Saturday, June 30, 2007

Venta de ilusiones - Nadav Shragai

Todavía ayer, Mahmoud Abbas, permitía que los sistemas educativos de la Autoridad palestina imbuyeran a los niños palestinos la aspiración de destruir el estado de Israel. Sólo hace dos días, la Autoridad Palestina condenaba los actos de terror y los asesinatos, principalmente porque “no hacían avanzar" la causa palestina", en vez de luchar contra el terror por sí mismo.

"El compañero moderado"
, junto con sus colegas en el liderazgo de la Autoridad Palestina, es todavía un signatario de un tratado acordado con Hamas, donde se declara que "el derecho de los refugiados palestinos a volver a sus casas y a sus propiedades debe ser garantizado."

La Declaración de El Cairo, que fue firmada junto con Hamas, y que Abu Mazen nunca ha abandonado, declara que los palestinos tienen el derecho de utilizar la violencia contra Israel hasta que el derecho al retorno de los refugiados sea conseguido. No es un derecho simbólico, como se asegura por aquellos que venden ilusiones, sino práctico: es un "no" al estado palestino en Gaza y en Nablus, sin Safed, Acre, Lod y Jaffa.

"Son sólo palabras", dirán los impostores, pero los rifles que Israel entregó en el pasado "a los buenos chicos" luego hablaron con fuego e hirieron y mataron. Los policías palestinos, los activistas del Tanzim, los miembros de las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa de Fatah y los miembros de la guardia presidencial, Fuerza 17, han luchado contra los soldados del IDF y realizado o ayudado a realizar ataques terroristas.

Los territorios que fueron transferidos al control "de los moderados" se han convertido en incubadoras del terror, y parte de la ayuda económica también encontró un camino para recaer en esas organizaciones terroristas. Lo mismo pasará esta vez. Sólo es cuestión de tiempo. Alguien que cuenta otras historias no sólo engaña a sus oyentes sino a sí mismo.

Hamas y su victoria son convenientes para nosotros al menos en un aspecto: los miembros de Hamas dicen la verdad sobre el futuro que ellos desean para Israel. Ellos no se esconden detrás de máscaras y no dispersan ilusiones.

Fatah, por el otro lado, pretende ser un compañero. Hará promesas y firmará acuerdos, pero exactamente, como en el pasado, no respetará su esencia, sino solamente a nivel de táctica. La esencia es la realización del derecho de retorno de los refugiados, o, en otras palabras, el final del estado judío, y la cuestión de Jerusalém, cuya división no es, ni ética, ni posible en la práctica, como cualquier persona inteligente comprende.

Yasser Arafat una vez comparó los acuerdos firmados con nosotros al tratado Hudaybiya entre Mahoma y los miembros de la tribu Quraishi, que posteriormente fue revocado por el propio Mahoma. "Hudaybiya" se ha grabado como un aguafuerte en la conciencia islámica como un modelo táctico legítimo.

En un momento de debilidad, hasta Shimon Peres confesó una vez que los palestinos tratan los acuerdos con los israelíes como mera "ornamentación". Los usan y los tiran. La única razón de que Fatah persiga ahora a los miembros de Hamas en Judea y Samaria es la amenaza que suponen para un estado de Fatah en la zona. Y eso no significa la manifestación de una nueva conciencia, surgida de repente, sino que el terror es inaceptable y debe ser excluido.

Incluso el resultado - el éxito temporal de Abu Mazen recluyendo a Hamas a una esquina de Judea y Samaria - no debe ser adjudicado a su propia capacidad, sino al hecho de que los servicios de seguridad del Shin Bet y el IDF se encuentran presentes en cada esquina. Abu Mazen es una ficción. Y Ramallah, donde Hamas consiguió una victoria aplastante en las últimas elecciones, es la capital de aquella ficción.
Sin el control militar israelí del territorio, no sólo los ataques de terror no serían prevenidos y evitados, sino que Hamas también repetiría nuevamente allí una parte sustancial de su éxito en Gaza.

