecer al mismo escenario al que los países árabes han terminado haciendo frente: estará completamente desprovisto de esta minoría, de los cuales sólo quedan pocas personas. Esto pondría fin a una era de significativa diversidad religiosa, de la cual los judíos eran un pilar importante.

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Wednesday, April 27, 2016

La bendición sacerdotal de los Cohanim durante la Pascua en el Muro Occidental - Sebastian Scheiner y Menahem Kahana

Muy bueno: Tras haberse cuestionado su carácter de pueblo y nación, ahora es la historia judía la que está bajo ataque - Yossi Klein Halevi - LATimes



¿Quienes son los judíos? ¿Una religión? ¿Un pueblo? La cuestión ha adquirido una especial urgencia en nuestro tiempo. En el corazón del ataque antisionista está la noción de que los judíos no son un pueblo, sino solamente una fe. Esta premisa es normativa en todo el mundo árabe, y especialmente en el movimiento palestino, cuyas facciones niegan la existencia de un pueblo judío distintivo con derecho a la soberanía nacional.

El calendario judío cuenta una historia diferente. En Pascua celebramos el nacimiento del pueblo judío a través de nuestra salida de Egipto, que es el comienzo de una coherente historia narrativa. En Shavuot, dos meses más tarde, se celebra la entrega de la Torah en el Monte Sinaí, imprimiendo al pueblo judío un sendero diferente hacia Dios. Los judíos, a continuación, son un pueblo con una fe específica. En ese orden.

El Seder de Pascua refuerza implícitamente la jerarquía de las identidades. El esencial ritual del Seder es el relato del éxodo - "como si ustedes mismos hubieran salido de Egipto" - y el mensaje es: No hay judaísmo sin el pueblo judío y sin su historia.

Mi último maestro, el rabino David Hartman, observó que la definición de herejía judía proporcionada por la Hagadá, el texto leído en el Seder, ofrece de una manera simultánea una definición de la identidad judía. El "niño malvado" de la Hagadá se refiere a los judíos como "vosotros" en lugar de "nosotros". A diferencia del cristianismo y el Islam donde la herejía implica el rechazo de la creencia, para el judaísmo la herejía supone la autoexclusión de la comunidad.

Como judío religioso, creo que nuestra relación con Dios es el propósito de la existencia judía. Creo que la vida judía contemporánea se ha empobrecido enormemente por la disminución de la relación con la Divinidad y por el abandono de la búsqueda del Dios que vive en nuestras vidas colectivas y personales.

Sin embargo, también creo que el sentimiento de constituir un pueblo es más crucial para el judaísmo que la fe. ¿Cómo entonces podríamos entender y dar sentido a un judío ateo? Los cristianos o musulmanes que rechazan su doctrina religiosa dejan de formar parte de su comunidad de fe, mientras que los judíos que rechazan las creencias judías, pero todavía se identifican con el pueblo judío, sus valores y su destino, son universalmente considerados entre los judíos como uno de los nuestros.

Las tres religiones monoteístas comparten el mismo objetivo: la revelación de la presencia de Dios en este mundo. Pero el judaísmo, una vez más, funciona de una manera un poco diferente. Si bien alguien puede convertirse, por supuesto, en judío, el judaísmo nunca fue pensado para ser una fe universal, sólo es la fe de un pueblo específico cuyo propósito es ser una vanguardia espiritual dentro de la humanidad para su eventual redención. El judaísmo es una estrategia particularista para un objetivo universalista.

En sus primeras etapas en la Alemania en el siglo XIX, el judaísmo de la Reforma trató de convertir la identidad judía en una fe sin un pueblo y sin una tierra, insistiendo en que su Sión era Berlín, no Jerusalén. En última instancia, sin embargo, el movimiento de la Reforma regresó a una comprensión más clásica de la identidad judía. Incluso los judíos ultraortodoxos, quienes habitualmente defienden una interpretación más estricta de la ley judía para el bienestar del pueblo judío, aceptan el sentimiento de pueblo como un principio que forma parte del núcleo religioso.

El Seder culmina con la afirmación: "El año que viene en Jerusalén", un recordatorio de que la historia judía que comienza en Egipto termina en la Tierra de Israel. Somos un pueblo específico unido a un lugar específico.

La semana pasada, mientras los judíos en todo el mundo se preparaban para la Pascua, la guerra contra el pueblo judío y su historia - y en contra del sentido mismo de la Pascua - dio un giro particularmente desagradable. Una resolución de la UNESCO patrocinada por siete países árabes, y apoyada por países europeos como Francia, denunciaba a Israel por supuestas violaciones de los derechos de los musulmanes a la oración en el lugar que los musulmanes llaman el Haram Sharif y los judíos denominan el Monte del Templo. La resolución pasa por alto el hecho de que el gobierno israelí hace cumplir la prohibición de la oración judía en ese lugar santo, permitiendo y concediendo a los musulmanes el derecho exclusivo a orar allí. Peor aún, la resolución niega implícitamente la conexión judía con esa zona al no utilizar nunca el término Monte del Templo (sólo Haram el Sharif). Se hace referencia al Muro occidental (lo que los cristianos llaman el Muro de las Lamentaciones), pero lo etiqueta entre comillas, dejando el equivalente musulmán, Al Buraq, intacto, como si ese fuera el único nombre auténtico.

De la lectura de la resolución se podría llegar a concluir que no existieron los dos antiguos templos judíos en el Monte del Templo, que el Monte no es el sitio más sagrado del judaísmo y que el Muro Occidental no es el corazón de la oración judía. Se podría concluir, por lo tanto, que los judíos que viven en el Israel actual no tienen derechos históricos a esa tierra, un derecho transmitido a través de las generaciones. De todos los intentos de destruirnos a lo largo de nuestra historia, esta campaña contra la historia judía es en sí misma la más tortuosa.

La Pascua sugiere esta definición de los judíos: "Somos una historia que nos contamos acerca de lo que pensamos que somos". El actual ataque contra la historia judía es tan peligroso precisamente porque la afecta en su idea central.

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Sunday, April 24, 2016

"El dolor y la tristeza de la izquierda" de Israel - Peter Berkowitz



Cada vez más miembros de la izquierda israelí expresan su miedo a que el país liberal y democrático que sus antepasados ​​espirituales construyeron se les escape de las manos.

A principios de este mes, el columnista de centro-izquierda del Haaretz Ari Shavit - una rara avis en un diario cada vez más anti o postsionista -, publicó una apasionada protesta en uno de sus artículos donde capturaba la creciente angustia e ira que ha ido escuchado en diversas conversaciones durante el último año con residentes ricos y bien educados de Tel Aviv. Shavit se enorgullece de los logros del sionismo con la creación de un estado impregnado de "una pasión sin igual, de creatividad y de vitalidad". Pero el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu no deja de producirle una "profunda vergüenza".

Entre aquellos que actualmente están en el poder político - que tienen poco que ver con las élites académicas, judiciales y mediáticas -, Shavit no ve más que a "vándalos y groseros" ignorantes y a gente "sin cultura" que están "destruyendo todo lo valioso y lo sublime" del país. Él mismo se niega a entregarse a la noche que ha "descendido sobre Jerusalén" y a las fuerzas de la oscuridad que "cubren la tierra". Pero su afirmación de que "el verdadero sionismo se levantará" en contra de la actual derecha política a la que él culpa de todo esto, huele más a desesperación que a optimismo.

Para entender mejor las causas de la desesperación de la izquierda busquen a Yaron London, el conductor del popular programa diario de TV de temas actuales, "London & Kirschenbaum". Un típico comentarista de los medios de comunicación israelíes, de la radio, ​de la televisión, de la prensa, además de compositor, actor, director de cine, London es un hombre de izquierdas de unos 50 años, y pasa por ser por un educado y progresista liberal en el sentido antiguo del término. Él se distingue por adoptar un cierto escepticismo hacia su propio bando y cierta curiosidad por el otro. Tanto el escepticismo como  la curiosidad se nutren de un sentido del humor enraizado en una simpatía por las debilidades y el encanto de la gente real.

En una conversación larga y de gran alcance en su confortable apartamento de una tranquila calle de Tel Aviv, London rechazó la idea de que la libertad y la democracia están bajo ataque en Israel. Mientras que él está sumamente preocupado por la creciente brecha entre ricos y pobres, insiste en que la libertad de expresión nunca ha sido en Israel más robusta.

No obstante, y sin una pizca de acritud, identificó a una media docena de fuentes que para el representan lo que denominó "la tristeza de la izquierda".

En primer lugar, las tendencias demográficas a largo plazo están trabajando en contra de la izquierda. El área de desarrollo de la derecha, ese Israel que abarca a los judíos de los países árabes, a los inmigrantes de la ex Unión Soviética y a las personas profundamente religiosas, así como los sectores menos educados y más pobres, tiene una tasa de natalidad muy superior al sector que representa a la izquierda, las antiguas élites asquenazis, cuyos miembros trazan generalmente su ascendencia en Europa y que en su mayor parte están mejor educados, son más seculares y más prósperos.

En segundo lugar, la izquierda considera a los más de 400.000 israelíes que viven en Cisjordania - tanto en los grandes bloques de asentamiento como en los pequeños asentamientos aislados - como habiendo creado una realidad política irreversible que impedirá al Estado judío desconectarse de más de 2,5 millones de palestinos que no quieren vivir en Israel, y que la mayoría de los israelíes no quieren como ciudadanos.

En tercer lugar, las posiciones negociadoras de israelíes y palestinos están tan distantes que parece que no hay perspectivas a corto plazo de "establecer algo que se asemeja a la paz", y mucho menos a una solución de dos estados.

En cuarto lugar, la violencia y el fanatismo en el Oriente Medio han crecido de una manera tan terrible que la plataforma de seguridad nacional del centro izquierda se ha vuelto cada vez más indistinguible de la preconizada por la derecha.

