Sunday, November 30, 2008

¿Inocente? desliz en la TV Suiza de Romandía


En la banda roja y en la cabecera de la página web:
Terroristas indios y fanáticos israelíes



En la revista de prensa: Terroristas indios y fanáticos israelíes


La oportuna y aséptica correción: Terrorismo en la India
¿Por parte de quién?

Sí, ya lo se, se trata de los duendes electrónicos. Pero, ¿cómo es posible que estos duendes tengan cierta predisposición a la hora de equivocarse a costa de los mismos?

Además, observen como se habla de terroristas indios, con la confusión que podría derivarse del carácter mayoritariamente hindú de la India, y cuando la confesión religiosa de dichos terroristas ya era bastante notoria en la casi totalidad de las informaciones.

Finalmente, esa bonita alusión ecuménica a los judíos religiosos de Chabad como fanáticos israelíes y sin venir a cuento.


¿Se habrá apuntado la Romandía suiza a la Alianza de Civilizaciones?

Fuente: UPJF

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Saturday, November 29, 2008

The Lost - Matt Mendelsohn


Los hundidos


Antepasados


Los nuevos usos del viejo cementerio judío de Bolechow


La vieja sinagoga de Bolechow


La sinagoga judía de L'viv (Lvov)


La sinagoga judía de L'viv (Lvov)


La familia Jäger en 1930s

Matt Mendelsohn es hermano de Daniel Mendelsohn, y con él participó en la recuperación de la memoria de los familiares ausentes, la familia de Shimel Jäger. Junto al libro de su hermano, el testimonio gráfico de un mundo ya desaparecido.

Página web de Matt Mendelsohn

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Los hundidos de Daniel Mendelsohn - Juan Antonio González Fuentes



Existen muchas clases y tipos de libros. Hay libros prescindibles, magníficos, obras maestras…, libros olvidables, olvidados, de interés momentáneo o coyuntural, libros intemporales, recomendables, secretos, vendibles, invendibles, arriesgados, cómodos, sofisticados, amenos, aburridos, etc, etc… Y hay libros cuyo lectura y conocimiento debería ser obligatoria para todo ser humano, es más, considero desde la exageración literaria que debería examinarse a todo el mundo del contenido y sensaciones producidas por dichos libros en su mente y en su espíritu, si es que hablamos de algo distinto.

Libros así no son muy abundantes, y quizá es muy posible incluso que tal hecho sea a largo plazo beneficioso para nuestra salud humana, al no exponerla a resentirse con gravedad de un exceso de emociones e ideas complejas.

El último de los libros de lectura obligada con los que me he topado es el que aquí quiero reseñar. ¿Su título? Los hundidos. ¿Su autor? Ninguno de renombre, el norteamericano Daniel Mendelsohn. ¿Su género? Difícil de encasillar: tiene algo de ensayo, unas gotas de autobiografía, otras de novela negra, otras de historia, otras de libro de viajes, unas cuantas más de saga familiar, unos gramos de narrativa de terror, una pizca de memorias, una porción de memorias…, todo mezclado a mano y servido después de pasar por el horno de la maestría, la pasión y la sinceridad histórica y literaria, si es que esta última frase significa algo concreto y coherente, que lo dudo. ¿La editorial en español? La barcelonesa Destino (2007).

Quien hasta aquí haya llegado en la lectura de esta página puede hacer el siguiente resumen o comentario: el reseñista González Fuentes recomienda la lectura del libro Los hundidos de Daniel Mendelsohn como obligatoria, y habrá que entender en consecuencia que el libro es muy bueno, aunque aún no sabemos por qué. Pero el reseñista González Fuentes, acto seguido, no sabe decirnos ni siquiera a qué género pertenece el libro, y nos deja así desnudos y sumergidos en una piscina sucia de confusión. Bien, intentaré ahora sacar de la piscina a los lectores, y lo haré contando que cuenta el libro, valga la redundancia. No, no desvelaré nada sustancial, entre otras cosas porque el interés de la historia que se nos cuenta no reside en su desenlace, que sabemos de antemano desde casi las primeras páginas, sino en los detectivescos e intrincados meandros por los que discurren las aguas de la narración.

Daniel Mendelsohn, el autor, judío neoyorkino del año 1960, estudió Filología Clásica en las universidades de Virginia y Princeton. Después de doctorarse comenzó su carrera profesional en la docencia y el periodismo, escribiendo y publicando artículos, ensayos, críticas y traducciones en prestigiosas revistas y publicaciones norteamericanas. Dicha labor le granjeó algunos premios prestigiosos en su país, como el Nacional Book Critics Circle Award. En 1999 publicó su primer libro, The Elusive Embrace, que fue considerado el mejor del año por Los Angeles Time.

Pues bien, desde niño, este judío nada ortodoxo y más bien ajeno a casi todo lo relacionado con la religión de sus ascedientes próximos y lejanos, notaba que la gente mayor de su entorno familiar se apenaba en cuanto él entraba en una habitación por ellos ocupada y les oía balbucir en voz no muy alta, “¡cómo se parece al pobre Shmiel!”. Naturalmente intrigado y confuso por tales reacciones, cuando fue haciéndose mayor y un poco más consciente, empezó a preguntar por el tal Shimel al que tanto se parecía, encontrado a su alrededor silencio, dolor, medias palabras, resignación, rabia, confusión, recuerdos, vaguedades, y muy poca información concluyente al respecto.

Fue su abuelo materno quien acabó transmitiéndole poco a poco, mediante pequeñas dosis, toda la información guardaba por la familia con respecto a su propio hermano, Shimel Jäger. La información referida estaba basada en documentos (cartas, principalmente), fotografías y los recuerdos de la memoria familiar expresados de forma verbal. En resumidas cuentas, la familia Jäger provenía de un lugar remoto enclavado en ese territorio casi mítico que un día formó parte del imperio austrohúngaro, ese imperio que desbarató por completo la I Guerra Mundial. Concretamente provenía de una pequeña ciudad o pueblo llamado Bolechow, muy cercano a la ciudad de Low o Lvov (hoy Ucrania), un lugar que a lo largo de las décadas del siglo XX fue Austrohungría, Polonia, Alemania, URSS y Ucrania sucesivamente.

La familia Jäger llevaba afincada en Bolechow desde aproximadamente unos doscientos años antes del nacimiento del abuelo de Daniel, y casi siempre relacionada con los negocios de transporte y carnicería. En un momento dado, tras la primera gran guerra del siglo XX, buena parte de los nuevos Jäger de Bolechow emigraron a los EE.UU, pero por pequeñas disputas de orden doméstico, de las que todos sabemos tanto y podríamos aportar experiencias personales, uno de los hermanos Jäger, Shimel, decidió regresar a Bolechow para rehacer su vida. Y no le fue nada mal durante un tiempo, retomando los viejos negocios familiares y convirtiéndose en uno de los hombres judíos importantes del lugar, un lugar en el que convivían en aparente armonía judíos, polacos y ucranianos. Shimel Jäger se casó y tuvo cuatro hijas que, como en los cuentos de hadas, eran muy hermosas. Fueron aquellos años intensos de trabajo y de bienestar para todos los miembros de la dividida geográficamente hablando familia Jäger, pues las relaciones entre los hermanos se restablecieron y fueron continuas a lo largo de los años posteriores

Pero como quizá muchos de ustedes ya hayan comprendido, un fatal acontecimiento arraigado en la más negra historia del siglo XX vino a trastocar la existencia entera de Europa, llegando hasta sus últimos rincones, incluyendo el pequeño Bolechow. Me refiero a la llegada al poder en Alemania de los nazis hitlerianos y el estallido de la II Guerra Mundial. Todos sabemos algo de la política antisemita de Hitler y sus gobiernos, un poder empeñado en borrar de la faz de la tierra a los judíos, y cuyas acciones en este sentido llevaron a la creación de los campos de concentración, las cámaras de gas, la deportación masiva, los fusilamientos, las torturas, el exilio…, en definitiva, al exterminio sistemático y sistematizado de aproximadamente seis millones de judíos europeos, en lo que sin duda ha sido el punto más bajo moral y ético al que ha llegado a caer hasta la fecha el género humano, su ejemplo supremo de barbarie colectiva y planificada.

La ola de terror llegó hasta Bolechow y se llevó por delante a todos los Jäger allí presentes, al tío abuelo Shimel, su mujer y sus cuatro hijas, es decir, a los seis Jäger que sucumbieron formando parte de los ya mencionados seis millones. En Bolechow, sin ir más lejos, en 1940 había unos seis mil judíos viviendo y trabajando, y en 1944, cuando llegaron al lugar las tropas soviéticas y marcharon los alemanes, sólo quedaban vivos 48, es decir, que en Bolechow el 99’2 % de los judíos fue masacrado.

Llegado a este punto de información sobre sus asesinados, lejanos y míticos parientes de Bolechow, Daniel Mendelsohn se propuso dedicar parte de su vida a conocer todos los datos posibles sobre sus familiares, es decir, no sólo cómo, cuándo y dónde murieron con la mayor exactitud posible, sino también cómo eran, cómo era su vida, a quiénes conocieron y trataron, cómo eran recordados por los supervivientes de haberlos…, es decir, Daniel Mendelsohn se propuso recabar toda la información humanamente posible sobre la vida y la muerte de sus parientes de la lejanísima Bolechow.