Desde el proceso de Oslo, los gobiernos israelíes han estado cautivos del concepto de que los otros harían el trabajo por ellos, de que "los moderados" lucharían contra los extremistas con las armas que les entregabamos. Una y otra vez se han enviciado con esta ilusión agridulce.

Pero Abu Mazen, como Arafat, no luchará contra sus hermanos. Al final del día preferirá a su hermano antes que a su enemigo. Temporalmente él puede presentar una fachada diferente para sobrevivir, pero esta terminará mucho más rápido de lo que la gente piensa.

El terrorista Marwan Barghouti, que cometió asesinatos llevando puesto un uniforme de Fatah, no nos salvará. Después de todo, sólo hace unos meses redactó documentos de compromiso con Hamas desde la prisión.

Abu Mazen, se quejó Ehud Olmert recientemente, le ha engañado tres veces. En la cumbre de Sharm el-Sheikh de esta semana, Olmert permitió que lo hiciera por cuarta vez, pero principalmente fue Olmert quién se engañó a sí mismo.

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Un estado "tabloide" - Ari Shavit - Haaretz

El 12 de julio de 2006, cuando el gobierno decidió ir a la guerra, su objetivo declarado era recuperar a los dos soldados secuestrados. Los tabloides (periódicos populares) israelíes apoyaron aquella guerra porque apoyaban el principio de no ceder ante el terror. Creyeron que era correcto enredarse en esa guerra, porque de ninguna manera se puede negociar con una organización terrorista y aceptar sus demandas. Los tabloides creyeron que someterse a la extorsión ponía en peligro a Israel, hasta el punto de que estaba justificado el sacrificio de docenas o quizás cientos de soldados y civiles israelíes.

El 26 de junio de 2007, esos mismos tabloides tocaron una melodía diferente. Después de escuchar 72 segundos de una cinta, abogaron por negociar con la organización terrorista y aceptar sus demandas. A causa de una inteligente manipulación emocional por parte del enemigo, volvieron a utilizar sus primeras páginas pero esta vez para apoyar una rendición incondicional frente al terrorismo.

Para ser justos hay que decir que los tabloides también publicaron otras opiniones que sugerían un acercamiento más cauteloso y equilibrado. Pero el clima que crearon invirtió la posición que adoptaron hace sólo un año, cuando apoyaron los tambores de guerra en el conflicto del Líbano.

Estas primeras páginas irresponsables e imprudentes de los tabloides deben ser contempladas dentro de un contexto. Uno de ellos está inmerso en una crisis profunda y el otro está bajo presión, y ambos se preparan con nerviosismo ante el lanzamiento de un nuevo, rico y patriótico diario, que está a punto de cambiar el paisaje de los medios en Israel.

Esta amenaza causa un giro hacia un periodismo emocional, y les conduce, incluso a los que utilizan estándares responsables y profesionales, hacia posturas populistas, con titulares agresivos y una transitoria manipulación emocional.

El problema expuesto esta semana no es solamente el de estos medios. Un año después del rapto de Shalit y de la Segunda Guerra del Líbano, Israel se vuelve hacía sus enemigos nervioso y expuesto. Se parece a un estado sin ningún componente emocional, militar, y sin capacidad, ni inteligencia, para tratar con los secuestradores de los soldados. Es un estado sin una estrategia definida o consecuente para encarar a los fanáticos que lo atacan.

Un año después del trauma del verano 2006, Israel aun no posee ninguna política consistente, y permanece sin principios y sin espina dorsal. No determina la realidad de su existencia, sino que fluctúa entre las fuertes corrientes que le afectan.

Hay que admitirlo: el año transcurrido tras la guerra del Líbano fue un año fracasado. Y este fracaso no es menos severo que el de la guerra en sí mismo. Israel no recobró su juicio, no lanzó la iniciativa de paz requerida, no renovó su poder militar correctamente. Tampoco colocó un mando digno al timón, ni examinó todos sus sistemas, ni realizó reformas vitales en su gobierno, en su educación y en su moral nacional.