En quinto lugar, la izquierda ha sido incapaz de producir "un líder que pueda competir con la mezcla de inteligencia, carisma y habilidad en el control de la opinión pública de Benjamin Netanyahu".

Por último, la izquierda ha interiorizado la desesperación que proviene de estar en la oposición de una manera permanente. La derecha lleva dominando la política israelí desde hace casi 40 años, con sólo dos excepciones: Yitzhak Rabin, el ex jefe general y ministro del ejército durante la Guerra de los Seis Días, quien fue primer ministro desde 1992 hasta su asesinato por un extremista judío en 1995, y Ehud Barak, un condecorado ex general que dirigió el gobierno de 1999 a 2001. "Cuando eres derrotado repetidamente durante un largo período de tiempo", me confesó London, "poco a poco se pierde la esperanza en la victoria".

De estas consideraciones, argumenta London, se deduce que Israel se enfrenta a dos posibilidades sombrías: "Un estancamiento que promete una tensión persistente a nivel de la seguridad con olas de terror y de represión violenta". La otra es "la anexión de los territorios ocupados que al final va producirá ya sea un apartheid institucional o bien una democracia en la que los árabes constituirán aproximadamente la mitad de la población", la llamada "solución de un único estado", la cual será "inestable y conducirá en última instancia a la guerra civil".

Ante estas sombrías circunstancias, London observa que la cuestión no es por qué la izquierda está deprimida, sino más bien por qué la derecha no lo está. Su respuesta va al corazón de la cuestión.

A diferencia de los Estados Unidos, donde los problemas sociales y económicos dividen a la izquierda y a la derecha, la política israelí gira en torno a las opiniones contradictorios acerca de "la relación con los árabes, las fronteras del país, y el carácter de Israel como Estado judío y democrático". Mientras que la izquierda tiende a definir al pueblo judío como un grupo étnico y a Israel como un Estado laico fundado sobre un territorio, una lengua común y una lealtad acordada a unos arreglos sociales y políticos, la derecha, según opina London, considera a la "nación judía como constituida por una creencia religiosa, y al Estado judío como sujeto a la ley religiosa y una misión mesiánica".

La tensión entre estas concepciones puede ser irresoluble. Por otra parte, en contraste con el entendimiento de los judíos e Israel, el explica las respuestas divergentes por parte de la izquierda y de la derecha a una ansiedad existencial compartida por la supervivencia de Israel.

"La izquierda israelí ha creído durante mucho tiempo que el conflicto con los palestinos podía ser resuelto y que la enemistad árabe e islámico podía superarse a través de una dirección política humana y sabia por parte israelí. Pero a la luz de la situación de colapso de los estados árabes y de la extensión de la guerra religiosa en la región, esta perspectiva se está debilitando y, por lo tanto, los hombres y las mujeres de la izquierda se inclinan a pensar en una solución privada", nos comenta London. "En muchas familias dentro de la izquierda se oye hablar de emigración, o por lo menos se duda acerca de llevar una vida en la sombra con una situación de peligro sin fin, reflexionando acerca de las ventajas de obtener la ciudadanía en otro lugar", Abuelo con varios nietos, London deja claro que no está exento de ello en su propia y extensa familia.

Por el contrario, nos sugiere que la derecha encuentra su fuerza en su religión, o en la reflexión religiosa, que le facilita una comprensión del destino de Israel. Además interpreta el establecimiento y la existencia de Israel frente a fuerzas notables como prueba de que el pueblo judío prevalecerá en su antigua tierra, mientras considera que el fracaso de muchos dentro de la izquierda con respecto a Israel proviene de traicionar la misión religiosa y divina de los judíos.

En su evaluación de la derecha, London parece subestimar el grado en que se han extendido las normas liberales y democráticos dentro de dicho sector, incluyendo entre los extremadamente religiosos, al igual que en su relato de la izquierda parece descuidar el aumento de la intolerancia dentro de dicho sector.

Muy a su crédito, London es el primero que se preocupa en que sus observaciones hagan injusticia a las complejidades de la política israelí. "Todo lo que te dije hasta ahora está necesariamente afectado por la superficialidad y dañado por crudas generalizaciones", nos recalca. "Las líneas de los límites entre los sectores de la sociedad israelí no están dibujadas con un lápiz grueso. Hablo de tendencias e inclinaciones, no de hechos delimitados. Un escéptico como yo, que ha escrito mucho y ha pronunciado unas pocas predicciones que no se han cumplido, tiene que tener cuidado".

La izquierda de Israel, así como la derecha, y, ahora que lo pienso también la izquierda y la derecha americana, podrían ser mucho más afables si utilizarán el escepticismo y la curiosidad infecciosa de Yaron London.

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Una esperanza, una petición, una promesa: El Seder en Etiopía, a 3.000 km de distancia de Tierra Santa - Melanie Lidman - Times of Israel





Fue cuando los niños del Bnei Akiva comenzaron a bailar, por supuesto, al final del Seder de Pesaj, cuando decimos cantar "L'Shanah haba'ah B'Yerushalayim" - El próximo año en Jerusalén -. Estos niños, que han estado esperando durante años para hacer aliya a Israel, pronunciaron las palabras con pasión, bailando en círculos y saltando con sus manos en la espalda e izando a los niños más pequeños a sus hombros.

Las palabras "El próximo año en Jerusalén" se siente de una manera agridulce en la comunidad judía de Gondar. Ellos tienen momentos de esperanza, pero también poseen décadas de añoranza, un sinnúmero de frustraciones, demasiados obstáculos burocráticos, el dolor de la separación de las familias y miles de años de tradición. El Seder de Pesaj, que vuelve a contar la historia de la salida de Egipto hacia Israel, de la esclavitud a la libertad, trae sobre el tapete su lucha por convertirse en israelíes.

Algunos de los 6.000 miembros efectivos de la comunidad judía de Gondar han estado esperando durante más de 25 años para trasladarse a Israel, viéndose atrapados en un limbo por las disputas políticas que se suceden en Israel y que observan desde la lejanía.

Cerca de 135.000 judíos de origen etíope ya están viviendo en Israel. Decenas de miles de judíos de Etiopía fueron transportados por aire a Israel durante la Operación Moisés en 1984 y la Operación Salomón en el año 1992. Desde entonces, 50.000 judíos etíopes adicionales han hecho aliya a Israel, a un ritmo de alrededor de 200 por mes.

Pero todavía hay aproximadamente unos 9.000 judíos abandonados en Etiopía según la comunidad etíope. Los judíos que aún quedan en Etiopía son los llamados "Falash Mura", descendientes de aquellos judíos que se convirtieron al cristianismo hace generaciones, a menudo bajo coacción.

En noviembre, los judíos de Etiopía celebraron la decisión del Gobierno de aprobar la aliya de los 9.000 judíos restantes en Etiopía. Pero esta decisión fue echada atrás tres meses más tarde, cuando la Oficina del Primer Ministro se negó a poner en práctica el programa porque eran necesarios para financiar la consiguiente absorción de esa población de unos 1.000 millones de dólares que no formaban parte del presupuesto. Sin embargo, se encontró finalmente la financiación y la aliya fue aprobada de nuevo el 7 de abril.

La aliya de los "últimos" 9.000 judíos etíopes se espera que comience en junio y que continuará durante aproximadamente cinco años.

Para el Seder de Pesaj del viernes se reunieron aproximadamente unas 3.000 personas en Gondar, ya que muchos dentro de la comunidad creen que tal vez sea el último, que los próximos los celebrarán en Israel.

"Ustedes no están solos, la gente de todo el mundo está pensando en que cómo decir las mismas palabras esta noche", dijo el rabino Menajem Waldman al comienzo del Seder. Waldman, un rabino de Haifa que ha actuado como el rabino de la comunidad judía de Etiopía durante los últimos 35 años, ahora trabaja para la Agencia Judía. Mencionó los nombres de los diputados que visitan o apoyan a esta comunidad, incluyendo los diputados del Likud David Amsalem y Avraham Neguise, quienes se negaron a votar con la coalición gubernamental durante dos meses hasta que la Knesset aprobó el plan para llevar a los 9.000 judíos etíopes a Israel.

Waldman recordó a la comunidad que la Agencia Judía nuevamente patrocina la comida del Seder por vez primera desde el anunció del "fin de la aliya" de Etiopía en agosto de 2013. Y que miles de judíos de todo el mundo, en Israel y en los Estados Unidos, abogan por la reanudación de la aliya y la reunificación de las familias entre Etiopía e Israel.

Un Seder con 3,000 personas es caótico, ruidoso, bullicioso y excitante. Se requieren dos semanas de preparación a mano para hornear las 50.000 matzas ​​sobre el fuego. El jueves transcurrió barriendo el piso de tierra de la sinagoga de arriba a abajo, y el viernes se dedicó a la preparación de los alimentos: hervir 2.000 huevos y 400 kg de patatas, aplastar la mezcla de manís-dátiles-plátanos con dos grandes mazos de madera.

A principios del viernes por la tarde, cuando el sol se volvió dorado y las banderas de Etiopía e Israel revoloteaban en la brisa, los frenéticos preparativos fueron completados finalmente.

Las personas comenzaron a llegar con dos horas de antelación, las mujeres vestidas con hermosos y blancos sudarios y los niños muy limpios y excitados. Decenas de líderes de la sinagoga trabajaron durante todo el viernes para rellenar las "bolsas del Seder" para cada participante, con una patata cocida, un huevo, un pedazo de lechuga y la matzá. Tal vez el mayor milagro fue que las bolsas se repartieran más de tres horas antes del comienzo del Seder, y que casi nadie, ni siquiera los niños más pequeños, abrió la bolsa para tomar un aperitivo antes del Seder.

