Sunday, March 11, 2018

Críticos franceses del islamismo - Michael Seidman - RdL





Los recientes ataques terroristas islamistas en Francia ‒ 237 personas asesinadas entre enero de 2015 y agosto de 2016, incluidas las ochenta y seis víctimas arrolladas por un camión en Niza el 14 de julio de 2016 (un presagio de los ataques de Barcelona de agosto de 2017) ‒ conmocionaron a muchos, entre ellos quienes, con «una mentalidad angelical y pacífica», se mostraban reacios a reconocer las intenciones homicidas de los islamistas violentos. Los atentados pusieron de manifiesto un fracaso de la integración, ya que muchos de los atacantes pertenecían a la segunda o tercera generación de inmigrantes y los asesinatos han inspirado a una serie de pensadores franceses a reflexionar sobre la relación entre el islam y la democracia occidental. Estos autores establecen una distinción entre el islam como religión y el islamismo como movimiento político que tiene como objetivo imponer la ley de la sharía y abolir la separación entre lo público y lo privado. El islamismo puede adoptar también formas terroristas y estos pensadores no tienen miedo de explorar la compleja relación existente entre islam y violencia. Esta «escuela» de analistas se sitúa conscientemente en la tradición ilustrada de la República Francesa y confirma el derecho a criticar las religiones, incluso hasta el punto de la blasfemia. Este grupo defiende los valores ilustrados de la libertad de expresión, la igualdad de género y el respeto a las libertades individuales. Los ensayistas, calificados a veces de «neorrepublicanos», expresan su orgullo por la historia y la cultura nacionales francesas y rechazan en gran medida la crítica multiculturalista de la civilización occidental. Sus críticos, que quedan habitualmente a la izquierda, han contraatacado acusándolos de avivar la xenofobia, el chovinismo e, incluso, el racismo.

El título del libro más reciente de Pascal Bruckner, Un racisme imaginaire, resume rápidamente su respuesta al contraataque: «La crítica de una religión tiene que ver con el espíritu de indagación, pero no ciertamente con la discriminación». Bruckner afirma que el «antirracismo» de lo políticamente correcto racializa conflictos que no son auténticamente raciales. Para Bruckner, esta transformación de una religión en una raza sigue constituyendo un misterio, comparable a la transubstanciación. Quien ha sido en ocasiones coautor de Bruckner, Alain Finkielkraut, subraya que, en general, la izquierda carece de un verdadero proyecto para el cambio económico y social que pueda movilizar a un gran número de votantes y necesita por ello desacreditar a sus enemigos acusándolos de «racismo». Aunque la izquierda afirma rechazar todas las formas de racismo, este sigue siendo, paradójicamente, «su salvavidas, su último recurso». Waleed Al-Husseini, un palestino ateo que abandonó el islam y encontró refugio en Francia, declara que la crítica del islamismo y el yihadismo se ha transformado en «islamofobia», que es en última instancia una «fatwa moderna». Para evitar esta acusación, los anteriores presidentes francés y estadounidense, François Hollande y Barack Obama, demostraron ser incapaces de pronunciar las palabras «terrorismo islámico» o incluso «islam radical». La sensibilidad y delicadeza que solían caracterizar las discusiones sobre sexo han emigrado actualmente a la religión. Las democracias occidentales suelen negarse a reconocer que tienen un enemigo, pero, como nos recuerda el sociólogo y filósofo francés Julien Freund, no elegimos a nuestro enemigo: él nos elige a nosotros. Podemos decirle que no tenemos nada contra él, e incluso admirarlo, pero es posible que él siga siendo nuestro enemigo. Esta negación de la presencia de un verdadero enemigo ha permitido que Marine le Pen, la dirigente del Frente Nacional, y Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, violen la corrección política y atraigan a numerosos votantes que reaccionan positivamente ante la fruta prohibida pero tentadora de la realidad.

En el pasado, gran parte de la izquierda se mantuvo reacia a criticar a la Unión Soviética, temerosa de que ello fortalecería a la derecha al legitimar su crítica del comunismo real. Hoy, temores similares a provocar islamofobia y consolarse en el nacionalpopulismo de Le Pen y Trump siguen paralizando a gran parte de la izquierda, que ha abandonado su anticlericalismo y racionalismo históricos, al menos en el caso del islam. Del mismo modo, la izquierda ha dejado de insistir suficientemente en que el islam acepte los valores ilustrados de la tolerancia y la igualdad y haga de la religión un asunto privado, del mismo modo que obligó a hacerlo en otro tiempo al cristianismo y el judaísmo. Bruckner defiende que esta incapacidad para respaldar valores progresistas caracteriza la presencia continuada del pecado original judeocristiano. «El Viejo Mundo ha vencido a todos sus monstruos: la esclavitud, el colonialismo, el fascismo y el estalinismo. Con una excepción: su odio a sí mismo».

De hecho, lo que Bruckner llama el «espíritu de colaboración», una referencia a la cooperación con el Tercer Reich por parte de la Francia de Vichy, prevalece entre gran parte de la izquierda, que ha subordinado al multiculturalismo su anterior énfasis en las reformas sociales y económicas que beneficiaban a los trabajadores. Así, los socialistas franceses (y los demócratas estadounidenses) han intentado recientemente sin éxito conformar coaliciones electorales de diversas minorías y «comunidades» heterogéneas para obtener victorias electorales nacionales. Elementos de la extrema izquierda consideran a los musulmanes como los sucesores del proletariado. A finales de febrero de 2015, siete semanas después de los ataques a las oficinas de la revista humorística Charlie Hebdo y a un supermercado kosher en el que fueron asesinadas un total de diecisiete personas, representantes del Parti Communiste Français, el Nouveau Parti Anticapitaliste y el Front de Gauche (sin su líder, Jean-Luc Mélenchon), organizaron una reunión para denunciar la «islamofobia y el clima de guerra interna». Se unieron a la extrema izquierda grupos islamistas, imanes y otros musulmanes que se sentían más que contentos de contribuir a un «culto a la victimización» revitalizado. De cara a existir y llamar la atención de la opinión pública contemporánea, todos los grupos deben autorretratarse como perseguidos y merecedores de especial reconocimiento y compensación. Los partidarios del culto a la victimización, junto con algunos antifas, rechazan los temores al islam radical y el islamismo, que tildan de islamófobos o, incluso, fascistas.

Los simpatizantes antirracistas e islamistas juegan hábilmente con los sentimientos de culpabilidad occidentales por el esclavismo, el colonialismo y el racismo del pasado para permitir campar a sus anchas a su propio etnocentrismo e intolerancia. En octubre de 2013, en Estambul, la Organización de la Conferencia Islámica, integrada por cincuenta y siete países, exigió que los países occidentales limitaran la libertad de expresión mediante la criminalización de la blasfemia, una petición que repiten casi anualmente. Por supuesto, en muchos, si es que no en la mayoría de estos países, los hindúes, los budistas y los cristianos están proscritos o son descaradamente perseguidos. Al enfrentarse muy pronto a la discriminación, los pogromos y la violencia que afligirían más tarde a otras religiones no musulmanas, casi todos los judíos de los países musulmanes se fueron hace varias décadas. Esa reciente diáspora judía no impide que algunos intelectuales occidentales y una serie de musulmanes afirmen que los musulmanes europeos son los «nuevos judíos». En su mentalidad, la «islamofobia» ha sustituido al antisemitismo. La analogía con los años treinta del siglo pasado muestra la obsesión de esa década en nuestra memoria, pero el paralelismo está fuera de lugar. En los años treinta, los judíos no se convirtieron en suicidas cargados de bombas, ni hicieron estrellar aviones contra rascacielos, ni atropellaron a docenas de viandantes, ni masacraron a los clientes de clubes nocturnos, ni asesinaron a policías en la calle, todo ello en nombre de la lucha contra el infiel. El politólogo Pierre-André Taguieff ha declarado que «si el miedo prevalece en lo que se ha llamado abusivamente islamofobia, el odio prevalece en la judeofobia».

Durante la persecución europea de los judíos en el siglo XX aún no se habían imaginado la acción afirmativa y las campañas de diversidad. De hecho, al igual que muchos musulmanes actuales, los judíos deseaban asimilarse o integrarse en las sociedades europeas. Perversamente, sin embargo, el genocidio de los judíos ‒ el Holocausto ‒ ha provocado una nueva forma de antisemitismo, en la que los judíos resultan ofensivos por su supuesto dominio de la victimización. Al igual que sus predecesores, los antisemitas contemporáneos y algunos «antirracistas» siguen viendo a los judíos como manipuladores de la economía y los medios de comunicación, pero han añadido que los judíos controlan ahora injustamente el mercado de la compasión, que debería conceder una mayor cuota a los palestinos, descendientes de esclavos africanos, y a los musulmanes, colonizados en otros tiempos. «Por decirlo con otras palabras, ¿por qué todo el mundo quiere ser hoy judío, sobre todo los enemigos de los judíos?».

Bruckner sostiene que el recurso al terrorismo no constituye ninguna prueba de la vitalidad del islamismo, sino más bien de su pánico. «Francia es, pues, detestada por los integristas no porque oprima a los musulmanes, sino porque los libera». Los islamistas se creen que han invadido con éxito Occidente, pero Bruckner confía en que Occidente transformará el islam. Puede que Bruckner peque de exceso de confianza, ya que la segunda y la tercera generaciones de inmigrantes norteafricanos en Francia se han convertido en más islamistas que sus padres. La secularización, o lo que el filósofo francés Marcel Gauchet ha llamado «la salida de la religión» ya ha dejado de ser un fenómeno puramente occidental y ha pasado a hacerse global, poniendo con ello al islam a la defensiva: «En el fondo, la cuestión en el yihadismo no es el islam como tal, sino una interpretación concreta del islam que se desarrolla en un cierto contexto y en una periferia radical, bajo el efecto de la inscripción forzosa del islam en una modernidad que lo debilita. Esta interpretación permite a la vez comprender tanto el vínculo con el islam, que es incuestionable, como el hecho de que no se trata del islam en cuanto tal».

En 2002, en su Les Territoires perdus de la République, Georges Bensoussan ya había alertado al público en relación con el antisemitismo, el sexismo y la homofobia de un gran número de musulmanes franceses. Su nuevo libro, Une France soumise. Les voix du refus, reúne testimonios a menudo anónimos de médicos, enfermeras, oficiales de policía, trabajadores sociales y políticos locales que interactúan diariamente con inmigrantes musulmanes y con sus descendientes. El objetivo del volumen es mostrar que la sumisión al islam radical no era simplemente la fantasía distópica de la novela Sumisión (2015), de Michel Houellebecq, sino también una sombría realidad en ciertas zonas de Francia dominadas por los islamistas. Los políticos locales y los directores de colegios violan a menudo el laicismo francés (esto es, la estricta separación entre iglesia y Estado) y ceden a las demandas islamistas con el fin de cultivar a hipotéticos electores o evitar protestas y manifestaciones de violencia. En efecto, la sociedad anfitriona ha complacido al islam, no viceversa. Las autoridades locales y gran parte de los medios de comunicación aceptan la representatividad de una «minoría tiránica». El fracaso francés en la integración de un gran número de musulmanes contrasta con el éxito de la asimilación de los recientes inmigrantes asiáticos que, «al cabo de cinco años, se habían integrado por medio del trabajo y la escuela [...]. No demandaban otra cosa que fundirse con el país de acogida, poniendo, por ejemplo, nombres franceses a sus hijos, o incluso cambiándose su propio nombre a fin de integrarse mejor». El éxito de los inmigrantes asiáticos ha desatado un racismo antiasiático, similar pero menos virulento que el antisemitismo, entre los hijos desfavorecidos de otros grupos inmigrantes.

