Sunday, June 29, 2014

La intifada francesa: Francia y sus musulmanes - Denis MacShane - Prospect




Después del libro de Thomas Piketty, "El Capital en el siglo XXI", el de Andrew Hussey "La Intifada francesa: Francia, su población musulmana y el desafío del islamismo", es el libro más interesante sobre Francia publicado en inglés por muchos años. Hussey dirige el instituto de la Universidad de Londres, en París. Él es serio sobre Francia y los franceses. Al igual que los sociólogos políticos franceses, como Alain Touraine, Michel Wieviorka o Gilles Kepel, le gusta salir de su despacho y recorrer las duras calles de las banlieues (suburbios) francesas.

Hussey escribe lo que ve, oye y se le cuenta. Por ejemplo, él no tiene miedo de informarnos de los
extraordinarios niveles de antisemitismo existente entre esa población árabe y musulmana descontenta. La mayoría de los escritores bienpensantes ingleses pasan por alto ese vitriólico odio al judío que informa a la ideología islamista. La aversión a las ciegas políticas de asentamientos del Israel de Netanyahu ha contribuido a extender el antisemitismo como elemento central de la ideología del islamismo del siglo XXI, en gran parte del mundo árabe musulmán y en otras partes.

La intifada francesa es una mezcla inusual de reportaje y de historia. Sus tres primeros capítulos sobre las comunidades descontentos de origen magrebí en Francia son puro periodismo alejado de los escándalos sexuales y de las aburridas noticias recauchutadas que es el alimento básico de la mayoría de los escritores y periodistas británicos que operan en Francia. De hecho, nuestros principales diarios tienen algunos corresponsales de gran calidad pero su tarea es complacer a sus editores monolingües en Londres. Luego está la probada y fiable suposición de que "los franceses no tienen una palabra de empresarios", una especie de historia de amor de los corresponsales británicos y norteamericanos que, durante los últimos 25 años, ha presentado a Francia como un caso perdido económico que se compara desfavorablemente con el autoproclamado (aunque no siempre es evidente) éxito del neoliberalismo anglo-estadounidense.

Al igual que en Gran Bretaña, hay una gran discusión y escritura sobre las comunidades musulmanas de Francia. Pero a diferencia de Gran Bretaña, donde los musulmanes británicos tienden a haber viajado miles de kilómetros para llegar desde Pakistán, Cachemira, Bangladesh y la India, los musulmanes de Francia son más afines a los irlandeses, que llegaron a Gran Bretaña a través de un corto tramo de mar. A diferencia de muchos de los musulmanes de Gran Bretaña, sobre todo los de las comunidades más pobres, que ven la televisión paquistaní en casa y hablan mirpuri como un primer, y a veces único, idioma, los musulmanes del sur del Mediterráneo de Francia han asimilado la cultura y la lengua francesa a través de ver la televisión francesa o leer periódicos y libros en francés con tanta frecuencia como el árabe.

En el verano, en los puestos fronterizos con España, verán coches llenos de hombres, mujeres y niños que van al norte de África para pasar unas vacaciones. En los techos de automóviles, neveras o lavadoras van atados para ser entregados a las familias de vuelta a casa en Marruecos o Túnez. Los miembros de la élite política y de negocios de París, como Dominique Strauss Kahn, tienen casas de vacaciones en Marrakech o a lo largo de la costa de Túnez, con sus impresionantes anfiteatros romanos. Muchas de las estrellas de la política o del periodismo francés, hombres como Jean Daniel, Jacques Attali y Dominique de Villepin, tienen sus raíces familiares en el norte de África. Daniel, sigue escribiendo con elegancia y con pasión a sus noventa años en el Nouvel Observateur, donde se puede encontrar un poco de consideración por el líder argelino, el presidente Bouteflika, quien, aunque apenas con vida, fue reelegido recientemente para un cuarto mandato. Daniel escribió recientemente: "Me encanta este país (Argelia), donde nací".

Hay 5 millones de musulmanes en Francia en comparación con los 2,5 millones de Gran Bretaña y los 3 millones (principalmente turcos) en Alemania. Hussey proporciona una historia legible de la invasión francesa, la colonización y la explotación de Argelia, Tunez y Marruecos. En comparación con el más lento y más largo proceso de colonización británica, y el posterior fin del imperio a partir de 1945, la relación de Francia con sus tres colonias del norte de África fue más intensa, brutal y más cercana a casa.

Durante Pascua, escuché una discusión erudita en France Culture, el canal de la radio francesa que no tiene equivalente en Gran Bretaña, sobre el mariscal Lyautey Hubert, el Gobernador General francés de Marruecos en el primer trimestre del siglo XX. Los participantes en el debate elogiaron Lyautey como un soldado valiente que amaba la cultura árabe y trató de gobernar a través del Bey (más tarde el rey) y las tradiciones marroquíes generalmente respetadas. Hussey señala que este estadista y militar francés tan respetado era un prolífico sodomita y un pedófilo que sodomizaba a todos, desde a sus ayudantes militares como a los chavales árabes.

La Francia colonial estaba en guerra casi permanente con los árabes que habitaban todo el Mediterráneo. El mariscal Pétain condujo un ejército invasor y a la fuerza aérea para "pacificar" Argelia en la década de 1920. La guerra de 1954-1962 en Argelia fue mucho más brutal que la de Irak y Afganistán combinadas. Cerca de un millón y medio de argelinos fueron asesinados, muchos después de las torturas más brutales; Francia sufrió más de 90.000 muertos y heridos.

En la década de 1990, Argelia, que ganó su independencia en 1962, tuvo 200.000 muertos después de un levantamiento islamista contra el ejército que, como ahora los militares egipcios, se negaron a aceptar a un partido islamista elegido democráticamente (FIS) que trataba de imponer un ultraderechista conservadurismo religioso en una población que ya había probado algunos aspectos de la laicidad europea.

La brutalidad de los islamistas que masacraron a mujeres en Marruecos por no llevar la hiyab en 2003 o los que le dijeron a la madre del asesino de influencia islamista Mohammed Merah que debía llorar lágrimas de orgullo y alegría por el asesinato a manos de su hijo de maestros de escuela y de niños judíos en Toulouse en 2012, han tenido un gran impacto en Francia. Merah era un ciudadano francés de origen argelino que se había convertido al islamismo mientras cumplía una pena de prisión por robo. Había acudido a la gran gira de la yihad islamista, visitando Afganistán, Pakistán y Siria antes de volver al suroeste de Francia. Antes de la matanza de Toulouse, había disparado y asesinado a dos soldados musulmanes que servían en el ejército francés. Esto recuerda los asesinatos en masa de los "harkis", los soldados argelinos en el ejército francés que fueron vistos como traidores y colaboradores después de la independencia argelina. Francia se negó a permitir que entraran en Francia, con lo cual los nacionalistas argelinos los masacraron, masacraron también a sus familias y los sobrevivientes fueron expulsados al desierto del sur de Argelia.

Atacando tanto a judíos como a musulmanes con el uniforme del ejército francés, Merah estaba apuntando a dos objetivos del odio islamista. Al igual que con los asesinos islamistas del soldado británico fuera de servicio, Lee Rigby, en Woolwich en el 2013, existe una renuencia general a aceptar que Europa, y especialmente Francia, está viviendo con una nueva y poderosa fuerza ideológica en medio de ella, uno que tiene un teoría sobre cómo se debe organizar el mundo y tiene la voluntad de cometer actos de violencia política para lograr sus fines.

Es más fácil preocuparse por el lenguaje de los asesinos solitarios, de las personas aparentemente desquiciadas, de los vagabundos a los que se ha lavado el cerebro, en lugar de aceptar que estamoa ante una ideología coherente. Nadie está cómodo con todo lo que hace alusión a "la islamofobia". Esta es una formulación curiosa. La cristofobia está profundamente de moda, tal como sugiere el éxito comercial de los libros de Richard Dawkins y Christopher Hitchens atacando y ridiculizando la fe cristiana. Pero en un juego de manos que se considera inteligente, se considera que criticar el Islam, o el Corán, o las palabras del profeta Mahoma, supone cometer un asalto racista en vez de participar en un cuestionamiento de la fe al estilo de Voltaire.

Del mismo modo, las autoridades estatales se desviven para evitar la discusión sobre la ideología islamista. Al condenar a los asesinos de Lee Rigby, el juez, Sir Nigel Sweeney, dijo a los dos asesinos: "Cada uno de ustedes se convirtió al Islam hace algunos años. A partir de entonces, se radicalizaron y cada uno de ustedes se convirtió en un extremista. Defiendan una causa y unos puntos de vista que, como se ha dicho en otra parte, son una traición del Islam y de las comunidades musulmanas pacíficas que viven en nuestro país".

Estos son los típicos clichés de una burocracia que ve la violencia de la ideológica islamista como una especie de desquiciada traición a una religión. El juez Sweeney llegó a decir que los asesinos "decidieron avanzar en su causa extremista" sin hacer mención en el tribunal y ante el público cuál era esa causa extremista. Y concluyó que estos hombres querían ser muertos a tiros por la policía, ya que estaban "esperando ser unos mártires y ganarse un lugar en el paraíso".

Es dudoso que un miembro de la judicatura francesa, más intelectualmente sofisticada, utilizara esas banalidades - "ganarse un lugar en el paraíso" - para describir un acto de violencia, de conformidad con una nueva ideología global que, tras la desaparición del fascismo y del comunismo, ahora tiene el control sobre millones de personas, incluyendo a muchos compañeros de viaje en Europa.

Hussey examina las profundas raíces históricas del odio que anima a los islamistas en Francia y que preocupa profundamente a las autoridades francesas, que ya han visto como cientos de jóvenes ciudadanos franceses van a practicar la yihad islamista en Siria. Los franceses prefieren tratar con este problema mediante el contraespionaje, la cibervigilancia y las técnicas de infiltración, a diferencia de los británicos, que tratan de persuadir a los líderes religiosos para que den conferencias a su rebaño atacando la criminalidad de la violencia.

El libro de Hussey crea un vínculo convincente entre la violencia de la guerra de Francia contra sus vecinos árabes desde la incursión de Napoleón en Egipto, a través del brutal tratamiento de los árabes del sur del Mediterráneo, hasta la capitulación de De Gaulle ante los nacionalistas argelinos en 1962. En el medio siglo que ha seguido, argumenta Hussey, la guerra ha continuado bajo la forma de la humillación y la subordinación de los árabes musulmanes que viven en Francia, ya sea como ciudadanos franceses de pleno derecho o como inmigrantes que mantienen la ciudadanía de sus países de origen en el Magreb.

Parte de este argumento es desafiado por un nuevo libro de Gilles Kepel, el mejor estudioso europeo sobre la ideología islamista, y cómo afecta a los países árabes, así como a Europa. En su libro Pasión française. Les voix des cités, Kepel examina a 400 candidatos de las comunidades musulmanas de Francia que se presentaron en las elecciones parlamentarias francesas del 2012 para la Asamblea Nacional. Sólo un puñado fue elegido pero, argumenta Kepel, su participación en la política electoral en los diferentes partidos, parece indicar que los musulmanes franceses, al igual que sus equivalentes británicos, están dejando la mezquita para tomar parte en la corriente principal de la actividad política.

Este hecho puede estar pasando, pero, paradójicamente, los musulmanes en Francia, que utilizaban para identificarse a los socialistas por motivos antirracistas, ahora están tentados a apoyar formaciones políticas derechistas que se oponen al matrimonio gay. Los musulmanes franceses estáns hoy más a gusto con el catolicismo político que con el socialismo secular.