La velada comenzó con los servicios del Kabalat Shabat (la bienvenida del sábado), ya que la Pascua comenzó el viernes por la noche. A medida que la multitud comenzó a cantar la tradicional canción local de la noche del viernes "Sambuse, Sambuse", las mujeres estallaron en aullidos y la multitud se volvió loca, bailando y lanzando sus brazos al aire.

Tomó cierto tiempo a los líderes de la comunidad conseguir que todos se sentaran de modo que Waldman pudiera comenzar el Seder.

Mientras recitaba un texto abreviado - este es el pan de la aflicción, esta es la hierba amarga, esta es la primera copa de vino - las personas izaban los artículos, con un mar de huevos cocidos elevándose a lo largo de la sinagoga. Alrededor de 50 niños cantaron las cuatro preguntas con toda la fuerza de sus pulmones, y el resto de la comunidad les aplaudió.

El vino dulce hecho en casa, gracias a 40 kg de pasas de uva fermentadas en dos grandes cubos durante una semana, fue el mayor éxito del Seder, con los niños trepando para conseguir una taza.

Un Seder con 3.000 personas no deja mucho espacio a discusiones y reflexiones profundas sobre los temas de la Pascua. Pero tal vez se trataba menos acerca de las palabras, y más acerca de la realidad del anhelo de Israel, y de la esperanza de que este año sus propios éxodos lleguen a su fin.

Cuando la noche terminó cantando el Hatikva, el himno nacional de Israel, el canto se transformó en una triste melodía. Era un despertar y un gritó de resolución y de fuerza. Era una promesa, no una petición. Y cuando lo cantaron, no pudimos evitar emocionarnos.

Porque vivo en Israel sé que no será el lugar perfecto de sus sueños, o de los sueños de los demás. "¿Ellos no saben lo difícil que será cuando lleguen?", les quería decir parte de mí . "¿Ellos no conocen que la sociedad israelí a veces puede caracterizarse por un racismo banal que tratará de borrar su cultura, de cambiarles el nombre, de negarles oportunidades educativas sólo por el color de su piel? ¿Ellos también desconocen el racismo, la violencia y el terrorismo sin sentido al que se enfrenta Israel a causa de sus enemigos?".

Y sin embargo. No importa cuán difícil pueda ser Israel, también hay momentos de gran belleza que quitan el aliento. "Voy a extrañar a Etiopía, pero ahora más que nunca mi alma necesita alcanzar Tierra Santa", me dijo uno de los cantores de Etiopía mientras supervisaba la preparación de matzá. Y lo comprendí.

En algún momento del viernes, casi todos los judíos del mundo vuelven sus pensamientos hacia un solo lugar, Jerusalén, ya que se vuelve a contar la historia de la salida de Egipto.

Para los judíos de Etiopía, estas palabras no son solamente una historia tradicional. Son una realidad, una esperanza, una petición, una promesa. Este año somos esclavos, el año que viene seremos libres. Ahora estamos en nuestra Egipto, pero tenemos la esperanza de que "el próximo año en Jerusalén".

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Menudos hipócritas Obama y sus acólitos: "Se quejaron de intromisión de Netanyau por su discurso ante el Congreso, pero ahora él se entromete y además amenaza al Reino Unido por el Brexit" - Elliot Abrams



El discurso del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ante el Congreso el año pasado sobre el acuerdo nuclear con Irán fue visto por el presidente estadounidense Barack Obama como una intervención escandalosa en lo que debería haber sido solamente una decisión interna estadounidenses.

Es cierto, por supuesto, que Obama no tenía los votos del Congreso para ese acuerdo, razón por la cual no lo presentó como un tratado. Y era cierto, por supuesto, que el destino de Israel, su seguridad, tal vez su existencia, estaba en riesgo a los ojos de su primer ministro con ese acuerdo nuclear.

Con estos antecedentes en mente ha sido bastante sorprendente ver como Obama se ha inmiscuido en la decisión del pueblo británico sobre la conveniencia de abandonar la UE. No sólo ha ofrecido una opinión, como lo hizo Netanyahu, y no sólo voló al Reino Unido para ofrecer esa opinión, como Netanyahu voló a Washington, pero ha hecho algo que Netanyahu no hizo: amenazó a los defensores en el Reino Unido del "Brexit", la salida del Reino Unido de la UE, con verse perjudicados por los acuerdos de libre comercio entre la UE y EEUU de los que se resentiría el comercio británico. Además, Obama afirmó en Londres que el Reino Unido se iría "al final de la cola", ya que de todos modos era un ámbito demasiado pequeño para un acuerdo de libre comercio con los EEUU.

Esta última argumentación es estúpida: los EEUU tienen un acuerdo de libre comercio con Omán. El llevarlo a la "cola" es una amenaza vacía, puesto que Obama dejará el cargo muy pronto y no será el encargado de "llevarles a la cola", y porque es obvio que un acuerdo de este tipo iría en interés de los Estados Unidos y lo buscaría de forma rápida.

Pero mi principal argumento aquí no trata del Brexit, sino de la hipocresía de Obama y de sus acólitos el año pasado fingiendo indignación por la conducta de Netanyahu. Tenemos a un Congreso que invitó a Netanyahu para hablar sobre un tema de gran preocupación para la seguridad nacional de los Estados Unidos y aun de mayor importancia para su propio país. Él habló utilizando argumentos sencillos. Ahora Obama se dirige al Reino Unido para hablar sobre un tema que afecta a ese país de una manera mucho menor que las armas nucleares iraníes afectan a Israel, y añade a sus argumentos amenazas, y se supone que esto si está bien.

Ahh, pero hay una gran diferencia, se apresurarán a decir los defensores de Obama: el primer ministro británico David Cameron lo invitó. A lo que yo respondería, que eso sería una fina defensa de su visita a Londres (aunque no del tono y el contenido de sus comentarios). Pero no es una defensa ante su indignación cuando Netanyahu entró en nuestro debate a invitación del presidente de la Cámara. El Congreso es una rama separada del gobierno, a diferencia del Parlamento británico. Simplemente es poco convincente argumentar que en Washington, el partido en el poder en la Casa Blanca puede pedir a los líderes extranjeros que intervengan en un debate interno, pero el partido en el poder en el Congreso no puede. Y es que está muy bien que nuestro presidente intervenga en los referendos en el extranjero, pero está muy mal que un líder extranjero exprese su opinión acerca de nuestras propias decisiones que afectan a su nación de manera muy determinante, incluso cuando el Congreso le invita a hacerlo.

Lo que es bueno para uno, como se suele decir, es odioso para el otro. Tal vez este tipo de intervención de un líder extranjero sea una mala idea y tenga poco impacto positivo, y Netanyahu debería haberse quedado en casa. Tal vez sea cierto, y si es así, Obama también debería haberse quedado en casa.

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Las ya rutinarias y sesgadas "distorsiones" de las autotraducciones al inglés del Haaretz se convierten en un asunto público - Camera




En esta imagen, un meme de un grupo de Facebook dedicado a satirizar las traducciones al inglés del Haaretz. 
Arriba, en hebreo: "La receta ganadora del concurso 'Madres cocinan juntas': Un montón de cumplidos, una pizca de celos". 
Traducción al ingles del Haaretz: "El hambre en Gaza. Netanyahu: Si no hay pan, que coman pasteles de chocolate"
Desde hace más de cinco años, Camera ha estado documentando, exponiendo y obligando a corregir lo que ya se denomina "Haaretz, Lost in Translation", un fenómeno ya rutinario por el cual la influyente edición en inglés del diario, una fuente fundamental de información para los responsables políticos, periodistas, investigadores y estudiantes internacionales, resta importancia a la información generalmente más moderada que aparece en el original hebreo, sobre todo cuando hay relación con la militancia y violencia palestina, y otras acciones ilegales árabes. En algunos casos, la traducción al inglés está completamente en desacuerdo con el original hebreo, e incluye información errónea acerca de Israel, la cual no aparece del todo en el original hebreo.

La web hebrea Presspectiva, también comenta con frecuencia estos "problemas de traducción al inglés", dando a conocer al público de lengua hebrea la información errónea que el Haaretz distribuye en inglés por todo el mundo. La influencia que el Haaretz en inglés disfruta en el extranjero es completamente desproporcionada con relación a su número de lectores en hebreo, donde es una publicación marginal (solo un 6% del mercado nacional).

En los últimos días, el público israelí, junto con los medios y los políticos hebreos, ya están tomando nota. Los problemas de traducción del Haaretz se han convertido en un tema candente en los medios de comunicación social hebreos, donde ya circulan abundantes memes burlándose de esas absurdas traducciones.

En la última semana, altos representantes del Haaretz han hecho dos apariciones en los medios hebreos intentando defender el historial de su edición en inglés. El editor de Aluf Benn apareció en el popular programa de entrevistas del Canal 2, "Haolam Haboker" con Avri Gilad, y de mala gana hizo referencia a CAMERA diciendo que "es cierto que es una organización que trabaja específicamente para encontrar este tipos de errores". El relevante intercambio fue el siguiente:
GA: Existe el sentimiento, y estoy tratando de bajar el tono de mis propios sentimientos acerca de su diario, de que ustedes han adoptado de alguna manera la técnica palestina, pero con un giro interesante. Los palestinos hablan muy moderadamente al mundo en inglés, pero cuando hablan a su gente su mensaje no es nada moderado. Ustedes hacen lo contrario. En hebreo, ustedes hablan moderadamente, pero cuando hablan al mundo exterior en inglés dicen cosas terribles y horribles, muy radicales.

Benn: Yo no lo creo. No lo creo.

GA: Le mostraré, por ejemplo. "Mujer palestina disparada" [en inglés.] Ella era, como todo saben, una asesina, pero en su diario no era más que una palestina. O bien, "¿Cuántas ejecuciones por los soldados israelíes no han sido capturadas en un vídeo?", [otra vez en inglés] y cosas similares.