En vez de obrar como una república soberana civilizada, Israel actuó como un estado “tabloide”. Avanzó de un titular a otro, tambaleándose entre uno y otro, transmitiendo su carencia de seriedad a sus enemigos y difundiendo irresponsabilidad a sus ciudadanos. Israel, durante este año, fue un país sin principios ni memoria. Un estado frívolo de tonos chillones y de manipulaciones pasajeras.

El futuro de Israel en esta región depende de su resolución. La pérdida de resolución es iguala a la pérdida de la vida. Un país que va a la guerra un verano por principios y luego los abandona el verano siguiente es un estado sin resolución. Si sigue actuando como un estado “tabloide”, de forma inconsecuente e irresponsable, un año más, veremos muchas primeras páginas populistas teñidas de rojo y ensangrentadas.

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Contemplación visual de la trascendencia - Iztu Rimmer


Conversations with God


Conversations with God


Conversations with God


Knight of Shepherds


Twillight

"Itzu Rimmer es un artista israelí. Esta declaración se refiere a su nacionalidad, a su lugar de residencia, y a su fondo cultural, pero también expresa una característica esencial de su trabajo. Sus pinturas reflejan la complejidad y las tensas relaciones prominentes en la diaria existencia israelí.

Los conflictos abstractos entre Oriente y Occidente, entre lo religioso y lo secular, entre las tradiciones del pasado y el futuro, entre las diferentes identidades culturales y étnicas, entre lo materialista y lo espiritual, todos ellos pavimentan con hormigón las confrontaciones diarias en el Israel actual. Sin embargo, la importancia de su arte no se limita a Israel. La observación personal y la perspectiva local pueden proporcionar nuevas perspectivas sobre algunos dilemas y las tensas relaciones comunes a la gente de todo el mundo. Esta es la base para el valor universal del trabajo de Rimmer, a pesar de sus claras y explícitas referencias locales.

Itzu Rimmer es un israelí no religioso, aún él sea un pintor religioso. Trata el misticismo y las experiencias religiosas desde un punto de vista secular. Su trabajo es una tentativa muy personal de aceptar los sentimientos religiosos básicos. Considera la experiencia mística en su forma mas pura, sin la intervención de las instituciones religiosas y exenta de cualquier regulación. Estas pinturas sostienen un lugar único, sobre todo ahora cuando parece que los motivos religiosos se han hecho obsoletos en el arte, y en particular en Israel, donde la relación de la mayoría secular con las cuestiones religiosas es muy compleja.

En su obra la base conceptual es todavía prominente. Sus pinturas combinan la expresión emocional con el examen contemplativo de un fenómeno. Expresan sentimientos que provienen de la confrontación intelectual con las preguntas fundamentales, y no se abstienen de transacciones con las ideas y los pensamientos. El trabajo de Rimmer se caracteriza por su compromiso con la simplicidad. Representa los detalles y las formas frugalmente. Sobre todo es prominente el uso del espacio vacío y del lienzo desnudo. La decisión del artista de no tocar el lienzo es a menudo más importante que la pintura en él, y expresa un fuerte compromiso con una idea.

Itzu Rimmer está fuertemente relacionado con el desierto y esta fascinado por su estética y misterio. Sus colores dominan todas sus pinturas. Las amplias extensiones del desierto son el marco donde se imaginan los acontecimientos. Las figuras en sus pinturas también pertenecen al desierto.

Itzu Rimmer es un pintor de la simplicidad que expresa ideas profundas. Esta combinación dota a sus obras de la capacidad de tocar al espectador. Su trabajo combina motivos y direcciones, que rara vez se encuentran en el arte actual. Su paso entre mundos y marcos ideológicos diferentes, subraya la síntesis única de tendencias contrapuestas que dota a su arte de su importancia y de su profundidad."


Extraído de "Mabat", art gallery.