Una vez extraídos todos los conocimientos disponibles a través de los canales habituales y oficiales (páginas electrónicas, archivos institucionales…), Mendelsohn dio comienzo una aventura de raíz detectivesca a la búsqueda del mayor número posible de supervivientes de aquel horror que hubieran vivido en Bolechow cuando el drama asesino se desató. Las pesquisas le llevaron a distintos puntos de EE.UU, Australia, Israel, Suecia, Dinamarca…, y a mantener entrevistas con unos pocos hombres y mujeres de más de ochenta años, de los que fue obteniendo datos, recuerdos, informaciones de todo tipo y calidad… Mendelsohn inquirió con delicada firmeza a la memoria de los supervivientes con el objeto de obtener el mayor número posible de piezas de un puzzle terrorífico y sobrecogedor. Mendelsohn viajó también, claro, hasta el mismo centro de la geografía de particular historia de terror y alienación bárbara, hasta Bolechow. Mendelsohn recorrió las calles que vieron por última vez a sus parientes y a los miles de judíos del lugar, que antaño fueron el escenario de la cotidianeidad afanosa de una parte de su familia durante más de doscientos años, y que acabaron convirtiéndose en el paisaje final de su destrucción, de su aniquilamiento.

No voy a desentrañar el puzzle escalofriante, terrorífico, pero a la vez emocionantemente humano que Daniel Mendelsohn logra armar sumando las piezas y piezas obtenidas de mil y un formas y lugares, de unas cuantas memorias ancianas y torturas por los recuerdos, por un pasado que no dejó de ser presente angustioso y terrible durante todos y cada uno de los días de su vida. Sólo diré que la historia construida por Daniel Mendelsohn es admirable y aleccionadora desde cualquier punto de vista a la que la sometamos. Es un ejemplo perfecto de las posibilidades y el tratamiento efectivo que ofrecen los métodos de la historia oral; es una apasionante libro de viajes por varios continentes; es un libro de Historia de Europa de los últimos cien años ameno e instructivo a partes iguales; es una visita iluminadora a un mundo y a unas formas de vida ya desaparecidas y a los vestigios que dejaron en memorias muy concretas de su existencia; es una historia real y familiar cargada de sentimientos y emociones; es una historia de detectives a la vieja usanza, en la que abundan las pistas y sus seguimientos, las preguntas y las respuestas, los ocultamientos que hay que desvelar, los silencios que hay que saber romper, las malas conciencias que hay que comprender; es una autobiografía reflejada en la vida de los que forman parte y paisaje del entorno más inmediato; es el relato de una tragedia particular y familiar que sirve como símbolo y ejemplo de millones de tragedias sobre las que nada o muy poco se sabrá, desde un punto de vista estrictamente humano y sentimental, no histórico o sociológico.

En definitiva, estamos ante una obra cumbre de la historia oral universal, ante un libro que deberá ser citado sin excusa de ahora en adelante en todos los estudios y trabajos que aborden el tema del holocausto judío dentro del marco de la II Guerra Mundial y el nazismo. Pero además de todo esto, que no es desde luego poco, estamos ante unas páginas estremecedoramente conmovedoras, ante una gran historia en el sentido más amplio del término, ante una novela extraordinaria cuyo rasgo más extraordinario quizá ni siquiera sea que trata de acontecimientos reales, sino que quien la ha construido ha dejado en ella, en la historia que cuenta, muy probablemente lo mejor y más íntimo de su existencia.

Una obra maestra, unas páginas absoluta y decididamente imprescindibles desde todo punto de vista.

(Este artículo proviene de la página web Ojos de papel)

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¿Por qué los judíos de América no se sienten cercanos a los israelíes? - Anshel Pfeffer - Haaretz



Lo siento mucho. No pude asistir la semana pasada a la Asamblea General de las Comunidades Judías, la reunión anual de la Asamblea General de Federaciones y Comunidades judías de América del Norte. Pero tengo una excusa. Mi actuales funciones en Londres significaban que tenía que cubrir la visita a Gran Bretaña del Presidente Shimon Peres. No importa, este diario estuvo bien representada en dicha Asamblea General (GA) incluso sin mí. No lo bastante al parecer, según muchos de los delegados en la GA. Mi colega en el Jerusalem Post, Haviv Rettig, publicó el pasado viernes un reportaje reprobando cómo los dirigentes de los judíos de América estaban indignados por el hebreo que se utiliza en los medios de comunicación (incluida la edición en hebreo del Haaretz), ignorando aparentemente que su reunión estaba teniendo lugar en Jerusalém.

Según Rettig, y no tengo motivos para no creerle, los americanos estaban tan enojados que "fustigaron a los medios de comunicación israelíes y a la sociedad por no haberlo previsto y aprendido [de ellos]". Rettig recogió las opiniones de los periodistas de Israel que se ocupan en los principales periódicos de las noticias referentes al mundo judío, y también intentó contactar conmigo como escritor ocasional sobre la división entre Israel y la Diáspora, pero yo estaba demasiado ocupado reponiéndome del ritmo frenético de la visita de Peres como para responder.

Por lo tanto, permítaseme aprovechar esta oportunidad para desvincularme a mí mismo de la despectivas observaciones de los periodistas y que no tuve tiempo para responder. A diferencia de ellos, creo que los medios de comunicación de Israel debe cubrir ampliamente los asuntos del mundo judío en sus múltiples lugares y, desde luego, de la mayor comunidad judía en la tierra. (Me parece que los demógrafos que pretenden que hay más judíos en los Estados Unidos son más creíbles que los que los ubican en Israel, pero eso es material para otra columna.)

Pero también querría decir que no se trata solamente de la culpa de los medios de comunicación, sino simplemente un reflejo de una brecha existente aún mayor entre la sociedad israelí y los judíos del mundo. Y si ellos asumen una parte importante de la culpa, los israelíes no son los únicos que han ensanchado esa brecha. Como si respondiera a las acusaciones, y sólo dos días más tarde, el Yedioth Ahronoth, el diario más popular de Israel, llevaba a cabo una entrevista con uno de los grandes grandes de la comunidad americana, dedicando una completa doble página a la fulminaciones de Edgar Bronfman. Bronfman acaba de publicar un libro en el que explora la cuestión de la identidad judía en el siglo XXI y utilizó la entrevista para ir en contra del establishment religioso por su rechazo de quienes no son judíos halájicos y llamando a la inclusión de cualquier persona que se denomine a sí misma judía dentro de la tribu.

No estoy seguro de que Bronfman sea la mejor persona para llevar esta particular antorcha, pues no quiero pensar ahora mismo, ni preguntarme por qué, en sus 30 años como Presidente del Congreso Judío Mundial, no vio apropiado abordar esta cuestión. Simplemente, me centraré en su entrevista porque ilustra exactamente cual es el motivo por el cual los judíos americanos permanecen tan inseguros respecto a los israelíes.

Bronfman justifica su postura diciendo que "el judaísmo pertenece a cada judío. No es necesario pertenecer a ninguna corriente religiosa. No hay necesidad de una creencia en Dios o de ceremonias y oraciones". Todo muy convencional, pero aquí aprovechó para embestir: "Muchos israelíes que se describen a sí mismos como seculares o laicos están efectivamente separados de la tradición de su pueblo".

Irónicamente, la denuncia de Bronfman contra los israelíes laicos o seculares es idéntica a la realizada por los mismos rabinos que él ataca vehementemente en su entrevista; estos últimos también creen que los judíos seculares o laicos son unos ignorantes y que se han separado de la tradición.

Una opinión similar es expresada por algunos de los entrevistados en el reportaje del Jerusalem Post sobre la indiferencia hacia la Asamblea General (GA). ¿De qué se trata cuando los israelíes seculares o laicos israelíes parecen exasperar a los judíos americanos, muchos de ellos también no religiosos?

Creo realmente que el fondo se trata de envidia. Si bien los judíos en los Estados Unidos, y en otras comunidades, han estado lidiando durante décadas con la cuestión de cómo definir una identidad judía que no esté apegada solamente a la religión, los israelíes laicos, simplemente, no tienen ese problema. Por supuesto, muchos de ellos carecen de una gran cantidad de conocimientos sobre temas judíos y ciertamente no son muy conscientes del mundo judío que existe fuera de Israel. Sin embargo, no se sienten muy angustiados sobre dicho tema, porque para ellos en cada momento en Israel se vive en un medio ambiente judío que utiliza (lee, habla, piensa, vive) el hebreo.

Y eso es también por qué, como algunos de los entrevistados comentan a Rettig, cuando los israelíes laicos viajan a los Estados Unidos, no suelen estar muy interesados en conocer a la comunidad judía local. Ellos han vivido toda su vida entre judíos, una vez que salen de Israel están buscando algo diferente.

Israel, el proyecto sionista, fue fundado precisamente por esa razón, para servir como una alternativa secular judía a la vida en la Diáspora. Y si bien esta lejos de ser perfecta, para la mayoría de los israelíes todavía es una opción creíble. Ellos no están ciegos respecto a sus defectos, pero aún están satisfechos viviendo su vida judía en Israel.