Según un médico anónimo con una consulta de medicina general en el suburbio parisiense de Saint-Denis, de mayoría musulmana, un importante número de inmigrantes y sus familias se benefician con la conciencia tranquila de los más que generosos beneficios que ofrece el Estado de bienestar francés y la atención médica gratuita, ya que «un país colonialista [...] debe pagar por lo que hizo». Aunque las antiguas colonias francesas en África llevan siendo independientes desde hace casi tres generaciones, los ciudadanos franceses de ese continente siguen siendo víctimas eternas del imperialismo occidental. Muchos de ellos (y otros ciudadanos) aceptan la culpa de Francia y denigran constantemente su pasado. Se echa la culpa de su desempleo y su fracaso escolar al racismo colonialista. Algunos desobedecen las leyes francesas llevando burkas y siguen remitiéndose a la sharía en todo lo relativo a las mujeres. Dada la violencia machista existente contra las mujeres y los niños, se admite frecuentemente en los hospitales a mujeres maltratadas, algunas de las cuales vienen directamente desde los países árabes. Aun así, los maridos se niegan a que médicos varones examinen a sus mujeres.

A fin de monopolizar y preservar la pureza de su identidad, los islamistas controlan a las mujeres, que no pueden casarse fuera de su fe. Con su atuendo islamista, «todas las mujeres se parecen. Una negación de la identidad y del individuo, estas ropas afirman la fuerza del grupo». Aunque ilegal, se tolera la poligamia y produce una estructura familiar en la que los niños carecen de control parental, especialmente paternal, y tienen una mayor tendencia a participar en actividades criminales o violentas. Debido a las amenazas por parte de aquellos que lo consideran un apóstata que merece morir, Waleed Al-Husseini, un ateo que fue encarcelado por la Autoridad Palestina, no puede firmar públicamente su libro, Blasphémateur! Les Prisons d’Allah. En la localidad de Les Mureaux (Yvelines), se ha bautizado un colegio con el nombre de Tariq ibn Ziyad, uno de los conquistadores musulmanes de España.

André Gerin, un diputado comunista no conformista de la región de Lyon, advierte de que no debería confundirse el islamismo con el islam. El primero es antidemocrático; el segundo no es más que otra religión que debe tratarse en términos igualitarios. Alcalde de Vénissieux (1985-2009), la tercera localidad de más tamaño en el departamento del Rhône, Gerin plantea objeciones a una amplia variedad de prácticas hoy habituales: la financiación pública de organizaciones islamistas; el hostigamiento a la policía y los bomberos en los barrios predominantemente musulmanes; y el incendio y la destrucción periódicos de docenas, si no miles, de automóviles, cuyas partes se venden después en el norte de África y en Europa Oriental. La policía y los bomberos se niegan a entrar en ciertos quartiers sin antes contar con sustanciales refuerzos, a pesar de que quienes alegan padecer enfermedades ‒ que generalmente no comportan riesgo de muerte ‒ se dedican a llamar constantemente al personal de urgencias. Ha surgido una complicidad entre los traficantes de drogas y los islamistas, que justifican los beneficios del negocio de la droga con el argumento de que sirven para ayudar al Estado islámico a defender el «verdadero islam». Algunos musulmanes varones siguen resistiéndose a obedecer a las policías, y una serie de funcionarios públicos musulmanes se niegan a dirigirse a mujeres o darles la mano. En un instituto [collège] de Marsella, el 40% de las adolescentes utilizan certificados médicos falsos para poder evitar las clases de natación. Otras chicas de origen musulmán exigen contar con vestuarios en el colegio porque las presiones sociales islamistas les impiden llevar lo que ellas quieren en sus propios barrios. Algunas mujeres están genuinamente convencidas de que el pañuelo en la cabeza (suprimido en los colegios públicos en 2004), e incluso el burka, son apropiados. Céline Pina, una antigua política socialista local en Île-de-France, afirma que «el velo se ha utilizado siempre como un instrumento de la apropiación por parte de la sociedad del cuerpo de las mujeres, que pasa a ser así una propiedad colectiva. El velo es, por encima de todo, el instrumento de propaganda más visible para afirmar la islamización de la ciudad». Añade que las mujeres con velo y las prostitutas son las dos caras de la misma moneda, ya que ambos grupos se ven reducidos a su sexo y apenas existen fuera de él.

Pina denunció el sexismo del Salón de la Mujer Musulmana celebrado en Pontoise, donde, en 2015, dos jóvenes activistas de Femen con los pechos al descubierto provocaron un escándalo al interrumpir las actividades y gritar en francés y en árabe: «Nadie me somete, nadie me posee, yo soy mi propia profeta». Fueron recibidas con gritos de «¡Violadlas!», «¡Matadlas!» y «¡Mandadlas al Daesh [el Estado Islámico]». Pina defiende hábilmente su intervención, a pesar de no haber sido invitadas: «En este caso, el cuerpo de la mujer, y especialmente sus pechos, se convierten en una herramienta política. Al aceptar su fragilidad y transmutarla en valor, la mujer completa su liberación y se reapropia de su cuerpo al rechazar rotundamente la asignación al pudor, que hunde sus raíces en la hipersexualización del cuerpo femenino». El galardonado autor argelino Kamel Daoud añade que los «islamistas están obsesionados con el cuerpo femenino. Lo violan porque les aterra. Para ellos, la vida es una pérdida de tiempo previa a la eternidad. Pero, ¿quién representa la perpetuación de la vida? La mujer».

En zonas con una gran población musulmana, la misoginia islamista se ve complementada por el antisemitismo. Un médico informa de que el odio a los judíos es frecuente entre «un gran número de pacientes». La demonización de los judíos, más que el apoyo al islam, es lo que sustenta a muchos defensores de la causa palestina. A pesar de graves actos de terrorismo islamista, los incidentes antisemitas siguen siendo dos veces superiores que los antimusulmanes, a pesar de que el número de musulmanes en Francia es aproximadamente diez veces mayor que el de judíos. Estos han abandonado los colegios públicos y se calcula que el 25% estudian ahora en instituciones católicas privadas. Aunque la abrumadora mayoría de familias judías se encuentran integradas en la República Francesa, aproximadamente el 1-2% de una población judía de alrededor de quinientas mil personas se trasladan cada año a Israel, Canadá, Estados Unidos y otros países. Al igual que sus compatriotas judíos, muchos gentiles franceses han empezado también a acariciar la idea del exilio. Lamentablemente, muchos nativos se sienten como «extranjeros en su propio país». Padecen lo que el politólogo Laurent Bouvet ha bautizado como «inseguridad cultural».

Los estudiantes musulmanes de bachillerato se oponen a tener profesores judíos y profesoras mujeres, y plantean objeciones al contenido de los cursos de biología, literatura e historia, como los que versan sobre el caso Dreyfus ‒ «otra vez un judío» ‒ y el Holocausto: «otra vez los judíos. ¿Por qué no estudiamos el genocidio de los palestinos?» y «seis millones no son suficientes». El uso extendido de la palabra «genocidio» entre personas carentes de cultura histórica y convencidas de su propia victimización se ha convertido en una de las principales herramientas de las teorías de la conspiración, el antisemitismo y la negación o trivialización del Holocausto. Los estudiantes musulmanes también han boicoteado los homenajes a las víctimas del terrorismo celebrados tras las atrocidades. Según los islamistas, los trabajadores asesinados de Charlie Hebdo «se lo han buscado» al representar visualmente a Mahoma, un sentimiento del que se han hecho eco sectores de la prensa árabe. Los defensores adolescentes de los asesinos los transforman en víctimas que luchan por la justicia contra la «islamofobia». Es cierto que las discriminaciones ‒especialmente en el trabajo para los musulmanes‒ se hallan, desgraciadamente, muy extendidas, pero los potenciales empleadores tienen miedo de tener que enfrentarse a actitudes sexistas hacia sus compañeras; a demandas de un tratamiento especial durante las vacaciones, especialmente el ayuno durante todo un mes del Ramadán; y a solicitudes de tiempo para rezar y espacios para la oración.

Los autores mencionados refutan el tropo habitual de que el racismo francés constituye una explicación para el terrorismo islamista. Taguieff explica que «la vulgata antirracista [...] postula que “el racismo” explica todo, mientras que se trata sobre todo de un fenómeno que ha de ser explicado». El «racismo antiblanco» y un «antisemitismo desacomplejado» entre un gran número de personas que viven en los suburbios predominantemente musulmanes horroriza a estos autores. Su identificación del racismo antiblanco con el antisemitismo muestra un cambio dramático en la historia de este último. Durante gran parte del siglo XX, el antisemitismo se asoció con la extrema derecha. Hoy, en algunas partes de Francia, es más habitual ‒ y ciertamente más violento ‒ entre los descendientes de inmigrantes musulmanes que entre los de más rancio abolengo francés (français de souche). Además, lo que un antiguo oficial de policía de alto rango ha llamado «la subcultura del odio [a los judíos]» se ha convertido asimismo en un indicador del fracaso de la integración y de cómo detestan a Francia, que es el país europeo que cuenta con el mayor número de voluntarios (oficialmente, mil seiscientos) que han decidido ir a combatir en las filas del Estados Islámico. El yihadista Mohamed Merah ‒ que asesinó en 2012 a tres soldados franceses, un adulto judío y tres niños judíos ‒ ilustra sangrientamente la fusión entre francofobia y judeofobia. La madre del asesino «siempre dijo que los árabes han nacido para odiar a los judíos» y algunos jóvenes musulmanes lo celebran como un héroe de guerra «antisionista». El novelista y crítico literario Pierre Jourde responde: «Gracias, hada buena Israel. Gracias a tu varita mágica, transformas una vieja canallería en militantismo de los condenados de la tierra». Muchos prisioneros de origen norteafricano en cárceles francesas ‒ la estimación de un imán es que el 60% de los presos son de origen musulmán ‒ han regresado celosamente a la fe militante de sus antepasados. Un buen número han resucitado también las teorías de la conspiración basadas en la colaboración judeomasónica, que repiten irónicamente las fantasías que hicieron circular en otro tiempo los regímenes católicos del general Franco y el mariscal Pétain. Aproximadamente un tercio de los musulmanes franceses toman por explicaciones los «delirios conspiradores». Finkielkraut afirma que los antisionistas que ven la mano de Israel en todas partes son realmente antisemitas. Sinagogas, escuelas judías y museos de temática judía se hallan protegidos como fortalezas con objeto de impedir nuevos ataques terroristas. Los incidentes antisemitas son especialmente numerosos allí donde la izquierda controla los municipios y favorece las campañas antiisraelitas y propalestinas.