Benn: Escucha, yo no creo que sea... Es cierto que hay una organización que trabaja específicamente en encontrar estos tipos de errores.

Gilad: Gracias a Dios existe.

Benn: Vale. Nosotros también hemos sido atacados porque la edición en inglés supuestamente titulaba deliberadamente hacia la derecha para ganarse el favor de Yisrael Hayom, ya que utilizaba su imprenta para imprimir nuestro periódico. Escucha, si hay errores en los hechos, y somos informados de ello, los corregimos. No existe una política para atraer a un público internacional determinado con el fin de perjudicar la Hasbara de Israel o algo por el estilo.

Gilad: Su editor dice, en sus propias palabras, que apoya el movimiento de boicot contra Israel.

Benn: No, mi editor escribió una carta, una columna, en la que hablaba sobre las ventajas de una presión internacional sobre Israel. Pero es su derecho a expresarse. Ese es su punto de vista.
Es cierto, como dice Benn, que el diario a menudo corrige los errores que les plantea CAMERA. El hecho de que los editores suelen estar dispuestos a corregir esos errores plantea una pregunta: ¿qué están haciendo para evitar la continuación de ellos, hasta volverse sistémicos? En otras palabras, ¿por qué no atajan el problema?

De hecho, hace unos días hubo una reciente señal de que los editores del Haaretz no han logrado frenar las traducciones sesgadas. En un artículo de abril de Odeh Basharat en la edición inglesa, tanto en forma impresa como en línea, se avanzaba la acusación completamente infundada e inflamatoria de que el ex director del Shin Bet, Avi Dichter, ordenó el asesinato de Arafat. El artículo dice:
Todavía no entiendo, sin embargo, ¿por qué Dichter descargó su rabia contra [Ayman] Odeh, el líder de la Lista Árabe Conjunta, cuando éste en una entrevista en televisión comentó que cuando era el jefe del Shin Bet, Dichter había ordenado el asesinato del jefe de la OLP Yasser Arafat y de los fundadores del Hamas Sheikh Ahmad Yassin y Abdel Aziz Rantisi. Cuando todo está dicho y hecho, Odeh se limitó a señalar el hecho de que Dichter ordenó la ejecución de personas sin juicio. De hecho, me habría esperado que incluso Dichter reconociera públicamente estos logros en la historia de su vida. Después de todo, este tipo de acciones inspiran orgullo en la opinión pública israelí.
Sin embargo, la versión hebrea no identificaba a las presuntas víctimas de Dichter, según Odeh, y por lo tanto no sostenía que se trataba de un "hecho" que Arafat fuera uno de los que Dichter "había ejecutado... sin juicio".

Mientras tanto, Amos Schocken, el principal editor del Haaretz, ha expresado una menor inclinación a corregir los errores que Aluf Benn. En una columna de Presspectiva, su editor en jefe Hanan Amiur publicó la respuesta de Schocken a la extensa lista de malas traducciones del Haaretz denunciadas por CAMERA, muchas de las cuales fueron corregidas: "Tengo que decir que, después de haber examinado el informe de CAMERA, no estoy de acuerdo con gran parte de sus acusaciones, y si en algunos casos fueron corregidos los artículos, yo no habría hecho esas correcciones".

Schocken añadió:
Rechazo enteramente la afirmación de que existe un sesgo en la edición inglesa que la inclina hacia unas mayores críticas a Israel, y todos sus ejemplos no pueden fundamentar esta afirmación. CAMERA, por decirlo así, es una organización inclinada hacia la derecha y no es un organismo dedicado a la precisión en el periodismo. Si ese fuera el caso, sus resultados habrían sido diferentes, y aparentemente equilibrados.
Schocken nuevamente se vio obligado a defender a la edición inglesa del Haaretz en una entrevista que dio la semana pasada a la Radio del Ejército, en la que el entrevistador Yael Dan se centró en un problema documentado por Presspectiva: Mientras los múltiples titulares en hebreo se referían al "terrorista palestino" muerto por un soldado israelí en Hebrón una vez que estaba desarmado, los titulares en inglés del Haaretz solamente hacían referencia de los "disparos a un palestino".

La repetición de la respuesta que anteriormente había dado al Presspectiva, continuó con una absurda discusión de si los diarios que identificaban al palestino como un "terrorista", debían por lo mismo identificar el soldado, que ahora se enfrenta a cargos de homicidio involuntario, como un "asesino". Schocken rechazó de plano el argumento de Yael Dan de que, si bien el ataque del palestino contra el soldado era un hecho indiscutible, un tribunal está examinando las circunstancias que rodearon el tiroteo del soldado al atacante palestino.

Al reciente énfasis dado entre la opinión pública israelí a las sesgadas traducciones al inglés del Haaretz, ha seguido una amplia crítica al diario del líder centrista Yair Lapid, quien censuró la influencia desproporcionada del diario en el extranjero y tachó a la mayoría de sus articulistas como "radicales post-sionistas o antisionistas, no periodistas. La libertad de expresión no permite que se mienta y se demonice", dijo el líder del Yesh Atid.

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El Haaretz adopta la narrativa palestina - Shlomo Cesana - Israel Hayom



"Jerusalén, yendo hacia abajo", decía el titular de un artículo de dos páginas de la edición de Haaretz el viernes pasado, la edición de la Pascua. Me sentí enfurecido por este titular.

Se trataba de los espacios subterráneos de la "histórica Cuenca de Jerusalén" (la Ciudad Vieja y sus alrededores). Realmente esperaba que fuera una pieza informativa sobre la historia de estos lugares, pero al leerlo me di cuenta de que era solamente un artículo propaganda que podía alimentar las teorías de conspiración y aumentar las tensiones. El subtítulo decía: "Dentro de algunos años, los visitantes de la Ciudad Vieja serán capaces de visitar otra ciudad, la Jerusalén subterránea. Allí encontrarán hallazgos arqueológicos, caminos secretos y diversos lugares donde la gente pudo organizar eventos y actos. ¿Pero quién no estuvo allí? Los árabes, o cualquier cosa que de fe de su existencia varios metros por encima. Este será un viaje hacia las profundidades de Jerusalén con una sola nación presente".

De la lectura de este extracto se podría pensar que el único objetivo de este proyecto era asegurarse de que "no hubiera árabes a la vista".  Se trata de mandar un recordatorio: Hemos estado aquí durante 4.000 años. Todo comenzó en y al pie del Monte del Templo: La monarquía unida de Israel y de Judá, los dos templos, y la oración colectiva permanecen: "El año que viene en una Jerusalén reconstruida".

El artículo menciona que un día la zona conocida como los túneles del Muro Occidental se conectará a otros lugares. Este es un esfuerzo evidente para recordar a los lectores los disturbios de 1996 después de la inauguración de una nueva salida del túnel principal, lo que dio lugar a 17 soldados israelíes muertos. El movimiento nacional palestino, incluida la actual Autoridad Palestina y el Movimiento Islámico, siempre han afirmado que Israel estaba llevando a cabo excavaciones debajo del Monte del Templo con el fin de sabotear los lugares sagrados islámicos de la zona. Esto por supuesto es una mentira flagrante, porque la red de túneles que está siendo excavada no sube hacia el Monte del Templo.

Está claro que Haaretz quería criticar las acciones de Israel. Gihón Spring, por ejemplo, al lado del Monte del Templo, donde algunos de nuestros antiguos reyes fueron ungidos, es mencionado por su nombre árabe. En caso de que se olvide, a principios de este mes los palestinos lograron cambiar mediante una resolución de la UNESCO el término "Monte del Templo" para así mantener la referencia a la "mezquita de Al-Aqsa / Al-Haram al-Sharif y su entorno".

Ir David Fundation, que tiene como objetivo reforzar los lazos judíos de la ciudad, es retratado bajo una luz negativa por el artículo del Haaretz, pero la Ong de la izquierda Emek Save, se presenta a los lectores con una supuesta objetividad. Lo que ocurre es que en el 2015 Emek Save publicó un informe que tenía unas similitudes sorprendentes con el artículo del Haaretz. El informe se llamaba "Excavaciones en Jerusalén: la excavación de túneles, canales y espacios subterráneos en la histórica cuenca".

De acuerdo con Emek Save, el informe pretendía arrojar luz sobre "los esfuerzos israelíes por socavar la propiedad palestina [de esas zonas]". Estoy seguro de que la pieza Haaretz pretende ratificar ese informe. Por otra parte, el hecho de que Emek Save publicara un gran anuncio ese día en el Haaretz me pareció el colmo.

El artículo del Haaretz incluía un mapa de las excavaciones, en su mayor parte desde hace décadas, y que en algunos casos se han llevado a cabo dentro de mezquitas y monasterios cristianos. Es triste ver hacia donde dirigían sus insinuaciones ¿Por qué utilizar un lenguaje amargo y divisoria para discutir o comentar un tema interesante?

Por cierto, los túneles que nuestros enemigos excavan desde la Franja de Gaza se supone que deben servir para protagonizar un salto cualitativo en la violencia en contra de Israel. Las excavaciones de aquí, en Jerusalén, son ante todo una empresa arqueológica y un esfuerzo científico que sirve a la industria del turismo y la economía. Y a nivel diario, estas excavaciones proporcionan a Israel testimonios que apoyan su lucha por la verdad, esa que permite exponer la realidad de nuestra presencia y de nuestra historia en este lugar. El presidente palestino Mahmoud Abbas y otros han negado que los dos templos existieran alguna vez en lo alto del Monte del Templo, y desde luego les gustaría oscurecer esa realidad. Pero gracias a las excavaciones, la verdad ha sido expuesta para todas las naciones y organizaciones que quieran ver.

