Sunday, January 29, 2006

Consternación en Europa - Adar Primor - Haaretz

Los europeos han reaccionado a la victoria de Hamas con estupor, consternación e impotencia. Apenas recuperados de la desaparición del Primer Ministro Ariel Sharon, el héroe de la retirada, de la escena política cuando fueron golpeados aún más duramente por lo que para ellos representa la destrucción del proceso de paz.

Los funcionarios en Bruselas se confiesan culpables de las primeras señales de pánico.

Nuestros expertos de Oriente Medio corren alrededor de sus fracasadas evaluaciones como "pollos sin cabeza", comentó un funcionario de la Unión Europea al Daily Telegraph, describiendo la atmósfera reinante.

A nivel oficial, los europeos no pueden evitar elogiar "lo acertado del proceso democrático" "y la tranquilidad, libertad e imparcialidad" de las elecciones. Pero también se han precipitado a declarar, como lo hizo el Cuarteto, la contradicción básica entre un movimiento armado y con actividades terroristas, por una parte, y la edificación de un estado democrático, en el otro.

Los europeos y el Cuarteto mantienen su demanda de que Hamas renuncie a la violencia y al terror, se desarme y reconozca al estado de Israel. El mapa de ruta y una solución de dos estados conseguida por medio de negociaciones son todavía una parte integrante de su léxico. De este modo, también lo es el establecimiento de un estado palestino observante de la ley en el cual las reformas políticas y económicas encabezen el orden del día.

Del punto de vista de Europa, la pelota está en el tejado de Hamas. Si Hamas adopta y sobre todo pone en práctica su léxico, entonces la ayuda seguirá fluyendo. Si no, el flujo será cortado. Europa es la fuente principal de la financiación de los palestinos. Esto les da aproximadamente 340 millones de euros anualmente. Durante años, la Unión Europea ha estado en conflicto con Israel, que sostiene que parte del dinero se dirige hacia la infraestructura de terror. Ahora, sin embargo, se supone que esta infraestructura forma el gobierno del AP, lo que planteará un dilema complicado para los europeos.

Uno puede encontrar una indicación indirecta del comportamiento probable inmediato de la Unión Europea - y de su política a corto plazo - en las declaraciones de su jefe de política exterior, Javier Solana. En una entrevista con Le Monde, Solana dijo que un grupo terrorista no debería ser reconocido simplemente porque haya ganado en las elecciones y que ello no lo hace una organización legítima.

Puede ser que los europeos mantengán este tono mañana, cuando los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea se reunen en Bruselas, y en Londres cuando los ministros del Cuarteto se entrevisten. Las cuatro condiciones: el reconocimiento de Israel, la renuncia de la violencia, el desarme y la promesa de aceptar las obligaciones internacionales adquiridas por la AP como parte del proceso de paz, seguirán dirigiendo a la Unión Europea cuando trate formalmente la nueva situación.

La gran pregunta es como se comportará la Unión Europea entre bastidores. ¿Hasta qué punto seguirá manteniendo el boicot de Hamas y cuando llegará a la conclusión que la Unión Europea requiere para borrarla de la lista de organizaciones terroristas, que es la condición necesaria para transferir la ayuda a un gobierno conducido por Hamas?

Aquellos que estan familiarizados con la historia de Unión Europea saben que hasta 1980 la Comunidad Europea, como era conocida entonces, no adoptó la Declaración de Venecia que reconocía el derecho de los palestinos a la autodeterminación y solicitó negociaciones con la OLP - que aún era una organización terrorista que pedía la destrucción de Israel.

Israel es consciente que algunos en Europa pedirán otra vez esa interpretación en nombre "de la voluntad de la gente," esta vez de parte "de la democracia palestina." Estos no marcarán seguramente las pautas antes de que el gobierno palestino sea formado y antes de las elecciones israelíes. Sin embargo, hay una base para asumir que los "pollos sin cabeza europeos" no serán capaces de escaparse durante mucho tiempo del precedente de Venecia.

Los EEUU tomados por sorpresa, Israel menos - Ze'ev Schiff

Antes de las elecciones parlamentarias palestinas los EEUU e Israel tenían un pronostico sobre su resultado. Mientras que la inteligencia americana predecía que Fatah ganaría y el nuevo gobierno palestino sería capaz de desarmar a Hamas, la inteligencia israelí sostuvo que no había ninguna posibilidad de un triunfo significátivo del Fatah, que Hamas aumentaría su fuerza considerablemente y que Hamas ganaría cerca de un 50% de los votos. El Shin Bet también opino así. En todo caso, no se contemplaba que Fatah fuera capaz de desarmar al Hamas.

Finalmente Hamas gano un 45% de los votos en las elecciones nacionales y todos los votos en cuestión en las elecciones regionales. El resultado fue de cerca de un 60%.

Uno de los funestos presagios de la victoria de Hamas fue su éxito en elecciones locales hace unas semanas, una sorpresa para muchos.

En vísperas de las elecciones Mahmoud Abbas pidió a los egipcios actuar para aplazarlas. Los egipcios aconsejaron posponerlas seis meses. Hamas dijo que estaría de acuerdo con un retraso corto, pero no de seis meses.

Los americanos, seguros de la victoria de Fatah, dijeron que era mejor sostener las elecciones en la fecha prevista. Retrospectivamente está claro que los americanos ponen más énfasis en el proceso democrático en sí mismo, más bien que en su resultado. Los resultados obligarán a los líderes americanos a cambiar su énfasis y tomar más interés en los posibles resultados de las elecciones democráticas en unos estados árabes que carecen de una verdadera herencia democrática, y donde los círculos religiosos radicales manejan una influencia crucial.

Las evaluaciones de Israel sobre los incrementos de Hamas han suscitado discusiones sobre su futuro. Un debate en la oficina de Dov Weissglas, el jefe de oficina del primer ministro, tuvo como argumento ¿"Y si triunfa de Hamas?" El ministro de Defensa, Shaul Mofaz también sostuvo discusiones sobre el resultado final. Una de ellas trató sobre la posibilidad de que Fatah, después de perder la elecciónes, atacaría Israel para causar una crisis política que interrumpiría los resultados de las elecciónes.

Todos los sondeos palestinos predijeron una victoria de Fatah. Las diferencias entre ellos se concentraron en si Hamas se uniría al nuevo gobierno, y si su gente recibiría carpetas ministeriales.

Las ventajas de la simetría - Ludovic Monnerat

La aplastante victoria del Hamas en las elecciones palestinas a mostrado las virtudes irremplazables de la democracia, incluso la precaria y vulnerable: la expresión mayoritaria de la voluntad popular tiene el merito de la claridad, porque ella barre regularmente las interpretaciones apuntando a orientarla en un sentido dado. He ahí pues los años en los que la comunidad internacional, a propósito del conflicto israelo-palestino, ha fantaseado con ilusiones sangrientas tales como 'el proceso de paz' o la 'hoja de ruta'; bajo la conducción de Yasser Arafat, la opinión palestina estaba ocultada por el doble lenguaje permanente, por una segmentación de los mensajes autorizando a cada uno a oir lo que le convenía más. Una ilusión por supuesto rentable para los beneficiarios de la ayuda internacional.

Esta ilusión parece hoy pertenecer al pasado. Con ocasión de esas elecciones, los palestinos han mostrado al mundo que ellos quieren la guerra, o al menos que no quieren la paz. Una organización armada, ya sea del tipo terrorista o no, no puede transformarse en organización política mas que a la salida de la victoria total - o de la derrota total; privada de ella o protegida de la otra, no encuentra su razón de ser más que en la prosecución del combate. Hamas hará la guerra a Israel, para conservar su poder recientemente adquirido y para evitar que la violencia monstruosa de la sociedad palestina no acabe por engullirla. Pero lo hará con una dimensión 'proto-estática', con una autoridad que debe obtener el reconocimiento de la comunidad internacional - si los resultados de las elecciones son juzgados validos.

La formación del gobierno por un partido llamando abiertamente a la destrucción de Israel, y no ya por un mero partido haciéndolo a escondidas y sin responsabilidad, prosigue así la 'resimetrización del conflicto israelo-palestino". Por supuesto, la nueva Autoridad Palestina puede intentar perpetuar el doble lenguaje de los precedentes, por ejemplo haciendo creer en unas diferencias entre las pretendidas ramas política y militar del Hamas; pero las capacidades de coerción reveladas de esta organización limitan la credibilidad de una tal percepción. Con Hamas al poder, será imposible imaginar aún una Autoridad Palestina incapaz de impedir actos terroristas revelando una voluntad y actitud combatiente. La comunidad internacional deberá aceptar la realidad de un conflicto oponiendo un Estado contra un proto-Estado, de una guerra conducida por dos gobiernos elegidos y responsables.

Con toda lógica, esta simetría debería imponer una neutralidad y una imparcialidad inéditas, pasando por la suspensión - o igualización - de toda ayuda económica en tanto duren las hostilidades; ello debería llevar igualmente hacia una cierta paridad entre los beligerantes en lo que concierne a la aplicación del derecho en los conflictos armados. Del lado israelí, esta ventaja sería explotada al máximo continuando a sustraerse al lado palestino, prosiguiendo a la vez con las retiradas de los territorios disputados y la construcción de la barrera de seguridad. Toda iniciativa conduciendo a aproximar la guerra actual a un conflicto clásico entre estados no haría más que reforzar la legitimidad de las acciones armadas israelíes cara a los ataques palestinos. Llevando a las Naciones Unidas cara a la obligación de aplicar su propia carta.

Naturalmente es muy posible que las organizaciones armadas palestinas entren en lucha abierta unas con otras, y que la guerra civil larvada precipitada por la muerte de Arafat y la retirada israelí de Gaza tome otra intensidad. Pero la derrota por delito no es muy diferente de la simple derrota.

"Israel debe cambiar su bandera"

Un importante líder de Hamas indicó el domingo que la victoria de su grupo en las elecciones legislativas palestinas ha modificado poco su posición hacia Israel.
Los comentarios de Mahmoud Zahar vinieron después de que el Ministro Shaul Mofaz dijerá en la reunión dominical del gabinete que encuentra que Hamas estaba, hasta este momento, actuando con responsabilidad, y añadió que creía que la organización intentaría frenar el terror.
Preguntado si un gobierno palestino conducido por Hamas aceptaría el derecho de Israel a existir, Mahmoud Zahar dijo a la CNN: "la pregunta debería ser contestada primero por Israel, porque ellos no nos aceptan, excepto como una minoría, no como dueños de la tierra."
Entre sus varias condiciones señaló una petición escandalosa, que Israel cambiará su bandera. "Israel debe quitar las dos franjas azules de su bandera nacional", dijo Zahar. "Las franjas en la bandera son símbolos de la ocupación. Ellas significan que las fronteras de Israel se extienden del río Eufrates al Nilo."

Preparense a tener que conceder a Hamas infinitas oportunidades

Fabián se escandaliza de las primeras manifestaciones de lo que será el poder de Hamas.
Quizá es demasiado pronto para ello y además, Fabián, tendrás multitud de oportunidades de comprobar que nadie querrá reconocerlo, por ejemplo Shimon Peres, que esta convencido de las posibilidades de la ocasión. La verdad es que siempre lo estuvo, fuese quien fuese quién estuviera enfrente. Esta poseído por el dogma de cierta izquierda, ese de que "la realidad no te estropee una idea justa" (la versión israelí acusará al gobierno de la victoria de Hamas por no favorecer negociaciones con M.Abbas y no negociar liberaciones de presos y ...).
La primera inmersión en la realidad nos enseña que una de las prioridades de Hamas será construir un 'ejercito unificado'. No es ninguna estupidez.
La "democracia islámica" o el régimen que implante Hamas, deberá en primer lugar controlar a todos los gangs o milicias armadas que viven de las armas y de prácticas mafiosas de protección o de alquiler a los diferentes clanes.
La 'seguridad interna' será un signo de autoridad y desactivar a las milicias, es decir comprarlas, intentando imitar lo que el 'envenenado Arafat' realizaba tan profesionalmente, enfrentarlas entre sí por sus favores, les reforzará en el poder y de paso afianzará su clientelismo.
El problema será sí habrá dinero para todos.