La integración de devotos musulmanes resulta especialmente difícil en una Francia laica que, tras una lucha de un siglo, llegó a la separación casi completa de religión y Estado en 1905. La laïcité fue concebida para liberar al individuo, pero muchos musulmanes la ven ahora como un instrumento de persecución. Social y legalmente, la mayoría de los ciudadanos franceses consideran la religión como un asunto privado, pero el islam es más que una religión. Por utilizar una expresión formulada por el sociólogo y antropólogo Marcel Mauss, se trata con frecuencia de una «realidad social total». La espectacular y masiva irrupción del islam en el espacio público ‒ en ocasiones con violencia ‒ ha obligado a tomar decisiones difíciles. Como admite el polígrafo Philippe d’Iribarne, la ley de 2010 que prohibió los burkas buscaba bloquear el dominio islamista del espacio público y constituye formalmente una violación de los derechos individuales. Sin embargo, defiende que la prohibición está concebida para obstruir la creciente coerción islamista. En otras palabras, Francia está sumida en una lucha entre dos colectividades: el Estado laico y el modo de vida islamista. «El islam es mucho más que una religión en este sentido estricto; se trata más bien de un movimiento a la vez religioso, social, político, algo que no nos permiten aprehender nuestras categorías. Por defecto lo calificamos de una “religión”, lo que no nos permite reaccionar de manera adecuada en relación con él, en concreto reaccionando ante su proyecto de conquista social y política, en el que la coerción de los cuerpos desempeña un papel muy importante». El islam político ha ejercido un especial atractivo para «grupos desestabilizados por las experiencias coloniales y migratorias, por la precariedad y la pobreza, por la inferioridad cultural y simbólica».

Aunque discrepan en muchos temas, los autores mencionados en este ensayo intentan defender valores ilustrados con las armas históricas, literarias y filosóficas de la moderna civilización francesa y occidental. Al rechazar toda apelación a los bajos instintos racistas, luchan contra el islam político y el uso inadecuado del «racismo» y la «islamofobia». Politique Autrement, el «club de reflexión» de Jean-Pierre Le Goff, y Le Figaro, el periódico conservador parisiense, han difundido con frecuencia sus críticas del islamismo y su defensa de determinadas tradiciones francesas. Sin embargo, los progresistas serían tontos si se limitaran a rechazarlos como derechistas puramente nostálgicos

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Sunday, February 21, 2016

El escritor considerado como el más grande poeta árabe vivo de la actualidad afirma que el Islam no puede ser modernizado.



Adunis Asbar, conocido por su seudónimo Adonis, es un escritor nacido en Siria y a menudo es considerado como uno de los más grandes poetas vivos de la lengua árabe. Sin embargo, ha sido objeto de críticas por los comentarios que realizó recientemente sobre el Islam antes de recibir el Premio de la Paz Erich Maria Remarque, el nombre del famoso pacifista y autor de la conocida y clásica novela sobre la Primera Guerra Mundial "Sin novedad en el frente".

En una entrevista con Die Welt habló sobre uno de los problemas más acuciantes en Alemania desde que comenzó la actual  crisis migratoria, la idea de ser capaces de integrar en las sociedades europeas a los inmigrantes procedentes de países predominantemente musulmanes.

Siendo el mismo un musulmán y uno de los mayores expertos en la lengua del Corán, Adonis dijo: "No se puede reformar una religión. Si se ha reformado, [el significado original] está separado de él. Por lo tanto, musulmanes modernos y un moderno Islam son cosas ya imposibles. Si no existe una separación entre la religión y el estado, no podrá haber democracia sin igualdad, en especial para las mujeres. A continuación, tendremos un sistema teocrático. Así es como va a terminar".

Dirigiendo una fuerte crítica del mundo islámico, agregó: "Los árabes no son la fuerza más creativa. El Islam no contribuye a la vida intelectual, y promueve que no haya discusión. Ya no produce ningún pensamiento, ni arte, ni ciencia, ni una visión que podría cambiar el mundo. La repetición es llevada hasta el extremo. Los árabes seguirán existiendo, pero no harán que el mundo sea mejor".

Las observaciones estaban en referencia a cuestiones más amplias sobre cómo ve el Oriente Medio, y en concreto a su nativa Siria, en un estado de guerra civil desde hace años. Adonis describe el totalitarismo del Islam en la vida de las personas del mundo islámico, y asegura que la sociedad musulmana está "basada en un sistema totalitario. La religión lo dicta todo: Cómo marchar, cómo ir al baño, lo que uno tiene que amar...".

Inicialmente aparentemente reacio a condenar al régimen de Assad, escribió posteriormente una carta abierta a Bashar Assad pidiéndole que renuncie. Sin embargo, esto también enfureció a simpatizantes de los rebeldes cuando se refirió a Assad como el presidente electo de Siria. Adonis dijo: "Pero también he escrito una segunda carta, que fue dirigida a los revolucionarios. Les he preguntado por cuál sería su visión. Pero no la leerían, porque no son independientes".

Él continuó diciendo que los rebeldes estaban controlados por los intereses de Estados Unidos, Arabia Saudí y ciertas secciones de Europa, y comentó:

"He sido durante mucho tiempo un oponente de Assad. El régimen de Assad ha transformado el país en una prisión. Pero sus oponentes, los llamados revolucionarios, cometen asesinatos en masa, cortan la cabeza a la gente, las mujeres son vendidas en jaulas como mercancías y pisotean la dignidad humana".

Adonis se refería al Estado islámico y el frente Al-Nusra (una filial de Al Qaeda) que se han convertido en la mayor fuerza de oposición a Assad en el transcurso de la guerra civil.

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Friday, December 18, 2015

El erudito y novelista egipcio Youssef Ziedan afirma que "La Mezquita de Al-Aqsa no es sagrada para los musulmanes o los judíos" - Memri



En una reciente entrevista televisiva, el erudito académico y novelista egipcio Youssef Ziedan afirmó que la mezquita de Al-Aqsa en Palestina no es la Mezquita de Al-Aqsa a la que se hace referencia en el Corán. Citando a antiguos eruditos, Ziedan dijo que la mezquita de Al-Haram y la Mezquita de Al-Aqsa estaban "en el camino de La Meca a Taif". "Ni nosotros ni ellos [los judíos] tienen nada que ver con eso", dijo. "Es todo política".

Los siguientes son extractos de la entrevista, que se emitió en el canal de televisión egipcio CBC TVt el 3 de diciembre de 2015.

Presentadora de televisión: Las recientes declaraciones atribuidas a Ziedan sobre el viaje nocturno del Profeta Muhammad [isra], y su ascensión a los cielos [Mi'raj], han causado un gran revuelo en los círculos religiosos de Egipto y de la sociedad.

Extractos de un vídeo de Youssef Ziedan

Youssef Ziedan: En cuanto a los conceptos de la isra y la mi'raj, la isra se menciona en el Corán, pero su significado es diferente al que comúnmente se piensa. La mi'raj, sin embargo, no se menciona allí. No sé de dónde lo sacaron.

También dijo que la mezquita de Al-Aqsa en Palestina no tiene nada que ver con la mezquita de Al-Aqsa a la que se hace referencia en el Corán. Por lo tanto, no es la primera dirección hacía donde dirigían la oración los musulmanes.

[...]

Entrevistador: ¿Me estás diciendo que Jerusalén [Al-Quds] no es nuestra ciudad santa?

Youssef Ziedan: Hamiqdash ["templo"] ​​es una palabra hebrea. Este es un concepto hebreo. Su nombre [de Jerusalén] cristiano es "Aelia". La Mezquita de Al-Aqsa, en mi opinión, no es esa [la de Jerusalén]. No puede ser.

[...]

Nuestros antiguos sabios religiosos - Al-Waqidi, Al-Tabari, y muchos otros - dijeron que la mezquita de Al-Aqsa... ellos dijeron que el Profeta Muhammad, después de haber sido acosado por los Quraish [de La Meca], fue a la ciudad de Tai'f. En el camino a Taif, había dos mezquitas: la mezquita de Al-Adna ["la más cercana"] y la Mezquita de Al-Aqsa ["la más lejana"]. El versículo del Corán [17: 1] habla del estado de la mente del Profeta. Estaba confundido, al igual que el profeta Abraham, quien dijo: "Mi Señor, muéstrame a ti mismo para que pueda mirarte"... Lo siento, fue Moisés. Le pasó también a Abraham. Muchos profetas pasaron por tal confusión. El versículo dice: "Gloria a quien transportó a Su Siervo de noche de la mezquita Al-Haram a la Mezquita Al-Aqsa, el entorno de las cuales hemos bendecido". En ese momento aún no había oraciones. Así que era un lugar de culto. El lugar era muy conocido. De lo contrario, se habría determinado su ubicación. Por lo tanto, Al-Waqidi y otros dijeron que estas dos mezquitas estaban en el camino de La Meca a Taif.

Entrevistador: ¿Te refieres a la mezquita de Al-Haram y a la Mezquita de Al-Aqsa?

Youssef Ziedan: Sí. La Mezquita de Al-Aqsa [en Jerusalén] no existía por aquel entonces, y la ciudad no era llamada "Al-Quds". Era llamada Aelia, y no tenía mezquitas.

[...]

Entrevistador: ¿Quiere decir que la Mezquita de Al-Aqsa no es sagrada para los musulmanes o cristianos?

Youssef Ziedan: La Mezquita de Al-Aqsa representa un juego político del Califa Abd al-Malik.

Entrevistador: Así que no hay justificación para la guerra [por Jerusalén], y sólo debemos dejar al-Aqsa ya que no tiene nada que ver con nosotros?

Youssef Ziedan: Ni nosotros ni con ellos [los judíos] tiene nada que ver. Eso es lo que estoy diciendo. La gente debería pensar en esto.

Entrevistador: ¿Pero dónde nos llevaría?

Youssef Ziedan: A la paz.

[...]

Entrevistador: ¿Así que estás diciendo que [Jerusalén] no es sagrado ni para los musulmanes ni para los judíos...

Youssef Ziedan: Es toda política.

Entrevistador: Así que esto es un conflicto político, y el sueño de la liberación [de Al-Aqsa] y las consignas como "millones de mártires están marchando a Jerusalén", no son más que tonterías, como es la guerra liderada por los judíos por su templo...

Youssef Ziedan: Ellos también están mintiendo.

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Wednesday, November 18, 2015

El Islam moderado por fin "reacciona" a los ataques de París. Sin comentarios



Si en el Inglaterra-Francia disputado en Wembley todo el estadio se unió al unísono para cantar La Marsellesa y guardó un respetuoso minuto de silencio en memoria de las víctimas por los atentados de París, no se pudo decir lo mismo de lo ocurrido en los prolegómenos del Turquía-Grecia.

