Friday, July 29, 2016

La elección de Israel no es entre "la ocupación y la paz" - David Brog - The Jewish Week



Los informes de la reciente Conferencia de Herzliya han provocado un nuevo debate sobre si la comunidad judía americana pro-Israel debe asociarse con J Street en la lucha contra el BDS en los campus de Estados Unidos. Los que apoyan esta asociación destacan el colapso de la popularidad de Israel entre los progresistas más jóvenes y argumentan que sólo J Street puede proporcionar las conexiones con la izquierda y la credibilidad necesarias para competir por esta cohorte.

Parecen acertar sobre el problema, pero están equivocados en el remedio.

Cualquier ventaja a corto plazo obtenida por abrazar a J Street será compensada ​​por el daño a largo plazo. Los líderes de J Street pueden creer que están actuando buscando los mejores intereses de Israel. Pero en la práctica, J Street hace más que cualquier otra organización a la hora de fomentar una narrativa que está alimentando tanto el BDS como una desilusión progresiva con Israel.

El mito central detrás del supuesto éxito del BDS no es que Israel sea un Estado de apartheid o practique una limpieza étnica. Tales extravagantes afirmaciones influyen a muy pocos más allá de la franja radical que desea ardientemente creer en ello. No, el mito más peligroso es que Israel tiene que elegir entre la "ocupación y la paz”. En el mundo de fantasía de J Street Paz Ahora y el resto de sus aliados, Israel tiene el suficiente poder como para poner fin a su conflicto con los palestinos simplemente saliendo de Cisjordania. Desde el momento en que Israel decide permanecer en Cisjordania, a continuación se desprende que Israel es el único responsable de la prolongación del conflicto.

La amarga experiencia nos ha enseñado que Israel no tiene tal poder para poner fin al conflicto. Israel ha ofrecido en repetidas ocasiones a los palestinos un estado en casi la totalidad de Cisjordania y Gaza, con su capital en Jerusalén Este. Pero los palestinos han rechazado en repetidas ocasiones estas ofertas.

Cuando Israel ofreció a renunciar a la Ribera Occidental y Gaza en el 2000, y nuevamente en el 2001, el presidente palestino, Yasir Arafat no se limitó a decir que no. Sus organizaciones de Fatah comenzaron a competir con Hamas para ver qué grupo podría asesinar a más civiles israelíes. Ellos mataron a más de 1.000 judíos y árabes israelíes en esa competencia.

Cuando Israel ofreció abandonar estos territorios de nuevo en 2008, el presidente palestino Mahmoud Abbas simplemente se alejó de tomar una decisión. Él se ha negado rotundamente a volver a la mesa de negociaciones desde entonces. Abbas podría no desea firmar un acuerdo de paz que le obligaría a renunciar a las reclamaciones palestinas con respecto al Israel pre-1967. O simplemente podría temer por su seguridad si así lo hace. De cualquier manera, él ya ha demostrado claramente que no piensa firmar.

Así que no, Israel no tiene que elegir entre "ocupación y la paz”. La única opción real de Israel es entre “esperar a un socio de paz serio y una retirada unilateral”. Pero también en este caso, la historia enseña una lección dolorosa. En el 2005, Israel retiró unilateralmente a todos sus soldados y a los civiles de Gaza sin un tratado de paz. Al cabo de dos años, Hamas había depuesto a Fatah en un sangriento golpe de estado y tomó el control de Gaza. A continuación el lanzamiento de cohetes desde Gaza hacia Israel aumentó dramáticamente.

Con todo lo mal que representa Gaza, se trata de un problema menor en comparación con lo que sucedería si acontecimientos similares se desarrollaran desde Cisjordania. Gaza está relativamente distante de los grandes centros de población de Israel. La mayoría de los cohetes Kassam de Hamas sólo pueden alcanzar a las ciudades del sur de Israel. Hamas tiene que utilizar el contrabando de misiles de largo alcance con el fin de poner en peligro a Tel Aviv y Jerusalén.

Cisjordania, sin embargo, no está lejos de los principales centros de población de Israel. Cisjordania es una elevada meseta estratégica que domina la estrecha llanura costera de Israel - sólo nueve millas de ancho en ciertos puntos - que contiene a más del 70% de la población de Israel y de su infraestructura económica. Si Hamas tomara el control de Cisjordania, ya no necesitaría importar misiles. Sus propios cohetes de fabricación casera podrían llegar a cada rincón de Tel Aviv, del aeropuerto Ben-Gurion y de Jerusalén. Y si Hamas no expulsa a Abbas, bien podría ser el ISIS quien lo haga.

La creencia de que Israel tiene el poder para poner fin al conflicto ofrece una cierta comodidad. Es fácil entender por qué grupos como J Street tal vez deseen disfrutar de esta fantasía. Sin embargo, en los campus universitarios de los Estados Unidos, esta desconexión flagrante de la realidad es peligrosa. Alimenta la mentira sobre Israel y difunde que solamente Israel es responsable de este conflicto. Y si los estudiantes creen que solamente Israel es el culpable, la pendiente hacia un boicot de Israel será cada vez más resbaladiza.




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Muy interesante: Una brecha generacional haredi propicia y favorable - Evelyn Gordon




Si uno lee últimamente los titulares de los medios israelíes podrá comprobar por qué muchos judíos estadounidenses están convencidos de que el extremismo ultra-ortodoxa es cada vez peor. El lunes, los partidos haredi (ultra-ortodoxos) presentes en la coalición lograron aprobar una ley restrictiva para los no ortodoxos en lo referente al uso de los baños rituales estatales. A principios de este mes, los tribunales rabínicos dominados por los haredi se negaron a reconocer las conversiones de un estimado rabino ortodoxo americano, Haskel Lookstein; y desde hace meses los partidos haredi han bloqueado la aplicación del sensato compromiso elaborado por Natan Sharansky sobre el culto de los no ortodoxos en el Muro Occidental. Sin embargo, si miramos únicamente estos titulares nos perderemos una parte crucial de la historia: los jóvenes haredim, sin dejar de estar apasionadamente comprometidos con el judaísmo ortodoxo, están rechazando cada vez más las posiciones de línea dura de su liderazgo rabínico sobre numerosas cuestiones, incluyendo el tema laboral, el servicio militar, el estudio académico, y aislamiento comunal.

Vamos a empezar con el tema laboral. Oficialmente, el liderazgo rabínico todavía sostiene que los hombres deben estudiar la Torah a tiempo completo. Sin embargo, la proporción de hombres haredi que entran en el mercado laboral está en constante aumento, y el año pasado superó el 50% por vez primera desde que Israel inició el seguimiento de estos datos. Ahora es del 51,2%, y el gobierno espera que alcance el 63% en 2020.

En cuanto a las mujeres haredíes, cualquiera que piense que están confinados en la cocina están muy por detrás de la realidad. El año pasado, el 73,1% de las mujeres haredíes trabajaban, por encima del 61,5% de tan sólo cinco años antes. Eso ya está muy por encima de la meta del gobierno del 63% en 2020. Y dado que la comunidad haredi no puede proporcionar suficientes puestos de trabajo para todas estas mujeres, están cada vez más integradas en una economía más amplia, incluyendo la alta tecnología. Obviamente, esto implica un mayor contacto con los no haredim.

Las nuevas actitudes hacia el trabajo también están influyendo en una nueva generación de políticos haredim. El Haaretz mostraba hace poco un fascinante perfil de Israel Porush, de 36 años de edad, el alcalde de la ciudad haredi de Elad, cuyo padre y abuelo fueron prominentes miembros de la Knesset y viceministros. Los anteriores Porush se centraron en las preocupaciones tradicionales de los haredim. Sin embargo, el joven alcalde Porush tiene un objetivo diferente: en palabras de la periodista Meirav Arlosoroff, "que el mayor número de habitantes de la ciudad acceda como sea posible al mercado laboral". Con este fin, no sólo ha traído empresas de negocios como un centro de desarrollo de software a la ciudad, sino que además ha negociado acuerdos con dos gobiernos locales vecinos, uno judío secular y otro árabe, para crear parques industriales conjuntos.

En la educación, el cambio es igualmente dramático. No sólo el número de haredim en la universidad ha dado un salto de un 83%, con cerca de 11.000, a partir de 2011-2015, sino que además las actitudes hacia los estudios seculares en las escuelas secundarias también está cambiando.

No nos imaginaríamos esto mirando a la vieja generación de políticos haredi: el domingo, a instancias de los partidos haredi, la coalición gubernamental acordó derogar una ley que impone sanciones económicas a las escuelas haredi que no enseñan el plan de estudios básico.

Pero al día siguiente, el Jerusalem Post citaba un nuevo estudio que encontró que al 83%de los padres haredi les gustaría que sus hijos asistieran a escuelas secundarias que enseñan materias seculares junto a las religiosas, como ya lo hacen las escuelas haredi. Otro 10% consideraría esta opción. Por otra parte, observaba el artículo, el número de chicos haredi que asisten a las escuelas secundarias haredi, las cuales preparan a los estudiantes haredi para los exámenes de matriculación seculares, se ha duplicado desde el 2005. Aunque el número permanece bastante bajo (1.400 inscritos en el año pasado), los resultados de la encuesta indican que esto puede deberse menos a la falta de demanda que a la falta de oferta: hoy en día, poco más que existen una docena de tales escuelas.

La encuesta también da credibilidad a la afirmación del ministro de Educación Naftali Bennett de que la legislación coercitiva no es necesaria para resolver el problema de los estudios seculares. Ayudar a otras escuelas a empezar, en lugar de poner obstáculos en su camino, podría ser igual o más eficaz.

Con respecto al servicio militar, el cambio también es evidente. En 2014, 2.280 haredim se alistaron al ejército, y unos 340 al servicio social, lo que representaría alrededor de un tercio del total de jóvenes haredi de 18 años que podría alistarse al ejército anualmente (unos 8.000), y en algunos lugares las cifras son más altas: en Elad de Porush, alrededor del 40% de los hombres hacen el servicio militar.

Por otra parte, el estigma contra el servicio militar se desmorona rápidamente. Tal como señaló recientemente Rachel Levmore, un miembro del panel del gobierno que nombra a los jueces de los tribunales rabínicos, hasta este mes la más alta corte rabínica de Israel nunca había incluido un juez que sirvió en el ejército. Sin embargo, tras la ronda de este mes, la mitad de sus jueces son ahora veteranos del ejército, incluyendo dos sefardí haredim y un haredi asquenazi. Esto último es particularmente notable porque el servicio militar es mucho menos común entre los haredim asquenazíes.

Como escribió Levmore, estos números envían un mensaje importante: el servicio militar ya no descalifica a los haredim para posiciones rabínicas prominentes. Hoy en día, usted puede servir en el ejército y todavía ser nombrado miembro del Tribunal Supremo Rabínico, con la aprobación unánime de un panel que incluye a rabinos haredi y a un miembro haredi de la Knesset.

Es cierto que estos cambios en la sociedad haredi no conducirán a cambios de actitud en la élite dirigente a corto plazo. Los principales rabinos haredim tienen cerca de noventa años, y sus sustitutos serán hombres de una edad similar o algo inferior. En otras palabras, son productos de un mundo muy diferente, uno donde el Holocausto acabó con la mayoría de los judíos de Europa, donde el sistema del ejército y de la escuela de Israel buscó activamente crear "nuevos judíos" que siguieran el molde de la élite secular gobernante, por lo que la reconstrucción del mundo de la Torah se convirtió en una necesidad imperiosa, y para ello el aislamiento de la sociedad y el conocimiento secular se consideró esencial para lograr este objetivo. Esta es la visión del mundo que absorbieron en sus años de formación la actual élite dirigente haredi, y no lo abandonará en su vejez.