¿M.Dahlan, con sus desmedidas ambiciones y el odio mutuo que se dedican, podrá ser comprado? ¿Tendrá este a su vez dinero para mantener a su milicia o comenzarán las deserciones o el alquiler de los servicios de las milicias de Al Fatal al mejor postor?
¿Y el 'importante' movimiento laico y democrático que según algunos representaban los palestinos, en contradicción con otros regimenes cercanos, aguantará la política proselitista del Hamas a la hora de las ayudas y dotaciones económicas y sociales?
Las primeras señales apoyan la idea de que Hamas seguirá los criterios árabes cercanos, un poderoso control político, social y policial de la población y un generoso apoyo a quienes quieran habituarse al nuevo clientelismo que se avecina.
La ‘hoja de ruta’ nacional de Arafat.

El único elemento positivo es que podrá mantener mejor que nadie la necesidad del enemigo externo, Israel, como desencadenador de la catarsis nacional en caso de crisis políticas, económicas y sociales internas.

¿En este caso que será mejor, el unilateralismo que quizás elimine tensiones directas pero acostumbre a los palestinos a no comprometerse en nada ya que consiguen sus objetivos sin necesidad de compromiso y les reafirmará aún más en su 'programa de destrucción de Israel por etapas' ("el enemigo se desintegra y debilita, es solo cuestión de tiempo"), o esperar sin realizar concesiones hasta posibles reacciones de ‘compromiso’, ya sean coyunturales o tácticas, y que supondrán dinámicas de enfrentamiento?

Por otro lado, esperen sin dudar "políticas de conciliación" por parte de Europa y del Cuarteto, o sea, que Israel se mueva, que sostenga cuanto antes negociaciones con ellos.




Friday, January 27, 2006

La 'dhimmitud', Bat Ye'or y Le Point.

Bat Ye'or , historiadora británica de origen judéo-egipcio, presenta a lo largo de sus obras un análisis provocador, para el gusto bienpensante, sobre las relaciones entre Europa y el mundo árabe.

Además es uno de los máximos expertos sobre la 'dhimmitud', esa especie de 'protección' bajo condiciones de sumisión que las civilizaciones musulmanes daban a los pueblos del libro, cristianos y judíos, que vivían en sus sociedades a cambio de una especie de tasa, la jiziya, y su condición de sometimiento.

No hace mucho, con la publicación de unos de sus libros en Francia, daba una entrevista a la revista 'Le Point' donde exponía buena parte de sus ideas (buena parte del contenido de sus respuestas aparece a continuación). Pero sus opiniones no gustaron a ciertos 'expertos' que la criticaron como islamofoba, negándole además la revista su derecho a responder esos 'argumentos'. Ahora un juzgado de París viene a reconocerle su derecho a respuesta y contrarrestar así esos ataques mediáticos.


"El 'dhimmi', es el 'protegido' y ha designado durante trece siglos a judíos, cristianos y otros no musulmanes viviendo en los países islamizados desde el siglo VII. Muy a menudo ocultado, este concepto del 'dhimmi' es fundamental; él se inserta en la ideología misma de la 'jihad', la guerra santa del Islam, que divide la humanidad en dos campos: los musulmanes, representando el campo de la paz, y los infieles, representando por contra a los territorios de la guerra, 'dar al-harb'.

Invocando el Coran y los hadith, la jihad prescribe a la comunidad musulmana la obligación de conquistar los países no musulmanes a fin de someterles a la ley islámica. La jihad puede ser emprendida pacíficamente (proselitismo, inmigración) o bélicamente. Toda resistencia a la progresión del Islam constituye un 'causus belli'.

El dhimmi es el infiel que, sometiéndose sin combatir a la soberanía islámica, se beneficia de una protección sobre su vida y sus bienes. Ciertos derechos limitados le son reconocidos. Por contra, debe pagar la 'jiziya'. Ese pago esta combinado con otras humillaciones. El rechazo de pagar la 'jiziya', es asimilado a una rebelión, elimina por tanto la protección y restaura automáticamente la ley de la jihad.

Entre las restricciones que sufrían los 'dhimmis' en las sociedades islámicas estaba la de llevar armas, construir o reparar sus lugares de culto, tenar que llevar en ocasiones vestimentas discriminatorias que les exponían a la burla y el insulto (de hecho es el origen de las rodelas que en ciertas zonas cristianas se obligaba a llevar a los judíos).
En la calle, los 'dhimmis' debían caminar rápidamente, bajando los ojos, pasar a la izquierda de los musulmanes, y enterrar a sus muertos con suma diligencia. Su culto religioso debía ser silencioso y las procesiones estaban prohibidas. Vivían en guettos cuyas puertas se cerraban al anochecer. El matrimonio con mujeres musulmanas y la blasfemia contra el Islam estaban penados con la muerte.

Los cristianos eran a menudo, excepto en los últimos siglos, mucho mas vulnerables que los judíos. En esas épocas eran identificados con los enemigos del exterior, provocando represalias y masacres. Pero por otro lado, y cada vez más, también se beneficiaron de la protección de los reyes cristianos. A menudo acusados de colaborar con los cristianos del exterior, los 'dhimmis' cristianos, intentaban desviar la cólera islámica contra los judíos.

Esta historia ha sido 'borrada' cuando Europa ha establecido unas mayores relaciones con el mundo árabe-musulmán bajo una cooperación política, económica y cultural. Europa ha privilegiado entonces el 'mito del Al-Andalus' como modelo de civilización multicultural, y la no menos mítica 'edad de oro de las tres religiones'. Todo lo que concernía a la jihad y la 'dhimmitud' ha sido eliminado. La memoria de los 'dhimmis' ha sido fragmentada, interrumpida al ritmo de las masacres, de la destrucción de iglesias, sinagogas y archivos. Además su dependencia y sometimiento le obligaba a 'alabar la tolerancia islámica' y perpetuar así su alienación.

Frente a las inevitables acusaciones de 'islamofobia' es obligado conocer la ideología de la jihad, puesto que ella determina las relaciones con los no musulmanes. Se debe conocer que según el Islam, la historia bíblica es una historia islámica.

Tanto el judaísmo como el cristianismo serían deformaciones ulteriores de la religión islámica, primera y única verdadera religión. "

En francés, la entrevista problemática: http://www.lepoint.fr/dossiers_societe/document.html?did=159863
la acusación de islamofobía,
http://www.lepoint.fr/dossiers_societe/document.html?did=15986
y serie de artículos defendiendo las opiniones de Bat Ye'or
http://www.libertyvox.com/article.php?id=114
http://www.france-echos.com/actualite.php?cle=4023



Página web con artículos de Bat Ye'or y otros dedicados a la 'dhimmitud': http://www.dhimmi.org/

El futuro de Israel - Rafael L. Bardají - ABC

La estrategia instaurada por Sharón se basa en un principio muy simple: lo que necesita Israel para vivir en paz son una fronteras defendibles y si esto no se puede lograr mediante la negociación, se debe intentar unilateralmente. No otro es el fin último de la retirada de Gaza. El resultado de las elecciones palestinas y el aumento del extremismo islámico debería preocupar, no obstante, a los israelíes. Lo que pasa dentro de los territorios palestinos sí sigue afectándoles. Particularmente si avanzan por el camino de la radicalización. Es verdad que la comunidad internacional no se lo ha puesto fácil ni a Israel ni a las fuerzas moderadas palestinas.

La fijación europea por Arafat y la Autoridad Nacional Palestina -cuyo mejor exponente es nuestro ministro de Exteriores Miguel Angel Moratinos- ha llevado a que el grueso de la ayuda se pierda en clientelismos, consolidando un sistema corrupto en su naturaleza, y que los reformistas y demócratas palestinos, que los hay, se encuentren solos y prácticamente abandonados. Aún peor, sumidos entre quienes se benefician del sistema y los radicales islámicos que sí son ayudados desde el exterior con fondos iraníes y saudíes, entre otros. Nunca los occidentales hicieron tan poco por gente que comparte sus valores. Natan Sharansky, ex ministro del Likud, ex prisionero del Gulag soviético y autor del afamado ensayo «En defensa de la democracia», siempre lo ha advertido: lo importante no es un Estado palestino, sino que éste sea democrático.

En todo caso, la cuestión palestina no es la única preocupación de los israelíes. Su supervivencia también depende de otros factores. Entre ellos, la estabilidad del vecino reino de Jordania, que aparte de sus tensiones internas, se ve ahora como objetivo prioritario para la estrategia de Al Qaida. En la medida en que no pueden con los americanos en Irak, Al Zawahiri llama a sus acólitos a castigar a sus vecinos, a fin de extender la inestabilidad en toda la región, comenzando por Jordania.

Si Al Qaida tuviera éxito, a Israel se le abriría un nuevo frente con el que ahora no cuenta. Y lo mismo vale para la evolución de Siria y su influencia sobre el destino del Líbano. Y claro está, la cuestión iraní y la posibilidad de que los ayatolás de Teherán se doten de armamento nuclear es algo bien preocupante para Israel, una nación apenas a cuatro minutos de vuelo de un misil iraní y para quien los efectos de una sola bomba nuclear en su suelo equivaldría a su práctica desaparición, a un nuevo Holocausto.

Las elecciones de ayer en los territorios palestinos son muy importantes. Pero posiblemente no sean un asunto vital para el futuro de Israel por muy obsesionados que estemos con ellas los europeos. Hay otros riesgos cerniéndose sobre el horizonte.

Palestina, cadena perpetua - Serafín Fanjul - ABC

En cierta ocasión comentó Golda Meir: «Nuestro conflicto con los palestinos acabará el día en que ellos amen a sus hijos más de lo que nos odian a nosotros». Han pasado más de treinta años desde aquella sentencia y vemos hoy que se ha avanzado aún muy poco en lo sustancial: y es el empecinamiento enloquecido y fuera de la realidad que muestran los dirigentes árabes en la pretensión de acabar con Israel en sentido absoluto.

Pero ahora hay en todo esto un agravante químicamente puro y con el que la negociación es imposible: el fanatismo religioso dirigiendo la operación y controlando la vida cotidiana de la muy desgraciada población palestina, provocando casos terroríficos, por la vigilancia de las «buenas costumbres», como el linchamiento y asesinato (13-04-05) de Yusra al-Azami a manos de una Brigada Antivicio. El delito de la infeliz había sido pasear por la playa con su prometido y con su hermana de carabina: le faltaba un mes para casarse. Esta presión criminal sobre las gentes, amén de la corrupción archisabida de Fatah y la borrachera verbalista a que tan aficionados son los árabes, incapaces demasiadas veces de distinguir entre realidad e hipérbole, han producido el triunfo electoral de Hamás.

Algo que -digámoslo aunque sea a toro pasado y se nos pueda motejar de profetas de lo ya visto- hace mucho percibimos en las poblaciones árabes, no sólo en la palestina: si hay movimientos terroristas islámicos es porque un caldo de cultivo amplísimo los sostiene moral e ideológicamente, cuando no con dinero, incluso entre infinidad de personas que nunca matarán una mosca.

El alborozo con que por esas latitudes se recibieron los atentados de Nueva York, Madrid, Londres o Bali y que los líderes europeos escamotean a los pueblos de Europa -«para no alarmar»- maquillando los datos de las encuestas o recortándolos sin más, es un buen exponente de lo que de hecho podemos esperar. Y no otra cosa.

Es problema de psicología social, no de política; es decir, una cuestión de fondo que no se conjura con elucubraciones periodísticas ni con patéticas excursiones de indocumentados marchantes de la Alianza de Civilizaciones.