Kepel se preocupa de que el Islam político en Francia se ha desprendido de la amplia coalición antiracista y ahora está realizando demandas específicamente musulmanas como alimentos halal, pañuelos para las mujeres y la aceptación de la quenelle, el saludo semi-nazi utilizado regularmente por el "comediante" antisemita Dieudonné, y que se hizo tristemente célebre en Gran Bretaña por el futbolista Nicolas Anelka. Los musulmanes politizados están siendo cortejados ahora por ideólogos como Alain Soral, que se hace llamar un "nacional-socialista", y que sostiene que el desempleo masivo en las banlieues es provocado por la globalización, la existencia de la Unión Europea y el "poder del sionismo".

El objetivo es persuadir a los ciudadanos musulmanes franceses de que parte de lo que les atrae a algunos de ellos del islamismo lo pueden conseguir con una nueva política de la identidad nacional que se opone a la UE y al capitalismo global y cosmopolita.

Kepel da una bienvenida matizada para estos desarrollos, viéndolos como preferible al puro communitarisme musulmán o a las políticas de identidad islamistas. Tener que elegir entre el islamismo y un recalentado nacional-socialismo del siglo XXI parece tener que elegir entre la cólera y la peste, pero Kepel debe leerse junto con Hussey, cuyo libro afirma que existe una tensión no resuelta entre los musulmanes franceses y Francia.

Llamar a esto una "guerra" o "Intifada" puede ser una exageración diseñada para lograr la atención, pero muchas personas serias en Francia están preocupadas de que pueda existir un 11-S francés, además de la preocupación derivada de una reacción en contra de los musulmanes franceses si el islamismo sigue atrayendo devotos.

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Las tres vías de salvación según Pablo, el judío - Blog de Antonio Piñero


 (Introducción: Del 22 por tarde al 26 de junio 2014 se celebrará en Roma, en la Facultad de Teología Valdense (un pensamiento reformador del cristianismo cuyos orígenes se hunden en el siglo XI d.C., que fue luego cátaro y que hoy se incluye mas o menos entre los protestantes), un Congreso sobre muy diversas cuestiones de interpretación de Pablo. Está organizado por los responsables del Henoch Seminar, que llevan el peso de la revista internacional Henoch (sobre cuestiones de teología de historia del judaísmo de la época del Segundo Templo, es decir, desde la vuelta del exilio de Babilonia hasta el 70 d.C.). 
La participación en este Congreso es por invitación a gentes que han estudiado a Pablo y publicado cosas sobre él (...). Este Congreso tiene la particularidad de que la mayoría de las colaboraciones presentadas (23 trabajos) no se leen en público y luego se comentan, sino que se han escrito previamente, se han reunido en la página web de este Congreso, han sido leídas por todos (se supone) y luego en las reuniones - divididas por grupos, según temas - se discuten con el texto delante. Cada una de las ponencias principales, entregadas también previamente por escrito, se exponen muy brevemente por sus autores y tienen un contraponente que responden a sus tesis y suscitan cuestiones. 
El título de este post es el de la primera ponencia del Congreso defendida por Gabriele Bocaccini, de la Universidad de Michigan. Gabriele Bocaccini, discípulo de Paolo Sacchi - el promotor en Italia de estudios sobre la época del Segundo Templo, con especial hincapié en los Apócrifos y Pseudoepígrafos del Antiguo Testamento (súper importantes para comprender la teología de Jesús de Nazaret y de Pablo y en general de todo el Nuevo Testamento) - presenta un trabajo sobre “Las tres vías de salvación según Pablo, el judío”.)

La cuestión de Pablo parte de una doble posición:

A.- La interpretación actual, común, sobre todo en círculos protestantes, luteranos en especial, de Pablo lo presenta como un judío fanático, luego converso a una entidad que ya existía denominada “cristianismo”. Pablo denuncia luego las debilidades teológicas y a veces las “maldades” del judaísmo en el que ha nacido, y propone que el sistema teológico de este judaísmo queda corregido y superado por el cristianismo, de modo que este último es la perfección de la fe judía. Si el judaísmo no acepta a Jesús como mesías, y su sistema se queda a medio camino en el plan divino de redención de la humanidad por parte de Dios, deja de tener su valor y consecuentemente también su Ley.

Naturalmente, este Pablo abjura del judaísmo - es presentado como un traidor a su pueblo por los judíos - y se autopresenta como un abogado del universalismo en contra del particularismo del pueblo elegido que piensa que es el único que va a salvarse plenamente. A la vez, Pablo es el paladín del exclusivismo cristiano: solo hay un salvador, el mesías Jesús, para toda la humanidad. Este exclusivismo será la base para que en unos decenios después de la muerte de Pablo comience a elaborarse la doctrina de que fuera “de los seguidores de Jesús, es decir, la Iglesia, no hay salvación posible”.

[N.P.: No tan sorprendentemente, esta interpretación ha calado profundamente entre los paladines filosóficos del universalismo dentro de la extrema izquierda política (Badiou), haciendo suya esta interpretación anti-judía, prueba de un novedoso y posmoderno antijudaísmo y antisemitismo filosófico).

B.- El nuevo paradigma interpretativo de Pablo: “Nueva Perspectiva Radical”. El hincapié de esta propuesta - que defiende Bocaccini - es sintéticamente la siguiente:
Pablo es totalmente judío, lo fue siempre y jamás fue un traidor a su pueblo. El tarsiota no fue un cristiano, entre otras razones porque como tal no existía ese movimiento en el instante de su denominada, erróneamente, “conversión”. En esos momentos, unos dos o tres años tras la muerte de Jesús, el “cristianismo” no era más que una secta judía, un movimiento mesiánico, es decir, que proclamaba que el mesías había venido ya, y que era Jesús de Nazaret. Por tanto las cartas de Pablo a sus comunidades han de considerarse escritos de un autor judío - ¡no podía ser otra casa! - de su época, el tiempo inmediatamente anterior a la destrucción del Templo (se cree, por tradición que Pablo murió en el 64 d.C., en Roma, durante la mal llamada persecución de Nerón, quien no persiguió a los cristianos por cristianos sino por incendiarios).
Pablo nació judío, de padres judíos, fue circuncidado, y – si se examinan a fondo sus auténticas cartas - hay que concluir que no hay nada en ellas, ni siquiera un leve apunte, de que fuera un apóstata del judaísmo, ni que pretendiera fundar una religión o culto nuevo. Por el contrario, Pablo formó parte de un movimiento de Jesús que proclamaba con toda claridad su judeidad, que declaraba que Dios no había rechazado ni rechazaría jamás a su pueblo, puesto que Dios sería siempre fiel a su alianza (Rom 11,1: «1 Digo, pues: ¿acaso ha rechazado Dios a su pueblo? ¡De ningún modo! ¡También yo soy israelita, del linaje de Abrahán, de la tribu de Benjamín! 2 “No ha rechazado Dios a su pueblo” (1 Sm 12,22 + Sal 94,14) a quien de antemano conoció», texto corroborado por Flp 3,5: «Circuncidado el octavo día; del linaje de Israel; de la tribu de Benjamín; hebreo, hijo de hebreos; en cuanto a la Ley, fariseo».

Llevar hasta sus últimas consecuencias esta constatación del judaísmo de Pablo tendrá importantísimas repercusiones en la manera de interpretarlo y, por tanto, en la teología que de él se deriva. Y como esta teología - o mejor, la interpretación del ideario de Pablo por sus “discípulos” - es la base de la teología cristiana, hay que decir que - si se va imponiendo la nueva perspectiva sobre Pablo - se vislumbra una época de fuertes discusiones y cambios en la interpretación de esta teología.

El problema de la comprensión de Pablo radica, en opinión de Bocaccini en la escasa comunicación entre los estudiosos del Nuevo Testamento y los especialistas en el judaísmo de la época del Segundo Templo – o dicho de un modo más suave - en la poca atención prestada por los estudiosos del corpus cristiano a la teología que se desprende de ese judaísmo que es la atmósfera que respiraron tanto Jesús de Nazareno como Pablo. Y entender bien a Jesús y a Pablo hace cambiar la teología que de esa comprensión se deduce.

Bocaccini llama la atención sobre tres “caveat”, tres ideas previas que han de tenerse en cuenta para juzga la judeidad de Pablo

1. El primero es no caer en la tentación de considerar que cualquier idea original de Pablo, que no encaje a primera vista bien en lo que creemos el conjunto del pensamiento judío del Segundo Templo, es “no judía”. Si cualquier idea nueva, que se sale de lo corriente, se denomina no judía, habría que declarar no judías muchas concepciones del Maestro de Justicia de Qumrán, de Filón de Alejandría, de Flavio Josefo o del mismísimo Hillel, uno de los padres del fariseísmo.

2. Al acentuar el judaísmo de Pablo no hay que perder de vista que él era personalmente un personaje controvertido… La interpretación clásica hasta hoy es que Pablo – teniendo ante sus ojos ya una suerte de cristianismo más o menos completo - intentó separar este conjunto del judaísmo. Pero esta perspectiva es muy incorrecta ya que los dos entidades - judaísmo de la época y la interpretación mesiánica de Jesús a partir de su muerte y la creencia firme en su resurrección - deben considerarse dentro del pluralismo tremendo e increíble del judaísmo de la época. Tengamos en cuenta que se era “totalmente judío” defendiendo que la Biblia constaba solo del Pentateuco (negando la inspiración y canonicidad de los libros históricos, los Salmos y los Profetas), que el alma no era inmortal, que la vida se acababa acá abajo en la tierra, que no hay retribución futura, por tanto ni cielo ni infierno ni nada de nada = postura saducea… y sosteniendo todo lo contrario = postura farisea. Sin embargo, a ningún judío de la época se le ocurría decir que los saduceos - o los fariseos - no eran judíos. Los pilares básicos del judaísmo eran la aceptación de que Israel era el pueblo elegido, que Dios le había dado una tierra y una Ley… ¡ y poco más! El resto era todo discutible.

3. Hay que eliminar la pretensión de que la teología de Pablo estaba exclusivamente orientada a la admisión de los paganos dentro de Israel, y que él no decía nada, ni tenía nada que decir a los judíos, es decir, nada que tuviera que ver con el judaísmo en sí fuera del mesianismo de Jesús y su implicación respecto a los paganos. Por el contrario hay que tener en cuenta que Pablo como judío seguía siendo judío aunque manifestara una crítica radical hacia su propia tradición religiosa o contra otras formas competidoras de judaísmo. Si se restringe el discurso teológico de Pablo sólo a su teología sobre la incorporación de los paganos a Israel, se sitúa ya al Apóstol en los márgenes del judaísmo y no se tienen en cuenta las implicaciones que su teología tiene dentro del amplio pensamiento judío de la época del Segundo Templo.

A partir de esta premisa  Pablo como pensador judío del siglo I y los tres “caveat” arriba expresados- - se pueden ya formular algunas conclusiones:

- la primera es que Pablo no se “convirtió” al cristianismo como si, a los dos o tres años de la muerte de Jesús, este cristianismo estuviera ya formado
- y la segunda sería en qué sentido debemos pensar que Pablo era un seguidor de Jesús. O dicho de otra manera: cuando Pablo se declara seguidor del Mesías, ¿cómo hay que entender este movimiento de seguidores del Jesús muerto y resucitado dentro de la teología judía de la época?