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Paisajes de Israel - Itzu Rimmer


Paisaje


Ze'elim


Lachish


Kornit


Paisaje


Luzit


Noga


Palmahim


Paisaje


Paisaje


Paisaje


Paisaje


Paisaje


Gevaram


Surcos


Chitim


Bat Hadar


Ashkelon


Una casa en el paisaje


Aldea de Galilea


Beit Grovin


Sdeh David

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Godseekers (buscadores de Dios) - Reuven Rubin (Galatz, Rumania 1893 - Tel Aviv 1974)

Isidor Kaufmann (Arad, Rumania, 1853 - Viena, 1921)


Joven Rabbi


Discutiendo el Talmud


Retrato de niño


Joven con palma (Sucoth)


Joven mujer en la sinagoga


Novia judía


Rosh Hashanah


Yom Kippur

Retrato de rabbí con con su joven púpilo


Joven hasídico


Retrato de hombre hasídico


Rabbi, estudios hasídicos.


Retrato del rabbi de Nadvorno


Rabbi con chal de oración


Isidor Kaufmann (1853-1921) es el pintor de género judío más importante. Nacido en Hungría (actualmente Rumania), y educado en Budapest y Viena, viajó por toda la Europa del Este en busca de material por ciudades y pueblos judíos, realizando múltiples bosquejos. Sus cuadros de los Shtetl se caracterizaron por una atención exhaustiva por el detalle y por un sentido agudo de la autenticidad psicológica de sus modelos. Su técnica es tan precisa como visible su pincelada. Además de la brillantez de sus colores, destaca sobre todo por la exactitud objetiva de sus dibujos, la interacción entre todos los elementos ilustrados en el cuadro y el resplandor de sus imágenes, inspirando un sentimiento de claridad.

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Thursday, June 28, 2007

Nadie a quién devolver los territorios - Aluf Benn - Haaretz

Los dadores de lecciones y los escritores de artículos conmemorando los 40 años de ocupación israelí de los territorios pueden guardarse sus eslogan y sus sesudas expresiones de uso continuado - las necesitarán en los próximos años.

Hay un creciente consenso en Israel de que una retirada de Cisjordania ya no es posible. Puede ser posible esconder a los palestinos detrás de una cerca de separación, pero es imposible renunciar a su control.

Cada uno comparte esta conclusión, en todos los campos y a través de todo el espectro político. Sólo los motivos se diferencian. La derecha ideológicamente motivada considera los establecimientos un decreto religioso. Benjamin Netanyahu habla "del baluarte defensivo" de las montañas de Judea y Samaria. Ehud Olmert, quién prometió retirarse de Cisjordania y evacuar la mayor parte de los establecimientos, volvió la espalda a esta idea después de la Segunda Guerra del Líbano y de los ataques con cohetes Qassam desde la Franja de Gaza. Incluso el mismo Meretz, el caso es que ya nadie habla de un arreglo permanente, solamente de un acuerdo teórico que concederá legitimidad internacional a Israel, y un reconocimiento que Mahmoud Abbas no sería capaz de proporcionar.

Lo que es compartido por estas opiniones, a izquierda y a derecha, es una perpetuación de la situación existente de docenas de establecimientos, cientos de controles policiales y miles de soldados desplegados sobre la cerca.

Se tenía la costumbre de decir que "no hay nadie a quién dirigirse" del otro lado. Ahora se dice que no hay nadie a quien podamos devolver los territorios. Nadie lo dijo mejor que el presidente electo, el laureado Premio Nobel de la Paz, Shimon Peres: "Desconocemos cuando nos retiraremos completamente de los territorios", escribió Peres en el Yedioth Aharonoth el fin de semana pasado. "Incluso si estamos listos para irnos, no tenemos a nadie a quién devolver los territorios en esta etapa, y ello a causa de la incapacidad palestina a la hora de establecer un único ejército y un único estado que afirme su control de los territorios. Mientras tanto, Israel es incapaz de ignorar su responsabilidad en los territorios, tanto sí se trata de una responsabilidad por elección o por carencia de opciones".

Es difícil de creer que hace sólo un año Peres formará parte de un gobierno comprometido con la retirada, y que la evacuación de los pobladores de la Cisjordania estaba en el corazón del debate político. En el discurso público actual, cualquier especulación sobre una retirada de los territorios es percibida como una ilusión peligrosa.