En el momento en el que los 22 futbolistas se colocaron en el círculo central para guardar el acordado minuto de silencio, parte de la afición turca boicoteó dicho momento con abucheos y a grito de "Al·lahu-àkbar" (Alá es grande).

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Wednesday, October 07, 2015

¿Por qué los objetivos del terrorismo palestino son los civiles judíos? - Emmanuel Navon - i24news



La semana pasada, Eitam Henkin y su esposa Naama fueron asesinados delante de sus cuatro hijos de vuelta a su casa. Tuve el privilegio de conocer a Eitam cuando asistió a una clase que di sobre Alexis de Tocqueville en el Kohelet Policy Forum. Eitam era un erudito, un alma gentil y un hombre justo. Había escrito dos libros y decenas de artículos sobre la ley judía, y estaba completando un doctorado en historia en la Universidad de Tel-Aviv. Eitam y su esposa fueron asesinados justo antes del Shabat, cuando el libro de Eclesiastés ("Kohelet") se lee en las sinagogas. Kohelet afirma que "Todo esto he visto en mi vana existencia. al justo que perece pese a su justicia, y al impío que pese a su maldad alarga sus días" (Ecl 7, 15), pero tampoco propone tener una explicación.

La cuestión de por qué fueron asesinados Eitam y Naama no es sólo filosófica, sino también política. Para los palestinos y sus muchos apologistas en Occidente, los Henkins trajeron esta tragedia sobre sí mismos por ser los agentes voluntarios de "la ocupación". La Autoridad Palestina (AP) ni siquiera condenó el crimen porque considera que fue "un acto legítimo de resistencia". Cuando dos días después del asesinato de los Henkins, Nehemia Lavi y Aharon Banito fueron apuñalados hasta la muerte en la ciudad vieja de Jerusalén, la Autoridad Palestina sólo deploró el asesinato de su agresor. El portavoz de la Autoridad Palestina Ihab Bseiso agregó que "La única solución es el fin de la ocupación israelí de nuestra tierra palestina ocupada y el establecimiento de nuestro Estado independiente en las fronteras de 1967, con Jerusalén como su capital". En otras palabras, el terrorismo terminará cuando Israel renuncie a cada pulgada de la tierra que conquistó durante la Guerra de los Seis Días.

Pero esto es una mentira.

Hace ochenta y seis años, en agosto de 1929, 133 judíos fueron asesinados por los árabes en Jerusalén, Hebrón, y Safed. No había "ocupación israelí" en aquellos momentos. La razón por la que los judíos fueron asesinados en la ciudad vieja de Jerusalén, en agosto de 1929 y en octubre de 2015, es de hecho idéntica: los líderes palestinos encendieron la violencia al acusar falsamente a los judíos de "profanar" la mezquita de Al-Aqsa.

En 1929, Haj Amin al Husseini (el Mufti de Jerusalén y luego colaborador nazi, y alabado como un "héroe" por el jefe de la OLP, Yasser Arafat) distribuyó folletos con fotografías trucadas acusando a los judíos de planificar hacerse cargo de la mezquita de Al-Aqsa. El 16 de septiembre de 2015, el presidente de la AP, Mahmoud Abbas, declaró lo siguiente: "Bendecimos cada gota de sangre que se haya derramado por Jerusalén, ya que es una sangre limpia y pura, y la sangre derramada por Allah, Allah la desea. Cada mártir (Shahid) alcanzará el Paraíso, y todo el que sea herido será recompensado por Allah. La Mezquita de Al-Aqsa es nuestra, la Iglesia del Santo Sepulcro es nuestra, y ellos [los judíos] no tienen derecho a contaminarlas con sus sucios pies. No vamos a permitirlo y haremos todo lo que esté en nuestro poder para proteger a Jerusalén".

Por lo tanto, no debería ser una sorpresa que Muhannad Halabi, de 19 años de edad, se convirtiera en asesino árabe que apuñaló a dos judíos hasta la muerte en la Ciudad Vieja de Jerusalén, el pasado sábado por la noche, y que escribiera lo siguiente en su página de Facebook antes de cometer su crimen: "Lo que está pasando con la mezquita de Al-Aqsa es lo que está sucediendo con nuestros santos lugares y es la vía de nuestro Profeta". Halabi fue incitado, y actuó en consecuencia. Él no escribió que lo que le había motivado era el establecimiento de un estado árabe independiente dentro de las líneas de armisticio que solían separar a Israel de Jordania. Sus víctimas específicas no eran los militares, sino los civiles judíos. Su motivación no era política, era religiosa.

Lo mismo se aplica a los asesinos de Eitam y Naama Henkin. Como miembros de Hamas, ellos no luchan por el establecimiento de un estado árabe adicional al lado de Israel, sino por un estado islámico "sobre cada pulgada de Palestina" (artículo 6 de la Carta de Hamas) donde ningún judío (y ningún cristiano) sería permitido. La Carta de Hamas cita el famosa "hadiz" Al-Bujari (una declaración no incluida en el Corán, pero atribuida a Mohamed): "El Día del Juicio no vendrá hasta que los musulmanes maten a los judíos. Cuando entonces el judío se oculte detrás de las piedras y de los árboles, las piedras y los árboles dirán: 'Oh musulmanes, oh Abdulla, hay un judío detrás de mí, ven y mátalo' ".

De acuerdo con una encuesta realizada por Stanley Greenberg en julio de 2011, el 73% de los palestinos están de acuerdo con este hadiz (según lo informado por el Jerusalem Post el 15 de julio de 2011). No es casualidad si los objetivos del terrorismo palestino son los civiles judíos.

Al igual que en 1929, el asesinato de judíos en la actualidad está motivado por una incitación calumniosa y una creencia religiosa que ya existía antes de la creación del Estado de Israel, y ambos hechos todavía existirán incluso si Israel se retira de cada pulgada de la tierra que conquistó en junio de 1967.

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Sunday, July 12, 2015

Sufriendo a causa de la ceguera - Ben-Dror Yemeni - Ynet



A diferencia de los líderes de otros países árabes, el presidente de Egipto no se hace ilusiones con respecto al Islam. Hace varios meses, al-Sisi optó por realizar un discurso dramático sobre el Islam en el más importante instituto religioso: la Universidad de Al-Azhar.

Él afirmó firmemente que existe un problema con la dirección que está siguiendo el Islam, y llamó a una revolución desde dentro. He ahí nos dijimos un líder que no sufre de ceguera. Pero incluso el presidente egipcio aún tiene un problema de ceguera. Al-Sisi se reunió recientemente con una delegación del Comité Americano-Judío. De acuerdo con informes de la prensa egipcia, les dijo que "la solución del problema palestino eliminaría una de las principales razones para unirse a organizaciones terroristas islamistas".

Ese mismo día los yihadistas asesinaron, entre otras, a 44 personas en Nigeria y a otras 14 en Kenia. En los primeros 19 días de Ramadán, 1.899 personas fueron asesinadas por los yihadistas, con un promedio de cerca de 100 por día. Ninguna de esas personas asesinadas tenía algo que ver con el problema palestino.

El problema es que esta tesis, que une el problema palestino y la Yihad, es bastante común entre los círculos "progresistas" occidentales. Jimmy Carter, por ejemplo, afirmó poco después del asesinato de los humoristas de Charlie Hebdo que "uno de los orígenes de esto es el problema palestino". Lo que antes solían "mirar a los judíos como culpables", ahora "miran a Israel como el culpable".

Esta tontería también nos azota en Israel. Mientras escribo estas líneas, hay una conversación en la Radio del Ejército sobre la detención de unos maestros beduinos acusados de propagar el dogma del ISIS. La mayor parte de la conversación giró en torno a la angustia que sufren los beduinos bajo el gobierno israelí, una angustia que, pobrecitos, les conduce a apoyar la yihad. Cuando esto es lo que está siendo transmitido por la Radio del Ejército, ¿cómo podemos juzgar a Carter?

John Kerry también planteó un razonamiento similar en el pasado. Los yihadistas, según esta estúpida teoría, son en realidad "activistas y militantes". ¿Por qué, maldita sea, no hay ataques terroristas kurdos en todo el mundo, a pesar de las decenas de años de opresión turca (siria e iraní)? Y ¿por qué es que no hay ataques terroristas protagonizados por africanos pobres por todo el mundo occidental, a pesar de la pobreza y la frecuente opresión en África, y pesar de que los pobres en África sólo podrían soñar con estar en la misma situación de los palestinos?

¿Y porque es solamente el Islam quien fabrica este terrorismo? Y sobre todo, ¿por qué eluden el sentido común y los hechos gente que se supone son seria? Y ¿por qué es que ellos siempre encuentran excusas para entender y explicar, ya veces incluso justificar, el terrorismo?

No todo el mundo sufre de ceguera. El editor de Asharq Al-Awsat, Eyad Abu Shakra, publicó un tremendo artículo después de la ola de terror del Viernes Negro de hace dos semanas. Para variar, no había ni una pizca de autoengaño en el artículo. No se trataba de la pobreza, ni de la angustia, ni era culpa de la ocupación y de Israel. Señalaba con el dedo acusador a los textos del "verdadero Islam". "Esa es la fuente de la yihad asesina", escribió valientemente. Y con el fin de detener esta enfermedad, no hay que ocultar el problema. Qué suerte que él no escuche a Jimmy Carter o a la Radio del Ejército.

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Wednesday, March 18, 2015

Atención, Obamaprogres del mundo, todos en fila india y recitando a coro el dogma oficial: "El Islam, por supuesto, no tiene nada que ver con esto. Por si acaso, mencionen de pasada las Cruzadas y, sobre todo, afirmen que el gran peligro es la islamofobia"

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Monday, November 17, 2014

Las élites de Francia recogen los frutos de su querido multiculturalismo políticamente correcto, aunque ellas ya saben que el auténtico problema es la "islamofobia"

Friday, August 15, 2014

Este es el capital humano que Europa ha elegido para construir su futuro: "El grupo extremista ISIS (Estado islámico) es obra de los sionistas"





Un Tweet de Yasmina Haifi  que dice más o menos:
El ISIS no tiene nada que ver con el Islam. Es un plan preconcebido por los sionistas que quieren denigrar deliberadamente el nombre del Islam.
¿Qué quién es Yasmina Haifi? Ella es una funcionaria del Ministerio holandés de Justicia que trabaja como jefe de proyecto para el Centro Nacional de Seguridad Cibernética de los Países Bajos. Y ella piensa que el ISIS, ese grupo extremista islamista que domina grandes partes de Siria e Irak y que quiere crear un Estado Islámico o Califato, es un complot sionista para que el Islam se vea mal.