Y al menos, a un nivel subconsciente, esta alegría resulta irritante para muchos de los judíos de los Estados Unidos y de otros lugares, especialmente aquellos que están luchando para encontrar una alternativa de vida judía propia que sea lo suficientemente atractiva para una joven generación judía desinteresada.

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Según ciertos investigadores, la religiosidad judía reduce el estrés - Ynet


La búsqueda de consuelo ©Yisrael Bardugo-Ynetnews

Una serie de estudios han puesto de manifiesto que las creencias y las prácticas religiosas tradicionales protegen contra la ansiedad y la depresión entre los judíos.

Encabezados por David H. Rosmarin y Kenneth Pargament, del departamento de psicología en la Bowling Green State University, estos estudios se encuentran entre los primeros en examinar el impacto de la religión judía sobre la salud psicológica.

"La mayoría de las investigaciones en este ámbito se ha llevado a cabo con cristianos" dice Rosmarin", pero ahora tenemos pruebas sólidas que sugieren que la religiosidad se correlaciona con los niveles más bajos de estrés dentro de la comunidad judía".

La investigación de Rosmarin y Pargament indica que la frecuencia de la oración, de la asistencia a la sinagoga, de los estudios religiosos, y de las creencias positivas acerca de Dios se asocian significativamente con una disminución de los niveles de ansiedad, y se asocia con niveles más altos de felicidad, incluso después de controlar variables como edad, sexo, y el uso de medicación psiquiátrica.

Según Rosmarin, "Hoy en día, hay mucho de qué preocuparse, y la práctica de la religión puede ayudar a la gente a mantener la ecuanimidad y la perspectiva". Los resultados de la investigación se pueden ver la web de Rosmarin www.jpsych.com.

La relación entre la psicología y la religión ha sido tradicionalmente precaria, pero las investigaciones realizadas en los últimos 30 años han indicado que la religión y la espiritualidad no son perjudiciales para la salud mental.

La Bowling Green State University es uno de los raros focos de investigación psicológica sobre la espiritualidad y la religión, siendo el hogar de dos profesores a tiempo completo y de cerca de 15 estudiantes de postgrado efectuando investigaciones sobre este dominio. "No todos los aspectos de la religión son tan útiles", dice Rosmarin. "Las luchas espirituales implican creencias negativas acerca de Dios, o los conflictos con el clero parecen ser predictivos de niveles más elevados de angustia".

Actualmente, Rosmarin y Pargament están llevando a cabo un estudio emplezado en la web para investigar si la espiritualidad y la religión pueden ser utilizados para ayudar a los judíos que sufren de preocupación y de estrés.

Pargament es un experimentado investigador en este ámbito, y en 2007 fue el autor del libro "Psicoterapia Espiritualmente Integrada" (Guilford Editores). "Con los mercados financieros en crisis, y con las preocupaciones en materia de seguridad en Israel y en todo el mundo, observamos una tremenda necesidad espiritual de tratamientos integrados para ayudar a los judíos a combatir el estrés y las preocupaciones", dice Rosmarin.

Esta investigación es parte de un organismo de investigación radicado en la web y basado en tratamientos que no implican a un psicoterapeuta real. Según Rosmarin, el sistema de terapia está testeando si puede habilitar a los clientes potenciales dándoles habilidades a fin de que puedan reducir su propio estrés. Actualmente, las personas judías que sufren de ansiedad pueden recibir tratamiento gratuito participando en el estudio, que se está llevando a cabo on-line en www.jpsych.com.

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Bajo la cúpula - Antonio Muñoz Molina - El País


Barcelo bajo la cúpula y con 6 millones de € más ©El País

Yo no sé si me gusta o no me gusta la célebre cúpula de Miquel Barceló. Carezco de ese agudo sentido estético, cercano a lo adivinatorio, que permite a tantos de mis contemporáneos juzgar una obra de arte en virtud de algunas fotos y del color político del gobierno que la ha encargado. Incluso me pregunto si entre las tareas de un gobierno, en los tiempos que corren, se cuenta la de elegir a discreción a un cierto pintor y no a otro, y gastarse en el encargo al menos ocho millones de euros, sin un debate público previo. Hablar de dinero es mezquino cuando se trata de un artista de esta categoría, y de esta cotización internacional, nos dicen. Nos lo dicen personas que sí hablarían de dinero si el gobierno que ha encargado la obra fuera el del partido al que ellas no votan. En España, la indignación moral es tan previsible como la emoción estética. Sabemos quién se va a rasgar las vestiduras porque medio millón de euros salgan de los fondos de ayuda al desarrollo con la misma certeza con la que sabemos quién va a emocionarse con la cúpula de Miquel Barceló. La cúpula en sí, o la ayuda al desarrollo, no le importa a nadie: si esa misma cúpula la hubiera encargado el gobierno del otro partido, los mismos que ahora se quedan embobados ante ella sin haberla visto más que en fotos la encontrarían cuando menos discutible, y las denuncias valerosas contra el despilfarro de un dinero que debería haberse empleado en alimentar a los pobres del mundo se multiplicarían en columnas justicieras.

Yo no sé si el trabajo de Barceló vale los seis millones de euros que según dicen ha cobrado por el encargo. Todo necio, ya sabemos, confunde valor y precio, y los precios del arte están tan sometidos a la especulación como la vivienda. En las subastas de este otoño en Nueva York, cuadros que el año pasado se habrían vendido por decenas de millones de dólares no han encontrado comprador o han caído a la mitad de su precio. Aquí no reparamos en gastos. Ni de dinero ni de palabras. Por lo pronto, y en el espacio de unos días, la cúpula de Barceló ya se ha convertido en la Capilla Sixtina del siglo XXI, y está a la altura de la capilla de Mark Rothko en Houston o de las cuevas de Altamira, según las fuentes. En mayo del año pasado, en Sotheby's de Nueva York, se pagaron obscenamente 72,8 millones de dólares por un cuadro de Rothko en cuyo título había ya una delicadeza prometedora de haiku: White Center (Yellow, Pink, and Lavender on Rose). Si un Rothko, con sus rosas y lavandas desleídos, costaba esa cantidad demencial hace año y medio, ¿quién va a quejarse del precio de un Barceló de más de mil metros cuadrados en el que se han empleado treinta y cinco mil kilos de pintura?

Siendo dinero público, y dinero público de un país de tan endeble presencia internacional como España, las comparaciones resultan algo menos estratosféricas. Ocho millones de euros es más de la mitad del presupuesto que tendrá el año que viene la Seacex, que es la agencia estatal dedicada a organizar exposiciones de arte español en el extranjero; ésa es la misma cantidad que dispondrán en 2009 para sus programas culturales la totalidad de los 72 centros del Instituto Cervantes; y no quiero pensar en las asignaciones literalmente miserables que manejan las embajadas y consulados españoles en las grandes capitales del mundo, y que para lo más que dan es para alquilar una pequeña sala de conciertos o para contribuir con unos cientos de dólares al programa de una exposición. Algunas veces se oye la opinión triunfalista de que la presencia cultural francesa en el mundo está en declive, porque el francés tiene mucho menos empuje que el español, como si el azar demográfico del número de hablantes de nuestro idioma tuviera algo que ver con la visibilidad internacional de España. Pero basta comparar, en cualquier capital de Europa o de América, el porte de los centros educativos y culturales franceses con el de los españoles para despertar a la realidad y hacerse una idea inmediata de la triste posición que ocupamos, acerca de la cual se aprende también algo si se compara el número de diplomáticos españoles con el que disponen no ya Francia o Alemania o el Reino Unido, sino países como Holanda o Dinamarca.

Por encima de sus triviales diferencias, tan entretenidas al parecer para los periodistas, la casta política española tiene un gusto común por el mangoneo clientelar y las exhibiciones suntuarias. Durante los años prósperos han despilfarrado la riqueza que hubiera debido invertirse en dar un fundamento sólido de instrucción pública, justicia social y dinamismo económico al país, pero ahora que vienen tiempos de quebranto, ellos siguen tirando el dinero en sus caprichos megalómanos y en sus redes corruptas de control e influencia como si la crisis no existiera y como si la ciudadanía no fuera a pedirles cuentas nunca. Pero la ciudadanía parece haberse contagiado de la intransigencia de unos y otros, o de los Hunos y los Otros, como decía el pobre Unamuno al final de su vida, y el espacio para la libertad de conciencia y para el soberano criterio personal se va volviendo cada vez más estrecho: si yo pongo en duda la conveniencia de gastar ocho millones de euros en una cúpula para que se hagan fotos debajo de ella un cierto número de autoridades, me habré vuelto instantáneamente de derechas; y si en lugar de eso me declaro en éxtasis ante las estalactitas de colores chillones de Miquel Barceló, eso significará, ante los Hunos y los Otros, que estoy a favor de la alianza de civilizaciones, de la igualdad de género, de las energías renovables, del cine español, que me indignan los chanchullos inmobiliarios de los ayuntamientos del PP, pero no llego a enterarme de los que cometen los ayuntamientos socialistas...