El mito del palestino puro y bueno frente al malvado judío ha crecido a su aire: ahora los politiqueros de este lado del mar no saben qué hacer. Hace unos días señalábamos en estas páginas las dificultades de Israel para adoptar una política de distensión ante un enemigo que se cree en posesión de la verdad divina y que, por consiguiente, no va a rebajar un adarme su delirante pretensión de «echar a Israel al mar» y constituir en Palestina un estado islámico: como para temblar ante la suerte que aguardaría a todas las Yusra al-Azami de la tierra, por añadidura a los judíos que -guste o no a los palestinos- son ya tan del país como ellos.

La imposibilidad de maniobra de Israel hará perdurar las facetas más rígidas de la primitiva política de dureza de Sharón, arrumbando todo viso de negociación, de distensión y mejora en la vida de los palestinos para dos o tres generaciones más.

Porque la otra alternativa -lógicamente ridícula para cualquier israelí- es impensable: la rendición preventiva, al estilo «lo que sea» que por aquí se gasta. Y por cierto, el siempre luminoso Moratinos ¿qué nuevo prodigio nos depara para resolver ya, ya mismo, el problema de Palestina?














Una pesada herencia















Próxima etapa, el premio Nobel de la Paz.

Tuesday, January 24, 2006

Un mundo desaparecido - Roman Vishniac (1897-1990)














Una de mis fotos preferidas, "Estudiando la cábala en un sótano del guetto de Cracovia en 1936".

Tengo un libro de fotografías de Roman Vishniac, "A Vanished World", que como indica el título recrean ese mundo perdido del "Yiddishland".

“Roman Vishniac's Berlin” es el título de la exposición fotográfica que presenta el Museo Judío de Berlín hasta el 5 de febrero. Roman Vishniac (1897-1990) es bien conocido por la calidad de sus fotografías de la vida de las comunidades judías en la Europa del Este anterior a la segunda guerra mundial. Sus imágenes sobre el Berlín de los años 20 y 30, mientras él vivía en la capital germana reflejan, además de las instituciones judías, los variados caracteres de la ciudad, sus amigos y su familia. Vishniac nació en Pavlosk, ciudad cercana a San Petersburgo, y creció en Moscú. Después de estudiar Medicina y Biología, volcó su amor a la fotografía realizando las primeras micro-fotografías científicas de su país de origen. Dejó Berlín para huir a París en 1939 y permaneció un tiempo detenido en el campo de prisioneros francés de Gurs. Luego de la muerte de su esposa llevó sus dos hijos a Suecia, y de allí emigróa a los Estados Unidos vía Lisboa. Pero su fama le viene de haber reflejado un mundo ya desaparecido para siempre, el de las comunidades judías de la Europa Oriental, durante un largo viaje que emprendió antes del comienzo de la segunda guerra mundial sufragado por el comité norteamericano del Jewish Joint Distribution Committee entre los años 1935 y 1938. Sólo después de su muerte en 1990 se descubrió este tesoro fotográfico, pues Roman Vishniac había vuelto a su primer amor, fotografiando plantas e insectos.

Isaac Bashevis Singer - Un amigo de Kafka




















Mi escritor preferido.
Por su centenario, su vida y su obra en una maravillosa página web http://www.ibsinger100.org/

Irán, la solución diplomática - Florentino Portero

Florentino Portero, es uno de los mejores analistas españoles de política internacional. La única pega que tiene es que sus opiniones no son del gusto 'políticamente correcto' de la Alianza de Civilizaciones, espectral organización que solo busca generar auto publicidad a los defensores de la política bienpensante. No hace falta que perdamos mucho más el tiempo con ella, en cambio este artículo de F.Portero sí merece ser leído.

Irán, la solución diplomática - Florentino Portero - ABC

Durante siglos los estadistas de cualquier parte del planeta tuvieron claro que la diplomacia resultaba mucho más eficaz si tenía el respaldo de una fuerza militar creíble. De ahí la vieja sentencia de que para asegurar la paz lo mejor era prepararse para la guerra. Desde hace unas pocas décadas los europeos hemos superado esa etapa de la Historia y hemos llegado a la conclusión unilateral de que todo se puede resolver por la vía diplomática y a través de las instituciones multilaterales. El problema es que los demás no se han enterado.

Es indudable que las elites políticas europeas están preocupadas por los programas nuclear y de misiles iraníes. Son conscientes de la amenaza directa que implicarían y del efecto proliferador que tendrían en la región si continúan adelante. Tratan de detenerlos, pero se sienten apresadas en sus propios prejuicios e intereses.

Los gobiernos europeos quieren llevar el caso al Consejo de Seguridad, que es donde corresponde, para reforzar el diálogo diplomático con la amenaza de sanciones económicas. Pero saben que China y Rusia difícilmente aprobarían medidas contundentes. Es más, no tienen claro si ellos, es decir nosotros, las votaríamos. De hacerlo pondríamos en peligro nuestras inversiones, con su efecto en beneficios y empleo, y dañaríamos al iraní medio sin forzar con ello la voluntad de los ayatolás. Se podría considerar dejar de comprarles petróleo y gas, lo que resultaría menos costoso que los efectos de un conflicto o de una carrera de armamentos regional y mucho más efectivo, pero nadie parece dispuesto a considerarlo.

En estas circunstancias Europa desearía que Estados Unidos e Israel asumieran una posición agresiva contra Irán, para instalarse en la cómoda posición del mundo sensato y civilizado que mira con desdén la actitud beligerante y unilateral de estos estados atrasados que todavía creen en el uso de la fuerza. Pero no acaban de caer en la trampa. Bush cree que el programa nuclear iraní tiene por delante un cierto recorrido y que, por lo tanto, será responsabilidad de su sucesor resolverlo. Rice ha dejado hacer a los europeos, que es exactamente lo que menos nos gusta. Lo nuestro es la crítica altiva, no la resolución de los problemas.

El mantra resuena por todas partes, la solución sólo puede ser diplomática, y Ahmadinejah sonríe, convencido de que la batalla en Naciones Unidas la tiene ganada, entre la impotencia de los europeos y los intereses de rusos y chinos en su país.

El régimen de no-proliferación, como el conjunto del sistema de Naciones Unidas, se fundamenta en la disposición de las partes a hacer cumplir sus acuerdos. Si un estado lo viola sin coste alguno, podemos dar por muerto todo el mecanismo. Entraremos en una nueva etapa, con más estados dotados de armamento nuclear y de misiles ¿A quién le echaremos la culpa?


Florentino Portero es miembro del Grupo de Estudios Estratégicos http://www.gees.org

Sunday, January 22, 2006

Carnaval palestino y como utilizar a Primo Levi contra Israel

Del mismo lugar del que pude obtener el video montaje sobre la Shoah, un video mucho más lamentable y penoso. Estamos cercanos a los tiempos del carnaval y así podemos observar como celebran ciertas culturas ese tipo de festividades.

El irónico subtitulo define bastante bien el contenido:

"Fiesta de niños palestinos disfrazados de terroristas, mártires suicidas, jeques terroristas... Todo muy didáctico."

David Basabe, en un post en "Herut" titulado "Titiriteros judeófobos", ya nos daba cuenta de las nuevas actividades (1) de una de las componente del grupo que tanto cariño sentía en visitar al santón de Arafat y que luego allí, a parte de recitales varios, nada decían cuando coincidía su estancia con un "acto de resistencia" provocado por un nuevo mártir suicida.
Pues bien, en esta especie de carnaval no se porque echo de menos su presencia, amenizando la fiesta con un par de canciones.

Juzguen por ustedes mismos si no hubieran encajado en tan divertido carnaval infantil:

http://www.youtube.com/watch?v=nX5nRmEweQk


(1)

Denuncian el uso del Holocausto con fines antisemitas en una obra de teatro del Círculo de Bellas Artes de Madrid

El Teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes de Madrid acoge la obra "Conversaciones con Primo Levi". Está dirigida por Mereces Lezcano y protagonizada por Manuel Galiana y Víctor Valverde. Según ha podido saber Libertad Digital, el montaje está provocando malestar en la comunidad judía, que ve a los judíos reflejados como "verdugos" y a los dirigentes israelíes al mismo nivel que los nazis.

El objetivo de Mercedes Lezcano, según explicó el pasado 10 de enero, era rendir homenaje a Primo Levi. Por eso decidió poner en escena la obra de Ferdinando Camon "Conversaciones con Primo Levi", protagonizada por Manuel Galiana y Víctor Valverde.

El montaje sobre el escritor, científico y pensador italiano fue estrenado en Segovia el año pasado pero no llegó hasta la segunda semana de enero a Madrid, en el Teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes. Se conmemoraba entonces el aniversario de la liberación de Auschwitz y el Día Internacional de las Víctimas del Holocausto.

Lezcano, que adaptó el texto a partir de una entrevista que Levi mantuvo con el escritor Ferdinando Camon en 1986, dijo durante la presentación del montaje que esta obra "recupera la memoria histórica y denuncia la barbarie de la guerra que continúa actualmente en otros lugares" y señaló que "no hay que olvidar el holocausto nazi, pero tampoco hay que permitir que se llame antisemita a todo aquel que no esté de acuerdo con las acciones del estado de Israel con el pueblo palestino".

Hitler y los dirigentes israelíes

Según ha podido saber Libertad Digital, la particular interpretación que hace la escritora de la historia ha provocado las críticas de la comunidad judía, que considera que utilizara el Holocausto con fines antisemitas al acusar a los judíos de estar al nivel de los nazis y convertirse en verdugos. A lo largo del montaje aparecen textos e imágenes que acusan al Instituto Forense de Medicina israelí de extraer los órganos a tres niños palestinos. La obra relata que así lo ha reconocido esta institución, algo que sólo ha sucedido para las organizaciones de nazis y de extrema izquierda antisionista.

También se repiten a lo largo del montaje imágenes de Hitler que se suceden con grabaciones sobre el conflicto entre israelíes y palestinos y aparecen declaraciones de dirigentes de Israel, fuera de contexto, que se equiparan a las de dirigentes nazis. Tras la secuencia llega la pregunta: "¿Cómo un pueblo que ha sufrido tanto puede años después infligir a otro tanto dolor?

Memoire de la Shoah

Por medio de un periódico digital he accedido a una página web de videos que antes había visitado ocasionalmente ya que suelen editar videos sobre diferentes conflictos bélicos.

Para mi sorpresa me he encontrado con una maravilla sobre la Shoah a partir de un proyecto personal basado en un montaje fotográfico. Dura 5:45 minutos y a lo largo de este tiempo y con la maravillosa música de fondo de Frederic Chopin, que sin duda incrementa el contraste entre la belleza musical y el horror que poco a poco desfila ante nosotros, accedemos a través de este gran video montaje a un nuevo y revisitado recordatorio de la Shoah, hoy en día nuevamente puesta en duda.

Al final, a la hora de los créditos, un grito más que un poema:
"Annie, mi amada esposa,
tú serás vengada!
Athelie, mi pequeña,
tú serás vengada!
Las cenizas de tres millones de hombre,
mujeres y niños judíos, quemados,
sereís vengados!".

La realización corre a cargo de Patricia Guzman y el enlace es el siguiente:

http://www.youtube.com/w/M%C3%A9

moire-de-la-Shoah?v=8ZWYxLiZQZI

No me resisto a solicitaros que si sois capaces de descagaros el video me hicieraís llegar el modo para realizarlo. Estoy algo obtuso

Saturday, January 21, 2006

"La filosofía de las fronteras" versus "la filosofía de la seguridad nacional" - Caroline Glick


Nuevamente Caroline Glick en otro polémico y estupendo artículo, del que se puede estar en desacuerdo pero que también pone de relieve aspectos que pocas veces se invocan.
C.Glick comparte la ideológia oficial del Likud (y parece posicionarse a favor de Netanyahu): no existe "partner" con quién dialogar y además no tiene objeto dar pruebas de generosidad sin contrapartidas evidentes y mensurables.

Este artículo se publicó en el Jerusalem Post bajo el título de "El ethos de la seguridad nacional", aunque también aparece en otras publicaciones bajo este otro título
"La dura realidad es demasiado débil frente a un ardiente deseo psicológico".

