Tuesday, May 31, 2011

Desvelando a Mahmoud Abbas – Benny Morris – National Interest


Voluntarios árabes en 1948

El reciente artículo de opinión de Mahmoud Abbas en The New York Times "vale la pena leerlo, no porque revele algunas importantes verdades acerca del conflicto israelí palestino, sino por todo lo contrario, a causa precisamente de las mentiras y distorsiones que ofrece”, y lo que nos dice, por desgracia, acerca de la elite que ha dirigido la política palestina desde la década de 1960.

Yasser Arafat, quien encabezó el movimiento nacional palestino desde la década de 1960 hasta su muerte en 2004, era notoriamente un tramposo y un mentiroso en serie, y de hecho se ganó la desconfianza general de todos los líderes de Oriente Medio, árabes e israelíes. La mayoría dio un suspiro de alivio cuando falleció, al igual que muchos en Washington y en otras capitales occidentales.

Sin embargo, muchos de ellos se pusieron muy dichosos de poder elogiar a su sucesor, Mahmoud Abbas, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina y el jefe del partido Fatah, el grupo principal dentro de la OLP, como un político digno, un "moderado". Tal vez fuera por reemplazar los absurdos uniformes marciales de Arafat por los trajes occidentales, o tal vez por las gafas de erudito, o por su utilización de verbos y adjetivos más suaves. Para ello, fue necesario ignorar como una fantasía juvenil su tesis de doctorado de la década de 1980, publicada en árabe su título era “El otro lado: la relación secreta entre el nazismo y la dirección del Movimiento Sionista”.

En ese libro, Abbas declaraba que las cámaras de gas nunca se utilizaron para asesinar a los judíos y desestimaba como una "mentira fantástica" el que seis millones de judíos murieran en el Holocausto, a lo sumo, escribió, unos "890.000" judíos fueron asesinados por los alemanes. Y fueron asesinados, afirmaba Abbas, en parte como resultado de la provocación sionista orquestada por Ben-Gurion a partir de 1942. O, como él decía: "el movimiento sionista favoreció una amplia campaña de incitación contra los judíos que vivían bajo el dominio nazi, y ello con el fin de alimentar el odio del gobierno alemán hacia ellos y desencadenar su venganza, y todo para ampliar el exterminio en masa". Todo esto fue diseñado según él para "facilitar la victoria del sionismo".

Así que las actuales distorsiones de la historia de Abbas en el New York Times no deberían sorprender a nadie (aunque uno puede preguntarse por el papel de los editores, que probablemente tienen alguna idea de lo que realmente ocurrió en el Oriente Medio en 1947-1949, y cómo han permitido publicar esas tonterías malintencionadas).

En primer lugar, Abbas nos dice que en mayo de 1948, como "un niño palestino de 13 años de edad", fue "forzado" y "conducido" fuera de su casa, en Safed, por los sionistas. Pero ese mismo Mahmoud Abbas, el 6 de julio del 2009, le dijo en árabe a un entrevistador de la Falastina TV que en realidad su familia había huido de Safed temiendo una posible venganza de los judíos de la ciudad a causa de la masacre que habían sufrido dos décadas antes a manos de los árabes de Safed. La verdad, por supuesto, es que los árabes de Safed huyeron de la ciudad cuando comenzaron los ataques con mortero y fue conquistada por las tropas de la Haganá los días 9-10 de mayo de 1948; no hubo por tanto "expulsión" (una palabra que Abbas utiliza más adelante en el artículo para describir lo que pasó con “todos los palestinos desplazados” durante la primera guerra árabe-israelí).

Pero esta es una distorsión menor en comparación con las mentiras que siguen. Estas se insertan en el texto breve, en el que supuestamente se describe la cadena de acontecimientos entre 1947-1948:

En noviembre de 1947, la Asamblea General [de las Naciones Unidas] hizo su recomendación [la partición de Palestina en dos estados, uno judío y el otro árabe] y la respuesta fue afirmativa. [El significado aquí es confuso: ¿Acaso fueron los árabes los que respondieron “afirmativamente” a la resolución, como quizás Abbas está insinuando? ¿La Asamblea General respondió a su propia recomendación "en sentido afirmativo"?] Poco después, las fuerzas sionistas expulsaron a los árabes palestinos para garantizar una decisiva mayoría judía en el futuro estado de Israel, y los ejércitos árabes intervinieron. Más guerra y más expulsiones se produjeron... Nuestro Estado [árabe] palestino sigue siendo una promesa incumplida”.

De hecho, lo que realmente sucedió fue lo siguiente: Los estados árabes y el liderazgo nacional palestino, encabezado por el Haj Amin al-Husseini, se opusieron a la partición de Palestina y reclamaron la totalidad de Palestina para los árabes. Cuando la Asamblea General votó a favor de la partición el 29 de noviembre de 1947, los dirigentes palestinos rechazaron la resolución y las milicias palestinas lanzaron las hostilidades tratando de abortar el surgimiento de un Estado judío. Fueron ayudados con dinero, armas y voluntarios por parte de los estados árabes. En el transcurso de este primer semestre, la llamada “guerra civil” de la Guerra de 1948 (aproximadamente desde el 30 de noviembre 1947 hasta el 14 de mayo de 1948) los milicianos palestinos atacaron las comunicaciones y los asentamientos judíos durante más de cuatro meses.

Pero con el tiempo las milicias judías, principalmente la Haganá, pasaron a la ofensiva (a principios de abril) y derrotaron a los palestinos, y cerca de 300.000 de ellos fueron desplazados de sus hogares y tierras. El 15 de mayo de 1948, el día después de que los líderes sionistas declararon el establecimiento del Estado de Israel, los ejércitos de Egipto, Siria e Irak invadieron Palestina en contra de la voluntad de la comunidad internacional, plasmada en la resolución de partición, y atacaron al naciente Estado judío. El ejército de Jordania, el cuarto ejército invasor, ocupó Cisjordania y Jerusalén oriental, el núcleo del territorio asignado por la resolución de partición al Estado árabe palestino. (Los palestinos no proclamaron un Estado independiente, y Jordania no permitió posteriormente a los palestinos establecer un estado, anexionándose formalmente la Ribera Occidental y Jerusalén oriental. Egipto emergió de la guerra controlando la Franja de Gaza).

Durante las semanas y meses posteriores al 15 de mayo, el ejército israelí contuvo a los ejércitos invasores y, finalmente, los expulsó de la mayor parte de Palestina. Otros 400.000 palestinos fueron desplazados de sus hogares en el transcurso de los combates: Algunos fueron expulsados por las tropas judías (por ejemplo, en Lydda y Ramle en julio de 1948), a otros se les aconsejó o se les ordenó que abandonaron sus hogares por parte de los líderes y oficiales árabes (por ejemplo, en Haifa, en abril de 1948 y Majdal en octubre). Pero simplemente la mayoría de esos 700.000 desplazados huyeron ante el temor de ser atrapados y heridos en los combates. En el verano de 1948, el gobierno israelí decidió no permitir que los árabes desplazados - la mayoría de los cuales terminaron residiendo en campos de refugiados situados en otras zonas de Palestina, es decir, la Ribera Occidental y Gaza - volvieran al Estado de Israel, considerándolos totalmente contrarios a su existencia (primeramente se había tratado de asaltar a la comunidad judía y posteriormente destruir al naciente Estado judío) y una potencial quinta columna.

La retorcida historia de Abbas omite deliberadamente la mención de la primera mitad de la guerra de 1948, la llamada “guerra civil”, y ello con el fin de retratar a los palestinos como víctimas inocentes. De hecho, ellos fueron los principales promotores de las acciones violentas que se sucedieron desde el 29 de noviembre de 1947, con el lanzamiento del asalto a la comunidad judía (Yishuv), lo que provocó a su vez el contraataque sionista que dio lugar al colapso de la sociedad palestina y la creación del problema de los refugiados. En la historia, los pueblos suelen pagar por sus errores y agresiones frustradas, y esto es lo que sucedió en Palestina.

Abbas y su Autoridad Palestina han lanzado una campaña para el reconocimiento internacional de un Estado árabe palestino que promete ser declarado formalmente en septiembre. Esto, nos dice, va a "allanar el camino para que nosotros presentemos demandas contra Israel en las Naciones Unidas, en los órganos de derechos humanos y en la Corte Internacional de Justicia".

Lo que Abbas no les dice a sus lectores es que a los palestinos, como en 1947, ya se les ofreció la estatalidad en un acuerdo de compromiso de dos estados en el 2000, y la rechazaron (y él, un destacado ayudante de Arafat, no se opuso a ello), y que en el 2008 al propio Abbas se le ofreció nuevamente un estado correspondiente a una solución de dos estados, oferta realizada por el primer ministro israelí Ehud Olmert, y que él, nuevamente, la rechazó. Los compromisos ofrecidos por Barak-Clinton y por Olmert se basaban en un Estado palestino que contendría aproximadamente el 94% de Cisjordania [N.P.: con retribuciones territoriales israelíes hasta completar el 100%], el 100% de la Franja de Gaza y la mitad (árabe) del este de Jerusalén, incluyendo la mitad o tres cuartas partes de la Ciudad Vieja. A cambio, se esperaba de los palestinos reconocieran a Israel, renunciaran a su demanda de un retorno masivo a Israel de los refugiados y aceptaran un acuerdo que pusiera "fin al conflicto" definitivamente.

Arafat y Abbas rechazaron los compromisos ofrecidos ya que no deseaban una solución de dos estados, ellos querían y quieren toda Palestina. Por lo tanto, no tienen interés en que mediante unas negociaciones se llegue a un compromiso con Israel. (Abbas, en el New York Times, dice de boquilla que respalda la idea de la negociación: “las negociaciones siguen siendo nuestra primera opción”, pero esto es una tontería. El año pasado, Netanyahu congeló la actividad constructora en los asentamientos durante diez meses tras la presión de Obama y del mundo árabe [N.P.: la primera vez que lo hizo un gobierno israelí], pero Abbas tampoco negoció realmente. Dejó pasar el tiempo. Después de eso, Netanyahu, al negarse a extender esa congelación de los asentamientos, ha dado más bazas a Abbas, y ha contribuido enormemente a la deslegitimación permanente de Israel en Occidente (En los países árabes, por supuesto, eso no importaba, ya que nunca han "legitimado" a Israel).

Abbas actualmente está promoviendo un Estado palestino sin tener que pagar el precio de reconocer a Israel o hacer la paz. Una vez que los palestinos obtengan su estado en la Ribera Occidental y Gaza, lo usarán como un trampolín para la segunda etapa de su asalto político y militar contra Israel, y sin duda utilizarán su "crédito" en las Naciones Unidas, los órganos de derechos humanos y la Corte Internacional de Justicia "como parte de ese asalto”.