Aunque bien mirado ella podría estar en lo cierto. Por otro lado, tal vez la propia Yasmina Haifi no sea ajena a un complot sionista para hacer que el Islam quede mal, o bien que su gente parezca desquiciada. No obstante, es de suponer que los muchos musulmanes holandeses que en las calles holandesas han sostenido las manifestaciones pro-ISIS no estarían de acuerdo con ella, más que nada porque seguramente no estarían manifestándose a favor de un frente sionista, ¿no creen? A menos, por supuesto, que también estén implicados en un complot sionista.

Miren ahora la fotografía de Yasmina Haifi. Ella no es una fanática envuelta en una burka o un nijab, sino una mujer con un carrera, moderna y occidental, con una llamativa chaqueta de color rojizo. Y sin embargo, ella no puede soportar la verdad sobre su religión y lo que se hace en su nombre. Así que ella se refugia en la conspiración más perezosa de todas. En los Países Bajos, un musulmán "extremista" apoya al ISIS porque está cortando las cabezas de los infieles, pero una musulmana "moderada" se opone al ISIS porque forma parte de un complot sionista.

En una entrevista en la Radio 1 este miércoles, Haifi dijo que no se va a retractar de sus declaraciones, diciendo que tiene derecho a decir lo que piensa.

"Parece ser que la libertad de expresión es sólo para ciertos grupos. Me he tomado la libertad de expresarme y obviamente tengo que pagar por ello. No sé por qué tengo que dimitir, esto es lo que pienso", declaró Haifi.

Sin embargo, Haifi eliminó su declaración de su cuenta de Twitter diciendo: "Me doy cuenta de la sensibilidad política en relación con mi trabajo. Esto [la reacción del público] nunca fue mi intención".

Este es el capital humano con el que Holanda ha elegido para construir su futuro.

Extraído de un artículo de Mark Steyn

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Saturday, August 02, 2014

Después de los "islamistas moderados", he aquí que ahora aparecen los "yihadistas moderados" - Benoît Rayski - Atlantico



Los funcionarios de la ONU en Bagdad han informado de una "fatwa" del Ejército del Estado Islámico de Irak y del Levante imponiendo "la mutilación genital" (es decir, la escisión) a todas las mujeres de edades comprendidas entre 11 a 46 años. Las Naciones Unidas tal vez hayan ido demasiado rápido. Y es que este edicto o "fatwa" se remonta a hace un año y, además, no está autenticado por el sello del emir. Así que todo es para mejor en el mejor de los mundos islámicos.

Por lo tanto, los yihadistas que controlan Mosul parece contentarse por el momento con expulsar o convertir a los cristianos (son magnánimos, no los matan) y masacrar a los chiítas (pero esto a todo el mundo le da igual, excepto a los chiitas). Estos yihadistas por lo tanto son "yihadistas moderados"... al igual que los clérigos que gobiernan Irán, donde también tenemos a unos "islamistas moderados" que ejercen el poder.

Cinco personas allí fueron azotadas en público por no haber respetado el ayuno del Ramadán. Pero, ufff, al menos no fueron asesinados.

De todos modos, resulta equivocado centrarse en los yihadistas e islamistas. En Libération, el diario francés más de izquierdas, un politólogo que ha obtenido su maestría en Sciences Po (Ciencias Políticas), explica por qué los 600 o 700 yihadistas franceses en Siria, pfff, son una minucia, comparados a los 7.000 franceses que combatieron en la división SS Carlomagno en el bando nazi. "¿Acaso se ha amalgamado a todos los franceses con estos admiradores franceses de Hitler?", se lamentaba deplorando que eso se haga con los musulmanes.

En la misma línea, se nos explica que la presencia en las manifestaciones anti-israelíes de banderas y alborotadores yihadistas no convierte a todos los manifestantes en alborotadores o islamistas, ya que la gran mayoría de los que desfilaron lo hicieron de manera fundamentalmente pacífica . En el diccionario de ideas recibidas, y desarrollando su pensamiento, esto también podría darse en los siguientes asuntos.
No debemos centrarnos en los desastres ferroviarios, porque la gran mayoría de los trenes, etc...  No se tiene que evocar constantemente la violencia en los suburbios de población mayoritariamente de origen inmigrante (magrebí y musulmana), porque la gran mayoría, etc .. No es necesario preocuparse por la presencia de bates de béisbol y Kalashnikovs, porque la gran mayoría, etc ... Y - no estropeamos nuestra diversión - no critiquemos a un profesor de ciencias políticas bastante pobre de espíritu, porque la gran mayoría, etc ...
Ahora miremos este asunto más detenidamente. Los manifestantes gritaban "¡Muerte a los judíos!" ¿Pero acaso los han matado? No, por lo tanto eran moderados. Ante un tribunal penal, algunos de ellos fueron juzgados inmediatamente. También atacaron un restaurante kosher gritando a los comensales "!Sucios judíos, van a morir!" ¿Pero pusieron en marcha sus amenazas? No, por lo tanto eran moderados. Tan moderados como lo fueron las penas que recibieron: liberados y a casa.

El más afortunado de ellos fue acusado de "violencia con connotación religiosa". De hecho le había pegado una patada en las nalgas a una cliente del restaurante. Pero el tribunal, en su sabiduría, señaló que no se pudo demostrar que el acto en cuestión fuera "antisemita". Por lo tanto, ya se sabe, quizás la denunciante le provocó... Liberado y a casa.

La moderación en todas las cosas es lo que realmente necesitamos. En Irak, Siria, Irán y Francia. Por otro lado, Sihem Souid, una asesora de la ministra Christiane Taubira, no se engañaba cuando presenció en las manifestaciones anti-israelíes banderas idénticas a las esgrimidas por los yihadistas de Mosul. Ella twitteó que era "una bonita profesión de fe musulmana". Qué gran pareja, encantadora y supermoderada, formarían el profesor en ciencias políticas y esta asesora. Y podrían tener un montón de hijos, con chicas que ya irían con velo a la edad de 12 años ...

PS: En Libia, las milicias islámicas se enfrentan. Balance: un centenar de muertes. En Roquemaure Gard, dos bandas rivales se enfrentaron (hachas, cuchillos, barras de hierro). Resultado: cero muertos. Esto también es moderación.

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Sunday, June 29, 2014

La intifada francesa: Francia y sus musulmanes - Denis MacShane - Prospect




Después del libro de Thomas Piketty, "El Capital en el siglo XXI", el de Andrew Hussey "La Intifada francesa: Francia, su población musulmana y el desafío del islamismo", es el libro más interesante sobre Francia publicado en inglés por muchos años. Hussey dirige el instituto de la Universidad de Londres, en París. Él es serio sobre Francia y los franceses. Al igual que los sociólogos políticos franceses, como Alain Touraine, Michel Wieviorka o Gilles Kepel, le gusta salir de su despacho y recorrer las duras calles de las banlieues (suburbios) francesas.

Hussey escribe lo que ve, oye y se le cuenta. Por ejemplo, él no tiene miedo de informarnos de los
extraordinarios niveles de antisemitismo existente entre esa población árabe y musulmana descontenta. La mayoría de los escritores bienpensantes ingleses pasan por alto ese vitriólico odio al judío que informa a la ideología islamista. La aversión a las ciegas políticas de asentamientos del Israel de Netanyahu ha contribuido a extender el antisemitismo como elemento central de la ideología del islamismo del siglo XXI, en gran parte del mundo árabe musulmán y en otras partes.

La intifada francesa es una mezcla inusual de reportaje y de historia. Sus tres primeros capítulos sobre las comunidades descontentos de origen magrebí en Francia son puro periodismo alejado de los escándalos sexuales y de las aburridas noticias recauchutadas que es el alimento básico de la mayoría de los escritores y periodistas británicos que operan en Francia. De hecho, nuestros principales diarios tienen algunos corresponsales de gran calidad pero su tarea es complacer a sus editores monolingües en Londres. Luego está la probada y fiable suposición de que "los franceses no tienen una palabra de empresarios", una especie de historia de amor de los corresponsales británicos y norteamericanos que, durante los últimos 25 años, ha presentado a Francia como un caso perdido económico que se compara desfavorablemente con el autoproclamado (aunque no siempre es evidente) éxito del neoliberalismo anglo-estadounidense.

Al igual que en Gran Bretaña, hay una gran discusión y escritura sobre las comunidades musulmanas de Francia. Pero a diferencia de Gran Bretaña, donde los musulmanes británicos tienden a haber viajado miles de kilómetros para llegar desde Pakistán, Cachemira, Bangladesh y la India, los musulmanes de Francia son más afines a los irlandeses, que llegaron a Gran Bretaña a través de un corto tramo de mar. A diferencia de muchos de los musulmanes de Gran Bretaña, sobre todo los de las comunidades más pobres, que ven la televisión paquistaní en casa y hablan mirpuri como un primer, y a veces único, idioma, los musulmanes del sur del Mediterráneo de Francia han asimilado la cultura y la lengua francesa a través de ver la televisión francesa o leer periódicos y libros en francés con tanta frecuencia como el árabe.

En el verano, en los puestos fronterizos con España, verán coches llenos de hombres, mujeres y niños que van al norte de África para pasar unas vacaciones. En los techos de automóviles, neveras o lavadoras van atados para ser entregados a las familias de vuelta a casa en Marruecos o Túnez. Los miembros de la élite política y de negocios de París, como Dominique Strauss Kahn, tienen casas de vacaciones en Marrakech o a lo largo de la costa de Túnez, con sus impresionantes anfiteatros romanos. Muchas de las estrellas de la política o del periodismo francés, hombres como Jean Daniel, Jacques Attali y Dominique de Villepin, tienen sus raíces familiares en el norte de África. Daniel, sigue escribiendo con elegancia y con pasión a sus noventa años en el Nouvel Observateur, donde se puede encontrar un poco de consideración por el líder argelino, el presidente Bouteflika, quien, aunque apenas con vida, fue reelegido recientemente para un cuarto mandato. Daniel escribió recientemente: "Me encanta este país (Argelia), donde nací".

Hay 5 millones de musulmanes en Francia en comparación con los 2,5 millones de Gran Bretaña y los 3 millones (principalmente turcos) en Alemania. Hussey proporciona una historia legible de la invasión francesa, la colonización y la explotación de Argelia, Tunez y Marruecos. En comparación con el más lento y más largo proceso de colonización británica, y el posterior fin del imperio a partir de 1945, la relación de Francia con sus tres colonias del norte de África fue más intensa, brutal y más cercana a casa.

Durante Pascua, escuché una discusión erudita en France Culture, el canal de la radio francesa que no tiene equivalente en Gran Bretaña, sobre el mariscal Lyautey Hubert, el Gobernador General francés de Marruecos en el primer trimestre del siglo XX. Los participantes en el debate elogiaron Lyautey como un soldado valiente que amaba la cultura árabe y trató de gobernar a través del Bey (más tarde el rey) y las tradiciones marroquíes generalmente respetadas. Hussey señala que este estadista y militar francés tan respetado era un prolífico sodomita y un pedófilo que sodomizaba a todos, desde a sus ayudantes militares como a los chavales árabes.