Haaretz tomó una buena historia, una historia muy interesante, pero bajo la forma en que la presentó a sus lectores reproducía la mentirosa e injuriosa narrativa palestina según la cual las excavaciones tienen una motivación política y forman parte de un complot israelí.

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Saturday, April 23, 2016

No se puede reemplazar a la juventud y al público israelí - Dror Eydar




1. La reciente encuesta del Israel Hayom realizada a los adolescentes israelíes demostró una tendencia hacia la derecha cada vez mayor entre la juventud israelí que no es una señal de una tendencia radical, sino más bien de una perspectiva realista y de madurez. Hemos estado tratando de poner en práctica sucesivas ideas y planes para un futuro acuerdo con nuestros vecinos durante el último cuarto de siglo. No sólo han fracasado todos los intentos, sino que ha empeorado la situación. Al igual que en el cuento de Hans Christian Andersen "El traje nuevo del emperador", los jóvenes están apuntando a la verdad desnuda, "cuya pequeñas y puras sandalias, los ancianos, por sabiduría o necedad, besan", como escribió el poeta Nathan Alterman escribió "Hijos de las plagas de Egipto".

Cien años después del Acuerdo Sykes-Picot, el mapa de Oriente Medio se ha vuelto a trazar. El nacionalismo moderno, impuesta en la región por el colonialismo europeo, se está cayendo a pedazos, y como viejos fantasmas, el antiguo tribalismo, los grupos étnico-religiosos y las estructuras de los clanes están surgiendo de nuevo. En contraste con la narrativa tradicional de que Israel es el culpable del fracaso de los acuerdos de paz, la juventud israelí de hoy en día hace una sencilla comparación: antes de los Acuerdos de Oslo teníamos una compleja situación de seguridad, pero era infinitamente menos problemática que la realidad que ha seguido a los Acuerdos de Oslo.

El 24 de mayo de 1992, un mes antes de las elecciones que dieron paso al segundo gobierno del primer ministro Yitzhak Rabin, un terrorista palestino apuñaló hasta la muerte a Helena Rapp, de 15 años de edad, en el malecón Bat Yam. El país estaba indignado. Varios años más tarde, nos enfrentamos a una forma mucho más difícil de realidad de seguridad, después de que batallones de terroristas armados se infiltraran en Israel, pensando que nos podían doblegar y poner de rodillas. Es increíble. ¿En que estábamos pensando? Desde entonces, hemos pasado por una segunda Intifada (2000), por la operación Escudo de Defensa (2002), por la evacuación y demolición de los asentamientos judíos en la Franja de Gaza (2005), por la Segunda Guerra del Líbano (2006), por la operación Plomo Fundido (2008-2009 ), por la Operación Pilar de Defensa (2012), por la operación Escudo protector (2014) y por la actual oleada de ataques terroristas en los últimos seis meses. ¿Es que esto no resulta suficiente para que la gente vea la realidad tal cual es?

2. Pero no es solamente la situación de seguridad la que se refleja claramente en los resultados de la encuesta. Incluso más que la seguridad, se trata de la identidad. A medida que la situación de seguridad se ha deteriorado, algunos dentro de la izquierda israelí se distanciaron de los símbolos de la identidad judía que ellos percibieron y perciben como "nacionalista", "fascista", "antidemocráticos", "racistas" o "etnocéntricos", entre otras descripciones igualmente condescendientes.

Las Fuerzas de Defensa de Israel pasaron a convertirse en el "ejército de ocupación" dentro del léxico de la izquierda (y, por desgracia, a los terroristas se les conoció en varias ocasiones como los "combatientes de la libertad"); partes de nuestra tierra son ahora "los territorios"; la tradición religiosa judía y la fe, que han resistido pruebas a las que ninguna otra nación y religión han sobrevivido (y aquí es precio distinguir entre estas tradiciones y creencias y el establishment religioso), han sido presentadas vergonzosamente como "racistas" por el exceso de equipaje que suponen y que nos impide la integración en el mundo; y el concepto de un Estado judío ha sido descrito como una idea "nacionalista" que raya en el "apartheid".

En su forma simple, la juventud israelí entiende que el tema que nos ocupa no trata de los "territorios" o de algún "pedazo de tierra", sino de lo que los "territorios" significan, lo que estas regiones de Israel representan en la mente de las personas judías en Israel y en el extranjero. En otras palabras, la cuestión de la identidad judía, nacional y religiosa como en uno. Esta es la razón detrás del alto porcentaje de encuestados que expresan el amor por su país, la disposición a servir en el ejército israelí, el aprecio por el sistema de educación, etcétera, todos esos valores básicos que se han desvanecido entre ciertos sectores bajo la dirección del discurso de izquierdas.

El amplio apoyo expresado al soldado que disparó a un terrorista ya neutralizado en Hebrón el mes pasado tampoco se apoya en la desobediencia a las órdenes o un apoyo a un fuego indiscriminado, sino más bien como un simple comentario sobre la diferencia fundamental entre nuestras tropas y nuestros enemigos. En mi opinión, la idea de posponer el tratamiento médico a los terroristas heridos trata menos de los principios y es más la expresión de una protesta contra la apisonadora de la corrección política y contra los intentos de educar a los jóvenes a través de unas tendenciosas políticas y medios de comunicación, cuando estos mismos puntos de venta de esas visiones no son siempre tan objetivos. Hablar es una cosa y la realidad es otra, y en el momento de la verdad se piensa que finalmente se extenderá una mano de ayuda a los terroristas.

Del mismo modo, la oposición a la representación de los árabes en la Knesset entre los jóvenes de Israel tampoco es una declaración de principios contra la democracia, sino más bien una declaración de protesta contra las polémicas acciones nacionalistas y provocativas de los diputados árabes en el Parlamento israelí, las cuales se perciben como esfuerzos para socavar los cimientos de nuestra existencia .

3. No es sólo la juventud, la mayoría del público israelí no es ciego a ese incremento de la radicalidad dentro de la izquierda, por lo que mantiene su distancia. La semana pasada, el diario izquierdista Haaretz publicó un editorial apoyando la guerra diplomática de los palestinos contra Israel. Nuestros enemigos citan incesantemente a ese diario, que se ha convertido en un arma poderosa en la lucha contra Israel.

En la novela distópica de George Orwell "1984", el lenguaje ficticio y controlado  denominado "neolengua", influye en la conciencia pública. Tengan en cuenta las primeras líneas del artículo que apoya la iniciativa palestina que trata, por enésima vez, de unir al Consejo de Seguridad contra nosotros: "El presidente palestino Mahmoud Abbas sigue realizando los movimientos que podrían hacer avanzar el proceso de paz". Bonito, ¿verdad? El asunto principal de la propuesta palestina es definir los asentamientos judíos en Samaria, Judea y Jerusalén oriental como "ilegales y constituyendo a financiar un obstáculo para la paz". Esta es una propuesta peligrosa para Israel, ya que podría aceptarse y allanar el camino para que las políticas del BDS sean adoptados por la ONU, y tratar de equiparar al Estado de Israel con el de Sudáfrica durante los años del apartheid.

Haaretz incluso reprendió a los Estados Unidos por no perder la oportunidad, y Dios no lo quiera, de vetar la propuesta en lugar de adoptarla: "El veto de la última resolución... constituiría una renuncia diplomática y moral para el proceso de paz. Daría el permiso a Israel para continuar con su política de asentamientos y aumentaría la frustración y la desesperación de los palestinos, lo cual alimentaría los ataques terroristas".

Por lo tanto, concluye el Haaretz, los acuerdos deben ser impuestos a Israel, y solamente a Israel. Esta imposición es presentada como un problema de "moralidad", nada menos. A pesar de que esta coerción diplomática ha costado muchas vidas hasta el momento, aún se presenta como un fenómeno "moral".

Por otra parte, el Haaretz justifica el asesinato indiscriminado de judíos por el "sentimiento palestino de frustración y desesperación". Así que ya lo saben, no es problema de los árabes de la región ya que su negativa, una y otra vez a un compromiso es un problema interno judío, el cuál afecta a .los judíos, que ya previamente frustraron a los árabes, por lo que deben ser erradicados.

Este tipo de incitación debería promover la ruptura de nuestra ropa de luto y gritar las palabras del profeta Isaías de Jerusalén: “¡Sus manos están llenas de sangre!”.

Sus palabras están justificando indirectamente el terrorismo contra Israel.

4.- Dado que los esfuerzos de la izquierda para ganarse a la opinión pública en las últimas elecciones fracasaron - a pesar de haber contado con la ayuda de los medios de comunicación y del mundo académico -, ha renunciado a captar a la opinión pública israelí y ha dirigido sus acciones hacia una guerrilla diplomática y judicial internacional contra Israel. Se ha alineado con la postura militante de la Autoridad Palestina, la cual no está buscando un acuerdo de paz, sino que está operando simplemente en contra de Israel. De hecho, el núcleo interno que une a todos los árabes entre el río Jordán y el mar es la lucha contra Israel y el deseo de destruirlo. Cuando se trata de cualquier otro tema, hay factores más divisorios como unir a las tribus entre los diferentes grupos étnicos.

La petición del Haaretz al mundo, junto con el de varias organizaciones de la izquierda israelí, revela la mentira detrás de la afirmación de que la derecha está dañando la democracia israelí. Se trata de todo lo contrario: Los que han decidido prescindir de la democracia israelí y recurrir al mundo para imponernos unos acuerdos suicidas son los que han renunciado a la democracia. La fiesta de la libertad (Pascua) se acerca, esperemos que nos proporcione luz y sabiduría para esta batalla de los corazones y de las mentes en contra de nosotros, esperemos, ante todo, que nos proporcione libertad de conciencia.