No me da la gana. No quiero que mi pensamiento me lo estén dictando a cada paso los vigilantes voluntarios de un sectarismo político del que ya no están a salvo ni las opciones más personales de la vida. No acepto el dictamen casi amenazante del titular de este mismo periódico: "El arte de Barceló acalla las críticas". El arte no está para acallar las críticas sino para alentarlas. Llevo muchos años observando con mucha atención el trabajo de Miquel Barceló, y muchas veces me ha entusiasmado, y otras, sobre todo en los últimos tiempos, me ha parecido mucho más inventivo en las acuarelas y en los dibujos que en las obras de gran formato, en las que he intuido un cierto agotamiento de la inspiración, atemperado por el oficio. El mismo derecho tengo a que me guste esa cúpula como a que no me guste, y también a poner por encima del juicio estético una convicción política. Seguro que había cosas más urgentes en las que gastar todo ese dinero. En cuanto a las comparaciones con la Capilla Sixtina, quizás sería prudente esperar uno o dos siglos.

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El Ministerio de "Igual Da" nos pide explicaciones - Tercera Cultura


Oh, elle est magnifique ©Imparcial

Carta abierta al presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero

Estimado presidente: El día 19 de noviembre se presentó en Madrid la plataforma Tercera Cultura. Esta plataforma tiene como objetivo la convergencia entre personas procedentes tanto de la ciencia como de las humanidades para promover el pensamiento crítico y la socialización de la ciencia. Estamos convencidos de que una mejor comprensión de la misma favorece el desarrollo de una sociedad que plantea continuamente dilemas relacionados con la naturaleza de las personas y de la vida y es la base indispensable para unas políticas públicas del SXXI.

Nuestra presentación tuvo un aceptable eco en los medios españoles y un interés muy especial por parte de Edge uno de los portales socio científicos más importantes del mundo. Fue justamente nuestra presencia en este portal lo que llamó la atención de uno de sus ministerios. El 26-11-08, la Directora de Programas del Gabinete de Relaciones Internacionales, nos escribió desde su dirección electrónica en el Ministerio de Igualdad. El motivo de su misiva fue llamarnos la atención sobre el hecho de que en nuestro consejo de redacción, formado por 5 personas, la única mujer fuera yo. Y le pregunto, Sr. Presidente, en un país como el nuestro, en plena recesión, con una tasa de paro elevadísima, donde ustedes mismos predican la necesidad de potenciar la ciencia, la innovación y la iniciativa privada, ¿no hay ningún otro ministerio que nos considere dignos de su interés? Le he de decir que ni el de Ciencia, ni el de Innovación, ni el de Tecnología ¡ni siquiera el de Cultura! se ha dirigido a nosotros. ¿Y el único que lo hace, el de Igualdad, se manifiesta para…reñirnos?

Este es un portal creado y llevado por personas voluntarias que no reciben remuneración por nada de lo que hacen aparte del apoyo técnico de una pequeña asociación que bastante tiene con seguir adelante con sus pocos medios. Desde nuestro punto de vista, tenemos prioridades de supervivencia mucho más urgentes que el preocuparnos por si tenemos entre nosotros la proporción de sexos (alguien diría “géneros”, pero a nosotros nos va la ciencia) políticamente más correcta.

Ya que ustedes han dado el primer paso, nos gustaría que con esta carta hiciéramos más conscientes tanto al gobierno que usted preside como al gobierno de la comunidad autónoma donde esta iniciativa ha surgido, Cataluña, de la necesidad de impulsar proyectos realmente positivos y que incidan en lo esencial más que en lo anecdótico. Quizá con ello destinasen aunque fuera una pequeña porción de los recursos a proyectos como Cultura 3.0 que merecen la atención de intelectuales de primera fila a nivel mundial y nos enlazan con un pensamiento moderno e ilustrado más allá de nuestras fronteras.

Aprovecho esta ocasión tan excepcional para saludarle muy cordialmente

Mª Teresa Giménez Barbat

Cultura 3.0

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Otro joya de corresponsal, esta vez de Le Monde (Vertigo o los filisteos del periodista filisteo) - Gilles William Goldnadel

( Todo comenzó hace tres semanas, con un reportaje sobre el primer partido de la selección palestina de fútbol, celebrando dicho hecho y acudiendo a la historia, cuando el periodista de Le Monde, Benjamin Barthe, se sorprendía [N.P: ¿no sería mejor, se escandalizaba?] al conocer que en los años 30 ya hubo otra asociación futbolística que se denominaba 'palestina', pero donde los jugadores eran judíos.

Gilles William Goldnadel le dedicó un post burlándose de su sorpresa, ya que era muy común por esa época que la denominación 'palestinos' se dedicará muy frecuentemente a los judíos que allí vivían, y que esa denominación no era muy habitual respecto a los posteriormente conocidos como palestinos.

Benjamin Barthe le remitió un correo donde "sin demasiado humor, nuestro periodista activista (proviene del periódico comunista L'Humanité) quiere demostrar que los árabes de Palestina también utilizaban la palabra 'Palestina', incluido en el deporte".

"¿Dije yo lo contrario? ¿He negado su especificidad? En todas mis conferencias, en todos mis libros, digo que [los palestinos] tienen un excelente dossier a la hora de lanzar piedras sobre su propio tejado, tanto por su irredentismo, como por sus métodos. Hay que decir que sus apoyos extáticos europeos, señor Barthe, no facilitan la necesaria labor de un pensamiento crítico".

"Sólo he escrito - y lo confirmo - que los árabes de la Palestina Mandataria se definían más como tales [árabes de Palestina], o como musulmanes, que en términos de 'palestinos'".

"En esa época, y especialmente en Europa, la palabra se aplicaba lo más a menudo para evocar a los habitantes judíos del territorio de Palestina. Esto, dicho sea de paso, era tan injustamente reductor como cuando se aplica hoy sólo en beneficio de los árabes. Razón por la cual, cuando los sionistas de Palestina han creado una asociación futbolística 'palestina', se situaban en una pura perspectiva nacional judía, al igual que hacen actualmente los árabes palestinos [en una perspectiva nacional palestina]".

"Parece que el Sr Barthe y sus amigos son menos sensibles a esta reducción lingüística contemporánea
" ).

Confieso que no sé demasiado bien cómo tomarlo.

En mi penúltimo blog, me deje llevar por la burla ante la ignorancia histórica de Benjamin Barthe, freelance de Le Monde, y lamentablemente fue mal recibido.

¿Qué hacer pues con su colega titular, en el mismo periódico y en el mismo lugar, Michel-Richard Bole, sin mosquearle demasiado?

Este último, efectivamente, ha pulverizado el récord establecido por su joven colega en términos de ineptitud lingüística e histórica.

Resumamos su memorable artículo del 15 de noviembre en el cual relata el descubrimiento arqueológico al suroeste de Jerusalém de restos de cerámica, que se remontan a más de 3.000 años, y que contienen una inscripción en hebreo arcaico.

El periodista tuvo a bien precisar que para el Estado judío, la cuestión sería importante, porque este descubrimiento "justificaría la existencia del reino de David elevado a la categoría de mito en Israel".

Con una aparente buena fe, Bole-Richard llega hasta conceder que este descubrimiento reforzaría la legitimidad de la creación de Israel, "incluso si se demuestra que los filisteos, los antepasados de los palestinos, vivían ya en esta región".

Sí, ustedes han leído bien. El reino de David revela un mito. El Estado judío tiene aún necesidad de demostrar su legitimidad histórica, las ruinas de Megiddo, así como las del Templo de Herodes, revelan sin duda, y así es como lo pensaba el gran 'arqueólogo' Yasser Arafat, una mentira hollywoodiense. Por contra, lo que está "establecido", lo que no puede ponerse en duda, es que los filisteos son los antepasados de los palestinos.

Y poco importa que los filisteos, uno de los llamados "pueblos del mar", vivieran no al suroeste de Jerusalém, sino sobre la banda costera del sudeste de Canaán, es decir, del lado de Tel Aviv, y que probablemente vinieran desde Creta y que, en cualquier caso, no tienen ninguna relación con esos que los periodistas de Le Monde, y en otros lugares, denominan definitivamente hoy como "palestinos", que a su vez procedían de Arabia, de no antes de s. IX d.C., y que probablemente en su mayoría, a principios del s. XX, fueron atraídos desde Siria por la colonización judía de una tierra hasta entonces bastante ingrata... [N.P.: aquí hay que puntualizar esa atracción, existente desde luego pero quizá no tan mayoritaria, y en donde en todo caso, intervino bastante el desarrollo de las infraestructuras por parte británica tras la concesión del Mandato].

Resumamos una vez más:

1.- En el 135 d.C., los Romanos, para castigar y derrotar definitivamente a los judíos rebeldes, decidieron desbautizar la cautiva Judea y llamarla Palestina, del nombre de los antiguos filisteos.

2.- Casi 2.000 años más tarde, y siempre para castigar a esas personas tan testarudas (Qeseh orèf), sólo los habitantes no judíos de ese territorio tan disputado tienen derecho al título de "palestinos".

3.- Y hoy, por la gracia de un periodista-historiador histrión, he aquí que los palestinos son declarados herederos, en línea directa, de los derechos dinásticos de los filisteos, mientras que se invita a los judíos a excavar más profundamente una tierra que, hasta entonces, sólo han cultivado en su superficie, con el fin de probar un título de propiedad por el momento aún bastante incierto.