El ethos de la seguridad nacional - Caroline Glick - Jerusalem Post

Como los europeos, los israelíes tienen sed del lujo de ignorar la necesidad primaria y básica del país de asegurar su propia seguridad y la preservación del carácter de Israel en tanto que estado judío.

Desde que Ariel Sharon a forjado el termino "desconexión", los oponentes a las retiradas territoriales de Israel se han lamentado del carácter orwelliano del termino. Y sin embargo, tan duramente como estos opositores han combatido la visión de la izquierda de que la seguridad de Israel es mejorada por la transferencia de territorio israelí a los terroristas palestinos, y rechazaban por tanto esa política de retiradas señalando sus peligros, sus advertencias se han comprobado demasiado débiles frente al concepto de "desconexión".

En los contextos geográficos, étnicos y militares de Israel, el termino "desconexión" es primero y ante todo un concepto psicológico. Concierne no a una realidad sino al deseo ardiente y profundamente enraizado de escapar a un medio ambiente hostil. Contiene la promesa de que Israel puede determinar una frontera que nos separará de vecinos hostiles.

En un artículo publicado inmediatamente después de la conclusión de la retirada de Gaza y del norte de Samaria en el pasado agosto, el comentarista de Haaretz, Ari Shavit ha sostenido la noción de "frontera". Él afirma que la significación de la operación era que después de la era de la “filosofía de la implantación” y después de la era de la “filosofía de la paz”, el momento había llegado para la “filosofía de la frontera". El problema es que una frontera sólo puede tener sentido sí los pueblos que esa frontera separa la reconocen y comprenden su sentido de la misma manera. Puesto que los palestinos no reconocen el derecho de Israel a determinar sus fronteras, toda frontera que Israel eligiera no operaría más que en una dirección. Entonces mientras Israel honraría la totalidad del territorio palestino, los palestinos insistirán sobre su "derecho" a atravesar esa frontera a voluntad.

Pero la realidad es demasiado débil para un deseo psicológico ardiente. Israel quiere "desconectarse".

Los israelíes no son los únicos a querer separarse de sus extraños vecinos, por no llamarlos hostiles. El síndrome de la frontera unilateral obsesiona a grandes zonas del mundo occidental. Por ejemplo, el conflicto entre los EEUU y Mexico sobre la regulación de su frontera se convierte en cada vez más agudo mientras que el gobierno mexicano continua de animar a sus ciudadanos a emigrar ilegalmente a los EEUU.

Por lo mismo, los lideres de los estados árabes alrededor del Mediterráneo, como Marruecos, Tunez y Argelia, han rechazado obstinadamente las peticiones repetidas de los europeos de tomar medidas para impedir la inmigración ilegal masiva de sus ciudadanos hacia Europa.

Esos ejemplos ilustran la complejidad del concepto de frontera cuando los pueblos de ambos lados difieren en sus interpretaciones sobre su significación y su importancia. Sin embargo el síndrome de la frontera de Israel es incluso más aleatorio que ese que padecen los americanos y los europeos, porque al menos los gobiernos mexicano y los del Magreb aceptan de hecho la soberanía americana y europea. Sus conflictos son limitados a unas interpretaciones divergentes de lo que implica la soberanía. En el caso de Israel, los palestinos no han aceptado jamás la soberanía de Israel sobre cualquier tipo de fronteras.

El hecho es que a continuación de la jihad global y del rechazo creciente a su asimilación de unas minorías culturales y étnicas en crecimiento en las sociedades y estados occidentales donde viven, los ciudadanos de esas sociedades tienen sed de aislarse de un medio ambiente internacional cada vez más hostil. En Europa, como en sectores de EEUU, los ciudadanos ignoran los gritos de guerra de sus enemigos y concentran sus energías en debatir los derechos en sus sociedades de amplia protección social.

Como los europeos, los israelíes tienen necesidad del "lujo" de ignorar la necesidad primaria del país de asegurar su propia seguridad, y de la preservación del carácter judío del estado de Israel. La creación por Sharon del termino "desconexión" ha permitido a ese deseo irrealista transformarse en una visión del mundo socialmente aceptable y ser una política gubernamental atractiva como antes fue el caso del concepto abstracto, amorfo, de "paz" convertido en el único objetivo socialmente aceptable en las políticas gubernamentales de los años 90.

Sharon y sus partidarios políticos han vendido al público la creencia de que si Israel se "desconecta" de su vecindario, entonces la sociedad israelí estará finalmente en medida de volver su atención a los problemas "verdaderamente importantes" como las retribuciones y protección social de las madres solteras y el matrimonio homosexual.

Los medias israelíes han jugado un papel crítico avanzando la noción de que el sueño de la "desconexión" es una opción política realista. La cobertura local por los medios de los acontecimientos en la Autoridad Palestina(AP) es tan superficial e indiferente que un consumidor de noticias israelíes estaría perfectamente justificado de creer que los acontecimientos en Ramallah, Jenin y Gaza tienen poca influencia sobre su vida y bienestar. Los difusores de información hablan de un golpe de misiles cayendo sobre Ashkelon, Al Qaida atacando desde el Libano y del ministro de Exteriores Shalom socavando la autoridad del jefe de su partido Netanyahu. En el mejor de los casos, las tres historias son consideradas de importancia equivalente para nuestros informadores. En la mayor parte de los casos, las tentativas de Shalom de humillar a Netanyahu son cubiertas con una pasión y una atención en detalles bastante más importante que las tentativas de atacar el oleoducto de Ashkelon-Eilat y de la actividad incrementada de Al Qaida en el Libano.

Sobre este telón de fondo de la obsesión israelí, las elecciones palestinas están programadas para dentro de 12 días. La mayor parte de las informaciones y comentarios están centrados sobre estas pequeñas cuestiones: ¿ganará Hamas las elecciones?, ¿los residentes árabes de Jerusalem serán autorizados a votar?. Aunque esas cuestiones son importantes ellas no reflejan la realidad más relevante.

Esta realidad es que sin considerar lo que ocurrirá en esas elecciones, y sin considerar si Israel y los palestinos retomarán las negociaciones, los contornos del estado palestino son bien conocidos y han sido conocidos desde el establecimiento de la AP en 1994. La anarquía, el terror, la corrupción, la pobreza y el compromiso ideológico en la destrucción de Israel que han sido las características constantes de la AP desde sus inicios nos aportan la descripción precisa de lo que implica la realización de la visión de una solución de dos estados para el conflicto israelo-palestino.

Sin considerar quien emergerá victorioso de las próximas elecciones (sí tienen efectivamente lugar), es absolutamente seguro que la dirección palestina comprenderá a los terroristas, a los simpatizantes de los terroristas y a las organizaciones terroristas (por que todos ellos son los únicos candidatos y partidos en la carrera electoral). Los palestinos explican ellos mismos que para lo que es desear la destrucción de Israel ellos no ven diferencia entre Hamas y Fatah. Para los electores palestinos, la principal diferencia entre ambos movimientos es que el Fatah es corrupto y Hamas es honesto. Esta distinción incluso ha conducido a los cristianos a sostener a Hamas.

Así llegamos al hecho principal que nosotros hemos rechazado reconocer desde que la AP ha sido
establecida. Sabemos ya lo que es un estado palestino puesto que hemos vivido cerca de él durante casi 11 años.

Para Israel, ese estado tiene cuatro atributos significativos:

1.- Primeramente, el estado palestino esta en un estado de fracaso comparable a Somalia y así permanecerá. El estado palestino no será nunca gobernado por la ley. Será siempre gobernado por gangs que prosperán bajo el caos. Nunca combatirá el terror, incluso lo favorecerá. Nunca construirá fundamentos físicos, económicos o ideológicos sobre los cuales una economía sana podría crecer sino que continuará más bien desperdigando sus fondos para financiar el terrorismo y continuará adoctrinando al pueblo en la cultura de la jihad. La transformación de los antiguos asentamientos israelíes en Gaza en campos de entrenamiento terroristas es un justo ejemplo que ilustra ese principio general.

2.- Enseguida, la dirección palestina, ya provenga de Fatah o de Hamas, hablará siempre con dos voces. Tratando con los estados árabes y otros del Tercer Mundo, sus miembros se presentarán como los dirigentes del estado soberano de ‘Palestina’ y firmarán acuerdos como jefes de ese estado. En sus intercambios con Occidente y con la Onu, por el contrario, los palestinos clamarán que ellos no pueden aceptar el estado independiente porque, dirán, están aún bajo la ocupación israeli. Exactamente como la víspera de la retirada de Israel de la banda de Gaza, los jefes de la AP han redefinido los límites de Gaza para incluir la comunidad anterior a 1967 de Netiv Ha´asara de modo a argumentar que la “ocupación” no tenia fin; por lo mismo si Israel debiera retirarse del 90% de Judea y Samaria, los palestinos argumentarían que aún permanecen bajo la “ocupación”. Sí además Israel evacuará Jerusalem Este, los palestinos volverían sobre el plan de partición de 1947 de la Onu y clamarían que Galilea y el Neguev “permanecen ocupados”. Es por esto que los palestino clamarán que viven bajo la ocupación en tanto que Israel exista, independientemente de sus fronteras.

3.- Como ha ocurrido en Gaza en los meses pasados, y como ha ocurrido después de que Israel se hubiera retirado de los centros de población palestina en Judea y Samaria en los años 90, los palestinos continuarán utilizando todos los territorios que evacuen los israelíes como bases operacionales para aumentar sus capacidades terroristas. Esta semana el director del Shin Beit Youval Diskin a informado ante la Knesset que desde que Israel evacuó Gaza, el contrabando de armas desde Egipto hacia Gaza había aumentado un 300%. También ha señalado que de octubre a diciembre los ataques terroristas y las tentativas se habían multiplicado por 6.

4.- En la arena internacional, los intereses nacionales de los estados miembros de la UE, asegurar su aprovisionamiento de importaciones de petróleo desde los estados del Golfo Persico, apaciguar a sus poblaciones musulmanas cada vez más irredentistas y continuar desafiando el poder de los EEUU sobre “campos de batalla cómodos”, dictan que posibles nuevas retiradas israelíes no tendrán ningún impacto sobre su posición respecto a Israel o de los palestinos. Los europeos continuarán sosteniendo los derechos nacionales de los palestinos, sin consideración de las acciones de estos o de las tentativas de conciliación por parte de Israel. En ausencia de una ofensiva diplomática israelí concertada y constante, los americanos proseguirán también su política actual de presión sobre Israel para nuevas concesiones territoriales a los palestinos para comprar así un sostén diplomático a los árabes y europeos. Todo eso conduce a una simple conclusión. El deseo de fronteras de Israel no puede ser traducido en una política eficaz. El hecho es que ningún interés de seguridad de Israel es obtenido transfiriendo territorio a los palestinos o continuando sosteniendo el establecimiento de un estado palestino que de hecho ya existe y que no reconocerá jamás su propia existencia.

La cuestión ahora es ¿qué debe hacer Israel? La respuesta se sitúa recordando las acciones de Sharon como primer ministro antes de su metamorfosis izquierdista. En marzo del 2002, ordeno al Tsahal realizar la operación “escudo defensivo” en Judea y Samaria, y probó una cosa. Cuando los

dirigentes hacen respetar el derecho de Israel a defenderse por si mismo, el pueblo de Israel se une detrás de ellos.

Puesto que los palestinos no se curarán ellos mismos de sus patologías nacionales en un tiempo próximo, la política nacional de Israel debe ser construida no sobre un sueño que no será jamás reconocido, sino sobre la necesidad de garantizar su seguridad. Felizmente, Israel se puede defender por sí mismo.

Pero para realizar nuestras capacidades, nuestros dirigentes deben hacer reconocer a la mayoría del público que la realidad en la cual vive es una realidad de la que no podemos desembarazarnos.

La “filosofía de la frontera” es una falsa filosofía. La única filosofía nacional detrás de la cual podemos razonablemente unirnos y prosperar a largo plazo es la” filosofía de la seguridad nacional”.