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Extraños compañeros de cama. Musulmanes bosnios y albaneses en la lucha contra Israel - Seth Frantzman – JPost



En un agradable jueves de diciembre de 1948, Emilio Traubner, un corresponsal del The Palestine Post  (el actual JPost), se encontraba cerca de Abu Kabir, próximo a Jaffa. Las zanjas y los cartuchos gastados estaban esparcidos a su alrededor, recordatorios de los combates entre las unidades del Irgun y las fuerzas árabes locales que se habían desarrollado allí siete meses antes. Había una gran aldea árabe en la que Traubner recuperó un diario.

Resultó ser el diario de Yusuf Begovic de Pale, una ciudad cercana a Sarajevo, en el sector serbio de la actual Bosnia-Herzegovina. En ese diario, Begovic describía sus actividades como cocinero para el "Ejército Árabe de Liberación". Traubner describió como Begovic había estado al servicio de 35 musulmanes yugoslavos que parecían tener una buena razón para esperar estar entre los primeros en ocupar y saquear Tel Aviv, formando parte de un grupo mucho más grande de unos miles de musulmanes que llegaron desde el Oriente Medio para unirse a la yihad contra Israel.

¿Qué estaban haciendo esos musulmanes yugoslavos en Jaffa en 1948? ¿Cómo habían conseguido dirigirse y llegar a la Tierra Santa? ¿Qué les había motivado? ¿Quién los había reclutado? ¿Cuál era la conexión de Bosnia o Albania con los palestinos, si es que la hubo?

Existía una conexión bosnia: Haj Amin al-Husseini, el muftí de Jerusalén, el más importante líder de los árabes palestinos, había estado en Bosnia en la década de 1940. ¿Había contratado a esos hombres? ¿Qué había sido de ellos?

Resultó que en 2005 uno de estos bosnios había concedido una entrevista en el Líbano a un periódico croata y afirmó haber luchado en la guerra de 1948. La historia comenzaba a tomar forma.

La larga sombra de Haj Amin al-Husseini

En octubre de 1937, Haj Amin al-Husseini, el mufti de Jerusalén y el líder del Comité Superior Árabe, se escondía de las autoridades británicas en el Haram al-Sharif, el santo santuario situado en lo alto del Monte del Templo en Jerusalén. El 13 de octubre, disfrazado de beduino, huyó al Líbano a través de Jaffa. En el Líbano aceptó el asilo ofrecido por las autoridades francesas, pero huyó nuevamente con el estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939.

Esta vez se dirigió a Bagdad disfrazado de mujer. En Bagdad, entre 1940 y 1941, aumentó sus contactos con Alemania y se ofreció a ayudar a los nazis a cambio de su ayuda para la obtención de la independencia de los estados árabes. Los italianos le ayudaron a entrar en Turquía, y luego hizo su camino hasta Roma el 11 de octubre. Allí se reunió con Mussolini y con Hitler el 28 de noviembre. Tras el fracaso de diversos planes para crear una unidad militar árabe, finalmente se conformó el reclutamiento de voluntarios musulmanes bosnios y albaneses para ayudar a los nazis en los Balcanes.

Al hablar a los reclutas potenciales, Husseini hizo hincapié en las conexiones que tenían con la nación musulmana en su lucha contra los británicos en todo el mundo: "Los corazones de todos los musulmanes deben estar hoy con nuestros hermanos islámicos de Bosnia, que se ven obligados a soportar un trágico destino. Ellos están siendo perseguidos por los bandidos serbios y comunistas, los cuales reciben el apoyo de Inglaterra y de la Unión Soviética... Ellos están siendo asesinados, sus posesiones son robadas y sus pueblos son quemados. Inglaterra y sus aliados tienen una gran responsabilidad ante la historia por el maltrato y asesinato de los musulmanes de Europa, tal como ya la tiene por lo hecho en las tierras árabes y en la India".

Se reclutaron finalmente tres divisiones de soldados musulmanes: La Waffen SS 13 Handschar, la 23 de Kama y la 21 Skenderbeg. La Skenderbeg era una unidad albanesa de alrededor unos 4.000 hombres, y la Kama estaba compuesta por musulmanes de Bosnia que llegó a contener a unos 3.793 hombres en su apogeo. La Handschar fue la unidad más grande, con alrededor de 20.000 voluntarios bosnios musulmanes. Según la Enciclopedia del Holocausto, "estas unidades de voluntarios musulmanes, llamados Handschar, fueron colocadas en unidades de las Waffen SS para luchar contra los partisanos yugoslavos en Bosnia, llevando a cabo labores de policía y de seguridad en Hungría. Ellos participaron en la masacre de civiles en Bosnia y se ofrecieron como voluntarios para unirse a la búsqueda de judíos durante las matanzas de civiles en Bosnia y Croacia".

Parte de la división también escoltó a los judíos húngaros desde el trabajo forzado en las minas de Bor en su camino de regreso a Hungría. La división también se empleó contra los serbios, que como cristianos ortodoxos que eran, fueron vistos como los grandes enemigos.

La división Handschar se rindió ante el ejército británico el 8 de mayo de 1945. Nada menos que 70.000 prisioneros de guerra bosnios musulmanes y sus familias fueron trasladadas por el ejército británico a Taranto, en Italia. La creación de Yugoslavia por el mariscal Tito al final de la guerra, significó que los antiguos voluntarios bosnios musulmanes en las unidades de las SS alemanas no podían regresar a sus hogares por temor a su persecución o internamiento.

George Lepre, un estudioso de la historia de la Handschar y autor de la División de Bosnia de Himmler: La Handschar División 1943-1945 de las Waffen-SS describe su destino: "Esos bosnios que eligieron permanecer en los campamentos eventuales encontraron asilo en países de todo el mundo occidental y en el mundo árabe. Muchos de los que se establecieron en el Oriente Medio lucharon más tarde en Palestina contra el nuevo estado de Israel". Pero primero tuvieron que llegar al Oriente Medio.

La formación de la unidad bosnia en 1947

Los musulmanes bosnios, que normalmente eran conocidos como los "yugoslavos" en la prensa de la época así como en los informes de inteligencia, se quedaron en los campos de refugiados en Italia hasta 1947, cuando según informaba el The Palestine Post del 18 de abril hubo una "petición del gobierno sirio para la transferencia de 8.000 de esos refugiados bosnios musulmanes en esos momentos en Italia. Los yugoslavos allí instalados dicen que la Liga Árabe ha escrito a todos los estados árabes instándoles a que ayuden a estos refugiados musulmanes, y algo de ayuda financiera ya han recibido. Los dirigentes del estado yugoslavo también afirman que desean que esos 8.000 musulmanes regresen, ya que formaban parte de la División Handschar de la Wehrmacht alemana que se rindió a los británicos... El estado yugoslavo ve con suma preocupación la posibilidad de la transferencia de este grupo de personas al Oriente Medio Oriente".

Para diciembre de 1947, un núcleo de ex oficiales de la Handschar ya se había puesto en camino hacia Siria y empezaban a reconstituir su unidad en Damasco. Un informe de Israel Baer en el Post señalaba que "los últimos reclutas del ejército sirio son miembros bosnios de la Waffen SS... Se ha informado de que están dirigiendo una escuela de tácticas de comando para el ejército sirio".

No hay duda de que el ejército sirio en ciernes, pues había nacido en 1946, tenía necesidad de oficiales e instructores con experiencia. Emilio Traubner, escribiendo el 3 de diciembre de 1947, tomaba nota de que la Organización Internacional de Refugiados (OIR) había sido convencida para financiar el viaje de los bosnio-musulmanes de Italia a Oriente Medio para que puedan encontrar un hogar, ya que se negaban a ser repatriados a Yugoslavia. En enero de 1948 los agentes árabes estaban trabajando para reclutar a los bosnios para la lucha en Palestina. El 2 de febrero se informaba de que 25 musulmanes bosnios habían llegado a Beirut y se movían hacia Damasco para unirse a otros 40 bosnios ya allí presentes. Un informe realizado por Jon Kimche el 4 de febrero señalaba además que hasta 3.500 bosnios estaban siendo trasladados a Siria para luchar junto al Ejército Árabe de Liberación (ALA) de Fawzi Kaukji en su invasión de Palestina. El 14 de marzo un grupo de 67 albaneses, 20 yugoslavos y 21 fascistas (ustachas) croatas dirigidos por un albanés llamado Derwish Bashaco llegó en barco a Beirut desde Italia. Fueron recibidos por la Oficina Árabe Palestina y tomaron rápidamente el camino hacia Damasco para unirse al ALA. En la primera semana del mes de abril, otros 200 bosnios llegaron a Beirut. Un extenso informe de Claire Neikind del 2 de marzo describía el procedimiento mediante el cual los agentes árabes estaban reclutando voluntarios entre los refugiados en Italia.

Los hombres de entre 22 y 32 años eran muy solicitados, a cambio recibirían el paso libre hasta Beirut y sus familias recibirían mantenimiento. Según Neikind, 300 hombres ya habían llegado y unos 90 ustashas croatas también habían llegado hasta allí haciendo lo imposible, siendo 57 enviados a Ammán. Entre el 1 de diciembre y el 20 de febrero se enviaron un total de 106 a Siria. Neikind señaló que "tan pronto como sus familias se instalaban, entraban en el servicio militar árabe".

Si se acepta las cifras más bajas de esta relación, parece que hubo al menos unos 520 bosnios, 67 albaneses y 111 croatas en Siria o Beirut, así como otros 135 bosnios de camino a Egipto y unos 57 bosnios hacia Jordania. Así, y en total, unos 890 voluntarios de Yugoslavia y Albania fueron a Oriente Medio antes de abril de 1948, antes de la declaración de independencia de Israel el 15 de mayo de 1948. A la llegada de los voluntarios se les enviaba al campamento de Katana, una base militar al oeste de Damasco, que el ejército sirio había proporcionado para uso exclusivo del Ejército de Liberación Árabe en su intento de invadir Palestina.

Aquí se encontraron por vez primera con su comandante Fawzi Kaukji. Kaukji, de 58 años, quien era un ex soldado otomano que había luchado en la rebelión árabe. La Inteligencia del Haganá estimaba que unos 4.000 los voluntarios se habían unido a su ejército. En diciembre de 2005, Hassan Haidar Diab, un periodista de Bosnia, fue capaz de localizar a Kemal Rustomovic, un bosnio que había servido con los voluntarios yugoslavos. Afirmó que había sido miembro del Ejército de Salvación árabe, donde 150 de sus compañeros bosnios sirvieron bajo un oficial bosnio llamado Fuad Sefkobegovic.

El papel de los bosnios en la Guerra de la Independencia 

Desde el otoño de 1947 las fuerzas árabes bajo el mando de Abdel Kader Husseini y otros líderes locales habían estado acosando el tráfico y los suministros que pasaban de Tel Aviv a la Jerusalén judía. Una unidad mixta bosnio-árabe del ALA había sido enviada para ayudar en el asedio de Jerusalén, y esta unidad estuvo envuelta en la batalla por Castel entre el 3 y el 8 de abril de 1948. Esta batalla formó parte de la Operación Naasón de la Haganá, la cual pretendía aliviar el asedio de Jerusalén. No está claro qué fue de los bosnios que lucharon en Castel.

Algunos pueden haberse retirado a Ramallah, desde donde se informaba el 16 de abril que musulmanes extranjeros, incluyendo a los bosnios, se habían apoderado de los mejores hoteles y la población local se sentía "molesta".