Pero los haredim más jóvenes se han criado en un mundo muy diferente, uno en el que el estudio de la Torah floreció, donde la población religiosa también crecíó, y donde las instituciones del Estado, desde el ejército a las universidades, dieron la bienvenida a los haredim sin tratar de conseguir que dejaran de ser haredim. En consecuencia, esta generación se siente menos amenazada por el mundo secular, confía en su capacidad para trabajar y asistir a la universidad, e incluso realizar el servicio militar sin perder su identidad haredi.

El cambio de abajo hacia arriba es por lo general más lento que la versión de arriba hacia abajo, pero también tiende a ser más duradero. Y por lo tanto, los titulares de los últimos meses son engañosos: la evolución dentro de la sociedad haredi en su conjunto proporciona realmente muchos y poderosos motivos para ser optimistas.

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Thursday, July 28, 2016

Un extraño ataque a la legitimidad de Israel y Siguiendo los pasos del Mufti - Dan Margalit / Edy Cohen - Israel Hayom



El presidente palestino, Mahmoud Abbas, tiene muchas caras, pero nunca pareció tan delirante como hasta este lunes cuando anunció que había pedido ayuda a los países árabes para llevar a la Gran Bretaña ante la Corte Penal Internacional por la Declaración Balfour de hace casi 100 años. Las cerca de 50 palabras de la nota del anterior secretario de Asuntos Exteriores Arthur James Balfour, que remitió al segundo barón Walter Rothschild, prometían que Gran Bretaña trabajaría para establecer un hogar nacional para el pueblo judío en la tierra de Israel, sin perjudicar a los demás.

La Declaración Balfour fue precedida por 12 borradores. Leonard Stein escribió sobre ella en un libro de 500 páginas. El padrino fue el Dr. Chaim Weizmann, que más tarde se convirtió en el primer presidente de Israel. Cuando Balfour se preguntó por qué el Estado debía establecerse exactamente en la Tierra de Israel, Weizmann le respondió: "Jerusalén era nuestra cuando Londres era todavía un pantano".

Sin embargo, la Declaración Balfour no existe en el vacío. El mundo la apoyó. Incluso el rey Faisal de Irak, cuya familia era originaría de Arabia Saudita, alcanzó un acuerdo con Weizmann sobre los términos de la nota. La declaración fue aprobada en 1920 por una conferencia internacional que se reunió en San Remo, después de la Primera Guerra Mundial, y recibió la aprobación del mandato para el Consejo de la Sociedad de Naciones en 1922, dando validez internacional a la Declaración Balfour, así como la resolución de la ONU de 1947 que establecía un Estado judío en parte de la tierra de Israel.

Así pues. Gran Bretaña no puede ser condenada como si la declaración Balfour - que fue la gran excusa para las revueltas árabes en la Tierra de Israel durante casi todos esos años - existiera en una burbuja. Si la Corte Internacional discute el asunto, tendría que abordar la cuestión de si la existencia de Israel es legítima a los ojos del mundo, sin tener en cuenta las decisiones de ese mismo mundo sobre el tema hasta el momento.

Puede ser que el desesperado movimiento de Abbas oculte esa malicia. Él tiene la esperanza de que si puede poner a Gran Bretaña a juicio por el documento de 1917, la justicia del sionismo será puesta en duda en lo sucesivo. Este enfoque ciertamente no cae ciertamente en línea con su pretensión de apoyar una solución de dos estados y de ser un socio "moderado" para la paz.

Cuando se piensa en su decisión, se trata de un recurso de risa. Es tan ridículas que uno se preguntó por qué limita su acusación a Gran Bretaña. ¿Qué hay de culpar a Dios por prometer a Abram que "a tu descendencia le daré esta tierra" (Génesis 12: 7)? Estos parecen unos "motivos" mucho más definitivos para una demanda penal que la nota de Balfour.



Siguiendo los pasos del mufti - Dr. Edy Cohen 

La Declaración Balfour, o "la promesa maldita" como se le denomina en árabe, establece el compromiso escrito por parte de Gran Bretaña para apoyar el establecimiento de un hogar judío en la Tierra de Israel. La declaración no anula el establecimiento de un estado árabe junto al judío, algo que los árabes han rechazado de plano varias veces en el transcurso del conflicto palestino-israelí. El presidente palestino, Mahmoud Abbas, no es el primer líder palestino que ha tratado de ir en contra de la Declaración Balfour. De hecho, el ex mufti de Jerusalén, Hajj Amin al-Husseini, la combatió sin descanso. Por otra parte, la mayoría del apoyo político y financiero al mufti por parte del Tercer Reich tenía que ver con la declaración y la oposición a dicha declaración.

Todo el mundo conoce que los árabes saben hacer propaganda que suene bien a los oídos occidentales. Sus mentiras y su incitación son ilimitadas. Hoy en día, están explotando cínicamente la celebración de la Nakba palestina al igual que, en el pasado, el mufti de Jerusalén gritaba y cínicamente protestaba en Alemania durante el aniversario de la Declaración Balfour para ganarse el favor de los nazis.

En efecto, en cuanto el mufti llegó a Alemania se encargó de marcar el aniversario de la declaración Balfour con el apoyo de la comunidad árabe de Berlín marchando por las calles y dando un sermón en una mezquita de Berlín. Esto es lo que dijo el 2 de noviembre de 1943: "En este día, hace 26 años, se emitió esa mala nueva que fue la Declaración Balfour, la cual tiene la intención de establecer un hogar judío en Palestina siguiendo el esquema judío-inglés de la guerra anterior. Esta declaración abusiva vino de la Gran Bretaña, y le da a los judíos tierra árabe musulmana, allí hacia donde se dirigía la primera oración musulmana, la tierra natal de la mezquita de al-Aqsa y otros lugares sagrados para el Islam".

"Esta traición británica de los árabes se produce después de la que la precedió, cuando Gran Bretaña y sus aliados dividieron a los países árabes que habían perdido su independencia bajo el Acuerdo Sykes-Picot. Más tarde, cuando los árabes comenzaron a dudar de las intenciones de Gran Bretaña, fue disuadida de prometer oficialmente en 1918 - por el mismo Arthur Balfour - que una vez más respetaría su independencia, Gran Bretaña hizo dos promesas contradictorias a dos pueblos diferentes de una sola vez... mantuvo su promesa a los judíos y violó sus contratos con los árabes".

Las palabras del mufti ganaron un importante apoyo entre los líderes nazis que participaron en cada evento que organizó, e incluso le proporcionaron un apoyo financiero ilimitado. Tomemos por ejemplo lo que el líder de la Gestapo Heinrich Himmler escribió al mufti en el aniversario de la Declaración de Balfour: "Desde que se fundó, el Partido Nacional Socialista siempre ha promocionado una guerra contra los judíos del mundo Por lo tanto, siempre ha sido un apoyo especial en esta guerra. Este reconocimiento compartido busca la libertad de los árabes, especialmente en Palestina, contra los invasores y enemigos judíos, y la guerra contra ellos es la sólida base de la alianza natural entre Alemania y los musulmanes que buscan la libertad. En el aniversario de la miserables Declaración Balfour, les extiendo mis más cordiales sentimientos y deseos de éxito".

En lugar de extender una mano en paz, Abbas el negador del Holocausto está adoptando la política del mufti y el Partido Nazi, una política que busca destruir el Estado judío.

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Un doble rasero sobre la homofobia: por un lado los lamentables rabinos "retrógrados", por el otro la "respetable tradición árabe" - Yoaz Handel - Ynet



El futbolista Eran Doron abrió la caja de Pandora de la ceguera políticamente correcta y la corrupción cuando afirmó que el diputado árabe del Meretz, Issawi Frej, fue el responsable de su despido como entrenador del FC Kfar Kassem hace varios años después de que se descubriera que Doron era homosexual. Él realizó sus acusaciones con el veredicto del tribunal, el cual declaró que de hecho fue despedido injustamente, y terminó apelando a la diputada y presidente del Meretz Zehava Galon.

Acusar a alguien de homofobia ya es lo suficientemente grave, pero conlleva un significado añadido, o un plus, cuando se acusa de ello a un miembro de un partido que ha declarado ser el campeón de los derechos de los LGBT. El Meretz, por su parte, respondió explicando que se trataba de una vieja historia, y que no fue Issawi Frej quien se refirió a la orientación sexual de Doron, sino el hermano de Frej. Tales excusas podrían haber sido tolerables si no fuera por el hecho de que la controversia explotó al mismo tiempo que los titulares sobre el rabino nacional religioso Levinstein, quien tildó a los homosexuales de "pervertidos", junto con una carta de apoyo a Levinstein firmada por unos 300 rabinos.

Encuentro el discurso de Levinstein y su carácter chulesco completamente repugnante. En lo que respecta a la historia de Kfar Kassem, creo sin embargo que el quid de la cuestión radica en la posibilidad de que muy bien puede ser cierta: en resumen, que los valores liberales serían solamente aplicables a ciertos grupos, mientras que otros, los árabes, estarían exentos de adherirse a ellos debido a la actitud condescendiente de sus defensores ante sus prejuicios.

No tengo ni idea de lo que realmente ocurrió en el caso del FC Kfar Kassem, pero estoy seguro de que no habrían aceptado un entrenador gay y que lo seguirán rechazando. Los desfiles del orgullo gay (en Kfar Kassem) también estarían fuera de cuestión ya que los diputados árabes no participan en este tipo de eventos, independientemente de cual sea la retórica de los derechos humanos que puedan vender, ellos y los partidos en que militan. Desde luego los derechos de los LGBT no se encuentran entre las demandas de las organizaciones árabes de "derechos humanos" como Adalah, y sin embargo no es imposible que un diputado árabe pudiera salir del armario.

El silencio en torno a los temas LGBT dentro de la comunidad árabe, al igual que el silencio en torno a los derechos de la mujer, forma parte de ese liberalismo paternalista que también está funcionando en Europa Occidental. Es fácil ver los recientes ataques terroristas por parte de extremistas musulmanes en Francia y Alemania como el resultado de un choque entre civilizaciones, y muy bien se podría pontificar sobre por qué esos países, precisamente los que más han hecho para acoger a los refugiados musulmanes, son los que más sufren esa lacra, pero si realmente queremos entender lo que sucede en la Europa actual tenemos que observar las diferencias existentes entre las culturas que están en juego.

La hipótesis principal entre los europeos en estos terribles días es que el terrorismo contra el que están luchando solamente es obra de una minoría radical, y que la mayoría de los musulmanes están verdaderamente interesados ​​en la asimilación en la sociedad europea que les ha adoptado. Las cómodas condiciones de absorción y una abundancia de oportunidades financieras aparentemente funcionarían como elementos tranquilizantes para la gran mayoría de esos emigrantes. Esto es cierto, por supuesto, pero también plantea la pregunta sobre cómo estaría respondiendo la mayoría de esos musulmanes.

En 122 a. C. el emperador romano Adriano comenzó a construir un muro para separar a su imperio de las tribus bárbaras en sus fronteras. A pesar de que el Imperio Romano ha desaparecido, sería prudente que Europa reconociera de una vez el muro cultural que persevera dentro de su territorio, y como los inmigrantes musulmanes en Europa no reconocen ni asumen los estándares europeos debido a la condescendencia de Europa hacia ellos.  En general se les concede una especie de indulgencia ética, al igual que lo hace el Meretz, y así muchos dentro de la izquierda árabe israelí demuestran su indulgencia cuando se trata de los valores liberales.