La Francia colonial estaba en guerra casi permanente con los árabes que habitaban todo el Mediterráneo. El mariscal Pétain condujo un ejército invasor y a la fuerza aérea para "pacificar" Argelia en la década de 1920. La guerra de 1954-1962 en Argelia fue mucho más brutal que la de Irak y Afganistán combinadas. Cerca de un millón y medio de argelinos fueron asesinados, muchos después de las torturas más brutales; Francia sufrió más de 90.000 muertos y heridos.

En la década de 1990, Argelia, que ganó su independencia en 1962, tuvo 200.000 muertos después de un levantamiento islamista contra el ejército que, como ahora los militares egipcios, se negaron a aceptar a un partido islamista elegido democráticamente (FIS) que trataba de imponer un ultraderechista conservadurismo religioso en una población que ya había probado algunos aspectos de la laicidad europea.

La brutalidad de los islamistas que masacraron a mujeres en Marruecos por no llevar la hiyab en 2003 o los que le dijeron a la madre del asesino de influencia islamista Mohammed Merah que debía llorar lágrimas de orgullo y alegría por el asesinato a manos de su hijo de maestros de escuela y de niños judíos en Toulouse en 2012, han tenido un gran impacto en Francia. Merah era un ciudadano francés de origen argelino que se había convertido al islamismo mientras cumplía una pena de prisión por robo. Había acudido a la gran gira de la yihad islamista, visitando Afganistán, Pakistán y Siria antes de volver al suroeste de Francia. Antes de la matanza de Toulouse, había disparado y asesinado a dos soldados musulmanes que servían en el ejército francés. Esto recuerda los asesinatos en masa de los "harkis", los soldados argelinos en el ejército francés que fueron vistos como traidores y colaboradores después de la independencia argelina. Francia se negó a permitir que entraran en Francia, con lo cual los nacionalistas argelinos los masacraron, masacraron también a sus familias y los sobrevivientes fueron expulsados al desierto del sur de Argelia.

Atacando tanto a judíos como a musulmanes con el uniforme del ejército francés, Merah estaba apuntando a dos objetivos del odio islamista. Al igual que con los asesinos islamistas del soldado británico fuera de servicio, Lee Rigby, en Woolwich en el 2013, existe una renuencia general a aceptar que Europa, y especialmente Francia, está viviendo con una nueva y poderosa fuerza ideológica en medio de ella, uno que tiene un teoría sobre cómo se debe organizar el mundo y tiene la voluntad de cometer actos de violencia política para lograr sus fines.

Es más fácil preocuparse por el lenguaje de los asesinos solitarios, de las personas aparentemente desquiciadas, de los vagabundos a los que se ha lavado el cerebro, en lugar de aceptar que estamoa ante una ideología coherente. Nadie está cómodo con todo lo que hace alusión a "la islamofobia". Esta es una formulación curiosa. La cristofobia está profundamente de moda, tal como sugiere el éxito comercial de los libros de Richard Dawkins y Christopher Hitchens atacando y ridiculizando la fe cristiana. Pero en un juego de manos que se considera inteligente, se considera que criticar el Islam, o el Corán, o las palabras del profeta Mahoma, supone cometer un asalto racista en vez de participar en un cuestionamiento de la fe al estilo de Voltaire.

Del mismo modo, las autoridades estatales se desviven para evitar la discusión sobre la ideología islamista. Al condenar a los asesinos de Lee Rigby, el juez, Sir Nigel Sweeney, dijo a los dos asesinos: "Cada uno de ustedes se convirtió al Islam hace algunos años. A partir de entonces, se radicalizaron y cada uno de ustedes se convirtió en un extremista. Defiendan una causa y unos puntos de vista que, como se ha dicho en otra parte, son una traición del Islam y de las comunidades musulmanas pacíficas que viven en nuestro país".

Estos son los típicos clichés de una burocracia que ve la violencia de la ideológica islamista como una especie de desquiciada traición a una religión. El juez Sweeney llegó a decir que los asesinos "decidieron avanzar en su causa extremista" sin hacer mención en el tribunal y ante el público cuál era esa causa extremista. Y concluyó que estos hombres querían ser muertos a tiros por la policía, ya que estaban "esperando ser unos mártires y ganarse un lugar en el paraíso".

Es dudoso que un miembro de la judicatura francesa, más intelectualmente sofisticada, utilizara esas banalidades - "ganarse un lugar en el paraíso" - para describir un acto de violencia, de conformidad con una nueva ideología global que, tras la desaparición del fascismo y del comunismo, ahora tiene el control sobre millones de personas, incluyendo a muchos compañeros de viaje en Europa.

Hussey examina las profundas raíces históricas del odio que anima a los islamistas en Francia y que preocupa profundamente a las autoridades francesas, que ya han visto como cientos de jóvenes ciudadanos franceses van a practicar la yihad islamista en Siria. Los franceses prefieren tratar con este problema mediante el contraespionaje, la cibervigilancia y las técnicas de infiltración, a diferencia de los británicos, que tratan de persuadir a los líderes religiosos para que den conferencias a su rebaño atacando la criminalidad de la violencia.

El libro de Hussey crea un vínculo convincente entre la violencia de la guerra de Francia contra sus vecinos árabes desde la incursión de Napoleón en Egipto, a través del brutal tratamiento de los árabes del sur del Mediterráneo, hasta la capitulación de De Gaulle ante los nacionalistas argelinos en 1962. En el medio siglo que ha seguido, argumenta Hussey, la guerra ha continuado bajo la forma de la humillación y la subordinación de los árabes musulmanes que viven en Francia, ya sea como ciudadanos franceses de pleno derecho o como inmigrantes que mantienen la ciudadanía de sus países de origen en el Magreb.

Parte de este argumento es desafiado por un nuevo libro de Gilles Kepel, el mejor estudioso europeo sobre la ideología islamista, y cómo afecta a los países árabes, así como a Europa. En su libro Pasión française. Les voix des cités, Kepel examina a 400 candidatos de las comunidades musulmanas de Francia que se presentaron en las elecciones parlamentarias francesas del 2012 para la Asamblea Nacional. Sólo un puñado fue elegido pero, argumenta Kepel, su participación en la política electoral en los diferentes partidos, parece indicar que los musulmanes franceses, al igual que sus equivalentes británicos, están dejando la mezquita para tomar parte en la corriente principal de la actividad política.

Este hecho puede estar pasando, pero, paradójicamente, los musulmanes en Francia, que utilizaban para identificarse a los socialistas por motivos antirracistas, ahora están tentados a apoyar formaciones políticas derechistas que se oponen al matrimonio gay. Los musulmanes franceses estáns hoy más a gusto con el catolicismo político que con el socialismo secular.

Kepel se preocupa de que el Islam político en Francia se ha desprendido de la amplia coalición antiracista y ahora está realizando demandas específicamente musulmanas como alimentos halal, pañuelos para las mujeres y la aceptación de la quenelle, el saludo semi-nazi utilizado regularmente por el "comediante" antisemita Dieudonné, y que se hizo tristemente célebre en Gran Bretaña por el futbolista Nicolas Anelka. Los musulmanes politizados están siendo cortejados ahora por ideólogos como Alain Soral, que se hace llamar un "nacional-socialista", y que sostiene que el desempleo masivo en las banlieues es provocado por la globalización, la existencia de la Unión Europea y el "poder del sionismo".

El objetivo es persuadir a los ciudadanos musulmanes franceses de que parte de lo que les atrae a algunos de ellos del islamismo lo pueden conseguir con una nueva política de la identidad nacional que se opone a la UE y al capitalismo global y cosmopolita.

Kepel da una bienvenida matizada para estos desarrollos, viéndolos como preferible al puro communitarisme musulmán o a las políticas de identidad islamistas. Tener que elegir entre el islamismo y un recalentado nacional-socialismo del siglo XXI parece tener que elegir entre la cólera y la peste, pero Kepel debe leerse junto con Hussey, cuyo libro afirma que existe una tensión no resuelta entre los musulmanes franceses y Francia.

Llamar a esto una "guerra" o "Intifada" puede ser una exageración diseñada para lograr la atención, pero muchas personas serias en Francia están preocupadas de que pueda existir un 11-S francés, además de la preocupación derivada de una reacción en contra de los musulmanes franceses si el islamismo sigue atrayendo devotos.

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Friday, June 13, 2014

El día D (el desembarco en Normandía) y el legado nazi en el mundo árabe - Petra Marquardt-Bigman


A raíz de la conmemoración el pasado fin de semana del 70 aniversario de ese asalto histórico a la Francia ocupada, el respetado analista y comentarista árabe Hussein Ibish publicó un tuit sugiriendo que la participación en el desembarco de algunas fuerzas reclutadas en países árabes invalidan lo que él denomina el "mito" de que "los árabes se pusieron del lado de los nazis".

Cuando le respondí que "el hecho de que algunos árabes fueron reclutados por los aliados no convierte la colaboración árabe con los nazis en un  mito", se desencadenó un acalorado intercambio. Ibish me contrarrestó diciendo que, aunque hubo sólo unos pocos colaboradores árabes de los nazis, hubo "numerosos árabes que tomaron las armas contra las fuerzas del Eje". Procedió luego a citar cifras concretas, por ejemplo, alegando que "9.000 palestinos se alistaron en el ejército británico durante la guerra", y si bien no enlazaba con ninguna fuente, Ibish definitivamente no merece ser sospechoso de inventarse los hechos.

Sin embargo, incluso si suponemos que es correcto que 9.000 árabes de la Palestina del Mandato Británico se alistaron en el ejército británico, esta cifra queda eclipsada por los 30.000 voluntarios judíos de la Palestina gobernada por los británicos que sirvieron en las fuerzas británicas durante la Segunda Guerra Mundial. Además, los refugiados judíos que habían escapado de las zonas controladas por los nazis en Europa, también se ofrecieron como voluntarios para unirse a la lucha contra la Alemania de Hitler. En total, cerca de 1,5 millones de judíos lucharon en los ejércitos regulares aliados, lo que supone decir que representaban aproximadamente al 10% de la población judía mundial en 1940.

Por supuesto, al final de la Segunda Guerra Mundial unos seis millones de civiles judíos habían sido asesinados por los nazis, y un cuarto de millón de soldados judíos habían perdido la vida luchando con los aliados.

El número - y porcentaje - de combatientes judíos es asombroso, y quizás no sea sorprendente que, en un momento durante el intercambio, Ibish trasladara su foco original de los árabes a los musulmanes, incluyendo incluso a los musulmanes de la India gobernada por los británicos para así reforzar sus números. Pero esto no debe ser un juego de números; y tampoco tiene mucho sentido asumir que los reclutas árabes y musulmanes de las zonas bajo dominio colonial lucharon con los aliados, ya que parece difícil pensar que estuvieran motivados por una oposición apasionada a la ideología nazi, y mucho menos, por el odio a los judíos de los nazis. Hacia el final del intercambio, Ibish afirmó que yo quería creer que "los árabes / musulmanes eran generalmente pro-nazis", y añadió con demasiada confianza: "Buenas noticias: ellos no lo eran".