Pero la base principal de asalto político y moral contra Israel será la demanda palestina, y su aceptación internacional, del "derecho de retorno" de los refugiados de 1948, y eso tanto para ellos como para sus descendientes, 5-6 millones de almas. Como Abbas dice en su artículo, “el problema de los refugiados necesita ser resuelto con justicia sobre la base de la Resolución 194 de la ONU”, de diciembre de 1948, la cual según la interpretación palestina “apoya el derecho de retorno". Si el mundo acepta esta demanda palestina y se aplica, Israel dejará de existir (con una población actual de Israel compuesta de cerca de 6 millones de judíos y de 1,4 de árabes, añadiendo 5-6 millones de refugiados palestinos el país dejará de contar con una mayoría judía, ergo no habrá ningún estado judío). Este es el objetivo final del juego palestino, y de hecho es la "verdad" que Abbas siempre ha estado persiguiendo.


PD. A Benny Morris no le gustaría (está enfrentado con Efraim Karsh, y no hace falta más que leer la última crítica de su libro), pero he aquí como relata Efraim Karsh la caída de Safed:
Después de haber rechazado una oferta del general Hugh Stockwell, el comandante de las fuerzas británicas en el norte de Palestina, para mediar en una tregua, los árabes respondieron a la evacuación británica de la ciudad con un duro asalto de los barrios donde vivía la pequeña comunidad judía (1/4 de la población) "Después de la evacuación británica el 16 de abril, ocupamos todas las posiciones estratégicas de la ciudad: la Ciudadela, la Casa de Gobierno y el puesto de policía en el Monte Canaán", recordaba un luchador árabe local. "Éramos la mayoría, y el sentimiento entre nosotros era que podríamos derrotar a los judíos solamente con palos y piedras".

Lo que este pronóstico no tuvo en cuenta fue la tenacidad de la voluntad judía de aferrarse a Safed, reforzada por una parte por la Resolución de Partición que la incluía en el futuro Estado judío, y por la otra por la intensidad de la psicosis de miedo entre los árabes. Mientras decenas de miles de árabes abandonaban Tiberiades y Haifa obedeciendo las instrucciones del Alto Comité Árabe (el supuesto "gobierno" efectivo de los árabes palestinos), y ello a pesar de los arduos esfuerzos por parte de las comunidades judías para persuadirles de que permanecieran, pocos días después de ello se producía la evacuación británica de Safed, al igual que la de los miembros de las principales familias árabes de la ciudad y otros residentes comunes y corrientes que decidieron que había llegado el momento de escapar - probablemente, al ser de familia acomodada, fuera el momento elegido por la familia de Abbas para abandonar Safed -. En las palabras de un informe de la inteligencia británica, "tal es su estado de miedo que los árabes están comenzando a evacuar Safed aunque los judíos aún no les han atacado".

En un intento desesperado por detener esa deriva, una delegación de notables locales viajó hasta Damasco, sólo para ser reprendidos como cobardes que huyen del campo de batalla y exigirles que siguieran luchando. Una visita posterior del alcalde Zaki Qadura a la corte real de Ammán fue mucho más afable, pero igualmente concluyente. Mientras que el rey Abdullah comprendía evidentemente los motivos del alcalde, argumentó que no había nada que pudiera hacer antes de la terminación de su mandato el 15 de mayo (y con ello la independencia del nuevo Estado judío), y que lo mejor que podía hacer Qadura era regresar a Damasco y exponer su caso al presidente Shukri Quwatly. El alcalde hizo lo sugerido, y tras su visita a Damasco unos 130 combatientes pan-árabes (del llamado Ejército de Liberación Árabe, ALA) fueron enviados a Safed, llegando a la ciudad el 9 de mayo.

Esto era demasiado poco y demasiado tarde. Como la lucha interna en la ciudad se intensificó, el goteo de los tránsfugas se convirtió en una hemorragia. El 2 de mayo, tras el bombardeo del barrio árabe por el ensordecedor, aunque altamente ineficaz, mortero de fabricación casera "el mortero de David", decenas de árabes huyeron de Safed en ruta hacia el Valle del Jordán, acompañados por un número considerable de combatientes del Ejército de Liberación Árabe (ALA). Cuatro días más tarde, el comandante regional del ALA informaba de que "la mayoría de los habitantes habían abandonado los pueblos árabes vecinos de Safed. Su moral se ha derrumbado por completo".

Los bombardeos con artillería pesada de los barrios judíos tampoco funcionaban, y como la batalla final por la ciudad parecía avecinarse, la noche del 9 de mayo se produjo una huida masiva. La lucha contra el tiempo terminó a la mañana siguiente, toda la población árabe de Safed había tomado la carretera, y un día después las patrullas de la Hagana informaban de que “los barrios árabes estaban vacíos de hombres, y que los evacuados habían dejado tras de sí una gran cantidad de armas y municiones".

Labels: , ,

Monday, May 30, 2011

Simpatía por el diablo - Allan Nadler - Jewish Ideas Daily


Jacob Frank y el libro de Pawel Maciejko, "The Mixed Multitude"

(Ojo, no confundir frankistas, seguidores de Jacob Frank, con franquistas, seguidores del general y dictador español Franco)


Ocupando un lugar particular dentro de la infamia en la memoria colectiva judía, este apóstata que vivió en el siglo XVIII fue además un desviado sexual, un pretendiente mesiánico y un charlatán camaleónico. Su nombre era Jacob Frank. A lo largo de Polonia, en particular en su territorio nativo de Podolia, él y sus seguidores lograron fomentar un caos generalizado, así como las persecuciones para sus compatriotas judíos. Estos individuos son el objeto de “La multitud mezclada“, un nuevo, rompedor y magistral estudio de Pawel Maciejko.

Si hubiera un solo hilo coherente en la teología desordenada de Jacob Frank, posiblemente sería la convicción de que, siguiendo el ejemplo de la reunión fraterna retratada en el Génesis 32, "Jacob se aproximará a Esaú", e interpretada por él, adquiriría el sentido de que la redención final llegaría solamente "por el camino de Edom", es decir, sólo después de la conversión de los anteriormente judíos al cristianismo.

Bajo esa bandera, él y sus seguidores cometieron una serie de actos chocantes. Destacan tres de ellos: la introducción de extraños ritos sexuales en los servicios de la sinagoga, la promoción de hogueras públicas del Talmud por parte de las autoridades católicas y, lo más infame, la afirmación de la certeza ante un tribunal eclesiástico de los tristemente célebres libelos de sangre.

La comprensión de estas “hazañas” requiere un poco de historia. La inspiración inicial de Frank fue el sistema antinómico del falso Mesías Shabbatai Tzvi (1626-1676), a quien Frank veneró al principio de su propia carrera (aunque más tarde lo rechazo por completo). El propio Shabbatai Tzvi ya había aplastado las esperanzas de sus seguidores en todo el mundo cuando se convirtió al Islam – la disyuntiva que le planteó el sultán otomano fue apostasía o muerte -, un hecho que buena parte de sus seguidores racionalizaron radicalmente reinterpretándolo como una enseñanza cabalística, en donde se afirmaba la necesidad – inclusive del Mesías – de un descenso al reino de la oscuridad y las tinieblas para recuperar y reparar los fragmentos rotos tras la creación que contenían la luz primordial de Dios. Precisamente, Shabbatai Tzvi afirmó haber cometido apostasía con el fin de efectuar un tikkun o "reparación". De una manera dialéctica, su reinterpretación posteriormente provocó que otros emprendieran “violaciones deliberadas” de determinados mandamientos bíblicos para, supuestamente, alcanzar el objetivo más alto de su perfección. Jacob Frank tomó esta inversión y/o inmersión en las profundidades de una manera sin precedentes, especialmente en el ámbito sexual.

Para volver al primero de nuestros tres ejemplos de actos chocantes: en vísperas del Sabbath, el 27 de enero de 1756, en el pequeño pueblo de Lanckoronie, Frank reunió a una docena de seguidores en la casa del rabino sabateano (seguidor de Shabbatai) local. Allí se llevó a cabo una extraña ceremonia en la que los presentes participaron desnudos, bailando y cantando oraciones extáticas. Según testigos presenciales, los hombres llevaban crucifijos, los cuales quemaron después de la ceremonia, y realizaron una versión del rito de la Eucaristía del pan y del “vino del condenado". Aún más escandalosamente, la esposa del rabino se ​​desnudó ceremoniosamente, coronada con una tiara de plata que llevaba en su parte superior un rollo de la Torah, y situada bajo un dosel de boda mientras los hombres bailaban a su alrededor, haciéndole reverencias, y, en palabras del polemista anti-sabateano Jacob Emden, "besándola como a una mezuzá [N.P.: pequeño receptáculo que incluye versículos de la Torah y que se colocan en la jamba derecha de las puertas y pórticos judíos, y que se suele besar al entrar o salir]".

Alertados, los funcionarios de la comunidad judía irrumpieron en la casa, maltratando y encarcelando a algunos de los sectarios, y, finalmente, emitiendo un edicto de excomunión en contra de esta rama desviada del detestado movimiento sabateano. Lo más significativo de todo, como nos lo describe Maciejko, el incidente llevó a la alarmada comunidad judía a buscar la intervención de las autoridades católicas de Polonia, un movimiento sin precedentes y de alto riesgo, entre otras cosas porque el obispo regional era bien conocido por su rabioso antisemitismo.

El segundo incidente o acto chocante, la promoción de la quema del Talmud, fue provocado un poco más tarde ese mismo año, tras una disputa pública entre los seguidores de Frank y sus adversarios rabínicos en Kamieniec-Podolsk. Frank se encontraba en Salónica en ese momento, donde realizaba su conversión al Islam, entre tanto un dirigente (y rival) que guiaba al contingente frankista presentó nueve artículos de fe. Entre otras herejías, se afirmaba la creencia en una trinidad divina y se alegaba que "el Talmud está lleno de blasfemias escandalosas contra Dios y por eso debe ser rechazado". Tres años más tarde, una versión revisada de las propuestas de la fe siempre cambiante de los frankistas incorporaba una llamada explícita para la quema del Talmud.

El tercer y más escandaloso incidente protagonizado por los frankistas, y el que hasta el momento ha recibido una mayor atención por los historiadores, fue la falsa denuncia falsa de sus compatriotas judíos como culpables del libelo de sangre. Esto ocurrió en septiembre de 1759, durante una segunda controversia mucho más elaborada y difundida celebrada en la catedral de Lwow (hoy Lviv, Ucrania). Ellos presentaron esta afirmación: "el Talmud enseña que los judíos necesitan sangre cristiana, y el que cree en el Talmud está obligado a usarla". La disputa culminó con el bautismo de Frank y de cientos si no miles de sus seguidores.

Además de exponer el grado de depravación de estos frankistas, este dramático final llevó a Frank a la cima de su prestigio público en Polonia. Aunque poco después de esta conversión en masa, el obispo sucesor de Lwow puso en marcha una investigación sobre los informes que relataban como Frank se había convertido al Islam antes de su bautismo, con lo que la sinceridad de su fe cristiana estaba en cuestión. Terminó encarcelado en la ciudad de Czestochowa, el lugar de la Virgen Negra, la más sagrado reliquia del catolicismo en Polonia.