Thursday, January 19, 2006

La aceptación del antisionismo judío - Isi Leibler

Existe bastante controversia sobre la nueva película de Spielberg, "Munich". He leido artículos donde denuncían una "humanización" de los terroristas y otra, que se quiere similar y paralela, de los hombres del Mossad. Un famoso comentarista americano, Charles Krauthammer en un artículo muy duro denuncia estos hechos al considerar que el propio final de la película, donde el jefe del comando del Mossad renuncia a regresar y permanece en Brooklyn, es una metáfora del judío que trás las duras experiencias vividas ha recuperado la conciencia y decide, tras ello, abandonar a Israel y por lo tanto la idea sionista.
Además deduce en el mensaje de la película una excesiva identificación, refrendando las actuales diatribas antisemitas del dirigente irani, entre el nacimiento de Israel y la Shoah, ignorando todo el pasado y anhelos del pueblo judío en la diáspora y la propia historia previa del sionismo.
No obstante hay otros comentaristas que observan positiva la "humanización del Mossad", al dar relevancia a los dilemas éticos en su actuación y eliminar esa caracterización continua de engendrador y perpetuador de todos lo males existentes a lo largo del mundo tan querida a los gobiernos, prensa e "inteligencia árabes".
La película solo es una introducción a una feroz crítica a esos judíos tan "éticos y bellas almas" que pululan por las sociedades occidentales y que tan críticos son, en exclusividad, con Israel.

La aceptación del antisionismo judío - Isi Leibler - Jerusalem Post

El éxodo de Otto Preminger, una película dramatizada de la historia de Israel durante sus primeros años generó una enorme buena voluntad global hacia el estado judío. En contraste, si se debe creer a los críticos, el "Munich” de Steven Spielberg socava eficazmente la justificación moral de Israel de tomar represalias para la defensa de su pueblo de sus asesinos. Como Preminger, Spielberg es judío. De hecho, su magnífica película la " Lista de Schindler" y otras acciones, como la creación de la Fundación para la historia visual de la Shoah, le ganaron una extensa admiración entre los judíos.

Ahora este orgullo judío ha dirigido una película sobre el ultraje terrorista en las Olimpiadas de Munich basada en un libro de un autor desacreditado que había calumniado falsamente al Mossad. Además seleccionó a Tony Kushner, otro judío crítico feroz de Israel, para escribir el guión.

Kushner nunca se molestó en ocultar su enemistad con Israel. Repetidamente declaraba que Israel nació en el pecado, y hasta llegó a afirmar que su creación fue "un error" "y una calamidad histórica y moral." Además, también respaldó abiertamente a los grupos que procuran la destrucción de Israel.

¿Qué ha pasado para que Spielberg evolucionará de persona sensible hacia Israel a esta consideración amargamente hostil del estado judío? ¿Cómo es posible para un buen judío promover una película que mina el derecho de Israel a defenderse implicando una equivalencia moral entre los hombres del Mossad y los asesinos terroristas?

En cierto modo, Spielberg no debe ser culpado. Su actitud es simplemente un subproducto del movimiento general que comenzó con Oslo cuando los gobiernos israelíes “levantaron el pedal” de la defensa de la justicia de la existencia de Israel, y se concentraron en persuadir a israelíes y a judíos de que Yasser Arafat era un compañero de paz genuino. Había líderes israelíes que hasta instruyeron a activistas de la diáspora de dejar de defender las acciones de Israel porque "el proceso de paz irreversible" hacía tal actividad contraproducente. Con una consecuencia, la pasión antes invertida en la promoción de nuestra razón y justicia en la guerra de ideas se evaporó. El flujo de mentiras y calumnias de aquellos que procuran destruirnos se dejo sin contestar. Los historiadores revisionistas promovieron la mentira de que Israel, en efecto, nació en el pecado, y deformaron los orígenes de las continuadas guerras agresivas que Israel tuvo que afrontar. Invariablemente, las mentiras afectaron a la opinión pública mundial y la imagen de Israel fue transformada de aquel antiguo desvalido a la de un inquilino agresor.

Para empeorar las cosas, elementos de la izquierda israelí iniciaron una “empresa de autodenigramiento” sin precedentes en los medios y en las universidades. Las opiniones extravagantes que habían estado hasta ahora restringidas a grupos de opinión inconsecuentes llenaron las columnas de Haaretz, el buque insignia de los medios de la intelectualidad israelí, y cuya edición en lengua inglesa comenzó en años recientes.

Dentro del régimen israelí, tal propaganda post-sionista sólo tenía un impacto marginal porque viviendo en las primeras líneas del terror, ello influía debidamente en los israelíes. Sin embargo cuando las versiones en lengua inglesa de estos artículos masoquistas fueron globalmente diseminadas en Internet, ellas tuvieron un impacto negativo - sobre todo en aquellos judíos que viven en sociedades donde la aplicación de dobles estándares y donde la demonización de Israel por los medios locales son una costumbre diaria.

En esta nueva era, los Judíos como Kushner, antes considerados por la comunidad como elementos marginales, se vieron beneficiados por la aprobación oficial de difundir sus extravagantes ataques contra Israel al considerarlos como respetables acercamientos alternativos. Incluso el derecho de Israel de existir se hizo un sujeto de debate. En efecto, el antisionismo judío se hizo respetable en instituciones dominantes y la mayor parte de los líderes judíos optaron por sepultar sus cabezas más bien que afrontar confrontaciones desagradables.

Tomemos por ejemplo el Limmud de Inglaterra, un muy destacable programa educativo judío para adultos en el cual más de 2,000 personas participan anualmente. En la conferencia reciente en Nottingham, prácticamente toda la variedad de la civilización judía fue afrontada. Aparte del rabinato ortodoxo que estúpidamente instituyó un boicot debido a la participación de rabinos no ortodoxos, el espectro de casi todos los puntos de vista judíos fue aireado, incluso algunos ostensibles libelos anti-Israel.

En el Limmud no existió ningún problema a la hora de suministrar una plataforma a la profesora Jacqueline Rose cuya “La Cuestión de Sion” es un libro abominable que comunica el mensaje de que Israel es una implantación colonial y un eficaz estado criminal. Incluso en una reunión anterior había participado Robert Fisk, famoso demonizador de Israel, quién fue despedido del Times por sus arrebatos antiisraelíes.

Había un programa en el Limmud , "Guerras justas", lleno de judíos y de imanes británicos en el cual los clérigos musulmanes hablaron de la intifada como de "una guerra obligatoria." Y por supuesto también participo Gideon Levy, el prolífico periodista pro-palestino del Haaretz.

Huelga decir que, aquellos propagadores de diatribas antiisraelíes no están en peligro de ser acusados de ser enemigos de Israel. Pero una reflexión básica se desprende. Seguramente, hasta una pluralista conferencia judía, cuyo objetivo declarado es el realce de la identidad judía, debe tener sus líneas rojas.

¿No hay ningún límite? ¿Es una exigencia de la libertad de la expresión el que una organización judía proporcione plataformas a deslegitimadores de Israel ? ¿Son esas opiniones que cuestionan el derecho a existir de un estado judío un legítimo punto de vista judío "alternativo"?

¿Serían tolerados los antisemitas? ¿Se permitiría a los ''Kahanistas? ¿Y por qué, en una sociedad que ya esta saturada de hostilidad contra el estado judío, debería una respetable plataforma judía promover a calumniadores judíos de Israel? Me puse en contacto con la organización Limmud para plantearles tales preguntas, pero dejé de obtener una respuesta.

La tolerancia del Limmud con los propagadores del odio antisionista es simplemente el último ejemplo de una tendencia que prolifera en comunidades judías de todo el mundo. Tal clima de permisión habría sido inconcebible sólo hace unos años. ¿Es por ello tan extraño que en esta atmósfera, Spielberg, un liberal, no se sintiera inhibido de entregar el guión de “Munich” a personas como Kushner?

Vivimos en tiempos complejos. Israel permanece el ancla principal de la identidad judía para la mayor parte de judíos. Si, distintamente de la crítica legítima de Israel, las organizaciones judías respetables quieren tolerar debates en los cuales las verdades del estado judío son minadas, estamos preparando el terreno para nuestro propio autofracaso moral. Los judíos de la Diáspora no sobrevivirán si ellos carecen de la columna vertebral para purgar al enemigo interior. Como judíos, no debemos ser absorbidos por la vileza moral asociada con el post-modernismo que enturbia la diferencia entre el bien y el mal.


Sunday, January 15, 2006

Finkielkraut: el nuevo antisemitismo y la muerte de Europa - Libertad Digital

Hablando del "socialismo de los imbeciles".

Nada está más presente en la prensa francesa de los últimos años. Nada, más esencialmente eludido. Al reafirmar, una y otra vez, la irrenunciable lucha contra el antisemitismo, la prensa como el sistema institucional franceses hacen trampa: hablan del antisemitismo pasado, para mejor invisibilizar la peculiaridad del presente. El brevísimo libro de Alain Fienkielkraut es un portazo en la apacible buena conciencia del pensamiento francés contemporáneo.


Finkielkraut: el nuevo antisemitismo y la muerte de Europa - Lucrecio - Libertad Digital

Y un intento de apuntar lo verdaderamente serio. Que el nuevo antisemitismo tiene componentes que lo diferencian por completo de sus predecesores, del nazi-fascista en particular. Y que este "antisemitismo que viene" está monstruosamente identificado con aquello que Europa exhibe como sus más mitificados valores: el humanitarismo, el antirracismo, el pacifismo, el progresismo de salón en el cual han venido a morir los entusiasmos revolucionarios de hace cuarenta años.
Para que semejante delirio pueda funcionar se precisa una coartada en dos etapas. El desplazamiento semántico, primero, de las viejas fobias sobre un nuevo nombre: sionismo; la asimilación, de inmediato, de ese nombre con una forma universal y particularmente horrenda del racismo: es el paradigma fijado en Durban por la asamblea de las benévolas ONG, que fija el antisionismo como objetivo prioritario de las luchas antirracistas y humanitarias.
Jon Juaristi, en su breve pero pertinente prólogo, recuerda la fórmula de Bebel, "el antisemitismo es el socialismo de los imbéciles". Y concluye que "podría recobrarse esta definición tan exacta para el antisemitismo contemporáneo, siempre que cambiásemos una palabra: el antisionismo es el humanitarismo de los imbéciles". Y, en efecto, lo que más llama la atención en el análisis muy fino que Finkielkraut efectúa de este nuevo antisemitismo que hace estragos, bajo el disfraz apenas creíble del antisionismo, es la interiorización de una pulsión autodestructiva esencial: la que lleva a la mala conciencia europea a asumir como propios los tópicos más delirantes y más inconmensurablemente reaccionarios del Islam de los ulemas y de los asesinatos en masa de infieles.

Si Francia tiene un interés de laboratorio en la gestación de ese nuevo antisemitismo es porque allí todos los elementos se dan en un perfecto solapamiento y ocultación. Los restos, casi arqueológicos, del viejo antisemitismo fascista, representados por una figura política en alza, Le Pen, enrarecen y enmascaran el presente. Histrión ascendido al primer plano de la política francesa merced a la apuesta suicida en favor de su promoción por parte de un François Mitterrand que veía en él un decisivo factor de división electoral de la derecha frencesa.
Mitterrand logró, en efecto, alzarlo sobre una base electoral estable; sólo que esa base se forjó no a costa de los previstos votos de la derecha clásica, sino de los de las periferias obreras tradicionalmente comunistas y, en menor medida, socialistas.
Le Pen es un factor de fuerte confusión. Amenaza, sí. Pero también coartada. Su antisemitismo es violento y primario; pero su propia ranciedad limita sus marcos de expansión social. Paradójicamente, el verdadero peligro antisemita se ha gestado, en estos años, en el ámbito mismo de la reacción humanitarista y antilepeniana. Cuando la prematuramente senil extrema izquierda francesa no halló ya más elemento de combate específico que el de la identificación con los sectores en función de cuyo rechazo había ascendido el Frente Nacional: la inmigración musulmana. Y esa identificación sólo podía cristalizar a través de su único aglutinante político: un antisemitismo exasperado y explícitamente homicida, que se proclamaba a sí mismo, y por encima de todo antiisraelismo y antiamericanismo, más militar aún que militante.
Hay un pasaje terrible en el libro de Finkielkraut. La carta que el autor recibe de una autocomplacida izquierdista que arremete contra los judíos franceses que se manifestaban contra el antisemitismo el 7 de abril de 2002:
"He tenido que ver a la policía –escribe la escandalizada y humanitaria interlocutora–registrar a las personas que querían romper el cortejo de banderas israelíes que jóvenes excitados con kipas azules y blancas enarbolaban, seguros de su santo derecho. En el mismo lugar, un pequeño moraco de apenas diez años gritaba a sus compañeros visiblemente asustados que lo retenían: ¡Si por lo menos tuviera un kalachnikov, ya les enseñaría yo a ésos! Y yo sabía que me sentía más cerca de la verdad de este pequeño desvalido que de todos los jóvenes que triunfaban de autosuficiencia y de pasión despreciativa e ignorante bajo sus kipas blancas y azules".