El blog del autor

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Friday, November 28, 2008

Las 12 tribus (la mitad de ellas) - Isaac Besancon


Gad


Simeón


Judah


José


Zebulón


Asher


Isacar

El resto de las tribus, y más obras de Isaac Besancon, en Judaica Painting

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Los 7 días de la creación - Zeev Raban



Por si desean pujar por esta magnífica obra, aquí es el mejor lugar

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Thursday, November 27, 2008

Cristianos en Tierra Santa - André Dufour - LibertyVox



Es primeramente con pinzas como he abierto este libro editado por Albin Michel. Primeramente a causa del título. Desconfío de esos que, no osando clamar la ilegitimidad de Israel, lo que sin embargo les valdría los favores del clan del lobby pro-palestino, pero temiendo ser rechazados por el campo israelí si llaman a ese país “Palestina”, recurren a la vieja denominación “Tierra Santa”. Y después estaba la aurora: la periodista Catherine Dupeyron, presentada como antigua colaboradora de Le Monde.

De hecho, esperaba leer uno de esos numerosos libros subrepticiamente anti-israelíes de esos periodistas contaminados por su colaboración con Le Monde, por no mencionar Le Monde Diplomatique, y que son su especialidad. Tengo que admitir que al menos, en lo que respecta a Catherine Dupeyron, yo estaba equivocado y he disfrutado con su lectura. Así pues, nosotros también deberíamos desconfiar de nuestros propios prejuicios y generalizaciones.

Se cree conocer ya todo sobre Israel o Palestina, tierra minúscula y dividida que tiene el "privilegio" de batir al menos dos récords mundiales: la depresión del Mar Muerto, con cerca de 400 metros por debajo del nivel del mar, y la mayor densidad por metro cuadrado de periodistas, reporteros, moralistas, corresponsales, escrutadores y otros denunciantes venidos de todo el mundo, cada uno más experto y competente que los demás. Antes de dar un paso por ese país, asegúrense de que no camina sobre un periodista. La más mínima pulgada de terreno es milimetrada, escaneada, disecada. Un incidente, aunque sea el más anodino, es inmediatamente, si no antes de su aparición, relatado, amplificado, interpretado, deconstruído, reconstituido hasta el punto de que uno se pregunte por qué judíos y árabes aún necesitan de sus propios periodistas.

Ahora bien, pesar de esta sobrecarga de información que se transforma en desinformación, se olvida que en este Oriente ya de por sí complicado, existe, además de judíos y musulmanes, un tercer componente que se tiene la tendencia de olvidar, excepto cuando es tomado como rehén por la "causa palestina". Se trata de los cristianos, ciertamente minoritarios (1,4% de la población bajo la Autoridad Palestina, el 2,1% de la población de Israel), pero cuyo papel, por las potencias extranjeras que les “apadrinan”, permanece importante (...). Todo sería relativamente sencillo, en esta región donde todo es tan complicado, si Catherine Dupeyron no nos descubriera que no se trata del cristianismo tal como lo conocemos en Francia, donde con el laicismo republicano ayudando, la mayoría católica tiene una buena relación con la minoría protestante y las escasas iglesias ortodoxas, sino de una abundancia de cristianismos de todos los credos y convicciones que, en el mejor de los casos, se ignoran, aunque por regla general "se detesten”, se odian, se “desgarran” hasta el punto de llegar a las manos y los puños (N.P.: ver el último vídeo).

Pero, ¿cuál es el objeto de “tanto resentimiento”? Sin duda, los "Santos Lugares", que convierten a esta región que en la época de Jesús designaban los romanos como “Judae” (Judea, el "país de los judíos"), en la cuna de los cristianos.

En el plano más estrictamente religioso, todas las obediencias están de acuerdo en una cuestión: la santidad de estos lugares que llevan la impronta del recorrido de Cristo, tal como lo relata la historia sagrada desde su nacimiento hasta su calvario y resurrección. Son una serie de lugares sagrados en un área no más grande que la de un departamento francés, dividido además entre el Estado de Israel y la Autoridad Palestina. Otro récord más de densidad santa.

Sin embargo, esta minúscula región también es un concentrado de todos los odios y antagonismos que oponen a católicos "latinos”, ortodoxos griegos y rusos, etíopes, coptos, melkitas y qué se yo, que se disputan la custodia de los santos lugares. Eso da lugar a una gran cantidad de odio entre las iglesias, no sin las intervenciones e injerencias constantes en la historia de algunas potencias, principalmente Francia, Alemania, Rusia, Italia y, por supuesto, el Vaticano. En realidad, fueron los otomanos, los amos del país hasta 1917, quienes en 1757 introdujeron un "statu quo" que fue revisado por la firma en 1852 de un reglamento que ha regulado hasta hoy el reparto de la "topografía" de cada lugar santo, más singularmente, y de forma más compleja, el Santo Sepulcro de Jerusalém y la Natividad de Belén. Allí no es cuestión de una gestión colegiada, las distintas "confesiones" se niegan a sentarse a la mesa, especialmente cuando se trata de la Santa Mesa. Todo ha sido "parcelado" por las autoridades otomanas y se mantiene fijado hasta el día de hoy.

Los "griegos", es decir, los ortodoxos, favorecidos por el "statu quo", tienen la custodia de tal parte del edificio, los "latinos", es decir, los católicos romanos, de tal otra, los armenios de tal acceso a la tumba de Cristo, y luego están los abandonados o los poseedores de porciones, como los coptos, los etíopes, los melkitas de obediencia católica pero de rito ortodoxo, y sin duda otros que mi memoria no ha retenido. Entonces sucede que alguno de “estos abandonados” se convierte en ocupante ilegal del techo del Santo Sepulcro. Añadamos a todo esto las divisiones étnicas dentro de la misma obediencia cristiana: árabe, ruso, griego. Es una lastima que Catherine Dupeyron no oriente su pluma hacia la dramaturgia. Ella nos gratificaría con una gran comedia. Pero es cierto que lo que haría reír en París no se percibe de la misma manera en Jerusalém o en Belén.

Si bien en la Iglesia y la Gruta de la Natividad en Belén o en el Santo Sepulcro en Jerusalém, peregrinos y turistas pueden circular libremente, no lo hacen sin ser atraídos a cada paso por los peticionarios de las diversas iglesias, es decir, parada con el pope ortodoxo, con los franciscanos, con el sacerdote armenio que se aventura en los pocos metros cuadrados que le son asignados permanentemente o en una breve ceremonia de alguna obediencia rival, incluso enemiga.

Personalmente, he sido testigo en 1968 y en Belén de lo descrito por Catherine Dupeyron cuarenta años después, lo que demuestra que las cosas no han cambiado. El lugar que la tradición atribuye a la Natividad es una gruta accesible a través de la iglesia construida encima. La iglesia no tiene asientos, sin duda para que los "cismáticos" o "herejes" no puedan sentarse. El coro, ricamente decorado, forma parte del "lote" ortodoxo ruso. Para pedir prestada la escalera que conduce a gruta, el visitante debe pasar previamente ante un monje ortodoxo que le tiende la escudilla. Para evitar este "peaje" a los peregrinos católicos y a otros visitantes, los franciscanos tienen su propia escalera, labrada para sus propias necesidades. La cueva en sí misma está parcelada: ortodoxos y franciscanos comparten el espacio y también el tiempo. Así, tal lapso es reservado para una ceremonia católica, tal otro para una ceremonia ortodoxa. El pope ortodoxo o los franciscanos que permanezcan en el umbral durante la ceremonia de la "otra" religión, se verían severamente rechazados por los religiosos “opuestos”.

Y para arreglar las cosas, una división étnica que reina en cada iglesia. Nosotros tenemos cristianos árabes, griegos, rusos, sirios, católicos romanos, católicos melkitas, armenios, etíopes y coptos orando y comunicándose en sus respectivos idiomas, comprendido, recientemente, el hebreo.

Pero, ¿cuál es la actitud de los cristianos hacia Israel? ¿Y de Israel hacia los cristianos? Es cierto que con la creación o la resurrección del Estado de Israel, los judíos, siempre considerados como intrusos, han trastornado los datos étnicos, religiosos y políticos de la región y han contrariado el proyecto del Vaticano de convertir al distrito de Jerusalém, incluida Belén, en una entidad bajo control internacional separada tanto del estado árabe como del estado judío. De ahí la negativa del Vaticano, hasta el pontificado de Juan Pablo II, a reconocer a Israel, y de donde también la instalación de las embajadas extranjeras no en Jerusalém, la sede del gobierno israelí, sino en Tel Aviv.

La autora, que no pretende ser historiadora, ilumina por fortuna nuestra lectura dándonos a lo largo de su relato, y en un lenguaje sencillo, las referencias y recordatorios históricos más relevantes. Es así que nos recuerda que los cristianos de rito ortodoxo, combinando el antisemitismo congénito de sus iglesias griegas y rusas con el marxismo doctrinario hostil al sionismo, dieron lugar al FPLP de orientación comunista, y después a la escisión del FDLP, los cuales iniciaron y participaron activamente en los actos terroristas contra Israel y su población. La OLP de Yasser Arafat, antiguo maestro en materia de comunicación y propaganda, contaba y aún cuenta con cristianos como Ibrahim Souss o Leila Shahid dentro de su equipo dirigente, especialmente por su imagen seductora en las relaciones con el mundo occidental, mientras utiliza a musulmanes de inequivoca tez para tranquilizar a los países árabes y musulmanes que representaban su apoyo natural. ¿A los cristianos se les pagaba por estos servicios?