Frank permaneció en Czestochowa los próximos trece años, finalmente fue puesto en libertad e instalado en un castillo. Mientras tanto, Frank se había enamorado del culto de María, llegando a incorporar muchos aspectos de la cristología mariana en su ya enrevesada teología. Al principio, su esposa Hana fue considerada la encarnación de la "Santa Madre", aunque después de su muerte prematura su papel fue reasignado rápidamente a su hija adolescente Eva, una belleza deslumbrante según todos los relatos. Se prohibió a sus seguidores que lloraran la desaparición de Hana, mientras Frank se consolaba siendo amamantado por las esposas de dos de sus discípulos más cercanos, en presencia de los propios esposos. Uno de ellos no lo pudo soportar y saltó desde una ventana del castillo.

A partir de ahí, la vida de Frank tomó otra nueva serie de giros vertiginosos hasta terminar, en última instancia, en una opulenta corte en el palacio de Offenbach del Rin, vestido con un traje real turco y rodeado de secuaces y acólitos. Allí murió en 1791. Después de su muerte, sus enseñanzas, conservadas en una azarosa y vasta colección de adagios conocida como Divrei Elohim ("Las palabras del Señor"), fueron revisadas ​​radicalmente. Aunque el núcleo duro de sus creyentes formalmente lo deificó, la mayoría de sus seguidores volvieron a las filas de los sabateanos polacos o bien se dirigieron hacia la rama turco musulmana de los sabateanos, los Dönmeh. En cuanto a las masas de judíos que se bautizaron voluntariamente en Lwow, la mayoría terminó en Varsovia, donde en un par de generaciones ya se habían asimilado completamente a la sociedad católica y conservaban apenas una huella o memoria de sus orígenes judíos.

Hasta ahora, curiosamente, Jacob Frank y sus enseñanzas no se han evaluado exhaustivamente, por no hablar de una manera equilibrada. Esto ha cambiado con la aparición de este estudio sobrio y erudito de Maciejko, el producto del trabajo de una década con materiales de base que van desde antiguos documentos en oscuros archivos de Polonia a manuscritos no examinados hasta ahora en el Vaticano. Maciejko, nacido y criado en Polonia, y educado en Gran Bretaña, es hoy en día profesor de historia judía en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Bien pudo haber sido su educación como un judío en la Polonia del post-Holocausto, donde las líneas entre los elementos polacos y judíos eran tan numerosas como increíblemente borrosas por el trauma colectivo de la era nazi, lo que le atrajo de este tema: la historia del primer judío polaco que tuvo la osadía de romper las barreras nacionales de siglos de antigüedad y pisotear los sagrados límites religiosos. En esta búsqueda, y quizás en ninguna otra cosa más, Maciejko deja claro que Frank fue completamente consistente.
Maciejko muestra una notable capacidad para elevarse por encima de las pasiones y polémicas que ha empañado todos los estudios anteriores sobre el frankismo. Tomemos por ejemplo el más notorio de los tres actos escandalosos de los frankistas: su afirmación escandalosa ante un tribunal católico del carácter verídico de los libelos de sangre. Lógicamente, esta cuestión ha provocado que la sangre de todos los historiadores judíos que estudiaron anteriormente al personaje se pusiera a hervir. En su sereno y objetivo tratamiento de la cuestión, Maciejko puntualiza dos acontecimientos previos que deben tomarse en cuenta si deseamos evaluar dicho escándalo.

En primer lugar, los propios rabinos, incluyendo el eminente Jacob Emden, habían planteado su litigio con la frankistas a un “nivel asesino” al sugerir a las autoridades cristianas que los sabateanos y los seguidores de Frank deberían ser quemados en la hoguera por la Inquisición. Otros declararon abierta la veda contra los frankistas, argumentando que existían fuentes halájicas que permitían que otros judíos pudieran matarles sin el beneficio de un proceso legal previo. Por lo menos una docena de frankistas debieron huir a Turquía, donde de hecho fueron asesinados por compatriotas judíos.

Por otra parte, la disputa en Lwow no fue un juicio desencadenado por algún supuesto caso de libelo de sangre, sino un debate teórico acerca de lo que el judaísmo rabínico enseña sobre el uso de la sangre. Por lo tanto, la acusación de los frankistas, tan escandalosa y condenable como fuera, no planteaba un peligro inminente para la seguridad judía. Paradójicamente, en última instancia condujo a los rabinos a requerir las declaraciones juradas de estudiosos cristianos afín de desestimar los libelos de sangre como falsas calumnias, e inclusive se dio lugar a la creación de un archivo formidable para refutar esas monstruosas afirmaciones.

Por último, Maciejko sostiene que los propios rabinos parecían satisfechos con el resultado final de la disputa, es decir: la ruptura decisiva de los frankistas con respecto a la comunidad judía a través de su conversión en masa al cristianismo.

Maciejko emplea la misma objetividad para tratar otra serie de temas escabrosos, desde las enseñanzas religiosas de Frank, contrarias a las del establishment religioso, a su extravagante comportamiento sexual, y desde su adoración de la Virgen María a la identificación de su propia hija como su reencarnación. Estos y otros aspectos de la vida y enseñanzas de Frank son ubicados por Maciejko dentro del amplio contexto del siglo XVIII en la Europa oriental y central, una región y un medio ambiente que fue testigo de la aparición no solo de toda una serie de pícaros y charlatanes, sino de movimientos espirituales sincréticos de alquimistas, masones y rosacruces. Entre las contribuciones más originales de Maciejko es su comparación de la vida de Frank con la de ese aventurero no menos escandaloso que fue Giacomo Casanova, quien parece haber mantenido amplias conexiones con la hija de Frank, Eva, y varios de sus discípulos.

Maciejko también se esfuerza en señalar que Frank nunca se declaró como una encarnación de Dios, y que incluso en el apogeo de su disputa con los rabinos, cuando expresó su voluntad de llevar a miles de judíos a la pila bautismal, exigió (aunque sin éxito) su derecho a seguir usando su barba y tirabuzones, y que los nuevos convertidos sólo se pudieran casar entre si, que evitaran comer carne de cerdo y que habitaran y se autogobernaran en un territorio autónomo. Para Maciejko, estas consideraciones deben tenerse en cuenta antes de valorar la demonización absoluta a la que los frankistas han sido sometidos en la historiografía judía.

Los primeros historiadores del frankismo, sobre todo Gershom Scholem, contemplaron su desafío radical a la autoridad rabínica como una prefiguración de la modernidad política y religiosa judía. De este modo, el anhelo de Frank de un territorio autónomo para sus seguidores impactó a Scholem como si fuera una anticipación del nacionalismo judío y del sionismo, mientras que el antinominalismo de Frank y Shabbatai Tzvi prefiguraba la Ilustración judía y el judaísmo de la Reforma.

Maciejko, cortésmente pero con firmeza, rechaza tales especulaciones, las cuales perduran entre muchos historiadores actuales como una "mala interpretación teleológica" de las intenciones de Frank. En esto, él está en lo cierto.

Un inconveniente en el admirable estudio de Maciejko y en su objetividad, puede provenir de que mientras sus lectores obtendrán con su libro una comprensión mucho más profunda, matizada y equilibrada del frankismo, muchos de ellos también se sentirán frustrados por su negativa a lidiar con las preguntas que su historia inevitablemente plantea. La más difícil de estas preguntas es si el frankismo, con toda su fascinación intrínseca, conserva algún tipo de relevancia intrínseca para los judíos, polacos, o católicos de hoy.

En éste como en otros asuntos, Maciejko se ha ganado sin duda el derecho a mantenerse dentro de su agnosticismo académico. Sin embargo, dada la rápida y asombrosa supresión de fronteras étnicas, religiosas y nacionales en nuestra era multicultural, cuando nada en la sociedad liberal es más celebrado que "la diversidad", y cuando el sincretismo religioso es tan festejado alegremente, es difícil no pensar en Jacob Frank, para bien o para mal, como el profeta no deseado de nuestra propia y desconcertante época.

Labels: , ,

La kippa y el Haaretz - Information Juive



Me llega el número de Mayo de Information Juive y ojeándolo por encima caigo en una breve noticia que me hace sonreír:
La web del Maariv ha observado que, por vez primera en decenios, no hay entre los periodistas y empleados del diario Haaretz ni uno solo que lleve kippa. El Maariv interrogó sobre esta cuestión al propietario y director del Haaretz, Amos Chocken, y éste les contestó: "Nosotros no tenemos ningún interés en verificar lo que hay sobre las cabezas de nuestros empleados".

Esta respuesta no dejó satisfechos a los periodistas del Maariv, por lo que procedieron a recordarle al director del Haaretz que, para un diario tan poco interesado por lo que lleva su personal sobre la cabeza, el pasado 26 de Febrero su diario había publicado un artículo donde realizaba una enumeración muy precisa de aquellos colaboradores más cercanos del Primer Ministro israelí que llevaban kippa.
Como decía el gran Lope de Vega: "Esto es amor, quien lo probó lo sabe". O sea, estúpidamente engreídos y pedantes.

Labels:

Sunday, May 29, 2011

(La opinión del sector duro) Incluso la ineptitud de Obama no puede ocultar su profunda hostilidad - Melanie Phillips



En un análisis particularmente autorizado, Charles Krauthammer identifica la magnitud de la amenaza planteada por Obama a los intereses de Israel con su discurso sobre "las líneas de 1967" y los comentarios posteriores:
Tengan en cuenta que Obama ha socavado la posición negociadora de Israel. Se está exigiendo que Israel entre en las conversaciones de paz perdiendo sus demandas sobre el territorio ganado en la guerra del 67, su única moneda de cambio. Recuerden: las "líneas de 67" pasan justo por Jerusalén. Así, el punto de partida de las negociaciones sería que el Muro Occidental e inclusive el barrio judío de Jerusalén son palestinos, es decir, territorio ajeno por el que Israel ahora debería negociar.

La idea de que el santuario más sagrado del judaísmo le es ajeno a Israel, o que el barrio judío de Jerusalén es legítima, histórica y demográficamente árabe, son un absurdo. Y la idea de que, con el fin de retenerlos, Israel tiene que renunciar a partes de su territorio es una farsa.
Mientras tanto, el igualmente muy autorizado Khaled Abu Toameh nos informa:
Los palestinos están furiosos con el presidente Barack Obama. Abbas, por su parte, ha rechazado la oposición de Obama a su plan de pedir a las Naciones Unidas que reconozcan un Estado palestino en septiembre, y dice que seguirá adelante con sus esfuerzos (...)

Tanto Fatah como Hamás han condenado a Obama por "sucumbir a la presión del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y a la del 'lobby judío' pro-Israel en los EEUU". Obama, que hasta hace poco era visto como un "amigo" de los palestinos, está siendo catalogado, en privado, por los representantes de Al Fatah como un "agente sionista" y un "peón" en manos de Israel y del "lobby judío".
Sin duda, hay que tener un tipo particular de genio político para alterar a ambos lados en una intervención totalmente innecesaria en su disputa.