La próxima batalla en la que participaron las unidades bosnias fue en Jaffa, entre el 25 de abril y 5 de mayo. Jaffa había sido asignada al Estado árabe en el plan de partición de la ONU, pero estaba rodeada por territorio asignado al Estado judío. La batalla comenzó cuando el Irgun lanzó un ataque contra la ciudad. De acuerdo con la Haganá, había unos 400 "yugoslavos" y unos 200 iraquíes defendiendo Jaffa. El 28 de abril, Michel Issa, el comandante árabe cristiano del Batallón Ajnadin, recibió órdenes de Kaukji de dirigirse hacia allí desde las colinas de Jerusalén para aliviar el asedio de Jaffa. Ese mismo día, la inteligencia de la Haganá tomó nota de que había 60 "yugoslavos" entre los defensores de Jaffa. Issa llegó a Jaffa el 29 de abril, pero el comandante de Jaffa, el mayor Adil Najmuddin, desertó de la ciudad el 1 de mayo, dejando a Issa y a sus yugoslavos. De acuerdo con el telegrama de Issa a Kaukji, "Adil dejó la ciudad por mar con todos los iraquíes y yugoslavos". Antes de su partida, los yugoslavos habían sido alojados en casas locales y su unidad incluso incluía a un cocinero. Kemal Rustomovic recordó en su entrevista que él había estado el primero en Nablus, a continuación en Jaffa, y finalmente en Jenin.

Entre la evacuación de los yugoslavos por mar desde Jaffa y su reencuentro con el ALA, el Estado de Israel nació el 15 de mayo de 1948. Ese mismo día, cinco ejércitos árabes invadieron Israel y la guerra se convirtió en mucho más amplia. El ALA se convirtió en una fuerza desorganizada y bastante desgastada por el tiempo que estuvo luchando en torno a Nazaret durante el mes de julio. Durante los combates en el norte, el ejército de Kaukji de unos 2.500 hombres se redujo a sólo 800, y fue expulsado de Nazaret hacia el norte de Galilea.

Rustomovic formaba parte de esos hombres de acuerdo a su entrevista. El Post informó que el ALA todavía incluía "yugoslavos". El 18 de julio, el Post informaba que la inteligencia británica había estado actuando para "sabotear sistemáticamente el plan de partición de Palestina" y proporcionaba como prueba el hecho de que Inglaterra era muy consciente de la presencia de los voluntarios bosnios de Siria.

Durante los combates en octubre de 1948, el ejército israelí conquistó toda la Galilea y partes del sur de Líbano. Un informe del 1 de noviembre detallando la captura de la Galilea, señalaba que algunos "yugoslavos" habían sido capturados durante los combates que habían impulsado el ALA y el ejército libanés desde Palestina, y que se encontraron con el ejército israelí en el Líbano.

Los bosnios y la guerra de 1948, ¿extraños compañeros de cama?  

No se sabe qué fue de los bosnios que sirvieron con las fuerzas árabes en la guerra de 1948. Rustomovic, que nació en el pueblo de Kuti en el centro de Bosnia en 1928, se unió al ejército libanés en 1950. Sirvió a su país de adopción durante 30 años, se casó con una mujer de la localidad y tuvo siete hijas y cinco hijos con ella. Se le concedió la ciudadanía libanesa, a diferencia de los refugiados palestinos que huyeron a Líbano, y se retiró del ejército en 1980.

Según él, ninguno de los bosnios que habían servido en las SS regresó nunca a Yugoslavia. Algunos terminaron en los EEUU, Australia y Canadá. Se supone que algunos también se establecieron en Siria o en algún otro lugar del Oriente Medio. Hoy en día muchos de ellos serían ancianos de 80 y 90 años, y es dudoso que muchos de ellos sobrevivan aún.

En la década de 1990, durante las guerras de los Balcanes, bastantes árabes viajaron a los Balcanes para participar en la guerra entre bosnios y serbios. Parece ser un extraño giro que pagaría la deuda contraída con los más de 900 musulmanes bosnios y albaneses que dejaron sus hogares y llegaron hasta el Oriente Medio para servir a la causa árabe musulmana. La participación de estos bosnios puede ser contemplada como una versión temprana de una vinculación con los conflictos de los musulmanes de todo el mundo. Esto ha cobrado mayor exposición últimamente debido a la participación de voluntarios musulmanes extranjeros en Argelia, Líbano, Cachemira, Sudán, los conflictos afganos y Siria, entre otros.

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¿Pero acaso no dicen los occidentales políticamente correctos que lo guay es la diáspora? ¿Por qué tanto temor? Por favor, moderación y contención

Muy, muy interesante, una muy rara introspección desde dentro de la izquierda israelí: (¿Paz en el Oriente Medio? El campo de la paz no está interesado - Avirama Golan - Haaretz)



Es un fenómeno bien conocido: el campo de la paz se contrae, es echado a un lado, es definido como esos "locos izquierdistas que venden al Estado". El proceso se intensificó a medida que los asentamientos - creados como puestos avanzados temporales - se están convirtiendo en el factor decisivo en el gobierno y en la sociedad israelí, y arrastran a la mayoría de los israelíes junto con ellos.

La mayor parte del público se da cuenta de que la ocupación les hace daño, pero prefiere ignorarlo y declarar a los "izquierdistas" como la fuente del problema. Mientras Israel se ve más aislado diplomáticamente, y la clase baja y la inestable clase media colapsan por el coste de los asentamientos y de la seguridad, la izquierda y sus aspiraciones de paz se convierten en cada vez menos legítimas.

Las razones de este absurdo fenómeno también es de sobra conocido. Hace diez años, el historiador y profesor Daniel Gutwein lo reveló en su artículo "Fundamentos de clase de la ocupación" (Teoría y Crítica, 2004), a la vez de cómo la ocupación sirve los intereses de la clase acomodada, y políticamente correcta, israelí. También demostró cómo esa clase alta o acomodada, que se define como moderada, liberal y progresista (y que tiende a votar al centro y al centro-izquierda), apoya de manera efectiva la ocupación (aunque lo niega por completo), con el fin de seguir desarrollando su proyecto más preciado: la privatización.

Según Gutwein, esta élite superior acepta el hecho de que miles de millones se canalicen hacia los asentamientos, así como el dominio israelí sobre los territorios, y por lo tanto en realidad sabotea la solución de dos estados de la que aparentemente son los mayores defensores.

Gutwein demuestra cómo el Estado elude a sabiendas sus responsabilidades para con sus ciudadanos situados dentro de la Línea Verde: privatiza salvajemente todos los servicios sociales volviéndolos inaccesibles para la desgastada clase media y baja, deja que el mercado fije a su manera unos precios arbitrarios para la vivienda, los alimentos y el transporte, y a la vez favorece una privatización del mercado de trabajo y una disminución de los salarios.

Y como los pobres son más pobres, las élites políticamente correctas se encierran en sus residencias de lujo, disfrutando de los privilegios adquiridos por un montón de dinero. La ocupación, los asentamientos y los territorios se sienten aún más lejos de lo que ellos están de los pobres de la sociedad israelí. Cuando el gobierno envía a estas clases pobres hacia las nuevas ciudades de la Ribera Occidental, incluidos los ultra-ortodoxos, esta clase alta, tan políticamente correcta y amante de la paz, se manifiesta satisfecha: todo sucede muy lejos de ellos, se puede seguir haciendo uso de una mano de obra barata y puede disfrutar de la buena vida en la gran ciudad (Tel Aviv).

Hoy en día, después de que se haya completado el proyecto de privatización y los asentamientos hayan acumulado tanto poder que pocos, incluso dentro de la izquierda, parecen capaces de poder evacuarlos, el artículo de Gutwein resulta mucho más relevante.

Investigaciones geográficas, sociológicas y políticas han demostrado los cambios producidos en la conciencia de la clase más baja, por ejemplo, en aquellos jóvenes partidarios del Shas que están siendo empujados a vivir en el otro lado de la Línea Verde. Se les ha convertido en "colonos" debido a su relación problemática con sus vecinos palestinos, y como reacción a la alienación, tanto política como cultural, que sufren a manos de unos medios de comunicación en manos de la clase políticamente correcta,  y de lo que ellos llaman "la élite secular de Tel Aviv".

Sólo unos pocos años después de la irrupción de las ideas de Gutwein, el profesor de sociología Nissim Mizrachi reveló otro aspecto de esta supuesta contradicción. En su artículo "Más allá del jardín y de la selva: En los límites sociales del discurso de los derechos humanos en Israel", se preguntaba por qué esos judíos israelíes pobres daban la espalda a ese "mensaje universalista de igualdad, justicia y liberación tan ansiosamente lanzado sobre ellos". Posteriormente, explicaba que "esa política de universalidad, interpretada desde el punto de vista de la clase acomodada y progresista israelí como clave para la reforma social, era experimentada por los otros grupos de la sociedad judía israelí como una grave amenaza para su identidad esencial".

La tesis de Nissim Mizrachi incluye una explicación adicional para esta disonancia política: ese mismo público que rechaza el discurso sobre los derechos universales con relación a los conflictos internos - por ejemplo, los solicitantes de asilo sudaneses y eritreos en los depauperados barrios del sur de Tel Aviv - no se sienten menos amenazados por el discurso de la paz, ya que para ellos forma  parte de ese mismo discurso políticamente correcto liberal-occidental de la élite israelí.

Así, los pacifistas israelíes son percibidos como "aquellos que dentro de la izquierda israelí se preocupan mucho más por los árabes, gays y animales que por el resto de los judíos israelíes, esos que no pertenecen a su clase social y cultural". Tales declaraciones y manifestaciones de la clase acomodada progresista, provoca su alienación del resto de la sociedad israelí ya que les muestra carentes de solidaridad y empatía hacia el resto de la sociedad judía.

Ambas explicaciones clarifican por qué los residentes de los barrios desfavorecidos y de las ciudades periféricas se niegan a adoptar los valores universalistas de justicia e igualdad de la élite acomodada israelí. Es mucho más natural para ellos identificarse con sus familiares, que se han ido por ejemplo a vivir al otro lado de la Línea Verde, que con esta "élite acomodada y políticamente correcta de Tel Aviv", por no hablar de esas otras personas que se encuentran fuera del ethos nacional (postsionistas y antisionistas), arraigadas como están las clases populares israelíes en su difícil situación económica, social y de seguridad.

Esta combinación entre Estado e identidad cultural crea una expresión nacional que es ferozmente nacionalista. ¿Pero es el campo de la paz, "mayoritariamente social y culturalmente acomodado", capaz de entender esta compleja realidad? Más importante aún, ¿puede liberarse de las cadenas ligadas a dicha "comodidad social y política", y abrirse a los que no están acostumbrados a ellas? Resulta dudoso.

Aunque el campo de la paz no se merezca gran parte de las maldiciones e insultos lanzados en su contra, se ha ganado a pulso las sospechas que despierta en la periferia geográfica y social, sobre la base de los motivos enunciados por Gutwein (preferencia por el neoliberalismo y abandono de los débiles) y por Mizrachi (autodefinición "europea y elitista", con el empleo de términos como "ciudad en la selva", que expresa disgusto tanto por el propio paisaje local - sefardíes, rusos, ultra-ortodoxos, sionistas religiosos, colonos, árabes - y por el Oriente Medio en su conjunto). La izquierda israelí quizás haya comenzando a entender este obstáculo, pero no está haciendo demasiado para tratar de superarlo.

En los elegantes salones europeos y americanos, los líderes de la izquierda y del campo de la paz israelí emplean definiciones de diccionario (apartheid, racismo, crímenes de guerra) cuando hablan en esos "importantes seminarios y conferencias", aunque en la mayoría de los casos se trata de términos vacíos, sin influencia.