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Los judíos adolescentes israelíes: Les encanta su país, pero son poco estrictos con los valores democráticos - Shmuel Rosner



Israel Hayom ha publicado una encuesta realizada a los adolescentes judíos israelíes y el país ha sido un hervidero a causa de su resultado.
La inmensa mayoría de los estudiantes de los grados 11 y 12 "aman" a Israel y quieren construir su futuro aquí. El 59% se identifica como de derechas y sólo el 13% se identifica como de izquierdas. El 60% dice que el soldado que disparó a un terrorista ya desarmado en Hebrón el mes pasado no debería ser juzgado.
Tomemos esta información paso a paso.

El hecho de que amen a Israel es importante. "Los encuestados dijeron que lo mejor de nuestro país era el sentido de que formamos una gran familia y nuestra tendencia a cerrar filas en tiempos de crisis. El mayor problema al que se enfrenta la nación, de acuerdo con la encuesta, es la frágil situación de seguridad". Sí, eso es más o menos la historia de Israel. Y nuestros jóvenes parecen entender que es interesante. En muchos países ser joven significa ser rebelde, pero no parece que los adolescentes israelíes quieran ser rebeldes en contra de su propia sociedad.

El hecho de que sean de derechas - algo que fue desalentador para muchos (conjeturando su futuro campo político) -, no es sorprendente. En el reciente estudio del Pew sobre Israel, los judíos adultos también se inclinan fuertemente hacia la derecha, con el 8% haciéndolo por la izquierda, el 55% por el centro y el 37% por la derecha. Por lo que  se ve los adolescentes están más a la derecha que los adultos. Eso, supongo, es porque cuanto menos edad y experiencia se tiene, más tendencia se tiene a tener opiniones fuertes. Y también se debe a que cuanto menos edad se tiene, más tradicional se es (las familias tradicionales y religiosas tienen más hijos) y hay una fuerte correlación entre la religiosidad y los puntos de vista políticos en Israel. Según el Pew, cuanto más joven es el espectro mayor es la proporción de los israelíes judíos tradicionales. La tendencia secular o laica es del 52% cuando se trata de edades que superan los 50, pero sólo alcanza el 44% en personas de edades 18-29 (la encuesta del Pew no recogía la opinión de los adolescentes).

Lo que dicen sobre el soldado: Sí, resulta preocupante. Pero también en este caso los jóvenes simplemente siguen los pasos de los israelíes judíos de más edad. Escribí acerca de este incidente hace unas semanas, y no tengo nada más que añadir:
El público parece confundir su amor por soldados del IDF con la necesidad de mantener la ley, el orden y la moral en Israel.
Esos jóvenes israelíes de la encuesta no pueden mirar a ese soldado y lo que hizo en Hebrón sin ponerse en su posición. Muchos de ellos se incorporaran al ejército el año que viene, o el año después. Muchos de ellos entienden que estarán en medio de situaciones peligros y difíciles. Ellos quieren asegurarse de que su país les respalda en esta misión de proporcionar seguridad a Israel. Pero a medida que lo hacen, sus puntos de vista tienden a volverse de patrióticos a idiotas, y a veces peligrosamente.

Así también casi la mitad de ellos creen que los árabes israelíes no deberían tener representación en la Knesset. E Israel Hayom señala con razón que este es el resultado producido por las provocaciones y acciones de los miembros árabes de la Knesset. Los representantes de la minoría árabe también comparten la responsabilidad de mantener y asegurar unas buenas relaciones entre los árabes y judíos en Israel, una responsabilidad, que como escribí no hace mucho tiempo, no toman lo suficientemente en serio.
Al presenciar a los líderes israelíes árabes promoviendo que sus partidarios se opongan a la mayoría, un judío de Israel no puede dejar de preguntarse: ¿Qué es lo que quieren lograr? ¿A qué están jugando?
Pero no se puede culpar de todo a los árabes. No se puede evitar la conclusión de que los jóvenes israelíes - patriotas y amantes de su país, y comprendiendo la situación política - están descuidando de una forma preocupante la reflexión sobre el significado de la democracia y son perturbadoramente laxos en la insistencia en guardarla y protegerla con tanta dedicación como su insistencia en mantener a salvo a Israel.

4.Dado que los esfuerzos de la izquierda por ganarse a la opinión pública en las últimas elecciones han fracasado - a pesar de haber contado con la ayuda de los medios de comunicación y del mundo académico -, han renunciado a los útile democráticos y se han dirigido hacia las acciones propias de una guerrilla diplomática y judicial internacional contra Israel. Además, se han alineado con la postura militante de la Autoridad Palestina, la cual no está buscando un acuerdo de paz, sino que está operando en contra de Israel. De hecho, el núcleo interno que une a todos los árabes entre el río Jordán y el mar Mediterráneo es la lucha contra Israel y el deseo de dañarlo. Cuando se trata de cualquier otro tema, hay otros factores más divisorios que unen a las tribus entre los diferentes grupos étnicos.

La petición de Haaretz al mundo, junto con el otras organizaciones de la izquierda, revela la mentira detrás de la afirmación de que "la derecha está dañando la democracia israelí·". Lo contrario es lo cierto: Se trataría de pasar por encima de la democracia israelí y promover que el mundo imponga acuerdos suicidas sobre Israel, actuando de manera que nieguen nuestra democracia. La fiesta de la libertad de Pascua se acerca y ya vemos la luz de esta batalla de los corazones y de las mentes en contra de nosotros, por lo que solo podemos la defensa de la libertad de conciencia.

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¿El gobierno de Francia niega los derechos religiosos del judaísmo? - Shmuel Trigano




Francia acaba de votar una resolución de la UNESCO que respalda la pretensión islámica de que el Monte del Templo, el Muro Occidental (Muro de las Lamentaciones), el mausoleo de los Patriarcas en Hebrón y la Tumba de Raquel cercana de Belén son lugares sagrados musulmanes, acusando de este modo a los judíos de profanarlos con su presencia.

Si esta voto es escandalosa en sí mismo sobre el plano de la historia y de la clarividencia política, también resulta inquietante para los judíos de Francia, porque supone que, por parte del Gobierno socialista, existe una toma de posición de principios, un juicio sobre sus derechos religiosos, su identidad y su historia que se ven de este modo violados.

El Quai d'Orsay, y toda su política pro-islámica, ha pensado en el daño que tal acto podría causar a los ciudadanos franceses que son judíos? ¿Por no hablar de la legitimación de la violencia islámica contra los judíos, tanto en Francia como en Israel? Debido a que tal acto sólo puede fomentar el supremacismo y la guerra de religión islámica.

El Quai d'Orsay ha menospreciado al país a semejante tipo resentimiento contra los judíos de los países árabes que han promovido esta resolución y cuya iniciativa, se debe señalarlo, procede del tan querido "socio para la paz" de la izquierda judía, la Autoridad Palestina.

No se ha podido herir mejor a la comunidad judía al socavar sus fundamentos.

Y esto no ha terminado. El régimen socialista ha trabajado un tiempo extra antes de "ir más adelante". Después del reconocimiento con una gran ovación de Palestina por la Asamblea Francesa, un estado que no existe y cuyos promotores anuncian en su proyecto de constitución que será basado en la sharia, no en los derechos humanos sino únicamente en los de los "árabes y musulmanes" palestinos, el Quai d'Orsay, juez y la vez, prepara una conferencia internacional que atacará a Israel si no cede a los dictados de los palestinos. Por otra parte, uno puede preguntarse porque dice tratar de hacerlo en nombre de la moral y los derechos humanos, cuando no dice nada de las dictaduras, desde Cuba a China pasando por Arabia Saudita, y Francia se ha convertido en uno de los vendedores de armas más importantes del mundo. ¿Formará parte esto del servicio postventa?

Estos enfoques políticos adquieren un sentido muy pronunciada cuando se les ubica en el clima antisionista que los medios de comunicación franceses han hecho reinar en los últimos 15 años y es inseparable de los actos antisemitas que se han alimentado y legitimado gracias a su información sesgada del conflicto del Oriente Oriente.

Si estos son desarrollos hacen sistema, las lecciones están cargados de significado.

¿Cómo conciliar de hecho estos desarrollos con la compasión que desde el Poder inundó a la comunidad judía después del atentado de Hypercacher y lass sacralizantes proclamas favorables a los judíos ( "Tocar un judío es tocar a la República")?.

A menos que se piensa que en realidad forman parte del decorado del sistema: una celebración víctimaria y compasional de los  judíos, siempre con el rol de víctimas, junto con su inhabilitación simbólica y su pérdida de interés político. Es lo mismo que sucede cuando en nombre de la memoria del Holocausto se acusa comúnmente a Israel de "apartheid".

Durante estos 15 años, no nos hemos dado suficientemente de como los ataques al sionismo se duplicaban en la cultura y en la opinión intelectual con los ataques a los fundamentos del judaísmo como religión. El registro de todo esto está totalmente documentado.

Una parte de los judíos de Francia, los que ya han partido, ya llegaron a la conclusión que ya no podían permanecer en Francia. Ellos celebran esta noche la Pascua, y desde hace 30 siglos, la fiesta de la libertad.

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La "Nuit debout" desvelada. Gracias Alain Finkielkraut. A ellos les gusta la democracia... y odian la divergencia - Elizabeth Levy - Causeur



Ecologistas, ciudadanos y fanáticamente sectarios. No se podría agradecer lo suficiente a Finkielkraut el haber querido hacerse con una opinión razonada sobre la "Nuit debout" (Noche de pie). Con su breve estancia en la Plaza de la República hemos aprendido más acerca de la "nueva democracia" que se trata de inventar que con las decenas de artículos publicados por los apologistas desde hace dos semanas que tratan de vendérnosla.

Como siempre, los aspectos ridículos de este happening infantil y ruidoso se les escapan a muchos de los comentaristas que evocan con la mayor seriedad la aparente serenidad, los baños secos y los talleres constituyentes de los manifestantes.