Abbas y los suyos están molestos porque Obama no jugará al lado de ellos en su táctica de un reconocimiento de la ONU. He leído dos explicaciones contradictorias sobre ello: (a) Obama puede ver esa táctica unilateral como un peligroso callejón sin salida para los palestinos, y él quiere advertirles de que por ese camino no deben ir porque él está de su lado, y (b) Obama está horrorizado por la táctica de utilizar las Naciones Unidas porque piensa que será peligroso para Israel, y él está de su lado.

Esta segunda explicación se ha atribuido a un Tony Blair. Incluso dada la inclinación de Blair por el autoengaño, es difícil para cualquiera darle crédito. Para empezar, si Obama coloca los pulgares hacia abajo en la ONU será el final de la declaración unilateral. Más significativamente, la idea de que Obama esté dispuesto de una manera benigna hacia Israel es totalmente absurda. Incluso Krauthammer lo menciona:
"si esta política perversa, y en última instancia autodestructiva, nace de una verdadera antipatía hacia Israel o de la arrogancia de un torpe aficionado..."
Pero como he escrito una y otra vez desde que surgió en el escenario político, la evidencia del pasado de Obama, de sus amigos y de sus mentores, muestran que compartía la antipatía profunda y el prejuicio constante contra Israel de la izquierda radical americana. Desde que asumió el cargo, ha reducido esta hostilidad únicamente por necesidades políticas. Como Stanley Kurtz lo mencionaba esta semana, volviendo a rescatar esas pruebas para aquellos que lo hayan olvidado o nunca fueron conscientes de ello:
Tomado en su contexto, y siguiéndolo a través de los años, las evidencias sugieren poderosamente que los sentimientos pro-palestinos mostrados por Obama desde hace mucho tiempo son sinceros, mientras que su postura después de 2004 a favor de Israel ha sido dictada por la necesidad política.
El hecho es que la negativa de Obama a colaborar con el ordago palestino en la ONU no es más que - y por la razón que sea - una decisión táctica. Lo importante es que en sus últimos discursos, Obama ha demostrado que no sólo sigue negándose a criticar a Abbas y a darse cuenta de su hostilidad sin vacilaciones a la existencia de Israel - y los actos de incitación que favorece contra él -, sino que sigue siendo su intención recompensarlos, al tiempo que propone poner de rodillas a su víctima potencial, Israel.

Labels: ,

La reunión entre Obama y Netanyahu y las encuestas - Shmuel Rosner



Un par de comentarios sobre las consecuencias de la reunión entre Obama y Netanyahu, y sobre todo lo relacionado con las encuestas de opinión pública:

1.- Las encuestas de opinión pública pueden resultar confusas, especialmente para aquellos que las lean todas. En el Maariv, casi la mitad de los israelíes dicen que Natanyahu debería haber dicho a Obama "sí, pero..." en lugar de "no". Sin embargo, Netanyahu y ​​el Likud obtienen más apoyo. De hecho, eso es algo en lo que todos los periódicos israelíes coinciden: el alboroto entre Bibi y Obama de la semana pasada hizo a Netanyahu más popular en Israel. Creo que el consenso eclipsa otros dilemas más matizados, porque ese dilema es uno que la gente entiende y al que puede responder simplemente.

2.- Bueno, la gente podía tener una respuesta sencilla - respecto a su plasmacion en posibles votos -, pero esto no significa que todos los encuestadores obtienen el mismo resultado exacto.

Maariv: Likud - 30 (diputados), Kadima - 27.
Canal 2: Likud - 34, Kadima - 29.
JPost: Likud - 30, Kadima - 27.
Israel Hayom: Likud - 32, Kadima - 28.

3.- Los israelíes no confían en el presidente Obama. No todas las encuestas hacen las mismas preguntas, ni se obtienen los mismos números, pero que el nivel de confianza que suscita Obama es bajo resulta más que evidente. Esta claro cuando el JPost encuentra que sólo el 12% de los israelíes judíos dicen que Obama es "pro-Israel" (los israelíes esperan que fuera pro-israelíes), y también está claro que sólo el 24% de todos los israelíes dicen en el Haaretz que Obama es un presidente "amigable" con referencia a Israel (tengan en cuenta lo siguiente: ese 24% de los israelíes incluye a los árabes-israelíes, como debe ser, por lo que la evaluación favorable hacia Obama sube). EL 49% de los judíos israelíes dicen según Israel Hayom que no aprueban la gestión de Obama en la presidencia de EEUU con respecto a Israel . El 34% se declara a favor, pero la mitad de los judíos israelíes dicen que Obama está más cerca de los palestinos que de Israel (37% -38%, el 25 % no respondió).

Con todo, dos cosas son claras: Netanyahu ganó y Obama no es muy popular entre los judíos israelíes.

4.- El resto, como dicen, es comentario - depende de la pregunta, las tendencias que se quieren dar a los resultados, el significado que se otorga a cada cifra... La mitad de los israelíes dijeron al Haaretz que la visita de Netanyahu fue un "éxito", pero la mitad de los israelíes dijeron en el Maariv que criticar a Obama en público fue un error. El 61% de los israelíes dijeron a Israel Hayom que "apoya los principios" presentados por Netanyahu, en el Congreso, sin embargo, más del 40% dicen que Israel debe negociar con el gobierno de Al Fatah y Hamas (41% sí, 47% no ) y en estos números no entran los árabes israelíes).

5.- Conclusiones: Es bueno que Obama no dijera que iba a visitar Israel. No creo que sea el momento adecuado, no pienso que sea una buena idea para empezar.

Los expertos, analistas, columnistas no importan mucho. Muchos de los comentaristas israelíes más reconocidos han argumentado que el desempeño de Netanyhau durante su visita fue problemático, y que ganó poco y dañó a Israel. El público - bueno o malo - no compra esas opiniones.

No obstante, el New York Times da señales de vivir en un universo paralelo. Echen un vistazo a este titular de su corresponsal : "Los israelíes ven el viaje de Netanyahu como un fracaso diplomático".

Dicho todo esto: Netanyahu no ha resuelto nada y ha ganado muy poco en el mundo real. Su batalla con el presidente Obama no ha terminado todavía, pero lo más importante, sus planes para el futuro siguen siendo muy vagos.

Labels: ,

Saturday, May 28, 2011

El antisemitismo de la izquierda alemana desencadena el debate dentro del Gobierno aleman - Benjamin Weinthal - JPost



El estudio académico titulado "Los antisemitas como un socio de la Coalición de gobierno", que critica fuertemente las arraigadas actitudes antisemitas y anti-israelíes del Partido de la Izquierda alemán provocó un acalorado debate en el Bundestag este miércoles.

El debate se centró en lo que muchos expertos consideran como la forma dominante dentro del antisemitismo contemporáneo en la república federal: el odio al Estado judío.

Hans-Peter Uhl, del partido bávaro Unión Social Cristiana, un partido hermano de la Unión Democrática Cristiana de la canciller Angela Merkel, acusó al Partido de la Izquierda el miércoles de "pescar votos en los grupos de votantes antisemitas". Un ejemplo revelador de ello es la diputada del Partido de la Izquierda Inge Höger, que apareció en mayo en una conferencia pro-Hamas en Wuppertal (el norte de Renania Westfalia) con una keffiya que mostraba un mapa llamado "Palestina" y que incluía a todo el territorio del Estado de Israel. Ella habló sobre el "mal uso del Holocausto" para silenciar las críticas de Israel por sus "políticas de ocupación".

El estudio fue escrito antes de la nueva ola de acciones agresivas del Partido de la Izquierda en contra de Israel, incluidos los llamamientos a boicotear al Estado judío en marzo y abril y por la propia Höger en Wuppertal.

"Los propios líderes dentro del ámbito parlamentario del Partido de la Izquierda toleran las posiciones antisemitas", escribieron el politólogo de la Universidad de Giessen, Samuel Salzborn, y Voigt Sebastián, de la Universidad de Leipzig, en su estudio sobre el incremento del odio a Israel entre los políticos del Partido de la Izquierda.

El Frankfurter Rundschau fue el primero que publicó las conclusiones del estudio de Voigt y Salzborn la semana pasada, provocando una sensación atenuada dentro de los medias y respuestas airadas de los dirigentes del Partido de la Izquierda. De acuerdo con el diario Mitteldeutsche Zeitung, Gregor Gysi, un importante diputado del Partido de la Izquierda, calificó de "disparate" la principal conclusión del estudio: que el antisemitismo se está extendiendo entre parte de los políticos y miembros de su partido.

"No necesitamos instrucciones del exterior", declaró al diario Westfälische Rundschau el co-presidente del Partido de la Izquierda, Klaus Ernst.

Sin embargo, Bodo Ramelow, uno de los líderes del partido en el parlamento del estado de Turingia, y una de la voces disidentes el partido, dijo al Tageszeitung: "Cuando un cardenal católico revoca el permiso de enseñanza a un profesor gay, la indignación en el Partido de la Izquierda es, con razón, enorme. Pero cuando los gays en la Franja de Gaza temen por sus vidas, no se oye decir nada a esta gente tan indignada. Este es un problema".

En el Bundestag, el miércoles pasado, la diputada del Partido de la Izquierda Lukrezia Jochimsen dijo que "los llamamientos al boicot" Israel no son aceptables. Sin embargo, los políticos de ese mismi partido en Duisburg y Bremen, así como diputados en el Bundestag, o bien han llamado a boicotear al estado judío o bien han participado en actividades con grupos que protagonizan una gran campaña para deslegitimar y boicotear a Israel.

La portavoz de política exterior del partido, el diputado Wolfgang Gehrcke, ha asistido en reuniones y manifestaciones a favor de Hamas y de Hezbolá en Alemania, y compararon las políticas de Israel con las del Tercer Reich.

Destacados miembros del Partido de la Izquierda han llevado a cabo durante años una campaña anti-Israel. El diputado Christine Buchhloz, miembro de la facción interna "giro a la izquierda", apoya la "resistencia legítima" de Hamas y Hezbolá en sus ataques terroristas contra Israel. Además, ha restado importancia a la amenaza iraní contra Israel.

Ella y la vicepresidente del partido, Sahra Wagenknecht, criticaron al presidente Shimon Peres en enero de 2010 por difundir "mentiras" sobre el deseo de Irán de construir armas nucleares.
Ambas, que se negaron a participar en la ovación que recibió Peres tras su discurso de conmemoración del Holocausto en el Bundestag, fueron elogiadas por ello por el Partido neonazi alemán, el NPD.