Y echando mano de ellos con sutileza, por ejemplo, la ex presidenta del Partido Laborista Shelly Yacimovich separa falsamente sus reclamaciones de una mayor justicia social e igualdad, de esas otras similares reclamaciones procedentes de otros ámbitos políticos, otorgando así una "legitimidad destructiva" a las reivindicaciones "sociales de la derecha" (Moshe Kahlon y sus amigos).

Esta diferencia entre los dos tipos de discurso, el de la élite acomodada políticamente correcta (cuyos descendientes tienen varios pasaportes y ellos mismos viven tanto en Israel como en el extranjero), y el del otro 99% del país (la gran mayoría de la sociedad israelí atrapada en la realidad diaria del país), resulta cada vez más pronunciada, y el ala "social" dentro de la derecha se está aprovechando de ello.

Esta "derecha social" trata de gestionar la ira social alejándola del gobierno y dirigiéndola hacia las injusticias perpetradas por esos "acomodados" defensores del campo de la paz, cuyas ventajas económicas y educativas les vuelven menos vulnerables a los problemas existentes, incluyendo el actual conflicto. ¿Cuál es la preocupación fundamental de estos acomodados izquierdistas amantes de la paz? Su preocupación y compasión la monopolizan los palestinos, a diferencia de esa derecha "social" que se centra en los judíos.

Para romper este molde, el campo de paz tiene que demostrar que se preocupa por la sociedad en la que vive y por el conjunto de la población israelí. Debe conducir las luchas económicas y sociales que ha descuidado, y, al mismo tiempo, debe mantener un diálogo equitativo y solidario con todos los grupos de la sociedad israelí. Además, debe expresarse de una manera diferente: no debe pedir perdón ridículamente, no debe halagar o ser condescendiente, sino que debe aprender a respetar, a ser verdaderamente compasivos y a escuchar, escuchar de manera responsable y con humildad.

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Los judíos (asquenazis) no son descendientes de los kazaros, afirma un historiador de la Universidad Hebrea - Ofer Aderet - Haaretz



La afirmación de que los judíos asquenazis de hoy son descendientes de los kazaros que se convirtieron en la Edad Media es un mito, según una nueva investigación realizada por un historiador de la Universidad Hebrea.

La tesis kazara ganó prominencia mundial cuando el profesor Shlomo Sand de la Universidad de Tel Aviv publicó "La invención del pueblo judío" en 2008. En ese libro, que se convirtió en un best seller y que fue traducido a varios idiomas, Sand argumentaba que el "pueblo judío" es una invención forjada de mitos y de una "historia" ficticia" que trataba de justificar la propiedad judía de la Tierra de Israel.

Ahora, otro historiador israelí ha desafiado uno de los fundamentos del argumento de Sand: su afirmación de que los judíos asquenazis son descendientes de los habitantes del reino kazaro que, supuestamente, en el siglo VIII se convirtieron en masa al judaísmo bajo instrucciones de su rey. En un artículo publicado este mes en la revista "Estudios Sociales Judíos", el profesor Shaul Stampfer concluyó que no hay evidencia para apoyar esta afirmación.

"Esta conversión, a pesar de que es una historia maravillosa, nunca sucedió", nos dice Stampfer. Stampfer, un experto en la historia judía, analizó el material procedente de diversos campos, pero no encontró ninguna fuente fiable para la afirmación de que los kazaros - un reino multiétnico que incluía a iraníes, turcos, eslavos y circasianos - se convirtieron al judaísmo. "Nunca hubo una conversión al judaísmo de un rey kazaro o de su élite", afirmó. "La conversión de los kazaros al judaísmo es un mito sin fundamento".

Como historiador, se dijo sorprendido al descubrir lo difícil que es "demostrar algo que nunca sucedió. Hasta ahora, la mayor parte de mi investigación se ha dirigido a descubrir o aclarar lo que sucedió en el pasado... Es un reto mucho más difícil probar que algo no sucedió que probar que supuestamente ocurrió. Esto sucede porque la prueba se basa principalmente en la falta de pruebas en lugar de en su presencia, como por ejemplo es un evento sin precedentes la supuesta conversión de todo un reino al judaísmo que no ha merecido ninguna mención en las fuentes contemporáneas a dicho suceso". "El silencio de tantas fuentes sobre el pretendido judaísmo de los kazaros es un hecho muy sospechoso", dijo Stampfer. "Los bizantinos, los Geonim [los líderes religiosos judíos del siglo VI aL siglos XI], los sabios de Egipto, ninguno de ellos tienen una palabra acerca de unos kazaros supuestamente judíos".

Esta investigación terminó ocupándole cuatro años. "Yo pensé que iba a terminar en dos meses, pero descubrí que había una enorme cantidad de trabajo. Tuve que comprobar fuentes que no estaban dentro de mi campo, y he consultado y recibido ayuda de mucha gente".

Stampfer afirmó que su investigación no tenía motivos políticos, aunque reconoce que el tema está políticamente motivado. "Es una cuestión histórica muy interesante, pero tiene implicaciones políticas", dice. "Como historiador, estoy naturalmente preocupado por el mal uso de la historia. Creo que la historia debe ser eliminada de las discusiones políticas, pero cualquier persona que, sin embargo, quiere utilizar la historia, al menos, debe presentar unos hechos correctos. En este caso, los hechos son que los kazaros, según los hechos disponibles, no se convirtieron al judaísmo, y que por lo tanto los judíos asquenazis no pueden ser descendientes de unos hipotéticos judíos kazaros, por lo tanto, los problemas políticos contemporáneos entre los israelíes y los palestinos deben ser tratados sobre la base de la realidad actual, no sobre la base de un pasado ficticio".

Shlomo Sand había unido directamente el tema kazaro al conflicto palestino-israelí. En el Haaretz afirmó en el 2008 que muchos judíos temían que una amplia aceptación de su tesis socavaría su "derecho histórico a la tierra. La revelación de que los judíos (asquenazis) no provienen de Judea [el antiguo Israel], atacaría ostensiblemente la legitimidad de nuestra presencia aquí... Hay un miedo muy profundo de haya dudas sobre nuestro derecho a existir (aquí)".

Stampfer cree que la persistencia del mito de la conversión al judaísmo de los kazaros da fe de la renuencia de ciertos investigadores a abandonar paradigmas familiares. "Los que creyeron esta historia - y son muchos - por lo general no lo hicieron por razones maliciosas", nos dice. "Yo les digo a mis alumnos que la única cosa que quiero que recuerden de mis clases es la necesidad de investigar y cuestionar, para investigar si los argumentos que se escuchan son creíbles, razonables y bien fundados".

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Saturday, June 28, 2014

Cómo el trauma nacional de Kfar Etzion ayudó a llevar a los chicos israelíes de yeshiva a Cisjordania – Benny Morris - Tablet



La masacre del 13 de mayo de 1948 jordanos de decenas de  tropas judías que se habían rendido en el kibutz Kfar Etzion, y que fue llevada a cabo por milicianos árabes de las aldeas próximas y por legionarios jordanos, fue probablemente la mayor masacre de judíos perpetrada por los árabes en la primera guerra árabe-israelí.

Un año después, en las primeras horas de la mañana del cuarto día de Iyar de 5709 (3 de mayo de 1949), el primer aniversario en el calendario hebreo de la caída del kibbutz, el coronel Shlomo Goren, el rabino jefe de las IDF, acompañado de un minián de jóvenes de Jerusalén, celebró un servicio conmemorativo en una colina de Israel desde la que se podía ver, a lo lejos, las ruinas de Kfar Etzion.

El "Bloque" de Eztion, los cuatro kibutzim - Kfar Etzion, Ein Tzurim, Massu'ot Yitzhak y Revadim - se había establecido entre 1943 y 1947 en las colinas de Judea, en medio de un grupo de aldeas árabes en la parte sur de la Ribera Occidental, una zona que Jordania iba a ocupar en mayo de 1948 y que Israel recuperaría en junio de 1967. El “bloque” se encuentra en el corazón de la tierra bíblica de Israel, entre el Hebrón de Abraham y la Belén del rey David.

Durante la conmemoración de ese primer aniversario, se encendieron velas conmemorativas, se leyeron capítulos de la Mishná y fue coreada la rahamim El Maleh (Dios misericordioso), una oración judía para los muertos "en memoria de los mártires del Bloque de Etzion". Los disparos se oyeron en el aire conmemorando a los 151 combatientes judíos fallecidos, de los cuales 21 mujeres, durante la batalla de dos días. De ellos 127 murieron en el segundo día de la batalla, el 13 de mayo de 1948, el día antes de que el Estado de Israel fuera proclamado. De éstos, la mayoría fueron asesinados en el centro de Kfar Etzion, el asentamiento central del bloque, cuando se rendían o después de que se hubieran rendido.

El Bloque, y especialmente el kibutzim de Kfar Etzion y su puesto de avanzada al sudeste, el en desuso "monasterio ruso", había sido una espina para los palestinos, que habían estado luchando allí contra la Haganá durante casi la mitad la guerra civil de la Guerra de 1948, desde noviembre 1947 a mayo de 1948. El bloque fue sitiado por los irregulares árabes entre diciembre 1947 y mayo de 1948, y su reabastecimiento solo era posible desde el aire (el bloque tenía una pequeña pista de aterrizaje). La mayoría de las mujeres y los niños de los cuatro asentamientos fueron evacuados hacia el interior. Periódicamente, los defensores del bloque disparaban contra los vehículos árabes a lo largo de la carretera Belén-Hebrón, lo cual irritó a los palestinos.

Pero el bloque también era un problema para la Legión Árabe jordana, el ejército financiado, equipado y dirigido por los británicos. Durante la Segunda Guerra Mundial, el rey jordano Abdullah, un aliado de Gran Bretaña, había "prestado" a los británicos una serie de personal de la Legión Árabe que los británicos, a falta de mano de obra, habían utilizado para proteger las instalaciones de todo el Oriente Medio. En 1945-1948, este personal fue desplegado por los británicos y luego empleados para luchar contra la insurrección de una serie de guerrillas judías / terroristas, el IZL (Irgun zva'I Leumi, u Organización Militar Nacional) y el LHI (Lohamei Herut Yisrael o combatientes por la libertad de Israel), proteger sus bases y los caminos de Palestina.

Una de ellas era la carretera Belén-Hebrón, que era un segmento del eje Jerusalén-Beersheba-Rafah-Canal de Suez, a través del cual los británicos y la Legión llevaban los suministros a partir de las bases del lado británico en el Canal de Suez, y que facilitarían la retirada final  británica de Palestina, programada para ser completada antes del 15 de mayo de 1948, cuando finalmente tuviera lugar.

En mayo de 1948, los legionarios británicos debían haber abandonado Palestina completamente cuando los británicos procedieran a retirar sus tropas hacia casa. Pero a los británicos les era necesario asegurar las carreteras hasta el último momento, y Abdullah, que tenía la intención de ocupar Cisjordania justo después de la partida de los británicos, y desde luego tenía un evidente interés en mantenerlos al oeste del río Jordán como una vanguardia de su ejército. Él también estaba interesado en la obtención de la carretera que unía Jerusalén a Beersheba.