Es por eso que mientras los rabinos son quemados en una hoguera pública por sus puntos de vista, los árabes, por el contrario, son exonerados debido al "respeto a su tradición", tradición que parece "no existir ni funcionar" para los rabinos.

El problema con este enfoque es que el liberalismo no puede ser el producto de una conveniencia política. También pasa a ser la razón por la cual el terrorismo extremista musulmán deriva de una mentalidad separatista.

El completo fracaso de Europa para obligar a los inmigrantes a aceptar su forma de vida, y las consabidas "disculpas" que se les otorga a los inmigrantes musulmanes en nombre de la "tolerancia", son las mayores amenazas a las que se enfrenta hoy en día los valores europeos, y lo mismo ocurre hoy en Israel.

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Wednesday, July 27, 2016

¿Cuán impotente es Europa? Una civilización que no cree en nada en última instancia se somete a cualquier cosa - Bret Stephens - WJS



Según las últimas estadísticas, los miembros de la Unión Europea gastaron más de $ 200 mil millones al año en defensa, desplegaron más de 2.000 aviones de combate y 500 buques de guerra, y emplearon a cerca de 1,4 millones de militares. Más de un millón de agentes de policía también recorren a pie y en vehículos las calles de Europa. Sin embargo, de cara a la amenaza islamista en el continente, todo eso parece impotente. ¿Lo es?

¿Francia era tan impotente en mayo de 1940?

Estipularemos que un camión a 90 km/h por un paseo marítimo no es una división Panzer, y que unos pocos miles de combatientes dispersos del ISIS entre Mosul y Marsella no son una división de la Wehrmacht. Pero al igual que en Francia en 1940, la Europa de hoy muestra la misma combinación de rigidez doctrinal y de pérdida de voluntad que permitió que un ejército con 144 divisiones materializara la invasión de los alemanes en apenas seis semanas.

Y hoy en día, la línea Maginot de los "valores europeos políticamente correctos" tampoco prevalecerán sobre unas personas que no reconocen ninguno de esos valores.

Tanto claro le pareció esto al primer ministro francés Manuel Valls, que comentó después del penúltimo ataque terrorista que "Francia va a tener que vivir con el terrorismo". Esto puede haber sido concebido como una exposición de los hechos, pero también significó una admisión de que su gobierno no está a punto de conseguir el favor del público para una campaña de sangre, sudor, lágrimas y esfuerzo contra el islamismo yihadista del ISIS (ese Islam radical que Obama no puede nombrar). En suma, una capitulación prematura en un país que ya las ha conocido antes.

El Sr. Valls fue abucheado posteriormente en una ceremonia en memoria de las víctimas de Niza. Sería alentador pensar que esto se debió a que él y su jefe, el presidente François Hollande, no han logrado aún forjar una estrategia para destruir al ISIS. Pero la desaprobación del público francés procedía de que no había habido suficientes policías a lo largo del Paseo de los Ingleses para detener el ataque. En términos de fútbol, ​​se trataba de una queja por el fracaso de la defensa, no por el fracaso de su táctica para conseguir la victoria.

Luego está Alemania, sede de tres ataques terroristas en una semana. Parece casi como si estuviéramos en una época ya pasada cuando los alemanes dieron la bienvenida el año pasado a millones de inmigrantes del Oriente Medio en una especie de éxtasis de moral de autocongratulación y narcisismo, dirigido por Angela Merkel con su canto del "Podemos hacerlo", su lema del verano pasado que ahora nos suena como un reflejo viejo y hueco del "Sí se puede" de Barack Obama.

Ahora Alemania tendrá que hacer frente a una amenaza terrorista que convierte la amenaza de la banda Baader-Meinhof en la década de 1970 en algo cuasi trivial. El Estado alemán es más fuerte y más inteligente que el francés, pero también se rinde más fácilmente a la intimidación moral. La idea de la propia conservación nacional a toda costa siempre será discutible en un país que trata de expiar un pecado inexpiable.

Así pues, la cuestión es si ahora Europa es impotente. En su mayor cima de 1980, bajo François Mitterrand y Helmut Kohl, el proyecto europeo combinó la fortaleza económica de Alemania y la confianza en la política del poder francés. Hoy en día, se mezclan la debilidad política francesa con el solipsismo moral alemán. Esta es una fórmula para un rápido declive de la civilización europea, a pesar de los muchos recursos económicos o militares que la UE puede tener a su disposición.

¿Se puede detener el declive? Sí, pero eso requeriría un gran desaprendizaje de las mitologías políticas sobre las que se basa la Europa moderna.

Entre esas mitologías es preciso destacar:

- que la Unión Europea es el resultado de un compromiso moral de la posguerra por la paz.
- que el cristianismo tiene una importancia meramente histórica para la identidad europea.
- que no existe tal cosa como una solución militar.
- que no vale la pena luchar por la vigencia del propio país.
- que el honor es algo atávico y la tolerancia es el valor supremo.

Y es que las personas que no creen en nada, incluidos en ellos mismos, en última instancia se someterán a cualquier cosa.

La alternativa es un reconocimiento de que la larga paz de Europa dependía de la presencia del poder militar estadounidense, y que la retirada de ese poder requerirá que los europeos deban defenderse ellos mismos. Europa también tendrá que encontrar la manera de aplicar su poder de manera no simbólica, tal como hace ahora, sino estratégicamente, en la búsqueda de unos difíciles objetivos. Eso podría comenzar con la destrucción del ISIS en Libia.

Más importante aún, los europeos tendrán que aprender que la impotencia puede ser tan corrupta como el exceso de autoridad y mucho más peligrosa. La tormenta de terrorismo yihadista e islamista que está descendiendo sobre Europa no se podrá derogar sin modificar algunas políticas de inclusión de alcance comunitario, sin fomentar la ayuda externa o manteniendo las políticas migratorias y diplomáticas de la señora Merkel. Todo esto terminará en ríos de sangre. Pero se trata de la suya o la nuestra.

En todo esto, la mejor guía que Europa puede encontrar en su camino hacia la seguridad la proporciona un país al que sin embargo no ha dejado de dar lecciones y de vilipendiar durante la mayor parte de los últimos 50 años: Israel. Por ahora, Israel es el único país de Occidente que se niega a arriesgar la seguridad de sus ciudadanos sacrificándola al vago ideal de los derechos humanos de sus enemigos o en el altar de una paz ficticia.

Los europeos, sin duda, miran a Israel a la hora de obtener consejos tácticos en la lucha contra el terrorismo, en técnicas de gestión de multitudes y así sucesivamente, pero lo que realmente necesitan aprender del Estado judío es una lección moral: "que la identidad puede ser un gran conservador de la libertad, y que las sociedades libres no puede sobrevivir alojando cada vez más gentes contrarias a su cultura".

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Satira: A causa de un fallo en el software, el Haaretz debe generar manualmente sus titulares anti-Israel - Preoccupied Territory




Tel Aviv, 25 de julio - Tras dos días de mal funcionamiento de una de las aplicaciones más utilizadas por el diario, su personal se ha visto obligado a realizar el trabajo que hacía ese software: crear titulares que extraen de sus respectivos artículos los más concluyentes titulares anti-israelíes con el más sesgado sentido posible.

Las oficinas del Haaretz han estado luchando con un error evidente en el algoritmo de generación de titulares desde el domingo por la tarde. Los editores notaron por primera vez ese error cuando un artículo de opinión claramente anti-Israel se generó con un titular muy soso, descubriendo el problema de la aplicación de software, denominada LIBELO (Léxico Inteligente de Breves Extractos).

En algún momento de la mitad de la tarde del domingo, el software LIBELO comenzó a generar titulares en desacuerdo con las normas editoriales de la publicación, un fenómeno que el personal detectó cuando se le proporcionó un artículo sobre el aumento en el número de pacientes palestinos de Gaza tratados en hospitales israelíes y LIBELO generó un titular que no utilizaba las palabras clave "asedio", "apartheid" o "la zona más densamente poblada de la Tierra". Como resultado, los escritores y editores de Haaretz deben generar manualmente los titulares adecuados, utilizando su valioso tiempo y energía que de otro modo podría ser utilizado para generar sus propios artículos anti-Israel.

"Todo lo que puedo decir es que estamos trabajando en ello", dijo un preocupado Amos Schocken, el editor del periódico. "No puedo decir cuándo será resuelto este problema. Tanto las versiones impresas como la de la web del Haaretz hacen un uso continuo y extenso de LIBELO, por lo que esto nos está desacelerando. Nuestros consultores técnicos están haciendo lo que pueden. Por desgracia, LIBELO es un software propietario que encargamos hace ya bastantes años. Eso significa que dependemos de un equipo muy específico de desarrolladores para solucionarlo. No hemos tenido ningún problema hasta ahora, y LIBELO realizaba excepcionalmente bien su labor hasta la fecha", dijo Schocken que aún no sabía si la avería se debió a errores en el código de LIBELO, a alguna modificación accidental de él, o actividades maliciosas del gobierno israelí, pero que esta última posibilidad no debe descartarse.

"No tenemos evidencia directa de actos maliciosos, por supuesto, pero con el actual gobierno no descartamos nada", continuó. "Ya saben, se acuerdan de ese cortocircuito eléctrico que provocó un incendio en la oficina de Jerusalén de una ONG, hipotéticamente parecía un accidente... Y todas las evidencias lo respaldaban, confirmando un mal funcionamiento eléctrico, pero, por supuesto, la única cosa en que podemos pensar automáticamente es que se trata de un acto criminal de derecha y/o de los colonos, y eso es el ángulo que tiene que ser explorado más profunda e inmediatamente. Ya sabes, hipotéticamente".

"Por cierto, vamos a titular este artículo sobre el fallo de LIBELO y lo vamos a titular 'La libertad de expresión en Israel está siendo amenazada' ", añadió el editor del Haaretz.

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¿Misterio sobre quién envió el avión no tripulado al espacio aéreo israelí? - Ben Caspit - Al Monitor



La fuerza aérea israelí no están acostumbrada al fracaso. De este modo este cuerpo, que se había convertido en sinónimo de excelencia y rigor, ha estado en un dilema durante los últimos 10 días: el 17 de julio lanzó dos misiles Patriot contra un vehículo aéreo no tripulado (UAV) que penetró en el espacio aéreo israelí sobre la zona de los Altos del Golán y los dos Patriots perdieron su huella. Un avión de combate F-16 también fue despachado contra el misterioso UAV y lanzó un misil aire-aire contra él, pero también perdió el objetivo. Para gran consternación de la fuerza aérea, el avión tuvo éxito a la hora de dar la vuelta para desaparecer en territorio sirio, tan rápido como vino.

Hasta ahora, la fuerza aérea no conoce las respuestas a las preguntas fundamentales: ¿Qué tipo de vehículo aéreo no tripulado era, quien lo lanzó y por qué no pudieron interceptarlo?. Al-Monitor recibió información de que el UAV estuvo sobre el territorio israelí durante unos 30 minutos. En términos de la fuerza aérea, esto es prácticamente una eternidad.

"La investigación está en marcha", una fuente de alto rango de la Fuerza Aérea le dijo a Al-Monitor esta semana bajo condición de anonimato. "Todavía está en Investigación de Operaciones. Por el momento no podemos dar a conocer sus conclusiones. Esperamos que vamos a saber qué ocurrió exactamente y cómo, y que vamos a ser capaces de sacar las conclusiones apropiadas".