Labels: ,

Friday, May 27, 2011

Israel practica el boxeo de sombra en una esquina - Benny Morris - National Interest



Por supuesto, todo consiste más o menos en realizar boxeo de sombra - el discurso político de Obama sobre el Oriente Medio Oriente, la réplica de línea dura de Netanyahu ante ambas cámaras del Congreso -. El proceso de paz no va a ninguna parte, y es que no puede ir. Los palestinos no tienen la intención de negociar de buena fe porque no tienen la intención de llegar a una solución de dos estados. Ellos quieren toda Palestina, ni más ni menos. Hamas lo dice clara y simplemente, mientras Abbas despliega una lengua bífida. Pero su intención es la misma.

Pero Netanyahu no está jugando a ese juego, y esto está costando muy caro a Israel en el ámbito internacional. Tendría que haber dejado de lado sus cálculos políticos internos y la red política de seguridad de su gobierno y ponerse a practicar boxeo de sombra como el resto de los participantes. Él está en una posición política envidiable al tener una coalición amplia y profunda, y podría darse el lujo de tener deserciones ya que partido el opositor centrista, el Kadima liderado por Tzipi Livni, estará siempre allí para tomar el relevo si Netanyahu parece demasiado conciliador para los gustos de Avigdor Liberman o Eli Yishai.

Los parámetros de Bill Clinton de diciembre del 2000 son el único juego diplomático en la ciudad, y en efecto es lo que Obama ha reiterado. Clinton hablaba de un estado palestino desmilitarizado (Obama dijo "no militarizado") que debería establecerse en el 94-96% de la Ribera Occidental, el 100% de la Franja de Gaza y la parte árabe de Jerusalén oriental.

Obama habla de una solución de dos Estados basada en las líneas de 1967 pero con intercambios territoriales. Es lo mismo. Israel retendrá un 4-6% de Cisjordania (que contendrá los bloques de asentamientos más importantes) y dará a cambio a los palestinos una porción equivalente de territorio israelí.

Clinton fue más explícito acerca de cómo resolver el problema de los refugiados: los refugiados volverían al futuro Estado palestino o se reasentarían fuera del Oriente Medio. Obama prefirió ser menos explícito en este punto - perdiendo bastantes puntos entre los israelíes - y se limitó a decir que Israel debe seguir siendo un estado de mayoría judía, el Estado del pueblo judío. El significado prácticamente era el mismo, no habrá una sustancial afluencia de refugiados árabes a Israel.

Volviendo al primer ministro, hace dos años Netanyahu pareció liberarse de las ataduras ideológicas del Gran Israel y anunció que asumía una solución de dos estados. Su visión de esos dos estados y la de Obama (y Clinton) difieren sólo en dos puntos principales: Él desea conservar Jerusalén oriental (un Jerusalén “unificado”) para Israel y una fuerza de seguridad israelí a lo largo del río Jordán para que los palestinos no tengan la tentación de invitar a las tropas iraquíes o iraníes a su nuevo estado, lo que amenazaría directamente el corazón de Israel.

El segundo punto es más de matices, Obama habló de una retirada gradual de Israel, tal vez veinte o treinta años, de la línea del río Jordán. Si los palestinos pueden permanecer en paz durante todo ese tiempo, demostrarían su capacidad de adherirse a la paz, ganándose la confianza general y la de Israel. Así que para entonces, pocos israelíes se opondrían a renunciar a dicha presencia.

Y lo de Jerusalén es algo que Netanyahu tendrá que superar, dentro de su propia alma y en la arena política israelí. Sus predecesores, Ehud Barak y Ehud Olmert, ya lo hicieron. Y Ariel Sharon, probablemente, también se estaba moviendo en esa dirección. Netanyahu lo tendrá que hacer si desea ofrecer al mundo una visión convincente y creíble de la paz. (El mundo árabe no puede vivir con una fórmula que no reconozca a los palestinos su presencia demográfica en el Jerusalén oriental).

Pero, como ya he dicho antes, todo esto es boxeo de sombra. Los palestinos nunca estarán de acuerdo en renunciar al "derecho de retorno", el mantra y el espíritu de su movimiento nacional, y en cierto sentido, el núcleo de su identidad. Y además nunca llegarán a estar de acuerdo con un Estado judío en la mayor parte de Palestina.

Así que Netanyahu nunca será llamado, de manera concreta, a renunciar a Jerusalén oriental.

Pero para que Israel mantenga una pizca de simpatía y apoyo internacional, también debería seguir con ese “jugado” y tomar el toro por los cuernos, yendo hasta el final de la mascarada y ejercitando su boxeo de sombra. Esto forma parte de lo que implica ser un líder, lamentablemente para Israel, en el poco apetitoso contexto geopolítico que habita.

Labels: ,

Israel y el sentimiento de culpa occidental - Aryeh Tepper – Jewish Ideas Daily



"Enfréntate a tus privilegios". Así reza un "sutil y coercitivo" mensaje ubicado en los finos y elegantes colegios de artes liberales de América. ¿Por qué coercitivo? Porque, como Wilfred McClay explica en un reciente ensayo en First Things, lo que tales mensajes o señales están realmente diciendo a los estudiantes es "siéntanse culpables". Siéntanse culpables por el dinero que les permitió llegar hasta aquí y por las ventajas que adquirirán y recibirán por su estancia entre nosotros. Ah, y mientras tanto, "páguennos unos 50.000$ al año para que nosotros podamos certificar el privilegio que disfrutan y por el que deben disculparse".

Este desfile de mensajes absurdos y auto edificantes (auto congratularios) no se limitan a las escuelas de educación superior. Como observa McClay, los hombres y mujeres modernos son regularmente invocados a sentirse culpables de algún delito o tragedia - “el colonialismo, la esclavitud, la pobreza estructural, la contaminación del agua, la deforestación" -, sucesos que a menudo se produjeron antes de su existencia y que están más allá del alcance de su vida cotidiana.

Al explorar por qué la culpa juega un papel tan importante en la cultura occidental contemporánea, McClay cita al escritor francés Pascal Bruckner, el cual identifica la "denuncia mecánica de Occidente" - una empresa que está en el núcleo de gran parte del pensamiento occidental moderno - como un vestigio masoquista de "la vieja noción del pecado original". Esa noción, resume McClay, se ha transformado en un remordimiento insidioso y sin control.

McClay profundiza el análisis de Bruckner señalando que los modernos expresan su sentimiento de culpa no sólo por los supuestos crímenes de su civilización, sino, y significativamente, por "las cosas de las que nos sentimos más orgullosos", especialmente nuestro “dominio tecnológico, nuestro conocimientos del mundo, de sus causas y efectos, y nuestro poder para darlos forma y alterarlos". Ese mismo poder, escribe McClay, deja a nuestra conciencia hiperactiva expuesta a un bombardeo interminable de males, reales o imaginarios, por los cuales debemos sentirnos culpables.

¿Qué hacer con esta culpa? En un mundo post-religioso, donde los medios tradicionales de búsqueda de la absolución y de la redención ya no son predominantes, "la poderosa e inextinguible necesidad de los seres humanos de sentirse moralmente justificados" busca otros mercados, muchos de ellos problemáticos. Uno de esos mercados, escribe McClay, es el culto santurrón del “fortalecimiento personal” a través del "perdón" y la ausencia de “crítica o juicio sobre los demás”. Otro mercado, y relacionado con el anterior, consiste en la santificación y fascinación por ciertos grupos definidos como "víctimas per se", y es mediante la identificación con esas víctimas como tales, donde los hombres y mujeres modernos pueden participar terapéuticamente de una especie de "sufrimiento compartido", afirmando así su propia inocencia y descargando su carga moral.

Sin embargo, una lógica perversa se mueve detrás de estas actitudes y actúa de una manera corrosiva. Puesto que no hay víctimas sin victimarios, un corolario obvio de la identificación con las víctimas es la proyección de la propia culpabilidad sobre un "designado opresor" que "desempeñe el papel de chivo expiatorio". Y es por esta lógica que, paso a paso e inevitablemente, el culto de la búsqueda de la inocencia suele venir de la mano con la tiranía de la corrección política, y con un discurso altamente vicioso que designa y envía al ostracismo a los supuestos villanos marcados con ese feo sello por gran parte del mundo intelectual y académico contemporáneo

El análisis de McClay es muy profundo y sugestivo. Por otra parte, aun cuando se lamenta del proceso por el cual nociones religiosas fundamentales como "el pecado y la expiación" han sido reemplazados por patológicas contrapartidas modernas, no todo se reduce a identificar esa infautada obsesión por el victimismo, la cual que en cierto sentido es un producto perverso del propio cristianismo. Su ensayo, en particular en su análisis de los chivos expiatorios, apunta en numerosas direcciones, y se espera que continuara ampliando su fascinante estudio de muchas de ellas.

En particular, McClay resulta muy útil para comprender cómo y por qué se ha invertido tanta cantidad de energía en señalar al Estado de Israel, y por implicación al pueblo judío, como una especie de fuente del mal contemporáneo. Adoptando el modelo de McClay a la moral contemporánea, al igual que Israel sirve para el papel de victimario, los palestinos sirven para el papel de víctimas ejemplares e inocentes, y es que mediante la identificación con la “víctima actual”, y posicionándose en contra del culpable designado, uno afirma su propia estatura moral y proyecta toda la culpa sobre del cabeza de turco de rigor, el cual es expulsado en sentido figurado al desierto (al igual que el chivo expiatorio).

¿Cómo se explica la obsesión del Occidente democrático por este tema específico? Después de todo, si usted está buscando víctimas y opresores, ¿por qué no empezar por ejemplo con el Congo, donde, según un nuevo estudio, 48 mujeres son violadas cada hora? Si comparamos la atención fugaz que genera esa horrible noticia y la comparamos con la cantidad de tinta derramada por la decisión de Israel de expandir los barrios judíos ya existentes en el este de Jerusalén, apreciaremos cuán sesgado es el criterio moral de los guardianes de la conciencia occidental.

Muy provechoso e importante es aquí como McClay traza la influencia subterránea de la culpabilidad. Consideremos, por ejemplo, la evidente influencia del reconocimiento del Holocausto en la percepción pública de los judíos. Visto a través de la lente de McClay, el legado del Holocausto inicialmente atribuyó a los judíos una especie de “prestigio perverso”, una especie de marca o sello de “víctima certificada”. Pero ¿por cuánto tiempo? En retrospectiva, parecía sin duda previsible que, una vez que los judíos llegaron a ejercer el poder en un Estado judío (Israel), deberían comenzar a ceder su dudosa plaza de honor como “víctimas certificadas”. A continuación, se hizo necesario encontrar unos sustitutos, ¿y quién encajaría mejor en ese papel que esos que pueden ser identificados, según algunos, como “víctimas de las antiguas víctimas”, es decir, de los propios judíos, los cuales a su vez se habrían transformado según algunos círculos de opinión en los nuevos nazis? Todo el desarrollo es una manifestación especialmente grotesca de lo que McClay define como "los enormes problemas creados por el culto a la propia victimización”.