Finkielkraut sabe –y cualquiera hoy que no quiera cerrar los ojos debería saber– que es infinitamente más horripilante hoy el planteamiento de la humanitaria izquierdista que se conmueve ante el noble deseo musulmán de matar a tiros a los judíos en cualquier parte del mundo –y ello aun cuando lo formule un niño de apenas diez años– que las viejas monsergas racistas y patrioteras de un Le Pen, ya cascajo muerto.
Porque "el pequeño desvalido en cuestión no ha cogido aún el kalashnikov. Según todo pronóstico, él no lo hará y se quedará en estado de provocación verbal. Esta perspectiva, sin embargo, no es verdaderamente tranquilizadora, pues el idioma que oye a su alrededor y que empieza a articular es el idioma del islamismo y no el del progresismo. La lucha de clases no le dice nada, la yihad le fascina. Sus héroes son las figuras religiosas, no los iconos revolucionarios: Saladino más que Espartaco o que el Che Guevara. Vive en otro universal, y lo que le hace rabiar, de ahora en adelante, no es el yugo del capitalismo ni el del imperialismo sobre los proletarios de todos los países, sino la humillación de los musulmanes del mundo entero. Condicionado a padecer a Israel como una carga o un mordisco en la carne del Islam, no es ni siquiera antisionista: allí, aquí, en cualquier lugar, los judíos, a sus ojos y en sus palabras, son judíos y nada más".
La tragedia es que Europa ha consumado ya la transferencia. Incapaz de hacer frente a la oleada letal del islamismo, la izquierda europea se deleita en la identificación con sus verdugos. Hace de la explícita declaración de guerra a muerte contra los infieles, que el yihadismo proclama, un fantástico objeto de autoculpabilización. Ese Otro amenazante no puede ser un monstruo, tiene que ser sólo la voz pura de la justicia que, al fin, castiga nuestras culpas. "El Otro es angelical, el Otro es inocente, y si no lo es, si tiene propósitos infames, si se comporta como enemigo declarado, siempre lo es en legítima defensa; si comete actos reprobables, lo hace por reacción al espíritu de la reacción". Pulsión suicida, literalmente alucinada, que cristaliza en la paradoja que Finkielkraut subraya: "Bautizados que rechazan al cura y militan por el velo islámico en la escuela".
Europa se muere. Lo sabemos desde hace ya algún tiempo. Y está dispuesta a poner el cuello ante quien quiera degollarla: al fin, le da lo mismo. Y a tachar de genocida a todo aquel que ose siquiera tratar de defenderse. Europa se muere. El Islam es sólo su instrumento. Y el nuevo antisemitismo, su síntoma más preciso.

Sharon ya no esta - Horacio Vazquez Rial

Horacio Vazquez Rial es un escritor argentino que vive y trabaja en Barcelona y que va a contracorriente. Crítico feroz del nacionalismo catalán, de la izquierda reaccionaria (pálabras estas que son el título de uno de sus libros) que acoge en su seno todo movimiento, del tipo que sea, que favorezca su única ideología y valor persistente, el antiamericanismo (y aquí el asunto no es tratar de defender la política de los EEUU).
Por que este es, en definitiva uno de los pilares del actual antisionismo de la izquierda, la identificación de EEUU e Israel, todo ello unido a los rescoldos de ese antisemitismo que proviene del antijudaísmo de Marx, Proudhon y del llamado "socialismo de los imbeciles" y claro es, los residuos de la vieja ideología anticolonialista y altermundista, de entre los cuales la vieja alianza de la extrema izquierda armada con los distintos grupusculos terroristas palestinos es un eslabón definitivo.


Sharon ya no esta - Horacio Vazquez Rial - LibertadDigital


Tal vez no hubiese sido siempre así, y esa fuerza se hubiese ido construyendo con el tiempo y las circunstancias: la guerra, las calumnias, los ataques de rivales políticos y de enemigos declarados. Pero lo cierto es que la poseía. En esas fechas, hace algo más de dos años, Sharón era Israel. Se percibía, y lo percibían inevitablemente sus opositores de dentro y de fuera del Likud. La fundación del Kadima fue, en este sentido, la culminación de la larga marcha hacia el centro de Simón Peres, y también la del camino de Benjamín Netanyahu hacia su exclusión de las grandes decisiones sobre el porvenir de Israel.
En torno del Kadima se han ido reuniendo personalidades hasta ahora difícilmente conciliables, procedentes de sectores pacifistas, de la izquierda laborista y de la Histadrut, y del sector liberal del Likud, tan alejado del proyecto desregulador de un Estado en guerra que sostiene Netanyahu como de las alianzas con los partidos religiosos, que hasta ahora se justificaron por la gran fragmentación del Parlamento en un país de democracia rabiosamente proporcional.
Sharón había llegado a ser la representación de Israel, su summa política, del mismo modo en que antes lo habían sido David Ben Gurión e Isaac Rabin: asumiendo como propios, sin matices, los intereses permanentes del Estado. No otra cosa son los grandes hombres de Estado, sino aquellos cuya acción se dedica a los intereses permanentes de su nación: eso fue también Winston Churchill, y por eso se permitió por dos veces cruzar la Cámara de los Comunes, del Partido Conservador al Liberal y de éste, nuevamente, al Conservador, atendiendo únicamente a la forma en que cada uno de ellos sirviera mejor, en unas u otras circunstancias, a Inglaterra.
Mucho aprendieron de Churchill los grandes dirigentes de Israel. El propio Sharón había iniciado su vida política en el laborismo, para pasar más tarde al partido liberal que acabó por fundirse con el Likud. Nada sorprendente en la vida de un país avanzado: también Ronald Reagan inició su vida política en el Partido Demócrata.

Ciertamente, fueron los enemigos los primeros en comprender todo esto, de modo que los antisemitas de toda la vida, los que venían diciendo que ellos no eran antisemitas sino antisionistas, acertaron a modificar levemente su discurso para decirnos a quienes seguíamos empeñados en la defensa de Israel: "Bueno, sí, Israel sí, pero no estarás de acuerdo con Sharón, con la política de Sharón, de quien se sabe que es la extrema derecha, etcétera".
Ellos mismos habían ido edificando a lo largo de los años la imagen de un Sharón extremista y, lo que es aún peor, habían llegado a creérsela. La piedra de toque de esa perversa fantasía política eran los sucesos de los campos de refugiados de Sabra y Chatila, y lo eran hasta el punto de que todavía hay gentes de buena voluntad convencidas de que Ariel Sharón masacró a no se sabe cuántos palestinos en el Líbano. La realidad es que la masacre fue perpetrada por los falangistas del sur, como represalia por las incontables masacres precedentes de cristianos a manos de palestinos, y que el papel de Sharón, que fue avisado de lo que estaba ocurriendo, se limitó a no intervenir, habida cuenta del deterioro que la intervención acarrearía a sus propias fuerzas. No obstante lo cual, fue juzgado por ello en Israel y se retiró del ejército.
Por supuesto, la unidad nacional en torno de Sharón no obedece a un milagro ni a su indudable carisma, sino a una cuestión que se sitúa más allá de cualquier definición ideológica: lo que une a viejos pacifistas, izquierdistas tradicionales llevados al centro por la historia y liberales históricos en el Kadima es la comprensión de que la supervivencia de Israel está inextricablemente ligada a la creación de un Estado palestino limítrofe y, por tanto, a un proceso negociador. Tanto el sector Netanyahu como los partidos religiosos se oponen a cualquier negociación con los palestinos. La desconexión de Gaza dividió a la sociedad israelí en dos partes desiguales: una mayoritaria, partidaria de la retirada, y una menos nutrida, opuesta a ella. A esta última contribuyeron no pocos izquierdistas.

Ahora, sin Sharón como garantía de cualquier acuerdo político duradero que dé larga vida al Kadima, habrá que esperar la redefinición de todas las partes: a sus 82 años, Peres ha cedido posiciones ante sus compañeros de partido y ha dejado el campo libre a Olmert, bendecido por todas las encuestas. Es de agradecer, porque la capacidad negociadora de Peres frente a los palestinos está marcada por un largo historial de fracasos. Y sería igualmente de agradecer que los demás coaligados del Kadima hicieran lo mismo.
Es cierto que Mahmud Abbás no es Arafat, pero también es cierto que no posee todo el poder en la ANP, y que dista mucho de alcanzarlo, con una policía en crisis –que el pasado 2 de enero tomó oficinas del Gobierno en Rafah para protestar por "la falta de medios destinados a poner fin a la anarquía y la inseguridad generalizadas" [El Mundo, 3/1/2005] en Gaza desde la retirada del ejército israelí– y la actividad constante de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, de Hamás y de Hezbolá, todas ellas organizaciones terroristas financiadas desde el exterior –por Siria e Irán– y, en más de un caso, con apoyo europeo: ahí tenemos a Moratinos bregando por la exclusión de Hamás de la lista de organizaciones terroristas de la UE.
Abbás no es Arafat, pero desde la llegada de Ahmadineyad a la presidencia de Irán y la negativa de los sirios a comparecer en la ONU por el asesinato de Hariri las cosas han ido de mal en peor: Irán boicoteará cualquier negociación con Israel, y lo hará con eficacia, que para eso paga a sus terroristas, y Siria mantendrá abierto el frente libanés todo el tiempo que haga falta. Abbás no tiene las manos libres y, si no lo sabe desde siempre y es tan ingenuo como para tomarse en serio las consignas de sus correligionarios, ahora aprenderá que Palestina no existe para los países árabes, que usan a sus paisanos en la zona como punta de lanza para alimentar un conflicto eterno, y que la única posibilidad de que la ANP se convierta finalmente en Estado palestino está en Israel.
Si su papel es realmente distinto del de Arafat, Abbás negociará. Por la parte israelí, la gran esperanza es Ehud Olmert. Él, por su papel, nada sencillo, en la alcaldía de Jerusalén y por su condición de número dos de Sharón a lo largo de todo este complejo proceso, está en condiciones de dar continuidad política al nuevo partido, de sentarse con todos y cada uno de los sectores que han confluido en el Kadima y de llegar a acuerdo internos tan difíciles como necesarios. Olmert tiene las llaves del futuro de Israel, en un sentido real –ya es el receptor de facto de toda la información de la que disponía Sharón– y en un sentido simbólico. En ese proceso tendrá que construir su popularidad.
Si el Kadima no se consolida el riesgo de radicalización, tanto hacia la izquierda como hacia la derecha, es real en Israel. Ambas posibilidades excluyen la política en sentido estricto, la comprensión de que Palestina es sólo la representación local del mundo árabe musulmán si Israel no hace de ella un verdadero Estado nacional; la idea de que lo que se adquiere con la retirada israelí de determinados territorios no es una paz abstracta, sino precisamente la oportunidad de que en ellos se construya ese Estado, la única garantía de una paz duradera.
No es fácil entender eso: yo mismo lo aprendí con la observación de la práctica de Sharón, porque fue él quien, después de años de reiteración de la absurda consigna "paz por territorios" (¿qué paz? ¿asegurada por quién? La paz se hace entre Estados), le dio sentido a una política territorial concesiva.