La fuente añadió que el incidente cogió a la fuerza aérea por sorpresa. "Los misiles Patriot tienen una capacidad probada de interceptar vehículos aéreos no tripulados. Esto se logró con éxito en los ejercicios de entrenamiento y también en incidentes reales en la campaña Escudo Protector", agregó. "Esta vez no pudimos cumplir nuestra misión, y lo más importante es entender por qué".

Este fue el primer fracaso vergonzoso de la batería de misiles israelí Patriot que ha protegido durante mucho tiempo el norte del país. El 23 de septiembre de 2014, un misil antiaéreo israelí derribó un Su-24 avión de ataque sirio que había penetrado el espacio aéreo israelí por encima de los Altos del Golán. Un mes antes, un misil Patriot había interceptado un vehículo aéreo no tripulado, al parecer, característico de la fuerza aérea siria. En el momento en que parecía que los Patriot ofrecían a Israel una capacidad de respuesta inmediata incluso más eficaz que los aviones de intercepción. Entonces vino el fallo actual.

En ciertos aspectos, la interceptación de vehículos aéreos no tripulados es vista como un desafío mucho mayor que derribar aviones de combate. La razón: estos aviones son más pequeños que los aviones de combate, por lo que a veces es considerablemente más difícil. Su lentitud los hace un objetivo difícil para los misiles de un avión de combate y también para los misiles de intercepción que están diseñados para bloquear a objetos mucho más grandes y rápidas. Estas cualidades (o debilidades aparentes) dan ciertas ventajas a los vehículos aéreos no tripulados.

Las preguntas más importantes que ahora se está haciendo la fuerza aérea israelí son: ¿Quién operaba tras el UAV que no fue interceptado? ¿Era un objeto de la fuerza aérea siria que, al tratar de recopilar información de inteligencia sobre los rebeldes en la zona Golan, penetró el espacio aéreo israelí por error y regresó? O tal vez pertenecía a la fuerza aérea rusa que vino a ayudar a las fuerzas del presidente sirio Bashar al-Assad y accidentalmente cruzó la frontera?

Pero aún hay otra, aunque remota, posibilidad: que se tratara de un avión ruso que intentó sondear las fronteras de Israel y tal vez recoger información de inteligencia sobre el despliegue masivo de Israel en los Altos del Golán. En tal caso, todavía no está del todo claro cual debería ser la respuesta de la fuerza aérea israelí.

Ya se ha informado al Al-Monitor por una fuente militar israelí de muy alto nivel que un avión ruso que penetrara el espacio aéreo israelí no sería derribado. Esta política supone un marcado contraste con las reglas y órdenes permanentes del despliegue de intercepción israelí que dice que cualquier cosa que cruce la frontera será derribado, sin hacer preguntas, ya que Israel es un país pequeño y su tiempo de respuesta es extremadamente corto. Pero en el caso de que un avión ruso cruce las fronteras, las órdenes son de no intercepción y punto.

"No vamos a cometer el error del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien ordenó el derribo de un avión de guerra de Rusia en noviembre de 2015", nos dijo un contacto militar israelí en condición de anonimato. "Los  rusos no son nuestros enemigos y un avión de Rusia no amenaza a Israel. Estamos hablando de un error, y no hay necesidad de derribar un avión".

El 17 de julio, no se sabía quién había puesto en marcha el UAV que penetró en el espacio aéreo de los Altos del Golan. Sin embargo, Israel disparó dos misiles Patriot contra él. ¿Qué hubiera pasado si el avión hubiera sido derribado y resultara después que fuera ruso? Israel no sabe realmente la respuesta a eso. Un UAV no está en la misma categoría que un avión de combate tripulado por pilotos rusos, como el que derribó el año pasado Turquía. De una forma u otra, la fuerza aérea no descansará hasta que se conozca por qué dos misiles Patriot no cumplieron con su objetivo, al igual que el avión de combate de defensa aérea F-16. Es bien conocida la política de Israel de mantener la superioridad aérea absoluta y una tolerancia cero a la hora de permitir que las aeronaves extranjeras penetren en el espacio aéreo del Estado de Israel.

En los primeros días de la participación rusa en los combates en Siria, Israel tenía la esperanza de que algún tipo de coordinación permanente y de que se mantuviera la conexión entre las fuerzas rusas (en especial la Fuerza Aérea de Rusia), y el IDF y las fuerzas aéreas israelíes. Ahora bien, es evidente que dicha coordinación simplemente no existe. No hay canales de comunicación entre las dos fuerzas aéreas, y los rusos no siempre transmiten avisos a Israel antes de embarcarse en actividades aéreas en regiones próximas a las fronteras israelíes. Y esto a pesar de las muy publicitadas reuniones entre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente ruso, Vladimir Putin, en una de las cuales había sido asistido por el jefe del gabinete israelí, el teniente general Gadi Eizenkot en septiembre de 2015.

El mecanismo alternativo que se crea entre las partes es un mecanismo de conflictividad en la que Israel sigue la actividad de Rusia en su radar e intenta evitar ser activo en las mismas regiones al mismo tiempo. Por lo tanto, la actividad israelí se lleva a cabo mucho más meticulosamente ahora que en el pasado para evitar posibles fricciones con los rusos.

Israel no está especialmente preocupado por este estado de cosas, sobre todo porque los estadounidenses no pierden de vistas los contactos entre los ejércitos israelíes y rusos. "No podemos permitir que se origine cualquier duda sobre la identidad de nuestro aliado estratégico", dijo una fuente militar israelí dijo a Al-Monitor en condición de anonimato. "Rusia es un agente extranjero amistoso que opera en la zona y no interferimos en sus actividades. Los Estados Unidos es nuestro aliado estratégico"

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¿Por qué las universidades de Turquía no son una causa legítima para un boicot académico por parte de aquellos que promueven el boicot de las israelíes? - Ben Cohen



Tras el golpe fallido de la semana pasada en Turquía - cuyas circunstancias exactas siguen siendo oscuras - el presidente Erdoğan ha emprendido una purga a nivel de todo el estado de sus oponentes políticos con una velocidad alarmante.

El jueves pasado, Erdogan declaró el estado de emergencia durante tres meses , lo que le permite hacer leyes sin consultar a los legisladores, así como hacer cumplir el toque de queda y prohibir las reuniones públicas. Irónicamente, dada su defensa de esta medida como necesaria para preservar "los derechos y las libertades de nuestros ciudadanos", Erdogan invocó el artículo 120 de la Constitución turca que fue aprobada durante el régimen militar en la década de 1980.

Durante la última semana, al menos 60.000 soldados, policías, jueces, funcionarios, profesores han sido suspendidos o detenidos, o bien están bajo investigación por parte del régimen. Desde hace mucho tiempo la represión de los medios de comunicación de Turquía - el país se sitúa en el número 151 en el índice de libertad de prensa de Reporteros sin Fronteras - se ha extendido, con la revocación de más de 20 licencias de emisoras desde el intento de golpe de Estado.

Mientras Erdogan lleva a Turquía hacia un régimen autoritario, las universidades del país también están en la línea de fuego. Al igual que con los medios de comunicación, Erdogan y el partido islamista AKP insisten en que los institutos de educación superior están llenos de "terroristas Gulenistas" - una referencia a los seguidores del clérigo exiliado Gülen -, a los que acusa Erdogan de estar detrás del golpe. El efecto neto de la purga ha sido la suspensión completa de la libertad académica en Turquía, con más de 1.500 decanos universitarios ordenados a renunciar.

En la revista Science, el reportero John Bohannon observó :

Puede parecer extraño que el gobierno pueda tomar el control de las universidades con un solo decreto. Después de todo, los rectores en 180 universidades de Turquía son elegidos a través de un proceso nominalmente democrático en el que los miembros del profesorado universitario vota por sus candidatos. Pero los funcionarios del Ministerio de Educación - y, en última instancia, el presidente de Turquía - tienen la última palabra.

Los rectores de las universidades pidieron a sus decanos renunciar y la implicación era clara: renunciar o va a ser acusados de traición y arrestados", le dijo Caghan Kizil, un biólogo molecular de Turquía basado en la Universidad Técnica de Dresde en Alemania, a la revista Science. En el mismo informe, Sinem Arslan, un politólogo de la Universidad de Essex en el Reino Unido, describe la agenda de Erdogan en términos contundentes. "Ellos quieren tomar las universidades bajo su pleno control", dijo Arslan. "Ya no existirán las libertades académicas. No creo que nadie sea capaz de trabajar en las áreas de investigación que son consideradas tabú por el gobierno o escribir cualquier cosa que critique al gobierno".

Para aquellos que fuera de Turquía están genuinamente comprometidos con la libertad académica, la purga de las universidades turcas plantea la cuestión de si las universidades y asociaciones académicas en el extranjero ahora deben llamar a un boicot del sector de la educación superior de Turquía. Inevitablemente, también plantea el incómodo asunto de la doble moral que reina en las universidades occidentales, donde universidades y académicos israelíes son frecuentemente el blanco de boicots, en contraste vergonzoso el silencio sepulcral que hasta el momento ha distinguido a la respuesta de los académicos occidentales al asalto de Erdogan.

De hecho, como William Jacobson señaló en un artículo para el blog Legal Insurrection, no se trataba de que los académicos occidentales no tuvieran ya ninguna advertencia de que una purga se barajaba. Jacobson comentó:
A diferencia de Israel, donde los académicos israelíes son algunos de los mayores críticos del gobierno y de sus políticas, la represión del gobierno turco de las universidades turcas antes del reciente intento de golpe, ya habían convertido a las universidades turcas en cada vez más funcionarios de las políticas estatales, tal como Times Higher Education informó en abril:
"... los sucesivos gobiernos del AKP desde 2003, con Erdogan como primer ministro o presidente, se han determinado en mantener su tutela de larga fecha sobre el sistema de educación superior de Turquía. El premio esperado es la producción de graduados dispuestos a someterse a la autoridad - sobre todo a la autoridad actual del Estado. Por lo tanto, antes del reciente golpe, cada argumento utilizado en contra de Israel encaja perfectamente y mucho más con Turquía"
Por supuesto, Jacobson no hace ilusiones con la supuesta preocupación por la libertad académica que promovería el boicot de las universidades israelíes y que es avalado por organizaciones que van desde la Asociación de Profesores Universitarios de Gran Bretaña a la Asociación de Estudios americanos de los EEUU, así como las mismas 111 universidades de Turquía que se alinearon con el BDS en 2014, probablemente por orden del propio Erdogan.

Como Carey Nelson, quien se desempeñó como Presidente de la Asociación Americana de Profesores universitarios de 2006-12, argumenta en su ensayo "La fragilidad de la libertad académica":
No es sorprendente que los profesores que promueven el BDS a menudo no conozcan mucho sobre la libertad académica, como la mayoría de sus colegas, pero esta mayoría no realiza pronunciamientos sobre la libertad académica. Ellos simplemente perserveran en su ignorancia tranquila. La ignorancia de los que promueven el BDS es una ignorancia más proactiva. Es por ahí que hacen su sucio trabajo de sembrar la confusión y la desinformación.
Al mismo tiempo, no debemos permitir que aquellos que boicotean a los académicos israelíes establezcan diferentes términos del debate en torno a Turquía. Existe una inquietud comprensible sobre un llamamiento al boicot de la academia de Turquía, dado que Israel ha sido víctima de la misma herramienta. Ya que como dice William Jacobson, "me baso en mi propia experiencia a la hora estudiar lo sucedido con la Unión Soviética. Esa experiencia me demostró que la interacción académica, incluso con los regímenes más represivos, era un salvavidas para los que luchan por la libertad".