Sin embargo, como ya constató en su tiempo Chateaubriand, los cristianos de Tierra Santa, antaño mayoritarios, se habían convertido en una minoría desde la conquista musulmana, seguida de un repoblación árabe que les redujo a la condición de dhimmis, y a la adopción de un perfil bajo antes los musulmanes. Incluso hoy, y a pesar de su proclamación de “arabidad”, o precisamente a causa de ello, se encuentran en una posición poco confortable cuando son víctimas de las vejaciones o violencias por parte de sus "compatriotas" musulmanes, que entienden más bien poco que se pueda ser árabe sin ser musulmán. Ante ello, no pueden reaccionar sin hacerse sospechosos de hacer el juego a Israel. Por lo tanto, mucho más que sus compatriotas musulmanes, las jóvenes generaciones emigran y el número de cristianos disminuye en número y en porcentaje en la entidad palestina, mientras que crece en número y en porcentaje en Israel, donde disfrutan de los beneficios de un estado de derecho, de un régimen democrático, de una libertad absoluta de conciencia y de práctica religiosa, así como de ventajas sociales, todo ello desconocido en la tierra del Islam.

Porque si la Autoridad Palestina se sirve de los cristianos árabes para su propaganda dirigida hacia Occidente y América, esto no significa que respete el carácter sagrado de los lugares santos cristianos como se pudo comprobar en Belén, durante el asedio por parte del ejército israelí de la Iglesia de la Natividad, donde combatientes palestinos perseguidos por actos de terrorismo se refugiaron y encerraron. Israel, mal informado, confiaba en que los milicianos empujados por el hambre no tardarían en entregarse. Sin embargo, Yasser Arafat, que ya lo había previsto, envió bastante antes del desencadenamiento de los combates enormes cantidades de alimentos a fin de que, los israelíes no pudiendo permitirse el lujo de iniciar el asalto de un lugar venerado por los cristianos, el asedio se eternizara propagandísticamente. Así fue que los israelíes tuvieron que resolverlo permitiendo la salida de los palestinos sin capturarlos. Fue sin duda una inteligente maniobra política de Yasser Arafat, de la que extrajo un beneficio político incluso si sus hombres profanaron y ensuciaron un lugar santo cristiano. Al no poder permitirse los cristianos el lujo de denunciar la profanación de su lugar santo, la propaganda anti-israelí podría seguir su curso.

A la luz de lo que está sucediendo en "Palestina", la situación de los cristianos en Israel es diferente. Si bien los católicos de Israel superaban en hostilidad, ayudando el tradicional antisemitismo, la línea ya hostil al sionismo, o por lo menos optaban por la “reserva” del Vaticano, las cosas han cambiado desde el Concilio Vaticano II y, sobre todo, bajo la influencia de Papa Juan Pablo II. Cierto, aún se arrastra una brecha entre las posiciones del Papa Juan Pablo II y las de los cristianos del Oriente Medio, tanto por la dificultad que tienen estos últimos a la hora de deshacerse de su forma de pensar [respecto a los judíos], como por razones de oportunismo en sus relaciones con los musulmanes.

Sin embargo, las relaciones de los cristianos israelíes con la sociedad israelí y su gobierno, que aún no gustando a sus enemigos no tiene nada de una teocracia, parecen orientarse en el buen camino, como se constata entre los cristianos de Nazaret, hasta el punto que sea posible dentro de poco, al menos en lo que respecta al catolicismo, considerar la posibilidad de encarar una "Iglesia de Israel". Si los cristianos podrían desaparecer de los países musulmanes, ese no sería el caso en Israel, donde el cristianismo, que revive, conoce una mutación que debe integrarle armoniosamente dentro de la sociedad israelí.


PD. El enlace con el artículo, aquí

Muy interesante artículo que habla de ciertos aspectos que se destacan muy poco cuando se habla del cristianismo y de su situación en los países musulmanes en los dos últimos siglos.

Un aspecto es la presencia del antijudaísmo y del antisemitismo cristiano entre las minorías cristianas, y que además conformará uno de los tres pilares del antisemitismo musulmán (junto con el antijudaísmo islámico y el odio posterior a Israel, y a los judíos por derivación). La importancia de la difusión inicial de los "clásicos" del antisemitismo europeo en Oriente Medio se debió a las minorías cristianas, como es el caso de los "Prococolos" y de otra literatura similar.

Otro aspecto es la importante labor desempeñada por las élites cristianas en el desarrollo de la "arabidad" y del nacionalismo árabe, junto con una revalorización del Islam como elemento matriz de ese movimiento. Sólo hay que verificar la presencia de dirigentes cristianos dentro de las facciones palestinas, o dentro del partido Baas, sección iraquí o siria.

Finalmente, la potenciación de una especie de alianza, como dhimmis más favorecidos (sobre todo por el patronazgo y control de las potencias europeas), con el sector musulmán e islámico, y que tan pocos resultados les ha ocasionado finalmente, pero que les suponía ciertas ventajas y privilegios, y su distanciamiento de las otras minorías sometidas, como en el caso de los judíos, que además sufrían su antijudaísmo y antisemitismo.

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¿Un estado palestino desarmado (desmilitarizado)? - Amitai Etzioni -JPost

Durante un off-the-record en una reunión en Washington, el 10 de noviembre, uno de los principales asesores de Obama en política exterior dijo que es necesario empujar hacia una solución de dos estados entre Israel y los palestinos, y que tiene que llevarse a cabo con gran urgencia, ya que era la mejor noticia para todo el Oriente Medio (donde él incluía entre ellos otros a Afganistán y Pakistán). Tres elementos del plan de los Estados Unidos para impulsar dicha paz son bien conocidos: un no al retorno de los refugiados, una Jerusalém dividida y un retroceso a las fronteras de 1967. Pero hay un cuarto elemento que a menudo es mucho menos explorado. A saber, que el estado palestino será un estado desmilitarizado (desarmado) y que tropas de los EEUU o de la OTAN permanecerán estacionadas a lo largo del río Jordán.

Sugiero que esta cuarta condición supone una peligrosa trampa, a pesar del hecho de que esas tropas desempeñan un papel muy saludable en otras zonas, como entre las dos Coreas y en Alemania durante la Guerra Fría. Antes de continuar debo señalar que tengo libertad para citar lo que se dijo en la reunión, pero no puedo mencionar quien lo dijo o el nombre de la organización anfitriona de la reunión. También debo señalar que las mismas ideas se encuentran en un nuevo libro, “América y el mundo”, compuesto en su totalidad por entrevistas a Zbigniew Brzezinski y a Brent Scowcroft, y llevadas a cabo por el columnista del Washington Post, David Ignatius. En el libro, ambos entrevistados coincidieron en que "Ellos [Israel y los palestinos] tienen una mayor necesidad de los Estados Unidos de la que tradicionalmente hemos practicado". Brzezinski sugiere "una línea americana a lo largo del río Jordán", y favorece la propuesta de Scowcroft de una "fuerza de la OTAN de mantenimiento de la paz" en Cisjordania.

¿Cómo explicar que la cuarta condición o elemento es una peligrosa trampa? En primer lugar, mientras que las tres primeras condiciones son casi imposibles de revertir una vez puestas en funcionamiento, el cuarto elemento puede ser modificado por una simple ley del Congreso o una orden de un futuro presidente americano o del actual. Abba Eban comparó una vez a una fuerza de las Naciones Unidas estacionada en la frontera entre Israel y Egipto, y que fue expulsada justo antes del intento de ataque a Israel por parte de Nasser, como un paraguas que se pliega cuando llueve. El nuevo marco no es mucho más fiable.

En segundo lugar, las tropas americanas en Irak, y las de la OTAN en Afganistán, son incapaces de detener los atentados terroristas y los ataques con cohetes en ambas partes. No hay ninguna razón para celebrar que lo harían mejor en Cisjordania. En tercer lugar, hay muy pocos precedentes de estados desmilitarizados… a la fuerza.

La solución de dos estados implicaría, excepto para muy pocos expertos en política internacional, dos estados soberanos. Un estado soberano es libre de importar todas las armas y tropas que quiera. Un segundo después de declarado el estado palestino, muchos en el mundo árabe, Irán, y seguramente en Europa, por no hablar de Rusia y China, sostendrían que, "evidentemente", al nuevo estado libre no se le puede impedir armarse a sí mismo, aunque lo diga algún papel o un tratado. Y si no le es permitido, independientemente de los efectos terapéuticos que la creación de un estado palestino pueda generar, estos serían aproximadamente muy similares a los del fin de la ocupación israelí de Gaza, es decir, demasiado escasos para evaluarlos o para una negativa.

Conseguida una solución de dos estados, mejor será sobre la base de que los palestinos puedan desarrollar sus propias fuerzas y de una presencia israelí en el río Jordán. Tampoco podemos depender de los Estados Unidos, acosado como está, o de la conflictiva - y siniestra- aversión de la OTAN a demostrar su capacidad en el mantenimiento de la paz, no demostrada en Kosovo, Bosnia, Haití y que nunca ha existido en Sudán y el Congo .