Centro del Universo - David Kimche

Centro del Universo - David Kimche - Jerusalem Post

Un aspecto asombroso de la hospitalización de nuestro primer ministro ha sido la atención que ha evocado en todo el mundo. Los informes médicos son diseccionados en los canales de televisión principales; su condición médica encabeza las primeras páginas no sólo en los EE.UU y Europa, sino hasta en China, Japón e India.

Aúnque Israel sea una mota comparativamente diminuta de la tierra. Nuestra población es pequeña, y apenas tenemos materias primas. Somos sólo un poco más grandes que Qatar, que tiene las segundas reservas de gas más grandes del mundo. Somos aproximadamente del mismo tamaño de población que Dinamarca, pero esta es un jugador influyente en la Unión Europea, mientras que Israel es el único país del mundo no afiliado a cualquier bloque de países. Guinea ecuatorial puede señalar orgullosamente su ingreso en un bloque regional. Nosotros no podemos.

¿Entonces, por qué todo este interés? ¿Por qué Israel tiene permanentemente más corresponsales extranjeros en su suelo que cualquier otro país a excepción de las grandes potencias? ¿Es ello debido a nuestro conflicto con los palestinos? El embrollo de Cachemira entre India y Paquistán no es menos letal, pero en cambio posee mucha menor cobertura.

Para una respuesta parcial tenemos que ir a hasta el más improbable de los sitios, la Universidad de Pekín. Allí, una "facultad para la paz, la seguridad y el desarrollo internacional" arrancó recientemente en su escuela de estudios internacionales. La conferencia que la abrío fue dada no por un profesor chino, sino por Giancarlo Elia Valori, un prominente académico italiano y personalidad notable. Él es el presidente de Lazio Confindustria, la cámara de industrias de la región de Roma.

Valori es una figura influyente en la escena italiana, un fabricante de opinión importante y con conexiones cercanas a los ministros del gobierno y a la élite comercial de Italia.

Europa como la conocemos, declaró Valori en su conferencia, es un producto de la interacción entre el catolicismo, su espíritu, la reforma y hebraismo. Si usted quita la tradición judía y la identidad de la ecuación, "Europa fallecería como un modelo geo-cultural y por lo tanto como una unitaria identidad geopolítica."

Es por eso que, para Valori, "la defensa de sionismo y del mundo judío coincide con la defensa de nuestra identidad occidental."

Hay otro lado en esta moneda europea. Europa tiene mala conciencia respecto al pueblo judío. Esa conciencia puede ser limpiada (liberada) si el estado judío es encontrado inmoral y culpable por la persecución de otra pueblo.

Israel, por lo tanto, esta sujeto a un mucho mayor escrutinio que otros países. Según Valori eso quiere decir "crear otra vez la imagen del cabeza de turco que carga con todas las faltas y limpia así todas las conciencias culpables."

He aquí, entonces, la fórmula que marca una vía de explicación del interés excesivo de muchos países por Israel: el papel de los judíos en la identidad europea, la culpabilidad de la Europa contemporánea por el Holocausto y su necesidad de prescindir de esta culpa mostrando que los judíos son tan inmorales como lo fueron los propios europeos.

Más allá de todo esto, esta es la tierra de la Biblia, reclamada y dirimida por dos pueblos. Qué gran espectáculo para los medios. El drama sigue al drama en esta épica tierra nuestra. No es sorprendente pues que los periodistas quierán ser destinados aquí.

Hay aún una razón adicional del gran interés que el mundo tiene en la salud de Ariel Sharon: vivimos en un mundo global. Estos ya no son los días cuando los líderes del mundo podrían decir "que una plaga inunde ambas casas" y alejarse por tanto del conflicto israelí palestina.

El conflicto de Cachemira ha avanzado dramáticamente hacia una solución en el año pasado en gran parte debido a la presión exterior. Lo mismo puede ser dicho sobre los Balcanes.

Nuestro problema es visto como particularmente importante porque - correctamente o incorrectamente - es percibido como responsable de poder tener repercusiones más allá de la Tierra Santa. Lo que ocurra aquí es contemplado - a veces injustamente, a veces hasta con malevolencia - como capaz de afectar las relaciones entre el occidente y el islam; de estimular el antisemitismo europeo; y hasta de ser culpabilizado del terrorismo mundial.

Claramente, el conflicto de Israel-Palestina es visto como la disputa local más insuperable del mundo, y el mundo muestra una impaciencia y una resolución creciente por encontrar una solución para él.

El alto grado de interés mostrado por la condición de Sharon es una expresión de aquella impaciencia así como de aquella resolución. Él se convirió, en las mentes de muchas personas, en la "gran esperanza blanca" para traer la paz a nuestra tierra; un líder que podría conducir a los hijos de Israel del páramo salvaje - de los territorios ocupados - hacia la Tierra Prometida del Israel necesario y apropiado.
De ahí el gran interés y preocupación. Ariel Sharon, la persona, ha desatado la imaginación como un gran líder en un mundo donde los grandes líderes son difíciles de encontrar. Pero ese interés primario por Sharon lo contempla como un instrumento para traer la paz.

Y esta es también la actitud de la mayor parte de los israelíes.

Para Fabián (gracias) y otros muchos más. Llegadas: de Argentina a Jerusalén

De Argentina a Jerusalén Felix Umansky, nacido argentino, 62 años, jefe del departamento de neurocirugía del prestigioso Hadassah, protagonizó titulares y consiguió fama mundial cuando encabezó al equipo de expertos que operó al Primer Ministro Sharon después de su ataque. Umansky alcanzó la cumbre de su profesión con relativa facilidad. Mientras confiesa que los sabras tienden a monopolizar las posiciones principales en Israel, él mantiene que los inmigrantes también pueden elevarse hasta la cumbre - "con la condición de que trabajan mucho y perseveren." Ser argentino, comenta, es un aliciente más: "somos como la plastilina, nos adaptamos fácilmente, cabemos en todas partes y caemos generalmente bien."

HISTORIA DE FAMILIA
Umansky nació en la ciudad de Rosario, la tercera ciudad más grande de Argentina. La familia paterna vino a Argentina desde Ucrania en 1903, como parte del programa de establecimientos del Barón Hirsch, en cual Judíos que nunca habían trabajado la tierra fueran enviados para trabajar y vivir como "gauchos" en la aspera pampa argentina.

"La vida para estos gauchos judíos era muy difícil," recuerda Umansky. "Ellos no tenían tractores, sufrían plagas de langostas y tuvieron una vida miserable - entonces mi padre fue a Rosario para encontrar trabajo, se casó allí y finalmente trajo a la familia entera."

Umansky aprendió el yídish y el hebreo en una escuela primaria judía por las mañanas y asistió a la escuela regular por las tardes. En su adolescencia participó en el centro juvenil maccabeo local.

"Argentina estaba muy abierta a los judíos," comenta, "y la comunidad era capaz de desarrollarse de la manera que fuera posible."

ANTES DE LA LLEGADA
A la edad de 13 años, Umansky sabía que quería ser médico, y a los 16 entró en la facultad de medicina en la Universidad de Rosario, donde la educación era libre y abierta para todos, sin cuotas para los judíos. La vida de estudiante, sin embargo, a principios de los años 60 estuvo dominada por la revolución cubana - Che Guevara, también médico, nació en Rosario, en la misma calle que Umansky - y el antisionismo de la izquierda condujo a muchos estudiantes judíos, incluido Umansky, a afiliarse a movimientos juveniles sionistas.

La Guerra de Seis Días impactó a los estudiantes, empujando a muchos a ofrecerse al IDF. Entre los emisarios israelíes que vinieron entonces a dar conferencias a Argentina, Umansky recuerda a la heroína del gueto de Varsovia, Hayka Grossman.

"Recuerdo su narración: ustedes no tienen que venir para morir por Israel, sólo vengan y vivan aquí." La idea de hacer la aliya comenzó a brotar en la mente de Umansky y especializándose en la neurocirugía, recibió una oferta que no podía rechazar - una residencia en neurocirugia en el Hospital Beilinson de Petah Tikva.

"Esto era una oportunidad de hacer la aliya, con un trabajo además "

SOBRE LA LLEGADA
Unos meses después de su llegada en 1973, la guerra del Yom Kippur estalló y la primera atribución del joven residente fue operar a soldados heridos.

"Los heridos comenzaron a llegar desde el Sinaí desde el primer día de la guerra. Trabajamos día y la noche, durante esos 23 días de guerra, operando a soldados israelíes heridos así como a egipcios e iraquíes."

La comunicación en el departamento fue facilitada por un colega argentino y por doctores turcos que hablaban ladino (judeo-español):

Umansky encontró a su esposa, Varda, un bella estudiante de derecho, tratando a su hermano quien se había herido en un accidente de motocicleta, y la pareja se instaló Ramat Hasharon.

Umansky completó su especialización y como residente principal en Beilinson, también condujó una investigación conjunta con el anatomista de renombre mundial, profesor Hillel Nathan - otro médico de Rosario. Su colaboración conjunta ayudo a desarrollar nuevos tratamientos para la cirugía craneal. En 1981 a Umansky se le condedió una estancia en el Hospital de General de Massachusetts, seguida de otra en el Henry Hospital de Ford en Detroit. Su pionera investigación anatómica le ganó un puesto en Hadassah, donde contribuyo a construir la principal práctica cirurgica craneal del país. En 1991 fue designado jefe del departamento y profesor a tiempo completo. Además de la supervisión del funcionamiento y de la investigación, de criar a dos hijos, Daniel y Jonathan, de viajes y asistencia a conferencias, Umansky encontró tiempo para tocar el clarinete y formar parte de una orquesta internacional de jazz de neurocirujanos.

RUTINA
Umansky despierta a las 6h00, bebe una taza de café, lee detenidamente la prensa y se entrena durante una hora en el gimnasio de Plaza Crowne. Llega a Hadassah alrededor de las 8:30 y trabaja hasta las ocho o nueve de la noche, y a veces hasta hasta 11, según la cirugía (ciertas cirugías craneales pueden durar 14 horas). Él trabaja así tres veces por semana y el resto del tiempo enseña, entrena y supervisa. Él vuelve a casa por la noche "ayuno de comida" y como todo los argentinos, disfruta de un buen filete.

AMBIENTE VIVO
Umansky vive en un apartamento espacioso en las Torres Wolfson en Jerusalén. Elegantes alfombras orientales, antigüedades, objetos de plata, tapicerías, pinturas y relojes de péndulo muestran los muchos viajes de su esposa y sus amplios intereses. Umansky disfruta viviendo en el centro de la ciudad y yendo a pasear al parque de Sacher.

CÍRCULO
Los amigos de Umansky son una mezcla de argentinos e israelíes, no todos doctores. Él en particular disfruta reuniéndose con viejos amigos de Rosario y estando cerca de la familia de su esposa. Varda fue una antigua asesora jurídico del presidente Katsav, Chaim Weizmann y Chaim Herzog y ahora le gusta guiar a los invitados alrededor del Museo de Israel.

LENGUA
Umansky tiene un dominio perfecto del hebreo, pero prefiere leer libros en español o inglés. En casa habla en hebreo con su esposa y mientras el hebreo es su lengua de trabajo, disfruta del hecho de que el español a menudo se filtra a consecuencia de una presencia importante de argentinos en su departamento.

FE
Umansky dice que no es religioso, pero tampoco ateo.

"Creo en Dios. Hago Kiddush en Shabbat y guardo las festividades pero siento que puedo hablar con Dios sin ir a la sinagoga. Me siento muy judío y soy feliz de vivir en un país judío."