Además, hay otras formas, además de un boicot para demostrar la solidaridad. Por un lado, los académicos occidentales deberían estar presionando el Departamento de Estado y otras cancillerías para exigir que el Consejo de Educación Superior de Turquía levante inmediatamente la prohibición, impuesta después del intento de golpe de Estado, pata que los académicos turcos viajen al extranjero . Por otra parte, deben ser instan a las administraciones universitarias para ofrecer puestos de trabajo, becas, becas de investigación y otras formas de sustento a aquellos académicos turcos que han caído bajo la mordaza de Erdogan.

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¿Te vuelve el estudio exclusivo del Talmud más inteligente? Los datos disipan el viejo mito - Meirav Arlosoroff - Haaretz



El profesor entra en el aula: "¿Cuántas son dos más tres?", pregunta. Los estudiantes responden inmediatamente que cinco. El profesor pregunta: "¿Cuánto es dos veces tres?" La clase grita a seis. La siguiente pregunta: "¿Cuánta es la mitad más tres?" Bendito silencio.

Esto no ocurre en una clase de tercer grado. Es un verdadero ejemplo de un programa de preparación especial para hombres ultra-ortodoxos (o haredi) en el Technion, el Instituto de Israel de tecnología de Haifa. La mayoría de los estudiantes en la clase tienen entre 25 y 27 años de edad, y su conocimiento de las matemáticas, como podemos ver, termina con las fracciones, y es más o menos de un nivel de cuarto grado.

Su conocimiento de la física y la ciencia en general son casi inexistentes, pero su punto más vulnerable es una completa falta de conocimiento del idioma inglés. Muchos ni siquiera conocen el alfabeto inglés.

Debido a esta enorme falta de conocimiento en casi todas las áreas del aprendizaje básico, el Technion no introduce a estos estudiantes en sus programas regulares de preparación, aquellos que están destinados a los que no tienen el certificado de una matrícula completa pero todavía quieren ser aceptados en el Technion. Los ultra-ortodoxos ni siquiera cumplen el nivel mínimo de los programas de preparación.

En su lugar, pasan sus primeros cuatro meses en un programa pre-preparatorio para prepararlos para las clases de iniciación regulares. Los dos cursos intensivos que se requieren para llevarlos hasta el nivel universitario son de nueve meses.

La comunidad ultra-ortodoxa tiene una auto-imagen muy positiva. Ellos están convencidos, y quieren convencer al resto, que sus estudios de yeshiva les enseñan la lógica y que piensan y aprenden a un nivel muy alto. "La yeshiva enseña a los estudiantes cómo aprender", señalan a menudo.

Este enfoque lleva a muchos dentro del mundo haredi a mantener que no hay necesidad de enseñar las llamadas materias básicas (principalmente matemáticas, ciencias e inglés) en los sistemas escolares de Haredi.

"Todo lo que se aprende en 12 años de estudio se enseña en seis meses de un programa de preparación", dice Abraham Kadosh, un haredi que tiene un doctorado y es un CPA, además de ser un licenciado en impuestos y asesor financiero. "La forma en que se emprende el estudio haredi les permite tener éxito en la vida porque enseñamos cómo aprender", dice.

Kadosh no es el único haredi que completó su educación a una edad relativamente avanzada y se unió a la fuerza de trabajo, en parte debido a los enormes esfuerzos que invierte el gobierno en la formación de los haredim en sus 20 y 30 años. El programa de preparación de los haredi en el Technion, por ejemplo, es pagado por el estado e incluye gastos de manutención de los estudiantes.

Además del Technion, otras instituciones ofrecen programas dirigidos a la comunidad haredi que incluyen los campus haredim del Colegio Académico Ono, el Colegio de Tecnología de Jerusalén (Lev Academic Center) y el Sela College; todos los cuales preparan a hombres y mujeres ultra-ortodoxos para una profesión, así como les proporcionan títulos universitarios.

La opinión común entre la élite haredi es que la formación de adultos proporcionada por el gobierno es un gran éxito, por lo que vuelve innecesaria la campaña para enseñar las materias básicas en las escuelas haredi. Después de todo, se las arreglan para completar en seis meses lo que el resto de los estudiantes aprenden en 12 años.

Pero no nos confundamos con esos hechos

El problema es que no parece que las estadísticas respalden esa autoestima. Hace un mes, la Oficina Central de Estadística publicó los resultados de un gran estudio realizado en colaboración con la OCDE que examinaba las competencias de los adultos en Israel en 2014 y 2015. Los resultados, en su informe de 200 páginas, son fascinantes en varios aspectos, pero no menos cuando los datos comparan las habilidades de los adultos haredi con los no haredi en Israel.

Un análisis preliminar del informe por parte del Banco de Israel fue presentado en la Knesset esta semana. Su conclusión decía que "no existe una brecha entre los haredim y los no haredim con respecto a la habilidad matemática y la capacidad de leer, pero existe una brecha significativa en la capacidad de resolución de problemas en un entorno que requiere el procesamiento de la información".

Sin duda estos datos parecerían validar la concepción haredi de que sus habilidades en matemáticas y lectura son tan buenas como las de todos los demás, pero el título es engañoso.

Una mirada cuidadosa a los marcos que figuran en el informe pone de relieve la raíz del problema: Los encuestados se dividieron en cuatro grupos, desde el de menor nivel de rendimiento al de los de mayor rendimiento. En el grupo de menor nivel de rendimiento, los haredim son idénticos al resto de la población judía, en otras palabras, no rinden menos. Sin embargo, una gran brecha se abre entre los haredim y el resto de la población judía en los grupos de mayor rendimiento.

En el grupo de más alto rendimiento, el porcentaje de hombres haredi con habilidades matemáticas adecuadas es sólo del 9,7% frente al 17,5% de los hombres que no son judíos haredim.

En las habilidades de lectura, la brecha es aún mayor: El número de haredim en el grupo de más alto rendimiento es tan bajo que cae dentro del margen del error estadístico y ni siquiera se informa. Eso se compara con el 12% de los hombres judíos no haredim que tienen habilidades en este grupo.

En otras palabras, los datos muestran que los haredim son no más débiles que todos los demás en el extremo inferior de la escala, pero son mucho más débiles en la parte superior. La razón de que la conclusión del banco central es engañosa es que su estudio se basa en los promedios.

En promedio, es cierto que los haredim no son menos expertos en estas áreas que los no haredim. Sin embargo, cuando el Banco de Israel examinó la capacidad de los no haredim por grupos de edad, descubrieron por qué el promedio es engañoso: La comunidad ultra-ortodoxa es muy joven, y en promedio los jóvenes tienen mejores habilidades. Así que la distribución por edad eleva el promedio de los resultados de toda la comunidad haredi.

Cuando el Banco de Israel comparó el conjunto de habilidades según los grupos de edad, el verdadero estado de la sociedad haredi fue revelado: los adultos haredim son casi iguales en sus niveles de habilidad (con una diferencia de sólo el 0,6%), pero los haredim más jóvenes y menores de 40 años están bastante por detrás de sus compañeros no haredim, con una diferencia de casi un 13%. Eso significa que la divergencia en las habilidades está creciendo rápidamente porque los jóvenes haredim hoy ya no aprenden las materias básicas de todos, mientras que algunos de los mayores haredim sí lo hicieron.

¿Cómo encajan estos números con los numerosos casos de éxito de los haredim que completaron su educación a una edad más avanzada? Una vez más, la respuesta está en la brecha entre los promedios y los extremos.

"No hay duda de que la élite haredi, que estudia en el yeshivás de élite como Mir, Hebrón o Ponevezh es muy brillante", dice el doctor Neri Horowitz, un estudioso de la sociedad haredi. "Ellos son los estudiosos de la sociedad haredi y realizan estudio de un nivel muy alto, pero son una minoría elitista". No obstante, el promedio de los haredim es mucho menos exitoso que el de sus élites.

Las investigaciones realizadas por el Consejo de Educación Superior (por Eitan Regev del Centro Taub para Estudios de Políticas Sociales en Israel) demostraron que sólo el 50% de los haredim que inician una licenciatura en un colegio universitario logra terminarla. Esa es una gran tasa de abandono. Entre las mujeres haredi que estudian en los seminarios generales en sus años de escuela secundaria, y algunas de las cuales incluso emprenden exámenes de matriculación, la tasa de abandono es de sólo un 30%.

El profesor Haim Sukenit, presidente de la Universidad de Tecnología de Jerusalén, especializado en la formación de haredim, también informa de una tasa de abandono del 50%. Es doloroso, dice, "estos hombres haredi que decidieron hacer el esfuerzo de ser aceptados en la universidad y están llenos de motivación, sin embargo cuando entran en el mundo académico con un conocimiento básico de las operaciones aritméticas y sin conocer el ABC, les resulta difícil sobrevivir".

La tasa de abandono del 50% para los títulos universitarios es especialmente preocupante porque se trata de personas autoseleccionadas y a través de los programas de preparación académica destinados a los haredim.  [N.P.: ¿no tendrá que ver que también precisan alimentar a sus familias, ya que a esas edades todos prácticamente están casados y tienen varios hijos].

Entonces, ¿cuántos haredim optan por los programas de preparación? El profesor Dan Zilberstein, que está a cargo de los programas de preparación en el Technion, revela la amarga verdad. En los programas regulares de preparación en el Technion, adecuado para judíos y árabes que no han completado su certificado de matriculación, algunos pasan del 70%. En comparación, los dos cursos preparatorios haredí sólo tiene una tasa de éxito del 35%. Esto, por cierto, es después de que la Technion haya seleccionado sólo los estudiantes más adecuados, los que cree que son propensos a tener éxito.

"Resumamos", dice Horowitz. "hay 200.000 haredim que trabajan, de los cuales 772 son hombres que trabajan en profesiones de alta tecnología. Para las mujeres haredim, con un número de 4.300, la mayoría de ellas no ganan más de 5.500 shekels ($ 1.430) al mes. En otras palabras, incluso las mujeres que trabajan lo hacen en profesiones de baja tecnología".

"Es cierto, los haredim están muy motivados, y los estudios de yeshiva les dota con una gran capacidad para estudiar, pero sin embargo no tienen la oportunidad de competir con los no religiosos, ciertamente no para los puestos de alto nivel", nos dice Horowitz. "Van a tener éxito en la integración laboral en los niveles medios, sobre todo en puestos de trabajo dentro de la comunidad haredi. Su potencial permite a algunos de ellos eliminar las diferencias, pero la diferencia sigue siendo, y aún lo es, grande".

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Sunday, July 17, 2016

Cómo formar parte del campo del Bien, o cómo las imágenes sentimentales, para las "bellas almas progresistas", sólo son aceptables para las buenas causas, y la denuncia de la violencia islamista no lo es



Después de un atentado, lo más urgente parece ser descartar los hechos. Para ello, se centran sobre un elemento del cual no se niega vanamente su realidad. pero la cual se puede descartar en nombre del "respeto a las víctimas" . Ochenta y cuatro muertos, pero la foto de un niño muerto, al lado del cual reposa una muñeca, le parece algunos demasiado. Y es que la imagen no aportaría "ninguna información" .

No obstante, esa imagen provoca e irrita a una serie de personas, generalmente bellas almas progresistas, las cuales manifiestan una aversión a la realidad cuando se trata de ciertos temas. La alergia a esa realidad, después del gluten, se parece a la nueva alergia de moda

La mayoría de los comentarios en las redes sociales con respecto a dicha imagen hablan de "voyeurismo". Pobre destino el del voyeurismo... sería mejor hundir la cabeza en la arena o taparse los ojos. Estas bellas almas progresistas retoman, sin darse cuenta, el argumento del cómico antisemita Dieudonné sobre la "pornografía" (que sería cosa más bien de la mirada que algo real). Se quejan de tener que ver, mientras quieren restringir la libertad de aquellos que lo deseen.