Y es que viejas corrientes de opinión están contribuyendo. Como señala McClay, la "nueva sensibilidad" de la culpabilidad es un descendiente directo pero secularizado de los conceptos cristianos. En este sentido, es difícil no ver en las actuales representaciones, implícitas y muchas veces explícitas, del conflicto israelí-palestino cómo a los palestinos se les ha asignado el papel de hijo sufriente de Dios, y a los israelíes el papel de judíos pérfidos (¿seguidores de Caifás o de Barrabas?), en una repetición secularizada del drama de la crucifixión.

La terrible ironía que encierra todo esto es que a pesar de la devoción y el esfuerzo de muchos cristianos durante el último medio siglo a la hora de desvincularse, y expiar, el antisemitismo tan profundamente arraigado en la tradición cristiana, aún existen bastantes “ilustrados” en la actual sociedad post-cristiana que se han sentido lo suficientemente liberados como para poder abrazar algunos de los más siniestros tropos antisemitas.

Finalmente, Friedrich Nietzsche hace una breve aparición en el ensayo de McClay, y es más que posible que una potente dosis de la teoría del resentimiento de Nietzsche haya hecho su trabajo en el trasvase y acumulación de la culpa sobre los judíos. El resentimiento era el término que empleó Nietzsche para describir la hostilidad que el débil proyecta sobre el fuerte. También era un instrumento de venganza psíquica, como una especie de endeble conjuro donde el universo moral y su condición de debilidad les justifican y hacen superiores frente a la condición, valores y códigos de conducta de sus amos. Desde esta perspectiva, Israel es "pecado" a los ojos de sus detractores ya que se lo ligan precisamente con la fuerza y el éxito (por no hablar de su asociación con el Gran Satán americano).

Por supuesto, Nietzsche era de la opinión de que la Cristiandad, que elevó la debilidad y el sufrimiento sobre la clásica celebración griega del vigor heroico, era en sí misma culpable de causar un daño permanente a la moral occidental. McClay, por el contrario, es de la firme opinión de que sólo son reprobables esas debilitadoras y masoquistas nociones de culpa, que de hecho son una perversión de la cristiandad - y añade - y del judaísmo. Esta cuestión sería un tema interesante para un debate filosófico y teológico. En el ínterin, sólo podemos estar agradecidos a Wilfred McClay por su análisis y muy necesaria contribución a una cuestión no sólo de ámbito intelectual, sino verdaderamente existencial.

Labels: , ,

Thursday, May 26, 2011

¿Qué pasa con los judíos? - Stanley Fish - NYTimes



Ha sido una semana, o dos, interesante para los judíos. La nueva película de Mel Gibson, "The Beaver", se estrena a nivel nacional en los cines y los judíos deben decidir si pagan un buen dinero para ver una película protagonizada por una persona cuyo padre es un negacionista y él mismo ha vilipendiado a lo judíos en público. En Cannes, el director de cine danés Lars von Trier, divaga en una conferencia de prensa acerca de que simpatiza algo con Hitler, de que se siente molesto con Israel (es un grano en su trasero) y de que admira el arquitecto de Hitler, Albert Speer. Al día siguiente se retracta, pero ya es demasiado tarde, ha sido declarado persona non grata en el festival de cine.

Luego está, Dominique Strauss-Kahn, el economista y político francés que estaba a punto de convertirse en el primer presidente de Francia de origen judío, ahora encarcelado en Rikers Island después de ser acusado de forzar unas relaciones sexuales con una camarera de un hotel de Nueva York. (Strauss-Kahn está ahora en “arresto domiciliario” a la espera de la lectura de cargos, si puede encontrar una casa.) Mientras tanto, el 11 de mayo este diario publicaba los resultados de un estudio del Pew Forum que mostraba que el 67% de los hogares judíos americanos afectos a la Reforma (propia de los judíos liberales y progresistas) ganan más de 75.000$ al año, mientras que para el resto sólo el 31% de las familias alcanzaban ese misma marca.

Luego hay unas cuantas historias más antiguas que perduran y se añaden a la mezcla. El diseñador John Galliano se enfrenta a un juicio en Francia y ha sido despedido de Dior, ya que, en el curso de una perorata de borrachos en un bar, le dijo a alguien (que no era en realidad judío) "Me encanta Hitler y gente como usted debería estar muerta”. Al "bad boy" Charlie Sheen, que ha abusado de sustancias diversas, retozado con mujeres diversas y montado numerosas broncas en habitaciones de hotel durante años y no se había hecho demasiado al respecto, se le acabó su suerte cuando vomitó comentarios antisemitas dirigidos al productor judío de su exitoso programa de televisión “Two and a Half Men". En poco tiempo fue despedido y su papel otorgado a Ashton Kutcher, quien criado como católico ahora demuestra interés por el judaísmo y por la Cábala [N.P.: ay que me da la risa tonta].

Y por supuesto, está la historia que pervivirá para siempre, incluso después de que su protagonista muera, la historia de Bernie Madoff (un sosias de Strauss-Kahn, o ¿es al revés?), quién perpetró la más grande estafa de la historia (¿sustituirá a Meyer Lansky en el papel principal de “un mal chico judío” en el Salón de la Fama?) y arruinó a miles de personas, gran parte de ellos judíos que confiaron en él.

Lo que pasa con estas historias es que todas apuntan (al menos) en dos direcciones. Sheen, Gibson, Galliano y Von Trier han pagado un alto precio por su transgresión y excesos contra los judíos, pero también han dado lugar a que surjan algunos murmullos sobre el poder de los judíos y su influencia en Hollywood y en las artes. ("Tú puedes insultar a cualquier grupo étnico y salirte con la tuya, a excepción de los judíos"). En la prensa de EEUU y en algunos de los blogs, Strauss-Kahn es vilipendiado como un matón misógino elitista, pero en Francia muchos piensan en él como una víctima de una conspiración política, interpretando para algunos a un moderno Alfred Dreyfus que ha sido derribado justo cuando estaba a punto de ascender a una posición reservada a los no judíos.

Las estadísticas que muestran como los hogares judíos andan muy bien económicamente parece ser una buena noticia para la comunidad judía, pero la historia del Times también aparece de manera destacada en las web racistas y supremacistas. En ellas su argumentación es que "la mayoría de la gente honesta no quiere vivir de otras personas", es decir, estamos ante la última entrega de la ya muy antigua acusación de que "los judíos son unos parásitos chupadores de sangre que infestan e infectan a la sociedad". Más o menos lo mismo se ha dicho en muchas de esas web sobre Madoff: "Si uno estudia la historia del judío, se verá cómo esta raza de parásitos vagabundos se aposenta en la casa del huésped, provocándole hemorragias hasta que le desangran totalmente”,

Entonces, ¿cuál es la verdad? ¿los judíos son una historia de éxito o una plaga, no se metan con ellos o cúlpenlos de todo cuando hayan bebido demasiado, son víctimas (expulsiones, pogromos, el Holocausto) o victimarios (banqueros codiciosos, abogados picapleitos, acaparadores de tierras y productores de limpiezas étnicas)? ¿Los judíos son unos diablos y unos bichos sub-humanos (un tropo nazi e islamista) o son el pueblo escogido de Dios?

La respuesta es todo lo anterior y mucho más, porque como muchos antes ya observaron, el judío como figura cultural e histórica está sobresaturado, lo que significa que los significados que se acumulan sobre él (o ella, pero sobre todo sobre él) superan absolutamente cualquier registro empírico y ello sin ninguna consideración por la ley de la contradicción. Las actitudes, especialmente las negativas hacia los judíos, florecen tanto si hay judíos alrededor o no. El antisemitismo sobrevive en Polonia a pesar de que la mayoría de sus judíos han huido o han muerto. También hay antisemitismo en China, pero escasísimos judíos reales.

Una parte importante de las proteicas y cambiantes formas del antisemitismo a lo largo de la historia son iluminadas por el brillante libro de Matthew Biberman, “Masculinity, Anti-Semitism, and Early Modern English Literature” ("Masculinidad, antisemitismo, y la temprana literatura inglesa Moderna".

Biberman traza dos caracterizaciones entrelazadas del judío: el judío como diablo, como una poderosa fuerza alienígena que bloquea y destruye todo lo que es bueno, y el judío como marica, afeminado, como una figura menuda y despreciable que se queda acurrucada en el fondo y se asimila, pero que debido a su inmersión en el conjunto social es capaz de pudrirlo desde dentro. (Este breve resumen no hace justicia a la riqueza de los análisis de Biberman.) Así que usted puede tener a la vez al feroz y bárbaro judío (Israel como una bomba atómica destructora de los ejércitos árabes, al menos en 1967) y al judío insidioso y suave, esa figura obsequiosa que, cuando nadie está mirando, toma el control de todo. Esto significa que en todo lo que respecta al judío, ya existe un gran número de narraciones pre-empaquetadas, y a menudo mutuamente excluyentes, que lo ubican y califican, y generalmente no son positivas.

Y eso también funciona con la nación judía. Hay, como todo el mundo sabe, un debate en curso acerca de si la crítica de Israel se puede separar de la crítica de los judíos, es decir, del antisemitismo. Pero es posible que la figura del judío esté ya tan numerosa y complejamente cargada de estereotipos, que los intentos de separar la estrategia político-militar de una nación de las antiguas, variables y arraigadas imágenes de sus habitantes resulte poco probable de conseguir.

Los israelíes y sus partidarios pueden por lo tanto considerar que en esas críticas a las políticas de Israel hay demasiados ecos y rémoras de la diáspora, de los libelos de sangre, de los Protocolos de los Sabios de Sión y de la solución final del Tercer Reich. Los que lanzan dichas críticas nunca podrán estar seguros de que su disgusto por las acciones de Israel con respecto a los palestinos es completamente inocente de la influencia de siglos de denigración. Y ahí es donde parece que estamos.


Actualización:

A Marc Tracy, en el Tablet, no le ha gustado ni un pelo este "confuso artículo", que, al mismo tiempo que habla de los judíos "desproporcionadamente ricos", se pregunta...:
"Entonces, ¿cuál es la verdad? ¿los judíos son una historia de éxito o una plaga, no se metan con ellos o cúlpenlos de todo cuando hayan bebido demasiado, son víctimas (expulsiones, pogromos, el Holocausto) o victimarios (banqueros codiciosos, abogados picapleitos, acaparadores de tierras y productores de limpiezas étnicas)? ¿Los judíos son unos diablos y unos bichos sub-humanos (un tropo nazi e islamista) o son el pueblo escogido de Dios?"
y donde finalmente llega a la conclusión de que la cuestión de Israel es especialmente complicada:
"Los que lanzan dichas críticas nunca podrán estar seguros de que su disgusto por las acciones de Israel con respecto a los palestinos es completamente inocente de la influencia de siglos de denigración".
Marc Tracy finaliza:
Tengo algunas preguntas más para este distinguido profesor:

¿Qué pasa con los negros? Triunfan con el hip-hop y tienen a uno de los suyos en la Casa Blanca (¿podría reemplazar a Martin Luther King como el primer "buen chico negro" del Salón de la Fama? ), sin embargo, algunas personas todavía quieren lincharlos. ¿Qué pasa con eso?