Así pues, varias compañías de la Legión permanecían todavía en la zona de Hebrón y Belén, en la primera quincena de mayo. Los ataques de los defensores del bloque a los vehículos de la Legión que viajan a lo largo de la carretera durante abril y principios de mayo, da relieve de la amenaza que representaba dicha carretera para el futuro del bloque. Además, toda la zona sur de Belén había sido destinada por la partición de la Asamblea General de la ONU - la resolución de 29 de noviembre 1947 - a la soberanía árabe, y ni los palestinos ni Abdullah querían a un grupo de asentamientos judíos armados en su territorio.

Por lo tanto, en la mañana del 12 de mayo de 1948, probablemente después de recibir la luz verde de los británicos, dos compañías de la Legión Árabes con el respaldo de más de una docena de vehículos blindados con ametralladora, cañones (contra los que los defensores del bloque no tenían respuesta real) y mortero, y con el apoyo además de cientos de milicianos palestinos, atacaron Kfar Etzion y sus puestos avanzados en el extremo sur del área. Los aproximadamente 150 defensores judíos fueron claramente superados, y sus posiciones fueron demolidas y invadidas una tras otra. Los defensores sin embargo plantearon una dura batalla. Pero al mediodía del 13 de mayo los vehículos blindados habían tomado el monasterio ruso y penetrado en las rejas y trincheras del perímetro, alcanzando el centro de Kfar Etzion.

Los defensores entendieron que el juego había terminado. Muchos dejaron las armas y portaron banderas blancas, reuniéndose en el patio central del kibutz (aunque algunos defensores en los puestos periféricos aun permanecían y tal vez continuaron resistiendo, sin darse cuenta de que el cuerpo principal se rendía). Un sobreviviente recordó:
"Los defensores comenzaron a reunirse entre el monasterio alemán abandonado y el edificio de la escuela. Los primeros árabes comenzaron a legar. Nos ordenaron sentarnos y después de ponernos de pie y levantar los brazos.
Un árabe nos apuntó con una Tommy y otro quería lanzarnos una granada, pero otros les detuvieron. Esto fue tomado como una prueba más de que tenían la intención de llevarnos prisionero. Un camarógrafo en traje europeo, vistiendo un kaffiya blanca, apareció y nos fotografió. Entonces un carro blindado con ametralladoras montadas llegó... y se detuvo cerca de la escuela. Tan pronto como el fotógrafo dejó de trabajar, los tiros comenzaron desde todas las direcciones. Los que no fueron abatidos por la primera andanada huyeron en varias direcciones. Algunos corrieron a la bodega, algunos tomaron las armas de nuevo. Una masa de árabes corría por todos los lados y atacaba a los judíos en el centro de la población y en los puestos de avanzada gritando salvajemente 'Deir Yassin'".
Un mes antes, el 9 de abril, tropas del IZL y del LHI habían atacado y conquistado el pueblo de Deir Yassin, al oeste de Jerusalén. Decenas de mujeres y niños fueron asesinados durante y después de la batalla, y "Deir Yassin" se convirtió en un grito de guerra y un grito de venganza entre los árabes de Palestina, y hasta este día "Deir Yassin" es considerado por muchos palestinos como el núcleo simbólico y el leiv motiv de la guerra de 1948 o de la Nakba (catástrofe).

En la década de 1950, la rama de Historia del IDF nombró al comandante Yitzhak Yakobson, un oficial de Estado Mayor, para que estudiara la batalla del Bloque de Etzion. En su amplio informe, "El Bloque de Etzion en la Guerra de la Independencia", describió cómo tres de los presos en el patio lograron escapar y llegar a Massu'ot Yitzhak, o bien cayeron en manos de oficiales de la Legión que los protegieron.

Otra sobreviviente, "Aviva F.", describe cómo un oficial de la Legión la salvó de dos árabes que trataron de violarla y  disparaban contra dos muertos, y que procedieron a acabar con un número de judíos heridos que encontraron mientras la conducían a un lugar seguro. Los sobrevivientes también testificaron que los legionarios también habían participado en la masacre junto a los milicianos.

Yakobson, basándose en el testimonio posterior de legionarios, señaló que dos de los legionarios habían resultado heridos mientras trataban (sin éxito) de salvar la vida de tres judíos, mientras otros legionarios habían matado a una serie de milicianos en los tiroteos. Pero Yakobson concluyó que "en primer lugar, y ante todo, la masacre había surgido de una mentalidad salvaje de sed de venganza y de sangre judía, y fue una sucesora directa de la masacre [de judíos] en Hebrón en 1929", cuando, como parte del desencadenamiento de unos disturbios estatales antijudíos, una turba árabe asesinado a 66 desarmados judíos ultra-ortodoxos.

Por su parte, el comandante británico de la Legión Árabe, el general John Glubb, ofreció posteriormente una serie de versiones de lo que había sucedido. En The Times (Londres) del 2 de julio de 1968, escribió simplemente: "Ni un solo judío fue masacrado en Kfar Etzion". Pero antes, en su libro Un soldado con los árabes (1957), escribió tal vez haciendo alusión a los excesos: "La Legión Árabe trató a todos los judíos como prisioneros de guerra. Tan pronto como la Legión Árabe se retiró, los aldeanos del distrito de Hebrón saquearon las colonias judías, no dejando piedra sobre piedra. Estas colonias habían sido tan agresivas que habían vuelto deliberadas las represalia árabes". El ministro británico en Amman, Alec Kirkbride, telegrafió (falsamente) a Londres que "la Legión Árabe previno la masacre de los habitantes y el saqueo de las colonias, que de otro modo habría sido imposible de evitar a manos de los árabes locales". El comandante del sexto batallón de la Legión, Abdullah el Tell, que había comandado el asalto a Kfar Etzion, fue marginalmente más veraz. Él escribió en sus memorias, "Las Memorias de Abdullah Tall" (1960): "Los combatientes judíos restantes continuaron resistiendo desde una posición fortificada. Esto obligó a los soldados a matarlos a todos. Hicimos sólo tres prisioneros. Todos los combatientes judíos fueron asesinados".

David Ben-Gurion dijo más tarde que los muertos del Bloque de Etzion habían "salvado Jerusalén", es decir, que su resistencia había protegido los accesos del sur de la ciudad y, desde hacia meses habían desviado de otros frentes de batalla a una considerable mano de obra árabe de la ciudad.

Después de la batalla y la masacre, los milicianos palestinos saquearon a fondo el kibutz y le prendieron fuego. Tras la caída de Kfar Etzion, los otros tres asentamientos, con funcionarios británicos y la Cruz Roja mediando, se rindieron del 13 al 14 mayo a la Legión, yendo sus defensores a un cautiverio de un año en un campo de prisioneros de Jordania en Zarqa. Los asentamientos fueron saqueados y arrasados. Glubb señaló con bastante exactitud que de los 350 sobrevivientes judíos de la batalla, la casi totalidad de los procedentes de Revadim, Ein Tzurim y Massu'ot Yitzhak fueron bien tratados en el campo de prisioneros en Jordania de Zarqa, aunque, a su regreso a Israel el año siguiente se quejaban del aburrimiento y del calor.

Más tarde ese mismo año, en octubre-noviembre de 1949, al Rabino Goren (quien eventualmente se convirtió en el Gran rabino asquenazi de Israel), tras el acuerdo que se alcanzó con los jordanos, se le permitió recorrer el bloque, "encontrando los huesos de los muertos esparcidos por las trincheras, en torno a los puestos quemados y las estructuras demolidas... El anuncio de la Cruz Roja de que los árabes habían enterrado los cuerpos tres días después del final de la batalla no era exacto. En muchos lugares hemos encontrado, junto a los cuerpos, piezas de ropa con etiquetas de lavandería, un obvio testimonio de los nombres de sus propietarios... Los árabes nos dijeron que habían recogido a sus propios muertos y les habían enterrado en sus pueblos, de acuerdo con sus costumbres, y que todos los cuerpos que permanecían en Kfar Etzion eran de judíos".

Los restos de los judíos caídos en el Bloque Etzion (así como de otros dos campos de batalla que habían quedado en manos del enemigo) fueron trasladados a Israel y enterrados el 17 de noviembre de 1949 en el cementerio militar de Monte Herzl, en Jerusalén. Cerca de 50.000 personas, la mitad de la población judía de Jerusalén, se alineaba en las carreteras mientras el cortejo fúnebre emprendía su camino hacia el cementerio. Reinaba el silencio. Muchas banderas honraban su paso. Desde primera hora de la mañana, todo el trabajo se detuvo como si fuera una ciudad yerta.

Esa tarde, colonos judíos, incluyendo a algunos de los 350 supervivientes del Bloque Etzion que estaban de vuelta tras su estancia de un año en el campo de prisioneros de Jordania, así como algunos de los sobrevivientes de los campos de exterminio nazis de Europa, se reunieron en las casas de la aldea árabe abandonada de Ein Khod, a los pies del Monte Carmel, al sur de Haifa, y establecieron el nuevo asentamiento de Nir Etzion.

En el Oriente Medio, como tal vez en otros lugares, las masacres tienden a vengarse y a reproducirse con otras masacres, siendo la venganza un valor básico y real de la vida. El 29 de octubre de 1948, las tropas de la 8ª brigada del IDF, específicamente su 89º Batallón, conquistaron la aldea árabe de Dawayima, en las estribaciones occidentales de las colinas de Hebrón. Según un veterano de 89º Batallón, Avraham Vered, las casas del pueblo "estaban repletas del botín obtenido con la caída del Bloque Etzion... Los combatientes judíos que atacaron Dawayima sabían que... la sangre de los sacrificados en Etzion clamaba venganza; y que los hombres de Dawayima se encontraban entre los que participaron en la masacre". El  89º batallón bombardeó el pueblo con morteros y luego irrumpieron en é, con las tropas montadas sobre semiorugas blindadas, y con las ametralladoras ardiendo.

Vered describió lo que sucedió después: "A medida que nos subimos a los techos, vimos a los árabes corriendo en los callejones. Abrimos fuego contra ellos... Desde nuestra posición elevada vimos una gran llanura que se extendía hacia el este... y la llanura estaba cubierta de miles de árabes que huían... Las ametralladoras comenzaron su charla y la huida se convirtió en una derrota". Al parecer, fueron asesinadas varias decenas de hombres y mujeres que estaban detenidos en el pueblo después de su captura. Una investigación posterior secreta del IDF sobre este incidente concluyó que "22 de esos detenidos había sido asesinados, aunque desde hacia varias semanas los árabes venían quejándose a los diplomáticos occidentales y a las Naciones Unidas que 500 o 1.000 personas habían muerto en Dawayima”.

Pero la último "venganza", no tanto por la masacre de Kfar Etzion como por el desarraigo y la destrucción de la totalidad del bloque de asentamientos, fue, por supuesto, el reasentamiento de bloque y su enorme expansión desde 1967. Desde 1949, cada mes de mayo, los sobrevivientes y sus hijos, y los huérfanos a causa de la batalla, se reúnen en el Monte Herzl para recordar y, tal vez, soñar. Y tal como se vio después, el Bloque de Etzion fue el primer asentamiento israelí en Cisjordania después de la victoria en la Guerra de los Seis Días, del 05 al 10 de junio de 1967.

De hecho, ya el 13 de junio, Raanan Weitz, el director del Departamento de Asentamientos de la Agencia Judía, visitó la zona, llevando consigo a cuatro de los supervivientes, uno de cada kibbutz. Durante las siguientes semanas, los grupos de supervivientes y sus hijos hacían peregrinaciones al lugar. Para ellos, se trataba de algo personal, pero también representaba un microcosmos de Judea y Samaria, y el deseo de volver y reasentarse representaba un microcosmos del deseo del pueblo judío de restablecer la tierra bíblica de Israel.