Este pseudo-sentimentalismo - que ha obtenido la censura de la imagen en Facebbook - es sospechoso porque no se ejerce para las buenas causas, por ejemplo, con la imagen del niño inmigrante sirio muerto en una playa turca tras ahogarse de camino a Europa cuando viajaba con su familia en una balsa. Para lo que practican este pseudo-sentimentalismo progresista afecto solamente a las buenas causas, la obra macabra de un terrorista islamista no debería ser denunciada más que púdicamente, porque en realidad "nosotros los occidentales seríamos los verdaderos culpables" de su violencia asesina.

El debate sobre el "voyeurismo" y la "carroñería" de los medios de comunicación en estos casos, les permite a estos pseudo-sentimentalistas políticamente correctos absorber la primera ola de la realidad terrorista. Acusaciones que por otro lado siempre van unidas a la negación de los hechos: es decir, la presencia del terrorismo islámico.

En un segundo momento, después de haber evitado durante el mayor tiempo posible revelar y hacerse a la idea de la identidad del terrorista, se le evocará como un hombre "normal", sin signos religiosos particulares, condenado ciertamente, pero por simples violencias y desconocido para los servicios de inteligencia. Su ciudadanía pasará también por todos los colores: francés, pero de origen tunecino; poseyendo la doble nacionalidad; después simple residente y tunecino en definitiva, aunque habiendo obtenido un permiso de residencia a pesar de su pasado delictivo.

Con mucho cuidado se evitará revelar las aclamaciones y el sostén manifestado por personas de su medio, emigrantes musulmanes, en las redes sociales, y por supuesto se denunciarán las amenazas y derivas de la extrema derecha y cómo el gran problema es la islamofobia.

Y es que el "campo de bien" es el de la negación.., de la realidad

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Lo que la Unión Europea no quiere que sepan los israelíes - Evelyn Gordon



En los tres días desde que Israel aprobó una ley que obliga a nuevas exigencias informativas sobre su financiación a las ONG que son financiadas principalmente por gobiernos extranjeros, hay una pregunta que me gustaría que contestaran todos los críticos de dicha ley. Si como afirman con tanta estridencia no hay absolutamente nada malo en esas ONG's que reciben la mayor parte de sus fondos de gobiernos extranjeros, entonces ¿por qué simplemente el que ahora sea necesario informar de dicha en todas sus publicaciones ejerce un "efecto escalofriante" (según el Departamento de Estado ) o bien "les estigmatiza" (según el New Israel Fund ) o bien "limita sus actividades" (según la Unión Europea)?

La respuesta obvia es que todos estos críticos conocen perfectamente que no lo que funciona: una organización que obtiene la mayor parte de sus fondos de un gobierno extranjero no es por lo tanto una "organización no gubernamental", en absoluto, sino un instrumento de la política exterior de ese gobierno. En efecto, con respecto a la UE, sus directrices para recibir fondos son explícitas: para que una organización israelí que lleva a cabo actividades en los territorios sea elegible para recibir fondos de la UE, debe en primer lugar cumplir con las directrices de la política exterior de la UE sobre el conflicto palestino-israelí. Esto, por cierto, también explica por qué 25 de las 27 organizaciones afectadas por esta ley son de extrema izquierda: la extrema izquierda israelí es el único ámbito del espectro político de Israel que comparte totalmente las opiniones de Europa sobre el conflicto, y por lo tanto, es el único ámbito político que Europa está dispuesta a financiar.

Sin embargo, si una organización - que se anuncia como "no gubernamental" - es un instrumento de la política exterior de un país extranjero, es muy difícil argumentar objetivamente que solamente se trata de una "organización de derechos humanos", tal como estas organizaciones se denominan a si mismas. Más bien, es una organización abiertamente política que busca presionar a Israel para que adopte las políticas preferidas del gobierno extranjero. Y hacer conocer esto al público en general, definitivamente podría "estigmatizarla", en el sentido de que los israelíes podrían estar menos dispuestos a confiar en las afirmaciones de dicha organización una vez que se han dado cuenta de que tiene una agenda política no tan oculta y que podría estar influyendo en sus informes.

Sin embargo, esa es precisamente la razón por la que los israelíes tienen la necesidad y el derecho de conocer  como se financian estas organizaciones, especialmente teniendo en cuenta la magnitud de dicha financiación. Y es también la razón por la que no hay nada remotamente antidemocrático en la ley, tal como explica en profundidad el jurista Eugene Kontorovich.

Sin embargo, si esto es realmente lo que temen los críticos de la ley, entonces van por detrás de los tiempos. En los años transcurridos desde que la idea de esta ley surgiera por primera vez, la mayoría de las organizaciones en cuestión se han hecho a sí mismas tan tóxicas que es difícil ver cómo la información sobre su financiación extranjera pueda afectar demasiado a la manera ya muy negativa con que las ven los israelíes. Por lo tanto, el impacto más probable que tendría dar a conocer sus fuentes de financiación no sería deslegitimarlas a ellas, sino más bien deslegitimar a sus donantes, la cual es precisamente la razón por la que Europa, que proporciona la mayor parte de estos fondos, está tan preocupada.

Actualmente, una parte no trivial de la influencia de Europa en Israel proviene del hecho de que los israelíes aún la admiran, y por lo tanto quieren que a Europa les guste su país, y no solamente comerciar con ella. El hecho de que Europa es el mayor socio comercial de Israel, obviamente, también tiene una gran importancia, pero el ángulo emocional, que se deriva principalmente de papel de Europa como parte del Occidente democrático, no debe ser subestimado.

Consideremos ahora la forma en que dicha admiración podría verse afectada por el descubrimiento de la cantidad de dinero que Europa proporciona, por ejemplo, a Breaking the Silence (BtS). Esta organización, que compila "testimonios" de los soldados israelíes sobre presuntos abusos, no es muy popular en Israel por muchas razones: porque los israelíes no piensan que sus informes reflejen con precisión las acciones de su ejército; debido a que sus "testimonios" son estrictamente anónimos, por lo que es imposible investigar sus alegaciones; y porque dedica la mayor parte de su tiempo y de su esfuerzo en comercializar sus informes en el extranjero, convenciendo así a muchos israelíes de que están más interesados en empañar la imagen de Israel que en conseguir que el ejército mejore su comportamiento. Pero el mes pasado, dos incidentes llevaron su reputación a un nuevo mínimo.

El primero fue el infame discurso de Mahmoud Abbas ante el Parlamento Europeo, en el que utilizó un libelo de sangre medieval en el que afirmaba que los rabinos estaban pidiendo a sus seguidores que envenenaran los pozos palestinos. Esta acusación se originó en un informe de una agencia de noticias turca que citaba a Breaking the Silence como su fuente, algo que sonaba muy poco probable. Excepto que a continuación, la página web de la NRG publicaba un vídeo que mostraba a uno de los fundadores de BtS afirmando que los colonos habían diseñado la evacuación de un pueblo palestino envenenando su bienestar. Y un periodista centrista respetado, Ben-Dror Yemini, publicó una columna con más documentación donde se reivindicaba tanto el papel de la organización como su falsedad. Así que resultó que BtS en realidad difundió un libelo de sangre medieval.

Luego, la semana siguiente, un grupo de reservistas hicieron pública sus experiencias de cómo BtS recoge sus testimonios, acusándoles de acoso y de engaño. Después de su baja del ejército, la organización les llamó varias veces para llevarles a hablar sobre sus experiencias en la guerra de Gaza de 2014. Uno de estos reservistas dijo que le llamaron ocho o nueve veces. Pero cuando finalmente consintió, descubrió que la organización manipuló su relato para presentar al ejército de la peor forma posible.

Para comprender hasta qué punto una organización como BtS se ha convertido en tóxica, tengan en cuenta el hecho de que la rectora de la Universidad Ben Gurion, que ha defendido escrupulosamente su derecho a hablar en seminarios en su Universidad, sin embargo anuló una decisión departamental para otorgarles un premio monetario el mes pasado. Lo que la rectora Rivka Carmi afirmó esencialmente es que mientras ella defenderá su derecho a hablar, no está dispuesta a que su universidad financie a la organización. Y cuando se han perdido las universidades, que son las organismos más de izquierdas de Israel, realmente has perdido todo el país.

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Saturday, July 16, 2016

Un gran artículo que hay que leer: "El conflicto de los judíos estadounidenses con Israel: El precio de la asimilación ha sido la identidad judía" - Jonathan Bronitsky - National Interest


El embajador americano visita una yeshiva de Jerusalén

El 19 de abril, tres días antes del inicio de la Pascua de este año, la fiesta judía que celebra el éxodo de los israelitas de la esclavitud del antiguo Egipto, seis manifestantes fueron detenidos en la oficina de Boston de la AIPAC, el "lobby pro-Israel de América". Ellos se habían encadenado a un simulacro de mesa del Seder. Su grupo, IfNotNow, afirmaba que "buscan una comunidad judía estadounidense que represente la libertad y la dignidad para todos los israelíes y palestinos y para ello es preciso poner fin a su apoyo a la ocupación".

Como corresponde, ese grupo fue co-fundado en 2014 por Simone Zimmerman, una anterior activista en los campus de J Street, y que fue contratada el 12 de abril como "coordinadora del ámbito nacional judío" para la campaña para las primarias del candidato judío progresista Bernie Sanders, y que sin embargo fue suspendida de dicho cargo dos días más tarde después de que se descubrieran comentarios en Facebook del año 2015 donde bramaba contra Bibi Netanyahu por ser un individuo "engañoso, cínico, manipulador, idiota y arrogante".

Lo que ocurrió en Boston angustió a la comunidad judía estadounidense. Sin embargo, no llegó como una sorpresa total. La naturaleza controvertida del AIPAC es bien conocida, y las inclinaciones ideológicas de los jóvenes judíos americanos más progresistas se están convirtiendo en rápidamente conocidas. Lo que pasó al día siguiente en Manhattan, sin embargo, supuso una sacudida eléctrica para la comunidad, o más bien para la gran mayoría de ella. El 20 de abril, IfNotNow entró en el vestíbulo del edificio que alberga las oficinas de la Liga Anti-Difamación (ADL). Un centenar de activistas se vistieron con camisas donde se leía "No hay liberación con ocupación", y cantaron a pleno pulmón canciones en hebreo. Esta fue una flecha dirigida directamente al corazón de la ADL, posiblemente la institución más querida de la "corriente principal" de la comunidad judía estadounidense. Establecida en 1913 en respuesta a los pogromos en la Europa del Este, su lema es "Imagine un mundo sin odio" y su agenda implica defender no sólo una solución de dos estados para el conflicto palestino-israelí, sino también los derechos LGBT, el derecho al voto, los derechos de los discapacitados, los derechos de los inmigrantes y los derechos reproductivos de la mujer.

Muchos de los que quieren que Israel se retire de los territorios palestinos, "que por el momento, y por lo general, significa la Ribera Occidental, incluida Jerusalén Oriental", también participan en el movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS). Los judíos, según estiman varias fuentes, constituyen al menos el 20% de los participantes en la presión política y económica del BDS, lo cual es similar a la campaña que una vez que se libró contra la era del apartheid en Sudáfrica.