¿Qué pasa con los tibetanos? Parecen pobres, y sin embargo, han colonizado las gradas de la Union Square Farmer’s Market. !Paradoja!

¿Qué pasa con los franceses? Ellos celebran poseer una cultura sexual libertina y son elogiados en todas partes por ser gente sofisticada. Pero de pronto, uno de los ejemplos más destacados de esa cultura es acusado de violación, y al parecer eso está fuera de moda por allí. ¿Contradicción?

¿Qué pasa con los vampiros? Ellos son más populares que nunca, con True Blood y la serie Crepúsculo, sin embargo permanecen entre su gente chupando la sangre de las personas decentes gracias a las cuales prosperan (¿son sosias de los judíos o es al revés?). ¡Qué extraño!

¿Qué pasa Con Stanley Fish? La única obra de importancia académica que ha hecho, sobre John Milton, ha servido como mascota durante 20 años, y sin embargo él sigue siendo recibido como una especie de autoridad política y cultural. ¿Qué ocurre?

¿Qué pasa con el New York Times ? Son el mayor periódico del mundo, y sin embargo también pagan a Stanley Fish por escribir un post en su blog para el que la descripción de "estúpido" es un cumplido demasiado alto. ¿Por qué?


Labels: ,

Ikkarim, los principios fundamentales de la fe judía - Moshe Idel - Havruta




Los trece ikkarim de Maimónides

El término ikkarim es propio y particular del hebreo. Se traduce habitualmente al inglés como "principios fundamentales" que transmiten algunos de los principios más importantes y dejan de lado los demás: ikkar puede significar lo contrario de tafel (de poca importancia o auxiliar), o la parte principal o núcleo de una estructura orgánica que también contiene ramas auxiliares. Estos dos posibles significados del término describen los dos enfoques principales para el discurso de ikkarim a lo largo de la historia judía.

En el judaísmo clásico de la Biblia y de los rabinos no existe un concepto como ikkarim. Hay, por supuesto, el énfasis sobre ciertas obligaciones, como las Siete Leyes de Noé (que el judaísmo considera obligatorias para todas las naciones) o las tres prohibiciones cardinales articuladas en el Talmud, es decir, la idolatría, el incesto y el derramamiento de sangre. Los Diez Mandamientos eran leídos en voz alta en el Templo antiguamente, sin embargo, estos mitzvot prioritarios eran menos una declaración de principios básicos que unos mandamientos específicos que estaban orgánicamente vinculados al corpus halájico.

A partir de Maimónides en la Edad Media, nos encontramos con la enumeración de ikkarim como los principales preceptos del judaísmo que se deriven de un proceso analítico de abstracción de la fe en sus fundamentos más necesarios. Maimónides considera a sus ikkarim como una representación completa de la esencia del judaísmo, pero ciertamente no desestima a los muchos otros mitzvot como redundantes o innecesarios.

Este movimiento marca un gran salto hacia un enfoque comportamental nuevo - en la que la vida religiosa se define por la forma en que se practica -, una aproximación más teórica mediante la cual la fe se define por la forma en que “la pensamos”.

Maimónides no da este paso solo. Él formaba parte de una élite que buscaba trascender el judaísmo centrado en la halajá de una manera que confiriera un papel mucho mayor a aquellos procesos intelectuales permitidos. Al tratar de formular los principios de una religión que se basaba inicialmente sólo en la práctica, esta élite trató de establecer unas proposiciones que pudieran ser explicadas y debatidas, tanto dentro como fuera de la fe judía. A partir de entonces, el judaísmo ha sido sustentado por esta tensa interacción entre su interpretación/representación y el pensamiento.

Es importante recordar que los métodos rabínicos o místicos del judaísmo no son menos sensibles a las consideraciones filosóficas que los planteamientos teóricos o especulativos sobre la fe. Los enfoques prácticos, sin embargo, se distinguen por una preocupación fundamental por el desarrollo, la elaboración e incluso la multiplicación de los detalles de una forma específicamente halájica de vida, en lugar de acercarse a ella reflexivamente.

El enorme corpus rabínico, que ya circulaba en la Edad Media a través de comentarios talmúdicos y responsas halájicas, se resiste a la idea de que el judaísmo se ha comprometido con cualquier forma o principio que lo limite. Este es también el caso de los cabalistas, que fueron tentados a crear las correspondencias entre los mitzvot y los sefirot - los diez aspectos por los cuales la divinidad se manifiesta -. En cierto sentido, los cabalistas consideran la multiplicidad de los mitzvot como mediadores en la emanación de la esencia divina desde su interior, desde la fuente infinita - Ein-Sof - a través de los diez sefirot, hacia los seres humanos. Por lo tanto, en su interés estaba la idea de resistir la reducción del judaísmo a una especie de estrecho núcleo de principios. Cuanto más mitzvot, mucho mejor, por así decirlo.

Un representante de los dos métodos rabínicos y místicos es el rabino David ben Shlomo Ibn Zimra, conocido como Radbaz (1479-1573). Un halajista importante, líder de la comunidad judía en Egipto, y un sabio místico que probablemente inició al famoso Ari (Rabí Yitzjak Luria) en los secretos de la Cábala, Radbaz desestimó la idea de los ikkarim que, a su juicio, iba en contra de la Torah, el fundamento de la fe judía:
no estoy de acuerdo con [el movimiento de] imponer a nuestra perfecta Torah cualquier ikkar o de otro tipo, ya que es toda (la Torah) es un ikkar [procedente] de la boca de Dios... todos y cada uno de los mitzvot es una ikkar y la piedra angular [de la fe] y usted puede encontrar que un mitzvot le parece marginal, cuando en realidad su razón de ser, y los secretos que contiene, están más allá de nuestra comprensión” (She'elot ve-Teshuvot HaRadbaz, Responsum 344).
Radbaz realiza dos poderosas afirmaciones: En primer lugar, la Torah es un todo perfecto, y su perfección es contaminada por el intento de centrarse en algunas de sus enseñanzas, marginando a las demás. En segundo lugar, no hay manera de discernir una jerarquía en los mandamientos divinos, porque podemos entender su carácter "externo" para justificar su práctica, pero no su esencia "interior" mística. Por lo tanto, según él, debemos realizar todos los mandamientos con la misma devoción y abstenernos de tomarnos libertades a la hora de asignar diferentes grados de importancia para ellos. Esta aproximación o enfoque de Radbaz conserva la normativa dentro de la Ortodoxia.

Pero también hay tradiciones dentro del judaísmo que toman un enfoque más universalista y consideran la especulación religiosa como un valor más elevado que la representación o comportamiento religioso. Estas ideas se remontan muy lejos, y pueden ser contempladas como una creciente apertura de los intelectuales y pensadores judíos - tradicionales y modernos - hacia las enseñanzas de otras filosofías, aunque rara vez a las de otras religiones. Podemos discernir esta evolución tan pronto como durante la época de los profetas bíblicos. Estos avances se mejoraron dramáticamente en el cristianismo bajo la influencia del pensamiento abstracto griego, y un milenio más tarde encontraron su camino dentro de la élite judía filosófica. La manifestación más radical de este desarrollo es la suposición de que el judaísmo se puede resumir en un "monoteísmo ético, y que los judíos son el pueblo elegido para difundir esta importante visión religiosa para toda la humanidad".

Adoptada por amplios círculos de judíos asimilados y semi-asimilados de Europa Central, esta abstracción teórica de la religión judía es, en cierto modo, un retorno a la Edad Media, a Maimónides. Hasta el día de hoy, los sostenedores de esta opinión pueden o no retener una vaga fe religiosa, o bien pueden desarrollar una liberal y secular forma de vida judía, la cual consiste principalmente en sentirse parte del pueblo judío, requiriendo muy poca práctica de su forma de vida tradicional.

Un buen ejemplo proviene de la autobiografía - “De Berlín a Jerusalén” - del gran estudioso de la Cábala, Gershom Scholem. Él recuerda como en las reuniones familiares en Berlín, en vísperas del shabbat, se encendían las tradicionales velas, cuya llama se utilizaba a continuación para encender los cigarrillos, "una de las prohibiciones más famosas entre los judíos". Y sin embargo, el padre de Scholem, el cual se enorgullecía de su estilo de vida liberal, no estaba libre de los grilletes de la tradición, "una o dos veces al año, daba un discurso durante el almuerzo en honor de las bondades del judaísmo, las cuales según él se reducían en haber dotado al mundo de un monoteísmo puro y de una moralidad puramente racional".

Hay más de una ironía en todo ello. Al tratar de desprenderse de todas las obligaciones religiosas del judaísmo, la gente como el padre de Scholem se quedó con algo que podía ser más difícil de vivir que todos esos 613 mandamientos juntos. Al final, el ganador es Maimónides, cuyos trece ikkarim, destilados en el himno Yigdal, se cantan todos los sábados por todos los judíos del mundo, ortodoxos y liberales por igual, que pueden o no ser conscientes de la importancia fundamental de los ikkarim.

Labels: , ,

El mundo sionista religioso está cambiando - Maayana Miskin - Arutz Sheva



Un nuevo estudio sobre la comunidad sionista religiosa de Israel ha encontrado una creciente diversidad ideológica dentro de una comunidad en crecimiento, y ha enumerado a tres grupos como particularmente centrales para el movimiento en su conjunto. El estudio fue realizado por el Dr. Yitzjak Geiger, experto en este campo.

En los primeros años de Israel, la comunidad sionista religiosa fue relativamente uniforme, nos comenta Geiger. "Había menos grupos dentro de la comunidad sionista religiosa porque dicha comunidad religiosa era mucho más pequeña", nos explica.

Sin embargo, en los últimos 50 años se han producido cambios importantes. Quizás el más grande de todos ellos es que el movimiento ha pasado de estar en la periferia a tomar el centro del escenario en Israel.

"Por un lado están los sionistas “Torani”. Este grupo existe desde el mismo momento en que la comunidad sionista religiosa comenzó a existir, pero en las últimas décadas se ha fortalecido. Hoy podemos decir con certeza que es la corriente más poderosa dentro del mundo sionista religioso".

La corriente "Torani", que se distingue por su enfoque más estricto en lo que respecta a la observancia religiosa en comparación con otros grupos, a veces es erróneamente denominada "haredí-nacionalista", nos comenta Geiger. "Este nombre no les conviene porque no son ni se identifican con ellos, en suma, no se ven como haredíes. Eso sí, existe un grupo separado que sí se identifica como "haredí-sionista", agregó.

Otro de los tres grupos centrales dentro del mundo sionista religioso defiende una “ortodoxia urbana más liberal”, informa Geiger. Este grupo es similar a los "Torani" y con frecuencia envía a sus hijos a las escuelas Torani, pero en cambio enseñan un enfoque más liberal del país. Como un ejemplo de los puntos de vista de este grupo, Geiger nos explica que "cuando se trata de feminismo son pro-igualdad, pero tienen algún problema con una igualdad completa dentro de la sinagoga".