Dado que yo realice mi doctorado sobre un tema de alguna manera relacionado - la inteligencia de EEUU en Alemania durante la década de 1940 – me cuesta asumir aquello que parecía decir Ibish. Dudo que haya estudios confiables acerca de lo que los árabes y los musulmanes, en general, sentían acerca de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, y dado que había incontables millones de árabes y musulmanes viviendo en una gran pobreza y teniendo muy poca educación en esos momentos, muchos probablemente no sabían nada para tener una opinión informada. Sin embargo, sí sabemos que los nazis invirtieron considerables esfuerzos para apelar a las audiencias árabes y musulmanes a través de emisiones y otro tipo de propaganda, y varios académicos han presentado argumentos convincentes de que el legado tóxico de esa propaganda y de la colaboración entre el régimen nazi y algunos líderes árabes aún persiste vivo en el Oriente Medio.

Así que si bien es cierto que, evidentemente, las fuerzas árabes y musulmanes participaron por diversas razones en los esfuerzos aliados para derrotar a la Alemania nazi y a las potencias del Eje, también es por desgracia cierto que las ideologías desarrolladas por los colaboradores y simpatizantes árabes y musulmanes de los nazis han permanecido profundamente arraigadas en el Oriente Medio a lo largo de las siete décadas que han pasado desde el día D.

Es interesante que en este contexto Ibish vinculara en nuestro intercambio en Twiter uno de sus artículos en los que denunciaba la "muy preocupante tendencia de tantos observadores occidentales, y en cierta medida también de tantos árabes, de aplicar diferentes raseros[...], de ser muy duros con los demagogos populistas y los fanáticos religiosos occidentales, por un lado, y permanecer neutrales, indiferentes o incluso "comprensivos" con sus homólogos árabes, por el otro".

Pero por desgracia, este tipo de doble rasero tan diferente también se aplica cuando se trata de la herencia del nazismo en el Oriente Medio. En Europa y en los EEUU, un grupo que se identificara con un texto ni remotamente parecido con la Carta de Hamas no tendría ninguna oportunidad de ganar legitimidad política; sin embargo, cuando la Autoridad Palestina apoyada por Occidente forma un "gobierno de unidad" con Hamas, no hay escasez de analistas, expertos y políticos que "sostienen que esto, después de todo, resulta aceptable, puesto que Hamas tiene un electorado importante entre los palestinos, y entonces ya no parece importarles los ecos inconfundibles de la ideología nazi en los estatutos del grupo islámico".

También existe una disposición similar a ignorar las conexiones nazis de la Hermandad Musulmana. De acuerdo con un informe de la inteligencia estadounidense del 1 de junio de 1946, el regreso a Egipto del aliado de Hitler, el gran mufti de Jerusalén Amin al-Husseini, fue bien recibido por Hassan Al-Banna, el líder de los Hermanos Musulmanes, quien elogió a Husseini en un comunicado para la Liga de los Emiratos como un "héroe que desafió a un imperio y luchó contra el sionismo, con la ayuda de Hitler y Alemania. Alemania y Hitler se han ido, pero Amin Al-Husseini continuará la lucha".

Como Rubin y Schwanitz han hecho notar, al-Husseini de hecho "se mantuvo como el histórico líder árabe palestino hasta que pudo ungir a Yasser Arafat como su sucesor durante las reuniones celebradas entre ellos en 1968, y seleccionó a Said Ramadán [su yerno y padre del actual profesor de Oxford Tariq Ramadán] como su sucesor para liderar el movimiento islamista con sede en Europa. 

Aún más importante fue el papel de al-Husaini como líder del movimiento islamista internacional, logrando que sobreviviera en los años de vacas flacas de las décadas de 1950 y 1960. Cuando el islamismo revivió en la década de 1970, su ideología llevaba la marca de al-Husaini y de los demás colaboradores de los tiempos de la guerra, especialmente los Hermanos Musulmanes".

Pero mientras que al-Husseini sigue siendo aclamado como un héroe palestino – y en esto se incluye a Mahmoud Abbas  -, un profesor palestino que se atrevió a principios de este año a llevar a sus estudiantes a Auschwitz, fue amenazado y calumniado y, finalmente, debió renunciar a su puesto.

Como estos y otros innumerables ejemplos ilustran, aunque hubiera importantes fuerzas árabes y musulmanas ayudando a derrotar a los nazis hace 70 años, el legado nazi en el Oriente Medio aún debe ser derrotado.

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Sunday, May 25, 2014

Muy bueno: 5 nuevos hashtag para Michelle Obama (y los famosos acólitos de Hollywood) - Robert Spencer - PJ Media



El hashtag # BringBackOurGirls de Michelle Obama, aunque muy popular entre los famosos, ha sido ridiculizado como un emblema de la debilidad de su marido y de su falta de voluntad a la hora de enfrentarse a la yihad islámica. Sin embargo, esto resulta injusto, no sólo para la señora Obama, sino también para Sylvester Stallone, Harrison Ford, Wesley Snipes, Mel Gibson y los otros destacados activistas de derechos humanos que han respaldado esta campaña. Después de todo, no es la única respuesta de la administración Obama ante el secuestro, la conversión forzosa al Islam y la esclavitud sexual de estas niñas (de acuerdo con el Corán 4:03, 04:24, 33:50, etc.) El gobierno ha anunciado que va a enviar tropas estadounidenses para ayudar a encontrar a estas chicas. Bueno, a unos ochenta soldados... a Chad.

Yo no estoy a favor de wilsonianas aventuras militares en los países musulmanes que no tienen tradición o deseos de una sociedad pluralista, de otorgar igualdad de derechos a las mujeres y a los no musulmanes, o de un gobierno democrático que apruebe leyes que no sean las estipulados por Alá en el Corán y la Sunnah. Sin embargo, sería difícil oponerse a un destacado esfuerzo dirigido hacia la erradicación de los Boko Haram - es decir, el Partido del Pueblo de la Sunnah para Dawah y Yihad - de la faz de la tierra.

Eso, por supuesto, no es lo que está haciendo Obama. Él va a enviar a un pequeño número de tropas a un país donde no se encuentran esas niñas, a fin de participar en reconocimientos aéreos para tratar de encontrarlas. Pero ¿qué se puede hacer desde el aire con una colegiala secuestrada que ha sido convertida por la fuerza al Islam y casada con su comprador yihadista? Los funcionarios estadounidenses saben que a estas chicas las han dispersado, por lo que hacer hincapié en esta iniciativa tiene más de publicidad que de sustancia, al igual que la campaña del hashtag de Michelle.

Pero si eso es lo que la diplomacia de EEUU entiende como la auténtica Obamanation, vamos a intentar ayudar para reforzarla. Aquí están cinco hashtags más que Michelle (y Rocky, y Han Solo, y Nino Brown) pueden usar para declarar su indignación ante el mundo:


5.- # StopMarryingOurChildren (Dejen de casar a nuestras hijas). El Consejo de Pakistán de la Ideología Islámica (CII) declaró el jueves que las niñas de tan sólo nueve años de edad "podrían casarse​​ si los signos de la pubertad eran visibles". Los apologistas islámicos en Occidente afirman rutinariamente que Muhammad no se casó con una niña y que el matrimonio infantil no está permitido en el Islam, pero en realidad pocas cosas están más abundantemente atestiguadas en la ley islámica que la permisibilidad del matrimonio infantil. La tradición islámica registra que la esposa favorita de Muhammad, Aisha, tenía seis años cuando Muhammad (de cincuenta y cuatro años en esos momentos) se casó con ella y nueve años cuando consumó el matrimonio:
El Profeta escribió el (contrato de matrimonio) con Aisha mientras ella tenía seis años y consumó su matrimonio con ella mientras ella tenía nueve años de edad y permaneció con él durante nueve años (es decir, hasta su muerte) (Bujari 7.62.88).
Casarse con chicas jóvenes no era tan inusual para su época, pero como en el Islam Muhammad es el ejemplo supremo de conducta (cf. Corán 33:21), es considerado ejemplar en este tema aún hoy en día.

¿Pero que podrían hacer 1.400 años de tradición islámica y el ejemplo del Hombre Perfecto (al-al-kamil insan) frente a un hashtag de Michelle Obama? Es hora de averiguarlo.

4.- # StopBlowingUpOurMarkets (Dejen de poner bombas en nuestros mercados). También el jueves, en la ciudad noroccidental china de Urumqi, los yihadistas islámicos hicieron explotar unos todoterreno en un mercado al aire libre repleto de compradores. Una vez allí, lanzaron sus todoterremo llenos de explosivos contra los puestos asesinando a 31 personas e hiriendo a más de 90.

Este tipo de ataque de la jihad podría ocurrir en cualquier mercado al aire libre en cualquier parte del mundo. Es hora de que un hashtag corte en seco este tipo de acciones.

3.- # StopArrestingPeopleForDancing (Dejen de arrestar a la gente por bailar). Según AFP, la policía iraní "arrestó a seis iraníes sospechosos de subir a la red una versión del hit del cantante norteamericano Pharrell Williams 'Happy' ". El clip muestra a tres hombres y a tres mujeres bailando y cantando la canción juntos. El jefe de la policía de Teherán Hossein Sajedinia echaba humo:
Después de que un vulgar vídeo que perjudicaba la castidad pública fuera subido al ciberespacio, la policía decidió identificar a los involucrados en él. Tras una serie de operaciones de inteligencia y de policía, y después de coordinarse con el poder judicial, fueron identificados y detenidos todos los sospechosos.
Después de su detención, fueron obligados a hacer declaraciones de "arrepentimiento" en la televisión estatal y luego liberados bajo fianza, aunque todavía se encuentra detenido el director del vídeo. Aunque los arrestos han generado críticas internacionales a la mullahcracia iraní, e inclusive el "moderado" presidente Rouhani ha criticado ligeramente la guerra de Irán contra la felicidad, los cargos no se han retirado. Los mulás parecen decididos a hacer cumplir los principios que el ayatolá Jomeini expresó tan memorablemente en el comienzo de la Revolución Islámica:
"Allah no creó al hombre para que pudiera divertirse. El objetivo de la creación era que la humanidad fuera puesta a prueba a través de las dificultades y de la oración. Un régimen islámico debe ser serio en todos los campos. No hay bromas en el Islam. No hay humor en el Islam. No hay diversión en el Islam. No puede haber diversión y alegría en todo lo que es grave".
Esa declaración sin duda merecería unos buenos hashtags de parte de las élites progresistas y liberales de EEUU.

2. # StopHatingJews (Dejen de odiar a los judíos).  Muhammad Badie, el guía principal de los Hermandad Musulmana, estuvo presente antes los jueces de Egipto la semana pasada y rechazó enérgicamente los cargos de que la Hermandad había cometido actos de violencia contra el pueblo egipcio. "Hemos luchado solamente contra los judíos", declaró Badie, "y Kamel Al-Sharif puede atestiguar sobre la conducta de los Hermanos Musulmanes en la guerra de Palestina [1948]. Luchamos contra los judíos".