Hay un nuevo amanecer en América, pero cuando el sol sale en Washington, a menudo está próximo a ponerse en el Oriente Medio.

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Wednesday, November 26, 2008

Las histerias de "Lulú Malena" Almudena Grandes

Milicianos Progresistas - Hermann Tertsch - ABC

¿Imaginan el goce que sentiría (la monja -santa para los católicos- Maravillas) al caer en manos de una patrulla de milicianos jóvenes, armados y -¡mmmmm!- sudorosos? Eso es lo que se pregunta, textualmente, una escritora del régimen en la contraportada de un periódico que aún se pretende homologable a los productos civilizados de la prensa europea. No hace setenta años. Fue ayer. Y esa contraportada la leyeron antes de ser publicada los responsables de ese diario. Y no les pareció mal. Tampoco se molestaron cuando la misma autora dijo que todas las mañanas desayunaba con ganas de fusilar a algunos que escriben en otros periódicos. Ni les pareció mal que el historiador irlandés de la zeja, Ian Gibson, confesara su íntima obsesión por poner una bomba en la basílica del Valle de los Caídos. Queda elegantísimo eso de manifestar que se levanta uno con ganas de quemar la iglesia de Los Jerónimos. Y después, un par de fotografías con las momias de las tumbas profanadas y los cristos mutilados al hombro. Fotos para un buen recuerdo. Mejores que la de Carod Rovira y Maragall en Jerusalén con la corona de espinos, que es una foto acomplejada y maricona. Gibson no parará hasta posar con la calavera -supuesta- de García Lorca.

Lo destacable en esta inmundicia es que hemos cruzado ya el Rubicón. A nadie escandaliza que un periódico en España que se dice digno y de calidad publique en su contraportada, desde luego como divertimento, una apología de la violación de una monja, santa o no. Esto el día antes de la muy solemne «jornada internacional contra la violencia de las mujeres», a la que dedican ya páginas y que aprovechan las amigas de la patrona de los milicianos violadores para clamar que todas las chicas son buenas y los maltratadores unos mierdas de derechas. Porque los milicianos que violan a una monja son unos progresistas magníficos que todos debiéramos sentar a nuestra mesa.

Tampoco le ha escandalizado a esta prensa la chica castiza Almeida cuando se ha mostrado partidaria de quemar, no ya el Corte Inglés, que es un buen anunciante, sino los libros que expone y vende y que a ella no le gustan. Tan antifascistas ellos que algunas hoguerillas de letra impresa les parecen mejor que otras. Pero volvamos a la monja y santa Maravillas. Ha sido imposible poner una placa en honor de esta mujer en el Congreso de los Diputados. Realmente no creo que la necesite, ni ella ni quienes en ella creen. Y habría soliviantado a los socialistas sensibles. Pero volvamos a nuestro país. Al país. Que ayer se hace muy seriamente desde una tribuna privilegiada la siguiente pregunta: ¿Imaginan lo que disfrutaría esa monja si la violara todo un pelotón de aguerridos soldados de nuestra república democrática impecable e impoluta? ¿Se dan Ustedes cuenta qué juerga, para nosotros y para los demás? Todos ellos sudorosos -¡mmmmmmm!- y estupendos luchadores a favor de la democracia y la libertad de todos los seres humanos. Aquellos hombretones fraternales de la izquierda progresista sólo violaban para hacer favores, nos dice Almudena. Una santa laica más del país que parece añorar que se repita.



¿Chistes viejos? - Antonio Muñoz Molina - Cartas al Director - El País

En su artículo del 24 de noviembre, Almudena Grandes hace lo que tal vez intente ser una broma acerca de una monja en el Madrid del comienzo de la Guerra Civil: "¿Imaginan el goce que sentiría al caer en manos de una pandilla de milicianos jóvenes, armados y -¡mmm!- sudorosos?". ¿Estamos ante la repetición del viejo y querido chiste español sobre el disfrute de las monjas violadas? No hace falta imaginar lo que sintieron, en los meses atroces del principio de la guerra, millares de personas al caer en manos de pandillas de milicianos, armados y casi siempre jóvenes, aunque tal vez no siempre sudorosos.

Basta consultar a historiadores fuera de toda sospecha o -ya que nos preocupa tanto la recuperación de la memoria- recuperar el testimonio de republicanos y socialistas sin tacha que vieron con horror los crímenes que se estaban cometiendo en Madrid al amparo del colapso de la legalidad provocado por el levantamiento militar.

Ni a Manuel Azaña, ni a Indalecio Prieto, ni a Arturo Barea, ni a Julián Zugazagoitia les costó nada imaginar la tragedia de tantas personas asesinadas por esas pandillas no siempre incontroladas que preferían mostrar su coraje sembrando el terror en Madrid en vez de combatiendo al enemigo en la sierra. Casi todos ellos hicieron lo poco que podían por salvar a inocentes: a Juan Negrín no le fue nada fácil evitar que asesinaran a su propio hermano fraile. Y todos ellos sabían el daño que esos crímenes estaban haciendo internacionalmente a la justa causa de un régimen legítimo asaltado por una sublevación sanguinaria e inicua. Almudena Grandes habla de exiliarse a México: cuando leemos artículos como el suyo y como tantos otros que por un lado o por otro parecen empeñados en revivir las peores intransigencias de otros tiempos, algunas personas nos sentimos cada vez más extrañas en nuestro propio país.


PD - Para los susceptibles, indicar que ignoraba todo de esta monja beatificable y milagrera hasta que aparecieron en la prensa los deseos del "social-cristiano" Presidente del Parlamento. Aún conociendo con posterioridad que había residido en ese lugar, lo de la placa no deja de ser una patochada manchega. En todo caso, confieso estar algo sorprendido ante la manifiesta exposición de las ensoñaciones de una adicta a la cosa esa del progreso solidario, sostenido y sostenible, y que para más divertimento adjudica a una religiosa sin venir a cuento. Qué gran paciente se ha perdido don Segismundo Freud. !! La histeria, la histeria, seguro que repetiría alborozado !! Y todo ello en vísperas del Día de la Violencia de Género. No me digan que esta "letraherida de progreso" no es una mujer almodovariana en pleno ataque de nervios.

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¿Obama o Bibi? - Amir Oren - JPost

Las próximas elecciones de la Knesset son superfluas. El saliente gobierno podía y debía haber seguido gobernando por un período adicional de dos años, en un formato remodelado y con Tzipi Livni a la cabeza, sólo si a Ehud Olmert se le considerará incapacitado a raíz de su dimisión. Cuando se hizo evidente que Olmert no se ofreció voluntariamente a declararse incapacitado, Kadima debería haber haberlo hecho por él, pero en su lugar se reveló como una entidad débil, un partido suicida.

Un círculo vicioso político-jurídico se ha creado: Olmert no habría sobrevivido en el cargo a la espera de la formación del próximo gobierno si el fiscal general Menachem Mazuz hubiera seguido con lo que prometió en agosto: su disposición (favorable) a involucrar a Olmert en los casos Talansky y Rishon-Tours. Sin embargo, Mazuz esperó que Livni pudiera tener éxito en la formación de un gobierno, ahorrándole así crear un precedente inculpando al Primer Ministro. En esto, Benjamin Netanyahu buscando detener el proceso diplomático. Olmert, con su comportamiento egoísta, ha dañado seriamente las posibilidades de paz en nombre de las cuales difunde ahora declaraciones vacuas.

La visita a George W. Bush de esta semana de Olmert no reviste ninguna importancia desde un punto diplomático y de seguridad. Ambos dirigentes se encargan únicamente de supervisar una transición sin tropiezos y sin ningún tipo de autoridad para obligar a las próximas administraciones a hacer nada. La influencia de Bush sobre Barack Obama y el Congreso es próxima a cero.

Lo qué es especialmente ridículo en el caso de Olmert son los aparentes esfuerzos por garantizar el apoyo del presidente de los EEUU a la venta de aviones F-22 a Israel. La recomendación de Bush no tendrá ningún impacto en un sentido u otro. La Fuerza Aérea de los EEUU explicó al Congreso que los aviones más avanzados del mundo, los F-22, son vitales para la preservación de su propia supremacía aérea. Con esos razonamientos, el pensamiento del Congreso es prohibir la exportación de esos aviones, incluso a países amigos como Japón e Israel.

El secretario de Defensa Robert Gates, que ha expresado reservas sobre una inversión excesiva de fondos en los F-22, prefiere dejar la decisión sobre la continuación de este programa a la próxima administración. Israel tiene un largo camino por recorrer. A comienzos de diciembre, cuando Gates de la bienvenida el ministro de Defensa, Ehud Barak, este tratará de averiguar si va a permanecer en su puesto bajo la administración Obama.

En la administración Bush (senior), Gates fue adjunto del entonces Consejero de Seguridad Nacional Brent Scowcroft. A finales de la década de 1970, como asistente de jefe de la CIA, Gates - junto con el Asesor de Seguridad Nacional de Carter, Zbigniew Brzezinski - se reunió en Argelia con representantes del recién instalado gobierno del ayatolá Jomeini. Estos hechos son importantes para iluminar la red de vínculos que unen a estas personas de la tercera edad, como el republicano Scowcroft, de 83, y el demócrata Brzezinski, de 80, que han escrito conjuntamente un libro, aparecen en entrevistas y escriben artículos. Cada uno sólo puede ser un medio Kissinger, pero en conjunto son conocidos por ser influyentes, y Obama les escucha.