Cualquiera que haya seguido el debate en su totalidad no puede más que echarse a reír al leer el editorial de Laurent Joffrin en Liberatión, en donde se dan la mano tanto el miedo a perder el aire del momento como las visiones cómicas que describe en la Plaza de la República. Allí el jefe del Liberation vio un "laboratorio popular". Sólo y nada más que eso. Pero los manifestantes que ocupan el lugar desde hace dos semanas son en verdad elementos representativos de todos los caprichos de la extrema izquierda, lo que significa que encarna a un micro-segmento de la población francesa. Los participantes en la "Noche de pie" luchan contra la dominación capitalista, la devastación del planeta y, por supuesto, la opresión israelí: a eso se llama una convergencia de luchas.

En cuanto al "laboratorio de ideas", en realidad no parece que nos pueda llegar a interesar conocer lo que podría salir de tal verborrea presa de una reflexividad plana y estática. El "movimiento", como ellos mismos suelen denominarlo, no habla más que de sí mismo y de la manera en que es preciso hablar.

Pero para Joffrin y otros apologistas, poco importa que en realidad no tengan nada que decir, lo importante es hablar. Así pues, el director de Liberation sólo parece poder deducir de esa cháchara uniforme un "síntoma frágil pero eminentemente positivo de la rehabilitación de la política ajena a la política tradicional" . Por favor, devuélvanos nuestra política tradicional.

Solamente que he aquí que Alain Finkielkraut quería ir hasta allí y ver por sus propios ojos. Y en pocos minutos nosotros hemos podido ver el verdadero rostro de esta pseudo-revolución falsamente amable. Lo que tienen en común los participantes en este ágora kitsch, el verdadero punto de convergencia de sus respectivas luchas, es el odio. El odio a un opresor imaginario que, en la noche del sábado, tenía los rasgos de Alain Finkielkraut.

Nuestro querido académico ha tenido que pasar un mal cuarto de hora. Sin embargo, él no ha perdido su tiempo ni nosotros, gracias a él, el nuestro. El ha encontrado lo que había ido a buscar: el significado de este movimiento. Dándose cuenta que a cincuenta metros de la Plaza de la República ha divisado a numerosos transeúntes que no se preocupaban ni la tercera o cuarta parte que él por lo que estaba ocurriendo - broncas a parte -, se entiende que la "Noche de pie" es una burbuja. Y que pronto hará pschitt.

Estos manifestantes no quieren cambiar el mundo, quieren ignorarlo y jugar a que protagonizan una revolución. Como si se hubiera abolido el capitalismo, como si se hubiera hecho la revolución, como si hubieran inventado la sombra del prolegómeno de una idea. Y además ni siquiera parece que haya líderes, ¿entonces?

Que personas que no toleran ninguna contradicción a sus ideas pretendan renovar y restaurar la democracia resulta ya demasiado. Por lo tanto, la sana curiosidad de Alain Finkielkraut debería servir como una revelación. Si mis colegas de la prensa no han perdido del todo la cabeza ante tal ejemplo de "espontaneidad", este momento debe marcar el final de la estafa y del fraude de la "Noche de pie".

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Judíos americanos: La insularidad (egoismo, separatismo o ceguera) de sentirse seguros - Evelyn Gordon




La revista en la web Mosaic ha puesto en marcha una serie fascinante acerca de por qué los judíos de América, en especial los jóvenes más progresistas y liberales, se están alejando de Israel. Todos los contribuyentes atribuyen correctamente esta deriva principalmente a la disolución de la identidad judía estadounidense a través de una combinación de matrimonios mixtos y de intentos rampantes de "universalizar todos los aspectos del judaísmo", tal como uno de los participantes, Jack Wertheimer, puso de manifiesto . Sin embargo, entre los factores secundarios que contribuyen a este desarrollo uno ha sido curiosamente pasado por alto: la diferencia entre la experiencia vivida por los judíos de Israel, todavía rodeado de enemigos que verdaderamente quieren matarlos, y los judíos de América, quienes actualmente gozan de una era (que posiblemente pueda ser de corta duración ) de una seguridad sin precedentes, sobre todo si nos atenemos a la experiencia de la diáspora judía. Para entender lo importante que es esta experiencia o sensación de seguridad, vale la pena comparar las actitudes judías estadounidenses con las de otras comunidades judías en Europa.

El periodista del Haaretz Anshel Pfeffer, cuyo campo de interés abarca a las comunidades judías europeas de una manera amplia, una vez resumió las actitudes hacia Israel de la siguiente manera: "Cuanto más al este se vaya, siguiendo todo el camino hasta el Cáucaso, los judíos se van haciendo cada vez más de derechas, más estridentemente favorables a Israel , y menos dispuesto a tolerar ninguna forma de concesiones que pongan en peligro a Israel o que favorezcan a sus enemigos y rivales". Tampoco es  difícil encontrar la razón: En los lugares donde el antisemitismo y la persecución se vive como una experiencia o un recuerdo bastante reciente, los judíos consideran a Israel como un poderoso activo .

Pfeffer dijo que los judíos de Rusia y Ucrania le habían dicho que "cuando Israel bombardea Gaza y mata a palestinos, nuestros vecinos aquí nos respetan y nos tienen miedo", Pero hay una razón más simple de por qué los judíos que se sienten amenazados quieren que Israel sea fuerte y poderoso: un Israel fuerte es aquel que seguirá dándoles la bienvenida si llega el día en que necesiten un lugar para huir. Y muchos judíos europeos consideran ahora que esta es una posibilidad real.

Daniel Ben-Simon, quien escribió un libro acerca de la respuesta de los judíos franceses ante el antisemitismo, estimó en 2012 que "casi uno de cada dos judíos franceses mantiene una residencia en Israel. Es una especie de póliza de seguro en caso de que la situación en Francia se convierta en aún peor". Hoy en día, algunos de estos judíos ya han comenzado a moverse: La inmigración a Israel alcanzó el máximo desde hace 15 años el año pasado, y los judíos franceses encabezan la aliyá, con 8.000 inmigrantes, una cima de todos los tiempos.

No muy lejos, sin embargo, estuvieron Ucrania y Rusia (7.000 y 6.000 respectivamente), donde los judíos están huyendo de la inestabilidad política, la inestabilidad económica y el conflicto en el este de Ucrania. Esto es particularmente notable debido a que las tasas de matrimonios mixtos en Ucrania y Rusia son aún mayores que las de Estados Unidos, y muchos inmigrantes de esos países son, o bien ellos mismos o sus hijos o nietos, fruto de matrimonios mixtos. En otras palabras, el alejamiento de Israel causada por la ausencia de endogamia en los Estados Unidos no se ha replicado en Europa del Este, y por la sencilla razón de que, al contrario que en los Estados Unidos, estos judíos y sus hijos todavía pueden imaginarse necesitar el refugio que Israel les ofrece.

La anomalía en lo referente a los sentimientos de seguridad de los judíos estadounidenses también se refleja en los patrones de votación. Hasta no hace mucho tiempo, los judíos de los otros países occidentales apoyaron a los partidos de izquierda de manera mayoritaria, tal como lo hicieron y hacen los judíos de América. Pero hoy en día, son cada vez más los que cambian su apoyo dirigiéndolo hacia los partidos de centro-derecha, siendo buenos ejemplos Gran Bretaña, Francia, Canadá y Australia, donde la mayoría de los judíos ahora votan a los conservadores.

Esto no se debe a que se han vuelto menos liberales económica o socialmente que sus pares de América, sino que se debe a que el fantasma del antisemitismo (inicialmente haciéndose pasar por antisionismo) ha aumentado súbitamente su gravedad e importancia, y se concentra principalmente en dos comunidades: los musulmanes y la extrema izquierda. Un buen ejemplo es la reciente avalancha de escándalos de antisemitismo dentro del Partido Laborista de Gran Bretaña, lo que impulsó al ex director de la BBC Danny Cohen a declarar la semana pasada que no podía imaginar que un judío normal pudiera votar al Partido Laborista actual: "Sería como ser musulmán y votante de Donald Trump, ¿cómo podrías serlo?".

Por lo tanto, y fuera de América, los judíos han vuelto cada vez más a la antigua práctica de votar por el partido que piensan que mejor pueda protegerles.

Y esto nos lleva a una tercera razón por la que los judíos que se sienten menos seguros son más propensos a simpatizar con Israel: Cualquiera que haya experimentado la inseguridad entiende que a veces te deja con no demasiadas buenas opciones: sólo una elección entre dos males. ¿Cómo, por ejemplo, a quién puede votar un judío británico si aborrece las políticas económicas y sociales de los tories, pero que también aborrece a los Laboristas por su cada vez más abierto antisemitismo? Para él, las dos opciones son malas, así que sólo puede tratar de escoger el mal menor.

Y después de haber enfrentado esta situación, también es más probable que entiendan que Israel también se enfrenta a decisiones difíciles de aceptar para hacer frente a unas amenazas muy reales. El status quo en Cisjordania claramente no es lo ideal, pero es probable que una retirada empeoraría la situación, tal como lo hizo en Gaza. El bombardeo de Gaza en respuesta a los cohetes de Hamas no es lo ideal, pero dejar que Hamas ataque al sur de Israel con impunidad sería algo peor.

Los judíos estadounidense nunca han experimentado tanto el antisemitismo como lo hicieron sus homólogos europeos, pero incluso para ellos, el miedo a la persecución fue al menos una memoria viva hasta hace poco. Tenían padres o abuelos que huyeron de la persecución en Europa, o que habían experimentado "ese gentil antisemitismo del acuerdo de caballeros", mediante el cual los judíos fueron excluidos en silencio de muchas compañías estadounidenses, hoteles, clubes e incluso colegios.