La razón es obvia: Israel se ha acostumbrado a una vida, incluso de mala gana, en la que es presa diaria de los cohetes Qassam sobre Sderot. También ha pasado por cinco semanas de ataques de cohetes y de mísiles en el norte. Pero esto no quiere decir resignarse a los Qassam sobre Tel-Aviv, Jerusalén, y el aeropuerto internacional Ben-Gurion.

La mayor parte de los israelíes asumen, en vista de la experiencia del Líbano y de la Franja de Gaza, que cualquier territorio que sea evacuado se convertirá en un trampolín de lanzamiento de cohetes y misiles contra Israel. No es sorprendente por tanto que el ejército y el Shin Bet estén opuestos al levantamiento de un simple control policial en la Cisjordania, por miedo a dichos ataques. Y que la dirección política presta atención a sus consejos.

En esta atmósfera, está claro que cualquier conversación sobre "una solución de dos estados", y las declaraciones del primer ministro en la cumbre de Sharm El-Sheikh sobre "nuevas oportunidades" y sobre “una aceleración del proceso hacia un estado palestino" son falsas. Es palabrería diplomática, disociada de la realidad y de las verdaderas expectativas, destinada a apaciguar a los americanos y a los europeos y desviar la presión ejercida sobre Israel.

La comunidad internacional participa en el espectáculo, y gradualmente pierde interés por el conflicto. El discurso del Presidente George W. Bush, destinado a conmemorar los cinco años desde que presentó su "visión" y para ofrecer nuevas ideas para un arreglo israelo-palestino, sugiere que él no tiene nada que decir. Cuando disimula esta tendencia, la administración Bush juega con falsos encantos: como "el acuerdo del estante", propuesto por Condoleezza Rice, o la nueva misión de Tony Blair como representante del Cuarteto "para construir las instituciones palestinas. ¿"Recuerda alguien a James Wolfensohn, su precursor en aquella labor"?

Desde el punto de vista de Israel, congelar la situación en los territorios es la opción implícita, liberando al gobierno de disputas internas. Pero esto tiene un coste - el crecimiento de las llamadas a un boicot académico y económico de Israel, la perpetuación del conflicto con los árabes, y una diferencia creciente entre las declaraciones y las acciones. Si el gobierno considera el control de los palestinos tan inevitable como necesario, y no como una situación temporal, debe prepararse en consecuencia: con unas relaciones públicas correctas en el extranjero, construyendo unas fuerzas de seguridad específicas para la tarea, y con un tratamiento justo de los residentes en Cisjordania. El acercamiento actual - donde hay una sorpresa con cada desarrollo, en el que las medidas anunciadas para mejorar las vidas de los palestinos son retiradas un día más tarde, y sobre todo, donde creemos que el tiempo juega a nuestro favor - no es señal de buen augurio.

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La crisis del pueblo judío británico - Isi Leibler - JPost

La llamada a un boicot contra los académicos israelíes por parte de la Unión de Colegios y Universidades británicas (UCU) refleja la profundidad a que la ha llegado la viciada hostilidad contra Israel y como esta se inculcado en la sociedad británica.

Es una abominación por parte de unos "enseñantes", supuestamente liberales o progresistas, pretender sancionar con una cobarde resolución de boicot a los académicos del único estado democrático del Oriente Medio. Es sobre todo extraño porque las universidades israelíes son pluralistas sin limitaciones en la admisión de estudiantes árabes israelíes. En contraste absoluto, muchas de las "universidades" palestinas promueven el culto a la muerte, los mártires suicidas y la destrucción del estado judío.

Puede ser políticamente incorrecto describir tal boicot como "antisemita" más bien que como "anti Israel". Pero seguramente ha llegado el momento de llamar a las cosas por su nombre.

Ignorar el desmentido brutal de los derechos humanos por parte de los estados islámicos no refleja simplemente practicar unos deformados "dobles estándares". Y aún teniendo en cuenta la alta proporción de judíos renegados entre los defensores del boicot (y hasta de ex-israelíes), este debe ser juzgado como un acto antisemita.