Gracias a la presencia de Gates y a la designada secretaria de estado, Hillary Clinton, no es demasiado descabellado imaginar a los ex presidentes Carter y Clinton, de pie, detrás de las bambalinas del plan de cuatro puntos que Scowcroft y Brzezinski han recomendado a Obama para resolver el conflicto árabe-israelí. Incluso el general retirado James L. Jones, un probable candidato para Asesor de la Seguridad Nacional, puede prestar su estatura y experiencia como ex comandante de la OTAN y como enviado de George W. Bush a Oriente Medio.

El plan es una versión actualizada de la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU que ofrece "tierra por paz": una retirada israelí de Cisjordania hasta las líneas de 1967, con ligeras modificaciones que sean mutuamente acordadas con los palestinos (la entrega de territorio propio de Israel al estado palestino a cambio de bloques de asentamientos ubicados cerca de las acordadas definitivas fronteras); dos capitales en un Jerusalém compartido; una Palestina desmilitarizada, que no suponga ninguna amenaza para la seguridad de Israel; y una compensación financiera, a través de fuentes internacionales, para los refugiados palestinos, que tendrán que abandonar el sueño de la realizar el derecho al retorno (a Israel).

Con el fin de apaciguar a ambos lados, el plan propone un estacionamiento de fuerzas de la OTAN, o una fuerza internacional de mantenimiento de la paz, al parecer, no a lo largo de la longitud de la valla de separación, sino más bien en el valle del Jordán, a fin de servir como un amortiguador entre Palestina y el mundo árabe, y por lo tanto, frustrar la posible vinculación con elementos hostiles de Jordania en caso de un golpe islamista. Hace años, Scowcroft preconizó un envío de fuerzas americanas a las Altos del Golán en el caso de una retirada israelí que formaría parte de un acuerdo de paz con Siria.

Éste es un realista, e inclusive, un excelente plan, porque es "americano" y no "árabe". Es un plan aceptable para una abrumadora mayoría en Israel, salvo para los colonos y sus partidarios (y, del otro lado, para Hamas). Si un gobierno Livni-Barak se pusiera en marcha, tendría la fuerza de poder cooperar con una administración Obama-Clinton a fin de avanzar en esta dirección. Kadima, Laboristas y Meretz podrían aprobar este plan de cuatro puntos, lo que el Likud, en su actual composición de Bibi-Benny-Bogey (Netanyahu, Begin y Ya'alon) no podrían. Obama o Bibi, eso es lo que Scowcroft y Brzezinski piden indirectamente, en su llamamiento para que Obama actúe de inmediato para estimular a la población israelí a sumarse a esta posición. Tienen razón: todavía no es demasiado tarde para restaurar lo que Olmert ha destruido.

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Sunday, November 23, 2008

Desde la cima del mundo - Galina Dafloof


The wall


Shiha Thora


City gate






















Jerusalém Angels


Más obras de Galina Datloof en Judaica Painting

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Opciones estratégicas palestinas - Petra Marquardt-Bigman - JPost BlogCentral

A juzgar por algunos de los comentarios al reciente editorial del JPost, que daba la bienvenida a la publicidad por parte de la Autoridad Palestina del plan de paz de inspiración saudí ( la "Iniciativa de paz de la Liga Árabe" del 2002), bajo el titular "Sí a 'salam' "(*1) , realmente no fue acogido con mucho placer. Por el contrario, hubo bastantes más aplausos a un artículo de Louis René Beres, un profesor de Derecho Internacional, quien sostenía que "los llamados Territorios Palestinos no están ocupados por Israel"[con referencia a ciertas interpretaciones del Derecho Internacional] y que "un estado palestino amenazaría gravemente la existencia misma de Israel".

Teniendo en cuenta la experiencia obtenida después de la retirada de Israel de Gaza, no parece muy difícil dar legitimidad a la opinión de que más retiradas podrían plantear graves riesgos para la seguridad de Israel. Pero cualquiera que este dispuesto a sostener que el interés superior de Israel es aferrarse a los territorios más allá de las fronteras de 1967, haría bien en echar un vistazo a un reciente informe emitido por el Palestine Strategy Study Group.

El grupo, cuyo trabajo fue financiado por una subvención de la Unión Europea [N.P.: ¿sorprendidos? ¿quién si no?], esboza lo que sus miembros consideran las más prometedores "opciones estratégicas" a disposición de los palestinos. Estas opciones incluyen: un llamamiento a abandonar las negociaciones de una vez por todas, y luego proceder a disolver la Autoridad Palestina, a fin de obligar a Israel a llevar la "carga completa de los costes de la ocupación"; también existe la propuesta de trabajo "de maximizar el coste de la continuación de la ocupación de Israel, y conseguir que la perspectiva de una separación unilateral sea inviable"; y, en última instancia, el objetivo sería "pasar de un resultado de dos estados a otro de uno solo (bi-nacional o unitario democrático), como objetivo estrátegico palestino preferente. Esto reabre un desafío a la existencia del Estado de Israel en su forma actual, pero una manera totalmente nueva y más eficaz que la propuesta de anterior de 1988".

Sin duda, los que esperan montar "un desafío a la existencia del Estado de Israel en su forma actual" tienen amplias y divergentes esperanzas y motivaciones: algunos quieren ver a un estado islámico ocupar el lugar de Israel; mientras que la esperanza de otros es obligar a Israel a absorber a los palestinos, lo que, de ser posible, pondría fin al mismo tiempo al detestado estado judío y evitaría la aparición de un estado islámico palestino.

Pero lo que es quizás más sorprendente es que estos "estrategas" palestinos hablan abiertamente de obligar a Israel a llevar la "carga completa de los costes de la ocupación". Después de todo, los "activistas palestinos suelen describir la ocupación como beneficiosa para Israel".

En este contexto, es útil comprobar cómo la Electronic Intifada de Ali Abunimah comenta este documento de estrategia: se observa con aprobación como el documento "hace un llamamiento a los palestinos a rechazar y denunciar el lenguaje engañoso de la paz y como la creación de un estado propio ha sido utilizado para ocultar y perpetuar una cruda realidad de expulsión, dominación y ocupación a manos de Israel". Abunimah, por supuesto, es un ardiente defensor de la llamada "solución de un único estado", y con suficiente claridad, tanto "la paz" como "la creación de un estado propio" no son hechos que desea ver que sucedan. Lo que resulta bastante intrigante es que él mismo señala que existen "grandes discrepancias de fondo entre las versiones en inglés y en árabe" del mencionado documento de estrategias; Abunimah, de acuerdo con la versión árabe, emplea un "lenguaje más firme en consonancia con la línea oficial de las posiciones palestinas". Lo que no resulta en ningún modo sorprendente...

"Las preguntas de Abunimah" (así titula él su comentario) van en el sentido de si realmente el documento aboga por una "nueva estrategia palestina o es la misma ya fracasada". Para él, la única "nueva estrategia palestina que valdría la pena sería una inequívoca llamada a una solución de un único estado". Pero el hecho es que los palestinos rechazaron la "paz" y la "creación de un estado propio" mucho antes de que existiera alguna ocupación israelí, de hecho, lo rechazaron mucho antes de que hubiera existido Israel.

Así, mientras que es evidente que la supuesta "nueva estrategia" realmente es una vieja estrategia, una vez que Israel fue establecido, el objetivo principal de ese rechazo fue negar a Israel su legitimidad, y de nuevo, eso tampoco fue un gran cambio ni ha sufrido un gran variación [es decir, forma parte de la vieja estrategia]. Aquellos que sostienen que Israel debe aceptar la reticencia palestina a mostrar un serio compromiso de "paz" y de "consolidación de un estado propio" [y que no haya avances], se arriesgan inadvertidamente a apoyar a los que esperan que la ocupación dure lo suficiente, y que los asentamientos se extiendan lo suficientemente, para hacer que la "solución de un único estado" sea inevitable.


(*1) En este artículo también se señalan las deficiencias de la Iniciativa de Paz Árabe:

- La iniciativa se ofrece en un formato de "tómalo o déjalo", cuando debería ser presentada como un punto de partida para las negociaciones.

- Es evidente que la única solución viable para el tema de los refugiados árabes es ser reasentados en el mundo árabe y en el estado palestino que se cree junto a Israel, y no en el propio Israel.

- Igualmente preocupante es que ni el anuncio de Arabia Saudita, ni el propio plan, reconoce el derecho inalienable del pueblo judío a una patria nacional dentro de sus fronteras.

El artículo termina así:

"Por lo tanto, los israelíes - en todo su espectro político - encuentran la Iniciativa de Paz Árabe deficiente.

Sin embargo, la mayoría de nosotros, aunque decepcionados por el hecho de que una oferta tan limitada sobre las necesidades mínimas de Israel llegue tan tarde, estamos de acuerdo con el Presidente Shimon Peres cuando comentó: éste es un paso adelante que vale la pena explorar.

Después de tanto sufrimiento y derramamiento de sangre entre ambos partes, pedimos al mundo árabe y musulmán: no hagamos propaganda, no esperemos otros 60 años. Hagamos la paz".

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