La idea de que Badie pudiera pensar que la participación de los Hermandad en la guerra contra "los judíos" (nada de utilizar "los israelíes") sería un factor de descargo, y que sus acusadores lo tomarían como tal, muestra la profundidad y amplitud de antisemitismo islámico. Eso no resulta del todo sorprendente, teniendo en cuenta que el Corán designa a los judíos como "las personas que más intensa animosidad tienen por los creyentes" (5:82), pero ciertamente milita en contra del "proceso de paz" que el marido de Michelle ha apoyado tan ardientemente, haciendo caso omiso de la intransigencia y unilateralismo palestino, y del gusto por la retórica genocida.

Sin duda, un hashtag bien redactado haría trizas las sugerencias de Badie y de otros antisemitas islámicos.

1.- # Don'tBoastOfConqueringUs (No se jacten de conquistarnos). Recientemente salió a la luz un vídeo de yihadistas islámicos de varios países que combaten en Irak como miembros del Estado Islámico de Irak y del Levante (ISIS). Citando el Corán y cantando "Allahu akbar", declararon "a los tiranos y a los infieles, dondequiera que se encuentren":
"Nosotros les decimos a ustedes, como anunció el Profeta Muhammad: Hemos traído la masacre sobre vosotros". Mientras quemaban sus pasaportes cantaban "Somos musulmanes, somos musulmanes". Después de que uno de ellos blandiera una espada, exclamó: "Sepan esto, oh infieles: Por Alá, vamos a limpiar la Península Arábiga de ustedes, ustedes son suciedad. !Vamos a conquistar Jerusalén de vosotros, oh Judíos! Vamos a conquistar Roma y Andalucía, Alá está llegando".
Esta declaración de conquista y de sacrificio islámico contrasta con esa comprensión del Islam como benigno, tolerante y pluralista que obligatoriamente debemos aceptar en los EEUU, si no queremos ser acusados de "fanatismo" y de "islamofobia". Así pues, ellos conquistarán Jerusalén, Roma y España, ¿verdad? No si nuestros hashtags tendrán algo que decir al respecto

Me estremezco al pensar en la vergüenza que sentirán estos yihadistas cuando consulten sus feeds de Twitter.

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Thursday, December 26, 2013

Las nuevas categorías de belleza femenina para la gente políticamente correcta y "de progreso" de Europa


- Yo lo apuesto todo a la belleza interior


En Ucrania: "Amamos Europa, Viva Europa, queremos ser Europa"
Mientras que en Europa: "¿Europa? ¿Qué nos ven? Debe ser cosa de nuestra edad"

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Tuesday, November 26, 2013

El futuro biempensante en su ya radiante esplendor: Vicerrectores universitarios de Gran Bretaña respaldan la segregación de género preconizada por los islamistas



La indignación se extiende por todo el sector de la educación superior del Reino Unido cuando se supo ayer que Universidades del Reino Unido (UUK), una organización compuesta por los vicerrectores universitarios de todo el país, ha cedido a las exigencias islamistas de fomentar la segregación de género en los eventos de los campus universitarios.

Dentro del contexto de una oleada de casos de segregación de género en los campus universitarios británicos donde las mujeres se ven obligadas a sentarse por separado o incluso en diferentes salas que los hombres, este grupo de académicos (nada menos que vicerrectores universitarios) ha declarado que la segregación es aceptable siempre y cuando los hombres y las mujeres se sientan al lado los unos de los otros, y una parte no se encuentra en desventaja. La noticia ha conmocionado a los activistas anti-extremismo, así como a aquellos que creen en los valores liberales occidentales.

En todo el Reino Unido, las sociedades islámicas estudiantiles, o aquellas influenciadas o dirigidas por conocidos simpatizantes islamistas, están forzando la segregación de las mujeres desde hace algún tiempo. Las organizaciones anti-extremistas que defienden los derechos de los estudiante hacen mención de un 25% de eventos universitarios donde se ha producido dicha segregación monitorizados, según se desprende de un reciente informe titulado "Desigualdad de oportunidades: la segregación de género en los campus universitarios del Reino Unido".

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Sunday, November 03, 2013

Un artículo del Daily Best culpa al sionismo por la persecución del cristianismo por parte del Islam árabe - Elder of Ziyon


Los restos de la Iglesia Copta Amir Tadros en Minya, Egipto meridional

El Daily Beast tiene un artículo incomprensible que toma unos hechos no relacionados y verdades a medias para culpar de alguna manera a la existencia de Israel y al apoyo de EEUU a Israel del hecho de que los cristianos occidentales permanezcan en su mayoría indiferentes a los problemas de los cristianos en el Oriente Medio.

Diarmaid MacCulloch es miembro del St. Cross College y profesor de Historia de la Iglesia en la Universidad de Oxford. Aquí está resumida su extraña tesis:
Uno de los silencios que me parece más frustrante es precisamente la falta de ruido por parte de los cristianos occidentales ante el destino de los antiguos cristianismos en el Oriente Medio. En el corazón de los problemas del Oriente Medio están las siete décadas de conflicto no resuelto entre Israel y Palestina , y me doy cuenta de que cuando los políticos estadounidenses discuten esos asuntos, parecen asumir que todos los palestinos, y de hecho todos los árabes, son musulmanes. Pero  no es así: también hay cristianos allí.... ¿Por qué esta ceguera, ¿por qué este silencio?
Teniendo en cuenta que cada Navidad, durante más de un siglo, se han publicado artículos en los principales periódicos estadounidenses y británicos sobre la comunidad cristiana de Belén, esta primera afirmación no parece muy plausible. (Por no hablar de que, incluso después de contemplar estos dos años de levantamientos árabes - "la primavera árabe" -, MacCulloch aún sitúe a Israel en el centro de todos los problemas de Oriente Medio)

Pero incluso si los políticos estadounidenses fueran extraordinariamente estúpidos, ¿no debería tratar este artículo sobre el silencio de los propios cristianos? ¿Acaso no son igualmente conscientes de que hay cristianos en el Oriente Medio?

En otro párrafo relacionado:
El problema proviene del protestantismo, y se remonta a la Reforma del siglo XVI. De Martin Lutero en adelante, muchos protestantes han estado esperando ansiosamente un fin inminente del mundo, el regreso de Cristo en gloria. Leyendo la Biblia, es fácil vincular esta idea a esa otra de que una condición necesaria para el regreso de Cristo es que su antiguo pueblo, los judíos, se conviertan a la fe cristiana... Pero en el siglo XIX hubo un añadido más: los judíos debían regresar a la Tierra Prometida de Israel. En 1846 se fundó la Alianza Evangélica en todo el mundo. Una de sus principales preocupaciones era que los judíos volvieran a Palestina para luego poder convertirlos al cristianismo allí...
Bien, eso ya lo sabíamos. Así que vamos a ir a un tercer punto de su artículo:
Eso se aceleró con la fundación del Estado de Israel en 1948. Posteriormente, y durante algunos años, las relaciones estadounidenses con los gobiernos israelíes estuvieron dominadas por las políticas de poder... [N.P.: ¿realpolitik?]. En la década de 1980, los políticos estadounidenses descubrieron una gran circunscripción religiosa enfáticamente favorable a Israel, precisamente por razones relacionadas con el apocalipsis...
Ahora los evangélicos estadounidenses hacen causa común con la comunidad judía en los Estados Unidos, y parecen poco o nada interesados en las opiniones o lossufrimientos de sus hermanos cristianos de las antiguas Iglesias del Oriente Medio. Los políticos israelíes no han sido lentos en aprovechar esta bonanza políticadejando de lado el hecho de que la apocalíptica evangélica espera la conversión de los judíos al cristianismo. La política exterior norteamericana desde hace décadas parecía encerrada en cuestionar apenas su apoyo al Estado de Israel, a pesar de que las consecuencias para sus relaciones con el mundo árabe y musulmán, y con el resto, son casi enteramente negativas. Todo ello ha sido especialmente grave para los cristianismos tradicionales de Oriente Medio.
Es decir, y según parece, hay que aceptar que los EEUU - por ponerse del lado de Israel para que los evangélicos estadounidenses sean felices - han dado lugar a que los musulmanes árabes se vuelvan en contra de los cristianos árabes.

Um, ¿pero qué me está contando?

Este tiene que ser uno de los argumentos anti-Israel más extraños que he leído, y desde luego he visto algunos únicos en su género. Y desde luego denominarlo un "argumento" parece demasiado caritativo. Es más bien un vano intento de culpar a Israel por el sufrimiento cristiano a manos del Islam árabe, y que esa estupidez cale entre la gente.

Exactamente ¿cómo se dibuja la línea que une el "apoyo de EEUU a Israel" con "los árabes musulmanes están expulsando a los cristianos de todos los países árabes"? ¿Cuánto se pueden torcer los hechos con el fin de absolver a los árabes de sus propias acciones?

Pero la teoría de MacCulloch es aún más loca. Todavía no da una razón por la que esos locos sionistas evangélicos ignoran a sus hermanos cristianos. Si todos fueran islamófobos, ¿no iban a estar a la vanguardia de la campaña para defender a los cristianos árabes de los musulmanes? Al parecer, y de alguna manera, su apoyo a Israel significa que no tienen la suficiente capacidad mental para entender que más de una cosa pueda pasar a la vez en el Oriente Medio. Debe ser que son demasiado estúpidos.

Eso no es todo. MacCulloch parece pensar que los evangélicos sionistas de los Estados Unidos son los únicos cristianos en el planeta que tienen la capacidad de ayudar a sus hermanos cristianos. ¿Y los cristianos no evangélicos norteamericanos? ¿Qué pasa con todo el continente de América del Sur? ¿Qué pasa con los cristianos europeos? ¿Son todos ellos completamente impotentes porque los cristianos sionistas estadounidenses se han hecho cargo de toda la religión cristiana?

¿Y qué me dicen del Vaticano?

Todo este artículo revela mucho más acerca de la mentalidad de MacCulloch que sobre cualquier realidad del Oriente Medio. En lugar de tratar de descifrar lo ilógico de este artículo, prueben a explicárselo con estos tres razonamientos secuenciales:
1) MacCulloch se siente mal porque los cristianos han guardado silencio sobre la persecución musulmana.
2) MacCulloch odia a Israel y a los sionistas cristianos.
3) Por lo tanto, Israel y el sionismo deben tener la culpa de la apatía cristiana.
El resto es todo detalle, como resulta obligatorio absolver a las auténticos verdugos siempre y cuando los sionistas puedan ser culpados de alguna manera.

Incluso el editor del Daily Beast que escribió el subtítulo del artículo no pudo comprender del todo el argumento de MacCulloch:
¿Por qué el sufrimiento de las comunidades cristianas del Oriente Medio no ha encendido la indignación y el apoyo de los cristianos occidentales? La respuesta parece tener que ver con Israel y con la Segunda Venida, escribe el profesor Diarmaid MacCulloch.

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