La atmósfera nociva que irradia veneno contra Israel es ahora tan intensa que parece nostálgica de lo que debieron soportar los judíos europeos en los años 30, cuando fueron transformados en parias. Mientras que las primeras iniciativas nazis de boicot anti judío se dirigieron contra las empresas judías, hoy estas actividades se dirigen contra el sustituto del pueblo judío, el estado judío. Por supuesto, los judíos en Inglaterra no están a punto de ser enviados a campos de concentración. Pero hay indudablemente otras semejanzas siniestras.

Es significativo que en los años 30, fueran los liberales y la izquierda quienes defendieran a los judíos de los nazis. Por contra, actualmente, son ellos quienes conducen el ataque contra Israel y se alinean con las fuerzas más oscuras del Islam fundamentalista (quién por su parte proclama orgullosamente su intención de realizar el objetivo nazi de aniquilar a los judíos y a sus instituciones).

La pesadilla se incrementa cuando incluso muchos de los que sí reconocen el grado de la amenaza islámica sobre la sociedad abierta británica culpan de esos excesos islámicos a Israel. En su deformada visión mundial, si Israel no hubiera sido creado, los musulmanes no habrían sido humillados y la rabia contra Occidente no sería el resultado. El grado de deformación absurda de la realidad se refleja en los sondeos que demuestran que al británico medio se le ha lavado el cerebro, al creer este que Israel representa la mayor amenaza para la paz mundial, incluso más que Irán.

Mucha de la responsabilidad de este clima negativo descansa en los sucesivos gobiernos israelíes que abandonaron la lucha cuerpo a cuerpo en la guerra de las ideas o dejaron de asesorar a las comunidades judías de la Diáspora. Los arrebatos cínicos de políticos fracasados como Avrum Burg, quién demoniza a su propio país, y la utilización de las universidades israelíes como impulsoras de la actividad anti israelí a través de los académicos postsionistas también han contribuido a la deslegitimación del estado judío.

Sin embargo, todo esto no invalida la obligación del pueblo anglo judío de defenderse.

En ocasiones anteriores ya expresé mi preocupación por la pasividad de aquellos líderes anglo judíos que, como un acto de fe, confían excesivamente en la diplomacia silenciosa y mantienen un perfil bajo a la hora de manifestar su preocupación para no alborotar más el barco. La impotencia de su proclamada política "del cuchicheo", preferida a la del "grito", en respuesta a los actos antisemitas y la deslegitimación de Israel, esta ejemplificada por los dolorosos debates recientes de sí hay que celebrar actividades públicas para conmemorar el 40 aniversario de la Guerra de Seis Días, no sea que esto provoque al enemigo, y en la preferencia de estas autoridades en realizar reuniones de protesta en áreas cerradas. Tales actitudes han promovido con frecuencia la identificación de los líderes anglo judíos con "israelitas temblorosos.". En todo caso, su comportamiento contrasta crudamente con los líderes judíos franceses que mostraron coraje y determinación ante el antisemitismo.

El corazón del problema es que muchos líderes judíos británicos privilegian el desmentido y la minimización a la hora de afrontar la realidad de las oleadas de antisemitismo - disfrazado como antisionismo - que les azotan. Esto se reflejó en el banquete presidencial anual de las autoridades judías británicos. En un momento de crisis profunda en Israel, y con un grado ascendente del antisemitismo en Inglaterra, fui informado por fuentes fidedignas que la dirección marcada por el presidente, Henry Grunwald, era centrarse en la obligación de protestar por la infracción de los derechos humanos en Darfur.

Por supuesto, lo que pasa en Darfur es un ultraje a la humanidad al que deben ser sensibles los judíos. Pero que un líder judío se refiera en tal ocasión casi exclusivamente a Darfur, sin hacer caso prácticamente de los fuegos que rodean al mundo judío y de las amenazas existenciales que afronta Israel, dice mucho.

Como consecuencia de la reprensible resolución de boicot, las autoridades judías británicas han sido expuestas en toda su desnudez. No hay por supuesto ninguna garantía de que una acción contraria, mucho más resistente, hubiera cortado el paso a dicha resolución. Pero nunca lo sabremos, ya que los líderes anglo judíos confiaron principalmente en unos canales discretos para combatirla, y fueron sorprendidos cuando aun así fue adoptada. Ahora ellos han lanzado una campaña para invertir esa decisión.