Voces Judías por la Paz, una organización no lucrativa pro-BDS con sede en Oakland, California, "es quizás la organización judía de más rápido crecimiento en los campus en todo el país", según postuló recientemente un profesor de la Universidad de Brooklyn en el New York Times. En una entrevista a finales de marzo en el Michael Medved Show, el senador Cory Booker, un demócrata de Nueva Jersey, fue tan lejos como para afirmar que la marca BDS representaba a "un movimiento anti-judío". (No faltaba mucho para deducir que la observación de Booker implicaba que el BDS era antisemita y, por lo tanto, los judíos involucrados en ese movimiento eran ejemplos de judíos de "auto odio").

Si esto no fuera suficiente para elevar la presión arterial, la corriente principal de los judíos estadounidenses se está dando cuenta que su influencia está desapareciendo y, como resultado, están perdiendo a una gran cantidad de gente valiosa. Pasen un día en un templo del Judaísmo de la Reforma y verán que alrededor del 35% de los judíos americanos que se suscriben a este ámbito, el cual representa por un amplio margen al mayor movimiento confesional judío en los Estados Unidos, están mayoritariamente allí representados por los padres del baby boom y, en especial, por los abuelos de la generación anterior, y comprobarán su alarma.

Dentro de varias generaciones, quizás dos o tres, es posible que muy pocas personas en los Estados Unidos que no cumplan con alguna variante del judaísmo "observante" (tradicional u ortodoxo) podrán identificarse a sí mismos como "judíos". El Pew Research encontró que el 30% de los judíos americanos no tienen una afiliación o denominación religiosa definida, mientras que el 22% no tiene "ninguna religión". Antes de 1970, los matrimonios mixtos eran inferiores al 20% entre los judíos americanos de todas las denominaciones. Desde el año 2000, hay más del 72% de matrimonios mixtos entre los judíos no ortodoxos americanos. De manera adicional, y esto se sobreentiende, caen en picado la práctica del ritual religioso, las costumbres judías y la creencia en los hogares de matrimonios mixtos. Incluso el judaísmo como "cultura", que en la tierra de la libertad significa ahora mismo "poco más que una afinidad por los bagels, el sarcasmo y la justicia social", pronto será más común entre los no judíos que entre los judíos americanos, si ya no lo es. De costa a costa, la corriente principal de los judíos americanos criados en el amor por Israel y por un judaísmo de los valores progresistas se siente abatida y desesperadamente ansiosa de entender lo que está pasando.

Dov Waxman, un profesor de ciencias políticas, asuntos internacionales y estudios de Israel en la Universidad Northeastern ha escrito "Los problemas en la tribu", donde argumenta que el consenso a favor de Israel que una vez unió a los judíos americanos se está erosionando, y que Israel se está convirtiendo en una fuente de división en lugar de una fuente de unidad para la comunidad judía estadounidense.

Él cree que esta división refleja no sólo "los cambios en Israel y en el conflicto palestino-israelí (como a menudo sugieren los informes de los medios de comunicación)", sino también los "cambios más amplios en la comunidad judía estadounidense". Waxman dedica la parte más preponderante de "Los problemas en la tribu" a la idea de que el "establishment judío estadounidense" es responsable de impulsar a muchos judíos americanos, en particular a los jóvenes americanos, lejos de su patrimonio. En su crítica del establishment judío estadounidense, reincide en las criticas previas de Peter Beinart en su ensayo de 2010 en el New York Review of Books "El fracaso de la clase dirigente judía estadounidense", y su posterior libro de 2012 "La crisis del sionismo", donde imploraba a los judíos americanos para que aceptaran el "cambio de la anterior impotencia judía por el actual poder judío" y para que persuadieran a Israel de poner fin a la ocupación. (Curiosamente, Waxman evita citar los escritos de Beinart hasta al último capítulo. El hecho de que el diseño de la cubierta de su libro es una reminiscencia del de Beinart no facilita las cosas.)

Según Waxman, los gobiernos israelíes, básicamente desde finales de 1970, han sido moralmente díscolos y el establishment judío estadounidense les ha suministrado un "apoyo incondicional sin límites". al igual que una especie de animadora colegial que irreflexivamente jaleara al Estado judío con independencia del grado de nobleza con que jugara su equipo.

Para Waxman, Israel se "ha girado hacia posiciones cada vez más derechistas, más religiosas, más intolerantes, más desiguales, más agresivas y expansionistas, dejando de ser ese Israel del que los judíos americanos se habían enamorado". En el proceso, se ha mostrado un comportamiento cuasi-autoritario de figuras e instituciones eminentes del establishment judío estadounidense, las cuales  desde hace décadas "han excluido y rechazado" a los judíos americanos más críticos de Israel de la "tienda común". E inevitablemente, estas figuras e instituciones han hecho la vista gorda ante el anti-liberalismo de Israel, un anti-liberalismo que choca con ese "liberalismo que es fundamental para la identidad de (la mayoría) de los judíos americanos". Esta desconexión, proclama Waxman, "es sin duda, el verdadero fracaso de la clase dirigente judía estadounidense".

La larga definición de la clase dirigente judía americana propuesta por Waxman comprende "no solamente a las organizaciones de defensa más prominentes (AIPAC y la Conferencia de Presidentes), sino también a los llamados organismos de protección (como la ADL y el AJC), a organizaciones religiosas (como la Unión para la Reforma del Judaísmo, la Asamblea Rabínica, y el Consejo Rabínico de América), a organizaciones educativas (por ejemplo, la Hebrew Union College-Jewish Institute of Religion y el Jewish Theological Seminar), a organizaciones filantrópicas (como el American Jewish Joint Distribution Committee, B’nai B’rith, and Hadassah ), y las organizaciones de coordinación (la Federación judía de América del Norte y el Consejo judío de Asuntos públicos). También se podría incluir a federaciones locales, centros comunitarios judíos, sinagogas dentro de esta definición".

En otras palabras, las únicas instituciones judías en América que no forman parte son aquellas, limitadas en número y relativamente pequeñas en términos de miembros, que apoyan el BDS o el fin de la ocupación, o de ambas causas.

Es solamente al final de su obra que Waxman ofrece una razón adicional para la "amarga y polarizante división" sobre Israel entre los judíos americanos: las tendencias de la población.

Hay una "broma" que circula por la comunidad judía estadounidense que es demasiado indicativa de la realidad para ser considerada divertida. Pregunta: "¿Cuál es la diferencia entre Donald Trump y un judío liberal? Respuesta: Trump tendrá nietos judíos". Y es que la segunda hija del candidato republicano a la presidencia, Ivanka, se convirtió a la práctica del judaísmo ortodoxo, la religión de su marido. Ella se mantiene kosher y celebra el Shabat, dos mandamientos que, a pesar de ser indispensables para el judaísmo desde la llegada de la Torah, rara vez son respetados en su auténtico sentido tradicional por los judíos americanos no ortodoxos, y desde luego muy poco por los más progresistas.

En resumen, los judíos americanos no ortodoxos que, por el momento, constituyen el 90% de la comunidad judía estadounidense, son unos moderados defensores de Israel, cada vez se están asimilando más, celebran matrimonios mixtos y tienen pocos hijos. Los judíos ortodoxos, por el contrario, son decididamente defensores de Israel y están teniendo muchos niños. Waxman señala que los hogares ortodoxos de Nueva York han aumentado del 13% en 1981 al 32% en 2011. "En la propia ciudad de Nueva York, el epicentro de la comunidad judía estadounidense organizada", añade, "el 40% de la población judía es ahora ortodoxa. La mayoría de estos son en realidad ultra-ortodoxos judíos", El penúltimo párrafo del último capítulo del libro, que sigue inmediatamente estas estadísticas, vale la pena citarlo en extenso porque revela la verdadera intención de Waxman:
"Este potencial cambio demográfico podría tener importantes implicaciones políticas a largo plazo dentro de la comunidad judía norteamericana y con respecto a Israel. La política judía estadounidense se desplazará hacia la derecha cuando los judíos ortodoxos vayan superando gradualmente en número a los no ortodoxos. El futuro de la comunidad judía estadounidense será políticamente más conservador, más republicano, e incluso más a favor de Israel. 
La larga historia de amor del judío estadounidense por el liberalismo y el Partido Demócrata podría llegar a su fin, y el Partido Republicano finalmente será capaz de hacer lo que siempre ha buscado y en gran parte no conseguido durante los últimos tres decenios, llevar a los votantes judíos estadounidenses fuera de su apego histórico por los demócratas... 
La religiosidad cada vez mayor de la comunidad judía estadounidense también podría debilitar el futuro apoyo de los judíos americanos por el pluralismo religioso en Israel, por los derechos civiles árabes, por la convivencia árabe-judía, por la paz entre israelíes y palestinos y por una serie de otras causas actualmente muy populares entre los liberales y progresistas judíos no ortodoxos. (No hay nada inherentemente contradictorio entre el judaísmo y el apoyo a la paz, la tolerancia y los derechos humanos, pero en la práctica los judíos ortodoxos están mucho menos comprometidos con estas causas). 
La comunidad judía más importante e influyente en la diáspora podría transformarse lentamente de un bastión de los valores sociales progresistas y de la pluralidad religiosa judía a un reducto de la ultra-ortodoxia, reforzando de esta manera el poder creciente de los haredim en Israel".
Así pues, la misión de Waxman parece ser menos una exposición que una advertencia para una amplia franja de la comunidad judía estadounidense. El problema real resulta que "no es una comunidad judía estadounidense que se está separando de Israel, o inclusive el de un judaísmo no ortodoxo que como religión se está desvaneciendo, el auténtico problema es el futuro de una comunidad judía estadounidense predominantemente secular y liberal, con la que Waxman aparentemente se identifica con pasión, y que está en grave peligro".

Por lo tanto, parece que las voces auténticas por "la paz, la tolerancia y los derechos humanos" se enfrentan a la extinción. Esto en cuanto a "un relato matizado y equilibrado" que investiga "de la forma más objetiva posible". El "problema en la tribu" es, por lo tanto, que no existe ningún llamamiento a la reconciliación tribal y a la solidaridad. Se comprende pues que Waxman advierta en el prefacio que sus "propias ideas políticas sin duda intervienen, a veces" y que aconseje a la conclusión que sus "opiniones personales y prejuicios propios" dan forma a su análisis. Estas admisiones vienen como gestos y guiños profesionales, donde se asiente con la cabeza a sus colegas de la Torre de Marfil, reconociéndose como uno de ellos, en contraposición a unos gestos sinceros para una audiencia general.

En retrospectiva, los provocativos argumentos de Waxman parecen ser meros espantapájaros para atraer la atención. ¿Israel es tan significativo para la comunidad judía estadounidense? Waxman, en el primer capítulo, mantiene que "el apoyo a Israel sigue siendo importante dentro de la agenda política judía estadounidense". Sin embargo, en el mismo capítulo, también insiste en que "Israel no está en la parte superior de la lista de preocupaciones políticas de los judíos estadounidenses". Y no lo está ni de lejos. Fundamentalmente, está última postura es respaldada por una encuesta de la Public Religion Research Institute de 2012, donde se demostraba que Israel era el tema de votación "más importante" para solamente el 4% de los judíos estadounidenses. Un sondeo de J Street llevado a cabo en la misma época encontró que sólo el 10% de los judíos estadounidenses consideraban a Israel como una de sus principales prioridades para "emitir sus votos". Y cuando el seminal estudio del 2013 de Pew, "Un retrato de los judíos estadounidenses", preguntó, "¿Qué es esencial para ser judío?", la respuesta de "Preocuparse por Israel" quedado por detrás de "llevar una vida ética / moral, trabajar por la justicia / igualdad y ser intelectualmente curioso".