A mediados de agosto, un grupo de activistas del Bloque de Etzion se reunió con el primer ministro Levi Eshkol, instándole a un reasentamiento. Eshkol, un trabajador agrícola en su juventud y un ejecutivo clave de los asentamientos, tanto antes como después de 1948 (fue el jefe del Departamento de Asentamientos de la Agencia Judía en 1948-1963), vacilaba. Pero, como ha sucedido a menudo en la historia del sionismo, la “intervención árabe" le ayudó a tomar la decisión. Las resoluciones de 01 de septiembre 1967, hechas públicas tras la reunión en la cumbre de los países árabes en Jartum, según relataba en el 2006 Gershom Gorenberg en su libro “El Imperio Accidental" (este pasaje y los dos párrafos que siguen se basan en el trabajo de Gorenberg) resultó ser el punto de inflexión.

Los árabes habían acordado por unanimidad responder con los "tres no": no a un reconocimiento de Israel, no a una negociación, y no a una paz con Israel. Esto significaba que Israel tenía ahora que decidir unilateralmente qué hacer con Cisjordania. El 22 de septiembre, los activistas del Bloque de Etzion se reunieron nuevamente con Eshkol. Le preguntaron: “¿Cuándo podemos asentarnos en la zona?” Hanan Porat, uno de los huérfanos del Bloque de Etzion, dijo: "Nos estamos acercando a Rosh Hashaná. ¿Seremos capaces de orar allí en Rosh Hashaná?" Eshkol le respondió: "Nu, kinderlach, si desean orar, sigan adelante y oren". Porat le contestó: "Cuando decimos 'orar' queremos decir regresar". Eshkol le contestó: "Yo he dicho lo que he dicho".

Pero esta ambigüedad délfica fue, en efecto, subsanada a la semana siguiente cuando el gabinete, a instancias de Eshkol, aprobó la creación de un puesto militar avanzado (Nahal) en Kfar Etzion. Los Nahal, los puestos de avanzada de las dos décadas previas, se habían ido convirtiendo de una manera rutinaria en pocos años en asentamientos civiles. El 27 de septiembre un grupo de supervivientes y la generación de los niños, dirigidos por Porat, llegaron hasta Kfar Etzion y, con mucha fanfarria, se trasladaron hasta el campamento completamente vacío que la Legión Árabe había construido en el lugar.

El diario israelí Haaretz informó: "Un número de mujeres, viudas de los caídos [en 1948], estaban de pie a un lado y lloraban amargamente por aquellos cuyos hijos ahora habían venido a honrar viviendo de nuevo aquí". El gobierno anunció la creación de un Nahal o puesto de avanzada con un objetivo de seguridad. Pero, de hecho, Kfar Etzion había sido restablecido de nuevo  y el Bloque de Etzion había resucitado para con posterioridad abarcar a decenas de miles de colonos, aunque en esos momentos solamente se ponía en marcha. La empresa de los asentamientos de Israel en Cisjordania había comenzado.

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Un violento antisemitismo está de vuelta en Alemania - Tom Wilson - Commentary



En medio de la corriente de odio dirigida contra Israel, resulta bastante fácil permanecer insensible ante los incidentes diarios de intolerancia contra los judíos, en particular los muchos que emanan desde Europa. Cuando un anciano judío y su hija son atacados. y el primero hospitalizado, después de asistir a una vigilia a favor de Israel en Hamburgo, uno no puede evitar sentir un escalofrío. La vigilia en cuestión se celebraba en solidaridad con los tres adolescentes israelíes que han sido secuestrados por terroristas palestinos. Aparentemente, eso resultaba excesivo y era imposible de tolerar para algunos, y en poco tiempo una agresiva contramanifestación se había organizado. ¿Qué era exactamente lo que estaban defendido al oponerse a una manifestación que pedía la liberación de los chicos israelíes?

Uno de los organizadores de la vigilia, al que evitaré nombrar, ha tenido anteriormente que recibir  protección, me contaba cómo los contra-manifestantes golpearon el anciano de 83 años, tirándole al suelo antes de que después comenzaran a golpear a su hija que estaba tratando de proteger a su padre. Un comunicado de prensa de la red Hamburg for Israel relataba cómo la víctima del asalto tuvo que recibir cirugía por una herida en la cabeza y todavía se estaba recuperando en el hospital. Al parecer los atacantes procedían de unos grupos antiglobalización denominados (apropiadamente) ATTAC (Asociación para la Tasación de las Transacciones financieras y Ayuda a los Ciudadanos), y visto el significado de sus siglas hemos de preguntarnos ¿qué tienen que ver con la liberación de tres jóvenes judíos secuestrados por Hamas?

Tal vez algunos de esos contra manifestantes argumentarían que se oponen a los esfuerzos de “mano dura” del IDF a la hora de rescatar a los adolescentes. Tales quejas podrían tener cierta lógica si procedieran de alguna ONG internacional, alemanas incluida. Sin embargo, cuando Siria e Irak están sumidos en una de las más brutales guerras civiles imaginables, cuando Egipto está encarcelando a los periodistas y están previstas numerosas ejecuciones de opositores al gobierno, es simplemente grotesco que eso los europeos únicamente utilicen su dedo acusador contra Israel, el único país en la zona donde existe una democracia liberal permanente, y no desde luego gracias a todas esas ONG que buscan socavar al país implacablemente.

En el caso de Alemania, parece que la memoria se desvanece a una rapidez vertiginosa, quizás no. Dada la prevalencia del sentimiento anti-Israel en Alemania uno no puede evitar preguntarse si ese sentimiento es fruto del perverso intento de devolverles la pelota a los judíos por todo lo que aquí tuvieron que soportar. Después de todo, en una encuesta de 2011 el 47% de los alemanes pensaba que “Israel estaba llevando a cabo una guerra de exterminio contra los palestinos”. ¿Acaso puede alguien creerse realmente eso, o bien solamente se trata de una sentimiento muy conveniente para algunos alemanes creer en esas cosas?

En los últimos años no ha habido ciertamente una escasez de incidentes antisemitas y anti-israelíes en Alemania. Solamente en abril de ese año un hombre israelí fue atacado por un grupo de jóvenes en Berlín, y en enero el diario alemán Neue Osnabrucker Zeitung publicó un editorial afirmando que la definición específica de Israel como un Estado judío lo hacía semejante a un "apartheid" y a una “teocracia”, y en febrero el presidente del Parlamento Europeo, el alemán Martin Schulz, hablando frente a la Knesset, realizaba la absurda acusación de que Israel restringía la cantidad de agua accesible a los palestinos. Y esto al mismo tiempo que Assad estaba matando de hambre a numerosos palestinos que se habían revelado en los campos de refugiados de Siria. Y no merece la pena detenerse en los desvaríos de Gunter Grass, anteriormente la conciencia de izquierda de Alemania, ahora ampliamente desacreditado por las revelaciones de su pasado nazi.

Es preciso constatar que apenas se puede ignorar que cuando se viaja a través de la Ribera Occidental, muchos de los proyectos tienen el patrocinio alemán, y que muchos de los patrocinadores y activistas tienen una evidente agenda política anti-Israel. Tampoco se puede ignorar que las ONG alemanas y sus miembros son sumamente propensos a realizar juicios rápidos y predeterminados sobre Israel. Con tan pocos judíos permaneciendo en Alemania tras la Segunda Guerra Mundial, parece como si algunos alemanes hubieran sentido la necesidad de seguir a los judíos en su camino hasta el Oriente Medio.

Leer acerca de incidentes como este último ataque violento en Hamburgo, no es difícil pensar en la posibilidad de que muchos alemanes aún mantienen una relación enfermiza con los asuntos judíos. Los europeos en general, y los alemanes en particular, han sido siempre demasiado apresurados a la hora de condenar al Estado judío. Tal vez realmente no hay mejor manera para distraer la atención de la propia culpa pasada que adjudicar a sus víctimas delitos similares.

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¿Es Gideon Levy un mentiroso o es que pasa por alto las noticias que no quiere ver? - Elder of Ziyon



No tenía intención de comentar la última idiotez de Gideon Levy en el Haaretz, donde dice (con relación al secuestro de los tres adolescentes israelíes):
Ahora Israel está descubriendo que ya no es el centro de atención, tal como siempre lo era antes, y que el destino de las víctimas de secuestro no detiene ni preocupa al mundo, ni siquiera en los Estados Unidos. El mundo está harto de Israel y de sus locuras. Por desgracia, el mundo también ha perdido el interés sobre lo que sucede aquí. Cuando Israel era un país más justo, el mundo se identificaba con sus víctimas. Continuó haciéndolo incluso cuando Israel se convirtió en menos justo. Pero ahora, cuando el rechazo a Israel alcanza nuevas cuotas y la opresión de los palestinos está volviendo a lo que fue durante los peores períodos, el mundo ha empezado a cansarse de todo.
¿En serio? ¿El mundo ha dejado de estar interesado en Israel? ¡Pues se trata sin duda de una gran noticia! Aprovechemos esta circunstancia y desmantelemos todos los comités de la ONU y todas esas organizaciones no gubernamentales cuya única razón de existir es demonizar a Israel, ahora que a nadie le importamos.

Y de paso, el gran Levy nos reprueba diciéndonos que el mundo ya no se preocupa más por las víctimas israelíes ¿Pero han existido alguna vez las víctimas israelíes en los medias? ¿Hubo alguna vez una resolución de la ONU que condenara las atrocidades contra los israelíes? [N.P.: Oxímoron: ¿pueden existir las víctimas israelíes y aún menos a manos de los palestinos? Jamás de los jamases, se trata de un sacrilegio de la verdad políticamente correcta].

Contradiciendo a Levy, diría más bien que el mundo ha perdido el interés por los árabes palestinos. La huelga de hambre de los presos palestinos acaba de terminar con un mínimo gemido, ya que, según algunos, no existía un interés internacional en la historia. Son esas acrobacias lo que aburre el mundo, aunque desafortunadamente el interés por la demonización de Israel sigue siendo bastante alto. En cualquier caso, el artículo es una idiotez, y como la mayoría de las proclamas anti-Israel de Levy, son inútiles y repetitivas. Sin embargo, una parte me llamó la atención:
Durante las últimas dos semanas que pasé en Suecia, no he observado una sola mención del secuestro (de los adolescentes israelíes) en los medios. Ni uno sola.
Eso es increíble. Debido a que gracias a una simple búsqueda podemos hallar en los principales diarios suecos:

Tre israeler kidnappade - al-Qaida tar på sig Ansvar (Aftonbladet) Militär Letar försvunna tonåringar (VK.se) Tre israeliska pojkar befaras ha kidnappats (Expressen) Israel Soker kidnappade tonåringar (SVD.se)

Estos son sólo los primeros artículos sobre dicho secuestro, y hay un montón más sobre la búsqueda de esos adolescentes por el IDF durante las últimas dos semanas. Es posible que Levy, un supuesto periodista, no se molestara en leer los periódicos de Suecia durante su estancia allí. Lo que significaría que él no es un mentiroso, sino simplemente un ignorante intencionado. Todo lo cual sólo sirve para probar que a Israel la odian no solamente aquellos que no tienen la realidad de su lado, sino aquellos que desean ignorarla

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Wednesday, June 25, 2014

¿Sacrificando a los kurdos para salvar la narrativa de la administración Obama? - Seth Mandel - Commentary



¿Deben los kurdos de Irak renunciar a sus aspiraciones a la independencia para que la administración Obama pueda salvar la cara hasta el final del mandato presidencial? Aunque las palabras no fueran exactamente estas, el secretario de Estado John Kerry se ha reunido con los líderes kurdos en Erbil para decirles básicamente esto.