Después de una resolución tan abominable, seguramente se esperaría que cada líder judío, que cada rabino, y que cada activista, se levantará y expresará su cólera y repugnancia contra un ultraje tan inmoral. En cambio, oímos expresiones de pesar, y se piensa en respuestas académicas. De lo que se carece es de torrentes de indignación moral por el hecho de que una resolución tan malvada y parcial pudiera haber sido incubada por los "enseñantes" del lugar en donde nació la democracia.

Por supuesto hay voces de protesta. Melanie Phillips, periodista valerosa y autora del aclamado "Londonistan" tiene un papel destacado. Ronnie Fraser ha estado conduciendo una campaña ascendente de resistencia de parte de los Académicos Amigos de Israel. Andrew Balcombe, presidente de la Federación Sionista británica, en una entrevista con la BBC, acusó el Reino Unido de ser el país más antisemita de Europa. Muchos judíos británicos medios quieren encarar a los antisemitas, pero están siendo desalentados por unos "líderes" que insisten en que las actividades de protesta estridentes son contraproducentes. Quizás ha llegado el momento para los judíos británicos de evitar a sus tímidos representantes e iniciar una acción independiente.

Las mayores consecuencias negativas de la pasividad de los judíos británicos no son que el antisemitismo crecerá - lo que ocurrirá indudablemente. Es el impacto que tal cobarde comportamiento tendrá en las futuras generaciones de judíos británicos.

¿Qué puede esperarse en el futuro de unos jóvenes que hoy ven a sus padres y a sus líderes dejar de encarar a aquellos que demonizan a Israel y al pueblo judío? Si el liderazgo oficial del pueblo anglo judío no cambia su actitud, el malestar actual sólo representará la punta del iceberg.

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Wednesday, June 27, 2007

Amos Oz, premio Príncipe de Asturias de las Letras 2007.

Israel y los refugiados palestinos - Amos Oz

Cada vez que los israelíes escuchamos las palabras "el problema de los refugiados de 1948", la inquietud y el rechazo nos producen un nudo en el estómago. Para nosotros, el "problema de los refugiados" se ha convertido en sinónimo de "derecho al retorno", y conceder a los palestinos el derecho a volver a sus hogares originarios significa el fin de Israel.

Quizá haya llegado el momento de poner en orden nuestros pensamientos, con el fin de distinguir entre el problema de los refugiados y lo que se denomina derecho al retorno. Porque el primer asunto puede y debe resolverse, pero no mediante el regreso de los refugiados a un territorio del Estado de Israel con fronteras fijadas por un tratado de paz. Hay que rechazar la exigencia de que los refugiados vuelvan al territorio israelí porque, si así ocurriera, habría dos Estados palestinos y ningún Estado para el pueblo judío. Sin embargo, el problema de los refugiados de 1948 precisa de un remedio. Además, resolverlo es de interés vital para Israel, porque mientras no se haga -mientras cientos de miles de refugiados palestinos se pudran en los campos en condiciones inhumanas- no tendremos paz.

¿Quién es el culpable de la catástrofe de los refugiados palestinos? Según Israel, la culpa es de los líderes palestinos, que iniciaron la guerra con él en 1948, y de los propios refugiados, que abandonaron sus hogares presos del pánico. Según los árabes, Israel es culpable de haber expulsado de sus casas, con crueldad y por la fuerza, a los palestinos. Unos y otros tienen parte de razón: la contienda de 1948 fue una guerra total, de pueblo contra pueblo, barrio contra barrio, casa contra casa. En esas guerras, las poblaciones son arrancadas de sus hogares. En esa fecha, en torno a 12 localidades judías, entre ellas el barrio hebreo de la ciudad vieja de Jerusalén, fueron conquistadas por los árabes. Todas las poblaciones judías de esos lugares fueron o bien asesinadas o bien expulsadas a la fuerza. Por su parte, cientos de localidades árabes, habitadas por cientos de miles de civiles, fueron privadas de su población en 1948. Algunos de esos civiles árabes huyeron y otros fueron expulsados por el Ejército israelí.