Conmovedoramente, apenas superó a "tener un gran sentido del humor".

¿Existe en realidad un "conflicto sobre Israel" dentro de la comunidad judía estadounidense, y mucho menos uno importante por "su intensidad y visibilidad"? Waxman dice que no. "Los judíos americanos, como un todo... no está tan polarizados en sus puntos de vista sobre el conflicto palestino-israelí como sugiere el debate público" reconoce finalmente en el cuarto capítulo, "La mayoría de judíos estadounidenses", aclara, "son centristas ambivalentes que quieren la paz y favorecen algunas concesiones territoriales israelíes, se preocupan por la seguridad de Israel y siguen mostrándose altamente sospechosos acerca de las verdaderas intenciones de los palestinos".

Entonces, ¿existe una desconexión entre la comunidad judía estadounidense y la llamada clase dirigente judía estadounidense sobre Israel? En el penúltimo capítulo, Waxman propone que "sólo una minoría de los judíos estadounidenses... es realmente crítico con las política del establishment judío estadounidense con respecto a Israel. La mayoría se muestran razonablemente satisfechos, o simplemente lo desconocen, o son apáticos". El tema demográfico que Waxman apunta al final del libro se une a otras reivindicaciones anteriores, como que el establishment representa a un cada vez más pequeño segmento de la comunidad judía estadounidense, y por lo tanto "no puede conducir a la comunidad judía estadounidense por más tiempo cuando su propio liderazgo es ampliamente contemplado como fuera de contacto y no representativo".

Todo esto dicho, la mayor transgresión de Waxman consiste en su fracaso a la hora de investigar a fondo las causas de disolución de la corriente principal de la comunidad judía estadounidense. En el último capítulo, Waxman afirma que la "disminución del 'pueblo judío' " se debe a muchas razones:
"una asimilación en el crisol de razas americano y un judaísmo estadounidense que se está convirtiendo en 'post-étnico', ya que muchos judíos han contraído matrimonios mixtos, al igual que lo son sus hijos frutos de esas parejas, por lo que todo el concepto de pueblo judío, en particular para los jóvenes judíos americanos más liberales, parece ser 'demasiado tribal y exclusivista, incluso racista' "
Pero ¿por qué los judíos se asimilan con tanto ardor a ese crisol de razas? ¿Por qué el judaísmo estadounidense se está convirtiendo en "post-étnico"? ¿Por qué tantos matrimonios mixtos y por qué sus hijos reproducen esos hábitos? ¿Cómo es posible que formar parte del pueblo judío se perciba cada vez más como "una opción demasiado tribal y exclusivista, incluso racista"?

Muchos judíos estadounidenses que dicen estar preocupados por estas tendencias han gastado muy poca energía para encontrar la manera en que se desarrollaron. Suena parecido a lo que comentó Daniel Patrick Moynihan, cuando dejó muy claro por qué el gobierno federal americano había permitido que el país desarrollara una deuda de billones de dólares: "En algún nivel, el Washington oficial no ha querido saber lo que pasó... Si usted no está preparado para hacer algo en serio, tal vez lo mejor sería no saber qué debería hacer".

Como tal, la gran omisión de Waxman en “Problemas en la tribu” supone una ilustración perfecta de esta miopía de larga duración de la misma comunidad que defiende. La extinción de la corriente principal de la comunidad judía estadounidense no se debe principalmente a presiones externas, sino a factores internos: "su judaísmo es marcadamente secular y son precisamente los judíos progresistas o liberales, la parte principal dentro de la comunidad judía estadounidense, la que se adhiere a ese judaísmo".

Los padres no ortodoxos educan a sus hijos en la noción de que "el amor no conoce límites" y que "el judaísmo es también o principalmente una cultura." ¿Por qué entonces se muestran aturdidos cuando sus hijos se casan con "Christopher" y/o "Christina"?

Los maestros judíos no ortodoxos introducen en las mentes de sus alumnos el concepto de que el judaísmo "personifica a una cultura universalista". ¿Por qué entonces se muestran sorprendidos cuando sus alumnos abandonan el judaísmo después de reconocer que es redundante?

Los rabinos no ortodoxos enseñan a sus congregantes que la Torah no está compuesta de edictos sagrados que buscan gratificar a Dios, sino más bien las "buenas obras" derivadas de la razón humana para alcanzar la "justicia pura y la igualdad". ¿Por qué entonces se muestran perplejos cuando sus congregantes comienzan a manifestarse contra el "estado de apartheid judío"?

El secularismo, especialmente cuando se combina con un poderoso espíritu progresista, revela ciertos tipos de comunidad. Eso no es una conjetura. Este es un hecho sociológico e histórico.

Waxman afirma además: "En los últimos decenios, las actividades, los recursos y las energías de las principales organizaciones judías estadounidenses se han vuelto más y más centradas en Israel" y esta preocupación ha causado que los judíos americanos más jóvenes abracen "nuevos vehículos de activismo y temas diferentes (sobre todo, la justicia social y el medio ambiente)".

Yo también he pasado una considerable cantidad de tiempo en una serie de templos y sinagogas en toda América, y puedo dar fe de que las actividades comunitarias y para niños y jóvenes ya no se centraban en Israel. Lejos de ello. El tema que domina es el del Tikkun Olam ( "reparar el mundo"), una frase extraída del Aleinu ( "es nuestro deber"), una oración tradicionalmente recitada diariamente por la mañana, tarde y noche, lo cual, durante el última medio siglo se ha ido equiparando entre los judíos americanos con la "justicia social".

Incluso en los sermones de Rosh Hashaná y Yom Kipur se suplica a los fieles "la compra de vehículos híbridos, se pide por ejemplo servicios o sanitarios neutros, sin género, y se solicita el control de las armas". Israel es un tema periférico. Mientras Waxman pone de relieve que el Tikkun Olam "se ha convertido en un eslogan", en algo retórico, deja de señalar la forma en que llegó a convertirse en un eslogan. También he asistido en los últimos tres años a la reunión anual de la American Jewish Committee, AIPAC y la ADL, e Israel juega un papel mucho más pequeño de lo que cabría imaginar. Y aunque Waxman da a entender que los judíos ortodoxos americanos, que "han mantenido durante mucho tiempo las opiniones más a la derecha y de línea dura dentro de la comunidad judía estadounidense", forman la columna vertebral de estas organizaciones del establishment, en realidad sólo vi a un puñado de yarmulkes entre los miles de asistentes.

La historia de la aparición y el ascenso del "judaísmo liberal" americano es demasiado larga de detallarla aquí. Ni que decir tiene, que tuvo éxito y ha tenido consecuencias. Pero lo que es más importante es que su deriva era fácil de adivinar, en forma de signos y proclamas, por ejemplo desde que surgió el primer desafío moderno al judaísmo observante. Moses Mendelssohn fue el pionero de la Haskalah, la "Ilustración judía", la que inspiró al Judaísmo de la Reforma en la Alemania del siglo XIX, y "cuatro de sus seis hijos se convirtieron al cristianismo a pesar de que él permaneció judío".

En la escena americana, Irving Kristol, el "padrino" del neoconservadurismo americano, dedicó gran parte de sus artículos en Commentary de 1947-1952 a reprender a la corriente principal del rabinato americano por su representación del "judaísmo poco más que como una doctrina de principios sociales (y sociables)". "Vamos a conseguir", exclamaba Kristol en una revisión de 1948 del libro de Milton Steinberg "Judaísmo básico", que "los rabinos afirmen que la Mishná y el Talmud garantizan el derecho de huelga, proporcionando de ese modo a las Santas Escrituras la satisfacción de haber allanado el camino para una Ley Nacional de Relaciones del Trabajo".

Pero ¿por qué el judaísmo se convierte en susceptible y afecto al liberalismo? Disidentes del judaísmo liberal han tendido a concentrarse en el proceso en el que "el cielo fue traído a la tierra". Con el auge de la razón humana y la exacerbación de la crisis espiritual provocada por el Holocausto,
"el Todopoderoso fue visto cada vez como menos todopoderoso y la Torah como cada vez menos divina. Emancipados de la amenaza del castigo desde arriba, Dios se convirtió gradualmente en un ser compasivo que sólo era capaz de recibir alabanzas y simpatía, mientras que la Torah se convirtió gradualmente en un libro de anécdotas y de ejemplos del que extraer lecciones que podrían ser convenientemente utilizadas para validar ambiciones y creencias personales".
Waxman y la comunidad que él busca defender están verdaderamente atrapados entre el Monte Sinaí y un lugar muy complicado. Están preocupados por su situación, una situación en la que ellos y sus valores están desapareciendo. Por desgracia, son sus valores los que crearon esa misma situación en la que ahora se encuentran. El programa para volver a integrar a la comunidad judía estadounidense, si es que realmente desean dirigirla en el futuro y así mantenerse a flote, implica la "reconstrucción de la identidad judía a través de una enseñanza primaria judía más robusta". En "La crisis del sionismo", Peter Beinart censuraba a los defensores pro-Israel por esperar que "los estudiantes judíos defiendan al Estado judío cuando no se les ha enseñado a cuidar al propio judaísmo". La periodista Caroline Glick daba en el blanco cuando en un reciente artículo en el Jerusalem Post comentaba que la educación judía debía incluir "diariamente la Torat Israel, el Am Israel y Eretz Israel (la ley de Israel, el pueblo de Israel y la tierra de Israel)".

Cuando se planteó en la idea de reintroducir el estudio de la Torah en las escuelas hebreas no ortodoxas del Judaísmo de la Reforma, la interacción textual con la Torah se limitó generalmente a ensayar la recitación oral de una sola "porción" de la Torah para las bar o bat mitzvah, provocando reacciones como las de una estudiante de historia de la Universidad de Sheffield, en Inglaterra, a la que recientemente le preguntó The Independent por qué estaba disminuyendo entre la generación del milenio la lectura de los clásicos de la literatura:
"Los estudiantes", opinaba ella, "podrían ser más propensos a leer lo que los académicos quieran que se lea en nuestros planes de estudio si estas lecturas no fueran en su mayoría de autores blancos, masculinos e indicativas de una sociedad y de una estructuras con las que estamos fundamentalmente en desacuerdo porque no trabajan para nosotros". 
Caroline Glick admitió que conseguir que la Torat Israel, Am Israel y Eretz Israel entren de nuevo en la conciencia de la corriente principal de la comunidad judía estadounidense será muy difícil "en una cultura donde la gente espera una gratificación instantánea y continua sin esfuerzo ni conocimiento". Pero ella añadió, "si los historia de los judíos americanos nos enseña algo, es que todas ellas son necesarias".

En efecto, los judíos alemanes de los siglos XVIII y XIX, después de una consideración de los costes potenciales, modificaron determinados aspectos del judaísmo con el propósito expreso de aculturarse en la Europa de la Ilustración. Los judíos americanos de los siglos XX y XXI desdeñaron muy fácil y cómodamente la mayoría de las creencias y costumbres que conformaban el judaísmo desde hace más de tres milenios, sin embargo parecen no poder entender por qué se está asimilando su existencia.

Karl Marx, un buen ejemplo de la asimilación y que descendía de un venerable línea de distinguidos rabinos alemanes, abrió "El Dieciocho Brumario de Luis Napoleón" afirmando que la historia se repite, "la primera vez como tragedia, la segunda como farsa". En su última hazaña dialéctica, la comunidad judía estadounidense está demostrando que, al igual que Marx con la mayoría de las cosas que dijo, se equivocaba todo tiempo.

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