El tercer grupo más importante es el que defiende una “ortodoxia moderna”, el cual rechaza la visión de un regreso a toda la Tierra de Israel como un paso crucial en la redención de Israel, tal como sí lo plantea la escuela Merkaz Harav de pensamiento, y no cree que Israel deba mantener una presencia en la mayor cantidad de territorio posible. En cambio, este grupo trata de encontrar todo el terreno común posible con el público israelí en general, lo que le permite ampliar los límites de la ley tradicional judía y buscar espacio para los valores liberales modernos, según nos informa Geiger.

Geiger también nombra cinco subgrupos más pequeños dentro del mundo sionista religioso, aunque dice que son periféricos y con menos influencia que los tres primeros. Entre ellos se encuentran los "religiosos light", compuesto por aquellos que optan por no observar la ley judía en su totalidad; "los sociológico-religiosos", compuesto por aquellos que se identifican como “judíos sionistas religiosos” por el bien de la comunidad y no por su fe religiosa; la "franja espiritual", que incorpora las nuevas tendencias de la New Age y que considera la religión como una experiencia más espiritual que comunal; un grupo de judíos sefarditas que rechazan la cultura general sionista religiosa y privilegian únicamente la cultura sefardí; y los "haredíes-sionistas", que a diferencia de los sionistas "Torani" rechazan ciertas partes de la filosofía sionista religiosa y han adoptado un enfoque un tanto hostil con respecto al Estado de Israel desde la retirada de Gaza.

Cuando se le pregunta qué es lo que une a estos ocho grupos sionistas religiosos, Geiger nos explica: "Objetivamente, se casan entre sí, y su comportamiento y vestimenta son similares, subjetivamente, si les preguntas a qué sector de la sociedad pertenecen, la mayoría de ellos te dicen que pertenecen a la comunidad sionista religiosa".

Labels:

Wednesday, May 25, 2011

Jiri Mordejai Langer y la identidad homosexual judía - The Book of Doctrines and Opinions



A comienzos del siglo XX, el joven de 19 años Jiri Langer escandalizó a sus liberales padres al convertirse en un baal teshuvá (el que retorna la judaísmo ortodoxo) del hasidismo Belz. Langer, finalmente, abandonó el mundo hasídico para convertirse en un judío moderno pero observante y halájico. Langer fue un poeta, un psicólogo, un sionista y un hebraísta, así como un buen amigo de Kafka. Él escribió un relato magnífico de la vida en una corte hasídica titulado "Las nueve puertas a los misterios hasídicos", el cual sigue siendo uno de los relatos más exitosos de una auténtica experiencia hasídica. Deben leerlo [N.P.: Para mi vergüenza, hace tiempo que lo tengo, pero las críticas de Scholem a su otro libro, “La erótica de la Cábala”, me hicieron relegarlo constantemente. Será lectura veraniega]

En la nueva edición de la revista JQR (Jewish Quaterly Review), hay un artículo titulado “Saliendo del armario hasídico: Jirı Mordechai Langer (1894-1943) y la forja de la identidad judía homosexual”, escrito por Shaun Jacob Halper (JQR vol. 101, Nº 2). El autor, un doctorado en Berkeley y postgrado de la Yeshiva de Flatbush y de Har Etzion, analiza la homosexualidad de Jiri Langer y dentro del hasidismo, pero las preguntas planteadas en su artículo lo convierten en un testimonio de la corrupción dentro de las modernas ortodoxias y en las modernas yeshivas. El artículo tiene extensas notas sobre muchos temas. No estoy seguro aún de mis pensamientos sobre este artículo.

Halper observa que la ruptura entre Jiri y sus padres formaba parte de un patrón de esa época. Pero Jiri decidió optar no solamente por la poesía y el sionismo, rechazando la vida de la clase media liberal, sino que también optó por la ortodoxia. Langer halló una inmensa felicidad en la Yeshiva. Más tarde se convirtió en un líder y escritor sionista, y más adelante escribió su “Die Erotik der Cábala”, una obra ignorado por los estudiosos a pesar de que ya trataba de las tendencias eróticas dentro del misticismo religioso muchas décadas antes de que lo hicieran los expertos actuales en la Cábala.

Langer defiende la Halajá como necesaria para los judíos a la hora de contener sus pasiones abrumadoras. Ofrece razones para los mandamientos, muestra como resultaba obvio que las mujeres quedaran excluidas de la homo erótica de los mizvot. La vida de la familia ortodoxa sirve para atar esas pasiones, aunque sin embargo a veces con resultados trágicos.

[Las palabras de Shaun Jacob Halper están en cursiva, las de Jiri Langer en negrita]
La generación de judíos de habla alemana a la que pertenece Jiri Langer experimentó un agudo desarraigo cultural y político. Durante la agitación cultural que experimentaron, la triple marginación de sus padres (como hablantes en lengua alemana, como judíos y como personas liberales) les dejó atrapados entre el retroceso de la cultura alemana liberal y la presencia cada vez más prominente del nacionalismo alemán (volkisch) y el nacionalismo checo.

Jiri había abandonado el ambiente familiar: él era ahora un hasid, el cual entre otras cosas era estrictamente kosher y se negaba a hablar o mirar directamente a las mujeres. Max Brod describe cómo la conversión de Jirı conmovió los límites de la sensibilidad judía de Praga. Piensen ahora en como retrata a los estudiantes de una yeshivá hasídica en "Die Erotik der Cábala":


Tan pronto como él llega y se determina si su interés es serio, es recibido con los brazos abiertos por la “Chevre" [el grupo social]. Pronto se encuentra en el centro de un círculo de amigos que se aproximan a él a través de una ternura diferente, y no requiere mucho tiempo el que encuentre a un estudiante mayor, “un alma gemela”, para estudiar, y que lo acepta con gran alegría. Cómo se siente de bendecido.

En esta descripción del apego homoerótico al Rebbe, Langer evoca su propio relato autobiográfico de cuando dejó Praga para acudir a Belz, en el primer capítulo de sus “Nueve puertas a los misterios hasídicos”. El comentaría más tarde que su año entre los hasidim fue uno de los más felices de su vida.

Al principio, Langer regresa a su casa ya que se sentía frustrado por su insoportable soledad entre los hasidim, pero una noche recibió la visita en la cocina familiar del Rebbe de Belz, Yisashar Dov Rokeah, a través de una visión profética, y eso le inspiró su regreso. Estas reflexiones autobiográficas explican por qué Langer dedica una parte considerable de "Die Erotik der Cábala" a explicar el homo erotismo dentro del mundo hasídico. Lo que sigue es aún más explícito:

Para entender qué clase de amor habitaba entre los “yoshvim" [los eruditos talmúdicos, literalmente, “quien están sentados"], sólo hay que entrar en la habeit midrash (la casa de estudio), en la que están ensimismados en sus estudios. Ahí se encuentran dos jóvenes, con una barba que apenas comienza a cubrir sus barbillas, "estudiando" asiduamente sobre sus gruesos Talmud. Uno de ellos atusa la barba al otro, le mira profundamente a los ojos, y de esta manera le explica un complicado pasaje del Talmud. Y allí los dos amigos (yedidim) se mantienen aislados en una profunda conversación, mientras se mantienen abrazados. (Durante las comidas se les puede ver cenando en los mismos cuencos ajenos a los demás). En un rincón oscuro permanecen de pie. El más joven de los dos descansa su espalda contra la pared, el de más edad deja caer la parte frontal de su cuerpo, literalmente, contra él, mirándose con amor a los ojos, pero permaneciendo quietos. ¿Qué puede estar pasando dentro de sus almas puras? Ellos mismos no lo saben.

Que vivió el mundo hasídico (o se imagino su experiencia) como una experiencia homoerótica resulta innegable. El hasidismo, tal como él lo imaginaba, era una incubadora del deseo homosexual. La siguiente metamorfosis de Langer fue transformarse en un activista sionista. Langer se convirtió en un co-organizador de las primeras hakhsharas (programas de formación y preparación) para los emigrantes sionista de Mukacheve

¿Cómo afronta Langer, un homosexual afiliado al judaísmo halájico hasta su muerte, la cuestión de la consumación corporal (es decir, el sexo) en su obra?

En "Die Erotik der Cábala", Langer se relaciona con los discursos culturales, psicoanalíticos y sexológicos de la homosexualidad dominantes en su época, pero sobre todo y más directamente con el trabajo de Hans Bluher, el teórico principal de la German Wandervogelbewegung. La deuda intelectual de Langer con Bluher es profunda.

Bluher afirmaba que históricamente los judíos fueron incapaces de la homosexualidad. Los compromisos legales y/o religiosos limitaban la expresión homosexual mediante la canalización de los judíos exclusivamente en torno a los intereses de la familia.

El compromiso de Langer con la ley judía era sin duda muy profundo. Durante una digresión (su texto está llena de ellas), Langer defiende vigorosamente la Halajá de los repetidos ataques contra ella durante la década de 1920 por parte de sionistas, escritores de la Haskalá y otros muchos grupos judíos, los cuales acusaban a la ley judía de ser opresiva, ascética y causar una decadencia espiritual:


Cuando el poeta hebreo moderno Saúl Tschernichovski se burlaba de su pueblo por “atarse a los divinos tefilín", él se refería a los "profundos secretos" de los mandamientos. Pero sus burlas estaban fuera de lugar. El poder de los tefilín para "amarrar" lo divino es digno de la más alta admiración. Erróneamente, creía que una vida desenfrenada, impulsada de manera extrema hacia una dirección, era un signo de fuerza interior. Al contrario, todas las formas extremas o apasionadas de vida o de ideología, son trágicamente un síntoma de incertidumbre espiritual, o de lo contrario que se pretende, son una señal de debilidad interior. Encontrar un compromiso satisfactorio, siempre y cuando las propias fuerzas no se pierdan, es en realidad lo más difícil de alcanzar. Siempre es un trabajo que requiere una especial profundidad espiritual y una inquebrantable voluntad de vivir. Por lo tanto, sólo los más nobles hombres y razas lo pueden lograr.

En defensa de la ley, Langer afirma la capacidad de la Halajá para equilibrar las pasiones extremas con una buena dosis de moderación: la Halajá da lugar a un “feliz compromiso" entre las unidades compulsivas y las responsabilidades civilizadoras.

Pero ¿qué pasa con la expresión del deseo homosexual? ¿Se le ofrece al homosexual un “feliz compromiso” como solución a la negación de su satisfacción emocional y física a través del sexo? De hecho, el problema de la homosexualidad y la ley judía extiende la fe de Langer hasta sus límites:

La posición oficial que emerge obra coercitivamente sobre los individuos, ya que requiere que cada individuo que busca cumplir con la ley deba suprimir sus tendencias sexuales y vivir él mismo en armonía con las ideas acerca de la preservación de la sociedad. La tragedia que se inflige a cada individuo es proporcional a su deseo sexual.

Labels: ,