Ha llegado el momento de reconocer abiertamente nuestra participación en la catástrofe de los refugiados palestinos. No somos los únicos responsables ni los únicos culpables, pero no tenemos las manos limpias. El Estado de Israel es lo suficientemente maduro y fuerte como para admitir su parte de culpa y para llegar a la necesaria conclusión: es necesario que participemos del esfuerzo por reasentar a los refugiados, en el marco de los acuerdos de paz, y fuera de las futuras fronteras israelíes que éstos fijen.

Puede que el hecho de que Israel admita su parte de culpa en la catástrofe de los refugiados palestinos, y que exprese su voluntad de soportar parcialmente el peso de una solución, haga que el lado palestino sienta un positivo estremecimiento. Sería una especie de gran paso emocional que facilitaría mucho el diálogo futuro. Porque la catástrofe de los refugiados de 1948 es la herida más sangrienta que sufre en sus carnes la nación palestina.

En la parte israelí existe la tendencia constante a posponer, tanto como sea posible, la solución de los "problemas clave" del conflicto: refugiados, Jerusalén, fronteras, asentamientos. Puede que esta postergación fuera la ruina de los acuerdos de Oslo y, sin duda, no es buena para las negociaciones, tal como ahora se encuentran: la tendencia de Israel a evadir cualquier conversación sobre los problemas principales hace que la parte árabe sospeche con razón que lo que el Estado judío quiere es tranquilidad, pero que no está dispuesto a llegar a una solución global.

Quizá valiera la pena que los líderes israelíes comenzaran a discutir el problema de los refugiados y que se ofrecieran a participar en su resolución, es decir, en el traslado de todos ellos desde los campos en los que en la actualidad se pudren, y en la concesión de trabajo y de nacionalidad a los que deseen tenerla, dentro de los límites del futuro Estado palestino. Evidentemente, para resolver el problema de forma global, Israel tendrá que reconocer su culpa parcial en la Nakba palestina y la responsabilidad que conlleva esa culpa. Para alcanzar dicha solución también será preciso tratar el caso de los cientos de miles de judíos que fueron arrancados de sus hogares en los países árabes, con todo lo que ello implica.

Israel, tanto por razones morales como por su propia seguridad, debe buscar una solución para el problema de los refugiados de 1948. La solución tendrá un precio que habrán de asumir el mundo occidental, Israel y los acaudalados países árabes. La violencia disminuirá y la desesperación que da lugar al fanatismo comenzará a desvanecerse cuando esos campos de sufrimiento y degeneración escuchen que su vida en una montaña de basura está llegando a su fin. En cuanto a Israel, aunque firmemos acuerdos de paz con todos nuestros enemigos, nunca tendremos paz a no ser que pongamos remedio a las penalidades de los refugiados.

El País

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A palabras necias ... - Amos Oz pone en su sitio a los de siempre



P. Muchos de los hombres y mujeres que terminaron su viaje en Israel se han sentido frustrados.

R. Mi familia no tuvo adónde ir en los años treinta porque cada puerta del mundo se les cerraba en sus narices. La mayoría de mis familiares están muertos, o quemados, en Europa, eso significa que Israel, en términos relativos, era un paraíso. Paraíso e infierno, depende del lugar del que se procede. En 100 años de guerra con los árabes el número de judíos muertos es de 22.000. En un día en el pueblo de mi madre, en Ucrania, los alemanes mataron a 25.000 judíos. Eso no quiere decir que yo acepte la situación actual. Durante los últimos 30 años he luchado a favor de la paz y la comprensión, pero nunca voy a decir que Israel haya sido un error.

EL País

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Sunday, June 24, 2007

Paisajes - Nicolas de Staël


Agrigento


Agrigento


Agrigento


Agrigento


Paisaje mediterráneo


Paisaje


Paisaje


Paisaje


Paisaje de Sicilia

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