IDENTIFICACIÓN
"Me considero un israelí de origen argentino. Me gusta visitar mi ciudad natal pero este es mi país. Culturalmente, sin embargo, me siento cerca de Argentina: me gustan la literatura, la música - el tango en particular - y la comida."

FINANZAS
"Desde mis estancias en los EE.UU, mi situación ha mejorado. También realizo trabajos privados que me ayudan mucho. No puedo comparar mi estado financiero al de un neurocirujano americano, pero me siento a la par con los europeos y seguramente mucho mejor que mis homólogos en Argentina. La situación médicamente en Israel es muy estable y tengo todo lo que necesito."

PROYECTOS
"Tengo tres años sabáticos que tomar, y debo decidir donde gastarlos y en qué concentrarme. Estoy orgulloso que la neurocirugía se haya desarrollado tan rápido. Podemos operar hoy en casi cualquier parte del cerebro y la mortalidad de esta cirugía está por debajo del tres por ciento. La siguiente etapa, que hemos comenzado ya, debe desarrollar el uso de robots. Por último, cuando me retire, quizá pueda decidir estudiar algo completamente diferente, como historia, y quizás volver a mi clarinete."

Saturday, January 14, 2006

Precaución viaria y todavía territorio disputado

Thursday, January 12, 2006

Un mundo sin Israel - Josef Joffe (Segunda parte)

3. Ideologías contra ideologías. El sionismo no es el único “ismo” que castiga a la región, es
simultáneo a otras ideologías. Aunque los partidos “baasistas” de Siria y de Irak hayan salido
de las mismas raíces fascistas europeas, ambos han luchado por el dominio en el Oriente Medio.
Nasser ha utilizado el panarabismo-socialista contra el estado-nación árabe. Y baasistas y nasserianos se han opuesto a las monarquías como en Jordania. El Irán jomeinista y la Arabia Saudita wahhabita permanecen enemigos mortales.
¿Cuál es entonces la relación con el conflicto israelo-palestino?
Ninguna, a excepción de Hamas, ejercito terrorista de los creyentes, antaño sostenido por Israel en tanto que rival de la OLP, y hoy responsable de muchos mártires suicidas en Israel.
¿Pero Hamas se desactivará después de la desaparición de Israel? Ciertamente no. Hamas tiene
mayores ambiciones que las de eliminar la “entidad sionista”. La organización no aspira a nada menos que a un estado árabe unificado bajo un régimen teocrático.

4. Utopía reaccionaria contra modernidad. La hostilidad común hacia Israel es la única cosa que
impide a los modernistas y los tradicionalistas árabes desgarrar su sociedad. Los fundamentalistas luchan contra los laicos, y los musulmanes reformistas combaten contra la fusión de la mezquita y el estado bajo la bandera verde del profeta. Una lucha de clases apenas disimulada opone a una minúscula burguesía y a millones de jóvenes sin empleo, a una estructura del poder que es lo más a menudo una suerte de camarilla estatal que posee el control sobre los medios de producción.
Lejos de crear tensiones, Israel refrena realmente los antagonismos en el mundo a su alrededor.

5. Regimenes contra pueblos. La existencia de Israel no puede explicar la importancia y la amplitud de los servicios de las Moukhabarat (policías secretas). A excepción de Jordania, Marruecos, y los emiratos del Golfo, que practican una monarquía moderada e “ilustrada”, todos los países árabes (además de Irán y el Pakistán) no son más que variantes del despotismo – desde la dictadura dinástica de Siria hasta el autoritarismo de Egipto.
Las disensiones intra-nacionales en Argelia han matado cerca de 100 000 personas, sin que ninguna tregua este a la vista. Se dice que el número de victimas de Saddam se eleva a 300 000. Después de la toma del poder por Jomeini, en 1979, Irán ha sido arrastrado no solamente a la guerra irano-iraqui, sino igualmente a unos disturbios civiles apenas contenidos en los años 80. Pakistán estaba al punto de explotar (rivalidad sunnita-chiita).La represión despiadada es el precio de la estabilidad en esta región.

Volvamos a decirlo, es necesaria una imaginación fecunda para creer que el hecho de excluir a Israel de la ecuación del Oriente Medio daría lugar a la instauración de la democracia liberal en la región. Podría ser plausible argüir el hecho de que la dialéctica de la hostilidad favorece, de una manera u otra, la dictadura en los « estados limítrofes », como es el caso de los gobiernos egipcios y sirios, que invocan la proximidad de la « amenaza sionista » como pretexto para aplastar la disidencia. ¿Pero como explicar, entonces, las mutilaciones en la lejana Argelia, el extravagante culto a la personalidad en Libia, la piadosa costumbre de cortar las manos de los ladrones en Arabia Saudita, el despotismo de los mollahs en Irán, o el fracaso duradero de la democracia, que no llega a tomar raíces en Pakistán ? Israel es culpable, de una manera u otra, de los diversos "putschs" que han reducido al miedo a la república en Irak ? ¿Si Jordania, estado que tiene la más extensa frontera común con Israel puede tener la experiencia de una monarquía constitucional, por qué no Siria ?

No servirá de nada imputar a Israel los déficit de democracia y de desarrollo del mundo árabe.
Israel es un pretexto, no una causa, y por tanto su repudiación no curará las heridas que se ha inflingido a sí mismo el mundo arabo-islámico. La versión "suave" del « estaticidio » - el Estado Binacional - tampoco logrará conseguirlo, mientras exista la « cultura civilizacional de enfrentamientos » (definición tomada del historiador británico Nial Fergusson), que es la marca distintiva de la cultura política árabe. La lucha mortal entre israelíes y palestinos no haría más que desplazarse del exterior al interior (del presunto estado binacional).

Mi enemigo, yo mismo.

¿Alguien puede afirmar, con buena fe, que esos disfuncionamientos del mundo árabe desaparecerán con la desaparición de Israel ? Dos informes de la Onu sobre el « Desarrollo Humano Árabe », redactados por autores árabes, responden con la negativa. Las calamidades son consecuencia del mundo árabe. El estancamiento y la desesperación tienen tres causas originales :
- La primera es la falta de libertad. Las Naciones Unidas evocan la persistencia de las autocracias absolutas, las elecciones trucadas, la existencia de una magistratura dependiente y deudora del ejecutivo y las restricciones que pesan sobre la sociedad civil. Las libertades de expresión y asociación están también severamente limitadas.
- La segunda causa original es la falta de conocimientos : 65 millones de adultos son iletrados, cerca de 10 millones de niños no tienen la menor instrucción, De este hecho, se desprende un mundo árabe cada vez más retrogrado en materia de investigación científica y de desarrollo de las tecnologías de la información.
- En tercer lugar, la participación femenina continua estancada, tanto tiempo
como ese potencial de la mitad de la población permanece en gran parte inexplotado.

¿Todo esto será corregido cuando el insulto judeo-occidental al orgullo árabe desaparecerá definitivamente?
¿Los millones de jóvenes desamparados, carne de cañón para los terroristas desaparecerán también – al mismo tiempo que el poder ejercido por los partidos únicos, la corrupción y las economías opacas? Esta perspectiva no tiene sentido más que para esos que aman las explicaciones simplistas, o peor,.alimentan la animosidad particular respecto al estado judío y su rechazo de comportarse como Suecia (Es necesario reflexionar que Suecia tampoco sería la Suecia que conocemos sí ella estuviera en el mundo « hobbesiano » del Oriente Medio).

En conclusión, el más popular de todos los « que pasaría si » es el siguiente : ¿El mundo islámico detestaría menos a los EEUU si Israel desapareciera ? Como todos los « que pasaría si » este, igualmente, no admite una prueba intuitiva.
Para comenzar, la idea de que 5 millones de judíos son los únicos responsables del furor de cerca de mil millones de musulmanes no puede llevar el peso de la culpa.
En segundo lugar. Los odios arabo-islámicos a los EEUU son anteriores a la conquista de Cisjordania y la banda de Gaza. Recordemos el disgusto dejado por el golpe realizado por los EEUU para restablecer el poder del Shah en Teherán, en 1953, o la intervención americana en el Líbano, en 1958. Desde que la Gran Bretaña y Francia han abandonado el Oriente Medio, los EEUU se han convertido en la potencia dominante y el blanco público número uno.
Otra evidencia intuitiva es que el antiamericanismo (oficioso) más feroz emana de los pretendidos aliados de Washington en el Oriente Medio árabe, en Egipto y Arabia Saudita.
¿Israel es la causa de esta situación - o quizá es lo más cómodo para esos regimenes – « por distraer unos espíritus aturdidos con unas querellas extrañas « (como dice Enrique IV de Shakespeare), a fin de desviar la atención popular de su dependencia respecto al « Gran Satán ».

Lean sino la declaración del Cairo contra « la hegemonía americana », texto aprobado por 400 delegados del Oriente Medio y de Occidente, en diciembre del 2002. Esta larga acta de acusación no menciona a Palestina más que de manera accesoria. La condena central, emitida con una profusión de variantes, toma por blanco a los EEUU, a los que acusa de monopolizar el poder « en el marco de una globalización capitalista, de restaurar el colonialismo y de impedir la emergencia de las fuerzas que modificarían el equilibrio en beneficio de una multipolaridad ». En resumen, EEUU es la responsable de todas las miserias del mundo árabe, permaneciendo Israel, en una segunda posición.

Este cuento familiar conlleva un golpe teatral irónico : uno de los principales firmantes es Nader Fergany, el autor que ha dirigido la redacción del informe de la Onu del 2002, sobre el Desarrollo Humano Árabe. Así, incluso los que reconocen los fracasos internos del mundo árabe acaban por acusar al « Otro ». Existiendo la enormidad del acta de acusación, abandonar a Israel no absolverá a EEUU como el « Gran Satán », y a Israel como el « Pequeño Satán » al servicio del poder americano.
Lo que irrita realmente a los que odian a América en el Oriente Medio, es que Washington se inmiscuya en sus asuntos, ya sea por problemas ligados al petróleo, o al terrorismo, o a las armas de destrucción masiva. Es por eso que Oussama Ben Laden, que no se ha encaprichado de la causa palestina más que después del golpe del 11-S, llamando a los americanos los « nuevos cruzados » y a los judíos sus dobles imperialistas.

Nada de todo esto tiene por fin defender la continuación de la ocupación, por Israel, de Cisjordania y de la banda de Gaza, ni justificar las condiciones crueles que se imponen a los palestinos, lo que es contraproducente para el alma del mismo Israel. Pero, como este análisis sugiere, la verdadera fuente de la angustia árabe es Occidente, en tanto que espejo evidente de la miseria árabe y blanco irresistible de lo que Fouad Ajami, celebre especialista del Oriente Medio, ha llamado « el furor árabe ». Lo que es misterioso, es que tantos occidentales, como los que han firmado la declaración del Cairo, crean que es de otro modo.

¿Se trata de antisemitismo, como tantos judíos son prontos a sospechar ? No, pero negar la legitimidad de Israel tiene un parecido extraño con algunos trazos mayores de esta creencia, que cuenta entre las más tenebrosas. Según ella, los judíos son omnipotentes, omnipresentes. Y así pues responsables de los males del mundo. Hoy, Israel se encuentra en una situación análoga, aunque sea como servidor o manipulador de la potencia de EEUU.
La versión « suave » suspira : « Si solamente Israel fuera más razonable … ».
La versión « semi-dura » exige que « los EEUU corten la hierba bajo los pies de Israel » para imponerle la docilidad que viene de la impotencia.
En cuanto a la versión « dura », ella sueña con una salvación que se desprendería de la desaparición de Israel.

En resumen, esto nos recuerda esa vieja broma de la guerra de independencia de Israel :
mientras que las balas silban por encima de las cabezas de dos judíos que corren a refugiarse cuerpo a tierra para escapar de las ráfagas, uno de ellos gruñe : « Tanto darnos un país que no era el suyo, porque los ingleses no nos han dado Suiza ». Desgraciadamente, Israel no es más que una parcela de tierra en la región más deletérea del mundo, y la limpieza no ha comenzado aún.

Josef Joffe *