Por lo tanto, los judíos de América aún pueden imaginar que podrían necesitar a Israel como un refugio, aunque no fuera para ellos sino al menos para sus hermanos en Europa. Todavía incluso podrían sentir, como los judíos de Ucrania y Rusia de hoy, que las victorias militares de Israel los vuelve más respetados por sus vecinos (no es casualidad que el afecto de los judíos de América por Israel se disparó después de su impresionante victoria en la Guerra de los Seis Días de 1967). Y todavía podrían entender que Israel, enfrentado a unos enemigos que verdaderamente quieren destruirlo, no tiene soluciones ideales disponibles; En su lugar, debe elegir entre varios males.

Teniendo en cuenta lo que está sucediendo en los campus americanos actualmente, no estoy convencido de esos malos viejos tiempos no volverán nunca más. Pero por ahora, confiando en la seguridad que América les ha proporcionado, también muchos judíos americanos parecen haber olvidado las lecciones de milenios de historia judía. Y en el proceso, parece que también han olvidado uno de esos valores universales clave que tanto se precian en defender: el de la compasión por aquellos que no están bendecidos con similares niveles de seguridad, es decir, todos aquellos judíos que todavía pueden necesitar el refugio que Israel les ofrece, y seguro que esos judíos velarán para que ese refugio siga existiendo por si les resulta necesario.

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Jóvenes activistas judíos americanos: En realidad, ellos no odían a Israel, algunos simplemente "lo aman enfermizamente". ¿Seguro? - Seth Frantzman



He estado muy interesado ​​por el debate sobre Bernie Sanders, Israel y los judíos estadounidenses en los últimos días. En un reciente mensaje de Jacob Bacharach cuyo título era "Sanders respalda a los valores judíos en los que los Millenials creemos, e Israel no es uno de ellos",  él escribe ,

"Planté un montón de árboles en Israel para gastar el dinero que mis padres me dieron para la Escuela Hebrea. Pero estos proyectos, con la intención de atar a los jóvenes judíos americanos al Estado de Israel con unos lazos de afecto nostálgico, tuvieron el efecto contrario: hacer de Israel solamente un destino más, haciendo que Israel acabara siendo otro país ordinario, no la patria mística a la que hacemos un llamamiento durante la oración, sino un lugar más bien cutre, donde existe un peligro real, un país que, francamente, su desastrosa política y su vergonzoso tratamiento de los palestinos se me hace cada vez más insoportable... Sanders, el único candidato judío, nos llama de nuevo hacia una época anterior de la actual política judía, antes de que la casi completa integración de los judíos dentro de la élite blanca, una América de afluencia, y antes de que la idea de que lo más importante para los judíos de América fuera apoyar a un país extranjero a miles de millas de distancia". Él además una buena observación al decir que el movimiento BDS "a menudo es dirigido por judíos" y que esos activistas apoyan a Sanders.

Luego está Simone Zimmerman, que fue designada por Sanders para ocuparse del "área de divulgación judía". En lugar del concepto de Bacharan de que "ya no nos importa Israel", ella ha pulido sus credenciales como alguien profundamente solidaria. "Ella fue uno de los líderes de un grupo de jóvenes judíos que mantuvieron vigilias de protesta regulares fuera de las oficinas de la Conferencia del AIPAC (lobby pro-Israel), leyendo los nombres de los palestinos y de los israelíes muertos en el conflicto de Gaza", dice el informe JTA. Una líder en los campus de J Street, JTA nos cuenta las conexiones con la comunidad judía de Zimmerman: "Bisnieta de un sobreviviente del Holocausto", fue a la "escuela judía y a los campus judíos" y participó en su sinagoga. Ella fue a Israel, y estuvo en un "Comité de Acción por Israel" en Berkeley.

En un artículo escribió: "La hipocresía de esperar que los proyectos de justicia social nos hagan sentirnos bien para compensar la profunda indignación de los Millenials 'por las graves injusticias cometidas por el Estado judío', nos resulta casi imposible de soportar... No hay truco de relaciones públicas que pueda salvar la imagen de Israel. El problema no es la Hasbara. El problema es los casi 50 años de ocupación. El problema es el racismo rampante en la sociedad israelí. El problema son los ataques contra los defensores de los derechos humanos por parte de extremistas y por el Estado. El problema es un establishment judío que ignora o justifica todo esto". Ella ahora aboga por "una resistencia civil lado con lado con los palestinos".

Para mucha gente dentro de la multitud pro-Israel entre los judíos estadounidenses, este sería un comportamiento radicalmente anti-israelí. Para los creyentes en que el "antisionismo es antisemitismo", podría llegar a ser "antisemita". Una diputada israelí dijo que Bernie Sanders había cometido un "libelo de sangre" al inflar exageradamente el número de palestinos muertos en la guerra de Gaza de 2014.

Un amigo mío me envió un texto sobre el aprendizaje de estos nuevos esfuerzos de difusión entre los millenial judíos. Estaba feliz de que Bernie hubiera ignorado a las grandes organizaciones, como el AIPAC, que dominan las discusiones judías. Estaba feliz de que, por fin, alguien estuviera diciendo básicamente que "no vamos a pedir disculpas por lo que somos", y no vamos a entrar el rutinario apoyo a Israel. Sanders no estaría fuera de contacto, según este relato, de los más jóvenes, que lo apoyarían en un 80% en algunas primarias demócratas.

Para estas voces, Sanders representa un cambio importante y es un producto de la politización de la multitud por parte de Israel, cuando se movilizó por la cuestión de Irán y la también percibida alianza de Netanyahu con Mitt Romney. La inclinación cada vez mayor hacia la derecha en Israel, ha hecho que algunos demócratas se muestren incómodos. Hillary Clinton no es uno de ellos. Pero la nueva generación está diciendo "ya hemos tenido suficiente". Esta situación ha tomado un largo tiempo en llegar y es también una profecía auto-cumplida. Muchos de los que están alineados con J Street, Peter Beinart u otras voces judías de izquierda, sienten que la "relación" ya no está vigente. Existe el argumento de que los valores de Israel ya no representan los valores judíos de los Estados Unidos, y que los judíos estadounidenses no van a sacrificar esos valores.

Todo tiene un sentido perfecto. Los judíos estadounidenses son ante todo estadounidenses, Israel no los representa y no es como América. Pero lo que es más interesante es que muchas de estas voces de jóvenes judíos de izquierda no están diciendo en realidad "vamos a ignorar a Israel", sino que tienen una visión del mundo "israelocentrica". Es el reflejo de una visión del mundo a favor de Israel, para muchos de ellos centrada en Israel, y para ellos los males y abusos son el hecho principal y central. Ellos quieren leer los nombres de los niños de Gaza que murieron en la guerra, quieren apoyar a los inmigrantes ilegales y a los refugiados africanos en Israel, luchan a favor de los derechos de las tierras beduinas. Se trata de hacer a Israel a imagen de América. Ellos pueden decir en voz alta "no en nuestro nombre", pero, de hecho, algunos de estos puntos de vista se demuestran como profundamente obsesionados con Israel, y el concepto es convertir a Israel en un "O LaGoyim" o una "luz para las naciones".

En este punto de vista los Millenials a veces combinan la vieja visión americana del "destino manifiesto y la excepcionalidad estadounidense" con la "excepcionalidad de Israel y la necesidad de que Israel encarne ese espíritu de Tikun Olam tan progresista". Más que cualquier cosa, lo que quieren es que Israel sea una especie de experimento de justicia social para ellos. En muchos casos, hasta la necesidad de mejorar el nivel de vida de las minorías en Israel supera la necesidad de mejorar el nivel de vida de las minorías en los EEUU.

Por lo tanto, es cierto, ser pro-Israel no es desde luego un valor relevante para este grupo, pero Israel es un valor realmente. Hay muchos judíos que se han asimilado e integrado en Estados Unidos y para quienes Israel nunca fue interesante. Para ellos era un solo estado entre otros muchos, menos interesante incluso que Irlanda para los americanos de origen irlandés. Sin embargo, para otro grupo, Israel es la prioridad, pero de una manera anti-Hasbara.

A diferencia de los americanos irlandeses que en general no creen que Irlanda necesite simbolizar sus propios valores, muchos de estos jóvenes activistas judíos quieren que Israel represente sus valores. Ellos no viven en Israel, o si alguna vez han vivido, en su gran mayoría no desean quedarse en Israel. Su punto de vista tiene un tinte de actitud "civilizadora colonial" y su acción de "misión colonial". Ellos mejor que nadie saben lo que es "mejor para Israel", y ellos creen que tienen "el derecho y la obligación de luchar para que Israel sea mejor".

En un sentido, no son exactamente antisionistas. Tony Judt fue un antinacionalista y se convirtió en un antisionista. Pero estas voces exactamente no quieren acabar con el nacionalismo. Para ellos otros nacionalismos están bien, por ejemplo el palestino. Ellos desean que el sionismo encarne sus valores. Es un sionismo izquierdista y radical en un sentido.

Es también, a veces, una obsesión enfermiza y una relación enfermiza.




PD: Divertido análisis, interesante por recalcar el narcisismo de estas "bellas almas judías progresistas", pero que olvida que forman parte de un conglomerado estructural superior, la "izquierda radical", donde solamente se puede estar y permanecer si se sigue a rajatabla su mitología o sus doxas fundamentales; postcolonialismo, superioridad moral, absoluto apoyo a las minorías denominadas "no blancas", con una completa ausencia de autocrítica y de visión crítica de los objetos de su pasión.

Y en la pirámide de prioridades actuales de este conglomerado están por orden de importancia: musulmanes (con los palestinos encabezando el grupo), otras poblaciones o minorías de color, orientaciones sexuales distintivas y, finalmente, las mujeres.

Se ha podido ver como estos activistas judíos radicales salen en defensa de otros activistas que realizan proclamas antisemitas por formar parte de esos "grupos de interés prioritario".

Lo que nos cuenta Seth Frantzman parecer estar más bien en sintonía con un grupo de devotos del Haaretz.

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