Dado que Irak continua viviendo su particular desplome, a los kurdos se les presenta la oportunidad de desarrollar un autogobierno genuino. Eso significaría que en Irak se disolvería la narrativa Obama. Como la administración Obama no quiere dicha posibilidad, Kerry fue a intentar hablar con los kurdos de autosacrificio:
Antes de la llegada de Kerry desde Amman, Jordania, Barzani señalaba que el "tiempo había llegado" para los kurdos, una minoría de 6,5 millones de personas, para decidir sobre su independencia en lugar de ser como ahora un Estado semi-autónomo dentro de Irak. Mientras rugen los combates entre los extremistas sunitas y las fuerzas iraquíes, los kurdos se encuentran en la posición de poder negociar en las conversaciones políticas para un nuevo gobierno.  
La decisión de seguir adelante con la independencia no sólo afectaría al futuro de cerca el 17% de la población - de los 33 millones de Irak -, sino que también transformaría la nación de Irak en una federación libre o bien provocaría que desapareciera. Cualquier resultado supondría un cambio tectónico en la política regional con implicaciones para vecinos como Turquía, Irán y Siria, todos los cuales tienen minorías kurdas.  
Los EEUU han dicho que quieren que Irak mantenga su integridad territorial y prefieren buscar una salida pacífica a través de un nuevo gobierno que respete los intereses de sunitas, chiítas y kurdos. La administración Obama se opone encarecidamente a la independencia kurda pues supondría, ahora mismo, "otro clavo en el ataúd del gobierno de Bagdad", según ha comentado Morton Abramowitz Said, un miembro distinguido en Washington at the Century Foundation y ex diplomático de EEUU. 
Esto es típico de la administración Obama. Primeramente decide alejarse de un área de interés americano, abandonando a sus aliados en la región, todo lo cual provoca un grave vacío, y a continuación espera que esos abandonados aliados colaboren con Obama con el fin de mitigar los daños. Obama, que ha tratado a dichos aliados como si realmente nunca hubieran sido necesarios, al ver el caos generado, espera que nuevamente vuelvan a sus filas como si nada hubiera sucedido. Y sobre todo, pretende que se aparque la libertad de los demás para que Obama puede mantener la ilusión de estabilidad.

También es característica de Obama otra forma de actuar: prácticamente no tiene una comprensión de la historia, sobre todo la del Oriente Medio, y tampoco parece poder aprender de ella, dedicándose por el contrario a elaborar políticas erróneas. Haría bien en leer un incisivo ensayo de Matti Friedman en el Mosaic Magazine de este mes. Friedman inició una discusión a principios de mes con un ensayo sobre los judíos Mizrahim de Israel, un término utilizado para englobar a los huidos judíos de los países árabes.

Matti Friedman comienza comentando cómo el avance de ISIS y de otros grupos fanáticos similares (sunitas y chiítas) en todo el Oriente Medio, está teniendo un efecto brutal sobre las otras minorías étnicas y religiosas. Estas últimas, prácticamente sin protección, no tienen ningún impacto real sobre los acontecimientos que se desarrollan en torno a ellos. "Una de las historias más grandes en esta zona en el siglo pasado (s. XX) fue la desaparición del antiguo mosaico cosmopolita que siempre encontró una manera de existir bajo el Islam, pero dicha desaparición se ha acelerado hasta el punto que habría sido difícil de imaginarla hace dos o tres años. Pronto esas comunidades huirán y desaparecerán del paisaje, y una de las mayores pérdidas culturales de nuestro tiempo se habrá completado".

Como ejemplo, explica que la historia de los judíos del Oriente Medio que representa toda una lección para las otras minorías de la zona:
Cuando uno contempla a los recientemente exiliados mandeos, zoroastrianos, cristianos y otros, el desplazamiento de sus hogares ancestrales de los judíos de esos países a partir de la mitad del siglo XX por parte de sus vecinos musulmanes, comienza a parecerse cada vez más al proverbial canario de la mina de carbón. Esta es una función que a veces los judíos han desempeñado en diferentes partes del mundo.  
¿Perteneces a una minoría étnica o religiosa que desea sobrevivir en el Oriente Medio? Sería lo mejor para ti tener un pedazo de territorio donde seas la mayoría, además de asegurarte el poder para defenderlo. Esta es la lección que parecen haber aprendido los kurdos, y a la que parecen haber llegado el mes pasado, y es la lección de Israel. 
Y por supuesto, si quieres ese pedazo de tierra para llamarla tuya y además el poder para defenderla, necesitarás algunos aliados poderosos. Cuando el mandato británico finalizó e Israel declaró su independencia, los "fans realistas [N.P.: los arabistas del Departamento de Estado] de la estabilidad" que asesoraban y rodeaban a Harry Truman querían que el idealismo, la equidad y el coraje moral estuvieran al margen para no perturbar el statu quo. Truman no les hizo caso y reconoció a Israel inmediatamente. Ahora los kurdos se enfrentan a una situación similar, aunque ciertamente no idéntica.

También es posible que las élites kurdas no sean tan entusiastas de la independencia como aparentan, y que tratan de esta manera de impulsar las concesiones a su favor que puedan extraer de los EEUU por permanecer en Irak. Pero si ellos han aprendido probablemente la lección histórica que Friedman nos describe, quizás no tengan jamás una mejor oportunidad para actuar por su propia cuenta. Si fuera así, Kerry estaría pidiéndoles que tratarán de salvar la narrativa de la administración Obama a costa de las aspiraciones nacionales kurdas.

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¿Qué dirán ahora Kerry y sus mariachis israelíes? Fácil, la culpa es de Israel. (Según la última encuesta, "la mayoría de los palestinos quiere eliminar a Israel" y no dos estados para dos pueblos - Times of Israel)



El apoyo palestino a una solución de dos estados con Israel ha caído por debajo de la barrera del 30%, de acuerdo a una nueva encuesta encargada por un think tank con sede en EEUU, el Washington Institute for Near East Policy, aunque la mayoría de los encuestados dijeron que se oponían a una resistencia violenta.

Marcando un cambio notable en la opinión pública palestina, el 60% de la población encuestada en la Ribera Occidental y la Franja de Gaza (el 55% y 68%, respectivamente), manifestó según la encuesta que la meta en los próximos cinco años "debe ser trabajar para la recuperación de toda la Palestina histórica, desde el río hasta el mar", una postura que significa la eliminación de Israel. Mientras tanto, menos del 30% (el 31% en la Ribera Occidental, el 22% en Gaza) quiere "poner fin a la ocupación de la Ribera Occidental y Gaza para lograr una solución de dos estados". En contraste, el 53% de los palestinos apoyaba la solución de dos estados según un sondeo de diciembre de 2013 realizado por la Universidad Hebrea.

Otras estadísticas de la encuesta confirman la tendencia a la baja del apoyo de los palestinos a una solución de dos estados como final del conflicto. Dos tercios de los encuestados dijeron que una solución de dos estados sería "parte de un plan por etapas para liberar a toda la Palestina histórica más tarde" y que "la resistencia debe continuar hasta que toda la Palestina histórica sea liberada".

En una nota más prometedora, una mayoría de los encuestados registró una mayor oposición a la resistencia violenta contra Israel, en particular en la Franja de Gaza, donde el 70% dijo que Hamas debe mantener un alto el fuego con Israel y donde el 57% dijo que Hamas debía adherirse a la renuncia a la violencia mencionada en el gobierno de unidad. En Cisjordania, el 56% dijo que Hamas debía cumplir con el alto el fuego y otro 50% dijo que debería renunciar a la violencia por completo.

El sondeo demostró que una clara mayoría de los palestinos - el 62% de la Ribera Occidental y el 73% de los habitantes de Gaza - admite la "resistencia popular no violenta contra la ocupación" y lo ven como una táctica útil.

Quizás sorprendentemente, Hamas parece haber ganado poco peso político con su presunto secuestro de tres adolescentes israelíes, a pesar del apoyo popular al secuestro demostrado en la calle. Preguntados quién debería dirigir la Autoridad Palestina en los próximos dos años, el 65% eligió a líderes de Fatah, como Mahmoud Abbas  (30%), y a continuación Marwan Baghouti (12%), Mohammed Dahlan (10%) y otros (13% combinados), mientras que varios líderes de Hamas sólo obtuvieron el 9% de apoyo en la Ribera Occidental y el 15% en Gaza.

El público palestino también parece exhibir cierto pragmatismo a corto plazo, con más del 80% diciendo que "definitiva" o "probablemente" querría ver más oportunidades de trabajo para los palestinos en Israel. La mayoría también dijo que querría que las empresas israelíes ofrecieran más puestos de trabajo a los palestinos en Cisjordania o Gaza.

El Washington Institute dijo que la encuesta fue realizada por "uno de los principales encuestadores palestinos" el 15-17 de junio a través de entrevistas cara a cara a 1.200 palestinos adultos, con un margen estadístico de error del 3%.

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Mientras París recomienda no tener relaciones con los asentamientos... !! enésimo asalto antisemita y apuñalamiento de estudiantes judíos en una biblioteca de París !! - Chaim Lev, Ari Yashar



20 asaltantes golpearon y en algunos casos apuñalaron a unos estudiantes judíos en la capital francesa mientras el antisemitismo en Francia continúa en ascenso.

La ola de violencia antisemita sigue atacando a la judería francesa, como lo refleja que una banda de 20 atacantes agredieron a 20 estudiantes visiblemente judíos, llevaban kipá, en una biblioteca local de París.

Los asaltantes, que han sido descritos en los informes como de ascendencia del norte de África e inmigrantes musulmanes, probablemente se acercaron a los estudiantes judíos desde dos direcciones dentro de la biblioteca, abalanzándose sobre ellos y golpeándolos hasta que estaban ensangrentadas.

Los estudiantes judíos huyeron de las agresiones y en su huida fueron apuñalados dos estudiantes, dejándolos con heridas leves.

El personal de seguridad de la biblioteca se involucró y llamó a la policía, que fue capaz de detener a varios de los atacantes y retenerlos para una investigación.

El ataque se produce después de que una manifestación en París en apoyo de los tres jóvenes israelíes que fueron secuestrados por terroristas de Hamas fuera atacada el jueves pasado (lo mismo ha sucedido en Hamburgo, Alemania). Los atacantes antisemitas lanzaron bengalas contra la manifestación, dispersando a los participantes, siendo varios de los atacantes fueron arrestados.

Estos recientes ataques son sólo los últimos de una larga cadena que pone de manifiesto la escalada de violencia antisemita en Francia.

Hace dos sábados, según  los informes, los atacantes se acercaron a una sinagoga de París en el distrito XX de la ciudad armados con un rifle de asalto AK-47 y una pistola.

Según esos informes, comenzaron apuntando con sus armas a los transeúntes y al edificio en sí, fingiendo abrir fuego, pero huyeron del lugar cuando vieron a los agentes de policía franceses armados que custodiaban la sinagoga.  Los informes dicen que escaparon en una moto.

El sábado anterior, dos adolescentes visiblemente judíos por llevar kipás fueron rociados con gas lacrimógeno en Sarcelles, un suburbio al norte de París, por asaltantes del norte de África. Una semana antes, otros dos adolescentes judíos, de 14 y 15 años de edad, escaparon por poco de un hombre, y de algunos secuaces, que llevaba un hacha y que tenía apariencia árabe en otro suburbio de París.




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